2. Porque no somos iguales las
personas y los animales.
La vida como se ha dicho, es una
actividad que permite identificar a
los seres que por sus operaciones o
acciones identificarlos como tales,
es decir, como unos seres capaces
de desarrollarse, crecer y
manifestar características que en los
seres inerte o carentes de vida no
se dan.
Sabiendo que el hombre ha tenido
un origen, del cual por más que se
busque explicar es un misterio, lo
que resulta menos misterioso son
sus operaciones, es decir lo que le
permite operar como ser vivo
humano. Para ello lo primero y más
evidente es que está dotado de un
cuerpo, por lo que las primeras
operaciones vitales se centran en
dicha propiedad, por otro lado
vemos como además de contar con
el cuerpo puede realizar otro tipo de
operaciones, las cuales el vehículo
sigue siendo el cuerpo, de tal
manera, la manifestación de vida
sigue siendo por medio del cuerpo
individual o personal de cada sujeto.
Hay acciones que son fáciles de
explicar y poder entender cómo se
logran, como el hecho de caminar,
aunque es una operación compleja y
requiere de habilidades y
entrenamiento finalmente el hombre
logra hacerlo. El habla también es
una operación que articula varias
funciones corporales de las cuales el
hombre llega finalmente a tener un
lenguaje propio. Así como el
hombre logra todas esas funciones,
por otro lado descubre que hay
unas funciones que le resultan difícil
de comprender, ya que no
dependen de la corporalidad, pero
se dan por medio de ella, como es
el pensar o querer. El pensar es una
operación propiamente dicha
incorporal, es decir que se incorpora
por medio de cuerpo para ser
expresada y evidenciada, pero no es
corporal, lo cual ya resulta complejo
poder exponer dicho aspecto. Lo
mismo pasa con el querer, que es
una actividad propiamente humana
y que se da de modo distinto del
cuerpo, aunque se manifiesta por
medio del cuerpo.
El pensar y el querer son
actividades que por medio de la
conciencia se toman como el
referente primero, pero en la
interioridad de cada sujeto descubre
que ambas operaciones son
subsistentes a la experiencia
sensible, y que una vez adquiridas
la sensibilidad queda en un segundo
plano, de tal suerte que uno puede
ver que son operaciones de segundo
orden, es decir que van más allá de
la sensibilidad. Por ello requieren de
algo distinto que las alga subsistir,
es decir de un espíritu, el cual se da
en cada persona de modo único e
indivisible, de forma particular y
especial en cada uno.
Es así que la persona es un ser que
logra por medio de la sensación
alcanzar la percepción y de ella
llegar al pensamiento, acción
exclusiva de la inteligencia, por la
cual el hombre piensa y puede
llegar a distinguir entre uno o varios
objetos el verdadero. Además de
lograr apreciar no sólo lo útil sino lo
bueno, de tal suerte el hombre
logra alcanzar esos aspectos claves
para el desarrollo de su vida
personal.
3. Ser persona es una característica
que se manifiesta por la inteligencia
y voluntad, y que son las que
descubren eso que se da en el
sujeto como propiedad en su existir.
Con todo lo anterior logramos
develar la implicación del ser libres,
no se es libre si no se piensa en la
verdad y se quiere el bien, asunto
que es así y no puede ser de otro
modo. Aura bien ser libre es
propiedad del alma, más
concretamente del espíritu humano,
y es un asunto tan personal como el
mismo espíritu, por ello debe cada
persona lograr ser libre, y nadie
puede ser libre por nosotros,
ninguna persona debe ser privada
de la libertad, pues e atentar contra
la persona misma. Una forma de
hacerlo es por el engaño o la
manipulación, de ese modo es
siempre importante estudiar el
sentido y la fundamentación de
cada una de esas facultades
humanas del espíritu personal.