1. ¿Es bueno salir a correr todos los
días?
El running ya no es sólo una moda, para algunos se ha convertido en una obsesión.
Cada vez nos encontramos más corredores amateur en la calle y muchos salen a diario.
En ocasiones sin pensar en las consecuencias que esta práctica abusiva puede tener en
su salud.
La actual crisis económica ha sido determinante en este boom, porque la gran ventaja
de este deporte es su bajo precio ya que no hay que invertir demasiado en equipación.
Además se puede practicar en cualquier sitio y no es necesario cuadrar agendas con
amigos o compañeros de trabajos para salir a la calle a correr. A esto se suma su
carácter saludable. “Hecho de forma adecuada resulta muy beneficioso”, explica Daniel
Martínez Silván, fisioterapeuta especializado en el ámbito deportivo y miembro de
la Sociedad Española de Traumatología en el Deporte (SETRADE), quien habla de
beneficios físicos, psicológicos y de socialización. “Éstos se observan en muy poco
tiempo y de ahí que sea tan adictivo”, añade.
Pero por muy saludable que sea, por muy rentable que resulte y por mucha adición que
cause, los corredores amateur deberían ser prudentes y no abusar de este deporte,
especialmente a partir de los 35 cuando las articulaciones empiezan a deteriorarse. “El
problema viene cuando lo que debía ser una práctica saludable, se convierte en una
obsesión y nos encontramos a gente que no había hecho deporte en su vida corriendo
una hora, seis días a la semana”, explica Martínez Silván. Este abuso
del running resulta cada vez más frecuente: a muchos nuevos corredores les cuesta
pasar un día sin correr y es ahí donde surge el problema. “Yo les suelo contar a los
pacientes que el running es como el alcohol: si te tomas dos cervezas a la semana el
alcohol no es malo, pero si te tomas 20 al día efectivamente puedes decir que el alcohol
2. te está provocando lesiones. Pero no es el alcohol, es el exceso”, insiste el
fisioterapeuta.
OJO CON LAS ARTICULACIONES
Correr prácticamente todos los días impide que las articulaciones del miembro inferior
(tobillos, rodillas, caderas), las que más sufren durante la carrera, se recuperen de
forma adecuada. Los impactos que sufren las rodillas en carrera no son especialmente
violentos pero sí resultan cíclicos y muy repetitivos (un corredor estándar puede
impactar contra el suelo aproximadamente unas 300 veces por kilómetro). “De esta
forma siempre estamos sobrecargando las mismas estructuras. Cuando la carga es
excesiva (porque corremos mucho, por terreno muy duro o porque pesamos mucho) y
la recuperación no es adecuada, las articulaciones, y en concreto el cartílago articular,
empiezan a sufrir y pueden degenerarse e irse desgastando progresivamente”, explica
Daniel Martínez Silván.
Luis Franco, secretario general de la Federación Española de Medicina del
Deporte(FEMEDE) y Director de la Unidad de Medicina del Deporte del Hospital
Universitario Sant Joan de Reus, insiste en que los problemas en articulaciones surgen
cuando la intensidad, la duración y la frecuencia son más elevadas de lo que deberían.
A esto hay que añadir “la predisposición personal (genética y biomecánica) de los
individuos o la existencia de patologías previas en ocasiones desconocidas por no
producir sintomatología, fundamentalmente dolor”.
El desgaste del cartílago articular (condromalacia rotuliana) puede tener
consecuencias posteriores y desencadenar en una osteoartrosis precoz, también
conocida como artrosis "por uso y desgaste". Este problema, en aumento entre la gente
joven por una mala práctica del deporte, se manifiesta con dolor y rigidez de rodilla.
“Los deportes de impacto como el running pueden agravar las patologías
degenerativas articulares pero por sí solos no tendría que producirlo, salvo que la
intensidad, duración y frecuencia de su práctica sea exagerada o no adecuada a las
características individuales de cada uno”, explica Luis Franco, quien apunta que en
este sentido correr no es más peligroso que otros deportes.
Ni siquiera en las personas con artrosis resulta contraproducente correr. “No tiene por
qué empeorar los síntomas si se hace adecuadamente, aunque quizá no sea la actividad
más recomendada. Son mejores deportes de menor impacto porque provocan menos
sufrimiento en las articulaciones”, apunta Martínez Silván. Tanto estos corredores
como los que no sufren problemas deberían “evitar un excesivo deporte de impacto,
mejorar el tono muscular y hacer estiramientos” para proteger las articulaciones,
señala Franco.
Un buen calzado también ayuda. “Si lo elegimos de acuerdo a nuestras características
(peso, forma de pisada, terreno…) puede absorber mejor los impactos, de manera que
las articulaciones no sufrirán tanto”, apunta Martínez Silván. El terreno es otro factor
3. influyente. El especialista en medicina deportiva Luis Franco aconseja salir a correr
por tierra aunque insiste: “Si no se puede hacer es mejor para la salud ir por asfalto que
directamente no correr”.
Diferentes estudios señalan que si la práctica abusiva de este deporte puede tener
consecuencias negativas, correr dos o tres veces por semana es altamente beneficioso.
Según la Universidad de Stanford no sólo puede prevenir el desarrollo de artrosis sino
también el desgaste propio de las articulaciones.
Otra investigación efectuada por la División de Ciencias de la Vida del Laboratorio de
Berkeley, en California, concluyó que las personas que recorren distancias largas
disminuyen el riesgo de osteoartrosis y la necesidad de prótesis de implantes de
cadera.
ADAPTAR TUS CONDICIONES A TU RITMO
En todo caso los especialistas insisten en que no hay nadie contraindicado para correr.
No olvidemos que el ser humano está diseñado para hacerlo y no para estar ocho horas
sentados, explica Luis Franco: “Ahora lo llamamos deporte pero antes era normal.
Nuestro organismo está preparado para correr, cazar…”
Así no hay un perfil claro de personas que deberían evitar el running aunque una
aproximación. “Es muy sencillo pensar en quiénes y cómo son los mejores corredores
del mundo (delgados, por lo general de estatura media-baja y con piernas largas y
finas) y por lógica podemos intuir que aquellas personas con características opuestas
serán las que peores condicionantes tengan”, explica Daniel Martínez Silván. “Esto no
significa que no puedan correr, simplemente significa que debe adaptar la carrera a sus
condiciones y que a lo mejor empieza simplemente caminando una hora cada día,
después trotando muy suave un minuto cada 10 de caminar, luego dos, tres, etc.”,
añade.
Para Luis Francos, estas personas y las que sufren artrosis deberían evitar actividades
de impacto “sobre todo en fases iniciales de la práctica del ejercicio físico”. No es que
no puedan practicar running es que igual “es más aconsejable que realicen deportes
con menor descarga como natación, bicicleta o elíptica”, concluye.