Este documento describe los procedimientos para realizar la identificación macroscópica de patrones de anormalidad en una autopsia. Explica cómo examinar el cuerpo y órganos para describir lesiones, cicatrices, tumores u otras anomalías, prestando atención a su ubicación, forma, tamaño y otras características. También cubre cómo evaluar órganos como el cerebro, corazón y pulmones para identificar condiciones como infartos, embolias, cáncer u otras enfermedades.
2. 1. Anatomía patológica macroscópica
del examen externo de la autopsia.
Lesiones. Quemaduras. Cicatrices.
Mutilaciones. Cuerpos extraños
El examen externo del cadáver suministra datos de
interés para el informe anatomopatológico. De forma
general, en la inspección externa del cadáver se deben
valorar:
– el estado de nutrición,
– las malformaciones congénitas o adquiridas,
– el estudio de la rigidez cadavérica y las livideces,
– las distintas áreas cutáneas del cuerpo (cara, tórax, espalda,
extremidades, genitales, etc.),
– la presencia o no de ascitis y edemas en las extremidades,
– la coloración externa de la piel
– y la presencia de diferentes lesiones asociadas.
3. Durante la realización del examen externo del cadáver
se pueden encontrar una serie de lesiones
macroscópicas que pueden clasificarse como
congénitas (malformaciones, etc.) y/o adquiridas
(cicatrices, mutilaciones, cuerpos extraños, etc.), ya sea
por el acto terapéutico y/o diagnóstico (vías periféricas,
cicatrices postquirúrgicas, etc.), o lesiones secundarias
a la enfermedad de base del paciente (úlceras, edemas,
eritemas, etc).
4. Así, todas las lesiones que se encuentren en el cuerpo deben
ser descritas y caracterizadas (medida, posición, ángulo,
relación con las estructuras anatómicas, etc.), describiendo
sus características:
• La naturaleza de las lesiones (contusión, herida, escara,
etc.), p. ej.: “el cadáver presenta una herida incisa …”
• El número de lesiones.
• La región en que se localiza cada una de ellas (p. ej., en la
región escapular derecha).
• La distancia a puntos de referencia (relieves óseos,
orificios naturales) medida exactamente (p. ej.: “… situada a 2
cm de la región de la ingle izquierda …).
• La forma de la lesión.
• Las dimensiones exactas.
• La dirección de la lesión cutánea en relación con la
posición anatómica de referencia (p. ej.: “… dirigida hacia el
esternón …”).
• Los caracteres de los alrededores de la lesión (bordes
lisos o irregulares) y líquidos que existan en la lesión (sangre,
pus, exudados, semen, etc.).
5. Desde el punto de vista de la
causa que las genera, las
lesiones pueden ser externas o
internas:
– Causas externas:
• Físicas: como los traumatismos, las
radiaciones, la electricidad, las
quemaduras, el frío, etc.
• Químicas: sustancias corrosivas
sobre la piel, como los tóxicos, etc.
• Biológicas: corresponden a los
agentes infecciosos (virus,
bacterias o parásitos).
Tipos de quemadura por causa
Agentes físicos
Fuego, líquidos calientes, electricidad, radiación
solar, radiactividad y frío (congelación)
Agentes químicos Ácidos, álcalis y derivados del petróleo
Agentes biológicos
Algunas secreciones de reptiles y medusas,
insectos y batracios
6.
7. – Causas internas:
• Malformaciones congénitas o del
desarrollo.
• Trastornos inmunológicos: enfermedades
autoinmunes, reacciones de
hipersensibilidad, etc.
• Enfermedades hereditarias.
• Trastornos metabólicos: diabetes mellitus,
etc.
• Deficiencia nutricional: malnutrición,
avitaminosis, etc.
Gastrosquisis
Labio leporino
8. 2. Anatomía patológica macroscópica
del cráneo y el sistema nervioso
• 2.1. Bloque del cerebro.
El estudio macroscópico externo del cráneo y del
sistema nervioso central (encéfalo y médula
espinal), tras su fijación en formol, se inicia con el
peso del cerebro para valorar la presencia de
edema cerebral. El encéfalo se debe palpar en
toda su superficie, sin descuidar cerebelo y tronco
encefálico, en búsqueda de zonas de
reblandecimiento (infarto reciente, abscesos,
tumores primitivos o metastáticos en superficie,
etc.).
En la inspección externa del encéfalo se deben
tener en cuenta los siguientes aspectos:
– Simetría de ambos hemisferios cerebrales con
respecto a la línea media.
– Aspecto de las leptomeninges (piamadre más
aracnoides): congestivo, hemorrágico, blanquecino-
amarillento (meningitis purulenta), etc.
– Aspecto de las circunvoluciones: atróficas (surcos
anchos, bordes de las circunvoluciones afilados) o
normales.
9. – Existencia o no de hernia supracallosa
o subfalx (se puede producir cuando
existen masas localizadas en el lóbulo
temporal; el hemisferio afectado sufre
un desplazamiento hacia el lado
contralateral por debajo de la hoz del
cerebro, resultan un aumento de la
isquemia regional por compresión de
la arteria cerebral anterior).
– Posible existencia de lesiones
inespecíficas como abscesos,
metástasis, tumores, hemorragia
subaracnoidea generalizada o focal,
etc.
– Examen de los vasos del polígono de
Willis (1621-1675) para comprobar la
posibilidad de arterioesclerosis,
aneurismas u otras malformaciones
vasculares.
Diagrama que muestra cuatro
formas de hernia
cerebral: 1) Hernia del cíngulo
por debajo de la hoz del
cerebro. 2) Hernia diencefálica
con descenso del tallo
encefálico 3) Hernia
transtentorial, sobre la tienda
del cerebelo y 4) Hernia
amigdalina a través del
agujero occipital.
10. – Traumatismos que pueden dar lugar a
fracturas craneales, lesiones
parenquimatosas, lesiones vasculares
traumáticas, etc. La lesión vascular es un
componente frecuente del traumatismo del
SNC. Las lesiones vasculares se dividen en
distintos síndromes dependiendo de la
posición anatómica del vaso alterado,
hematoma epidural, hematoma subdural,
hematoma intraparenquimatoso y
hemorragia subaracnoidea.
Diferencias entre hematoma epidural y hematoma subdural
Hematoma epidural Hematoma subdural
Localización
Entre el cráneo y la
duramadre
Entre la duramadre y la
aracnoides
Causa Rotura arterial Rotura venosa
Instauración Brusca Generalmente lenta
Forma Lente biconvexa Forma de semiluna
11. 3. Anatomía patológica
macroscópica del bloque del cuello
• 3.1. Bloque del cuello.
El bloque del cuello está formado por los músculos
del cuello, sus fascias y aponeurosis, tráquea,
laringe, glándula tiroides, timo y esófago cervical.
Tras su extracción se deben pesar y comprobar la
coloración y superficie externa de los distintos
componentes e identificar los siguientes aspectos:
– Lesiones de laringe y tráquea: como cicatrices,
incisiones postraqueotomía, etc., así como
cuerpos extraños, nódulos, tumores, etc.
– Lesiones del esófago cervical: como
divertículos, traumatismos, tumores, etc.
– Lesiones de la glándula tiroides y paratiroides:
como malformaciones congénitas (quiste
tirogloso), bocio, nódulos, tumores, etc.
12. 4. Anatomía patológica macroscópica
de órganos, vasos y otros
componentes torácicos
• 4.1. Bloque torácico.
Está formado por la parrilla costal, la pleura, la cavidad pleural, los
pulmones, el pericardio, el corazón, los grandes vasos, el esófago torácico
y el raquis. Como en toda la sistemática de bloques, en los órganos
torácicos hay que valorar coloración, superficie externa y peso de los
distintos órganos extraídos.
Cobra especial relevancia la presencia del tromboembolismo pulmonar y su
distinción con un coágulo post mortem. En los casos de embolia pulmonar
se podrá encontrar el típico trombo “en silla de montar” en la bifurcación o
grandes trombos en las ramas principales. De esta forma, ante una masa
de sangre coagulada en el tronco de la arteria pulmonar o sus ramas debe
distinguirse entre un émbolo, un coágulo post mortem y una trombosis in
situ de la arteria pulmonar (poco frecuente).
Generalmente, los émbolos vitales aparecen torcidos sobre sí mismos, no
reproducen la forma del vaso en el que se encuentran. Cuando se
desenrollan se ven como el molde de la vena en la que se formaron y en su
superficie puede verse la impronta de los senos de las válvulas en las
paredes de dichas venas. En cambio, los coágulos post mortem son
blandos, lisos, brillantes, reproducen exactamente la forma del vaso en el
que se encuentran y el aspecto de algunos de ellos es de grasa de pollo
(cuando la sangre sedimenta después de la muerte y antes de coagular).
13. Características diferenciales entre émbolo pulmonar y coágulo post mortem
Émbolo pulmonar Coágulo post mortem
Color Rojo oscuro Rojo amarillo (grasa de pollo)
Consistencia Firme Blanda, gelatinosa
Forma Enroscada Ramificado
Estrías lineales Presente Ausentes
Distensión vascular Presente Ausente (suelto dentro del vaso)
Adherencia a pared vascular Presente Ausente
Hemorragia perivascular Presente Ausente
14. Las lesiones que macroscópicamente pueden encontrarse en el bloque
torácico son, entre otras, las siguientes:
– Lesiones de la caja torácica: fracturas, contusiones, etc.
– Lesiones de pleura:
• Derrame pleural (inflamatorio y no inflamatorio).
• Tumores pleurales.
– Lesiones de pulmón:
• Anomalías congénitas.
• Atelectasia (disminución del volumen pulmonar por colapso de una
parte o de todo el pulmón).
• Edema pulmonar.
• Bronquiectasias (dilatación de uno o varios bronquios).
• Enfermedades de origen vascular. Embolia pulmonar, hemorragia e
infarto de pulmón.
• Infecciones pulmonares: neumonías, abscesos, empiema
(acumulación de pus en el espacio pleural), etc.
– Lesiones del pericardio:
Tras la retirada de la parrilla costal se debe inspeccionar el saco
pericárdico antes de abrirlo para constatar si está completo. Tras su
apertura se comprueba la posible existencia de adherencias fibrosas o de
derrames intrapericárdicos, determinando sus características (hemáticos,
seroros, purulentos) y cantidad. Además, se determina la presencia de
derrames, hemopericardio, pericarditis aguda o crónica, etc.
15. – Lesiones del corazón.
En el examen externo del corazón, como en el resto de órganos
extraídos, se valorarán peso, tamaño, forma y posición de las
diferentes estructuras. En caso de hemopericardio hay que
determinar su origen, que puede ser causado por un infarto
agudo de miocardio transmural con rotura de pared o por rotura
de la aorta ascendente.
• Presencia de material no biológico: prótesis, stent, etc.
• Cardiopatía congénita del adulto. Situs inversus.
• Infarto de miocardio. Si el infarto es muy reciente (menos de 4-12 h)
no se observarán alteraciones macroscópicas mayores; tras 12
horas postinfarto puede observarse moteado hemorrágico en el
espesor del miocardio; y entre 2 y 8 semanas puede observarse la
presencia de una cicatriz tras un infarto antiguo.
• Alteraciones vasculares. Estenosis e insuficiencias, vegetaciones,
etc.
• Miocardiopatía dilatada, hipertrófica y restrictiva.
• Tumores, mixoma, etc.
16. Evolución de cambios morfológicos en el
infarto de miocardio
(modificado de Robbins & Cotran Pathologic Basis of disease, 9 th)
Tiempo Macroscopía Microscopía
½-4 h Ninguna Ninguna
4-12 h
Moteado oscuro (no
constante)
Necrosis incipiente
por coagulación;
edema, hemorragia
12-24 h Moteado oscuro
Necrosis por
coagulación en
marcha
1-3 días
Moteado en el centro
del infarto de color
amarillo pardo
Necrosis por
coagulación
> 2 meses Cicatriz completa
Cicatriz de colágeno
denso
17. – Lesiones de los grandes vasos.
• Presencia o no de tromboembolismo pulmonar.
• Arterioesclerosis: valorar el calibre de la estenosis luminal.
• Aneurismas (pequeñas protuberancias con forma de globo y
llenas de sangre que se forman en las paredes de los vasos
sanguíneos) de la aorta torácica y su diferenciación con
pseudoaneurisma.
• Disección de aorta.
Angiografía preoperatoria en un varón de 52 años con
un aneurisma de la aorta torácica descendente.
Pseudoaneurisma
18. – Lesiones de esófago torácico.
• Malformaciones congénitas. Atresias (falta de perforación o
la presencia de oclusión de un orificio o conducto normal),
fístulas, duplicaciones, malformaciones congénitas, hernia
diafragmática, etc.
• Traumatismos. Laceraciones.
• Varices esofágicas.
• Tumores.
↑↑
Varices esofágicas
sangrantes
19. 5. Anatomía patológica macroscópica
de órganos, vasos y otros
componentes abdominales
Una vez que ha quedado
abierta la cavidad
abdominal, se extraen en
bloque todos los órganos
abdominales y
genitourinarios (bazo,
intestino, hígado, estómago,
duodeno y páncreas,
riñones, uréteres, próstata,
vejiga urinaria y genitales) y
se determina coloración,
superficie externa y peso.
Paquete abdominal. Se observa un hígado
aumentado de volumen (A), una vesícula
biliar dilatada (B) y un bazo congestivo (C).
20. • 5.1. Bloque abdominal.
El examen del duodeno y el estómago se realiza
siguiendo la curvatura mayor del estómago para
examinar su mucosa. El intestino se va abriendo
siguiendo la línea del mesenterio. El mesenterio debe
ser palpado cuidadosamente para descartar la presencia
de tumores y ganglios. Se examina la permeabilidad de
las vías biliares y se practican cortes perpendiculares al
eje mayor del hígado y al páncreas que profundicen en
el espesor del parénquima. Se describen sucesivamente
las lesiones halladas.
– Lesiones de esófago abdominal.
– Lesiones del estómago y el duodeno. Aspecto externo del
duodeno y consistencia, contenido, aspecto, color, aspecto de la
mucosa, sus pliegues, la presencia de pólipos, úlceras, tumores
gástricos, etc. A continuación se determina la permeabilidad de
la papila de la ampolla de Vater, así como la presencia de
erosiones, úlceras y tumores, perforación, etc.
21. – Lesiones del intestino delgado y grueso. El intestino debe ser
abierto para estudiar el color y la consistencia de las heces y
descartar la presencia de sangre, divertículos, pólipos, tumores,
úlceras, etc. La cavidad peritoneal debe estudiarse
cuidadosamente buscando la presencia de colecciones de
líquido, adherencias, etc.
• Obstrucción intestinal. Causas: hernias, adherencias, vólvulo
(torsión del intestino grueso), intususcepción (invaginación en la
parte inmediatamente distal), etc.
• Lesiones vasculares. Enfermedad isquémica intestinal.
• Enfermedad intestinal inflamatoria (colitis ulcerosa y enfermedad de
Crohn).
• Pólipos.
• Tumores.
22. – Lesiones de hígado y vías biliares. La superficie del hígado debe ser
lisa, brillante y rojiza de consistencia media. La coloración no debe ser
ni amarilla (sugestiva de esteatosis), ni naranja (sugestiva de acúmulo
de hierro), ni verde (sugestiva de acúmulo de bilis). La vía biliar debe
ser abierta desde la papila en sentido ascendente comprobando, así, la
permeabilidad de la misma. Se describirá, además, la presencia de
barro biliar, cálculos, tumores, etc.
• Hígado:
– Hepatomegalia.
– Lesiones quísticas hepáticas.
– Cirrosis.
– Nódulos y cirrosis.
• Vesícula biliar:
– Colelitiasis, coledocolitiasis, quiste de colédoco.
– Colecistitis aguda.
– Lesiones del páncreas:
• Malformaciones congénitas: agenesia, páncreas dividido, anular o ectópico,
etc.
• Quistes congénitos, pseudoquistes.
• Nódulos y tumores.
– Lesiones en el bazo. El bazo presenta una cápsula suavemente rugosa,
mate, con una coloración granate oscura que alterna con áreas
blanquecinas. Al corte la consistencia es media, finamente granular,
destacando sobre el fondo oscuro un punteado blanquecino más o
menos prominente. Al deslizar un cuchillo en bisel por su superficie no
debe arrastrarse barro esplénico.
23. • 5.2. Bloque genitourinario.
El bloque genitourinario incluye riñones, glándulas
suprarrenales, uréteres, vejiga y órganos
genitales, y ha de explorarse sistemáticamente en
búsqueda de lesiones asociadas.
– Lesiones en las glándulas suprarrenales. De
aspecto piramidal, presentan una superficie lisa. Al
corte son de consistencia firme, con una buena
diferenciación corticomedular, y presentan una
coloración más amarillenta en la zona capsular. Es
muy frecuente que la zona medular se encuentre
alisada y vacía. Se deben valorar cambios de peso,
forma, nódulos, tumores, etc.
– Lesiones en los riñones. El riñón presenta un
característico aspecto de haba de superficie lisa,
aunque algunos pueden mantener su lobulación
fetal. Al corte, la diferenciación corticomedular
suele ser clara. En ocasiones la grasa puede
infiltrar la pelvis. En los adultos es muy frecuente la
presencia de formaciones quísticas. Se debe
valorar todo cambio de coloración que no sea
rojizo, así como cambios de consistencia, tumores,
quistes, cicatrices y, en el ámbito de la pelvis, la
presencia de posibles cálculos, tumores, etc.
Riñón poliquístico
24. – Lesiones en uréteres. Hay que valorar la presencia de arena, cálculos,
estenosis, tumores, etc.
– Lesiones en la vejiga urinaria. Se valoran la forma y el tamaño, el estado de
la mucosa, la presencia de erosiones, cálculos, tumores, cicatrices, etc.
– Lesiones en la próstata. Presenta el tamaño y la forma de una castaña, de
superficie lisa y de consistencia firme. Hay que valorar los cambios de
tamaño, consistencia, presencia de nódulos, quistes, etc.
– Lesiones en útero y anejos. El útero es un órgano triangular de coloración
sonrosada, de superficie lisa y de consistencia firme. A ambos lados se
pueden observar las trompas y los ovarios. Se debe valorar la presencia de
tumores, cicatrices, quistes, etc.
– Lesiones en testículos. De coloración nacarada en superficie, lisos y de
consistencia blanda. Valorar la presencia de tumores, hemorragias,
cicatrices, torsiones, etc.
6. Anatomía patológica macroscópica
de órganos de componentes no
eviscerados
Hay órganos que habitualmente no se evisceran, como ojos, oídos u otros de
los que sólo se toma una muestra, como piel, nervio, músculo, grandes vasos
o hueso/médula ósea. En caso de que sea necesario, es preciso también
describir sus características macroscópicas, las variaciones sobre la
normalidad y seleccionar adecuadamente muestras para examen
microscópico.
25. Glosario
• Aneurisma: pequeña protuberancia con forma de globo y llena
de sangre que se forma en las paredes de los vasos
sanguíneos.
• Cicatriz: está constituida por tejido conjuntivo acelular sin
inflamación y recubierta por epidermis intacta. Se constituye al
final del primer mes de una lesión.
• Disección aórtica: ruptura en la pared de la arteria principal que
transporta la sangre fuera de la pared de la aorta. La sangre
puede correr por entre las capas de la pared del vaso
sanguíneo.
• Edema cerebral: acumulación de líquido en los vasos
intracelulares o extracelulares del cerebro; por ejemplo, por un
proceso osmótico mediante el cual las neuronas cerebrales
aumentan su tamaño debido a un aumento anormal del volumen
de plasma intracraneal, pudiendo llegar a la lisis celular.
• Embolia pulmonar: situación clinicopatológica desencadenada
por la obstrucción arterial pulmonar a causa de un trombo
desarrollado in situ o de otro material procedente del sistema
venoso.
26. • Empiema: acumulación de pus en el espacio que se
encuentra entre el pulmón y la superficie interna de la
pared torácica (espacio pleural).
• Hepatomegalia: inflamación del hígado más allá de su
tamaño normal. Cuando tanto el hígado como el bazo
están agrandados se habla de hepatoesplenomegalia.
• Hernia cerebral: se presenta cuando el tejido del
cerebro, el LCR y los vasos sanguíneos son
desplazados o empujados lejos de su posición normal
dentro del cráneo.
• Pseudoaneurisma: dilatación por rotura de la pared
arterial que no incluye las tres capas de la arteria, a
diferencia de los aneurismas verdaderos, en los que
existe una dilatación que afecta a todas las capas de la
arteria.
• Queloide: hipertrofia de un tejido cicatricial o cicatriz.
Los queloides presentan un aspecto rosado, están
sobreelevados y tienen una consistencia dura.