La enfermedad Mansonella ozzardi se transmite a través de la picadura de insectos hematófagos de los géneros Culicoides y Simulium en países latinoamericanos, donde se han encontrado altas prevalencias. El diagnóstico requiere identificar microfilarias de aproximadamente 200 micras en la sangre, que a menudo se detectan de forma accidental durante exámenes microscópicos de sangre para otras enfermedades como la malaria.