2. La decisión
En la acción humana puede darse
motivaciones éticamente
contradictorias. Esto se presenta debido
a la división interna del hombre. En su
interior existen inclinaciones buenas y
malas al mismo tiempo, y con respecto
a una misma acción; obviamente su
deber es identificarse con las buenas
motivaciones y no aceptar las malas.
3. La intención
La intención es el fin que
conscientemente persigue la persona al
realizar una acción.
Sin intención no se da acción ética.
El fin elegido es un fin apropiado. Y así,
el propósito de la acción califica al acto
y principalmente, a la persona.
4. Pero la intención no basta para calificar
un acto. La razón por la que no basta,
reside en que el acto humano también
depende de su objeto.
La intención ha de estar ligada al fruto
natural de la acción. Plantar olmos y
esperar cosechar peras, es una
intención antinatural, como sembrar el
mal y esperar cosechar el bien.
5. Cualquiera que sea nuestra intención,
nuestras acciones tienen su propio efecto.
El hombre responsable debe atender a lo
que la acción por si misma produce y a las
consecuencias de la acción.
El fruto de la acción debe orientar las
intenciones, porque la buena intención no
cambia el fruto objetivo de la acción.
6. Distinción entre fines y medios
Tanto los medios como los fines son puras
posibilidades. Cuando me propongo usarlas
como antes.
Las acciones por si mismas no tienen un fin. Se
dan acciones y se desencadenan
consecuencias. El sentido de finalidad es una
proyección de la mente ordenadora del hombre;
en el mundo animal, por ejemplo, se dan
causas y efectos o consecuencias, pero no
finalidades. La finalidad supone intencionalidad,
lo cual no se da en las cosas y en los seres
desprovistos de inteligencia.
7. La acción, aunque se entienda como un medio
para lograr un fin, apunta ya a la acción ética, en
cuanto ha de ser asumida por el sujeto. La acción
ha de estar objetiva y subjetivamente orientada
hacia el fin bueno; subjetivamente por la
intención con que se la lleva a cabo, y
objetivamente, porque su fruto natural ha de
corresponder a la intención del sujeto.
Una acción puede tener innumerables efectos o
consecuencias. La intención le da carácter ético
a la acción y no consecuencias inadvertidas; pero
el hombre, como ser inteligente, debe atender a
las posibles consecuencias, aunque no sean sus
8. Pluralidad de fines y el orden de la
naturaleza
En las cosas descubrimos cierto orden natural; sin
que las plantas lo sepan, florecen, dan frutos y
semillas, y así se multiplican.
El orden que descubrimos en la naturaleza no se
opone a los fines que nosotros podemos darles a los
animales y a las cosas; mas aun, podemos decir que
la naturaleza espera y supone nuestras propias
finalidades. Por eso advertimos que lo ordenado son
las cosas, pero la mente es la que ordena; el fin
supone siempre la intención y por lo tanto no se
puede hablar de fin objetivo, sino solamente de un
orden objetivo; y ese orden objetivo cae dentro de las
finalidades que pueda tener el hombre.
9. Éticamente, el hombre debe atender a
“su realidad”, para descubrir el orden de
los medios que mas lo realizan.
Desde el punto de vista ético, es
importante considerar el orden objetivo
de las cosas, de modo que la realidad,
por si misma, muestre su
funcionamiento y sus exigencias.
10. Carácter ético de los medios y los
fines
De manera que para poder decir que los
medios son buenos necesitan estar
orientados hacia un buen fin.
El fin y los medios forman éticamente
una unidad, y son distinguibles
únicamente desde el punto de vista
lógico.
El fin justifica los medios.
11. Doble efecto
En la vida humana hay acciones que
producen un doble efecto: uno bueno y
otro malo. Intencionalmente siempre
debe buscarse el efecto bueno, y tolerar
el malo.
12. Las consecuencias de la acción
Las acciones humanas pueden tener un
gran numero de consecuencias, algunas
de ellas predecibles y otras
impredecibles; desde el punto de vista
ético son importantes solamente
aquellas consecuencias ligadas
directamente a la intención del sujeto y
que caen dentro de su capacidad
consciente.
13. Conclusión
Consideramos que la el ser humano no obra
de manera inconsciente, sino
deliberadamente y que las teorías éticas le
permiten fundamentar racionalmente una
moral que luego habrá de aplicar en la vida
pública. Además en nuestra vida cotidiana,
cada persona puede tener ideas muy distintas
acerca de cómo actuar frente a una situación
en particular, ideas además muy distintas de
lo que significa llevar adelante un modo de
vida moralmente valioso y finalmente, ideas
muy distintas sobre el tipo de razones que