La claritromicina es un macrólido de mejor absorción digestiva que penetra y se concentra en los macrófagos alveolares y ribosomas. Se metaboliza principalmente en el hígado y se elimina a través de la orina y las heces. Es más potente que la eritromicina contra ciertas bacterias como estreptococos, estafilococos, M. catarrhalis y especies de Chlamydia, aunque tiene poca actividad contra H. influenzae y N. gonorrhoeae.