Tanzania prohibió la importación, exportación, fabricación, venta, almacenamiento y uso de bolsas de plástico desde el 1 de junio. La norma forma parte de los esfuerzos del país por hacer frente al cambio climático. El uso de bolsas de plástico ahora se sanciona con multas e incluso penas de cárcel de hasta dos años por fabricarlas y una semana por usarlas. Se realizó una campaña para retirar las bolsas de plástico existentes.
1. El extremo de la guerra
contra el plástico:
cárcel por usar bolsas
KAROL VANESSA DIAZ
2. índice
El extremo de la guerra contra el plástico: cárcel por usar bolsas
bibliografía
3. El extremo de la guerra contra el
plástico: cárcel por usar bolsas
Es de el pasado 1 de junio, en Tanzania está prohibida la importación, exportación, manufactura, venta,
almacenamiento y uso de las bolsas de plástico. Una norma un tanto radical, pero que supone el colofón
de varios años de trabajo, desde que en 2015 el país se comprometió a implementar las medidas
acordadas en la Cumbre de París sobre el Cambio Climático. En algunas zonas como en el archipiélago de
Zanzíbar o en la región del Kilimanjaro, los dos principales destinos turísticos del país, desde hace ya varios
años existe una restricción en materia de plásticos y residuos, pero no dejaba de ser una situación puntual
y limitada geográficamente, además de que presentaba muchas aristas. Ahora, en un reflejo de la
normativa de la vecina Kenia, el país con una regulación más restrictiva con las bolsas de plástico en el
mundo, Tanzania está intentando sumarse a la ola medioambiental que tienen en marcha otros países
africanos con la idea de hacer frente a las consecuencias del cambio climático en el ámbito mundial.
De cara a la aplicación de la prohibición, durante el mes de mayo se realizó una intensa campaña, donde se
recogieron todas las bolsas de plástico que estaban en ese momento en el mercado, en casas, comercios o
cualquier edificio público o privado. El simple hecho de tener una bolsa de plástico y reutilizarla para hacer
la compra pasa a ser un delito sancionado con multas e incluso con penas de cárcel: hasta dos años por
fabricarlas y hasta una semana de prisión simplemente por usarlas. Además, al tener esta prohibición
fuerza de ley incluso la policía puede denunciar si encuentra a una persona con bolsas de plástico, por lo
que embajadas y compañías aéreas se hicieron eco de la noticia avisando a viajeros y turistas, e incluso
algunas compañías telefónicas tanzanas enviaron mensajes de móvil a sus clientes informándoles de la
situación.