El documento resume la crítica de Platón a la poesía en el Libro X de La República. Sócrates argumenta que la poesía está lejos de la verdad y alimenta la parte irracional del alma. Aunque reconoce su poder de seducción, la destierra de la ciudad ideal por fomentar las emociones en lugar de la razón. Sin embargo, deja abierta la posibilidad de admitir una poesía filosófica y respeta a la poesía como alternativa a la filosofía.
2. ¿Una guía para la acción
política?
En el Libro IX, Platón recalca que Callipoli no puede ser una maqueta para la acción
política. Nos dice que la labor del filósofo es mirarse por dentro, “-Antes bien -
proseguí-, poniendo la vista en su gobierno interior y cuidando de que no se
mueva nada de lo que allí hay por exceso o escasez de fortuna, se regirá
conforme a esta norma aumentando o gastando de lo que tiene según su
capacidad.” (591e)
Es ahí que encuentra el patrón para la Ciudad Justa, sin importar si esta ciudad es
realizable o no.
-”Ya entiendo -dijo-: quieres decir que sólo ha de ser en la ciudad que veníamos
fundando, la cual no existe más que en nuestros razonamientos, pues no creo
que se dé en lugar alguno de la tierra. -Pero quizá -proseguí- haya en el cielo un
modelo de ella para el que quiera mirarlo y fundar conforme a él su ciudad
interior. No importa nada que exista en algún sitio o que haya de existir; sólo en
esa ciudad actuará y en ninguna más”. (592b). De ahí que La República sea
considerada un escrito sobre el alma humana. Su intención es aleccionarnos sobre
nosotros mismos. Es más bien una “ciudad interna”. Así que los ribetes totalitarios
del modelo de Platón con su comunismo familiar y la erradicación de la propiedad
privada parecen implícitamente decirnos que se trata de no comenzar con un
programa político y más con decirnos algo de nosotros mismos.
3. La critica metafísica de la poesía
Su primer argumento es una crítica metafísica de la poesía. Es una forma particular de entre los muchos
particulares a las que le aplicamos el mismo nombre. -¿Quieres, pues, que empecemos a examinarlo
partiendo del método acostumbrado? Nuestra costumbre era, en efecto, la de poner una idea para
cada multitud de cosas a las que damos un mismo nombre. ¿O no lo entiendes? (596ª).
Esta es una versión de la teoría de las ideas. “-Pongamos, pues, la que quieras de esas multitudes. Valga
de ejemplo si te parece: hay una multitud de camas y una multitud de mesas. -¿Cómo no? -Pero las
ideas relativas a esos muebles son dos, una idea de cama y otra idea de mesa.”(596b).
Dios es el que genera la idea de la cama, “-Conforme a lo dicho resultan tres clases de camas: una, la que
existe en la naturaleza, que, según creo, podríamos decir que es fabricada por Dios, porque, ¿quién
otro podría hacerla? -Nadie, creo yo. -Otra, la que hace el carpintero. -Sí -dijo. -Y otra, la que hace el
pintor; ¿no es así? -Sea.”(597b).
De ahí se desprende que la imitación está a dos pasos de distancia de lo verdadero. “Debemos, por
consiguiente, examinar si éstos no han quedado engañados al topar con tales imitadores sin darse
cuenta, al ver sus obras, de que están a triple distancia del ser y de que sólo componen fácilmente a los
ojos de quien no conoce la verdad, porque no componen más que apariencias, pero no realidades; o si,
por el contrario, dicen algo de peso y en realidad los buenos poetas conocen el asunto sobre el que
parecen hablar tan acertadamente a juicio de la multitud.”(599ª).
4. La critica psicológica de la poesía
Ya que la poesía depende de imágenes y relata historias emocionalmente recargadas,
nutre la parte irracional del alma humana. “-A esta confesión quería yo llegar
cuando dije que la pintura y, en general, todo arte imitativo hace sus trabajos a
gran distancia de la verdad y trata y tiene amistad con aquella parte de
nosotros que se aparta de la razón, y ello sin ningún fin sano ni verdadero.”
(603b).
La poesía en particular las tragedias, imitan a los hombres conflictivos y eso es lo
que le imprime un sello de dramatismo. Pero el hombre bueno, con un alma
armonizada no experimenta tales conflictos ya que es controlado y callado. “-Ahora
bien, uno de esos elementos, el irritable, admite mucha y variada imitación;
pero el carácter reflexivo y tranquilo, siendo siempre semejante a sí mismo, no
es fácil de imitar ni cómodo de comprender cuando es imitado, mayormente
para una asamblea en fiesta y para hombres de las más diversas procedencias
reunidos en el teatro. La imitación, en efecto, les presenta un género de
sentimientos completamente extraño para ellos. -En un todo. -Es manifiesto,
por tanto, que el poeta imitativo no está destinado por naturaleza a ese
elemento del alma ni su ciencia se hizo para agradarle, si ha de ganar renombre
entre la multitud, sino para el carácter irritable y multiforme, que es el que
puede ser fácilmente imitado. (604e-605ª).
5. El destierro de los poetas
En la polémica entre la filosofía y la poesía, Sócrates termina desterrando a los
poetas, “que, en lo relativo a poesía, no han de admitirse en la ciudad más que
los himnos a los dioses y los encomios de los héroes. Y, si admites también la
musa placentera en cantos o en poemas, reinarán en tu ciudad el placer y el
dolor en vez de la ley y de aquel razonamiento que en cada caso parezca mejor
a la comunidad. -Esa es la verdad pura -dijo. VIII. -Y he aquí -dije yo- cuál
será, al volver a hablar de la poesía, nuestra justificación por haberla
desterrado de nuestra ciudad siendo como es: la razón nos lo imponía.
Digámosle a ella además, para que no nos acuse de dureza y rusticidad, que es
ya antigua la discordia entre la filosofía y la poesía: pues hay aquello de «la
perra aulladora que ladra a su dueño», «el hombre grande en los vaniloquios de
los necios», «la multitud de los filósofos que dominan a Zeus», «los pensadores
de la sutileza por ser mendigos» y otras mil muestras de la antigua oposición
entre ellas. Digamos, sin embargo, que, si la poesía placentera e imitativa
tuviese alguna razón que alegar sobre la necesidad de su presencia en una
ciudad bien regida, la admitiríamos de grado, porque nos damos cuenta del
hechizo que ejerce sobre nosotros; pero no es lícito que hagamos traición a lo
que se nos muestra como verdad. Porque ¿no te sientes tú también, amigo mío,
hechizado por ella, sobre todo cuando la percibes a través de Homero? -En
gran manera. (607ª-d).
6. Una Critica mas fuerte que en los
Libros II y III
La poesía es una alternativa fundamental a la filosofía. Es el respeto al oponente.
Sus argumentos no son tan poderosos como para disuadir a persona alguna que
no haga poesía.
Por otra parte, Sócrates llega a reconocer que si el poeta llegara a defender su
poesía, éste estaría encantado con recibirla. Ver la cita anterior. Una poesía
filosófica parece ser aceptable para Sócrates.
Tal vez los diálogos platónicos constituyan una forma de poesía. (oposición
binaria de Derrida). Si leyéramos La República formalmente encontraríamos que
es un “reality show” con actores y el autor del drama los imita. El “show”
consiste en este personaje que se dedica a refutar a los demás (Céfalo,
Polemarco, Trasímaco, Glaucón y Adimanto). La República misma parece violar
sus reglas en contra de la poesía. Me parece que Platón está criticando a la
poesía (en el sentido genérico) a través de este personaje que se llama Sócrates,
pero está redactando un poema.
Sócrates establece una comparación entre el Sofismo (que usa la retorica) y la
poesía. Ambos hacen sus propias verdades. Aun el mismo Sócrates hace uso de las
técnicas sofistas y poéticas para probar sus puntos de vista. Termina respetando el
poder de la poesía y el sofismo.