SlideShare una empresa de Scribd logo
1 de 11
Descargar para leer sin conexión
Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=77808503
Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal
Sistema de Información Científica
Serafín Lemos Giráldez
La psicopatología de la infancia y la adolescencia: consideraciones básicas para su estudio
Papeles del Psicólogo, vol. 24, núm. 85, mayo-agosto, 2003, pp. 19-28,
Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos
España
¿Cómo citar? Fascículo completo Más información del artículo Página de la revista
Papeles del Psicólogo,
ISSN (Versión impresa): 0214-7823
papeles@correo.cop.es
Consejo General de Colegios Oficiales de
Psicólogos
España
www.redalyc.org
Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto
EL MARCO TEÓRICO DE LA PSICOPATOLOGÍA EN LA
INFANCIA Y LA ADOLESCENCIA
En las últimas décadas, numerosos clínicos e investiga-
dores interesados en el estudio de los trastornos psicoló-
gicos de la infancia y la adolescencia han consolidado
el modelo teórico conocido como psicopatología evoluti-
va o psicopatología del desarrollo (Cicchetti y Cohen,
1995a, 1995b; Cicchetti y Rogosch, 2002). En este en-
foque de la psicopatología, tanto la conducta normal co-
mo la anormal se entienden como variaciones dentro de
un continuo de rasgos o características y no como fenó-
menos dicotómicos. Achenbach (1990), por ejemplo, re-
fería que las conductas desviadas, que normalmente son
motivo de búsqueda de ayuda profesional, no son más
que meras variaciones cuantitativas de las características
que pueden ser normales en ciertos períodos del desa-
rrollo.
La psicopatología evolutiva fue descrita por Stroufe y
Rutter (1984) como “el estudio de los orígenes y el curso
de los patrones individuales de desadaptación conduc-
tual, cualquiera que sea el comienzo, las causas o trans-
formaciones de su manifestación en la conducta, y
cualquiera que sea el curso del patrón evolutivo” (p. 18).
El objeto de la psicopatología evolutiva, por lo tanto,
consiste en dilucidar qué procesos del desarrollo subya-
cen a todos los ámbitos del funcionamiento y, en particu-
lar, cómo se produce la compleja integración de los
sistemas biológicos, psicológicos y sociales de la perso-
na para explicar tanto la conducta adaptada como la
desadaptada. La perspectiva organizacional que subya-
ce a este enfoque es un potente marco para entender las
intrincadas influencias del curso vital, tanto sobre los es-
tados de riesgo y la psicopatología como sobre el desa-
rrollo normal. Se supone que la vulnerabilidad para los
trastornos psicológicos se derivan de las cualidades de
la organización entre dichos sistemas, y no tanto de
componentes aislados. Teóricamente, las personas bien
adaptadas muestran coherencia en la organización de
estos sistemas, en contraposición con las personas vulne-
rables; si bien se supone que no existe un único prototi-
po de vulnerabilidad sino varios.
El desarrollo psicológico se concibe como el resultado
de un determinado número de tareas relevantes para ca-
da edad y estadio; de modo que puede establecerse una
imagen jerárquica de la adaptación, en donde la resolu-
ción satisfactoria de una cuestión relevante en un estadio
temprano aumenta la probabilidad de una adaptación
exitosa posterior. Sin embargo, aunque una adaptación
temprana presagia con probabilidad cuáles van a ser
las características del funcionamiento futuro, la posibili-
dad de divergencia y discontinuidad siempre existe en
un modelo que tiene un carácter dinámico. Es por eso,
que el desarrollo se entiende como una epigénesis pro-
babilística.
Otro importante principio que sustenta la psicopatolo-
gía evolutiva es que la persona ejerce un rol activo en la
dirección del curso de su desarrollo; de modo que, aun-
que los factores más distales en la historia personal o las
influencias del momento presente sean importantes para
el proceso del desarrollo, las elecciones que hace la per-
sona y la auto-organización se cree que ejercen una in-
fluencia crítica creciente en su desarrollo.
Las experiencias tempranas son importantes, y el análi-
sis de cómo han estructurado la organización de los sis-
LA PSICOPATOLOGÍA DE LA INFANCIA Y LA ADOLESCENCIA:
CONSIDERACIONES BÁSICAS PARA SU ESTUDIO
Serafín Lemos Giráldez
Facultad de Psicología. Universidad de Oviedo
Se analizan los trastornos psicológicos de la infancia y adolescencia bajo el marco teórico de la psicopatología del desarrollo, y se
hacen algunas sugerencias para entender la relación entre las grandes dimensiones psicopatológicas y los síndromes clínicos desde
una perspectiva etiológica. Se formulan algunas hipótesis sobre el rol del contexto en la aparición de la psicopatología y, finalmente,
se analiza el riesgo y la vulnerabilidad para algunos trastornos específicos.
Psychological disorders in childhood and adolescence are analyzed according to the theoretical framework of the developmental psy-
chopathology, and some suggestions are made to understand the relationship between dimensions of abnormal psychology and clini-
cal syndromes in an etiologic perspective. Some hypotheses are presented on the role of context in the onset of psychopathology and,
finally, the risk and vulnerability factors for some specific disorders are analyzed.
Correspondencia: Serafín Lemos Giráldez. Facultad de Psicolo-
gía. Universidad de Oviedo. Plaza Feijoo, s/n. 33001 Oviedo. Es-
paña. E_mail: slemos@correo.uniovi.es
A F o n d oPapeles del Psicólogo, 2003. nº 85, pp. 19-28
A F o n d o
20
temas biológicos y psicológicos resulta útil para com-
prender las diferencias interpersonales en la manera de
responder al riesgo y al estrés a lo largo del desarrollo y
en un determinado momento, así como en el uso de re-
cursos de protección. Los cambios significativos en el
equilibrio entre los procesos de riesgo y de compensa-
ción se supone que tienen el poder de alterar la direc-
ción de las trayectorias evolutivas. Rutter (1992) se
refirió a dichos cambios como puntos de inflexión en la
historia personal.
Como se ha señalado, los psicopatólogos evolutivos es-
tán interesados en el estudio tanto de los niños que pre-
sentan características que confieren elevada
predisposición a desarrollar trastornos psicológicos y
que no los desarrollan, como de aquéllos que llegan a
manifestarlos. El propósito es examinar los procesos de
riesgo y de compensación, así como sus transacciones
dinámicas y cómo influyen en el desarrollo de la perso-
na. Consideran importante identificar a los niños y ado-
lescentes que viven en circunstancias de riesgo de
presentar posteriores trastornos en la edad adulta, con el
fin de dilucidad las organizaciones prodrómicas implica-
das en la evolución.
Por otra parte, se asume también que la interacción di-
námica entre los procesos de riesgo y de compensación
se expresa en la conducta de manera diferente, depen-
diendo de las normas, prácticas, valores y creencias de
cada cultura. Por ejemplo, la caracterización de una cul-
tura dentro de un continuo de propiedades socio-céntri-
cas (que enfatizan la comunidad, la familia y la
inter-relación) o individualistas (que enfatizan la indivi-
dualidad, la autonomía y el logro personal), influirá de
forma diferente en los procesos de riesgo y compensa-
ción y en la forma en que interactúan. Del mismo modo,
la cultura también puede influir en la forma de expresión
de los síntomas (por ejemplo, preferentemente socio-
emocionales o físicos).
La perspectiva evolutiva de la psicopatología presupo-
ne que, durante el desarrollo, se van integrando más los
sistemas cognitivo, afectivo, social y biológico del niño y
del adolescente, permitiendo así que diversos mecanis-
mos de vulnerabilidad o de protección actúen de forma
sinérgica en el desarrollo de un trastorno. Sin embargo,
como se desprende de la investigación epidemiológica,
ello no significa que la interacción de factores vaya a
producir el trastorno de la misma forma en dos indivi-
duos, sino que ambos pueden desarrollar idéntico tras-
torno mediante mecanismos diferentes (fenómeno
conocido en la teoría general de sistemas como equifina-
lidad); del mismo modo, los mismos mecanismos de vul-
nerabilidad pueden dar lugar a diferentes tipos de
trastornos en las dos personas, dependiendo de la diná-
mica de interacciones mutuas que se produzca en la his-
toria del desarrollo personal (fenómeno de la
multifinalidad).
Como reflejo de la transición desde modelos de enfer-
medad a modelos basados en una perspectiva evolutiva
de la psicopatología, la investigación sobre la vulnerabi-
lidad en niños y adolescentes ha cambiado, pasando de
la identificación de procesos únicos de vulnerabilidad a
un análisis de la interacción más comprensivo entre múl-
tiples mecanismos de vulnerabilidad y protección, facto-
res ambientales de riesgo y compensación y cambios
evolutivos. Los factores de compensación incluyen, entre
otras características, los cuidados estables recibidos por
el niño; sus capacidades de solución de problemas; el
atractivo que pueda suscitar entre sus compañeros y los
adultos; la competencia manifiesta y la auto-eficacia
percibida; la identificación con modelos que desempe-
ñan roles de competencia; o la planificación y aspiracio-
nes. Estos factores de protección pueden estar presentes
tanto en el individuo como en el ambiente externo, y son
muy heterogéneos.
Los modelos de enfermedad, generalmente, solían
orientar la investigación psicopatológica hacia un único
factor patógeno, de carácter endógeno, (p. ej., déficit
atencional) y un tipo de trastorno específico (p. ej., hipe-
ractividad, depresión, esquizofrenia, etc.). Con la apari-
ción de los modelos de diátesis-estrés, la atención se
dirigió hacia el estudio de la interacción entre la diátesis
(los mecanismos de vulnerabilidad) y las experiencias vi-
tales estresantes, que puede dar lugar al trastorno. El
surgimiento de los modelos evolutivos de la psicopatolo-
gía orientó el interés por esclarecer la compleja interac-
ción entre las características del niño y su ambiente
social, tratando de identificar los mecanismos de vulne-
rabilidad y de protección implicados en el desarrollo de
cada trastorno específico. En la actualidad, persiste más
bien la tendencia a entender cuáles son los procesos y
mecanismos de la vulnerabilidad, en vez de tratar de
identificar un factor concreto de vulnerabilidad que co-
rrelaciona con un determinado trastorno.
COMORBILIDAD Y DIMENSIONES DE LA
PSICOPATOLOGÍA EN LA INFANCIA Y ADOLESCENCIA
En los últimos veinte años, se han llevado a cabo diver-
sos estudios epidemiológicos sobre la psicopatología en
niños y adolescentes en diversos países, con bastante si-
militud de resultados (Schwab-Stone y Briggs-Gowan,
1998; Wittchen, Nelson y Lachner, 1998). Las tasas de
prevalencia globales encontradas se sitúan entre 14-20%
de la población infantil y juvenil, siendo el rango 17-
LA PSICOPATOLOGÍA DE LA INFANCIA Y LA ADOLESCENCIA:
CONSIDERACIONES BÁSICAS PARA SU ESTUDIO
Figura 1
Modelo heurístico jerárquico de las dimensiones psicopatológicas (Krueger y Piasecki, 2002). Los síndromes o patrones de conducta relativa-
mente estrechos (dependencia de sustancias, conducta antisocial y conducta desinhibida) tienden a covariar o a presentarse con mayor proba-
bilidad en la misma persona. Dichos patrones conforman la dimensión amplia denominada externalizante. Supuestamente, existen múltiples
factores etiológicos (E1 a En) que determinan el síndrome de banda ancha externalizante y factores etiológicos que explican específicamente
cada uno de los síndromes de banda estrecha (por ej., E ds1 a E dsn para la dependencia de sustancias).
A F o n d o
20% el más repetido. De estos porcentajes, el 2% corres-
ponde a trastornos graves, el 7-8% a trastornos de gra-
vedad moderada, y el resto a psicopatología leve. En
España, también han sido publicados diversos estudios
de prevalencia de trastornos psicológicos en niños y
adolescentes, cuyas tasas se sitúan en el rango del 20-
39% para los trastornos de conducta, con mayor fre-
cuencia en los varones y a más edad; entre el 17-26%
para los trastornos de ansiedad; entre el 4-14% para la
depresión; y en torno al 12% para los trastornos del de-
sarrollo (Aláez Fernández, Martínez Arias y Rodríguez
Sutil, 2000; Bragado, Carrasco, Sánchez Bernardos,
Bersabe y Montsalve, 1995; Bragado, Carrasco, Sán-
chez y Bersabe, 1996; Mogaz Lago, García Pérez y del
Valle Sandín, 1998; Subira, Obiols, Mitjavila, Cuxart y
Domenech Llavería, 1998).
Otra característica derivada de los estudios de preva-
lencia es la constatación de altas tasas de comorbilidad,
que tiende a situarse en torno al 50%. La comorbilidad,
o co-ocurrencia de dos o más trastornos en la misma
persona, es un fenómeno también observado en la psi-
copatología de los adultos. Así, en estudios epidemioló-
gicos a gran escala, se comprueba que la coexistencia
de dos o más categorías diagnósticas del DSM en la
misma persona es la regla y no la excepción (Kessler et
al., 1994). Es más, no son nada raros los casos en los
que se cumplen los criterios de tres, cuatro o más trastor-
nos mentales a la vez (Newman, Moffitt, Caspi y Silva,
1998).
En oposición a los sistemas clasificatorios que organi-
zan la psicopatología en categorías diagnósticas, como
el DSM o la CIE, las taxonomías empíricas, de base ma-
temática, se basan en las correlaciones o la covariación
de signos, síntomas o conductas. Estos procedimientos
han permitido identificar dos factores de segundo orden
o dimensiones psicopatológicas de banda ancha en los
niños y los adolescentes (Achenbach, 1985; Achenbach
y Edelbrock, 1978). La primera dimensión, que incluye
los trastornos de ansiedad y la depresión, ha sido deno-
minada internalizante. La segunda dimensión, que inclu-
ye los trastornos de conducta, el abuso de substancias o
la hiperactividad, se conoce como externalizante. Los
factores centrales de primer orden, de los que se derivan
dichas dimensiones, incluyen ocho o diez síndromes más
específicos. Los factores de primer orden encontrados
por nosotros en estudios de adolescentes españoles, con
la utilización del cuestionario Youth Self-Report (YSR),
han sido los siguientes: Depresión, Agresividad verbal,
SERAFÍN LEMOS GIRÁLDEZ
E1 En
E ds1 E dsn
Externalizante
Conducta antisocialDependencia de Substancias Conducta desinhibida
E ca1 E can E cd1 E cdn
Banda ancha,
más general
Banda estrecha,
más específica
A F o n d o
22
Conducta delictiva, Problemas de pensamiento, Quejas
somáticas, Problemas de relación social (aislamiento),
Búsqueda de atención y Conducta fóbico-ansiosa (Lemos
Giráldez, Vallejo Seco y Sandoval Mena, 2002). Dichos
factores no difieren mucho de los obtenidos por Achen-
bach (1991) en población americana.
La utilización de las técnicas estadísticas multivariadas
en la investigación psicopatológica se acomoda al referi-
do supuesto de continuidad de las experiencias y de los
comportamientos normales y anormales, permitiendo
ubicar a cada caso concreto dentro de un conjunto de
dimensiones.
Mientras que la organización de la psicopatología en
el DSM o la CIE se concreta en centenares de categorías
diagnósticas, las taxonomías de base matemática permi-
ten organizar los trastornos atendiendo a una estructura
jerárquica más simple. Con esta metodología, Krueger y
Piasecki (2002) han propuesto un modelo heurístico de
tipo jerárquico para la descripción y la explicación etio-
lógica de las dos grandes dimensiones de la psicopato-
logía: la internalizante y la externalizante (Figura 1),
cada una de las cuales se puede manifestar en distintas
facetas o dimensiones de primer orden, que conforman
patrones de conducta desadaptada. Dichas facetas pue-
den asemejarse a diversos síndromes clínicos o categorí-
as descritos en los sistemas de clasificación oficiales
como entidades diferenciadas.
Teniendo en cuenta que existe una alta comorbilidad
de diferentes síndromes clínicos en el mismo individuo, o
la co-ocurrencia de síntomas pertenecientes a diferentes
entidades clínicas, la explicación de este fenómeno pue-
de deberse a que la covariación responda a característi-
cas subyacentes, comunes a varios trastornos; lo que
podría significar que algunos diagnósticos representan
facetas de una misma dimensión de banda ancha. Si es-
ta fuera la naturaleza de la psicopatología, la doble re-
presentación jerárquica presentada en la Figura 1
permitiría dar una solución elegante a la combinación
de un modelo dimensional para los factores de banda
ancha, y un sistema categorial para sus variaciones en
patrones de conducta más específicos. Además, esta re-
presentación se ajusta a la sugerida etiología genética
de grandes dimensiones psicopatológicas (Cloninger y
Svrakic, 1994; Cloninger, Svrakic, Bayon y Przybeck,
1999; Zuckerman, 1999) y, por contra, a la influencia
de factores ambientales en el desarrollo de las facetas o
síndromes específicos en los que se expresa cada dimen-
sión. Es decir, trastornos específicos como son la depen-
dencia de sustancias, la conducta antisocial y la
conducta desinhibida se supone que comparten mecanis-
mos biológicos o genéticos de vulnerabilidad comunes
de la dimensión externalizante, que dan lugar a una de-
ficiente auto-regulación de la conducta (Newman y Wa-
llace, 1993); mientras que los diferentes ambientes a los
que están expuestas las personas que manifiestan esta
vulnerabilidad permitirían explicar su expresión diferen-
cial en patrones de conducta o síndromes específicos. Lo
mismo ocurriría con los síndromes específicos de depre-
sión o de ansiedad, que serían expresiones de las in-
fluencias ambientales sobre la dimensión amplia,
genética o biológicamente determinada, internalizante
(Kendler, 1996).
En consecuencia, es previsible que la multiplicación de
categorías diagnósticas utilizadas en la actualidad se re-
vertirá en el futuro, así como que la mayoría de los tras-
tornos serán definidos en términos dimensionales. La
validez última de los sistemas diagnósticos dependerá de
rasgos psicopatológicos latentes que subyacen a éstos,
sus etiologías, y no de estructuras correlacionales basa-
das en los síntomas superficiales.
LA INFLUENCIA DEL CONTEXTO AMBIENTAL EN LA
PSICOPATOLOGÍA
De acuerdo con las hipótesis hasta aquí formuladas, las
grandes dimensiones psicopatológicas internalizante y
externalizante tienen su origen en predisposiciones bio-
lógicas específicas hacia un espectro de trastornos (por
ej., alteraciones cuyo rasgo principal es la elevación del
nivel de ansiedad), pero no hacia otros (por ej., altera-
ciones cuya característica central es la desinhibición, de-
ficiente auto-regulación y un pobre control atencional).
Asumiendo la existencia de predisposición temperamen-
tal hacia un determinado espectro psicopatológico, cabe
preguntarse hasta qué punto influye el ambiente en la
configuración de los trastornos psicológicos.
Numerosos estudios se han ocupado de explorar las re-
laciones causales existentes entre determinados entornos
socio-familiares, estilos de crianza o experiencias tem-
pranas y algunos trastornos psicológicos. Así, abundan
en la literatura referencias al papel que juegan experien-
cias específicas, como son la pérdida de seres queridos
o la deprivación afectiva durante la infancia, en el ori-
gen de estados de depresión; o la crianza en familias
desestructuradas e inconsistentes en la aplicación de nor-
mas, en el origen de la personalidad antisocial. La reali-
dad nos dice, sin embargo, que esta pretendida
asociación entre factores ambientales específicos y tras-
tornos específicos no siempre se cumple ni con la regula-
ridad ni en la dirección esperadas, puesto que
cualquiera de dichos contextos ambientales específicos
muchas veces dan lugar a diferentes manifestaciones dis-
funcionales (el aludido fenómeno de la multifinalidad); a
LA PSICOPATOLOGÍA DE LA INFANCIA Y LA ADOLESCENCIA:
CONSIDERACIONES BÁSICAS PARA SU ESTUDIO
A F o n d o
la vez que, por el contrario, un trastorno psicológico es-
pecífico generalmente parece guardar relación funcional
con antecedentes ambientales notablemente diferentes (el
fenómeno de la equifinalidad).
En definitiva, a estas alturas parece confirmarse que no
es posible establecer una relación consistente entre con-
textos ambientales específicos y la aparición de determi-
nados trastornos. Por ello, se ha señalado que para el
estudio del papel que juega el contexto ambiental en la
psicopatología es más conveniente diferenciar entre las
influencias del contexto en el origen de los trastornos y
sus influencias en el mantenimiento y evolución de los
mismos (Steinberg y Avenevoli, 2000).
El contexto como provocador de trastornos
Como se ha dicho, la investigación ya realizada y la ob-
servación clínica permiten concluir que el impacto del
ambiente en la aparición de la psicopatología en la in-
fancia y la adolescencia es muy poco específico. Parece,
en cambio, más evidente que los trastornos psicológicos,
tanto en su forma como en su gravedad, vienen determi-
nados por mecanismos de vulnerabilidad temperamental
de naturaleza endógena y probablemente biológica. En
efecto, todo parece confirmar que idénticos factores con-
textuales pueden producir alteraciones diferentes porque
las personas son temperamental o biológicamente distin-
tas. Por ejemplo, el análisis de las diferencias inter-se-
xuales observadas en la psicopatología infantil y adulta
demuestra que las mujeres son más propensas a mani-
festar trastornos internalizantes y los varones lo son a
trastornos externalizantes. Idénticas diferencias se obser-
van en los rasgos de la personalidad relacionados con
estos trastornos, ya que las mujeres puntúan más alto en
escalas que miden ansiedad y neuroticismo, mientras
que los varones lo hacen en escalas de búsqueda de
sensaciones y de agresividad.
Estas diferencias tienen carácter universal y no parecen
depender de sesgos diagnósticos, de factores culturales
o de diferencias en la exposición a estresores; sino que
probablemente expresan vulnerabilidades o predisposi-
ciones biológicas subyacentes específicas para cada se-
xo. Al respecto, Zuckerman (1999) señaló el hallazgo de
un posible marcador: el bajo nivel de enzima MAO-B en
las personas que son muy propensas a la búsqueda de
sensaciones, así como en alcohólicos, drogadictos, psi-
cópatas y criminales; y en los varones, en comparación
con las mujeres, a cualquier edad. La MAO-B se presen-
ta como un posible rasgo muy fiable y estable, que varía
poco con la experiencia; especialmente si se compara
con el nivel de testosterona, que guarda relación con la
búsqueda de sensaciones y la asertividad en general.
No obstante, la no especificidad de los contextos en la
producción de los trastornos psicológicos, obviamente,
no significa que haya que negarle su influencia o alguna
contribución en la aparición de los mismos. La relación
no específica entre contextos y trastornos psicológicos
puede deberse a que ambientes muy diferentes pueden
producir estados generales de ansiedad, estrés o amena-
za percibida, cuya vía final común es la activación psi-
cofisiológica y otras respuestas biológicas que,
aparentemente, son diferentes en cada persona. Éste es
el postulado central de los modelos de diátesis-estrés
(Rosenthal, 1970).
Las reacciones psicofisiológicas frente a los estresores
pueden venir determinadas genéticamente o bien ser ad-
quiridas por cambios biológicos en períodos tempranos
del desarrollo, durante los cuales es mayor la plasticidad
cerebral neuropsicológica, determinando así la predis-
posición hacia un tipo u otro de psicopatología. Esto ex-
plicaría por qué experiencias traumáticas durante la
infancia o en etapas posteriores, o un ambiente familiar
desestructurado, pueden provocar reacciones de ansie-
dad y depresión en unos individuos, mientras que expe-
riencias similares producen, en otros, trastornos de
conducta o agresividad, dependiendo de la disposición
biológica individual; sin contar con el amplio número de
personas que generalmente logran adaptarse a dichas
experiencias sin desarrollar patología alguna por ser es-
casamente vulnerables.
Se ha señalado, por ejemplo, de manera más concreta,
que los problemas de impulsividad y los trastornos de
conducta son más probables cuando la exposición a es-
tresores tiene lugar en un período evolutivo en el que el
córtex cerebral prefrontal es muy plástico; y que la pre-
disposición a la depresión resulta con mayor probabili-
dad de la exposición al estrés mientras el área prefrontal
derecha del córtex es especialmente maleable (Davidson,
1994; Nelson y Bloom, 1997; Schore, 1997). Si esto es
así, puede concluirse que las diferencias básicas en la
psicopatología dependen de las regiones o circuitos del
cerebro que resulten más afectados, o bien de predispo-
siciones genéticas que dan lugar a respuestas psicobio-
lógicas concretas.
El contexto como modulador de trastornos
En contraposición a la hipótesis de que el ambiente de-
sempeña un supuesto rol específico en el origen de la
psicopatología, parece más ajustado a observaciones
sistemáticas la especificidad del contexto ambiental en la
evolución de los trastornos psicológicos. La observación
clínica es más acorde con la hipótesis de que ambientes
específicos mantienen, aumentan o disminuyen la psico-
SERAFÍN LEMOS GIRÁLDEZ
A F o n d o
24
patología; pero una vez que se han expresado determi-
nados comportamientos, diagnósticos o patrones de sín-
tomas. Sin entrar a juzgar pretendidos mecanismos
psicofisiológicos o de aprendizaje que puedan estar im-
plicados en esta función moduladora, parece probable
que la evolución o el curso clínico de los trastornos psi-
cológicos específicos viene determinada por procesos de
reforzamiento o de oportunidad para su expresión con-
textual; de modo que la repetición de determinados pa-
trones de conducta o de síntomas permite su
consolidación posterior.
Por consiguiente, las oportunidades que da el contexto
ambiental pueden aumentar o disminuir la probabilidad
y la frecuencia de un determinado patrón disfuncional
de conducta. Según esto, y tomando los ejemplos ante-
riores, haber vivido una experiencia traumática o una
infancia en un medio familiar desestructurado no causa
necesariamente el trastorno de ansiedad o la conducta
antisocial sino que, cuando ya existen dichas conductas,
permite la expresión de cualquiera de estos trastornos y
contribuye a cristalizarlos. Además, los niños y adoles-
centes con trastornos de conducta se asocian con otros
de la misma condición, al igual que las personas depre-
sivas simpatizan y se relacionan más con quienes mani-
fiestan idénticos problemas.
En consecuencia, puede afirmarse que el estrés contri-
buye a modular, fortalecer o atenuar, los rasgos pre-
existentes y probablemente no a transformarlos; mientras
que las oportunidades de poner en práctica la conducta
disfuncional contribuyen a cristalizar su expresión dife-
renciada en cada contexto y su nivel de gravedad. No
obstante, y en general, este punto de vista no infravalora
la influencia que las experiencias infantiles o la naturale-
za de los lazos afectivos desarrollados en edades tem-
pranas puedan ejercer en el origen de los trastornos
psicológicos, sino que pretende diferenciar las posibles
rutas por las que discurre dicha influencia.
Aún así, cabe la posibilidad de que la influencia del
contexto ambiental en la evolución de la psicopatología
sea muy limitada en determinados trastornos infanto-ju-
veniles en los cuales su base genética o biológica es más
determinante, como son el autismo, el trastorno por défi-
cit de atención e hiperactividad, la esquizofrenia o el
síndrome de La Tourette, entre otros.
De acuerdo con este esquema, debería abandonarse la
investigación sobre supuestos factores contextuales espe-
cíficos como causantes de una psicopatología específica
y centrar más el esfuerzo en indagar cómo las personas
perciben y experimentan el estrés, y cuál es el factor me-
diador de los rasgos de la personalidad en el estrés per-
cibido. Al mismo tiempo, debería dedicarse mayor
atención a identificar los mecanismos ambientales que
atenúan o incrementan predisposiciones o conductas de-
sadaptadas ya existentes, y a comprender cómo interac-
túan en la diferenciación de síndromes específicos del
mismo espectro. Solamente así los programas de inter-
vención clínica y de prevención alcanzarán mejor el ob-
jetivo pretendido.
EL RIESGO Y LA VULNERABILIDAD
Desde el punto de vista conceptual, y en consonancia
con este planteamiento de la psicopatología, existe un
creciente consenso respecto a que mientras el concepto
de riesgo se refiere a un amplio conjunto de factores
ambientales que están relacionados con el aumento de
la probabilidad de que se exprese un trastorno, la vulne-
rabilidad se refiere a las características endógenas del
individuo, que actúan como mecanismos causales en la
aparición del trastorno.
El concepto de riesgo alude a las variables ambientales
que están empíricamente relacionadas con la alta pro-
babilidad de experimentar un trastorno (por ej., la po-
breza o el estrés derivado de un ambiente familiar
conflictivo). Por ello, el riesgo sirve para predecir la pro-
babilidad de un trastorno pero no informa, necesaria-
mente, de su naturaleza específica ni de los mecanismos
que tienen lugar en la aparición del trastorno. El riesgo
se refiere a las variables correlacionales o descriptivas
de un trastorno y no a las variables causales per se.
Los mecanismos de vulnerabilidad, en cambio, típica-
mente incluyen características que residen dentro del in-
dividuo, y que puede tener una base tanto genética
(incluyendo tanto procesos neurobiológicos como dimen-
siones del temperamento) o biológica (determinada por
alteraciones tempranas o daño en el SNC). Aunque las
variables externas del ambiente sean importantes, como
se ha dicho, para explicar la expresión externa y modu-
lar la evolución de la fenomenología de un trastorno, el
locus de los mecanismos de vulnerabilidad es interno.
Los investigadores generalmente han considerado la
vulnerabilidad como un rasgo permanente. La vulnerabi-
lidad como rasgo contrasta con la naturaleza de estado
que tienen los trastornos psicológicos (es decir, con su
naturaleza episódica). Supuestamente, los estados de
perturbación aparecen y remiten como ciclos episódicos,
mientras que los rasgos que producen la vulnerabilidad
para el estado patológico se mantienen constantes.
Aunque los teóricos de la vulnerabilidad, siguiendo la
perspectiva genética o biológica, creen que existe escasa
probabilidad de modificar sus características, los enfo-
ques psicológicos contemplan la posibilidad de que pue-
da haber un aprendizaje disfuncional en la génesis de la
LA PSICOPATOLOGÍA DE LA INFANCIA Y LA ADOLESCENCIA:
CONSIDERACIONES BÁSICAS PARA SU ESTUDIO
A F o n d o
vulnerabilidad; de modo que nuevas experiencias de
aprendizaje podrían influir en un determinado factor de
la vulnerabilidad y hacer fluctuar no sólo sus niveles fun-
cionales sino también la vulnerabilidad misma.
Desde la perspectiva psicológica, la vulnerabilidad pue-
de disminuir con determinadas experiencias correctoras o,
por el contrario, puede aumentar. Esta última posibilidad
ocurriría cuando la persona se expone a experiencias
aversivas y a sucesos estresantes que potencian los facto-
res que contribuyen a la vulnerabilidad. Por ejemplo, se
ha sugerido que la experiencia de episodios de un trastor-
no puede aumentar la vulnerabilidad para futuras reacti-
vaciones. Se cree que cada episodio de un trastorno
afectivo puede dejar una huella neurobiológica residual
que conduce al desarrollo de mecanismos mediante los
cuales un estresor mínimo se convierte en suficiente para
activar los mecanismos que conducen al trastorno. Así, di-
cho proceso contribuiría a aumentar la vulnerabilidad.
La estabilidad de la vulnerabilidad no significa, sin em-
bargo, la permanencia o el carácter inalterable de la
misma, aunque ambos términos puedan ser tomados co-
mo sinónimos. Aunque el concepto de estabilidad clara-
mente sugiere resistencia al cambio, no presupone que
el cambio sea imposible sino que, en determinadas cir-
cunstancias, podrían sobrevenir cambios positivos. En
realidad, las terapias psicológicas y farmacológicas im-
plícitamente se basan en esta premisa, presuponiendo
que, en ausencia de intervención o de otras experiencias
vitales significativas, pocos cambios serían esperables en
las variables psicológicas estables.
En consonancia con su carácter endógeno y su estabili-
dad, con independencia de las formas externas de psi-
copatología, la vulnerabilidad no es fácilmente
observable; por lo que se considera un proceso latente,
sólo apreciable mediante determinados marcadores em-
píricamente descubiertos por la investigación. Se cree,
además, que en los trastornos crónicos y en los de co-
mienzo en edades tempranas podría haber componentes
genéticos más fuertes en la vulnerabilidad, comparativa-
mente con los trastornos agudos y de comienzo tardío.
Resumiendo, se supone que los procesos de la vulnera-
bilidad: (a) están presentes en personas asintomáticas o
SERAFÍN LEMOS GIRÁLDEZ
Tabla 1
Mecanismos de vulnerabilidad subyacentes a la psicopatología infantil (Price y Lento, 2001)
Cognitivo Afectivo Social Biológico
Ansiedad Cogniciones de pobre control
sobre los sucesos o
situaciones
Dificultad para regular y
supervisar la expresión
emocional
Apego inseguro
Evitación y aislamiento social
Inhibición conductual
Disregulación de los
subsistemas neurológicos
Depresión Estilo de valoración cognitiva
disfuncional, respecto a uno
mismo o a los demás
Atribuciones para los sucesos
negativos internas, globales y
estables
Modelos negativos de uno
mismo y los demás
Dificultad para controlar la
afectividad depresiva
Uso aumentado de estrategias
desadaptativas de regulación
emocional
Apego ansioso e inseguro
Deterioro social, como el
aislamiento
Regulación disfuncional del
eje HPA (hipothalámico-
pituitario-adrenal)
Sensibilidad aumentada a los
sucesos estresantes
Trastornos de conducta Estructuras en la memoria
relativas a que el mundo es
un lugar hostil
Procesamiento automático
que incluye atribuciones
agresivas y hostiles
Niveles altos de afectividad
depresiva y enfado
Elevada variabilidad e
intensidad de las respuestas
emocionales
Relaciones y apego inseguros
Pobre competencia social,
como habilidades de solución
de problemas negativas
Rechazo social
Neurológicos
Déficit en los sistemas
cerebrales noradrenérgicos y
serotoninérgicos
Déficit de atención e
hiperactividad
Déficit en el procesamiento y
codificación de la información
Distribución de la atención
entre pocos estímulos
Pobre acceso a respuestas
desde la memoria
Variabilidad en el humor
negativo y en la activación
Dificultad para el
procesamiento de impulsos
emocionales
Pobre competencia social, del
tipo de pobres habilidades de
solución de problemas
Dificultad para modular la
comunicación social
Déficit en el auto-control,
como la impulsividad
Metabolismo irregular de las
monoaminas
Disminución de la dopamina
cerebral
Baja activación del SARA
Dificultad para la atención
selectiva y sostenida,
distraibilidad.
Esquizofrenia Déficit en el procesamiento de
la información y en la
atención
Dificultad para procesar
información en situaciones
controladas
Afectividad embotada
Retraimiento emocional
Déficit en competencia
social, como en la
comunicación interpersonal y
la solución de problemas
Hiperactividad
dopaminérgica
Disfunción en la integración
central
A F o n d o
26
con leves signos externos de un trastorno; (b) guardan
relación causal con la aparición de los síntomas; y (c)
son, a veces, difícilmente observables y medibles. Por to-
do ello, la investigación sobre los marcadores de la vul-
nerabilidad equivale a la búsqueda de predictores en
ausencia de los síntomas de un trastorno.
En síntesis, los factores de riesgo frente a los factores
de compensación conforman la dimensión ambiental;
mientras que los mecanismos de vulnerabilidad en con-
traposición a los de protección, configuran la dimensión
endógena.
Algunos marcadores biológicos de vulnerabilidad a di-
versos trastornos en la infancia y adolescencia, así como
sus correlatos cognitivos, afectivos y sociales, se recogen
en la Tabla 1, de acuerdo con los puntos de vista de Pri-
ce y Lento (2001).
Del mismo modo, se presentan algunas características
presentes en la infancia y la adolescencia que permiten
predecir la aparición de trastornos de la personalidad
(Tabla 2). Dichas características fueron ordenadas por
Geiger y Crick (2001) a partir de un análisis de los 79
síntomas utilizados en el DSM-IV para describir los tras-
LA PSICOPATOLOGÍA DE LA INFANCIA Y LA ADOLESCENCIA:
CONSIDERACIONES BÁSICAS PARA SU ESTUDIO
Tabla 2
Características infantiles o adolescentes que predicen trastornos de la personalidad (Geiger y Crick, 2001)
Rasgos de la personalidad Trastorno de la
personalidad
Ejemplo de los síntomas referidos en el DSM-IV
1. Visión hostil y paranoide del
mundo
Paranoide
Esquizotípica
Límite
Sospecha, sin base suficiente, que los demás se van a aprovechar de él, le van a hacer daño o a engañar
Suspicacia o ideación paranoide
Ideación paranoide transitoria, relacionada con el estrés o síntomas disociativos graves
2a. Emoción intensa, inestable
o inadecuada
Límite
Histriónica
Inestabilidad afectiva debida a una notable reactividad del estado de ánimo
Muestra una expresión emocional superficial y rápidamente cambiante
2b. Afectividad restringida y
aplanada
Esquizoide
Esquizotípica
Muestra frialdad emocional, distanciamiento o aplanamiento de la afectividad
Afectividad inapropiada o restringida
3a. Impulsividad Antisocial
Límite
Impulsividad e incapacidad para planificar el futuro
Impulsividad en, al menos dos áreas, que es potencialmente dañina para sí mismo (p. ej., gastos, sexo,
abuso de sustancias, conducción temeraria, atracones de comida)
3b. Rigidez Obsesivo-compulsiva
Evitativa
Perfeccionismo que interfiere con la finalización de las tareas
Es extremadamente reacio a correr riesgos personales o a implicarse en nuevas actividades debido a que
pueden ser comprometedoras
4a. Relaciones demasiado
íntimas
Límite
Histriónica
Dependiente
Un patrón de relaciones interpersonales inestables e intensas caracterizado por la alternancia entre los
extremos de idealización y devaluación
Considera sus relaciones más íntimas de lo que, en realidad, son
Va demasiado lejos llevado por el deseo de lograr protección y apoyo de los demás, hasta el punto de
presentarse voluntario para realizar tareas desagradables
4b. Relaciones distantes y
evitativas
Obsesivo-compulsiva
Paranoide
Esquizoide
Esquizotípica
Evitativa
Dedicación excesiva al trabajo y a la productividad con exclusión de las actividades de ocio y las
amistades (no atribuible a necesidades económicas evidentes)
Reticencia a confiar en los demás por temor injustificado a que la información que compartan vaya a ser
utilizada en su contra
Ni desea ni disfruta de las relaciones personales, incluido el formar parte de una familia
Falta de amigos íntimos o desconfianza aparte de los familiares de primer grado
Evita trabajos o actividades que impliquen un contacto interpersonal importante debido al miedo a las
críticas, la desaprobación o el rechazo
5a. Sentimiento negativo de sí
mismo
Narcisista
Evitativa
Dependiente
Frecuentemente envidia a los demás o cree que los demás le envidian a él
Se ve a sí mismo socialmente inepto, personalmente poco interesante o inferior a los demás
Tiene dificultades para iniciar proyectos o para hacer las cosas a su manera (debido a la falta de
confianza en su propio juicio o en sus capacidades más que a una falta de motivación o de energía)
5b. Falta de sentido de uno
mismo
Límite Alteración de la identidad: auto-imagen o sentido de sí mismo acusada y persistentemente inestable
6. Peculiaridad en los procesos
del pensamiento y en la
conducta
Esquizotípica Comportamiento o apariencia rara, excéntrica o peculiar
7. Despreocupación por las
normas sociales o por las
necesidades de los demás
Antisocial
Narcisista
Falta de remordimientos, como lo indica la indiferencia o la justificación del haber dañado, maltratado o
robado a otros
Carece de empatía: es reacio a reconocer o identificarse con los sentimientos y necesidades de los demás
5c. Sentido de uno mismo
exagerado
Histriónica
Narcisista
Se siente incómodo en situaciones en las que no es el centro de la atención
Tiene un grandioso sentido de importancia personal
A F o n d o
tornos de la personalidad. En opinión de estos autores,
los síntomas pueden ser ordenados en siete dimensiones
o características continuas, cuyos extremos de exceso o
defecto serían los siguientes:
Visión hostil y paranoide del mundo.
Emociones intensas, inestables e inapropiadas, frente a
afectividad restringida y aplanada.
Impulsividad frente a rigidez.
Relaciones interpersonales muy íntimas, frente a rela-
ciones distantes y evitativas.
Sentido negativo de uno mismo o falta del sentido del
yo, frente a sentido exagerado de uno mismo.
Peculiaridad en los procesos del pensamiento y en la
conducta.
Despreocupación por las normas sociales y las necesi-
dades de los demás.
La investigación sobre niños de alto riesgo sólo indica
que hay una ligera relación entre los perfiles psicológi-
cos apreciados durante los primeros años de vida y la
psicopatología posterior, con la excepción de la impulsi-
vidad y falta de autocontrol infantil y la posterior con-
ducta antisocial o delictiva; así como entre la reactividad
psicofisiológica e hipersensibilidad al estrés y la poste-
rior aparición de trastornos afectivos o de ansiedad.
Una tercera asociación consistente también se ha obser-
vado entre presencia de importantes anomalías neuro-
cognitivas en la infancia y el desarrollo posterior de
trastornos del espectro esquizofrénico (Lemos, 1999).
No obstante, la predicción de la psicopatología en la
adolescencia y la edad adulta, a partir de características
en la infancia, es tan modesta tal vez porque algunos ni-
ños con perfiles de riesgo tienen la suerte de encontrar
más tarde ambientes que les proporcionan apoyo (es de-
cir, factores de compensación), o porque aquéllos que
viven en circunstancias adversas poseen un temperamen-
to que les permite desarrollar estilos de afrontamiento
eficaces (es decir, mecanismos de protección).
Parece probable que la manifestación de los trastornos
psicológicos exige la combinación de, al menos, tres fac-
tores independientes: un determinado temperamento vul-
nerable, un ambiente que amplifique la vulnerabilidad
psicológica, y estresores que precipiten la aparición de
los síntomas. La probabilidad de que coexistan los tres
factores en un determinado niño suele ser baja, como
demuestran los estudios epidemiológicos. Este punto de
vista está en consonancia con los modelos de vulnerabili-
dad y difiere de las explicaciones ambientalistas lineales,
que asumen que cierto tipo de experiencias (por ej., el
abandono afectivo o el maltrato infantil) establece una
secuencia de resultados que normalmente conducen a un
trastorno psicológico; lo cual no está en consonancia con
los datos empíricos.
Digamos, finalmente, que la confluencia de los tres fac-
tores antes citados no presupone, necesariamente, que
en el origen de los trastornos psicológicos opera siempre
un determinismo temprano. Quienes así piensan sostie-
nen que, durante el desarrollo, nada del pasado se pier-
de y que el presente viene dirigido por el pasado
profundo y, en consecuencia, buscan explicaciones his-
tóricas en el origen de la psicopatología y restan impor-
tancia a otras fuerzas más recientes. Contrariamente,
parece más sensato pensar que la confluencia de los fac-
tores que dan lugar a un trastorno psicológico puede
producirse en cualquier momento del proceso evolutivo
y, con mayor probabilidad, en fases próximas a la apa-
rición de los primeros síntomas. Como metafóricamente
afirmaban Kagan y Zentner (1996), a este respecto,
“aunque las lluvias de la primavera son inevitablemente
el resultado de fuerzas que operan sobre eones anterio-
res, la lluvia de hoy responde a circunstancias creadas
hace sólo 48 horas”.
BIBLIOGRAFÍA
Achenbach, T. M. (1985). Assessment and taxonomy of
child and adolescent psychopathology. London: Sage.
Achenbach, T. M. (1990). Conceptualization of develop-
mental psychopathology. En M. Miller (Ed.), Handbo-
ok of developmental psychopathology. New York:
Plenum Press.
Achenbach, T. M. (1991). Manual for the Youth Self Re-
port and 1991 profile. Burlington, VT: University of
Vermont.
Achenbach, T. M. y Edelbrock, C. S. (1978). The classifi-
cation of child psychopathology: A review and analy-
sis of empirical efforts. Psychological Bulletin, 85,
1275-1301.
Aláez Fernández, M., Martínez Arias, R. y Rodríguez
Sutil, C. (2000). Prevalencia de trastornos psicológi-
cos en niños y adolescentes, su relación con la edad y
el género. Psicothema, 12, 525-532.
Bragado, C., Carrasco, I., Sánchez Bernardos, M. L.,
Bersabe, R. M. y Montsalve, T. (1995). Prevalencia de
los trastornos psicopatológicos en niños y adolescen-
tes: Resultados preliminares. Clínica y Salud, 6, 67-
82.
Bragado, C., Carrasco, I., Sánchez, M. L. y Bersabe, R.
M. (1996). Trastornos de ansiedad en escolares de 6
a 17 años. Ansiedad y Estrés, 2, 97-112.
Cicchetti, D. y Cohen, D. J. (Eds.). (1995a). Developmen-
tal psychopathology. Vol. 1: Theory and methods.
New York: Wiley.
Cicchetti, D. y Cohen, D. J. (Eds.). (1995b). Developmen-
SERAFÍN LEMOS GIRÁLDEZ
A F o n d o
28
tal psychopathology. Vol. 2: Risk, disorder and adap-
tation. New York: Wiley.
Cicchetti, D. y Rogosch, F. A. (2002). A developmental
psychopathology perspective on adolescence. Journal
of Consulting and Clinical Psychology, 70, 6-20.
Cloninger, C. R. y Svrakic, D. M. (1994). Differentiating
normal and deviant personality by the seven-factor
personality model. En M. Lorr (Ed.), Differentiating
normal and abnormal personality (pp. 40-64). New
York: Springer.
Cloninger, C. R., Svrakic, D. M., Bayon, C. y Przybeck,
T. R. (1999). Measurement of psychopathology as va-
riants of personality. En C. R. Cloninger (Ed.), Perso-
nality and psychopathology (pp. 33-65). Washington,
DC: American Psychiatric Press.
Davidson, R. J. (1994). Asymmetric brain function, affec-
tive style, and psychopathology: The role of early ex-
perience and plasticity. Development and
Psychopathology, 6, 741-758.
Geiger, T. C. y Crick, N. R. (2001). A developmental
psychopathology perspective on vulnerability to perso-
nality disorders. En J. M. Price (Ed.), Vulnerability to
psychopathology: Risk across lifespan (pp. 57-102).
New York: Guilford Press.
Kagan, J. y Zentner, M. (1996). Early childhood predic-
tors of adult psychopathology. Harvard Review of Psy-
chiatry, 3, 341-350.
Kendler, K. S. (1996). Major depression and generali-
zed anxiety disorder: Same genes, (partly) different
environments -revisited. British Journal of Psychiatry,
168 (Suppl. 30), 68-75.
Kessler, R. C., McGonagle, D. K., Zhao, S., Nelson, C.
B., Hughes, M., Eshleman, S., Wittchen, H. y Kendler,
K. S. (1994). Lifetime and 12-month prevalence of
DSM-III-R psychiatric disorders in the United States:
Results from the National Comorbidity survey. Archi-
ves of General Psychiatry, 51, 8-19.
Krueger, R. F. y Piasecki, T. M. (2002). Toward a dimen-
sional and psychometrically-informed approach to
conceptualizing psychopathology. Behaviour Research
and Therapy, 40, 485-499.
Lemos Giráldez, S., Vallejo Seco, G. y Sandoval Mena,
M. (2002). Estructura factorial del Youth Self-Report
(YSR). Psicothema, 14, 816-822.
Lemos, S. (1999). Trastornos del espectro esquizofrénico:
Marcadores de predicción temprana. En J. Buendía
(Ed.), Psicología clínica: Perspectivas actuales (pp. 97-
137). Madrid: Pirámide.
Mogaz Lago, A., García Pérez, E. M. y del Valle San-
dín, M. (1998). Ansiedad, estrés y problemas de an-
siedad en escolares de 12 a 18 años. Papeles del
Psicólogo, 71, 40-43.
Nelson, C. y Bloom, F. (1997). Child development and
neuroscience. Child Development, 68, 970-987.
Newman, D. L., Moffitt, T. E., Caspi, A. y Silva, P. A.
(1998). Comorbid mental disorders: Implications for
treatment and sample selection. Journal of Abnormal
Psychology, 107, 305-311.
Newman, J. P. y Wallace, J. F. (1993). Diverse path-
ways to deficient self-regulation: Implications for disin-
hibitory psychopathology in children. Clinical
Psychology Review, 13, 699-720.
Price, J. M. y Lento, J. (2001). The nature of child and
adolescent vulnerability: History and definitions. En J.
M. Price (Ed.), Vulnerability to psychopathology: Risk
across lifespan (pp. 20-38). New York: Guilford Press.
Rosenthal, D. (1970). Genetic theory of abnormal beha-
vior. New York: McGraw-Hill.
Rutter, M. y Schopler, E. (1992). Classification of perva-
sive developmental disorders: Some concepts and
practical considerations. Journal of Autism and Deve-
lopmental Disorders, 22, 459-482.
Schore, A. N. (1997). Early organization of the nonline-
ar right brain and development of a predisposition to
psychiatric disorders. Development and Psychopatho-
logy, 9, 595-631.
Schwab-Stone, M. E. y Briggs-Gowan, M. J. (1998). The
scope and prevalence of psychiatric disorders in child-
hood and adolescence. En P. Ferrari (Ed.), Designing
mental health services and systems for chindren and
adolescents: A shrewd investment (pp. 2-25). Phila-
delphia: Brunner/Mazel.
Steinberg, L. y Avenevoli, S. (2000). The role of context
in the development of psychopathology: A conceptual
framework and some speculative propositions. Child
Development, 71, 66-74.
Stroufe, L. A. y Rutter, M. (1984). The domain of deve-
lopmental psychopathology. Child Development, 55,
17-29.
Subira, S., Obiols, J. E., Mitjavila, M., Cuxart, F. y Do-
menech Llavería, E. (1998). Prevalencia del síndrome
depresivo en una muestra de adolescentes escolariza-
dos de 13 a 15 años. Revista de Psiquiatría de la Fa-
cultad de Medicina de Barcelona, 25, 86-91.
Wittchen, H. U., Nelson, C. B. y Lachner, G. (1998). Pre-
valence of mental disorder and psychosocial impair-
ments in adolescents and young adults. Psychological
Medicine, 28, 109-126.
Zuckerman, M. (1999). Vulnerability to psychopatho-
logy: A biosocial model. Washington, DC: American
Psychological Association.
LA PSICOPATOLOGÍA DE LA INFANCIA Y LA ADOLESCENCIA:
CONSIDERACIONES BÁSICAS PARA SU ESTUDIO

Más contenido relacionado

La actualidad más candente

Factores de riesgo y protección ante la delincuencia en menores y jóvenes
Factores de riesgo y protección ante la delincuencia en menores y jóvenesFactores de riesgo y protección ante la delincuencia en menores y jóvenes
Factores de riesgo y protección ante la delincuencia en menores y jóvenesUniversity of Jaén-Psychology
 
Conducta delictiva modulo 1-1
Conducta delictiva   modulo 1-1Conducta delictiva   modulo 1-1
Conducta delictiva modulo 1-1Nilka Sanchez
 
Intervencion social
Intervencion socialIntervencion social
Intervencion socialDiego Andres
 
Indicadores de riesgo familiar2012
Indicadores de riesgo familiar2012Indicadores de riesgo familiar2012
Indicadores de riesgo familiar2012Felipe Eduardo
 
comprender la influencia del contexto violento (familiar y escolar), en las ...
 comprender la influencia del contexto violento (familiar y escolar), en las ... comprender la influencia del contexto violento (familiar y escolar), en las ...
comprender la influencia del contexto violento (familiar y escolar), en las ...David Gutiérrez H
 
Resiliencia en el_maltrato_infantil
Resiliencia en el_maltrato_infantilResiliencia en el_maltrato_infantil
Resiliencia en el_maltrato_infantilmilena_patino
 
Psicología Comunitaria - Unidad 2
Psicología Comunitaria  - Unidad 2Psicología Comunitaria  - Unidad 2
Psicología Comunitaria - Unidad 2IlianaMartnez6
 
Modelosde intervencion psicologia jackelinesilva.
Modelosde intervencion psicologia jackelinesilva.Modelosde intervencion psicologia jackelinesilva.
Modelosde intervencion psicologia jackelinesilva.1995jackeline
 
Modelos de intervencion en psicologia
Modelos de intervencion en psicologia Modelos de intervencion en psicologia
Modelos de intervencion en psicologia lsusylopez123
 
Actividad individual andrea marecla villamil
Actividad individual  andrea marecla villamilActividad individual  andrea marecla villamil
Actividad individual andrea marecla villamilandreavillamilpipe
 
Psicologia de la salud gaetano barreto
Psicologia de la salud gaetano barretoPsicologia de la salud gaetano barreto
Psicologia de la salud gaetano barretoLuciaCastagnoDamiano1
 
313232241 modelos-teoricos-en-psicologia-comunitaria
313232241 modelos-teoricos-en-psicologia-comunitaria313232241 modelos-teoricos-en-psicologia-comunitaria
313232241 modelos-teoricos-en-psicologia-comunitariajose sanchez lopez
 
Criminología infantil
Criminología infantilCriminología infantil
Criminología infantilWael Hikal
 
Actividad individual fase 2 Alexandra Gutiérrez
Actividad individual fase 2 Alexandra Gutiérrez Actividad individual fase 2 Alexandra Gutiérrez
Actividad individual fase 2 Alexandra Gutiérrez alexandra patiño
 

La actualidad más candente (20)

Factores de riesgo y protección ante la delincuencia en menores y jóvenes
Factores de riesgo y protección ante la delincuencia en menores y jóvenesFactores de riesgo y protección ante la delincuencia en menores y jóvenes
Factores de riesgo y protección ante la delincuencia en menores y jóvenes
 
Riesgos psicosociales
Riesgos psicosocialesRiesgos psicosociales
Riesgos psicosociales
 
Conducta delictiva modulo 1-1
Conducta delictiva   modulo 1-1Conducta delictiva   modulo 1-1
Conducta delictiva modulo 1-1
 
Intervencion social
Intervencion socialIntervencion social
Intervencion social
 
Trabajo colaborativo2 grupo_403021_148
Trabajo colaborativo2 grupo_403021_148Trabajo colaborativo2 grupo_403021_148
Trabajo colaborativo2 grupo_403021_148
 
contra la violencia
contra la violencia contra la violencia
contra la violencia
 
Indicadores de riesgo familiar2012
Indicadores de riesgo familiar2012Indicadores de riesgo familiar2012
Indicadores de riesgo familiar2012
 
milena
milenamilena
milena
 
comprender la influencia del contexto violento (familiar y escolar), en las ...
 comprender la influencia del contexto violento (familiar y escolar), en las ... comprender la influencia del contexto violento (familiar y escolar), en las ...
comprender la influencia del contexto violento (familiar y escolar), en las ...
 
Resiliencia en el_maltrato_infantil
Resiliencia en el_maltrato_infantilResiliencia en el_maltrato_infantil
Resiliencia en el_maltrato_infantil
 
Psicología Comunitaria - Unidad 2
Psicología Comunitaria  - Unidad 2Psicología Comunitaria  - Unidad 2
Psicología Comunitaria - Unidad 2
 
Modelosde intervencion psicologia jackelinesilva.
Modelosde intervencion psicologia jackelinesilva.Modelosde intervencion psicologia jackelinesilva.
Modelosde intervencion psicologia jackelinesilva.
 
Modelos de intervencion en psicologia
Modelos de intervencion en psicologia Modelos de intervencion en psicologia
Modelos de intervencion en psicologia
 
Psicología del delito
Psicología del delitoPsicología del delito
Psicología del delito
 
Actividad individual andrea marecla villamil
Actividad individual  andrea marecla villamilActividad individual  andrea marecla villamil
Actividad individual andrea marecla villamil
 
Psicologia de la salud gaetano barreto
Psicologia de la salud gaetano barretoPsicologia de la salud gaetano barreto
Psicologia de la salud gaetano barreto
 
313232241 modelos-teoricos-en-psicologia-comunitaria
313232241 modelos-teoricos-en-psicologia-comunitaria313232241 modelos-teoricos-en-psicologia-comunitaria
313232241 modelos-teoricos-en-psicologia-comunitaria
 
Abordaje Sistematico
Abordaje SistematicoAbordaje Sistematico
Abordaje Sistematico
 
Criminología infantil
Criminología infantilCriminología infantil
Criminología infantil
 
Actividad individual fase 2 Alexandra Gutiérrez
Actividad individual fase 2 Alexandra Gutiérrez Actividad individual fase 2 Alexandra Gutiérrez
Actividad individual fase 2 Alexandra Gutiérrez
 

Similar a Psicopatologia de niños imprimir

LA PICOPATOLOGÍA DE LA INFANCIA Y LA ADOLESCENCIA.pdf
LA PICOPATOLOGÍA DE LA INFANCIA Y LA ADOLESCENCIA.pdfLA PICOPATOLOGÍA DE LA INFANCIA Y LA ADOLESCENCIA.pdf
LA PICOPATOLOGÍA DE LA INFANCIA Y LA ADOLESCENCIA.pdfElizabethAragonCharr
 
Psicología del desarrollo
Psicología del desarrolloPsicología del desarrollo
Psicología del desarrolloJavierGarcaPrez9
 
Maestria en desarrollo humano
Maestria en desarrollo humanoMaestria en desarrollo humano
Maestria en desarrollo humanoyuridia816
 
Paso3 aplicaciónmodelos.
Paso3 aplicaciónmodelos.Paso3 aplicaciónmodelos.
Paso3 aplicaciónmodelos.Yenny Ortega
 
Indicadores de riesgo y de protección en el desarrollo infantil y adolescente
Indicadores de riesgo y de protección en el desarrollo infantil y adolescenteIndicadores de riesgo y de protección en el desarrollo infantil y adolescente
Indicadores de riesgo y de protección en el desarrollo infantil y adolescenteAdamaryRobles
 
Aspectos clínicos en el diagnóstico de las altas capacidades.pdf
Aspectos clínicos en el diagnóstico de las altas capacidades.pdfAspectos clínicos en el diagnóstico de las altas capacidades.pdf
Aspectos clínicos en el diagnóstico de las altas capacidades.pdfMarianaGmezCantoya1
 
Proyecto.pdf qwertyuuiiíooolkbxza4hbnorw
Proyecto.pdf qwertyuuiiíooolkbxza4hbnorwProyecto.pdf qwertyuuiiíooolkbxza4hbnorw
Proyecto.pdf qwertyuuiiíooolkbxza4hbnorwmariareneesantizo
 
Presentacion de-psicologia-del-adulto-isa
Presentacion de-psicologia-del-adulto-isaPresentacion de-psicologia-del-adulto-isa
Presentacion de-psicologia-del-adulto-isaRicardoRojas35445
 
Psicología del desarrollo
Psicología del desarrollo Psicología del desarrollo
Psicología del desarrollo Dhanapaez
 
Aporte individual modelos_aplicados_a_los_campos_jeisy_montes
Aporte individual modelos_aplicados_a_los_campos_jeisy_montesAporte individual modelos_aplicados_a_los_campos_jeisy_montes
Aporte individual modelos_aplicados_a_los_campos_jeisy_montesdiana0187
 
Relacion entre la genetica y el comportamiento
Relacion entre la genetica y el comportamientoRelacion entre la genetica y el comportamiento
Relacion entre la genetica y el comportamientoJhaircalambas
 
Consideraciones sobre-el-desarrollo-de-la personalidad
Consideraciones sobre-el-desarrollo-de-la personalidadConsideraciones sobre-el-desarrollo-de-la personalidad
Consideraciones sobre-el-desarrollo-de-la personalidadDennis Ramirez
 
Consideraciones sobre-el-desarrollo-de-la personalidad
Consideraciones sobre-el-desarrollo-de-la personalidadConsideraciones sobre-el-desarrollo-de-la personalidad
Consideraciones sobre-el-desarrollo-de-la personalidadDennis Ramirez
 
Psicologia del adulto actividad 01 ( slideshare)
Psicologia del adulto  actividad 01 ( slideshare)Psicologia del adulto  actividad 01 ( slideshare)
Psicologia del adulto actividad 01 ( slideshare)Anakarina2502
 
FACTORES DE RIESGO Y PREVENCION
FACTORES DE RIESGO Y PREVENCIONFACTORES DE RIESGO Y PREVENCION
FACTORES DE RIESGO Y PREVENCIONEulianyFarias
 

Similar a Psicopatologia de niños imprimir (20)

LA PICOPATOLOGÍA DE LA INFANCIA Y LA ADOLESCENCIA.pdf
LA PICOPATOLOGÍA DE LA INFANCIA Y LA ADOLESCENCIA.pdfLA PICOPATOLOGÍA DE LA INFANCIA Y LA ADOLESCENCIA.pdf
LA PICOPATOLOGÍA DE LA INFANCIA Y LA ADOLESCENCIA.pdf
 
Psicología del desarrollo
Psicología del desarrolloPsicología del desarrollo
Psicología del desarrollo
 
Adolescente con conducta disocial. Articulo.pdf
Adolescente con conducta disocial. Articulo.pdfAdolescente con conducta disocial. Articulo.pdf
Adolescente con conducta disocial. Articulo.pdf
 
Maestria en desarrollo humano
Maestria en desarrollo humanoMaestria en desarrollo humano
Maestria en desarrollo humano
 
Paso3 aplicaciónmodelos.
Paso3 aplicaciónmodelos.Paso3 aplicaciónmodelos.
Paso3 aplicaciónmodelos.
 
Indicadores de riesgo y de protección en el desarrollo infantil y adolescente
Indicadores de riesgo y de protección en el desarrollo infantil y adolescenteIndicadores de riesgo y de protección en el desarrollo infantil y adolescente
Indicadores de riesgo y de protección en el desarrollo infantil y adolescente
 
Aspectos clínicos en el diagnóstico de las altas capacidades.pdf
Aspectos clínicos en el diagnóstico de las altas capacidades.pdfAspectos clínicos en el diagnóstico de las altas capacidades.pdf
Aspectos clínicos en el diagnóstico de las altas capacidades.pdf
 
Psicologia del adulto
Psicologia del adultoPsicologia del adulto
Psicologia del adulto
 
Proyecto.pdf qwertyuuiiíooolkbxza4hbnorw
Proyecto.pdf qwertyuuiiíooolkbxza4hbnorwProyecto.pdf qwertyuuiiíooolkbxza4hbnorw
Proyecto.pdf qwertyuuiiíooolkbxza4hbnorw
 
Presentación1 nati
Presentación1 natiPresentación1 nati
Presentación1 nati
 
Presentacion de-psicologia-del-adulto-isa
Presentacion de-psicologia-del-adulto-isaPresentacion de-psicologia-del-adulto-isa
Presentacion de-psicologia-del-adulto-isa
 
Licenciatura En Sicologia
Licenciatura En Sicologia
Licenciatura En Sicologia
Licenciatura En Sicologia
 
Psicología del desarrollo
Psicología del desarrollo Psicología del desarrollo
Psicología del desarrollo
 
1173 soldevila
1173 soldevila1173 soldevila
1173 soldevila
 
Aporte individual modelos_aplicados_a_los_campos_jeisy_montes
Aporte individual modelos_aplicados_a_los_campos_jeisy_montesAporte individual modelos_aplicados_a_los_campos_jeisy_montes
Aporte individual modelos_aplicados_a_los_campos_jeisy_montes
 
Relacion entre la genetica y el comportamiento
Relacion entre la genetica y el comportamientoRelacion entre la genetica y el comportamiento
Relacion entre la genetica y el comportamiento
 
Consideraciones sobre-el-desarrollo-de-la personalidad
Consideraciones sobre-el-desarrollo-de-la personalidadConsideraciones sobre-el-desarrollo-de-la personalidad
Consideraciones sobre-el-desarrollo-de-la personalidad
 
Consideraciones sobre-el-desarrollo-de-la personalidad
Consideraciones sobre-el-desarrollo-de-la personalidadConsideraciones sobre-el-desarrollo-de-la personalidad
Consideraciones sobre-el-desarrollo-de-la personalidad
 
Psicologia del adulto actividad 01 ( slideshare)
Psicologia del adulto  actividad 01 ( slideshare)Psicologia del adulto  actividad 01 ( slideshare)
Psicologia del adulto actividad 01 ( slideshare)
 
FACTORES DE RIESGO Y PREVENCION
FACTORES DE RIESGO Y PREVENCIONFACTORES DE RIESGO Y PREVENCION
FACTORES DE RIESGO Y PREVENCION
 

Más de Anhelly Villeda

Más de Anhelly Villeda (9)

Psicometria
 Psicometria  Psicometria
Psicometria
 
Psiquiatría infantil hoy (1.1)imprimir
 Psiquiatría infantil hoy (1.1)imprimir Psiquiatría infantil hoy (1.1)imprimir
Psiquiatría infantil hoy (1.1)imprimir
 
La entrevista
 La entrevista La entrevista
La entrevista
 
Ficha clinica
 Ficha clinica Ficha clinica
Ficha clinica
 
Entrevista niños y adolescentes
Entrevista niños y adolescentes Entrevista niños y adolescentes
Entrevista niños y adolescentes
 
Entrevista psicológica niños
 Entrevista psicológica niños Entrevista psicológica niños
Entrevista psicológica niños
 
EL Encadenamiento
EL EncadenamientoEL Encadenamiento
EL Encadenamiento
 
El moldeado
El moldeadoEl moldeado
El moldeado
 
El desvanecimiento
El desvanecimientoEl desvanecimiento
El desvanecimiento
 

Último

La Cuenca del Lagunas de Montebello .pdf
La Cuenca del Lagunas de Montebello .pdfLa Cuenca del Lagunas de Montebello .pdf
La Cuenca del Lagunas de Montebello .pdfSUSMAI
 
Estimación de consumo de agua en México por el fracking.pdf
Estimación de consumo de agua en México por el fracking.pdfEstimación de consumo de agua en México por el fracking.pdf
Estimación de consumo de agua en México por el fracking.pdfSUSMAI
 
Revista de volcanes de Él Salvador (1).pdf
Revista de volcanes de Él Salvador  (1).pdfRevista de volcanes de Él Salvador  (1).pdf
Revista de volcanes de Él Salvador (1).pdfaddriana1616
 
Presentación sobre las teorías atómicas química
Presentación sobre las teorías atómicas químicaPresentación sobre las teorías atómicas química
Presentación sobre las teorías atómicas químicaJuanDavidMonsalveMar
 
Atlas del socioecosistema Río Grande de Monitán.pdf
Atlas del socioecosistema Río Grande de Monitán.pdfAtlas del socioecosistema Río Grande de Monitán.pdf
Atlas del socioecosistema Río Grande de Monitán.pdfSUSMAI
 
Conceptos de las Normas ISO 14000 y 14001
Conceptos de las Normas ISO 14000 y 14001Conceptos de las Normas ISO 14000 y 14001
Conceptos de las Normas ISO 14000 y 14001Nicolle932479
 
Respiración de los mamíferos pptx........
Respiración de los mamíferos  pptx........Respiración de los mamíferos  pptx........
Respiración de los mamíferos pptx........juandiegomartinezesp
 
La perdida de la biodiversidad y su importancia.pptx
La perdida de la biodiversidad y su importancia.pptxLa perdida de la biodiversidad y su importancia.pptx
La perdida de la biodiversidad y su importancia.pptxBrendaPalomaresSalas
 
cruza dihíbrida y problemas de dominancia completa
cruza dihíbrida y problemas de dominancia completacruza dihíbrida y problemas de dominancia completa
cruza dihíbrida y problemas de dominancia completajosedavidf114
 
administracion de unidades agropecuarias
administracion de unidades agropecuariasadministracion de unidades agropecuarias
administracion de unidades agropecuariasJacintoSoto2
 
ATLAS DEL SOCIOECOSISTEMA: RÍO GRANDE DE COMITÁN-LAGOS DE MONTEBELLO, CHIAPAS...
ATLAS DEL SOCIOECOSISTEMA: RÍO GRANDE DE COMITÁN-LAGOS DE MONTEBELLO, CHIAPAS...ATLAS DEL SOCIOECOSISTEMA: RÍO GRANDE DE COMITÁN-LAGOS DE MONTEBELLO, CHIAPAS...
ATLAS DEL SOCIOECOSISTEMA: RÍO GRANDE DE COMITÁN-LAGOS DE MONTEBELLO, CHIAPAS...SUSMAI
 
Atlas del socioecosistema Río Grande de Comitán.pptx
Atlas del socioecosistema Río Grande de Comitán.pptxAtlas del socioecosistema Río Grande de Comitán.pptx
Atlas del socioecosistema Río Grande de Comitán.pptxSUSMAI
 
Hidrocarburos no convencionales en México.pdf
Hidrocarburos no convencionales en México.pdfHidrocarburos no convencionales en México.pdf
Hidrocarburos no convencionales en México.pdfSUSMAI
 
Informe del 1er simulacro inopinado 2024.docx
Informe del 1er simulacro inopinado 2024.docxInforme del 1er simulacro inopinado 2024.docx
Informe del 1er simulacro inopinado 2024.docxCarlos Muñoz
 
La infografía reglas para relaizar UNO sera
La infografía reglas para relaizar UNO seraLa infografía reglas para relaizar UNO sera
La infografía reglas para relaizar UNO seraMariaCleofeTolentino
 
Guia para el cuidado de plantas de 0 a experto..pdf
Guia para el cuidado de plantas de 0 a experto..pdfGuia para el cuidado de plantas de 0 a experto..pdf
Guia para el cuidado de plantas de 0 a experto..pdfGenioViral
 
Agenda socioamebiental 2024: diagnósticos y propuestas.pdf
Agenda socioamebiental 2024: diagnósticos y propuestas.pdfAgenda socioamebiental 2024: diagnósticos y propuestas.pdf
Agenda socioamebiental 2024: diagnósticos y propuestas.pdfSUSMAI
 
La Sostenibilidad y los ODS Normas y proyectos
La Sostenibilidad y los ODS  Normas y proyectosLa Sostenibilidad y los ODS  Normas y proyectos
La Sostenibilidad y los ODS Normas y proyectosEnrique Posada
 
Fracking: amenaza para el clima en México.pdf
Fracking: amenaza para el clima en México.pdfFracking: amenaza para el clima en México.pdf
Fracking: amenaza para el clima en México.pdfSUSMAI
 

Último (20)

La Cuenca del Lagunas de Montebello .pdf
La Cuenca del Lagunas de Montebello .pdfLa Cuenca del Lagunas de Montebello .pdf
La Cuenca del Lagunas de Montebello .pdf
 
Estimación de consumo de agua en México por el fracking.pdf
Estimación de consumo de agua en México por el fracking.pdfEstimación de consumo de agua en México por el fracking.pdf
Estimación de consumo de agua en México por el fracking.pdf
 
Revista de volcanes de Él Salvador (1).pdf
Revista de volcanes de Él Salvador  (1).pdfRevista de volcanes de Él Salvador  (1).pdf
Revista de volcanes de Él Salvador (1).pdf
 
Presentación sobre las teorías atómicas química
Presentación sobre las teorías atómicas químicaPresentación sobre las teorías atómicas química
Presentación sobre las teorías atómicas química
 
Atlas del socioecosistema Río Grande de Monitán.pdf
Atlas del socioecosistema Río Grande de Monitán.pdfAtlas del socioecosistema Río Grande de Monitán.pdf
Atlas del socioecosistema Río Grande de Monitán.pdf
 
Conceptos de las Normas ISO 14000 y 14001
Conceptos de las Normas ISO 14000 y 14001Conceptos de las Normas ISO 14000 y 14001
Conceptos de las Normas ISO 14000 y 14001
 
Respiración de los mamíferos pptx........
Respiración de los mamíferos  pptx........Respiración de los mamíferos  pptx........
Respiración de los mamíferos pptx........
 
La perdida de la biodiversidad y su importancia.pptx
La perdida de la biodiversidad y su importancia.pptxLa perdida de la biodiversidad y su importancia.pptx
La perdida de la biodiversidad y su importancia.pptx
 
cruza dihíbrida y problemas de dominancia completa
cruza dihíbrida y problemas de dominancia completacruza dihíbrida y problemas de dominancia completa
cruza dihíbrida y problemas de dominancia completa
 
administracion de unidades agropecuarias
administracion de unidades agropecuariasadministracion de unidades agropecuarias
administracion de unidades agropecuarias
 
Introducción sintética a las Enfermedades de las Plantas
Introducción sintética a las Enfermedades de las PlantasIntroducción sintética a las Enfermedades de las Plantas
Introducción sintética a las Enfermedades de las Plantas
 
ATLAS DEL SOCIOECOSISTEMA: RÍO GRANDE DE COMITÁN-LAGOS DE MONTEBELLO, CHIAPAS...
ATLAS DEL SOCIOECOSISTEMA: RÍO GRANDE DE COMITÁN-LAGOS DE MONTEBELLO, CHIAPAS...ATLAS DEL SOCIOECOSISTEMA: RÍO GRANDE DE COMITÁN-LAGOS DE MONTEBELLO, CHIAPAS...
ATLAS DEL SOCIOECOSISTEMA: RÍO GRANDE DE COMITÁN-LAGOS DE MONTEBELLO, CHIAPAS...
 
Atlas del socioecosistema Río Grande de Comitán.pptx
Atlas del socioecosistema Río Grande de Comitán.pptxAtlas del socioecosistema Río Grande de Comitán.pptx
Atlas del socioecosistema Río Grande de Comitán.pptx
 
Hidrocarburos no convencionales en México.pdf
Hidrocarburos no convencionales en México.pdfHidrocarburos no convencionales en México.pdf
Hidrocarburos no convencionales en México.pdf
 
Informe del 1er simulacro inopinado 2024.docx
Informe del 1er simulacro inopinado 2024.docxInforme del 1er simulacro inopinado 2024.docx
Informe del 1er simulacro inopinado 2024.docx
 
La infografía reglas para relaizar UNO sera
La infografía reglas para relaizar UNO seraLa infografía reglas para relaizar UNO sera
La infografía reglas para relaizar UNO sera
 
Guia para el cuidado de plantas de 0 a experto..pdf
Guia para el cuidado de plantas de 0 a experto..pdfGuia para el cuidado de plantas de 0 a experto..pdf
Guia para el cuidado de plantas de 0 a experto..pdf
 
Agenda socioamebiental 2024: diagnósticos y propuestas.pdf
Agenda socioamebiental 2024: diagnósticos y propuestas.pdfAgenda socioamebiental 2024: diagnósticos y propuestas.pdf
Agenda socioamebiental 2024: diagnósticos y propuestas.pdf
 
La Sostenibilidad y los ODS Normas y proyectos
La Sostenibilidad y los ODS  Normas y proyectosLa Sostenibilidad y los ODS  Normas y proyectos
La Sostenibilidad y los ODS Normas y proyectos
 
Fracking: amenaza para el clima en México.pdf
Fracking: amenaza para el clima en México.pdfFracking: amenaza para el clima en México.pdf
Fracking: amenaza para el clima en México.pdf
 

Psicopatologia de niños imprimir

  • 1. Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=77808503 Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Sistema de Información Científica Serafín Lemos Giráldez La psicopatología de la infancia y la adolescencia: consideraciones básicas para su estudio Papeles del Psicólogo, vol. 24, núm. 85, mayo-agosto, 2003, pp. 19-28, Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos España ¿Cómo citar? Fascículo completo Más información del artículo Página de la revista Papeles del Psicólogo, ISSN (Versión impresa): 0214-7823 papeles@correo.cop.es Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos España www.redalyc.org Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto
  • 2. EL MARCO TEÓRICO DE LA PSICOPATOLOGÍA EN LA INFANCIA Y LA ADOLESCENCIA En las últimas décadas, numerosos clínicos e investiga- dores interesados en el estudio de los trastornos psicoló- gicos de la infancia y la adolescencia han consolidado el modelo teórico conocido como psicopatología evoluti- va o psicopatología del desarrollo (Cicchetti y Cohen, 1995a, 1995b; Cicchetti y Rogosch, 2002). En este en- foque de la psicopatología, tanto la conducta normal co- mo la anormal se entienden como variaciones dentro de un continuo de rasgos o características y no como fenó- menos dicotómicos. Achenbach (1990), por ejemplo, re- fería que las conductas desviadas, que normalmente son motivo de búsqueda de ayuda profesional, no son más que meras variaciones cuantitativas de las características que pueden ser normales en ciertos períodos del desa- rrollo. La psicopatología evolutiva fue descrita por Stroufe y Rutter (1984) como “el estudio de los orígenes y el curso de los patrones individuales de desadaptación conduc- tual, cualquiera que sea el comienzo, las causas o trans- formaciones de su manifestación en la conducta, y cualquiera que sea el curso del patrón evolutivo” (p. 18). El objeto de la psicopatología evolutiva, por lo tanto, consiste en dilucidar qué procesos del desarrollo subya- cen a todos los ámbitos del funcionamiento y, en particu- lar, cómo se produce la compleja integración de los sistemas biológicos, psicológicos y sociales de la perso- na para explicar tanto la conducta adaptada como la desadaptada. La perspectiva organizacional que subya- ce a este enfoque es un potente marco para entender las intrincadas influencias del curso vital, tanto sobre los es- tados de riesgo y la psicopatología como sobre el desa- rrollo normal. Se supone que la vulnerabilidad para los trastornos psicológicos se derivan de las cualidades de la organización entre dichos sistemas, y no tanto de componentes aislados. Teóricamente, las personas bien adaptadas muestran coherencia en la organización de estos sistemas, en contraposición con las personas vulne- rables; si bien se supone que no existe un único prototi- po de vulnerabilidad sino varios. El desarrollo psicológico se concibe como el resultado de un determinado número de tareas relevantes para ca- da edad y estadio; de modo que puede establecerse una imagen jerárquica de la adaptación, en donde la resolu- ción satisfactoria de una cuestión relevante en un estadio temprano aumenta la probabilidad de una adaptación exitosa posterior. Sin embargo, aunque una adaptación temprana presagia con probabilidad cuáles van a ser las características del funcionamiento futuro, la posibili- dad de divergencia y discontinuidad siempre existe en un modelo que tiene un carácter dinámico. Es por eso, que el desarrollo se entiende como una epigénesis pro- babilística. Otro importante principio que sustenta la psicopatolo- gía evolutiva es que la persona ejerce un rol activo en la dirección del curso de su desarrollo; de modo que, aun- que los factores más distales en la historia personal o las influencias del momento presente sean importantes para el proceso del desarrollo, las elecciones que hace la per- sona y la auto-organización se cree que ejercen una in- fluencia crítica creciente en su desarrollo. Las experiencias tempranas son importantes, y el análi- sis de cómo han estructurado la organización de los sis- LA PSICOPATOLOGÍA DE LA INFANCIA Y LA ADOLESCENCIA: CONSIDERACIONES BÁSICAS PARA SU ESTUDIO Serafín Lemos Giráldez Facultad de Psicología. Universidad de Oviedo Se analizan los trastornos psicológicos de la infancia y adolescencia bajo el marco teórico de la psicopatología del desarrollo, y se hacen algunas sugerencias para entender la relación entre las grandes dimensiones psicopatológicas y los síndromes clínicos desde una perspectiva etiológica. Se formulan algunas hipótesis sobre el rol del contexto en la aparición de la psicopatología y, finalmente, se analiza el riesgo y la vulnerabilidad para algunos trastornos específicos. Psychological disorders in childhood and adolescence are analyzed according to the theoretical framework of the developmental psy- chopathology, and some suggestions are made to understand the relationship between dimensions of abnormal psychology and clini- cal syndromes in an etiologic perspective. Some hypotheses are presented on the role of context in the onset of psychopathology and, finally, the risk and vulnerability factors for some specific disorders are analyzed. Correspondencia: Serafín Lemos Giráldez. Facultad de Psicolo- gía. Universidad de Oviedo. Plaza Feijoo, s/n. 33001 Oviedo. Es- paña. E_mail: slemos@correo.uniovi.es A F o n d oPapeles del Psicólogo, 2003. nº 85, pp. 19-28
  • 3. A F o n d o 20 temas biológicos y psicológicos resulta útil para com- prender las diferencias interpersonales en la manera de responder al riesgo y al estrés a lo largo del desarrollo y en un determinado momento, así como en el uso de re- cursos de protección. Los cambios significativos en el equilibrio entre los procesos de riesgo y de compensa- ción se supone que tienen el poder de alterar la direc- ción de las trayectorias evolutivas. Rutter (1992) se refirió a dichos cambios como puntos de inflexión en la historia personal. Como se ha señalado, los psicopatólogos evolutivos es- tán interesados en el estudio tanto de los niños que pre- sentan características que confieren elevada predisposición a desarrollar trastornos psicológicos y que no los desarrollan, como de aquéllos que llegan a manifestarlos. El propósito es examinar los procesos de riesgo y de compensación, así como sus transacciones dinámicas y cómo influyen en el desarrollo de la perso- na. Consideran importante identificar a los niños y ado- lescentes que viven en circunstancias de riesgo de presentar posteriores trastornos en la edad adulta, con el fin de dilucidad las organizaciones prodrómicas implica- das en la evolución. Por otra parte, se asume también que la interacción di- námica entre los procesos de riesgo y de compensación se expresa en la conducta de manera diferente, depen- diendo de las normas, prácticas, valores y creencias de cada cultura. Por ejemplo, la caracterización de una cul- tura dentro de un continuo de propiedades socio-céntri- cas (que enfatizan la comunidad, la familia y la inter-relación) o individualistas (que enfatizan la indivi- dualidad, la autonomía y el logro personal), influirá de forma diferente en los procesos de riesgo y compensa- ción y en la forma en que interactúan. Del mismo modo, la cultura también puede influir en la forma de expresión de los síntomas (por ejemplo, preferentemente socio- emocionales o físicos). La perspectiva evolutiva de la psicopatología presupo- ne que, durante el desarrollo, se van integrando más los sistemas cognitivo, afectivo, social y biológico del niño y del adolescente, permitiendo así que diversos mecanis- mos de vulnerabilidad o de protección actúen de forma sinérgica en el desarrollo de un trastorno. Sin embargo, como se desprende de la investigación epidemiológica, ello no significa que la interacción de factores vaya a producir el trastorno de la misma forma en dos indivi- duos, sino que ambos pueden desarrollar idéntico tras- torno mediante mecanismos diferentes (fenómeno conocido en la teoría general de sistemas como equifina- lidad); del mismo modo, los mismos mecanismos de vul- nerabilidad pueden dar lugar a diferentes tipos de trastornos en las dos personas, dependiendo de la diná- mica de interacciones mutuas que se produzca en la his- toria del desarrollo personal (fenómeno de la multifinalidad). Como reflejo de la transición desde modelos de enfer- medad a modelos basados en una perspectiva evolutiva de la psicopatología, la investigación sobre la vulnerabi- lidad en niños y adolescentes ha cambiado, pasando de la identificación de procesos únicos de vulnerabilidad a un análisis de la interacción más comprensivo entre múl- tiples mecanismos de vulnerabilidad y protección, facto- res ambientales de riesgo y compensación y cambios evolutivos. Los factores de compensación incluyen, entre otras características, los cuidados estables recibidos por el niño; sus capacidades de solución de problemas; el atractivo que pueda suscitar entre sus compañeros y los adultos; la competencia manifiesta y la auto-eficacia percibida; la identificación con modelos que desempe- ñan roles de competencia; o la planificación y aspiracio- nes. Estos factores de protección pueden estar presentes tanto en el individuo como en el ambiente externo, y son muy heterogéneos. Los modelos de enfermedad, generalmente, solían orientar la investigación psicopatológica hacia un único factor patógeno, de carácter endógeno, (p. ej., déficit atencional) y un tipo de trastorno específico (p. ej., hipe- ractividad, depresión, esquizofrenia, etc.). Con la apari- ción de los modelos de diátesis-estrés, la atención se dirigió hacia el estudio de la interacción entre la diátesis (los mecanismos de vulnerabilidad) y las experiencias vi- tales estresantes, que puede dar lugar al trastorno. El surgimiento de los modelos evolutivos de la psicopatolo- gía orientó el interés por esclarecer la compleja interac- ción entre las características del niño y su ambiente social, tratando de identificar los mecanismos de vulne- rabilidad y de protección implicados en el desarrollo de cada trastorno específico. En la actualidad, persiste más bien la tendencia a entender cuáles son los procesos y mecanismos de la vulnerabilidad, en vez de tratar de identificar un factor concreto de vulnerabilidad que co- rrelaciona con un determinado trastorno. COMORBILIDAD Y DIMENSIONES DE LA PSICOPATOLOGÍA EN LA INFANCIA Y ADOLESCENCIA En los últimos veinte años, se han llevado a cabo diver- sos estudios epidemiológicos sobre la psicopatología en niños y adolescentes en diversos países, con bastante si- militud de resultados (Schwab-Stone y Briggs-Gowan, 1998; Wittchen, Nelson y Lachner, 1998). Las tasas de prevalencia globales encontradas se sitúan entre 14-20% de la población infantil y juvenil, siendo el rango 17- LA PSICOPATOLOGÍA DE LA INFANCIA Y LA ADOLESCENCIA: CONSIDERACIONES BÁSICAS PARA SU ESTUDIO
  • 4. Figura 1 Modelo heurístico jerárquico de las dimensiones psicopatológicas (Krueger y Piasecki, 2002). Los síndromes o patrones de conducta relativa- mente estrechos (dependencia de sustancias, conducta antisocial y conducta desinhibida) tienden a covariar o a presentarse con mayor proba- bilidad en la misma persona. Dichos patrones conforman la dimensión amplia denominada externalizante. Supuestamente, existen múltiples factores etiológicos (E1 a En) que determinan el síndrome de banda ancha externalizante y factores etiológicos que explican específicamente cada uno de los síndromes de banda estrecha (por ej., E ds1 a E dsn para la dependencia de sustancias). A F o n d o 20% el más repetido. De estos porcentajes, el 2% corres- ponde a trastornos graves, el 7-8% a trastornos de gra- vedad moderada, y el resto a psicopatología leve. En España, también han sido publicados diversos estudios de prevalencia de trastornos psicológicos en niños y adolescentes, cuyas tasas se sitúan en el rango del 20- 39% para los trastornos de conducta, con mayor fre- cuencia en los varones y a más edad; entre el 17-26% para los trastornos de ansiedad; entre el 4-14% para la depresión; y en torno al 12% para los trastornos del de- sarrollo (Aláez Fernández, Martínez Arias y Rodríguez Sutil, 2000; Bragado, Carrasco, Sánchez Bernardos, Bersabe y Montsalve, 1995; Bragado, Carrasco, Sán- chez y Bersabe, 1996; Mogaz Lago, García Pérez y del Valle Sandín, 1998; Subira, Obiols, Mitjavila, Cuxart y Domenech Llavería, 1998). Otra característica derivada de los estudios de preva- lencia es la constatación de altas tasas de comorbilidad, que tiende a situarse en torno al 50%. La comorbilidad, o co-ocurrencia de dos o más trastornos en la misma persona, es un fenómeno también observado en la psi- copatología de los adultos. Así, en estudios epidemioló- gicos a gran escala, se comprueba que la coexistencia de dos o más categorías diagnósticas del DSM en la misma persona es la regla y no la excepción (Kessler et al., 1994). Es más, no son nada raros los casos en los que se cumplen los criterios de tres, cuatro o más trastor- nos mentales a la vez (Newman, Moffitt, Caspi y Silva, 1998). En oposición a los sistemas clasificatorios que organi- zan la psicopatología en categorías diagnósticas, como el DSM o la CIE, las taxonomías empíricas, de base ma- temática, se basan en las correlaciones o la covariación de signos, síntomas o conductas. Estos procedimientos han permitido identificar dos factores de segundo orden o dimensiones psicopatológicas de banda ancha en los niños y los adolescentes (Achenbach, 1985; Achenbach y Edelbrock, 1978). La primera dimensión, que incluye los trastornos de ansiedad y la depresión, ha sido deno- minada internalizante. La segunda dimensión, que inclu- ye los trastornos de conducta, el abuso de substancias o la hiperactividad, se conoce como externalizante. Los factores centrales de primer orden, de los que se derivan dichas dimensiones, incluyen ocho o diez síndromes más específicos. Los factores de primer orden encontrados por nosotros en estudios de adolescentes españoles, con la utilización del cuestionario Youth Self-Report (YSR), han sido los siguientes: Depresión, Agresividad verbal, SERAFÍN LEMOS GIRÁLDEZ E1 En E ds1 E dsn Externalizante Conducta antisocialDependencia de Substancias Conducta desinhibida E ca1 E can E cd1 E cdn Banda ancha, más general Banda estrecha, más específica
  • 5. A F o n d o 22 Conducta delictiva, Problemas de pensamiento, Quejas somáticas, Problemas de relación social (aislamiento), Búsqueda de atención y Conducta fóbico-ansiosa (Lemos Giráldez, Vallejo Seco y Sandoval Mena, 2002). Dichos factores no difieren mucho de los obtenidos por Achen- bach (1991) en población americana. La utilización de las técnicas estadísticas multivariadas en la investigación psicopatológica se acomoda al referi- do supuesto de continuidad de las experiencias y de los comportamientos normales y anormales, permitiendo ubicar a cada caso concreto dentro de un conjunto de dimensiones. Mientras que la organización de la psicopatología en el DSM o la CIE se concreta en centenares de categorías diagnósticas, las taxonomías de base matemática permi- ten organizar los trastornos atendiendo a una estructura jerárquica más simple. Con esta metodología, Krueger y Piasecki (2002) han propuesto un modelo heurístico de tipo jerárquico para la descripción y la explicación etio- lógica de las dos grandes dimensiones de la psicopato- logía: la internalizante y la externalizante (Figura 1), cada una de las cuales se puede manifestar en distintas facetas o dimensiones de primer orden, que conforman patrones de conducta desadaptada. Dichas facetas pue- den asemejarse a diversos síndromes clínicos o categorí- as descritos en los sistemas de clasificación oficiales como entidades diferenciadas. Teniendo en cuenta que existe una alta comorbilidad de diferentes síndromes clínicos en el mismo individuo, o la co-ocurrencia de síntomas pertenecientes a diferentes entidades clínicas, la explicación de este fenómeno pue- de deberse a que la covariación responda a característi- cas subyacentes, comunes a varios trastornos; lo que podría significar que algunos diagnósticos representan facetas de una misma dimensión de banda ancha. Si es- ta fuera la naturaleza de la psicopatología, la doble re- presentación jerárquica presentada en la Figura 1 permitiría dar una solución elegante a la combinación de un modelo dimensional para los factores de banda ancha, y un sistema categorial para sus variaciones en patrones de conducta más específicos. Además, esta re- presentación se ajusta a la sugerida etiología genética de grandes dimensiones psicopatológicas (Cloninger y Svrakic, 1994; Cloninger, Svrakic, Bayon y Przybeck, 1999; Zuckerman, 1999) y, por contra, a la influencia de factores ambientales en el desarrollo de las facetas o síndromes específicos en los que se expresa cada dimen- sión. Es decir, trastornos específicos como son la depen- dencia de sustancias, la conducta antisocial y la conducta desinhibida se supone que comparten mecanis- mos biológicos o genéticos de vulnerabilidad comunes de la dimensión externalizante, que dan lugar a una de- ficiente auto-regulación de la conducta (Newman y Wa- llace, 1993); mientras que los diferentes ambientes a los que están expuestas las personas que manifiestan esta vulnerabilidad permitirían explicar su expresión diferen- cial en patrones de conducta o síndromes específicos. Lo mismo ocurriría con los síndromes específicos de depre- sión o de ansiedad, que serían expresiones de las in- fluencias ambientales sobre la dimensión amplia, genética o biológicamente determinada, internalizante (Kendler, 1996). En consecuencia, es previsible que la multiplicación de categorías diagnósticas utilizadas en la actualidad se re- vertirá en el futuro, así como que la mayoría de los tras- tornos serán definidos en términos dimensionales. La validez última de los sistemas diagnósticos dependerá de rasgos psicopatológicos latentes que subyacen a éstos, sus etiologías, y no de estructuras correlacionales basa- das en los síntomas superficiales. LA INFLUENCIA DEL CONTEXTO AMBIENTAL EN LA PSICOPATOLOGÍA De acuerdo con las hipótesis hasta aquí formuladas, las grandes dimensiones psicopatológicas internalizante y externalizante tienen su origen en predisposiciones bio- lógicas específicas hacia un espectro de trastornos (por ej., alteraciones cuyo rasgo principal es la elevación del nivel de ansiedad), pero no hacia otros (por ej., altera- ciones cuya característica central es la desinhibición, de- ficiente auto-regulación y un pobre control atencional). Asumiendo la existencia de predisposición temperamen- tal hacia un determinado espectro psicopatológico, cabe preguntarse hasta qué punto influye el ambiente en la configuración de los trastornos psicológicos. Numerosos estudios se han ocupado de explorar las re- laciones causales existentes entre determinados entornos socio-familiares, estilos de crianza o experiencias tem- pranas y algunos trastornos psicológicos. Así, abundan en la literatura referencias al papel que juegan experien- cias específicas, como son la pérdida de seres queridos o la deprivación afectiva durante la infancia, en el ori- gen de estados de depresión; o la crianza en familias desestructuradas e inconsistentes en la aplicación de nor- mas, en el origen de la personalidad antisocial. La reali- dad nos dice, sin embargo, que esta pretendida asociación entre factores ambientales específicos y tras- tornos específicos no siempre se cumple ni con la regula- ridad ni en la dirección esperadas, puesto que cualquiera de dichos contextos ambientales específicos muchas veces dan lugar a diferentes manifestaciones dis- funcionales (el aludido fenómeno de la multifinalidad); a LA PSICOPATOLOGÍA DE LA INFANCIA Y LA ADOLESCENCIA: CONSIDERACIONES BÁSICAS PARA SU ESTUDIO
  • 6. A F o n d o la vez que, por el contrario, un trastorno psicológico es- pecífico generalmente parece guardar relación funcional con antecedentes ambientales notablemente diferentes (el fenómeno de la equifinalidad). En definitiva, a estas alturas parece confirmarse que no es posible establecer una relación consistente entre con- textos ambientales específicos y la aparición de determi- nados trastornos. Por ello, se ha señalado que para el estudio del papel que juega el contexto ambiental en la psicopatología es más conveniente diferenciar entre las influencias del contexto en el origen de los trastornos y sus influencias en el mantenimiento y evolución de los mismos (Steinberg y Avenevoli, 2000). El contexto como provocador de trastornos Como se ha dicho, la investigación ya realizada y la ob- servación clínica permiten concluir que el impacto del ambiente en la aparición de la psicopatología en la in- fancia y la adolescencia es muy poco específico. Parece, en cambio, más evidente que los trastornos psicológicos, tanto en su forma como en su gravedad, vienen determi- nados por mecanismos de vulnerabilidad temperamental de naturaleza endógena y probablemente biológica. En efecto, todo parece confirmar que idénticos factores con- textuales pueden producir alteraciones diferentes porque las personas son temperamental o biológicamente distin- tas. Por ejemplo, el análisis de las diferencias inter-se- xuales observadas en la psicopatología infantil y adulta demuestra que las mujeres son más propensas a mani- festar trastornos internalizantes y los varones lo son a trastornos externalizantes. Idénticas diferencias se obser- van en los rasgos de la personalidad relacionados con estos trastornos, ya que las mujeres puntúan más alto en escalas que miden ansiedad y neuroticismo, mientras que los varones lo hacen en escalas de búsqueda de sensaciones y de agresividad. Estas diferencias tienen carácter universal y no parecen depender de sesgos diagnósticos, de factores culturales o de diferencias en la exposición a estresores; sino que probablemente expresan vulnerabilidades o predisposi- ciones biológicas subyacentes específicas para cada se- xo. Al respecto, Zuckerman (1999) señaló el hallazgo de un posible marcador: el bajo nivel de enzima MAO-B en las personas que son muy propensas a la búsqueda de sensaciones, así como en alcohólicos, drogadictos, psi- cópatas y criminales; y en los varones, en comparación con las mujeres, a cualquier edad. La MAO-B se presen- ta como un posible rasgo muy fiable y estable, que varía poco con la experiencia; especialmente si se compara con el nivel de testosterona, que guarda relación con la búsqueda de sensaciones y la asertividad en general. No obstante, la no especificidad de los contextos en la producción de los trastornos psicológicos, obviamente, no significa que haya que negarle su influencia o alguna contribución en la aparición de los mismos. La relación no específica entre contextos y trastornos psicológicos puede deberse a que ambientes muy diferentes pueden producir estados generales de ansiedad, estrés o amena- za percibida, cuya vía final común es la activación psi- cofisiológica y otras respuestas biológicas que, aparentemente, son diferentes en cada persona. Éste es el postulado central de los modelos de diátesis-estrés (Rosenthal, 1970). Las reacciones psicofisiológicas frente a los estresores pueden venir determinadas genéticamente o bien ser ad- quiridas por cambios biológicos en períodos tempranos del desarrollo, durante los cuales es mayor la plasticidad cerebral neuropsicológica, determinando así la predis- posición hacia un tipo u otro de psicopatología. Esto ex- plicaría por qué experiencias traumáticas durante la infancia o en etapas posteriores, o un ambiente familiar desestructurado, pueden provocar reacciones de ansie- dad y depresión en unos individuos, mientras que expe- riencias similares producen, en otros, trastornos de conducta o agresividad, dependiendo de la disposición biológica individual; sin contar con el amplio número de personas que generalmente logran adaptarse a dichas experiencias sin desarrollar patología alguna por ser es- casamente vulnerables. Se ha señalado, por ejemplo, de manera más concreta, que los problemas de impulsividad y los trastornos de conducta son más probables cuando la exposición a es- tresores tiene lugar en un período evolutivo en el que el córtex cerebral prefrontal es muy plástico; y que la pre- disposición a la depresión resulta con mayor probabili- dad de la exposición al estrés mientras el área prefrontal derecha del córtex es especialmente maleable (Davidson, 1994; Nelson y Bloom, 1997; Schore, 1997). Si esto es así, puede concluirse que las diferencias básicas en la psicopatología dependen de las regiones o circuitos del cerebro que resulten más afectados, o bien de predispo- siciones genéticas que dan lugar a respuestas psicobio- lógicas concretas. El contexto como modulador de trastornos En contraposición a la hipótesis de que el ambiente de- sempeña un supuesto rol específico en el origen de la psicopatología, parece más ajustado a observaciones sistemáticas la especificidad del contexto ambiental en la evolución de los trastornos psicológicos. La observación clínica es más acorde con la hipótesis de que ambientes específicos mantienen, aumentan o disminuyen la psico- SERAFÍN LEMOS GIRÁLDEZ
  • 7. A F o n d o 24 patología; pero una vez que se han expresado determi- nados comportamientos, diagnósticos o patrones de sín- tomas. Sin entrar a juzgar pretendidos mecanismos psicofisiológicos o de aprendizaje que puedan estar im- plicados en esta función moduladora, parece probable que la evolución o el curso clínico de los trastornos psi- cológicos específicos viene determinada por procesos de reforzamiento o de oportunidad para su expresión con- textual; de modo que la repetición de determinados pa- trones de conducta o de síntomas permite su consolidación posterior. Por consiguiente, las oportunidades que da el contexto ambiental pueden aumentar o disminuir la probabilidad y la frecuencia de un determinado patrón disfuncional de conducta. Según esto, y tomando los ejemplos ante- riores, haber vivido una experiencia traumática o una infancia en un medio familiar desestructurado no causa necesariamente el trastorno de ansiedad o la conducta antisocial sino que, cuando ya existen dichas conductas, permite la expresión de cualquiera de estos trastornos y contribuye a cristalizarlos. Además, los niños y adoles- centes con trastornos de conducta se asocian con otros de la misma condición, al igual que las personas depre- sivas simpatizan y se relacionan más con quienes mani- fiestan idénticos problemas. En consecuencia, puede afirmarse que el estrés contri- buye a modular, fortalecer o atenuar, los rasgos pre- existentes y probablemente no a transformarlos; mientras que las oportunidades de poner en práctica la conducta disfuncional contribuyen a cristalizar su expresión dife- renciada en cada contexto y su nivel de gravedad. No obstante, y en general, este punto de vista no infravalora la influencia que las experiencias infantiles o la naturale- za de los lazos afectivos desarrollados en edades tem- pranas puedan ejercer en el origen de los trastornos psicológicos, sino que pretende diferenciar las posibles rutas por las que discurre dicha influencia. Aún así, cabe la posibilidad de que la influencia del contexto ambiental en la evolución de la psicopatología sea muy limitada en determinados trastornos infanto-ju- veniles en los cuales su base genética o biológica es más determinante, como son el autismo, el trastorno por défi- cit de atención e hiperactividad, la esquizofrenia o el síndrome de La Tourette, entre otros. De acuerdo con este esquema, debería abandonarse la investigación sobre supuestos factores contextuales espe- cíficos como causantes de una psicopatología específica y centrar más el esfuerzo en indagar cómo las personas perciben y experimentan el estrés, y cuál es el factor me- diador de los rasgos de la personalidad en el estrés per- cibido. Al mismo tiempo, debería dedicarse mayor atención a identificar los mecanismos ambientales que atenúan o incrementan predisposiciones o conductas de- sadaptadas ya existentes, y a comprender cómo interac- túan en la diferenciación de síndromes específicos del mismo espectro. Solamente así los programas de inter- vención clínica y de prevención alcanzarán mejor el ob- jetivo pretendido. EL RIESGO Y LA VULNERABILIDAD Desde el punto de vista conceptual, y en consonancia con este planteamiento de la psicopatología, existe un creciente consenso respecto a que mientras el concepto de riesgo se refiere a un amplio conjunto de factores ambientales que están relacionados con el aumento de la probabilidad de que se exprese un trastorno, la vulne- rabilidad se refiere a las características endógenas del individuo, que actúan como mecanismos causales en la aparición del trastorno. El concepto de riesgo alude a las variables ambientales que están empíricamente relacionadas con la alta pro- babilidad de experimentar un trastorno (por ej., la po- breza o el estrés derivado de un ambiente familiar conflictivo). Por ello, el riesgo sirve para predecir la pro- babilidad de un trastorno pero no informa, necesaria- mente, de su naturaleza específica ni de los mecanismos que tienen lugar en la aparición del trastorno. El riesgo se refiere a las variables correlacionales o descriptivas de un trastorno y no a las variables causales per se. Los mecanismos de vulnerabilidad, en cambio, típica- mente incluyen características que residen dentro del in- dividuo, y que puede tener una base tanto genética (incluyendo tanto procesos neurobiológicos como dimen- siones del temperamento) o biológica (determinada por alteraciones tempranas o daño en el SNC). Aunque las variables externas del ambiente sean importantes, como se ha dicho, para explicar la expresión externa y modu- lar la evolución de la fenomenología de un trastorno, el locus de los mecanismos de vulnerabilidad es interno. Los investigadores generalmente han considerado la vulnerabilidad como un rasgo permanente. La vulnerabi- lidad como rasgo contrasta con la naturaleza de estado que tienen los trastornos psicológicos (es decir, con su naturaleza episódica). Supuestamente, los estados de perturbación aparecen y remiten como ciclos episódicos, mientras que los rasgos que producen la vulnerabilidad para el estado patológico se mantienen constantes. Aunque los teóricos de la vulnerabilidad, siguiendo la perspectiva genética o biológica, creen que existe escasa probabilidad de modificar sus características, los enfo- ques psicológicos contemplan la posibilidad de que pue- da haber un aprendizaje disfuncional en la génesis de la LA PSICOPATOLOGÍA DE LA INFANCIA Y LA ADOLESCENCIA: CONSIDERACIONES BÁSICAS PARA SU ESTUDIO
  • 8. A F o n d o vulnerabilidad; de modo que nuevas experiencias de aprendizaje podrían influir en un determinado factor de la vulnerabilidad y hacer fluctuar no sólo sus niveles fun- cionales sino también la vulnerabilidad misma. Desde la perspectiva psicológica, la vulnerabilidad pue- de disminuir con determinadas experiencias correctoras o, por el contrario, puede aumentar. Esta última posibilidad ocurriría cuando la persona se expone a experiencias aversivas y a sucesos estresantes que potencian los facto- res que contribuyen a la vulnerabilidad. Por ejemplo, se ha sugerido que la experiencia de episodios de un trastor- no puede aumentar la vulnerabilidad para futuras reacti- vaciones. Se cree que cada episodio de un trastorno afectivo puede dejar una huella neurobiológica residual que conduce al desarrollo de mecanismos mediante los cuales un estresor mínimo se convierte en suficiente para activar los mecanismos que conducen al trastorno. Así, di- cho proceso contribuiría a aumentar la vulnerabilidad. La estabilidad de la vulnerabilidad no significa, sin em- bargo, la permanencia o el carácter inalterable de la misma, aunque ambos términos puedan ser tomados co- mo sinónimos. Aunque el concepto de estabilidad clara- mente sugiere resistencia al cambio, no presupone que el cambio sea imposible sino que, en determinadas cir- cunstancias, podrían sobrevenir cambios positivos. En realidad, las terapias psicológicas y farmacológicas im- plícitamente se basan en esta premisa, presuponiendo que, en ausencia de intervención o de otras experiencias vitales significativas, pocos cambios serían esperables en las variables psicológicas estables. En consonancia con su carácter endógeno y su estabili- dad, con independencia de las formas externas de psi- copatología, la vulnerabilidad no es fácilmente observable; por lo que se considera un proceso latente, sólo apreciable mediante determinados marcadores em- píricamente descubiertos por la investigación. Se cree, además, que en los trastornos crónicos y en los de co- mienzo en edades tempranas podría haber componentes genéticos más fuertes en la vulnerabilidad, comparativa- mente con los trastornos agudos y de comienzo tardío. Resumiendo, se supone que los procesos de la vulnera- bilidad: (a) están presentes en personas asintomáticas o SERAFÍN LEMOS GIRÁLDEZ Tabla 1 Mecanismos de vulnerabilidad subyacentes a la psicopatología infantil (Price y Lento, 2001) Cognitivo Afectivo Social Biológico Ansiedad Cogniciones de pobre control sobre los sucesos o situaciones Dificultad para regular y supervisar la expresión emocional Apego inseguro Evitación y aislamiento social Inhibición conductual Disregulación de los subsistemas neurológicos Depresión Estilo de valoración cognitiva disfuncional, respecto a uno mismo o a los demás Atribuciones para los sucesos negativos internas, globales y estables Modelos negativos de uno mismo y los demás Dificultad para controlar la afectividad depresiva Uso aumentado de estrategias desadaptativas de regulación emocional Apego ansioso e inseguro Deterioro social, como el aislamiento Regulación disfuncional del eje HPA (hipothalámico- pituitario-adrenal) Sensibilidad aumentada a los sucesos estresantes Trastornos de conducta Estructuras en la memoria relativas a que el mundo es un lugar hostil Procesamiento automático que incluye atribuciones agresivas y hostiles Niveles altos de afectividad depresiva y enfado Elevada variabilidad e intensidad de las respuestas emocionales Relaciones y apego inseguros Pobre competencia social, como habilidades de solución de problemas negativas Rechazo social Neurológicos Déficit en los sistemas cerebrales noradrenérgicos y serotoninérgicos Déficit de atención e hiperactividad Déficit en el procesamiento y codificación de la información Distribución de la atención entre pocos estímulos Pobre acceso a respuestas desde la memoria Variabilidad en el humor negativo y en la activación Dificultad para el procesamiento de impulsos emocionales Pobre competencia social, del tipo de pobres habilidades de solución de problemas Dificultad para modular la comunicación social Déficit en el auto-control, como la impulsividad Metabolismo irregular de las monoaminas Disminución de la dopamina cerebral Baja activación del SARA Dificultad para la atención selectiva y sostenida, distraibilidad. Esquizofrenia Déficit en el procesamiento de la información y en la atención Dificultad para procesar información en situaciones controladas Afectividad embotada Retraimiento emocional Déficit en competencia social, como en la comunicación interpersonal y la solución de problemas Hiperactividad dopaminérgica Disfunción en la integración central
  • 9. A F o n d o 26 con leves signos externos de un trastorno; (b) guardan relación causal con la aparición de los síntomas; y (c) son, a veces, difícilmente observables y medibles. Por to- do ello, la investigación sobre los marcadores de la vul- nerabilidad equivale a la búsqueda de predictores en ausencia de los síntomas de un trastorno. En síntesis, los factores de riesgo frente a los factores de compensación conforman la dimensión ambiental; mientras que los mecanismos de vulnerabilidad en con- traposición a los de protección, configuran la dimensión endógena. Algunos marcadores biológicos de vulnerabilidad a di- versos trastornos en la infancia y adolescencia, así como sus correlatos cognitivos, afectivos y sociales, se recogen en la Tabla 1, de acuerdo con los puntos de vista de Pri- ce y Lento (2001). Del mismo modo, se presentan algunas características presentes en la infancia y la adolescencia que permiten predecir la aparición de trastornos de la personalidad (Tabla 2). Dichas características fueron ordenadas por Geiger y Crick (2001) a partir de un análisis de los 79 síntomas utilizados en el DSM-IV para describir los tras- LA PSICOPATOLOGÍA DE LA INFANCIA Y LA ADOLESCENCIA: CONSIDERACIONES BÁSICAS PARA SU ESTUDIO Tabla 2 Características infantiles o adolescentes que predicen trastornos de la personalidad (Geiger y Crick, 2001) Rasgos de la personalidad Trastorno de la personalidad Ejemplo de los síntomas referidos en el DSM-IV 1. Visión hostil y paranoide del mundo Paranoide Esquizotípica Límite Sospecha, sin base suficiente, que los demás se van a aprovechar de él, le van a hacer daño o a engañar Suspicacia o ideación paranoide Ideación paranoide transitoria, relacionada con el estrés o síntomas disociativos graves 2a. Emoción intensa, inestable o inadecuada Límite Histriónica Inestabilidad afectiva debida a una notable reactividad del estado de ánimo Muestra una expresión emocional superficial y rápidamente cambiante 2b. Afectividad restringida y aplanada Esquizoide Esquizotípica Muestra frialdad emocional, distanciamiento o aplanamiento de la afectividad Afectividad inapropiada o restringida 3a. Impulsividad Antisocial Límite Impulsividad e incapacidad para planificar el futuro Impulsividad en, al menos dos áreas, que es potencialmente dañina para sí mismo (p. ej., gastos, sexo, abuso de sustancias, conducción temeraria, atracones de comida) 3b. Rigidez Obsesivo-compulsiva Evitativa Perfeccionismo que interfiere con la finalización de las tareas Es extremadamente reacio a correr riesgos personales o a implicarse en nuevas actividades debido a que pueden ser comprometedoras 4a. Relaciones demasiado íntimas Límite Histriónica Dependiente Un patrón de relaciones interpersonales inestables e intensas caracterizado por la alternancia entre los extremos de idealización y devaluación Considera sus relaciones más íntimas de lo que, en realidad, son Va demasiado lejos llevado por el deseo de lograr protección y apoyo de los demás, hasta el punto de presentarse voluntario para realizar tareas desagradables 4b. Relaciones distantes y evitativas Obsesivo-compulsiva Paranoide Esquizoide Esquizotípica Evitativa Dedicación excesiva al trabajo y a la productividad con exclusión de las actividades de ocio y las amistades (no atribuible a necesidades económicas evidentes) Reticencia a confiar en los demás por temor injustificado a que la información que compartan vaya a ser utilizada en su contra Ni desea ni disfruta de las relaciones personales, incluido el formar parte de una familia Falta de amigos íntimos o desconfianza aparte de los familiares de primer grado Evita trabajos o actividades que impliquen un contacto interpersonal importante debido al miedo a las críticas, la desaprobación o el rechazo 5a. Sentimiento negativo de sí mismo Narcisista Evitativa Dependiente Frecuentemente envidia a los demás o cree que los demás le envidian a él Se ve a sí mismo socialmente inepto, personalmente poco interesante o inferior a los demás Tiene dificultades para iniciar proyectos o para hacer las cosas a su manera (debido a la falta de confianza en su propio juicio o en sus capacidades más que a una falta de motivación o de energía) 5b. Falta de sentido de uno mismo Límite Alteración de la identidad: auto-imagen o sentido de sí mismo acusada y persistentemente inestable 6. Peculiaridad en los procesos del pensamiento y en la conducta Esquizotípica Comportamiento o apariencia rara, excéntrica o peculiar 7. Despreocupación por las normas sociales o por las necesidades de los demás Antisocial Narcisista Falta de remordimientos, como lo indica la indiferencia o la justificación del haber dañado, maltratado o robado a otros Carece de empatía: es reacio a reconocer o identificarse con los sentimientos y necesidades de los demás 5c. Sentido de uno mismo exagerado Histriónica Narcisista Se siente incómodo en situaciones en las que no es el centro de la atención Tiene un grandioso sentido de importancia personal
  • 10. A F o n d o tornos de la personalidad. En opinión de estos autores, los síntomas pueden ser ordenados en siete dimensiones o características continuas, cuyos extremos de exceso o defecto serían los siguientes: Visión hostil y paranoide del mundo. Emociones intensas, inestables e inapropiadas, frente a afectividad restringida y aplanada. Impulsividad frente a rigidez. Relaciones interpersonales muy íntimas, frente a rela- ciones distantes y evitativas. Sentido negativo de uno mismo o falta del sentido del yo, frente a sentido exagerado de uno mismo. Peculiaridad en los procesos del pensamiento y en la conducta. Despreocupación por las normas sociales y las necesi- dades de los demás. La investigación sobre niños de alto riesgo sólo indica que hay una ligera relación entre los perfiles psicológi- cos apreciados durante los primeros años de vida y la psicopatología posterior, con la excepción de la impulsi- vidad y falta de autocontrol infantil y la posterior con- ducta antisocial o delictiva; así como entre la reactividad psicofisiológica e hipersensibilidad al estrés y la poste- rior aparición de trastornos afectivos o de ansiedad. Una tercera asociación consistente también se ha obser- vado entre presencia de importantes anomalías neuro- cognitivas en la infancia y el desarrollo posterior de trastornos del espectro esquizofrénico (Lemos, 1999). No obstante, la predicción de la psicopatología en la adolescencia y la edad adulta, a partir de características en la infancia, es tan modesta tal vez porque algunos ni- ños con perfiles de riesgo tienen la suerte de encontrar más tarde ambientes que les proporcionan apoyo (es de- cir, factores de compensación), o porque aquéllos que viven en circunstancias adversas poseen un temperamen- to que les permite desarrollar estilos de afrontamiento eficaces (es decir, mecanismos de protección). Parece probable que la manifestación de los trastornos psicológicos exige la combinación de, al menos, tres fac- tores independientes: un determinado temperamento vul- nerable, un ambiente que amplifique la vulnerabilidad psicológica, y estresores que precipiten la aparición de los síntomas. La probabilidad de que coexistan los tres factores en un determinado niño suele ser baja, como demuestran los estudios epidemiológicos. Este punto de vista está en consonancia con los modelos de vulnerabili- dad y difiere de las explicaciones ambientalistas lineales, que asumen que cierto tipo de experiencias (por ej., el abandono afectivo o el maltrato infantil) establece una secuencia de resultados que normalmente conducen a un trastorno psicológico; lo cual no está en consonancia con los datos empíricos. Digamos, finalmente, que la confluencia de los tres fac- tores antes citados no presupone, necesariamente, que en el origen de los trastornos psicológicos opera siempre un determinismo temprano. Quienes así piensan sostie- nen que, durante el desarrollo, nada del pasado se pier- de y que el presente viene dirigido por el pasado profundo y, en consecuencia, buscan explicaciones his- tóricas en el origen de la psicopatología y restan impor- tancia a otras fuerzas más recientes. Contrariamente, parece más sensato pensar que la confluencia de los fac- tores que dan lugar a un trastorno psicológico puede producirse en cualquier momento del proceso evolutivo y, con mayor probabilidad, en fases próximas a la apa- rición de los primeros síntomas. Como metafóricamente afirmaban Kagan y Zentner (1996), a este respecto, “aunque las lluvias de la primavera son inevitablemente el resultado de fuerzas que operan sobre eones anterio- res, la lluvia de hoy responde a circunstancias creadas hace sólo 48 horas”. BIBLIOGRAFÍA Achenbach, T. M. (1985). Assessment and taxonomy of child and adolescent psychopathology. London: Sage. Achenbach, T. M. (1990). Conceptualization of develop- mental psychopathology. En M. Miller (Ed.), Handbo- ok of developmental psychopathology. New York: Plenum Press. Achenbach, T. M. (1991). Manual for the Youth Self Re- port and 1991 profile. Burlington, VT: University of Vermont. Achenbach, T. M. y Edelbrock, C. S. (1978). The classifi- cation of child psychopathology: A review and analy- sis of empirical efforts. Psychological Bulletin, 85, 1275-1301. Aláez Fernández, M., Martínez Arias, R. y Rodríguez Sutil, C. (2000). Prevalencia de trastornos psicológi- cos en niños y adolescentes, su relación con la edad y el género. Psicothema, 12, 525-532. Bragado, C., Carrasco, I., Sánchez Bernardos, M. L., Bersabe, R. M. y Montsalve, T. (1995). Prevalencia de los trastornos psicopatológicos en niños y adolescen- tes: Resultados preliminares. Clínica y Salud, 6, 67- 82. Bragado, C., Carrasco, I., Sánchez, M. L. y Bersabe, R. M. (1996). Trastornos de ansiedad en escolares de 6 a 17 años. Ansiedad y Estrés, 2, 97-112. Cicchetti, D. y Cohen, D. J. (Eds.). (1995a). Developmen- tal psychopathology. Vol. 1: Theory and methods. New York: Wiley. Cicchetti, D. y Cohen, D. J. (Eds.). (1995b). Developmen- SERAFÍN LEMOS GIRÁLDEZ
  • 11. A F o n d o 28 tal psychopathology. Vol. 2: Risk, disorder and adap- tation. New York: Wiley. Cicchetti, D. y Rogosch, F. A. (2002). A developmental psychopathology perspective on adolescence. Journal of Consulting and Clinical Psychology, 70, 6-20. Cloninger, C. R. y Svrakic, D. M. (1994). Differentiating normal and deviant personality by the seven-factor personality model. En M. Lorr (Ed.), Differentiating normal and abnormal personality (pp. 40-64). New York: Springer. Cloninger, C. R., Svrakic, D. M., Bayon, C. y Przybeck, T. R. (1999). Measurement of psychopathology as va- riants of personality. En C. R. Cloninger (Ed.), Perso- nality and psychopathology (pp. 33-65). Washington, DC: American Psychiatric Press. Davidson, R. J. (1994). Asymmetric brain function, affec- tive style, and psychopathology: The role of early ex- perience and plasticity. Development and Psychopathology, 6, 741-758. Geiger, T. C. y Crick, N. R. (2001). A developmental psychopathology perspective on vulnerability to perso- nality disorders. En J. M. Price (Ed.), Vulnerability to psychopathology: Risk across lifespan (pp. 57-102). New York: Guilford Press. Kagan, J. y Zentner, M. (1996). Early childhood predic- tors of adult psychopathology. Harvard Review of Psy- chiatry, 3, 341-350. Kendler, K. S. (1996). Major depression and generali- zed anxiety disorder: Same genes, (partly) different environments -revisited. British Journal of Psychiatry, 168 (Suppl. 30), 68-75. Kessler, R. C., McGonagle, D. K., Zhao, S., Nelson, C. B., Hughes, M., Eshleman, S., Wittchen, H. y Kendler, K. S. (1994). Lifetime and 12-month prevalence of DSM-III-R psychiatric disorders in the United States: Results from the National Comorbidity survey. Archi- ves of General Psychiatry, 51, 8-19. Krueger, R. F. y Piasecki, T. M. (2002). Toward a dimen- sional and psychometrically-informed approach to conceptualizing psychopathology. Behaviour Research and Therapy, 40, 485-499. Lemos Giráldez, S., Vallejo Seco, G. y Sandoval Mena, M. (2002). Estructura factorial del Youth Self-Report (YSR). Psicothema, 14, 816-822. Lemos, S. (1999). Trastornos del espectro esquizofrénico: Marcadores de predicción temprana. En J. Buendía (Ed.), Psicología clínica: Perspectivas actuales (pp. 97- 137). Madrid: Pirámide. Mogaz Lago, A., García Pérez, E. M. y del Valle San- dín, M. (1998). Ansiedad, estrés y problemas de an- siedad en escolares de 12 a 18 años. Papeles del Psicólogo, 71, 40-43. Nelson, C. y Bloom, F. (1997). Child development and neuroscience. Child Development, 68, 970-987. Newman, D. L., Moffitt, T. E., Caspi, A. y Silva, P. A. (1998). Comorbid mental disorders: Implications for treatment and sample selection. Journal of Abnormal Psychology, 107, 305-311. Newman, J. P. y Wallace, J. F. (1993). Diverse path- ways to deficient self-regulation: Implications for disin- hibitory psychopathology in children. Clinical Psychology Review, 13, 699-720. Price, J. M. y Lento, J. (2001). The nature of child and adolescent vulnerability: History and definitions. En J. M. Price (Ed.), Vulnerability to psychopathology: Risk across lifespan (pp. 20-38). New York: Guilford Press. Rosenthal, D. (1970). Genetic theory of abnormal beha- vior. New York: McGraw-Hill. Rutter, M. y Schopler, E. (1992). Classification of perva- sive developmental disorders: Some concepts and practical considerations. Journal of Autism and Deve- lopmental Disorders, 22, 459-482. Schore, A. N. (1997). Early organization of the nonline- ar right brain and development of a predisposition to psychiatric disorders. Development and Psychopatho- logy, 9, 595-631. Schwab-Stone, M. E. y Briggs-Gowan, M. J. (1998). The scope and prevalence of psychiatric disorders in child- hood and adolescence. En P. Ferrari (Ed.), Designing mental health services and systems for chindren and adolescents: A shrewd investment (pp. 2-25). Phila- delphia: Brunner/Mazel. Steinberg, L. y Avenevoli, S. (2000). The role of context in the development of psychopathology: A conceptual framework and some speculative propositions. Child Development, 71, 66-74. Stroufe, L. A. y Rutter, M. (1984). The domain of deve- lopmental psychopathology. Child Development, 55, 17-29. Subira, S., Obiols, J. E., Mitjavila, M., Cuxart, F. y Do- menech Llavería, E. (1998). Prevalencia del síndrome depresivo en una muestra de adolescentes escolariza- dos de 13 a 15 años. Revista de Psiquiatría de la Fa- cultad de Medicina de Barcelona, 25, 86-91. Wittchen, H. U., Nelson, C. B. y Lachner, G. (1998). Pre- valence of mental disorder and psychosocial impair- ments in adolescents and young adults. Psychological Medicine, 28, 109-126. Zuckerman, M. (1999). Vulnerability to psychopatho- logy: A biosocial model. Washington, DC: American Psychological Association. LA PSICOPATOLOGÍA DE LA INFANCIA Y LA ADOLESCENCIA: CONSIDERACIONES BÁSICAS PARA SU ESTUDIO