Ejercicios para aprender la paz y desaprender la guerra
1. CIUDAD, CIUDADANÍA E INFANCIAS
TRABAJO SEGUNDO CORTE:
“Ejercicios para aprender la paz y desaprender la guerra”
INTEGRANTES:
● Gineth Helena Salazar
● Dahianna Lizeth Rodríguez G
● Angie Nicol Santana
Docente: Vladimir Alejandro Ariza
UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS
FACULTAD DE CIENCIAS Y EDUCACIÓN
LIC. PEDAGOGÍA INFANTIL
Bogotá, 2017
2. CONOCIMIENTO DEL CUERPO Y PERSPECTIVAS DEL CONFLICTO
1. Resumen
Tras realizar algunos “ejercicios para aprender la paz y desaprender la guerra” propuestos
por el Centro Nacional de Memoria Histórica, con un grupo de niños de los cursos segundo y
tercero en la fundación Zuá, se realiza un análisis sobre la forma en que conciben su cuerpo,
la manera en que ésta influye en su relación con los otros y su perspectiva frente al conflicto.
2. Palabras clave
1. Cuerpo
2. Territorio
3. Violencia
4. Memoria
5. Narrativas
6. Educación
3. Introducción
Es importante que los actuales docentes y aquellos que se encuentren en formación, piensen
acerca del uso de una pedagogía de la memoria durante esta época de posconflicto. Es claro
que gran parte de la infancia, especialmente la urbana, se encuentra ajena a todo lo que
aconteció durante la guerra de los diferentes grupos armados Colombianos y es aquí donde
es aún más trascendental dar uso de diferentes medios que lleven a replantearse, pensarse
y reflexionar sobre lo que guardan las memorias de muchas personas, que fueron víctimas
directas e indirectas de un mal sueño que parecía no acabar.
Es por esto, que en el presente escrito se pretende realizar un ejercicio de memoria que
involucra el uso de las narrativas dentro de la infancia, en este caso de 7 niños que oscilan
entre las edades de 7 a 11 años. Esta actividad tuvo como objetivo reflexionar acerca del
cuerpo como el primer territorio de una persona y posteriormente analizar sobre las
repercusiones y daños que se ocasionan dentro de este, al usar la violencia tanto física como
verbal.
De acuerdo a lo anterior se plantearon 5 momentos a lo largo de la actividad, dos de ellos
tienen que ver con el reconocimiento del cuerpo, del cual se abarca gustos, intereses y
aspectos importantes que lo construyen; y dentro de los otros tres momentos se analizaron,
con ayuda de imágenes y sonidos, las repercusiones y consecuencias que causala violencia,
de donde se busca dar cuenta de la formaen la que ésta, afecta directamente al cuerpo como
primer territorio, y además cómo se evidenció dentro del conflicto armado y especialmente en
nuestra cotidianidad.
4. Presentación de la actividad y contexto:
4.1. CONTEXTO:
La actividad propuesta se realizó con 7 niños/as de la Fundación Zuá, la cual se encuentra
localizada en el barrio Palmitas de la localidad de Kennedy. Los niños/as oscilan entre las
edades de 7 a 11 años y se encuentran cursando los grados primero, segundo y tercero de
primaria; ellos/as viven dentro de esta misma localidad y actualmente se encuentran
estudiando en colegios públicos de la misma. Asisten a la Fundación donde se les brinda un
almuerzo, refuerzo escolar y algunos talleres artísticos.
3. 4.2. ACTIVIDAD:
Se tomaron como eje dos actividades propuestas por el Centro Nacional de Memoria
Histórica, la primera de ellas titulada “Mi cuerpo: mi primer hogar” y la segunda “La violencia
en nuestras vidas cotidianas”. De acuerdo a estas se planeó el siguiente taller:
Material de apoyo:
★ Pliegos de papel
★ Lápices
★ Colores
★ Cinta
★ Tempera.
★ Hojas blancas
★ Imágenes de violencia y conflicto armado.
★ Sonidos de la guerra en Colombia, llamado “sonidos y colores del conflicto
armado”, el cual incluía testimonios de víctimas y sonidos de armas.
★ Música relajante
Descripción de la actividad:
“Decimos que el cuerpo es un territorio porque consta de una geografía con extensiones,
hondonadas, curvas, cuevas, texturas, colores, luz y oscuridad, ritmos y ciclos, y fronteras”
(Centro Nacional de Memoria, 2015)
Momento 1:
Se le pide a los niños/as que se recuesten y relajen todo su cuerpo, acompañando este
ejercicio por música instrumental y sonidos de la naturaleza, que propicien la relajación
corporal y mental. Acto seguido, se propone realizar algunas preguntas que den cuenta de
las proporciones, formas, tamaño y sensaciones que tiene o nos produce nuestro cuerpo:
¿Qué zonas de mi cuerpo me gustan más? ¿Cuáles lugares no permito que otros toquen?
¿En qué situaciones mi cuerpo está cómodo? ¿Mi cuerpo tiene curvas, tiene ángulos?
¿Qué textura tiene mi piel? ¿De qué color es mi piel? ¿Me gusta mi cuerpo tal como es?.
Momento 2:
a) Se les pide a los niños/as que formen parejas, para que luego uno de ellos dibuje la
silueta del otro sobre un pliego de papel. Durante este proceso es totalmente libre si
alguno de ellos quiere añadirle algunas características a su silueta, como: ojos,
boca, cabello, etc. Cuando se termine este ejercicio, las siluetas serán pegadas en la
pared.
b) Los niños/as se ponen frente a su silueta, para dar un reconocimiento de esta como
el mapa de nuestro primer territorio (cuerpo). Para esto van a observar algunas
características y aspectos que esta contiene, como: curvas, fronteras, hondas, etc.
c) Por último, con ayuda de algunos materiales, se disponen a intervenir la silueta de
acuerdo a sus gustos, sensaciones e intereses. Esto se hace dentro de las partes
del cuerpo donde se producen o creen que se ven reflejados.
Momento 3:
a) Se les propone a los niños/as la palabra “violencia” y de acuerdo a esta ellos dicen
lo primero que piensan al escucharla.
4. b) Luego se les muestra algunas imágenes que tienen relación con la violencia verbal,
psicológica y física, donde ellos debían reconocer cada una estas.
c) Se les mostraron otras imágenes en las que se observa a la infancia dentro de la
guerra. De acuerdo a esto, los niños/as manifestaron si dentro de ellas se observa
algún tipo y de violencia y por qué.
Momento 4:
a) Los niños/as plasmaron por medio de un dibujo acciones que son de carácter
violento, para esto pudieron tomar momentos de la vida personal, en los que ellos/as
puedan dar a conocer situaciones en las que se han sentido violentados, ya sea
física, psicológica o verbalmente.
b) Posteriormente estos dibujos se pegaron en la pared y cada uno de ellos/as dió a
conocer lo realizado.
c) Finalmente se colocó un audio en el que se escuchan sonidos de pistolas, bombas y
metralletas que eran comunes dentro de la guerra y el conflicto armado, además de
testimonios breves de las víctimas. En este ejercicio los niños/as dieron a conocer
sus puntos de vista y lo relacionaron de acuerdo a la violencia.
Momento 5:
Como último momento se realizó un ejercicio en el que los niños/as experimentaron cómo
en la cotidianidad se resuelven algunos conflictos o determinadas situaciones. El ejercicio
consistió en:
• Se le pide a cada uno de los estudiantes elija un compañero, formando parejas.
• Se le pedirá a uno de los dos que alce la mano y cierre el puño, con el fin de que el otro
compañero busque la forma de abrir la mano.
• Se organizará un conversatorio que tiene como objetivo que algunos estudiantes cuenten
su experiencia sobre cómo lograron abrir la mano del compañero y se propondrá una
pregunta clave:
➔ ¿Por qué para resolver la mayoría de nuestros conflictos siempre pensamos como
primera opción en la fuerza física, que es una forma de violencia?
➔ Análisis de los resultados de la actividad.
En el primer momento que corresponde al ejercicio de relajación, se dio una reflexión sobre
la influencia que posee el trato que cada uno tiene hacia su propio cuerpo, sobre las
relaciones con los otros ¿Si yo cuido y respeto mi cuerpo, haré lo mismo con los demás? ¿El
concepto que yo tengo de mi cuerpo interferirá en mis relaciones interpersonales? Por medio
de este ejercicio se afianzan relaciones de respeto y autoconocimiento, factores de gran
importancia en relación con los demás.
La apropiación del cuerpo está mediada por la cultura, (Centro Nacional de Memoria
Histórica) desde muy pequeños, la cultura en la que están inmersos los niños, les priva del
conocimiento y gozo de su cuerpo “limpia te ves más linda”, “no te metas los dedos a la nariz”,
“bañate, hueles feo”, “no te toques ahí”. Aquellas limitaciones generan una repugnancia sobre
el cuerpo, la cual los niños proyectan hacia los demás por medio del rechazo a quienes
presenten las conductas de las que siempre les privaron. “El odio por los propios demonios
internos también pueden causar la necesidad de proyectarlos sobre los demás” (Rousseau,
citado por Nussbaum, 2010) El rechazo por el propio cuerpo (o algunas zonas) es la primera
dinámica de violencia que se presenta en sus vidas.
5. En el segundo momento, la primera instrucción fue dibujar sus siluetas, pero antes de darles
la indicación de personalizarla y dotarla de elementos que constituyeran su identidad, los
niños y niñas ya habían empezado a intervenirlas para que tomaran un parecido a ellos
mismos. Engrosaban sus extremidades, daban curva a sus caderas, pintaban su cabello y
dibujaban sus rostros del modo que según ellos más se parecía a sus caras. Representaban
por medio de aquellas siluetas, su identidad. Sin embargo nunca estaban suficientemente
conformes, aseguraban que ellos eran físicamente más lindos que sus dibujos.
Referente a lo anterior es preciso pensarse en los diferentes constructos sociales que se
forman, los cuales llevan a que desde muy temprana edad se piense en un prototipo de
persona, en este caso de cuerpo que socialmente se ha ido constituyendo. Los niños/as
querían que en sus siluetas se viera reflejado verdaderamente lo que ellos son, pero aún así
se observaban algunos hechos que llevaban a que ellos mismos se pensaran en tratar de
“embellecer” su cuerpo, añadiendole diferentes trazos o formas, que claramente son
referentes a un prototipo de cuerpo que se ha formado dentro de la sociedad. Aquella figura
termina siendo por el contrario una dinámica de expropiación del cuerpo.
Durante la elaboración de la cartografía del cuerpo, los y las niñas argumentaban cada color
y trazo que hacían. Para este proceso se enfocaron en su mundo interior. “Me pondré muy
colorida, porque soy muy alegre” “Me pondré amarillo porque así me siento cuando me
enfermo”, “me pinté en medio del pecho porque ahí me duele cuando estoy triste”. Respecto
al tema de las zonas íntimas, Mileny dibujó sus pechos, a su lado escribió “tetas”, explicaba
con total naturalidad que así era su pecho. Mientras que Miguel, censuró con color plateado
la zona donde figuraba su sexo, mostrando un poco de vergüenza. En este momento es
correcto precisar que aunque a los niños/as se les dio las indicaciones de intervenir sus
siluetas de acuerdo a sus gustos e intereses, la mayoría optó por caracterizar momentos o
circunstancias en las que su cuerpo llega a retomar otros colores o formas diferentes a las
habituales.
En el tercer momento, se realizó un conversatorio de acuerdo a la palabra “violencia”. Los
niños/as dieron a conocer aspectos que podrían llegar a definir esta palabra y la relacionaron
totalmente con lo que sucedía cotidianamente en su hogar, escuela y entorno. En primera
medida atribuían la violencia con la agresión física, más propiamente el asesinato,
manifestando que ésta estaba presente cuando se golpeaba, empujaba y agredía con algún
objeto a otra persona. Sin embargo, por medio de las imágenes que se habían llevado, se
hizo un breve análisis de lo que era la violencia verbal y cómo esta es la que en mayor medida
se encuentra presente dentro de cualquier entorno social. Esta parte fue la que generó más
reflexiones dentro de cada uno de ellos/as, ya que dieron cuenta de cómo diariamente llegan
a violentar a otros compañeros con palabras, que aunque no se dan cuenta, hieren
profundamente y generan daños psicológicos a quien es agredido.
En este momento involucramos varios aspectos que intervinieran dentro de la memoria de
cada uno de ellos/as, ya que permitía que pensaran en las diversas situaciones de violencia
y así mismo, cómo ésta afectaba notoriamente al primer territorio de cada persona. “Abordar
la memoria involucra referirse a recuerdos y olvidos, narrativas y actos, silencios y gestos.
Hay un juego de saberes, pero también emociones” (Jelin, 2001) Fue precisamente un juego
de emociones que encontramos allí, ya que una niña, Mileny, manifestó mediante el llanto su
6. inconformismo por el trato que recibía de parte de dos de sus compañeras, donde además
recalcaba el “sentirse sola” y pensar que “nadie la quería verdaderamente”. Se trató de
ahondar una reflexión más profunda con ella y las dos compañeras, haciéndoles entender la
importancia del buen trato que se debe tener entre los mismos compañeros y así no llegar a
perjudicar su estado emocional y personal.
Mientras a los niños/as se les mostraron algunas imágenes en las que se observaba a la
infancia inmersa en la guerra del conflicto armado colombiano, gran parte de ellos/as dieron
a conocersu tristeza e impotencia manifestando: “A esos niños los obligan a meterseen esos
grupos”, “a ellos los enseñan allá a matar”, “yo vi una pelicula de todo lo que hacían con esos
niños y siempre que veo algo parecido me dan ganas llorar”. Es así como es evidente que no
del todo la infancia actual es ajena a lo que sucedió dentro del conflicto armado Colombiano,
ya que tienen algunos conocimientos previos, sobre lo que muchas personas y niños/as
tuvieron que vivir durante casi medio siglo de guerra.
Por otro lado es evidente que desde diferentes espacios de la cotidianidad de estos niños/as,
ya se ha comenzado a trabajar el rescate de la memoria que dejó el conflicto armado
colombiano, ejemplo de ello es una niña que manifestó el haberse visto una pelicula en la que
se observaban algunas situaciones por las que muchos niños tuvieron que pasar cuando se
encontraban dentro de los grupos armados, o cuando evidentemente eran obligados a entrar
en ellos. Es por ende que se logra deducir cómo ella logró adquirir algunas ideas de todo lo
sucedido en la guerra del conflicto armado colombiano, gracias a una película que tal vez en
su espacio escolar le habían mostrado, donde sin duda alguna puede llevar a tener un gran
fin pedagógico con la gran apuesta que en la actualidad se le hace al posacuerdo en
Colombia.
Para el cuarto momento en el que empezaron a realizar los dibujos que iban a dar
representación de la violencia, la mayor parte de los niños/as tuvieron en cuenta lo hablado
anteriormente, ya que la mayoría de ellos/as optó por realizar ilustraciones que dieran cuenta
de la violencia física y verbal. Mientras que Mileny, decidió hacer un dibujo en el que se
mostraba a ella apartada de sus compañeras, donde además trataba de mostrar el mal trato
verbal que ellas usaban comúnmente. Es aquí donde se debe pensar en el trabajo de
memoria que se hace diariamente, el cual en muchas ocasiones toca solamente al conflicto
armado colombiano, pero ¿Qué sucede con el trabajo de memoria que debe ahondar las
problemáticas sociales a los que los niños/as y jóvenes se ven inmersos en su vida cotidiana?
“Si queremos hacerle frente a la violencia para que llegue a su fin, es necesario tratar varios
aspectos. No basta con desmovilizar a los grupos armados. También es importante ofrecer
igualdad de oportunidades y accesos a los derechos sociales” (Bermeo, 2017)
Es precisamente ese uno de los grandes problemas que se evidencian al querer acabar con
la violencia, ya que en muchas ocasiones hace falta plantearse actividades, proyectos o
espacios que propicien la concientización de una violencia que no acaba con la
desmovilización de los grupos armados, sino que sigue presente dentro de diversos espacios
sociales, los cuales afectan física y psicológicamente a cualquier persona.
El conflicto, en gran medida, continúa viéndose como algo lejano, prueba de ello es que
Miguel dibujara dos personas, explicando que una de ellas estaba secuestrada, la
7. socialización de su dibujo se dio en tono burlesco y cómico. De manera que él entendía la
situación, pero quizá no comprendía su magnitud y su presencia en una realidad no muy
lejana. “Asíéramos y así seguimos siendo. Mientras lo que suceda no toque a nuestra puerta,
todo puede pasar” (Sandoval, 2006). La culpa de estas actitudes no son únicamente de
Miguel, sino de la cultura del olvido que se da en la ciudad frente a las situaciones ajenas.
Posterior a esto, se reprodujo un audio en el que se daban diferentes sonidos de armas
propias de la guerra como pistolas, bombas, metralletas, entre otros. Al final del mismo se
escuchaba el sonido de las campanas de una iglesia, el cual se asociaría con la muerte de
alguna persona, pero los niños/as no llegaron a comprender la paradoja de esta situación,
sino que relacionaron todo lo escuchado a una guerra que estaba sucediendo mientras las
personas se encontraban en la iglesia. Es claro precisar que a pesar de esto, ellos/as
mostraban gestos de preocupación al escuchar todos los sonidos que se iban reproduciendo,
llevando así a pensar que la guerra llega a generar en la infancia dolor, angustia y un gran
miedo por tener que vivirla.
Para el último momento,en el que se realizó un ejercicio que daba cuenta del uso de la fuerza
física para resolver diferentes problemáticas, efectivamente los niños/as terminaron optando
por esta para deshacer el puño abriendo la mano de sus compañeros. Al finalizar su ejercicio,
las talleristas les pedimos a los niños que nos observaran hacerlo. Dahianna cerró el puño y
Gineth le pidió abrirlo a cambiode un helado, entonces Dahianna cedió y lo abrió. Ante aquella
demostración, las y los niños mostraron asombro, a ninguno se le había ocurrido negociar
con su compañero para que abriera su mano.
Entablamos un diálogo sobre la manera en que las personas solucionan los conflictos y por
qué la primera solución ante el problema que les presentamos fue el uso de la fuerza. Los y
las estudiantes concluyeron en que, en el planteamiento del ejercicio, aunque sugerimos
utilizar cualquier estrategia para lograr su cometido, ellos pensaron inmediatamente que se
trataba de una competencia, por lo que no dieron paso a la negociación. Sin embargo al
finalizar la actividad, algunos de ellos/as comenzarona entablar diálogos con sus compañeros
sobre el ejercicio realizado en el que se prometian cosas, a cambio que el otro realizara
alguna acción, para este caso abrir el puño de su mano.
➔ Reflexión sobre la memoria.
El propósito de “aprender la paz y desaprender la guerra”, inicia en efecto desde la creación
de la conciencia de nuestro cuerpo, como territorio que ampara la memoria colectiva y
subjetiva; así como centro receptivo de todas nuestras experiencias humanas. No obstante,
la guerra y la violencia instalada en el campo simbólico,desde la naturalización de la agresión
física, verbal o emocional, también se encuentra fuertemente enquistada en los niños
pertenecientes a la fundación Zuá, así como se podría evidenciar frecuentemente en la
mayoría de escenarios sociales de la ciudad de Bogotá.
Todo esto, y así como lo indica el Centro Nacional de Memoria Histórica, se traduce en la
necesidad de una “educación emocional”, en donde se propenda por la formación de
ciudadanos empáticos y preocupados por el sentir, el reconocimiento y la reivindicación del
otro.
8. A este respecto, consideramos de vital importancia, emprender proyectos que le brinden
mayor importancia al diálogo con el mundo a través de lo sensible, iniciando con el cuerpo
mismo; pues consideramos que una sola intervención pedagógica (como se planificó y se
llevó a cabo con los integrantes de la fundación) sirve como aproximación más no como
transformación real en pro de “aprender la paz y desaprender la guerra” (Centro Nacional de
Memoria histórica)
El reto está en constituir una “ciudadanía memorial” (Osorio y Rubio 2006, p.27 en Bermeo
p.79) pese a las incertidumbres y los “dilemas morales” que conllevan las transformaciones
sociales de nuestra actualidad y cotidianidad; pues no es posible pensarse una
transformación Nacional o Estatal, si no logramos desujetarnos de la naturalizada violencia
física, verbal y simbólica de la que todos somos víctimas y victimarios.
La escuela, en estesentido seconvierte en un escenario privilegiado, siempreque comprenda
la necesidad urgente de ofrecer herramientas y oportunidades diversas para la resistencia a
la guerra y a las violencias; y funcione como dispositivo de refugio de la memoria, “siendo
ésta, la capacidad de activar el pasado en el presente, dándole sentido en función de
expectativas futuras” (Jelin, 1941) o bien, “hacer posible, proyectos de vida, a través de la
narratividad y los recuerdos que vienen y van desde su experiencia como niños, y colocar en
el pasado, el tiempo de la ausencia y de la violencia”. (Torres 2012) y con ello, lograr la
aspiración a una mejor vida y un futuro más favorable.
Por otra parte se evidencia la gran problemática que se presenta en relación a la falta de
espacios y proyectos que den cuenta al trabajo de memoria que se puede realizar con las
diferentes problemáticas que muchos niños/as viven en su cotidianidad. Prueba de esto es el
momento en el que se les pidió a cada uno de ellos/as el pensarse en algún tipo de violencia,
para lo que la mayoría de ellos/as llegó a considerarlo y relacionarlo con aquello que viven
cotidianamente en su barrio, escuela y hasta la misma fundación. Y es aquí una de las
grandes preocupaciones que deja este ejercicio de memoria, ya que dimos cuenta de la falta
de apoyos y ayudas que hay dentro de este tipo de escenarios, en el que se encuentran las
drogas, los robos, maltrato familiar y asesinatos, a los que los niños/as se ven sometidos e
involucrados diariamente.
Indiscutiblemente para ahondar el tema de la guerra del conflicto armado colombiano dentro
de la población infantil actual, se necesita de mucho material, información y un largo proceso
que permita en cada uno de los niños/as el lograr una posición crítica y reflexiva a lo que ha
acontecido durante los últimos 50 ó 60 años. Es claro que muchos de nosotros/as somos
ajenos ante miles de circunstancias y consecuencias que emergieron al pasar la guerra, pero
es claro que gran parte de esta ignorancia es dada a falta de un ente que impulsara el
reconocimiento de múltiples hechos que sin duda alguna han dejado huella y aspectos que
se evidencian dentro de la sociedad actual. Esto se deriva de una intencionalidad
gubernamental y Estatal, de manipulación de los medios masivos de comunicación, para
cegarnos (aunque no puede ser motivo ni escudo de justificación o evasión de co-
responsabilidad que como ciudadanos asumimos); cegarnos y manipular las percepciones
diversas respecto a la situación de miles de compatriotas en torno a la guerra.
En este orden de ideas, a lo que le debe apostar la educación y nosotras como maestras en
formación, es el lograr crear espacios, currículos y planes que den cuenta a la población
9. infantil de la gran fase de violencia por la que tuvo que atravesar el país, de donde se
emergieron múltiples problemáticas sociales que llevan a afectarnos en nuestra cotidianidad.
➔ Conclusión:
En este punto concluimos con dos aspectos importantes, con base en los aportes que
diferentes autores han brindado al tema de la superación del conflicto y la violencia en sí
misma; y por supuesto de los análisis que emergieron con el desarrollo de los ejercicios
propuestos en la caja de herramientas propuestas por el Centro Nacional de Memoria
Histórica.
El primero, es la estructuración de una escuela o currículo con principios “senti-pensantes”,
encaminada a propiciar escenarios de reflexión y posibilidad de hacer lectura crítica de la
sociedad, desde la razón, pero también desde el corazón, reconociendo nuestros cuerpos
diversos, como territorios susceptibles a percibir nuestra realidad circundante; hecho por el
cual, debe propenderse por el auto-cuidado, pero también debe explorarse el sentir ajeno, y
el reconocimiento de los otros para la exhortación de la paz y el rechazo por la violencia.
Para ello debemos tener en cuenta que “Descubrir cómo se producen las construcciones de
sentido, implica acercarnos o provocar un entorno reconocido, un trayecto practicado,
poniendo énfasis en el diálogo y el encuentro de las estructuras espaciales del entorno y el
esquema corporal del niño” (Cabanellas y Eslavas. Territorios de la infancia p.35).
Pero además; como segundo y último aspecto, es importante que dentro de esas nuevas
propuestas se involucren las posibles soluciones o actos a los que cada ser humano, en este
caso niños/as, reconozcan su derecho y posibilidad de acción, es decir, es necesario que al
ahondar un tema tan profundo como el de violencia, se den a conocer los derechos sociales
a los que se pueden acudir en caso de ser violentados, abusados o vulnerados, extendiendo
nuestro compromiso como adultos, y exigiendo la responsabilidad Estatal para con nuestros
procesos de “aprender la paz y desaprender la guerra”
➔ Bibliografía
★ Bermeo, J.D. (2017). Reenmarcando la producción social de la memoria: la
experiencia de docentes y estudiantes en dos colegios de Bogotá. Rev. Colomb. Sec.,
40(1), 65-82.
★ Jelin, E. (2002). Los trabajos de memoria. Siglo Veintiuno editores. España.
★ Espinosa, D. (2014). Una escuela Sentipensante para el reconocimiento y práctica de
los derechos humanos. Rastros Rostros / Volumen 16, Número 30 / enero-diciembre
2014
★ Sánchez, J. G. L., & Guzmán, J. P. C. (2016). Pedagogías para la memoria histórica:
reflexiones y consideraciones para un proceso de innovación en el aula. Educación y
Ciudad, 65.
★ “claves para navegar la memoria histórica”. Centro Nacional de Memoria Histórica
10. ★ Cabanellas, I. y Eslavas, C. Territorios de la infancia. (2014)
★ Nussbaum, Martha. (2010). Sin fines de lucro ¿por qué la democracia nesecita a las
humanidades? Editorial Anagrama.