Este documento describe el descubrimiento de un tesoro de monedas árabes encontrado en Alhama de Granada. El autor analiza las aproximadamente 500 monedas del tesoro y concluye que pueden dividirse en tres series distintas, lo que sugiere la existencia de tres cecas (lugares de acuñación de moneda) separadas. La serie más representada en el tesoro es la segunda, lo que lleva al autor a sugerir que esta serie podría haber sido acuñada en la región de Granada. El análisis detallado
Tesoro de monedas árabes, descubierto en Alhama de Granada. Por Francisco Codera y Zaidín
1. Tesoro de monedas
árabes, descubierto en Alhama de
Granada
Francisco Codera y Zaidín
El Sr. D. Antonio Vives, gran aficionado al estudio de la Numismática arábigo-
española, de cuyos estudios acaba de dar brillante prueba con la publicación del
catálogo de monedas árabes-españolas existentes en el Museo Arqueológico
Nacional, adquirió hace algún tiempouna buena cantidad de monedas árabes de plata,
encontradas en un campo de las inmediaciones de Alhama de Granada.
Como el estudio de las monedas pertenecientes aun tesoro tiene especial interés
para ilustrar puntos obscuros de la Numismática, ya que en los largos años que llevo
dedicado a estos estudios, a pesar de haber tenido ocasión de estudiar las monedas
árabes-españolas de varios hallazgos, no caí en la cuenta de hacer de ellas un estudio
de conjunto,sinode lasmonedas que ofrecíaninterésespecialparaaclarar algúnpunto
de nuestrahistoria,sugería mi amigo el Sr. Vives la ideade hacerun estudioespecial,
y que para conservar laindividualidad del mismo, hicieraunálbum conlas improntas
2. de todas las monedas, pues habían de intercalarse luego en su rica colección, y no
sería fácil compararlas a un simple golpe de vista.
Ordenadas las quinientas monedas del tesoro de Alhama, y hechas las
correspondientes improntas, con su estudio han adquirido consistenciaciertas ideas
que brotaran antes en la mente del Sr. Vives, a las cuales iba yo asintiendo, y que
ahora me atrevo a someter a la consideraciónde la Academia y de los aficionados a
estos estudios.
El tesoro de Alhama ofrece, conrelaciónaotros que he podido estudiar,
particularidades muy notables: en general, el período a que pertenecenlas monedas
de un tesoro, no pasade treintaa cuarentaaños, y el de Alhama abarca un espacio de
tiempo de más de ciento.
Entre las monedas de este hallazgo hay un número considerable cuyo peso es
bastante menor que el ordinario, pues que pesan dos gramos como término medio,
siendo así que la generalidad de las conocidas hasta ahora pesan próximamente tres
gramos.
Por otra parte, en las monedas de plata de casi todos los tesorosse nota que las
anterioresalreinadoencuyo tiemposeescondieron,tienenunoo dosagujeros,hechos
conobjeto de ensartar las monedas, y que sirvierancomo adornos: enlas monedas de
este tesoro nada de esto se observa, por lo que sospechamos que la costumbre
pertenezcaa tiempos á que no llegan las monedas del tesoro de Alhama: confirmase
esto con la observación de que de las monedas existentes enlas colecciones, de las
anteriores á Abderrahman III ninguna ofrece estaparticularidad, al menos en nuestra
colección, enlaque además de muchas originales, tenemos no pocas improntas de las
que existen en otros monetarios.
También es raro en el tesoro de Alhama el que las monedas más modernas sean
muy raras, de modo que hasta podría sospecharse que sólo pertenecenal mismo las
que llegan al año 249; pero como entre las pocas posteriores hay una del 250 y dos
del 255, que se parecenmucho a las anteriores, podemos admitir que todas son de la
misma procedencia, ya que las de la decena anterior (de 242 a 250) tampoco están
muy repetidas, y puede admitirse como indudable que proceden del mismo tesoro,
pues de diferentes hallazgos hubiera sido difícil reunir ejemplares tan buenos y
variados.
El conjunto del tesorono ofrece particular interés por la existenciade monedas
que no conociéramos,pues no hayninguna nueva, a no serporpequeños detalles;pero
ofrecegraninterésporla totalidady porquequizá sirva de punto de partida para poder
atribuir ciertas monedas a una región determinada.
Las monedas árabes españolas de este período estántodas acuñadas conel
nombre Alandalus, que si se ha traducido por Córdoba al hablar de
monedas, ha sido porque los numismáticos partíandel supuesto de no haber existido
más que una casade moneda durante el gobierno de los Omeyyas, supuesto
completamente gratuito ypoco conformeala marcha de las cosas. Es sabido que
durante la dominaciónvisigoda se labraba moneda en muchas poblaciones: los
árabes de Oriente, desde los primerostiemposlas acuñaronen muchos puntos: ¿por
qué en España habían de centralizarlaacuñaciónsólo enla corte?Es verdad que en
los autores árabes no encontramos noticiade varias cecas, ni aun de una hasta los
tiempos de Abderrahman III, durante cuyo reinado puede creerse que no había más
casa de moneda que la de Córdoba, que luego en el año 336 se trasladó aMedina
3. Azzahra; pero cuyo nombre desaparece de las monedas en el año 363, aunque no de
un modo definitivo: pero por lo mismo que en los autores árabes no encontramos la
historiade la moneda, tenemos que hacerla aprovechando los datos que suministrala
moneda misma, y de un modo especial los tesoros que conalguna frecuencia
aparecen.
Los árabes españoles, desde los primerosaños de laconquista, acuñaron moneda
de oro, primero con caracteres latinos, hasta el año 96 o 97, después con leyendas
bilingües en el año 98, y desde el año 102, quizá antes, con caracteres puramente
árabes.
Las monedas de caracteres latinos, acuñadas, según creemos, enlos años 94 a97,
presentancarácter muy diferente encuanto al metal, y lo mismo encuanto a la forma
y perfección de las letras latinas, y por tanto, puede darse por seguro que están
acuñadas en puntos diferentes, o al menos, que apenas hay dos que procedan del
mismo grabador: la gran variedad que se observa en todas estas monedas, lo mismo
que en las muchas de cobre de los primeros tiemposde la dominación de los árabes
en España, habían llevado al Sr. Vives a admitir como muy probable la existenciade
varias cecas, yuna particularidad de su colecciónyde la mía, le hizo presumir que en
los primeros tiempos hubo ceca árabe en Elbira, y el tesoro de Alhama nos ha
confirmado más en la misma idea: en ambas colecciones tenemosmuchas pequeñas
monedas de cobre, de acuñación muy tosca y leyenda sencilla, de las cuales,
estudiadas aisladamente, no podría asegurarse que fueran españolas, pero que en
conjuntono cabe admitir que fueran traídas de Oriente:comodichasmonedas nos han
sido proporcionadas en Granada, y en las demás colecciones hay muy pocos
ejemplares análogos, el Sr. Vives llegó a sospechar que tales monedas estaban
acuñadas en aquella región.
Pasando a tiempos bastante posteriores, a los reinados de Alhaquem II é Hixem
II, al ver las muchas variedades de monedas de un mismo año existentes ennuestras
colecciones, se hacíadifícil creer que todas se hubiesenacuñado en un solo punto: al
hacer el Sr. Vives un álbum conlas improntas de las monedas de su colección, de las
mías y de las del Museo Arqueológico, hizo una observaciónmuy curiosa, y es, que
la mayor parte de las variantes de adornos existentes enla coleccióndel Museo no
existenenla mía, y vice-versa, y es que para los tiempos de Alhaquem II o Hixem II,
las monedas del Museo proceden en su mayor parte del fondo de 700 monedas de
plata adquiridas enCórdobapara el Museo, de un tesoro enque se hallaronquizá más
de 3.000, entre las cuales, el que esto escribe, eligió más de 600, varios antes había
adquirido para mi colecciónmás de 900, procedentes de un tesoro descubierto enla
provincia de Cuenca: la particularidad de que muchas de las variantes de estas dos
colecciones no se encuentren en ninguna de las otras, hace sospechar que en las
monedas del Museo abundan las acuñaciones de Andalucía, y en las procedentesdel
tesorodelaprovincia de Cuenca abundarán más las acuciadas en laFronterasuperior,
quizá en Zaragoza, aunque siempre con el nombre de Alandalus.
Las monedas de los Omeyyas hasta Abderrahman III ofrecenmenos variedad, y
sólo hacia el año 250 aparecenmuchas variantes de detalle de adornos, pero siempre
con un carácter común que no obligaba a suponer variedad de cecas.
Se necesitabaun tesoro como el de Alhama para que a su examen surgieraclara
la formación de series, que sólo en esbozo se nos habían presentado antes: de este
tesoro resultan tres series, que podrán quizá subdividirse a su vez, pero que tienen
analogías muy marcadas dentro de cada grupo, y que probablemente indican la
4. existencia de tres cecas, una de las cuales podría quizá adjudicarse a la región de
Granada.
La distribuciónporañosde las monedas deltesorodeAlhama resultalasiguiente,
teniendo en cuenta solo las monedas bien conservadas:
Total 208 monedas hasta el año 229 en que comienza la segunda acusación o
serie.
Total de monedas cuyos años han podido fijarse 458.
Desde hace bastantes años, en las monedas pertenecientesalas fechas 229 y250,
habíamos notado cambios muy marcados en la acuñación, cambios que suponíamos
progresos o modificaciones introducidas en la supuesta ceca única, por más que
habíamos visto alguna que otra moneda posterior a esos años, y que sin embargo
presentaban los caracteres del período anterior.
Examinadas por el Sr. Vives las monedas del tesoro de Alhama y puestas a
continuaciónlas improntas de las de cada año, desde el año 229 se formaban alguna
vez grupos muy diferentes, y esto le llevó a colocar en columnas verticales las
improntasde cada año, llamando provisionalmentelaacuñacióna la seriequeesúnica
hasta el año 229, de la cual aparecen algunos ejemplares en años posteriores.
5. No esfácilmarcar las diferenciasquebajo elaspectodelarte ofrecenlasmonedas
del primer grupo comparadas con las del segundo, tanto más, cuanto que abarcando
un período de 80 años, el arte varía notablemente, siempre en decadencia; pero aun
así se nota algo de común, que no se explica;pero puede observarse fácilmenteque la
leyenda de la orla de la primera área tiene en línea recta las dos o tres primeras
palabras, como puede observarse en los números de 3 a 11 de la lámina III y de 1 a 4
de la IV de nuestro Tratado de Numismática Arábigo-española.
En el año 229 comienza, según los datos que hasta ahora tenemos, la segunda
serie, enla cual el carácter de letray acuñación aparece en progreso notable respecto
a las monedas anteriores yconadornos de carácter especial, láminaIV, números 5, 6
y 7: en todas las monedas de esta serie la leyenda de la orla de la primera área es
circular y toda la moneda mucho más clara y elegante que las inmediatamente
anteriores: en las monedas de esta serie, lo mismo que en las de la siguiente, el
nombre 200 está siempre escrito de este modo, al paso que en las de la
primeraserie o acuñacióncarecedel yse escribe , aunque las monedas sean
posteriores al año 239.
Esta serie predomina hasta el año 250, aunque sin anular por completo a la
anterior, de la cual aparecendos ejemplares del año 229 yuno respectivamente de los
años 230 y 236: de 237 a 239 abundan en el tesoro de Alhama las monedas de la
primera serie, quedando casi anulada la segunda, de la cual no figura más que un
ejemplardel año 237,perodesdeel240laprimeraseriedesaparececasiporcompleto,
no encontrándose después sino alguna que otra moneda, siendo de notar la del año
262, encuya fechahubiéramos creído que sólo se acuñaban monedas del tercer tipo.
En el año 240seacuñaron monedas de las dos series;peroenel tesorode Alhama
son más abundantes los ejemplares de la segunda acuñación, que llevan todos en la
parte inferior de la primera área el nombre Moadz, que figura del mismo modo
en 12 de los 13 ejemplaresdel año 241, siendo de notar que el ejemplar que carece de
este nombre tiene en su lugar la palabra para Allá, recordando los ejemplares de
la misma serie de los años 231 y 232: del año 242 hay cinco monedas de la segunda
serie, siendo de notar que ninguna de ellas tiene el nombre , Moadz, que se
encuentraenmonedas de este año conocidas antes, si biensonmás ennúmero las que
no tienen tal nombre.
La que el Sr. Vives llama terceraacuñación comienza, como se ha dicho, en el
año 250, pero en el tesoro de Alhama sólo estárepresentadapor una moneda del año
253, otradel 254, 3 del 258y2 del 260: las monedas de estaserieestáncaracterizadas
por ser de tamaño bastante mayor, aunque más delgadas, y de caracteresmayores y
más esbeltos y adornos especiales: véanse números de 8 a 12 de la lámina IV de
nuestro Tratado de Numismática: en esta serie la leyenda del margen de la primera
área comienza en línea recta como en la primera acuñación.
Rarísima vez se encuentran dos monedas árabes españolas que puedan
considerarse de un mismo cuño: en este tesoro resultan iguales dos del año 240, y
otras dos del 255, debiendo hacer notar que las cuatro pertenecen a la segunda serie.
Y esto nos lleva como de la mano a plantear la cuestiónde si alguna de las tres
series fue acuñada en el territorio de Granada y cuál pueda ser.
En el tesoro que estudiamos, la serie que más se destaca es la segunda, que se
encuentracasi completa, habiendo ejemplares de todos los años de 229 a 250, menos
6. de 38, 39 y 47: la circunstancia de que se encontraran monedas del mismo cuño de
los años 240 y 255 nos lleva también a la idea de que tales monedas, pertenecientes
a la segunda serie, no se habían apartado mucho del punto de emisión, yque por tanto
pueden considerarse acuñadas no lejos del punto en que se encontraron.
Por qué en el tesoro de Alhama aparecen tan pocas monedas de los últimos años,
cuando lo general es que en cada hallazgo abunden las monedas más próximas al
tiempo en que se escondieron, no lo sabemos: sólo podemos decir que por lo que se
desprende del número de ejemplares que figuran en las colecciones, las monedas del
tercer tipo no debieron de ser muy abundantes, y si eran procedentes de otra región
nada tiene de extraño que no abundaran en Alhama: y si también escaseandespués
del año 250lasmonedas del segundo grupo encontradas enAlhama, téngase encuenta
que aunque la acuñación de esta serie continuó después del año 250, no debió de ser
en gran abundancia, pues que sólo alguna que otra figura en nuestras colecciones,
tanto que hasta ahora casi creíamos que eran ejemplares mal acuñados o mal leídos.
Hoy no cabe duda de que las tres series se cruzan y son en parte del mismo
tiempo: difícilmente puede suponerse que en una misma cecay al mismo tiempo se
acuñen monedas de los tres sistemas o series: ¿quiere esto decir que las monedas de
cada serie están acuñadas todas en un mismo punto? No lo sabemos.
Madrid, 1.º de Abril de 1892.