1. LA ALIMENTACIÓN COMO
FENOMENO SOCIAL.
En la alimentación interviene el contexto social, cultural, étnico y religioso
Ari Roberto Pérez Blacio
Casandra Ramirez Solis
2. INTRODUCCIÓN
¿Qué es la alimentación?
a) Diferencia entre nutrición, alimentación y dieta
b) Tipos de alimentación
Características de la alimentación
Funciones de la alimentación
El hambre y la saciedad
Los principales factores determinantes de la elección de alimentos
Alimentación social
a) La alimentación como signo de cultura
b) La alimentación como signo de religión
c) La alimentación como signo de economía
Factores físicos de la alimentación
Factores psicológicos de la alimentación
Trastornos alimenticios
i. Anorexia
ii. Bulimia
La alimentación como objeto de estudio en las ciencias sociales
La alimentación en América Latina
a) Guías alimentarias
b) Estudios de alimentación en otros países
Análisis de la alimentación desde la cultura
a) Factores culturales de los alimentos
b) La alimentación como identidad cultural
La comida como interacción social
Aspectos sanitarios y nutrición
Los aportes de la sociología de la alimentación
Qué pretende y qué nos puede aportar
Una aproximación sociológica a las prácticas de alimentación
familiar
Los roles familiares ligados a alimentación
Lo que está hecho y lo que queda por hacer
CONCLUSION
Referencias
3. Este ensayo busca argumentar sobre la
importancia de considerar un enfoque
sociológico en la comprensión y análisis de
las situaciones alimentarias, sobre todo de
como afecta el contexto social del individuo,
en su alimentación.
INTRODUCCIÓN
o La alimentación es un fenómeno social y cultural, en tanto configura
un escenario de interacción entre los sujetos, alrededor de
circunstancias que entrelazan valoraciones culturales, significaciones
subjetivas y relaciones sociales en tiempos y dinámicas particulares.
o Buscamos hablar sobre los principales temas de investigación,
objetivos, alcances y limitaciones de los estudios adelantados por las
diversas disciplinas de la ciencia social, destacando de manera
especial los significados sociales.
o La alimentación es una construcción social y cultural. Los alimentos
para ser susceptibles de consumo, pasan por un proceso de
transformación que expresa normas culturales de clasificación y
combinación. En este proceso se convierten en productos deseables,
es decir, en comida.
o La comida no solo se usa para satisfacer la necesidad de alimentarse.
A través de ella se aprehenden normas y conductas sociales mediante
las cuales los individuos participan y se incorporan a la vida social, La
comida adquiere usos y significaciones diversas según el contexto
histórico y social; no obstante, el proceso de socialización e
interacción que ocurre en torno de la alimentación es el eje fundante
del acto alimentario.
o Debido a que siempre hemos creído que la alimentación es un acto
que realizamos cotidianamente no es un tema con motivos de
investigación, debido a que su naturalización conduce a asumirla
como parte de la vida cotidiana sin requerir de cuestionamientos o
reflexiones
4. alimentación
¿Qué es la alimentación?
La Entendemos por alimentación al acto de incorporar a
nuestro cuerpo sustancias y elementos nutritivos de los
cuales obtenemos la energía requerida para mantener
nuestros ciclos vitales andando y la materia necesaria para
emprender los diversos procesos de la vida: crecer,
madurar y reproducirnos.
Todas las formas de vida que conocemos requieren de
alimento, pero no todas lo hacen de la misma manera ni a
través de las mismas fuentes. Las plantas, por ejemplo,
pueden fabricar su propio alimento (son autótrofas),
mientras que los animales debemos ingerir materia
orgánica de otras formas de vida (somos heterótrofos).
El proceso de la alimentación involucra diversas etapas y
actividades, en las cuales se ingieren y procesan los
alimentos de los que obtendremos los elementos
nutricionales. Esto deriva en el proceso de la excreción, en
el cual expulsamos del cuerpo el exceso de materia y los
elementos que ya no nos sirven.
Por último, de la manera en que nos alimentemos
dependerá el funcionamiento de nuestro cuerpo y, por lo
tanto, las condiciones de vida que tengamos, por lo que
muchos especialistas (médicos y nutricionistas) se dedican
a estudiar el modo ideal de llevar a cabo este proceso.
La alimentación es el conjunto de acciones mediante las cuales se
proporcionan alimentos al organismo. Abarca la selección de
alimentos, su cocinado y su ingestión. Depende de las necesidades
individuales, disponibilidad de alimentos, cultura, religión, situación
socioeconómica, aspectos psicológicos, publicidad, moda, etc. Los
alimentos aportan sustancias que denominamos nutrientes, que
necesitamos para el mantenimiento de la salud y la prevención de
enfermedades.
Nutrición es la ciencia que comprende todos aquellos procesos
mediante los cuales el organismo incorpora, transforma y utiliza, las
sustancias químicas (nutrientes) contenidas en los alimentos. El
cuerpo humano necesita los nutrientes para llevar a cabo distintas
funciones:
- Cubrir las necesidades energéticas
- Formar y mantener las estructuras corporales
- Regular los procesos metabólicos
- Prevenir enfermedades relacionadas con la nutrición.
5. Diferencia entre nutrición,
alimentación y dieta
Existe cierta confusión con el término nutrición. Como ciencia, incluye el
estudio de los alimentos y los procesos involucrados utilización de sus
nutrientes: la digestión, la absorción y su asimilación en las células del
organismo. La nutrición, en realidad, es un proceso involuntario, ya que es
demasiado importante como para dejarnos a sus mandos: el
funcionamiento fisiológico del cuerpo se encarga de ello.
Así pues, sería erróneo hablar de buena nutrición o mala nutrición, porque
esto haría referencia a la alimentación. La alimentación es una serie de
acciones voluntarias y conscientes que van dirigidas a seleccionar,
preparar e ingerir los alimentos. También se suele confundir dieta con
alimentación. En cambio, dieta son los hábitos alimenticios de una
persona. Aunque ésta se asocie a la pérdida y el control de peso, la dieta
no tiene por qué tener ningún objetivo afecte a la imagen corporal.
6. Vegetarianos
Quizás sea el estilo de vida más conocido. Los vegetarianos tienen como principio no consumir ni carne ni pescado. Mientras que la base de su dieta es: verduras, legumbres,
frutas, cereales, semillas y frutos secos. Además, pueden consumir productos de origen animal como los lácteos (yogur, leche, queso). El seitán, el tofú, semillas o garbanzos
son algunos de los alimentos permitidos.
Ovolactovegetariano
En este tipo de dieta no se consume ni pescado ni carne, pero sí huevos y lácteos. Siempre en busca de un origen ecológico y sostenible. Se pueden encontrar dos
variantes:
•Ovovegetarianos: rechazan los lácteos, pero sí toman huevos.
•Lactovegetarianos: no consumen huevos, pero sí lácteos y sus derivados.
Apivegetarianos
Se trata de aquellos vegetarianos que incluyen la miel en su dieta, a pesar de ser un alimento de origen animal. Siempre, producida de manera sostenible.
Pescetariano
Semi-vegetariano. Consiste en no comer carne de vaca, cerdo o ave de corral, pero sí pescados y mariscos.
Pollotariano
Semi-vegetariano. En esta dieta no se consume carne de vaca, cerdo, pescados y mariscos, peros sí pollo o aves de corral.
Paleo
Se trata de la dieta paleolítica, es decir, comer como nuestros antepasados. Se trata de comer solo lo que es bueno para nosotros desde el punto de vista de la salud, evitando
los alimentos procesados y los azúcares añadidos. Aunque la base son las proteínas magras, está permitido comer fruta, verdura o semillas. Los lácteos, cereales y legumbres
no se contemplan en esta dieta.
Dieta sátvica
Basada en el ayurveda, una disciplina milenaria de la India, que tiene como objetivo la unificación de cuerpo, mente y espíritu para lograr el bienestar. Y la dieta también es
relevante en este objetivo. En esta dieta se consumen alimentos naturales, frescos, orgánicos y cocinados de la manera más natural (hervidos, crudos o con cocciones cortas).
Dieta macrobiótica
Con origen en Japón este estilo de vida se basa en el equilibrio y la dualidad Ying-Yang. La alimentación es simple, natural y respetando la naturaleza. Por eso es fundamental
consumir productos de temporada, lo menos manipulados posible, solo hay que comer cuando se tenga hambre masticando correctamente y sin prisas. No son aptos en esta
dieta los lácteos, las carnes rojas, azúcares, berenjenas, tomates, frutas tropicales, especias o alimentos refinados.
Tipos de alimentación
7. Flexitarianos
Aunque no sea una dieta vegetariana como tal es un término que está cobrando bastante
relevancia en los últimos años. Esta dieta consiste en consumir alimentos vegetarianos o
veganos, pero no de manera exclusiva. Normalmente se trata de aumentar el consumo de
vegetales y frutas, reduciendo el consumo de carnes animales.
Veganos
Más es una forma de alimentarse es ya una filosofía de vida. Consiste en no consumir ningún
alimento de origen animal, ya sea carne, pescados, huevos o lácteos, en no utilizar productos
de origen animal, como ropa o calzado, y en no visitar lugares como circos o zoos ya que se
considera al animal como un igual.
Crudiveganos
Los crudiveganos defienden el consumo de alimentos crudos para conservar al máximo sus
nutrientes. También conocido como crudismo o dieta raw, admite algunas técnicas de cocina
mientras que no se superen los 40-42 grados centígrados.
Frugivoristas
Es un tipo de veganismo donde solo se alimentan de frutas. Es una dieta con grandes
carencias nutricionales y puede disparar los niveles de glucosa en sangre.
Tipos de alimentación
8. Características de la alimentación
• Voluntaria y consciente
La alimentación es un proceso voluntario, al menos en los seres dotados de conciencia (no sabemos en las
plantas).
Un animal puede decidir si alimentarse o no, y puede decidir qué cosas consumir y cuáles dejar pasar. En este
sentido interviene la voluntad del individuo.
• Individualidad
.A pesar de que todos los seres humanos debemos alimentarnos y requerimos los mismos nutrientes
elementales para existir, hay muchas formas de alimentarse, que obedecen a las características individuales de
una persona o de su grupo cultural y étnico.
Así, una persona tiene gustos y preferencias individuales, pero también un tipo de dieta determinado por su
contexto social, cultural, étnico y religioso.
• Completa
Una alimentación completa es aquella que cubre todas las necesidades nutricionales del organismo —en
términos de energía y de elementos nutritivos— como pueden ser ácidos grasos y aminoácidos que, a pesar de
ser indispensables, no se sintetizan dentro del organismo.
Equilibrada
Una alimentación equilibrada es aquella que se rige por las proporciones ideales de los diversos grupos de
alimentos.
Debe resultar completa pero no abusar de la presencia de alguno, lo cual podría resultar en complicaciones. En
el caso del ser humano esto se traduce en: 55% de carbohidratos, 30-20% de lípidos y 20-15% de proteínas.
A esto habría que añadir las vitaminas, minerales y el agua, también necesarios para nuestro cuerpo y
obtenibles mediante la alimentación.
• Los cometidos de la alimentación son claros e indispensables
para mantener la vida:
• Mantener los niveles de energía. Brindar al organismo el
combustible necesario para obtener la energía química
indispensable para vivir. En nuestro caso, la glucosa
necesaria para ser oxidada y generar energía (ATP).
• Mantener los niveles de calor. Las calorías obtenidas a través
de los alimentos mantienen la termorregulación del organismo
en sus niveles óptimos, compatibles con la vida.
• Brindar materia orgánica. A través de la alimentación, el
organismo adquiere materiales y elementos necesarios para
la reparación de los tejidos, la fabricación de nuevas células y
el crecimiento del organismo.
• Brindar energía extra. El excedente de energía obtenido de
una buena alimentación nos permite emprender actividades
físicas más allá del sostén mínimo de la vida.
Funciones de la
alimentación
9. El hambre y la saciedad
Nuestras necesidades fisiológicas constituyen los determinantes básicos de la elección de alimentos. Los seres humanos necesitan energía y nutrientes a fin de
sobrevivir y responden a las sensaciones de hambre y de saciedad (satisfacción del apetito, estado de ausencia de hambre entre dos ocasiones de ingesta). En
el control del equilibrio entre hambre, estimulación del apetito e ingesta de alimentos participa el sistema nervioso central.
Los macronutrientes (hidratos de carbono, proteínas y grasas) generan señales de saciedad de intensidad variable. Sopesando las evidencias parece claro que
las grasas son las que tienen la menor capacidad saciante, mientras que los hidratos de carbono tienen una capacidad saciante intermedia y se ha demostrado
que las proteínas tienen la mayor capacidad saciante.
Se ha demostrado que las dietas ricas en energía tienen un gran efecto sobre la saciedad, aunque las dietas pobres en energía generan mayor saciedad que
aquéllas. La riqueza en energía de los alimentos con alto contenido de grasas o de azúcares también puede conducir a un "consumo excesivo pasivo": se ingiere
un exceso de energía de forma no intencionada, y ello, sin consumir el volumen adicional.
El volumen de alimento o el tamaño de las raciones consumidos pueden constituir una señal de saciedad importante. Muchas personas no son conscientes de
qué tamaño deben tener las raciones para considerarse adecuadas y, por eso, ingieren un exceso de energía sin darse cuenta.
Se ha investigado en varios estudios la influencia de la palatabilidad sobre el apetito y sobre la ingesta de alimentos en seres humanos. A medida que aumenta la
palatabilidad se produce un aumento de la ingesta de alimentos, pero el efecto de la palatabilidad sobre el apetito en el período posterior a la ingesta sigue sin
estar claro. Además, incrementar la variedad de alimentos puede aumentar también la ingesta de alimentos y de energía y, a corto plazo, puede alterar el
equilibrio energético.
10. Los principales factores determinantes de la
elección de alimentos
El principal factor impulsor de la alimentación es, obviamente, el hambre, pero lo que decidimos comer no está determinado únicamente por las necesidades
fisiológicas o nutricionales. Algunos de los demás factores que influyen en la elección de los alimentos son:
Determinantes biológicos como el hambre, el apetito y el sentido del gusto
Determinantes económicos como el coste, los ingresos y la disponibilidad en el mercado
Determinantes físicos como el acceso, la educación, las capacidades personales (por ejemplo, para cocinar) y el tiempo disponible
Determinantes sociales como la cultura, la familia, los compañeros de trabajo y los patrones de alimentación
Determinantes psicológicos como el estado de ánimo, el estrés y la culpa
Actitudes, creencias y conocimientos en materia de alimentación
Repasando la lista que se acaba de exponer y que no es exhaustiva, resulta obvio que la elección de los alimentos es un asunto complejo. Los factores que
influyen en la elección de alimentos varían también en función de la fase de la vida, y el grado de influencia de cada factor varía entre un individuo o grupo de
individuos y otro. Por eso, un mismo tipo de intervención que se realice para modificar la conducta en cuestión de elección de alimentos no tendrá éxito en todos
los grupos de población. Por lo tanto, deberán realizarse diversas intervenciones orientadas a diferentes grupos de la población, teniendo en cuenta los
numerosos factores que influyen en sus decisiones a la hora de elegir alimentos.
11. Alimentación SOCIAL
• La alimentación social define la posibilidad de
generar las energías humanas unificantes para la
dignificación y el enaltecimiento de la convivencia
social.
• La Alimentación Social define a la nutrición como la
fuente existencial del individuo, la familia y la
sociedad.
• El placer de comer y el aspecto social y cultural de
las comidas, son tan importantes para nuestro
bienestar, como el aspecto nutritivo.
• En nuestra cultura, cualquier evento gira en torno a
la mesa. Celebraciones familiares, sociales o
laborales dedican un tiempo y un espacio a la
comida. En la actualidad, cuando se define la Dieta
Mediterránea no se habla sólo de los alimentos que
la caracterizan, sino también de la socialización, de
que la convivencia potencia el valor social y cultural
de la comida.
• El hecho de cocinar y sentarse alrededor de la
mesa en compañía, proporciona un sentido de
comunidad; compartir una comida es una buena
manera de relajarse y estrechar las relaciones
sociales. Cada vez hay más evidencia de que en la
salud intervienen factores físicos, sociales y
psicológicos, no sólo importa lo que comemos sino
también con quién, cómo y dónde.
• El apoyo social puede incrementar la promoción de
la salud mediante el impulso de la sensación de
pertenencia a un grupo, así como ayudando a las
personas a mostrarse más competentes y eficientes
por sí mismas en este ámbito
Las influencias sociales sobre la ingesta de alimentos se refieren a las influencias que una o
más personas tienen sobre la conducta alimentaria de otras personas, ya sea directamente
(compras de alimentos) o indirectamente (aprendizaje a partir de la conducta de otros), y ya se
trate de una influencia consciente (transferencia de creencias) o subconsciente. Incluso cuando
comemos solos, nuestra elección de alimentos se ve influenciada por factores sociales, porque
se desarrollan actitudes y hábitos mediante la interacción con otras personas. Sin embargo,
cuantificar las influencias sociales sobre la ingesta o consumo de alimentos resulta difícil, ya
que las influencias que las personas tienen sobre la conducta alimentaria de los demás no se
limitan a un solo tipo de influencia y además, porque la gente no es necesariamente consciente
de las influencias sociales que se ejercen sobre su propia conducta alimentaria
12. RELIGIÓS
OS
CULTURAL
ES
ECONOMÍC
OS
PERSONA
LES
Factor
es
Cultura es un complejo que
comprende conocimiento, creencias,
arte, moral, leyes, usos y otras
capacidades y usanzas adquiridas
por el hombre en cuanto que es
miembro de una sociedad
determinada.
Conjunto de creencias religiosas, de
normas de comportamiento y de
ceremonias de oración o sacrificio
que son propias de un determinado
grupo humano y con las que el
hombre reconoce una relación con la
divinidad (un dios o varios dioses).
La extracción, producción,
intercambio, distribución y consumo
de bienes y servicios; La forma o
medios de satisfacer las necesidades
humanas ilimitadas mediante
recursos limitados; La forma en la que
las personas y sociedades
sobreviven, prosperan y funcionan.
En relación con los principios e ideas
que tenemos, decimos que forman
nuestras creencias personales,
aquellas valoraciones u opiniones
sobre distintos aspectos de la
realidad.
13. La alimentación como signo de cultura
Una parte muy importante de la cultura del hombre está constituida por su alimentación, a
través de su relación con la naturaleza comestible que lo rodea. Este aspecto está claramente
relacionado con la naturaleza, el clima o la geografía.
La incorporación de ciertos alimentos en la dieta de los adolescentes está cubierta de algunos
tabúes. El consumo de café y de bebidas alcohólicas se autoriza socialmente a partir de ciertas
edades
En casi todas las sociedades existe la costumbre de que las mujeres embarazadas sigan un
cierto régimen. Con ello queda patente que las costumbres alimentarias de la madre influirán
sobre el futuro bebé. En nuestra sociedad es muy habitual decir que la embarazada «debe
comer por dos» y que «tiene antojos».
Algunas creencias atribuyen a ciertos alimentos poderes relacionados con el mundo de la
sexualidad.
Algunos pueblos atribuyen la longevidad al consumo de un determinado alimento, como es el
ejemplo de las regiones del Cáucaso, que consumen un producto lácteo parecido al yogur.
El hombre se alimenta como lo hace la sociedad a la que pertenece, su cultura define la
gama de lo que es comestible.
Las influencias culturales conducen a diferencias en el consumo habitual de
determinados alimentos y en las costumbres de preparación de los mismos;
en ciertos casos, pueden conducir a restricciones tales como la exclusión de la
carne y de la leche de la alimentación. Sin embargo, es posible cambiar las
influencias culturales: cuando un individuo pasa a vivir en otro país, suele
adoptar los hábitos alimentarios concretos de la cultura local de ese país.
14. La alimentación como signo de religión
Las diferentes religiones existentes en el mundo dictan prescripciones
alimentarias o dietéticas para millones de personas. Las religiones pueden
abordar diversos aspectos relacionados con la alimentación:
Las prohibiciones acerca de los alimentos.
Qué alimentos pueden ser incluidos en la dieta y cuáles no.
Qué estacionalidad debe de respetarse.
Horas del día en que deben ser tomados los distintos alimentos.
Cuándo y cuán largo debe ser el ayuno.
Algunos ejemplos de ello podrían ser la ingestión de sangre para muchas
religiones, la prohibición de alcohol o cerdo para el Islam, o la de té o café
para los siks.
Otro aspecto a considerar es la gula, considerada como pecado capital en la
religión cristiana. Se podrían poner muchísimos otros ejemplos, aunque
resulta imposible desligar la religión del entorno en que se mueve el individuo.
Para muchas culturas, la religión explica la dieta y, a través de esa dieta, la religión condiciona
la ecología. Otras veces, determinados actos y creencias religiosas son respuestas al entorno.
Por ejemplo, la prohibición y los tabúes sobre la ingestión de carne animal, comunes en
muchas religiones, son el resultado del aumento progresivo de los costes energéticos de la
producción de la carne animal.
En Occidente, donde predomina la religión cristiana, la abstinencia en el consumo de carne
tenía como objetivo la purificación del alma y el alimento del espíritu, pero también así se
cuidaba la salud porque la alternancia entre alimentos ricos en grasas animales y alimentos
vegetales con pescado es una manera de disminuir el aporte graso de la dieta.
Es precisamente en los monasterios donde se gestan los inicios de una cocina light. Será la
limitación --y no la abundancia-- la que proporcionará salud en este caso. Se alterna la dieta de
los días festivos, donde existe despilfarro y abundancia (también existe elaboración de postres
muy típicos de monasterios), con la de los días laborables, con mayor sobriedad y monotonía.
15. La alimentación como signo de economía
Sin duda, el coste de los alimentos es uno de los principales factores que determinan la
elección de alimentos. El hecho de que el coste sea prohibitivo o no depende
fundamentalmente de los ingresos y del estatus socioeconómico de cada persona. Los grupos
de población con ingresos bajos muestran una mayor tendencia a seguir una alimentación no
equilibrada y, en particular, ingieren poca fruta y pocas verduras14. No obstante, el hecho de
disponer de acceso a mayores cantidades de dinero no se traduce, por sí mismo, en una
alimentación de mayor calidad, aunque la variedad de alimentos de entre los que elegir debería
aumentar.
Cuando están disponibles dentro de pueblos y ciudades, los alimentos saludables tienden a ser
más caros que en los supermercados de las afueras. No obstante, el hecho de aumentar el
acceso, por sí solo, no es suficiente para que se consiga incrementar la compra de frutas y
verduras, que siguen siendo consideradas por la población en general como prohibitivamente
caras
En estudios llevados a cabo en la población se halló que existen diferencias claras entre las
diversas clases sociales en relación con los alimentos y con la ingesta de nutrientes. Una
alimentación deficiente puede provocar tanto una nutrición insuficiente (deficiencia de
micronutrientes) como un exceso de alimentación (consumo excesivo de energía que ocasiona
sobrepeso y obesidad); se trata de problemas a los que se enfrentan diferentes sectores de la
sociedad, por lo que se requieren diferentes niveles de especialización y pericia y diferentes
métodos de intervención.
16. Factores físicos de la
alimentación
Se sostiene que el trabajo es el pivote regulador del resto de los ritmos vitales y que, en las
sociedades modernas la vida cotidiana se organiza en torno a las actividades laborales. Esto
distorsiona el resto de las actividades y ritmo ritmos cotidianos, en particular la organización
doméstica y la realización de la comida dentro y fuera del hogar. La alimentación quedaría
subordinada a los horarios laborales de cada uno de los miembros de la familia, con la
consiguiente ruptura de los horarios de comida compartidos por ellos. Como la gestión, la
compra y la preparación de la comida requieren mucho tiempo los ritmos laborales están
afectando a la alimentación cotidiana de modo diverso, sustituyendo por las ofertas del
mercado la falta de tiempo (productos con algún tipo de elaboración), recurriendo a
organizaciones alternativas (comer fuera de casa o llevar la comida al trabajo) o bien
delegando en otras instituciones la alimentación (comedores escolares o de empresa).
La accesibilidad a las tiendas es otro factor físico importante que influye en la elección de
alimentos, y depende de recursos tales como el transporte y la ubicación geográfica.
17. Factores psicológicos de
la alimentación
Estrés
El estrés (la tensión psicológica) es una característica frecuente de la vida
moderna y puede modificar las conductas que afectan a la salud, como el ejercicio
físico, el consumo de tabaco o la elección de alimentos.
La influencia del estrés sobre la elección de alimentos es compleja, y aún en
mayor medida a causa de los diversos tipos de estrés que una persona puede
padecer. El efecto del estrés sobre la ingesta de alimentos depende de cada
individuo, del factor o factores estresantes y de las circunstancias. En general,
algunas personas comen más de lo normal, y otras menos de lo normal, cuando se
ven sometidas a estrés.
Los mecanismos que se han propuesto como explicación de los cambios en la
alimentación y la elección de alimento motivados por el estrés son: diferencias en
la motivación (reducción de la preocupación por el control del peso), mecanismos
fisiológicos (reducción del apetito causada por los procesos vinculados al estrés), y
cambios de tipo práctico en cuanto a las oportunidades de ingesta de alimentos, la
disponibilidad de alimentos y la preparación de las comidas.
Además, de los estudios efectuados parece desprenderse que si el estrés laboral
es prolongado o frecuente, pueden aparecer cambios adversos en cuanto a la
alimentación, incrementándose la posibilidad de aumento de peso y en
consecuencia el riesgo cardiovascular.
Estado de ánimo
Hipócrates fue el primero en sugerir que los alimentos pueden tener poder curativo;
sin embargo, no fue hasta la Edad Media cuando se consideró que los alimentos
podían constituir una herramienta para modificar el temperamento y el estado de
ánimo. En la actualidad, se reconoce que los alimentos tienen influencia sobre
nuestro estado de ánimo y que el estado de ánimo ejerce una gran influencia sobre
la elección de alimentos.
Un hecho interesante es que parece que la influencia de los alimentos sobre el
estado de ánimo está relacionada, en parte, con las actitudes hacia alimentos
concretos. Muchas personas tienen una relación ambivalente con la comida: quieren
disfrutar de ella, pero están preocupadas por su peso, y viven esa relación como
una batalla. Las personas que se ponen a dieta, las personas que se controlan
mucho y algunas mujeres manifiestan que se sienten culpables por no comer de la
manera que piensan que deberían comer.Además, los intentos de limitar la ingesta
de determinados alimentos pueden incrementar la apetencia por esos alimentos
concretos, conduciendo a lo que se describe como "antojos" (de determinados
alimentos).
Las mujeres manifiestan tener antojos más frecuentemente que los hombres.
Parece que los estados depresivos afectan a la intensidad de dichos antojos.
Asimismo, se notifican más antojos en las fases premenstruales; dichas fases se
caracterizan por ser momentos en los que la ingesta total de alimentos aumenta, a
la par que se produce un cambio en el índice metabólico basal.
Por lo tanto, tanto el estado de ánimo como el estrés pueden afectar a la conducta
en cuanto a elección de alimentos y, posiblemente, a las respuestas a corto y largo
plazo a las intervenciones de tipo alimentario.
18. Trastornos alimenticios
A diferencia de muchas otras funciones biológicas, la conducta alimentaria se ve sometida a
menudo a un sofisticado control cognitivo. Una de las formas de control cognitivo de la ingesta
de alimentos más ampliamente practicadas es ponerse a dieta.
Muchas personas expresan el deseo de perder peso o de mejorar su aspecto corporal y
adoptan diversos enfoques a fin de lograr un índice de masa corporal idóneo. Sin embargo,
pueden surgir problemas cuando alguien se pone a dieta o realiza ejercicio físico demasiado
radicalmente. La etiología de los trastornos alimentarios suele estar constituida por una
combinación de factores, entre los que se encuadran los de tipo biológico, psicológico,
hereditario y sociocultural. La aparición de los trastornos alimentarios suele estar vinculada a
una imagen distorsionada que la persona afectada tiene de sí misma, a un nivel bajo de
autoestima, a ansiedad no específica, a obsesiones, al estrés y a la infelicidad.
En general, para tratar los trastornos alimentarios se debe estabilizar el peso del paciente y
hacer que éste acuda a psicoterapia individual. La prevención resulta más complicada de
definir, pero se ha sugerido que se debe: evitar los maltratos a menores, evitar magnificar los
problemas de peso y de salud, mostrar afecto sin caer en un control excesivo, no fijarse pautas
imposibles de alcanzar, premiar los pequeños logros en el presente y fomentar la
independencia y la sociabilidad.
19. Anorexia
• Hablar de canon de belleza haciendo referencia al conjunto de características que
debería reunir un objeto o persona para que la sociedad en la que habita considere
su atractivo.
• Este concepto varía según las épocas y de una cultura a otra. Durante gran parte de
la prehistoria existía un canon de belleza que correspondía a una mujer de vientre
grande, pechos voluptuosos y caderas anchas ya que el principal objetivo era la
supervivencia y la reproducción de la especie. Este concepto fue evolucionando
hasta llegar a la actualidad, etapa en la que la extrema delgadez llena las
pasarelas.
• Este tipo de estereotipos sociales asociados a la belleza corporal están
provocando un efecto potenciador de diferentes trastornos alimenticios
• La anorexia es un trastorno alimentario que provoca que la persona se obsesione
con su peso y lo que ingiere.
• Causa que las personas pierdan más peso de lo que se considera saludable para su
edad y estatura. Las personas con este trastorno pueden tener un miedo intenso a
aumentar de peso, incluso cuando están con peso insuficiente.
• La anorexia se caracteriza por una imagen corporal distorsionada y el miedo
injustificado a subir de peso.
• Los síntomas incluyen tratar de mantener un peso por debajo de lo normal mediante
la inanición o el ejercicio excesivo.
• Para evitar aumentar de peso o para seguir adelgazando, las personas anoréxicas
suelen restringir demasiado la cantidad de comida que consumen. Para controlar el
consumo de calorías, pueden vomitar después de comer o usar de modo indebido
laxantes, suplementos dietéticos, diuréticos o enemas. Además, para intentar bajar
de peso, pueden ejercitarse en exceso. No importa cuánto baje de peso, la persona
continúa sintiendo temor a aumentar de peso.
• En realidad, la anorexia no se trata de la comida. Es una manera extremadamente
poco saludable y, en ocasiones, mortal de intentar afrontar los problemas
emocionales. Cuando tienes anorexia, lo que haces con frecuencia es equiparar la
delgadez con la autoestima.
20. Bulimia
• Es un trastorno alimenticio y psicológico caracterizado por la adopción de
conductas en las cuales el individuo se aleja de las formas de alimentación
saludables
• La bulimia nerviosa es un trastorno alimentario caracterizado por los atracones y
las purgas. Al igual que la anorexia, la persona está obsesionada con su “peso
ideal” (distorsionado como la visión de su imagen corporal) y tiene miedo a la
obesidad, buscando por encima de todo su delgadez.
• La persona comienza a sentir una necesidad imperiosa de ingerir alimentos a
toda costa y sin autocontrol. Después de estos episodios de sobreingesta o
comúnmente llamados “atracones” el sujeto es invadido por sentimientos
negativos de culpa que intenta subsanar mediante el vómito inducido, el uso de
purgantes y laxantes o el consumo de anfetaminas.
• Este comportamiento circular (necesidad comer - sentimiento de culpa –
eliminación de dichos sentimientos) se produce una y otra vez constantemente
perpetuando el cuadro bulímico. La influencia de los medios de comunicación y
publicidad, las exigencias profesionales en algunos casos y la propia necesidad
de integración social, pueden ser factores que predisponen a la persona a sufrir
este tipo de trastornos.
• Las edades más afectadas son las que abarcan la adolescencia, donde la
autoestima tiene su mayor inestabilidad y la aceptación social y del grupo de
referencia es la prioridad número uno, pero cualquiera puede ser vulnerable.
21. La alimentación como objeto de estudio en las ciencias
sociales
Cuando consideras la comida y sus diversos procesos, Claramente consciente de la necesidad de participación de todas las disciplinas debes comprender y
resolver los diferentes problemas que surgen.
esto no es suficiente para la práctica científica. Asumir un enfoque holístico en el enfoque empírico de los hechos. Investigación porque sigue el marco
conceptual de cada disciplina Autodefinido según el objeto de conocimiento que aclara su existencia Y que hacer. Por lo tanto, en algunos casos, la dieta está
determinada por Objeto de conocimiento .
Para las ciencias sociales, la alimentación como objeto de investigación presenta diversos focos de atención. La economía se ha centrado en identificar el
consumo de alimentos y la modificación de éstos en el tiempo (Taren et al.; 1990; Booker, 1949; Morton et al., 2007; Prada, Herrán & Ortiz, 2008). Para ello, se
consideran las fuentes de recursos de los hogares, los ingresos de las personas y los presupuestos familiares que permiten acceder a la canasta básica de
alimentos, pero se presta menor interés a los factores de desigualdad asociados a la distribución y el acceso a los recursos que viven las sociedades, los cuales
inciden en las oportunidades para obtener alimentos suficientes y necesarios en el mercado.
Las explicaciones se apoyan en información proveniente de registros oficiales , que miden y cuantifican la compra de alimentos, el gasto promedio de los hogares
en alimentación, el gasto en comidas fuera del hogar, tendencias del consumo, lugares preferentes de compra, etc.
Otra línea económica ha visto el problema de la alimentación en relación con las condiciones de pobreza que viven los hogares, especialmente en los países en
vía de desarrollo. Esta línea emergió a partir de la década del 70 del siglo XX
, cuando el problema del hambre y las hambrunas se inserta en el escenario político y en las discusiones del desarrollo, momento en el cual se contempla la
necesidad de que los gobiernos de las diferentes naciones intervengan sobre esta problemática en el mundo. La Seguridad Alimentaria (SA) ha sido el enfoque
utilizado para analizar los procesos de alimentación (producción, disponibilidad, consumo, distribución, calidad, inocuidad) en relación con la acción
gubernamental; enfoque que ha transitado conceptualmente desde la oferta de alimentos, la capacidad de acceso de las personas y las familias a una canasta
básica de alimentación, hasta la consideración de aspectos subjetivos y culturales que van más allá de la oferta y la demanda
22. La alimentación como objeto de estudio en las
ciencias sociales
Explore el impacto cultural de la comida y su relación con la comida. La antropología ha resuelto el problema de la estructura social. Desde el punto de vista
Estructuralistas, tratando de comprender las reglas y normas que son la base Comportamiento alimentario, su evolución en el tiempo y diferentes tipos
En la línea antropológica del materialismo cultural, Harris (1989) plantea que en el comer interviene algo más que la pura fisiología de la digestión. La selección
de los alimentos (de origen animal y vegetal), así como las preferencias alimentarias de un grupo determinado, están asociadas a lo que el autor denomina bueno
o malo para comer. La determinación del consumo está en función del costo/beneficio, “ya que los alimentos preferidos reúnen en general más energía,
proteínas, vitaminas y minerales por unidad que los evitados.” (Harris, 1989: 14)
El aporte de Harris a los estudios de la alimentación refiere a la interrelación existente entre naturaleza y cultura, toda vez que el proceso alimentario es
resultado de las condiciones materiales de vida de una sociedad y de la forma como ésta manipula, controla y establece relaciones con factores condicionantes
del contexto.
Posteriormente, con los desarrollos que alcanzó la antropología de la alimentación en Gran Bretaña y Estados Unidos (Carrasco, 2007: 88), el interés se
concentró en observar las dinámicas alimentarias en el contexto de cambio social, cuyos resultados fueron de gran utilidad en la formulación de políticas
gubernamentales y en el campo del desarrollo y el bienestar.
Una tendencia contemporánea de la antropología de la alimentación reconoce que los problemas alimentarios están en estrecha relación con el fundamento
político e ideológico de la sociedad, materializados en la manera de identificar los problemas, las soluciones y las acciones para abordar las diversas situaciones
alimentarias.
La sociología, por su parte, analiza la alimentación como una práctica social cotidiana que permite la supervivencia humana y la posibilidad de reproducción de
las actividades sociales. En el contexto europeo, a partir de la década de los ochenta, se retoma la tradición desarrollada en Francia e Inglaterra sobre estudios
de la alimentación, en una corriente de pensamiento denominada sociología de la alimentación, cuyo interés es la significación social de la alimentación,
mediante el análisis de los patrones de consumo, las prácticas alimentarias en el contexto de sociedades modernas, las motivaciones y los factores culturales
que inciden en el comportamiento alimentario, las desigualdades sociales expresadas en el acceso y consumo de alimentos, las relaciones de género y la
distribución de poder en el acceso a recursos alimentarios y la incidencia de los factores sociales, familiares y culturales en las condiciones de salud.
23. La alimentación como objeto de
estudio en las ciencias sociales
Algunos estudios han adoptado el contenido sociocultural constitutivo del acto
alimentario, fundamentado por la sociología de la alimentación. Contreras y
Espeist (2002) analizan las relaciones de reciprocidad familiar y social que
permiten y sostienen la distribución y asignación de recursos alimentarios en
adultos mayores. Rotenberg y De Vargas (2004) analizan los significados
(percepciones, experiencias y valores) de las prácticas alimentarias durante el
amamantamiento hasta la introducción de la alimentación cotidiana de la familia,
en un barrio popular de Rio de Janeiro. Menasche, Marques y Zanneti (2008)
indagan las representaciones de la producción y el consumo de alimentos entre
agricultores y agricultoras de la región del Valle de Taquari (Río Grande del Sur,
Brasil). En esta línea interesa comprender los significados que construyen los
sujetos a partir de su experiencia individual y familiar respecto a las prácticas de
alimentación, así como también los procesos que ocurren al interior del ámbito
familiar en torno a la alimentación, ámbito poco explorado pese a que social y
culturalmente las familias se han concebido como el escenario fundamental para
este tipo de actividades.
24. La alimentación en América Latina.
El análisis del perfil epidemiológico actual de la población
en los países de América Latina y el Caribe muestra
avances en el control de la desnutrición, pero también
evidencia un proceso de transición en el que se han
incorporado estilos de vida sedentarios y un consumo de
alimentos con un denso contenido energético, ricos en
grasas saturadas, azúcares y sal y pobres en fibras y
micronutrientes. A esto se le suman otros determinantes
sociales como la urbanización, las largas jornadas
laborales, el aumento de cadenas de comida rápida, el
impacto de la propaganda de alimentos en los medios de
comunicación y la alta oferta de alimentos poco
saludables. Esto ha provocado un rápido aumento del
sobrepeso, la obesidad y diversas enfermedades crónicas
no transmisibles (ECNT) que en ocasiones conviven con
la desnutrición en las mismas comunidades y familias, lo
que representa una doble carga para los sistemas de
salud y para la economía en los países de la región.
De acuerdo con las Naciones Unidas, el hambre y la desnutrición afectan a cerca de
53 millones de personas de América Latina y el Caribe. Casi 9 millones (un 14 %) de
niñas y niños menores de cinco años padecen desnutrición crónica o retardo en talla.
Guatemala encabeza la lista con la más alta prevalencia de niños con desnutrición
crónica (un 49 %), seguido de Honduras (un 29 %), Bolivia (un 27 %) y Nicaragua
(un 22 %) (FAO, 2011). Además de los 9 millones de niños desnutridos, se estima
que hay 9 millones adicionales que están en riesgo de desnutrirse, lo que hace un
total aproximado de 18 millones de niñas y niños que necesitan intervenciones
urgentes de carácter preventivo para evitar un mayor daño nutricional. De este total,
aproximadamente 13 millones tienen menos de tres años de edad, etapa crucial para
intervenir y evitar daños irreversibles para el resto de sus vidas.
Existen suficientes evidencias científicas que demuestran que la desnutrición en los
niños menores de tres años tiene un impacto negativo durante todo su ciclo de vida.
Durante la infancia están expuestos a un mayor riesgo de muerte y en la vida adulta
se ha demostrado una relación directa entre la desnutrición en los primeros años de
vida y la predisposición a la obesidad, las enfermedades coronarias, la diabetes tipo
2 y la hipertensión (FAO, 2011). Por otro lado, de acuerdo con la Organización
Panamericana de la Salud (OPS), las encuestas nacionales realizadas en los países
de la región de las Américas demuestran que la prevalencia de la obesidad está
aumentando en todos los grupos de edad: en los niños menores de cinco años se
reportan tasas entre un 7 y un 12 %, en los adolescentes la tasa de obesidad está
alrededor del 20 %, mientras que en los adultos se reportan tasas de sobrepeso
mayores al 60 % en México, Belice, Barbados, las Bahamas, Costa Rica y El
Salvador (OPS, 2012; OMS y OPS, 2012). En relación con la obesidad se registran
tasas mayores del 25 % en Belice, Costa Rica, Nicaragua, la Argentina, Venezuela y
Chile.
25. La obesidad es el principal factor
modificable de riesgo de padecer diabetes
y otras ECNT. Se estima que el número
de personas que sufren diabetes en
América Latina se incrementará en más
de un 50 %. Así, para el año 2030 se
prevé que 32,9 millones de personas
padecerán esta enfermedad. La diabetes
y la obesidad ya no son dolencias de la
abundancia y afectan
desproporcionadamente a los sectores
pobres y de nivel cultural más bajo de la
región, donde también se concentran los
más altos índices de desnutrición. Las
tasas más elevadas de prevalencia de la
diabetes corresponden a Belice (un 12 %)
y México (un 10 %), mientras que
Jamaica, Managua, Ciudad de
Guatemala, las Bahamas y Bogotá
cuentan con tasas de entre un 7 y un 10 %
(OPS, 2012; OMS y OPS, 2012).
Ámbito individual
• Promover una dieta saludable y culturalmente aceptable para
la población.
• Corregir los hábitos alimentarios indeseables y reforzar
aquellos deseables para el mantenimiento de la salud.
• Orientar al consumidor con respecto a la elección de una
dieta saludable de acuerdo con los recursos económicos
disponibles, los alimentos producidos localmente y tomando
en cuenta la estacionalidad de los mismos.
Ámbito gubernamental
• Servir de base para la planificación y evaluación de programas
sociales y de alimentación y nutrición.
• Servir de insumo para la formulación de políticas relacionadas
con la alimentación y la nutrición.
• Orientar y unificar el contenido de los mensajes sobre
alimentación y nutrición de las distintas organizaciones e
instituciones.
• Proporcionar información básica para incluir en los
programas de educación formal y no formal en todos los
niveles (primario, secundario y universitario).
• Promover la oferta de alimentos saludables en todos los
programas de alimentación coordinados por los gobiernos.
Ámbito de la industria de alimentos
• Orientar a la industria de alimentos en la elaboración de
alimentos de alta calidad nutricional.
• Orientar el etiquetado nutricional en la industria alimentaria
La Conferencia Internacional sobre Nutrición,
organizada por la FAO y la OMS en Roma en
1992, identificó estrategias y acciones para
mejorar el estado nutricional y el consumo de
alimentos en el ámbito mundial. El Plan de
Acción para la Nutrición, adoptado por los países
en dicha conferencia, incluyó una sección titulada
Fomento de dietas y modos de vida sanos en la
cual los gobiernos fueron instados a proveer al
público orientación en materia de nutrición
elaborando guías alimentarias para diferentes
grupos de edad y estilos de vida de las
poblaciones de cada país, siendo esta la manera
en que los países se comprometieron a
desarrollar las guías alimentarias (FAO, 1992).
Más recientemente, en el año 2004, la OMS
propuso la Estrategia mundial sobre régimen
alimentario, actividad física y salud, que alienta a
los gobiernos a formular y actualizar directrices
nacionales en materia de alimentación teniendo
en cuenta la evidencia científica proporcionada
por fuentes nacionales e internacionales.
El propósito de las guías alimentarias es educar a
la población y guiar las políticas nacionales de
alimentación y nutrición así como a la industria de
alimentos. Las guías alimentarias constituyen una
forma práctica de alcanzar las metas
nutricionales establecidas para la población, a la
vez que toman en consideración los factores
sociales, económicos y culturales así como el
ambiente físico y biológico (OMS y FAO, 1998).
La Organización Mundial de la Salud (OMS)
ha
señalado que unos pocos factores de riesgo
son responsables de gran parte de la
epidemia
de obesidad y ECNT:
» hipertensión arterial
» hipercolesterolemia
» bajo consumo de frutas y verduras
» exceso de peso
» falta de actividad
» tabaquismo
Guías alimentarias
26. Estudios de alimentación en otros países
En el caso colombiano, la cocina, la mesa y los comportamientos alimentarios son temas recurrentes entre profesionales de la gastronomía, la nutrición y la
historia. Los antropólogos y los sociólogos, a partir de los años 90 del siglo XX, empiezan a interesarse por los factores sociales y culturales que encierra la
alimentación, la incidencia de lo cultural en las condiciones nutricionales de la población y, en especial, por explotar su potencial como categoría analítica para
entender las formas de organización de la sociedad y sus relaciones políticas y sociales.
Un acercamiento a los estudios sobre la alimentación en Colombia evidencia una preponderancia de investigaciones de carácter histórico orientadas a reconocer,
principalmente, el origen y uso de los alimentos en el siglo XIX; la influencia que países como Inglaterra, Francia y España tuvieron en las costumbres culinarias
(alimentos preferentes, utensilios, preparaciones, sabores, uso de aditivos y condimentos) en diversos períodos históricos del desarrollo de la sociedad y, en una
perspectiva más contemporánea, describir y comprender las amplias y variadas costumbres manducatorias colombianas en el contexto de la diversidad cultural y
regional que caracteriza al país.
El análisis histórico de los alimentos, los sabores, la forma de preparación y disposición de los mismos a lo largo del Siglo XIX, posibilita entender el porqué de
ciertas costumbres y formas en las prácticas alimentarias actuales. Además de la perspectiva histórica, otras investigaciones sobre la alimentación suelen ser
complementarias a miradas económicas, nutricionales y productivas, como las tradiciones más predominantes y, en las últimas dos décadas, se posicionan
investigaciones desde el enfoque de la Seguridad Alimentaria y Nutricional, sustento fundamental para la formulación y ejecución de la política pública en la
materia y desde la sociología y la antropología de la alimentación.
En la perspectiva económica, las tendencias de consumo de alimentos han estado ligadas al estado nutricional de la población, en particular de niños, niñas,
madres gestantes y lactantes. Al respecto, Álvarez y González (2002) estudiaron las prácticas alimentarias en familias rurales de la ciudad de Medellín
(Antioquia), para identificar las preferencias en la decisión de compra y consumo de frutas y verduras, durante el período de gestación, lactancia e incorporación
de alimentación complementaria de niños y niñas. Prada, Herrán y Ortiz (2008),analizaron el patrón alimentario y la capacidad de accesos a los alimentos de
familias desplazadas en el municipio de Girón , beneficiarias de un programa de ayuda alimentaria, cuyos hallazgos indican que los bajos ingresos familiares,
sumado al desconocimiento de alternativas nutricionales más ventajosas, constituyen los principales factores para la inseguridad alimentaria de esta población.
27. Estudios de alimentación en otros países
Un análisis más sociológico explora el sistema de prácticas alimentarias cotidianas en
familias de un barrio de clase media en la ciudad de Cali (Valle), para identificar las
interacciones que se dan entre los miembros de las familias, antes, durante y después del
acto alimenticio. Los hallazgos muestran que aunque las mujeres siguen siendo las
mayores responsables de la preparación de alimentos en los hogares, otros miembros del
grupo familiar participan en algunas actividades
De igual forma, son amplios los estudios que desde el nivel de pregrado y posgrado se
han adelantado para conocer el comportamiento alimentario en la vida cotidiana de las
familias, focalizando sectores populares urbanos o campesinos de las zonas rurales. Los
análisis revelan las tradiciones alimentarias aprendidas y su transmisión intergeneracional,
así como también la introducción de nuevas prácticas o modificación de ciertas creencias
respecto a los patrones de alimentación, teniendo en cuenta el contexto social, político,
económico y cultural que incide en éstos.
Llama la atención que aunque estos estudios proponen como unidad de análisis a las
familias, la recolección de información se centra en las mujeres, lo que evidencia el
mantenimiento del sesgo sociocultural que liga mujer y familia como unidades
inseparables, más aún en lo que respecta a la alimentación, tradicionalmente delegada
como responsabilidad de las mujeres en el hogar. En pocos casos se consideran las
familias como organización social a partir de la cual es posible dimensionar la estrecha
relación entre la organización social y familiar en sus múltiples dimensiones, así como la
expresión de desigualdades sociales en las prácticas de alimentación que tienen lugar en
el ámbito doméstico.
28. Análisis de la alimentación desde la cultura
El análisis de la alimentación desde la cultura, la transforma en un fenómeno complejo que trasciende a la ingesta de nutrientes y que pone en el centro a las
personas que realizan elecciones mediadas por su posición en determinados contextos
Así, la relación de la persona con la comida, sus elecciones alimentarias y los efectos que ésta puede tener en su salud, pueden ser explicados también desde
sus relaciones y entorno sociocultural.
Un ejemplo de esto es cuando definimos lo que es un alimento saludable y a menudo nos encontramos con nociones biomédicas que se contraponen a la
definición cultural del mismo concepto. En ese sentido, “lo saludable” puede significar al mismo tiempo algo nutritivo, algo que engorda, algo que no engorda, lo
que sabemos cocinar, lo que nos cocinaba algún ser querido, lo que nos reconforta luego de una jornada extenuante o que nos da energía para empezar el día,
alimentos a los que no podemos acceder, lo natural, y un largo etcétera que se pone en tensión cuando las recomendaciones nutricionales desde la medicina se
deben poner en práctica en la cotidianeidad.
Entonces, para estudiar la alimentación desde la cultura ¿debemos dejar de lado la evidencia científica que respalda que ciertos tipos de alimentos contribuyen a
la aparición de enfermedades? ¿Cómo podemos establecer puntos de encuentro?
Si consideramos que la alimentación debe ser leída dentro de su contexto, todas las aristas son importantes de tomar en cuenta. Uno de los elementos
contextuales relevantes para entender cómo nos alimentamos actualmente, es la transición nutricional en América Latina que se asentó en la década de los 90 a
partir de la incorporación de alimentos hipercalóricos diseñados con un exceso de grasas y azúcares lo que, sumado a los cambios económicos, los hizo
preferentes por ser más baratos y rápidos de preparar y consumir, acorde con los estilos de vida más acelerados y que, de la mano con otros cambios
demográficos y sociales, se terminó favoreciendo su consumo por sobre otros alimentos tradicionales y naturales
De esta forma, Chile pasó de tener un 37% de desnutrición infantil en los años 60 a un 2,9% el año 2000, trayendo consigo también un gran aumento en el
consumo de calorías en el mismo periodo (4). La transición nutricional sería sólo el puntapié inicial de lo que desencadenaría el estado nutricional actual de Chile,
con una importante tasa de obesidad y sobrepeso que aumenta cada año de manera acelerada
Si sólo tomáramos en cuenta estos datos, diríamos que el entorno alimentario del Chile actual se caracteriza por el cambio en la dieta y el aumento en el
consumo de calorías. Pero, ¿es posible caracterizar el aumento del sobrepeso y obesidad en nuestro país observando únicamente “lo que comemos"? Desdé el
enfoque cultural, la respuesta es no: debemos preguntarnos también por todo lo que rodea el acto de comer, volviéndose imperativo identificar aquellos
elementos de nuestro entorno que facilitan el aumento de peso. En este sentido Swinburn, en 1999, definió el concepto de ambiente obeso génico, como “la
suma de influencias que los alrededores, las oportunidades y las condiciones de vida que promueven la obesidad en individuos o poblaciones”.
29. Análisis de la alimentación desde la
cultura
El ambiente obeso génico tendría cuatro aristas importantes que refieren a “qué está disponible para comer”, “cuál es el costo de lo que hay para
comer”, “cuáles son las reglas o leyes en torno a los alimentos” y “cuáles son las creencias o actitudes en torno a lo que se come”. Esta última arista
es justamente la cultura, reafirmando que para que un ambiente se vuelva obeso génico depende de la transmisión de conductas y creencias entre
los miembros de una comunidad,
La alimentación constituye una de las múltiples actividades de la vida cotidiana de cualquier individuo y grupo social y, por su especificidad y
polivalencia, adquiere un lugar central en la caracterización biológica, psicológica y cultural de la especie humana. El alimento ha de contemplarse
siempre como vehículo no solo de nutrientes, sino de placer y cultura, y tan imprescindibles son unos como otros para la salud integral y social del
individuo.
La necesidad de recurrir a los aspectos culturales para comprender la alimentación humana arranca de la prueba de que los propios
condicionamientos biológicos han podido concretarse de diferente modo en diferentes sociedades.
La cultura actúa estableciendo regularidad y especificidad. La conducta alimentaria diaria de la mayoría de las personas resulta predecible
dependiendo de sus patrones culturales (recursos tecnológicos, organización social, actividades, horarios, profesiones, relaciones familiares,
responsabilidades…). A sistemas culturales distintos corresponden sistemas alimentarios diferentes.
30. • La alimentación es un hecho que trasciende la biología para entrar de lleno en
la cultura, prueba de ello son los argumentos siguientes:
• - Existen preferencias y aversiones muy diferentes de unas culturas a otras en
relación con unas mismas fuentes de proteínas (por ejemplo: insectos, ranas,
caracoles, cerdo, vaca, etc.) que van más allá de los condicionamientos
biológicos y que nos remiten a diferentes estrategias particulares de adaptación
al medio.
• En todas las culturas conocidas, las prohibiciones alimentarias parecen mucho
más importantes cuando se trata de productos animales que cuando se trata de
productos vegetales. Los animales tienen atributos morfológicos que los
aproximan mucho más a los seres humanos. Y cuanto más se aproximan, tanto
más son objeto de prohibiciones y aversiones, pues, a diferencia de la savia de
los vegetales, la sangre de los animales remite a la imagen de la vida humana.
• Muy frecuentemente, la carne es el alimento más demandado. La valoración de
la carne en numerosas culturas e innumerables épocas es una constante, hasta
el punto de que los historiadores han medido la prosperidad de un período y/o
de una categoría social por el aumento del consumo per cápita de carne.
• Se puede afirmar que la cocina, o mejor dicho las cocinas, reflejan las
sociedades. Cada grupo social posee un cuadro de referencias que guía la
elección de sus alimentos -algunos de éstos son compartidos con otros grupos,
otros son exclusivos-, cuyo conjunto constituye un corpus más o menos
estructurado de criterios que le corresponden y, por esta razón, le confieren una
particularidad sea diferencial, sea distintiva. Desde un punto de vista culinario,
los grupos sociales son portadores de unas características específicas
Factores culturales de
los alimentos
31. La alimentación como identidad cultural
La aplicación rigurosa de las reglas alimentarias ha sido, a lo largo del tiempo, una protección
contra la aculturación y la pérdida de identidad ante el contacto cultural con otros grupos y es
muy lógico que los colectivos de inmigrantes no quieran abandonar ciertas prácticas, sino, por
el contrario, crear en sus sociedades de destino los espacios adecuados para satisfacer las
demandas de productos axiales en su alimentación de origen y sus peculiaridades alimentarias.
Se ha podido comprobar, en efecto, que, en ciertas situaciones de minorías culturales, algunos
trazos culinarios persisten, aunque otros se hayan olvidado. Así, el estilo alimentario parece,
aunque acostumbra a registrar cambios de diferente tipo, más fuerte y más duradero que otras
características culturales que son, no obstante, también básicas, como las prácticas religiosas,
el uso de la lengua materna o los vestidos. En caso de asimilación total, las prácticas
alimentarias serían las últimas en desaparecer. Incluso, sucede que adquieren un lugar muy
importante para marcar las diferencias con la sociedad de destino, dado que sus portadores le
confieren una significación considerable
La alimentación tiene hoy, más que nunca, una importante raíz social. Nuestra cultura nos dice
cuáles son los ingredientes que hemos de utilizar en los platos, en qué orden han de tomarse
los alimentos, etc. Los hábitos de alimentación en la familia y los individuos vienen
condicionados por la disponibilidad de los alimentos, el acceso a ellos y el aprendizaje, entre
otros.
32. La comida como
interacción social
Nuestros comportamientos alimentarios se articulan mediante dos tipos de normas básicas:
las normas sociales y las normas dietéticas.
Las normas sociales se refieren al conjunto generalizado de ‘acuerdos’ relativo al número,
tipo, momento, lugar, composición y estructura de los diferentes tipos de tomas alimentarias
y a las condiciones y contextos en los que se produce su consumo. Por ejemplo, establecer
unos horarios definidos según el tipo de comidas, considerar unas ingestas más importantes
que otras, adoptar unos modales particulares, comer, dependiendo de los platos y
alimentos, con los dedos o con los cubiertos.
Las normas dietéticas refieren al conjunto de prescripciones basadas en conocimientos
científico-nutricionales. Más o menos fluctuantes a lo largo del tiempo, variables según los
descubrimientos y el aumento de la influencia social de sus prescriptores, las normas
dietéticas describen, en términos cuantitativos y cualitativos, lo que es una comida
adecuada, una alimentación equilibrada, cómo se han de organizar las ingestas
alimentarias diarias con el fin de mantener un buen estado de salud, etc.
El seguimiento de las normas sociales o normas de grupo supone también una afirmación
de la identidad. En esta situación se establecen también diversas interacciones. La persona
o personas que han preparado los alimentos lo hacen con el objeto de demostrar su afecto
y son reforzadas por el resto, al mismo tiempo que recompensan a los demás
proporcionando más comida. En este contexto, una persona con una fuerte motivación por
ser aceptada puede comer en exceso si es reforzada por ello. Así, se siente más querida si
come más. Esto puede llevar al inicio de un sobrepeso como consecuencia de querer
agradar a los demás. Por el contrario, una persona que es instigada a comer más de lo que
desea, en una situación que se da de forma reiterada, puede sentirse excluida del grupo y la
hora de la comida convertirse en un acontecimiento absolutamente indeseado que tiende a
evitarse
El momento de la comida es una situación
importante que suma, al valor
motivacional de la alimentación, la
motivación por la pertenencia social. El
hecho de proporcionar alimentos a los
miembros de la familia o el grupo de
amigos se considera un acto de
estrechamiento de los lazos sociales.
Preparar un plato especial y compartirlo
en momentos especiales
33. Aspectos sanitarios y nutrición
En otra dirección, desde el área de la salud y la nutrición se han realizado investigaciones orientadas a la identificación de cambios en los conocimientos,
actitudes y prácticas alimentarias de pacientes diabéticos, con VIH y madres gestantes y lactantes. El interés de estos estudios se centra en el análisis de los
cambios que genera la aparición de determinada enfermedad, los cuales están asociados, generalmente? a modificaciones en los hábitos de alimentación. De
igual forma, se indaga cada vez más en las creencias y los patrones alimentarios de las madres gestantes y lactantes, por la importancia que éstos tienen en el
desarrollo infantil y por la primacía que las políticas de infancia otorgan a esta etapa del desarrollo.
El enfoque de la Seguridad Alimentaria y Nutricional ha sido fuertemente impulsado para el análisis de las políticas en esta materia. En el campo de la economía
aplicada ubica el problema alimentario en relación con factores estructurales que afectan la disponibilidad y acceso a los alimentos; en especial, ubica los
cambios que ha vivido Colombia en los contextos internos y externos que moldean las políticas y la evolución del sistema agroalimentario y su problemática.
Mantilla y Morales (2008) evalúan la política pública de la SA impulsada por el gobierno nacional desde el año 2005, con el propósito de establecer alcances y
vacíos respecto al logro del derecho a la alimentación, como el más representativo de los derechos económicos, sociales y culturales DESC.
De manera similar, y en el marco del rescate del legado étnico colombiano, Carlos Osorio (2002) estudió el patrimonio cultural y simbólico de los indígenas
Paeces (Cauca) mediante la identificación de la racionalidad y las prácticas alimentarias de este grupo y los procesos económicos y tecnológicos asociados. El
interés que orientó el trabajo etnográfico fue la comprensión de los elementos simbólicos que fundamentan “el arte de comer, entre los Paeces de Tierradentro”,
integrados a los componentes ambientales, económicos y tecnológicos que influyen en las prácticas, las creencias y las costumbres sobre la alimentación en
este grupo étnico.
Estas investigaciones son un importante aporte desde la cultura alimentaria para dimensionar las características que fundamentan la dieta actual de los
colombianos, tradición que se refleja en los gustos y prácticas de consumo.
34. La situación de hambre en el mundo ha conducido a un interés creciente en lo relativo a la
alimentación, tanto en el campo académico, como en el campo de la acción política, de
manera tal que el conocimiento sistematizado sobre las condiciones objetivas y subjetivas de
la situación alimentaria de las sociedades, sirva de brújula para la definición y la
implementación de políticas orientadas a garantizar el derecho a la alimentación de la
población.
Los avances y desarrollos científicos permiten que en la actualidad se disponga de
información suficiente sobre la composición de los alimentos, los efectos de los diferentes
nutrientes en la salud y la nutrición de la población según características de sexo y edad, las
tendencias y cambios del consumo, los sistemas agroalimentarios y de conservación, entre
otros; mientras que lo relativo a las prácticas concretas de alimentación, las creencias, los
saberes, las tradiciones y costumbres alimentarias en diversos grupos sociales han sido poco
exploradas. Algunas razones para ello pueden deberse a la tendencia de considerar la
alimentación como un objeto de estudio propio de las ciencias de la salud.
el carácter marginal que este ocupa en el análisis de las ciencias sociales y a que la
dimensión social de la nutrición recién alcanza auge en las últimas tres décadas, en
comparación con otras tendencias de análisis, como se ha señalado anteriormente.
Adicionalmente, los rituales, las simbolizaciones, los valores sociales y estéticos expresados
en el proceso alimentario han contado con escasos desarrollos, pese a que existe una línea
de investigación desde la sociología de la alimentación y la sociología de la comida .
Lamentablemente no alcanzamos a dimensionar la importancia no solo de una alimentación
adecuada, pese a los estudios sociológicos que existen, caemos en las costumbres, creencias
y en el echo de que el uso adecuado de una alimentación adecuada, aun no lega a tantas
personas como para generar un impacto social.
Los aportes de la sociología de la
alimentación
35. Qué pretende y qué nos puede aportar
Aunque la alimentación es un hecho social presente en todas las sociedades y en todas las culturas, los sistemas de producción, significación, clasificación,
preparación y consumo de los alimentos cambian de acuerdo con el período histórico de cada sociedad, su relación con el medio ambiente y las prácticas
culturales y de ordenamiento social en el que se insertan.
Desde una mirada sociológica, se busca reconocer la alimentación como práctica social que contiene una dimensión simbólica común a diferentes grupos
sociales a los que el individuo pertenece. Interesa comprender la función social de los alimentos y la alimentación en el marco de relaciones sociales con
temporalidad y espacialidad que definen un tipo particular de interacción y construcción de la vida social. Se adentra en los significados que adquiere la comida
en la configuración de la vida familiar y de la sociedad, los contenidos normativos, la dinámica de organización de tareas y responsabilidades que configuran la
vida cotidiana en torno a la satisfacción de esta necesidad fundamental, las redes familiares y sociales que se entrecruzan en el acto alimentario, los saberes
inter generacionales respecto a la comida y las formas de vida de los sujetos, las desigualdades sociales y de género en la realización del trabajo doméstico
alimentario.
La sociología de la alimentación pretende modificar la perspectiva teórica y las herramientas analíticas centradas en el consumo, para focalizar en el
comportamiento de los sujetos, respecto a intereses y condiciones que intervienen en el acceso, preparación y disposición de los alimentos y en el acto
alimentario. Este cambio de visión busca destacar la diversidad y la heterogeneidad de procesos intervinientes en las situaciones alimentarias, generalmente
invisibles en los análisis tendientes a la generalización, trascender los abordajes económicos y nutricionales predominantes e incluir aspectos motivacionales y
variables de tipo social que puedan explicar la permanencia y los cambios de este comportamiento.
En síntesis, una perspectiva sociológica contribuye a develar y destacar los contenidos subjetivos y simbólicos de la alimentación que enmarca el fenómeno. Es
una contribución para avanzar en el posicionamiento de los análisis micro sociales que pongan al descubierto la multiplicidad de factores que inciden en la
conducta alimentaria, ajenos a la pretensión de homogeneidad, determinación o generalización que ha caracterizado las investigaciones en la materia, por parte
de otras disciplinas.
36. Una aproximación sociológica a las prácticas
de alimentación familiar
Las prácticas cotidianas de alimentación, aunque se realicen en el ámbito privado familiar, hacen parte
de relaciones sociales más amplias. En el ámbito público, el papel que el Estado juega en la garantía
del derecho a la alimentación mediante programas sociales que transfieren bienes y servicios para
proveer recursos alimentarios, la influencia de los sistemas agroalimentarios en la introducción y
modificación de patrones de alimentación; la regulación del mercado en la producción, el
abastecimiento y el acceso a los alimentos, y el papel que juega la comunidad, los amigos, familiares,
entidades sin ánimo de lucro y otro tipo de redes sociales, son factores que inciden en la estructuración
de las prácticas de alimentación familiar.
En el ámbito privado, las necesidades nutricionales de los miembros de la familia según diferencias de
género, generación, ciclo de vida familiar; la naturaleza del trabajo implicado en esta labor, los
aprendizajes y las creencias socioculturales respecto a lo que significa alimentarse, los gustos
alimenticios, las relaciones de poder que se producen en la distribución de tareas y responsabilidades
en la provisión, compra, preparación, distribución y disposición de los recursos alimentarios, dan cuenta
de las formas de organización y distribución del poder entre los sexos, entre generaciones y entre
grupos o clases sociales; de las características de producción y consumo de alimentos en una
sociedad, y de las formas como se ordenan estos procesos en determinadas sociedades.
Adentrarse en las prácticas de alimentación que se llevan a cabo en el ámbito doméstico familiar, en las
relaciones familiares y sociales que se construyen alrededor de la cocina y sus aderezos, se constituye
en una oportunidad para desentrañar las características de las relaciones familiares, las tensiones y los
conflictos entre los sexos, la organización y el acceso a recursos, las desigualdades sociales y las
posibilidades de sostenimiento o de cambio de las prácticas y los comportamientos alimentarios, pero
también de las relaciones de género en el universo de simbolizaciones y rituales que hacen de la
alimentación una posibilidad de realización humana.
37. Tradicionalmente se ha prestado especial atención a la asunción del papel de la mujer como cuidadora
natural de la familia, habiéndole asignado así la responsabilidad en todo el conjunto de tareas
domésticas, muchas veces en detrimento de su participación en el espacio público. La incorporación
masiva de la mujer al mercado laboral le lleva a redefinir su papel y, en particular, su centralidad en la
organización y preparación de las comidas y en las decisiones que esas actividades conllevan. Al
quedar vacante la figura del ama de casa, se hace necesario el recurso a servicios y productos que
ayuden en la organización de la vida doméstica y/o que cumplan las tradicionales funciones del ama de
casa. Aunque esta atribución de responsabilidad en el cambio alimentario es parcial habría que indagar
más sobre ello, aunque también acerca de la corresponsabilización de los varones, aún no
suficientemente explorada.
Tanto las mujeres rurales como las urbanas dedican una
importante fracción de su tiempo a alimentar a su familia, Sin embargo, en el caso de
las mujeres rurales, las horas del día están completamente destinadas a las actividades
culinarias y de alimentación, actividades que son de sobrevivencia básica de la familia.
Se podría pensar que esta situación incluso podría ser benéfica para las familias
puesto que las horas que las mujeres dedican a la preparación de alimentos redundaría
en una mejor calidad de comida y en mejoras nutricionales. Sin embargo, dadas las
condiciones de precariedad en que se realizan estas actividades en las zonas rurales,
difícilmente podríamos llegar a afirmar esto.
Pero más allá del bienestar de la familia, el hecho de que el tiempo de las
mujeres y en especial de las mujeres rurales se encuentre acaparado por las labores
relacionadas con la alimentación de la familia, limita las posibilidades de participación
en otras esferas de la vida social y económica y, por lo tanto, un desarrollo más equilibrado de
las mismas. También puede tener el efecto de confinar a las mujeres al
espacio doméstico, restringiendo su capacidad de negociación dentro del hogar.
Los roles familiares ligados a alimentación
38. Lo que está hecho y lo que queda por hacer
1. Las mujeres y su relación con la salud y la alimentación. Se trata de estudios empíricos en poblaciones concretas, generalmente mujeres gestantes y lactantes
en condición de riesgo y vulnerabilidad, interesados en identificar los hábitos en el cuidado de la salud familiar, siendo la alimentación un factor fundamental para
el adecuado desarrollo de niños, niñas y personas de la familia.
Esta línea de investigación, impulsada especialmente por los profesionales de la salud y la nutrición, mantiene una visión biologicista sobre la lactancia materna
centrada en el recién nacido, su crecimiento y desarrollo y los procesos relativos a la incorporación de alimentos sólidos en los niños menores de un año. La
concepción cultural que identifica a las mujeres/madres como las directas responsables del cuidado de los niños y las niñas, explica el porqué son ellas las
unidades de información en la mayoría de los casos.
2. La composición nutricional de los alimentos. La asociación entre desnutrición y pobreza suele ser el enfoque desde el cual se abordan los patrones de
consumo alimentario en grupos vulnerables, bien sea por condiciones de pobreza o de desplazamiento, para determinar las características nutricionales del
consumo diferenciado por sexo y edad, en niños, niñas y jóvenes; no obstante, los adultos y particularmente las mujeres, suelen estar al margen de este tipo de
análisis. Sin embargo, estudios desde la perspectiva de género demuestran las diferencias en el consumo alimentario de las mujeres, bien sea por la desigual
distribución de alimentos al considerar que son los hombres quienes requieren mayor cantidad y calidad de alimentos o porque la atención a los demás miembros
de la familia dejan de lado su autocuidado. Profundizar en las concepciones culturales que sostienen las desigualdades de género dentro y fuera del grupo
familiar, permitirá entender algunas de las características de la transmisión intergeneracional de la privación, la vulnerabilidad y la feminización de la pobreza.
3. Los desórdenes en relación con la comida. Los nuevos estilos de vida impuestos por la sociedad de consumo han conducido a desórdenes alimentarios como
la anorexia, la bulimia o la obesidad, que demandan investigaciones que más allá de la mirada biológica y psicológica, permitan comprender la dimensión social
de estos trastornos. Al respecto, han aparecido nuevas narrativas sobre comida, cuerpo y género para auscultar sobre la imagen del cuerpo y las relaciones de
poder y discriminación que viven las personas en diversos espacios; no obstante, aún falta mucho por descubrir en esta línea teórica.
39. CONCLUSION
La alimentación humana se puede explicar desde diversos puntos de vista y tiene múltiples
funciones: satisface necesidades fisiológicas y también deseos; la cocina identifica
culturalmente, señala un estatus social y refleja los roles de género; los alimentos pueden
sanar o provocar enfermedades; permiten cuidar las relaciones familiares y establecer
alianzas políticas; sirven para incrementar la acumulación de capital e impulsar la
globalización económica, pero también para promover estrategias de resistencia y
oposición a estos procesos. Comer es, en definitiva, una actividad polisémica; tanto o más
que un requerimiento funcional humano, es un fenómeno social, económico y político.
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Un enemigo de la alimentación equilibrada: la economía -Por
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CONCEPTO DE ALIMENTACIÓN, NUTRICIÓN Y DIETÉTICA -
NUTRICIÓN Y SALUD -Información nutricional
Los trastornos alimenticios asociados al canon de belleza -Los
cánones de belleza impuestos por la sociedad pueden llevarnos
hacia los trastornos alimenticios. -UPAD Psicología y Coaching