Este documento resume dos secciones de La República de Platón. En la primera sección, Sócrates reformula el argumento del Libro IV sobre las diferentes partes del alma humana (deseo de sabiduría, ganancia y honor) y cómo están unificadas por el deseo. En la segunda sección, se discute la distinción entre placer y bienestar, y cómo la justicia es el bien supremo aunque la vida injusta pueda parecer más placentera. El documento también incluye una discusión sobre los diferentes regímenes políticos y cómo se relacion
2. Replanteamiento del Libro IV
Aquí Sócrates reformula el argumento del Libro IV:
el deseo de sabiduría, de victoria y de ganancia.
Aquí podemos nuevamente reformular un
argumento con el ya habíamos tratado a Platón: la
esencia de la psiquis humana es un “eros”, es un
deseo, un amor. Las diferentes partes del alma
están unificadas por un deseo. En este sentido el
alma humana es eros; así el oligarca desea las
ganancias, el timócrata desea la victoria y el honor y
filósofo desea la sabiduría.
3. ¿Por qué si la vida del injusto es
más placentera, por que es
problemático este modelo?
Hay que recordar la distinción entre lo placentero y lo
que es bueno. Para la persona hedonista todo lo
placentero es bueno. Para Sócrates, no todo lo
placentero tiene que ser bueno, ya que existen buenos y
malos placeres. Si ello es así, tendría que existir algún
tipo de estándares que nos permita colocar en un
escalafón los distintos tipos de placeres. De esta manera
no todo lo placentero es bueno, pero sí los buenos
placeres son los que son buenos. Lo que Sócrates
argumentará es que la justicia es el bien supremo y por
ende el gobernante justo, es el filósofo, con su deseo de
saber, es un amante del saber.
4. 1.1 - Primer argumento
El filósofo ha probado todos los placeres: el derivado de la ganancia;
el derivado del honor y el derivado del saber. Su gran ventaja sobre
los demás es que sólo él conoce el placer derivado del saber y esto
lo coloca en una posición ventajosa ya que los otros desconocen lo
que él ya ha experimentado. El ambicioso y el avaro están en una
posición de inferioridad para pasar juicio sobre cuáles de estos
placeres es el supremo placer. Por lo tanto si solo el filósofo es el
mejor juez, lo que éste prefiera debe ser el placer supremo. Por
supuesto que el filósofo preferirá la sabiduría. “Por lo que toca a la
honra -dijo-, si realizan aquello a que cada uno ha aspirado,
entonces a todos se les alcanza, porque, en efecto, el rico recibe
honra de mucha gente y lo mismo el valiente y el sabio, de modo
que todos tienen experiencia de cómo es el placer que da el ser
honrado; pero del placer propio de la contemplación del ser, de ése
es imposible que haya gustado ningún otro salvo el filósofo.”(582c).
5. 1.2 – Primer Argumento
El Sócrates platónico no concibe que la experiencia
tenga verdadero fruto si no va acompañada de reflexión;
en ello estriba para él la diferencia entre la retórica del
uso, una rutina sin arte, y el discurrir filosófico (Phaedr.
260e y Gorg. 463b). Se presume que sólo el filósofo
reúne las tres experiencias, su fallo es el único que tiene
valor. Menos claro es lo que se le añade después, de
que es también el único que posee el instrumento para
juzgar, el razonamiento, porque, como se ha observado,
el razonamiento por sí mismo puede apreciar el valor de
los tres géneros de vida, pero no medir la intensidad del
placer propio de cada uno (cf. infra, 583a).
6. Segundo Argumento
El placer que derivamos del conocer, no
conlleva dolor. Los placeres corporales están
sujetos a ciclos de placer seguidos por el
dolor, sobre todo cuando los placeres están
sujetos a utilidades marginales decrecientes.
Un ejemplo puede ser una resaca después
de una noche de bebe lata. El placer de la
noche termina en un dolor o varios dolores al
día siguiente.
7. Tercer Argumento
El objeto de la filosofía es “ser,” es decir; aquello que es estable y
verdaderamente real. Por lo tanto, el placer se asocia con la
estabilidad. Nos dice Sócrates que el hambre y la sed y otras
necesidades de la misma índole son una falta o vacío; la ignorancia
y la insensatez lo son también. Pero el vacío del hambre y de la sed
se llena con comida y bebida y el de la ignorancia y la insensatez
con el conocimiento. ¿Cuál de estas satisfacciones representa
plenitud más verdadera? Indudablemente la del conocimiento,
porque éste está atenido a lo siempre igual, a lo inmortal y a lo
verdadero (las ideas), es además siempre igual, inmortal y
verdadera en sí mismo y está en algo que siempre es igual, inmortal
y verdadera (el alma). Por lo tanto, participa más de la verdadera
existencia. Es más de lo que llena el cuerpo. Lo que se dice del
conocimiento se extiende después a todas las especies espirituales.
Este razonamiento, donde aparecen vinculados entre sí los dos
conceptos de verdad y de realidad, presupone la teoría metafísica
de los libros anteriores.
9. Los cálculos platónicos
Platón intentará someter su argumento a una precisión
numérica, el cálculo que sigue parece a primera vista al lector
moderno, una arbitrariedad y puerilidad.
Es también una muestra de la relación entre las matemáticas
y el alma humana. Es un chiste filosófico cuando Sócrates
indica que puede calcular matemáticamente la superioridad
de una vida sobre otra basada en el numero 729. El propósito
de esta broma es muy parecido al número de matrimonios
señalado en el Libro VIII de La República. Entre el 546b y el
547ª, los gobernantes son incapaces de dar con una formula
matemática para la eugenesia, por lo que se genera una
mezcla caótica de personas-metales: bronce, plata y oro. Aun
cuando ambiguo, claramente señala la imposibilidad de las
matemáticas para controlar los que es esencialmente
humano, el eros.
10. El Placer de Gobernar
Platón parte del principio de que el único placer
verdadero es el del monarca. Este número es el de los
días del año, 364 días 1/2, sumado con el de sus
noches, y, según parece, el de los meses del llamado
gran año pitagórico, que suman 729 días y noches.
Aquí el placer del monarca está representando por el 1
(3/3); el del hombre timocrático quedará representado
por 2/3 partes (0.66 x 729 días) lo que es igual a 481.14
días y noches del placer del monarca que es de 729 días
y noches) y el del oligárquico por 3, es decir, este último
será la tercera parte (1/3) del placer del monarca los que
son 240.5 días y noches o el 0.33 x 729 días y noches
de la felicidad del monarca.
11. Monarcas, Timócratas y Oligarcas
Platón agarra el 729 y lo fracciona en tres tercios.
El mayor placer lo deriva el Monarca/Aristócrata = 729 – 100%= 3/3.
El Timócrata es un dos tercios (segundo lugar) o 481.14 días y
noches del placer del monarca que es de 729 días y noches) y el del
oligárquico es 1/ 3, es decir, este último será la tercera parte del
placer del monarca (240.5 días y noches o el 0.33 x 729 días y
noches).
No obstante, Platón decidió cubicar la cifra del oligarca (que es 33 =
3x3x3 = 27. La división de 729/27 = 27∕3 = 9 lo que le reasigna un
1/9 de la felicidad del monarca, 1/9 es un decimal recurrente y es
igual a 0.1111111......... Estos son los días de felicidad del oligarca.
3^x = 729
log (3^x) = log (729)
xlog (3) = log (729)
x = log (729)/log (3)
x = 6
12. Demócratas y Tiranos
Para el caso del demócrata cuya posición es la cuarta se
multiplica el 3 del oligarca a la 4 potencia y 3^4 = 81
3^ (-4) = 1/81 donde x = - 4
(1x81)^ 729 = 9
Para el caso del Tirano es el 3 del oligarca elevado a la 5
potencia y 3^5 = 729
3^ (-5) = 1/729. Donde x = -5. El tirano no es feliz porque
su felicidad es una ínfima fracción negativa de los días y
noches del monarca.
13. La Infelicidad del Tirano
Así parece indicarse que la infelicidad del tirano con
respecto a la felicidad del monarca está repetida cada
día y cada noche, es decir, se extiende sin interrupción a
toda su vida. Lo más incomprensible de este cálculo es
la razón por la que se cubica el primer número obtenido
y se multiplica después por los otros, en vez de sumarlos
simplemente. Entre las explicaciones que se han dado
de la cubicación está la de que tanto el rey como el
tirano son seres de tres dimensiones, pero lo que Platón
parece haber querido es obtener una «cifra imponente» y
al mismo tiempo significa como expresión de su idea de
la diferencia entre la condición del hombre justo y la de
tirano.
14. La Solapada Advertencia de
Platón
Aunque la matemática es buena, no es tan buena como la filosofía ni
la filosofía es equivalente a la matemática. La filosofía es una
conversación, es una dialéctica. Es parte de la dimensión
conversacional de nuestra propia naturaleza. De esta manera, la
matemática queda relegada a un segundo plano, es buena pero no es
lo mejor.
Un ejemplo de la estabilidad del sujeto de estudio bajo la filosofía es
ilustrado por las inversiones en la Bolsa de Valores. Las inversiones
fluctúan el mercado trayendo felicidad o infelicidad. Por el contrario
el estudio de la filosofía no está sujeto a las fuerzas del mercado, ni a
los robos. Tomemos a Sócrates quien en la República se ríe tres
veces y nunca aparece llorando. No parece experimentar ni el estrés,
ni las ansiedades que afligen a la mayoría de los atenienses. Como
personaje de los diálogos platónicos parece llevar una vida
constantemente placentera y estable.
15. David Sachs
En un articulo titulado “Una falacia de irrelevancia en la República de Platón,”
Sachs argumenta que no está muy claro si Platón nos quiere vender la idea de la
justicia como parte de la cotidianidad o si nos quiere vender la idea de la justicia en
su dimensión extraordinaria o filosófica. Tomemos los diálogos de Sócrates con
Trasímaco y más tarde con Glaucón sobre el tema de si una vida de justicia es
superior a una vida de injusticias.
a. La idea de injusticia de Trasímaco es la injusticia de la cotidianidad: robar,
aprovecharse de los más desvalidos, del sistema político para su propio beneficio.
Tal parece que ante ese reto, Sócrates debe defender la justicia como parte de la fibra
de la cotidianidad: cumplir con las leyes, no robar, preocuparse por la comunidad de
las muchas maneras en que las asociamos con la justicia convencional. Ahora bien,
al leer La República en su totalidad, Platón parece referirse no a la justicia de la
cotidianidad sino la justicia “filosófica”.
b. Para fines del Libro IV, la justicia es la armonía del alma. La razón rige a
los deseos con la ayuda del espíritu (thymos). La justicia es la armonía filosófica del
alma. Es amar la sabiduría.
16. Preguntas o críticas
¿Por qué entonces la justicia de la cotidianidad
es superior a la injusticia de la cotidianidad?
¿Por qué la justicia convencional es superior a
la justicia?
A medida que transcurrimos La República nos
trasladamos de los asuntos comunes a la
cotidianidad y nos acercamos más hacia la
filosofía.
17. Reformulación de la Psicología
Tripartita
Antes de clausurar este libro, hay una referencia
extraordinaria en el 588c. Aquí Sócrates reformula su
psicología tripartita. Ya habíamos visto las imágenes del
amante de la sabiduría, del amante de las ganancias y del
amante del honor. Sin embargo, en esta ocasión nos invita a
crear una imagen mental de una bestia de muchas cabezas,
conocida como la hidra que representa los deseos. Un león
que representa el espíritu o thymos y un ser humano que
representa la razón. Dentro del alma humana coexisten los
tres. Esta imagen representa la idea socrática de la justicia: la
razón en control del alma. De las tres imágenes solo una es la
humana, interpretándose que la justicia es más humana que
la injusticia. La persona que se sale con la suya de manera
injusta opera como si fuera una bestia mucho más que si
fuera un ser humano.
18. Comparación de Imágenes
LIBRO IV
Comparación estática, rígida,
esquematizada de manera incoherente
La razón ordena a los deseos, pero están
tan separados la una de los otros que
serian incapaces de comprender las
órdenes
Demasiado matemática
19. Comparación de Imágenes
Libro VIII
Un ciclo auto-referenciado interminable:
dentro de cada ser humano hay una hidra,
un león y otro ser humano. La repetición y
la expansión es ad infinitum. Es una
imagen que no ES.
Más Humana
Constante Movimiento