1. www.fvmartin.net Diciembre 2011
Foto:Baharri
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Efrén Martín, gerente de coach en profesor de
www.fvmartin.net M&M system
“Cuando se carece de la disciplina interna que
produce serenidad mental, no importan las
posesiones o condiciones externas, ya que estas
nunca proporcionarán a la persona la
sensación de alegría y felicidad que busca. Por
otro lado, si se posee esta cualidad interna, la
serenidad mental y estabilidad interior, es
posible tener una vida gozosa; aunque falten
las posesiones materiales que uno consideraría
normalmente necesarias para alcanzar la
felicidad”. Dalai Lama.
Somos seres “expectantes”, ambiciosos de
una vida que siempre ha de ir a más y mejor;
con la triste condena de que una vez que
alcanzamos la meta, dejamos de querer lo que
queríamos porque ya lo tenemos; deseando
una vez más aquello de lo que carecemos.
Pero no sólo el final es frustrante, también lo
es todo el proceso previo de comparación;
mareados en un tiovivo de opciones que giran
en torno a cambiantes valores en boga. No nos
referimos sólo a cuestiones de consumo, pues
incluimos proyectos, estatus, pareja, amigos y
la propia imagen que elegimos para vivir mejor.
Como cambiando la percepción cambia la
experiencia, antes de empeñarse en lograr algo
conviene considerar tres perspectivas:
1) El propio punto de vista, centrado en el
interés individual, condicionado por el temor a
perder y la ansiedad por ganar. Difícilmente
encontraremos una alternativa que nos deje
plenamente satisfechos, porque:
En decisiones a corto plazo nos inquieta
pensar que la elección tomada quizá no fue
la mejor, ante la infinidad de opciones que
no pudimos tener en cuenta; o quizá
deberíamos haber esperado más, a la
oferta que en breve superará a la actual.
En las de medio plazo, la perseverancia en
un proceso de búsqueda y comparación
nos agota, sumergidos en un entorno de
información abrumadora. Será complicado
encontrar algo que compense la ruinosa
inversión de tiempo y esfuerzo.
A largo plazo, nos atormentará todo lo que
dejamos sin hacer, debido a
precipitaciones y a esperas. Al final de su
vida demasiadas personas suman más
errores y omisiones que aciertos.
2) El punto de vista de otros –aliados y
oponentes- no añade mucho valor, ya que
los amigos se identificarán con nosotros y
se limitarán a apoyarnos en nuestra
justificación; mientras que los enemigos
pondrán el dedo en la llaga y nos
enfurecerán con sus críticas a todo lo
nuestro. Seguiremos sin salir del “ego” y su
paralelo “alter ego”.
3) La tercera perspectiva es un “no yo”,
que carece de ambiciosa comparación.
También la ansiedad por el máximo control
se desvanece y se crea una visión donde lo
ingrato se acepta y lo grato se disfruta y se
agradece. Podemos invertir la ambición,
que, según Marco Aurelio, “es un vicio,
pero puede ser madre de la virtud”:
Desea no desear, para valorar mejor
lo que eres y lo que tienes.