2. El Perfil del Filosofo
En la sesión #9 vimos que para que la ciudad sea
justa, los ciudadanos de oro deben gobernar y
deben hacerlo con sabiduría. ¿Pero, qué es la
sabiduría? Sócrates comienza delineando un perfil
de la personalidad del filósofo. Sócrates le explica a
Glaucón quién es el filósofo desde varias
perspectivas:
En primer lugar, es alguien dispuesto a saborear el
aprendizaje con gusto.
3. El Perfil del Filosofo
En segundo lugar el filósofo es cierto tipo de ser
humano con una clase especial de amor.
Glaucón le responde que existen muchas clases de
gentes que parecen amar la sabiduría.
La respuesta socrática – Los aficionados a los
espectáculos, a las artes y a los hombres de acción
están preocupados por los particulares y no son
filósofos.
Los filósofos verdaderos gustan de contemplar la
verdad.
4. La Metodología de Parménides
MÉTODO OBJETO VÍA
El noûs (ón) ente (Alêtheia) de la
verdad
El noûs (ón) ente Impracticable (lo
que no es)
La sensación las cosas de la opinión
(doxa) de lo que es y no
es
5. Parménides
El ente (ón) por medio del noûs (pensamiento) alcanza la
verdad. ¿Qué puede decirse del ente? Parménides como
racionalista, como pensador lógico que ignora la
observación empírica lanza los siguientes predicados del
ón:
El ón es eterno – porque si no lo fuese no pudiese explicarse
cómo llegó a ser. Una opción pudiera ser que llegó a ser
partiendo del no ser. Pero el no-ser no es. Por lo tanto como lo
que no es puede ser el origen de algo que es. Por la misma
razón entonces el ser no puede perecer ya que no tendría a
donde ir.
El ón es uno e indivisible – si fuera más de uno, estaría dividido
internamente. Pero si tuviera divisiones internas una parte del ser
ya no es porque sería otra cosa y no lo que es. Sin embargo el
ser no puede ser el no-ser. Por lo tanto el Ser es indivisible.
6. Lo que no “es”
El argumento de Parménides es que es imposible pensar
en lo que no es. Tratemos de entenderlo. Pensemos que
lo que “no-es” es la NADA.
Es imposible tratar de pensar en NADA. Por eso Parménides
decía que “es la misma cosa es el pensar que ser”. Si la NADA
no puede SER, entonces tampoco puede ser SUJETO del
pensamiento.
Por eso es que la segunda vía es totalmente inaprensible. El no-
ser es ininteligible.
De esta forma, Parménides se enfrenta con primera ley de
naturaleza: la ley de la conservación de masa y energía. La
existencia es eterna.
Por otra parte, el movimiento no es posible porque requiere
moverse hacia el vacío y el vacío es la NADA y por definición la
NADA no existe.
7. La Doxa también es Falsa
La doxa es también falsa porque combina lo que es con lo que no es.
La doxa es la “apariencia” o “la forma en que las cosas parecen ser”. En
un sentido más restrictivo la doxa es la opinión o creencia.
La esencia de la doxa es la creencia en la multiplicidad y el cambio. Los
sentidos nos dan mucha información sobre las cosas: colores, texturas,
sabores, sonidos, etc. En ese sentido las cosas se transforman unas en
otras y están en constante variación. De esta manera una mesa de
madera parece crearse y destruirse. Sin embargo, este movimiento y
cambio son superficiales que constituyen la creación y la destrucción
son solo ilusorios, porque la realidad que subyace aquello de lo que
verdaderamente está hecho la mesa es indestructible. Lo que existe
siempre existirá. ¿Cómo lo sé? Lo sé a través del razonamiento que me
permite alcanzar este mundo estático, incambiable y subyacente de la
realidad material. Es la vía de la aletheia.
8. La Doxa
La doxa comprende esos movimientos, esos
cambios y los interpreta como un llegar a ser.
Y aquí está su error: el ser no se da en los
sentidos, sino en el noûs. La doxa empleando
el método sensorial (los sentidos) llega al ser
sin emplear el noûs. Es decir el llegar a ser
es más que un llegar a ser aparente. El
movimiento es variación y no generación, por
lo tanto no existe desde el punto de vista del
ser.
9. Recapitulación
Las cosas (prágmata) muestran a los sentidos, sus
predicados múltiples: coloreadas, calientes, frías,
duras o blandas, grandes o pequeñas. Sin embargo,
cuando otro órgano las considera como el
pensamiento (noûs) estas presentan una propiedad
importante y común a todas: antes de ser blancas,
rojas, frías o calientes, las cosas son. El predicado
real se manifiesta ante el noûs. Las cosas son ahora
“entes” (ón). Así el noûs y el ón aparecen ligados por
una conexión esencial: el uno no se da sin el otro.
10. Parménides y George Bernard
Shaw
Parménides advierte a sus lectores “no dejen que el
hábito nacido de la experiencia los obligue a dirigir
sus ojos sin visión… juzguemos con la razón”. De
esta manera, las cosas tienen una consistencia
determinada. Las cosas consisten en esto o lo otro
porque previamente consisten, es decir, consisten
en ser lo consistente.
El dramaturgo inglés George Bernard Shaw señaló
que “el sentido común es lo que nos indica que la
Tierra es plana”.
11. Los Universales
El debate comenzó con Heráclito de Efeso: “No nos
podemos bañar dos veces en el mismo río”.
El tiempo que transcurre entre mover el pié trasero hacia
delante, el agua ha continuado río abajo, la ribera ha
cambiado y por lo tanto el río no es ya el mismo.
De esta observación Heráclito llega a una conclusión
escéptica: Ya que nada permanece estable de momento a
momento, todo tipo de conocimiento que pensamos que
tenemos, está ya obsoleto antes de tenerlo.
De ahí la conclusión que como todo está en constante flujo,
no existe nada duradero y por lo tanto de aquí el
relativismo ético.
12. La Respuesta Platónica
Podemos contemplar el mismo río un sinnúmero
de veces porque el río como forma siempre
permanece. El río es por lo tanto una idea sin
tiempo, de la cual los ríos cambiantes participan.
El mundo material es un reflejo imperfecto del
mundo real.
Existe una diferencia entre el mundo de los sentidos y
el mundo del intelecto: del mundo de los sentidos solo
tenemos opiniones ya que es provisionalmente real,
es como las paredes de la caverna. Del mundo del
intelecto tenemos conocimiento.
13. Las Formas y Las Ideas
Las formas e ideas son una traducción del griego (eidos), sin
embargo la idea no existe sino en la mente humana.
Existe una forma por cada tipo de objeto en el mundo sensible:
perros, seres humanos, montañas, colores, amor, etc.
Las formas existen en Cielo platónico, cuando morimos el alma
alcanza una fusión con las formas. La reencarnación nos permite
tener una recolección de las formas: El Mito del Fedro.
Los objetos que participan de las formas son los particulares. Las
formas no son la causa de lo particular. Si la Forma no existe
entonces lo particular no puede existir también. Las Formas son la
posibilidad de las cosas, son las condiciones necesarias para la
existencia de las cosas. Las Formas son las esencias de las cosas.
Por ejemplo, no obstante la presencia de varios tipos de mesas a
nivel universal, sin la esencia de la mesa, las mesas no serían
mesas.
14. Las Formas: Realidad Separada
El mundo de las Formas constituye una realidad
separada de nuestro mundo sensible. Este es un
mundo sin espacio y sin tiempo. Nunca comenzó y
nunca acabará. No tienen dimensiones espaciales ni
dimensiones físicas. Son la rúbrica de la perfección,
porque no cambian. Por ejemplo, un dibujo de un
triángulo no será perfecto, pero la inteligibilidad de la
Forma del triángulo nos permite saber que éste es
un triángulo y que perdurará aunque borremos la
pizarra.
15. Relación con Parménides
Parménides descubrió el ente (las cosas en cuanto son
cosas). Platón descubrió el ser de las cosas, lo que hace
que las cosas sean, que sean entes. Platón no solo
distingue entre el ente y el ser, sino que los separa: las
ideas son algo separado de las cosas.
Ejemplo: Tengo una cosa que voy a conocer. La cosa es
un ente. Al conocerla no tengo en mi conocimiento la
cosa misma, sino el ser de la cosa, lo que aquella cosa
es (eidos). El humano como ente es viviente y racional.
El ser del humano es la idea del hombre.
16. Interacción de las Formas con el
Mundo Sensible
¿Cuál es el mecanismo que permite la
interacción entre el mundo de las Formas y el
mundo sensible? Quizás las formas son parte
del cosmos y por ello pueden interactuar con la
materia. Si todas las cosas tienen formas y si las
cosas son los integrantes del cosmos, entonces
las formas son cosas también y a su vez éstas
tendrán formas ad infinitum. Esto se conoce
como el Problema del Tercer Sujeto.