SlideShare una empresa de Scribd logo
1 de 13
Descargar para leer sin conexión
Toda organización comprende unos grupos que, a su vez, están
constituidos por individuos: tres puntos de apoyo para la obser-
vación y análisis psicosociológicos que vamos a presentar con
sus características, antes de precisar las relaciones entre orga-
nización e institución. Una segunda parte nos llevará a dar in-
mediatamente algunas claves generales de análisis, útiles sea
cual fuere el nivel en que nos situemos o la perspectiva desde la
que abordemos los fenómenos de comunicación o los de poder.
I. Presentación General
A. La organización, sistema abierto
1. ¿En qué sentido la organización es un sistema?
Una organización no puede resumirse en una suma de individ-
uos, de grupos, de talleres, de oficinas de servicios. Por el con-
trario, dicho elementos se hallan en estado de interacción nece-
saria, es decir, de interdependencia para la realización de un
objetivo oficialmente común: ofrecer un bien o un servicio. La in-
terdependencia fundamenta la unidad de la organización; de ahí
que cualquier modificación de un elemento lleve consigo la mo-
dificación de todos los demás, y por lo tanto, del conjunto.
Tomemos el ejemplo de una organización que ha decidido supri-
mir alguno de sus servicios -el servicio Z- porque se ha dado
cuenta de que ya no era útil en el proceso de producción del bien
o del servicio. ¿Qué consecuencias puede tener tal supresión?
a) No habrá sobrecarga de trabajo para los demás servicios,
puesto que, por hipótesis, el servicio Z ya no tenía función.
b) Puede considerarse una solución redistribuir al personal en
los demás servicios; de ahí derivan modificaciones en los otros
servicios y, por tanto, en el conjunto de la organización.
c) Por el contrario, podría no darse redistribución del personal
sino, pura y llanamente, un despido colectivo. Entonces podrían
producirse huelgas o movimientos reivindicativos que paraliza-
rían o entorpecerían la marcha de los demás servicios. Y aun-
que no se produjeran, la supresión del servicio Z y el despido
colectivo de su personal tendrían un impacto en los demás ser-
vicios. Podrían establecerse unas estrategias de protección y de
concurrencia entre los servicios: cada servicio intentaría de-
mostrar su utilidad, incluso en detrimento de los demás, con el
fin de evitar que un día le tocara la misma suerte del servicio Z.
Así, la interdependencia enunciada en el interior de la organiza-
ción es no sólo de orden operativo sino también, y sobre todo,
de naturaleza social. Ello significa que se inscribe en la psicolo-
gía de los individuos y los grupos, así como en sus relaciones.
En los capítulos siguientes veremos que la interdependencia so-
cial utiliza como instrumento la comunicación y que se traduce
en la realidad organizativa por medio de las relaciones de poder.
2. La organización y su entorno: un sistema abierto
a) Un entorno multidimensional pero específico
La organización, como cualquier sistema social, se sumerge en
un entorno de varias dimensiones: física, tecnológica, económi-
ca, política, cultural, etc. Sin embargo, el entorno de cada orga-
nización, por más amplio que sea, no es ilimitado. Siempre que
evoquemos el entorno de una organización, daremos por enten-
dido que nos fijamos en su entorno específico, es decir, los ele-
mentos del entorno general que están efectivamente en relación
con la organización.
b) Las relaciones organización-entorno
Podemos abordarlas desde el ángulo de las funciones de la
organización.
El autor norteamericano Edgar H. Schein clasifica dichas funcio-
nes en dos categorías, primaria y secundaria. Es primaria, por
ejemplo, la función de producción de tal bien o de tal servicio UNTREF VIRTUAL | 1
Psicosociología de
las Organizaciones
François Petit
Capítulo Primero
La Organización Y Sus Niveles
con el mínimo coste. Es secundaria, para la organización, la fun-
ción de proporcionar empleo a la población de una región deter-
minada. "Las normas socioculturales que le imponen esta función
secundaria forman parte del entorno tanto como los imperativos
económicos que exigen un buen producto con el mínimo coste"1,
o los imperativos de eficacia administrativa que deben afrontar,
por ejemplo, las oficinas de un gobierno civil, cuyo funcionamien-
to está financiado, en último término, por los contribuyentes2.
c) El modelo del sistema abierto
Para analizar la organización y sus relaciones con el entorno, la
psicología3 y la psicosociologia de las organizaciones -en par-
ticular, los investigadores del Tavistock Institute de Londres- han
tomado de la cibernética y del análisis de sistemas la noción de
sistema abierto4. Aplicada a la organización, constituye un mo-
delo explicativo que podemos ilustrar con el esquema de la pá-
gina anterior.
Fig. 1. La organización, sistema abierto
La organización recibe de su entorno unos inputs o aportacio-
nes de diversas naturalezas.
Algunos son relativamente previsibles y controlables: los capita-
les necesarios, los equipamientos, las materias primas, la ener-
gía, etc.
Otros, por el contrario, son más difíciles de discernir; es el caso,
por ejemplo, de las demandas de bienes o de servicios expre-
sadas en el entorno.
Menos previsibles y controlables son los individuos que van a
realizar el proceso de transformación (¡felizmente para ellos!).
Cuando, por la mañana, traspasan el umbral de la organización,
ven cómo se les asignan funciones y puestos de trabajo, que se
caracterizan por su tono impersonal, en el proceso de transfor-
mación. Pero no por ello dejan en el guardarropas sus ideas y
sus sentimientos vinculados a su "equipamiento cultural"5: mo-
delos, valores, normas, mitos, prejuicios, estereotipos, etc. Ese
equipamiento se ha constituido sobre la marcha, a lo largo de
los días, pues la organización es un lugar de aprendizaje cultu-
ral como demuestran los trabajos de Renaud Sainsaulieu6. Pero
también se inspira en otros sistemas sociales: el individuo situa-
do en la organización es, además, hijo o hija, esposo o esposa,
padre o madre, consumidor, ciudadano, contribuyente; puede
también estar afiliado a asociaciones recreativas, a un sindica-
to, a un partido político, a una asociación ecológica, etc. Por tan-
to, los miembros de una organización son, en su propio seno,
los representantes de otros sistemas sociales presentes en el
entorno: "como tales, aportan consigo reivindicaciones, aspira-
ciones y normas culturales"7.
UNTREF VIRTUAL | 2
Psicosociología de
las Organizaciones
François Petit
1. Edgar H. Schein, Psychologie et organisations (trad. fr.), éd. Hommes et
techniques, París 1971, p. 94; trad. cast.: Psicología de la organización,
Castillo, Madrid 1978.
2. Cf. Los problemas planteados por el traslado de la prefectura del Var, de
Draguignan a Toulon, en 1974.
3. CL Claude Lévy-Leboyer, L'apport de la psychologie des organisations á
la psychologie du travail, "Psychologie française" 18 (1973) 1, p. 41-46, y su
obra Psychologie des organisations, P.U.F., París 1974, p. 29-40 (trad. cast.:
Psicología de las organizaciones, Planeta, Barcelona 1975.
4. Sobre et enfoque sistemático en general, cf. Joël de Rosnay, El macro-
scopio, A.C., Barcelona 1977.
5. La expresión es de Ralph Union, Cultura y personalidad, F.C.E.. Madrid 1976.
6. Cf. Renaud Sainsaulieu, Les relations de travail à l'usine, éd. d'Organisa-
tion, Paris 1973, y L'identité au travail, Presses de la Fondation nationale
des sciences politiques, Paris 1977.
7. Edgar H. Schein, o.c., p. 94.
Esos inputs se transforman en outputs (resultados) que se pro-
yectan en el entorno. Son, a la vez, los servicios prestados, los
productos acabados, los desechos y la polución, los salarios pa-
gados, la satisfacción o la insatisfacción producida a lo largo del
proceso de transformación, etc. Ciertos resultados -como la sa-
tisfacción o la insatisfacción- pueden volver al sistema en feed-
back (cf. fig. 1).
A propósito del proceso de transformación, podemos distinguir,
con Chris Argyris, tres tipos generales de actividades esenciales
que hallamos en toda organización, fábrica, escuela, hospital...8:
1) Actividades que se refieren al logro de los objetivos de la or-
ganización, es decir, la producción de bienes o servicios.
2) Actividades centradas en el mantenimiento del sistema inter-
no, es decir, todo cuanto concurre a la coordinación y desarro-
llo de relaciones satisfactorias entre los elementos -individuos o
grupos- de la organización; estas actividades tienen una función
de facilitación y regulación en relación con las actividades orien-
tadas hacia los objetivos9.
3) Finalmente, actividades orientadas a la adaptación al entorno
que es una condición sine qua non tanto del desarrollo de la or-
ganización como de su supervivencia. Pero, en nuestras socie-
dades técnicas y científicas, el entorno está en constante evolu-
ción. La organización debe seguir, e incluso anticipar cuando es
posible, los cambios l entorno. Esta adaptación "se realiza no
por homeostasis, como haría un organismo vivo, sino como res-
puesta a las decisiones tomadas en la cumbre de la jerarquía
por los responsables de la organización"10; tales decisiones
pueden ser iluminadas por estudios y encuestas realizadas en
el entorno.
d) Esbozo de aplicación del modelo a la prisión
Puede parecer chocante, a primera vista, hablar de sistema abier-
to en el caso de una prisión. Hemos escogido este modelo adre-
de, pues es particularmente revelador de la bondad del modelo.
1) Una prisión, en cualquier país, recibe unos inputs, presos,
guardianes, personal diverso, etc., cada uno de los cuales tiene
sus valores, sus normas, sus prejuicios, etc.
2) El proceso de transformación comprende:
a) Actividades que se refieren al logro de los objetivos de la pri-
sión; por ejemplo, la separación del resto de la sociedad, la
rehabilitación, la reeducación de los presos, etc.
b) Actividades que se refieren al mantenimiento del sistema in-
terno: comunicaciones entre guardianes y presos, coordinación
entre los guardianes, los diversos tipos de personal, etc.
c) Actividades que se refieren a la adaptación al entorno externo,
que a veces podrían confundirse con las actividades del primer
tipo. Citemos el ejemplo tan significativo del régimen de permisos
de salidas que, en Francia, primero se liberalizó, pero luego se
redujo en función de las normas y valores dominantes de la so-
ciedad francesa, en dos momentos históricos distintos.
3) Luego la prisión proyecta en el entorno unos outputs: presos
que han satisfecho la pena, más o menos rehabilitados, más o
menos capaces de reintegrarse en la sociedad, pero también
salarios ganados por el personal y los presos (?), la satisfacción
UNTREF VIRTUAL | 3
Psicosociología de
las Organizaciones
François Petit
8. Cf. Chris Argyris, El individuo dentro de la organización, Herder, Barce-
lona 1979, p. 457.
9. En el lenguaje de la dinámica de grupos, se diria que el logro de los obje-
tivos está subtendido por una energía de producción y el mantenimiento del
sistema interno, por una energía de conservación. Cf. Didier Anzieu y Jac-
ques-Yves Martin, La dynamique des groupes restreints, P.U.F., París 1973,
p. 125ss.
10. Claude Lévy-Leboyer, L'apport..., o.c., p. 42. N.B. Esta cita no significa
que la adaptación a los cambios tenga que hacerse siempre en un sentido
descendente, como consecuencia de decisiones tomadas en la cumbre de
la jerarquía. Se trata más bien de una comprobación: todas las organizacio-
nes estudiadas por las ciencias sociales -con algunas excepciones, sobre
las que se podría discutir- viven, en diversos grados, según el modelo jerár-
quico piramidal. Ello significa que un cambio en la organización, surgido de
la base, tiene que ser ratificado por la cumbre de la jerarquía para tener
oportunidad de duración. Sin embargo, nada permite afirmar que el modelo
piramidal continúe siendo, en el futuro, el único modelo de organización.
o la insatisfacción de éstos, de los guardianes, del personal en
general, que pueden revertir en feedback en el sistema, etc.
B. Grupos y fenómenos de grupo
La división del trabajo fracciona el sistema organizativo en sub-
sistemas. Para lograr sus objetivos, una empresa se divide, por
ejemplo, en grandes sectores que cubren grandes funciones:
producción, venta, administración, investigación, etc. Estos sub-
sistemas, a medida que descendemos en la estructura piramidal,
incluyen unos subsistemas más numerosos pero de dimensio-
nes más reducidas, hasta el subsistema elemental que constitu-
yen un taller o un equipo de trabajo en una fábrica, una oficina
en una administración, un equipo de cuidados en un hospital,
una clase en una escuela, un seminario en una universidad, etc.
El punto común de todas esas entidades psicosociales es que
son grupos, compuestos de individuos que se van descubriendo
a lo largo de los días, y, por tanto, que se conocen, reaccionan
entre sí y están en estado de interdependencia no sólo funcional
-por el trabajo- sino también psicológica.
Al lado, y a menudo a partir de esos grupos queridos por la or-ga-
nización -grupos formales- se crean, según afinidades y conver-
gencias de interés, grupos informales. Trataremos de la distinción
formal-informal en la segunda parte del presente capítulo.
De momento recordaremos, a grandes rasgos, dos fenómenos
importantes de grupo, puestos de manifiesto por más de cin-
cuenta años de investigaciones psicosociológicas y sociológicas
que han dado lugar a una abundante literatura.
El grupo, tal como lo vivimos cotidianamente en diferentes orga-
nizaciones, es creador de normas, es decir, de reglas que orien-
tan nuestros comportamientos y opiniones. En el grupo, el indi-
viduo es objeto de presiones hacia una conformidad: sus com-
pañeros le impelen a adoptar opiniones y comportamientos de
acuerdo con las normas del grupo. Citemos un ejemplo trivial:
en un taller o en una clase de in t túto1 individuo que intenta su-
perar la cuota de trabajo, fijada implícitamente por el grupo de
compañeros, será objeto de sanciones (vejaciones, burlas, ame-
nazas que pueden llegar incluso a la violencia física). Pero la
conformidad no tiene siempre un carácter tan coactivo; puede
basarse en la racionalidad de la pertenencia del individuo al gru-
po: el individuo puede valorar su pertenencia al grupo y confor-
marse a sus normas con el fin de lograr un objetivo personal. La
presión a la conformidad puede también nacer de la relación
afectiva que el individuo busca en el grupo; ello nos lleva a evo-
car un segundo fenómeno, el de la solidaridad.
En el grupo, el individuo halla un apoyo para afrontar un univer-
so organizativo a menudo hostil, cargado de tensiones, de pre-
siones de todo tipo y de ansiedad. Esquemáticamente, halla-
mos en la literatura psicosológica y sociológica tres interpreta-
ciones de la solidaridad que no se excluyen mutuamente. La
primera es de orden operativo y estratégico: gracias a la solidari-
dad, los miembros del grupo se defienden de modo más eficaz
contra las presiones de la organización o contra los demás gru-
pos. La segunda es de orden psicológico: la afiliación al grupo
reconforta, aunque el grupo no proporcione auxilio alguno, des-
de un punto de vista operativo y estratégico. La tercera es de or-
den cultural: la solidaridad existe entre los miembros de un
grupo, pues "viven juntos y simultáneamente el mismo proceso
de acceso a la identidad"11, como dice Renaud Sainsaulieu.
Sentirse solidario de un grupo es para el individuo, sometido a
coacciones laborales frecuentemente intensas, recuperar algo
de la existencia confiscada por la organización.
Aunque para la psicosociología de las organizaciones, el nivel
de análisis del grupo sea insuficiente, es verdad que la perte-
nencia al grupo es un factor esencial de la relación que el indi-
viduo mantiene con la organización. En resumen, el grupo pue-
de considerarse como un soporte cultural, cognoscitivo, afectivo
y estratégico12, esencial para "sobrevivir" en la organización;
como tal y como elemento -subsistema- del sistema organizati-
vo, el grupo merece siempre una atención particular.
UNTREF VIRTUAL | 4
Psicosociología de
las Organizaciones
François Petit
11 . Renaud Sainsaulieu, L'identité..., o. c., p. 40-41.
12. Estratégico se refiere al hecho de que un individuo o un grupo movilice cierto
número de medios, teniendo en cuenta la situación, para alcanzar una finalidad.
C. El individuo y la organización
El nivel del individuo, punto extremo de la división del trabajo, si
es el campo de estudio privilegiado de la psicología de las orga-
nizaciones13, no debe ser desestimado, como hacen demasia-
do fácilmente ciertos análisis globalizadotes de tipo sociológico,
económico o político.
Por ejemplo, en una organización, un conflicto puede tener raí-
ces sociológicas profundas; pero siempre se expresa a través de
los individuos, considerados aisladamente o en grupo. Dichos
individuos tienen una personalidad que no es neutral: reaccionan
subjetivamente a la situación de la organización. La organización
responde o no a las motivaciones de los individuos y les hace
experimentar frustraciones y satisfacciones. Por tanto, es eviden-
te que la personalidad de los individuos implicada en un conflicto
constituye variables importantes.
Esta rápida ilustración plantea, de forma subyacente, el proble-
ma muy complejo de la adaptación recíproca entre el individuo
y la organización. El norteamericano Chris Argyris ha aportado,
si no una solución -sería presuntuoso- sí, al menos, una vía
nueva de reflexión en su obra El individuo dentro de la organi-
zación14.
Argyris parte de la hipótesis siguiente: el individuo aspira al éxito
psicológico y a la autoestimación. Pero, en toda organización,
se halla ante un dilema: satisfacer sus aspiraciones o responder
a las exigencias de la organización, con su división del trabajo,
su pirámide jerárquica y su cortejo de sumisiones y dependen-
cias que dificultan la autoestimación y el éxito psicológico. Argy-
ris intenta mostrar que si se desarrollan las actividades esencia-
les de la organización centradas en el logro de los objetivos, el
mantenimiento del sistema interno y la adaptación al entorno ex-
terior15, el individuo tendrá más oportunidades de expresar sus
potencialidades y, por tanto, de experimentar la autoestimación
y alcanzar el éxito psicológico.
En esta perspectiva, Chris Argyris propone un modelo de diag-
nóstico que integre a la vez el nivel del individuo y el de la orga-
nización. Aunque en la práctica el empleo de este modelo sea
delicado, no podemos dejar de subrayar la originalidad e interés
de dicho enfoque, que toma en consideración al individuo sin
por ello encerrarse en un psicologismo estrecho, como hacen
muchos, para no tener que modificar el funcionamiento real de
la organización, el contenido del, trabajo, etc.
D. Organización e institución
El lenguaje corriente identifica a menudo organización e institu-
ción. ¿No se habla de una institución escolar para designar una
escuela, o de una institución financiera para designar un banco?
Pero, desde el punto de vista de los análisis sociológicos y psi-
cosociológicos, estas nociones son distintas.
De modo clásico, Henri Mendras define la institución como "un
conjunto de normas que se aplican en un sistema social, y que
definen lo que es legítimo y lo que no lo es en dicho sistema"16;
éste puede ser tanto un grupo como una organización.
Hallamos en Georges Lapassade unas indicaciones precisas
sobre las relaciones de las instituciones con los grupos y las
organizaciones; distingue así tres niveles.
1) Los grupos: las clases de una escuela, las oficinas de una ad-
ministración, los talleres de una fábrica, etc.
2) Las organizaciones: escuelas, fábricas, universidades, hos-
pitales, etc.
3) Las instituciones que "definen todo lo que está establecido
(...). El tercer nivel, en realidad, es el del Estado, que hace la ley,
UNTREF VIRTUAL | 5
Psicosociología de
las Organizaciones
François Petit
13. Cf. Claude Levy- Leboyer, Psichologye des organisations, o.c.
14. O.c., Herder, Barcelona 1979.
15. Cf. supra, A, 2c.
16. Henri Mendras, Éléments de sociologie, A. Colin, Paris 41 971, p. 109;
trad. cast.: Elementos de sociología, Cultura popular, Barcelona 1968.
que da a las instituciones fuerza de ley"17. . Las instituciones no
constituyen sólo un nivel de la realidad social como otro cual-
quiera; se manifiestan en los dos niveles precedentes -grupos y
organizaciones- imponiéndoles horarios, normas de trabajo, pro-
cedimientos de comunicación y de decisión, estatutos y roles, etc.
Antes del nivel del grupo, Lapassade habría podido distinguir el
nivel de la relación dual interpersonal y el del individuo. El matri-
monio, por usar un ejemplo clásico, es una institución que rige
un tipo de relación dual interpersonal e intersexual. En cuanto al
individuo, sufre las instituciones; pero también participa en su
creación y las conduce, sin tener necesariamente conciencia de
ello; demasiados discursos críticos de las instituciones silencian
esta realidad.
Además, ¿no es arriesgado, incluso en nuestra sociedad, simi-
lar pura y simplemente el conjunto de las instituciones, al Esta-
do? Sin llevar a cabo una discusión amplia, podemos completar
esta cuestión con otras dos: ¿La desaparición del Estado lleva-
ría consigo la disolución de todas las instituciones? ¿Las socie-
dades primitivas que no tienen un Estado tal como lo conoce-
mos nosotros, no viven según unas instituciones?
Pese a estas reservas, conviene reconocer a dicha presenta-
ción articulada de los tres niveles institucionales de la realidad
social el interés de poner en guardia a los técnicos de la organi-
zación, y en particular a los psicólogos y psicosociólogos, con-
tra la tentación de aislar los fenómenos organizativos de su con-
texto sociológico. En efecto, algunos de ellos no son más que
las expresiones in situ de otros fenómenos más complejos pro-
pios de las instituciones de una sociedad.
Para resumir la distinción entre organización e institución, pon-
dremos un ejemplo. La educación es, por excelencia, una insti-
tución, es decir, un conjunto de ideas, opiniones y normas de
comportamiento propuestas y a menudo impuestas a los indivi-
duos en una sociedad determinada. Pero, un grupo escolar pri-
mario, un instituto, una universidad, un ministerio de educación
o un rectorado son organizaciones que se alimentan de la insti-
tución educación dándole al mismo tiempo una base concreta
de existencia.
Por tanto, desde un punto de vista metodológico, es imposible
captar directamente la institución que mueve un sistema social.
Volviendo a nuestro ejemplo, la institución educación sólo puede
verse a través de la descripción y análisis de fenómenos que se
refieren al niño, como individuo, en sus relaciones interperso-
nales duales con adultos o compañeros; que se relacionan tam-
bién con la familia como grupo, con la escuela primaria como or-
ganización, con las asociaciones recreativas, etc.
II. Algunas Claves Generales De Análisis
A. Los caracteres formales e informales de la organización
1. Distinciones y vínculos
Toda organización supone, al crearse, una resolución y una in-
tervención del hombre que se traducen en documentos escritos
a los que se añaden costumbres con valor normativo para los
comportamientos de los individuos y los grupos. "La organiza-
ción formal", según Arnold S. Tannenbaum, "es la que ha sido
planificada y querida por sus creadores; una vez prescrita y re-
glamentada, es el reflejo oficial de s su postulados sociales, psi-
cológicos y administrativos. Pero tal organización no se realiza
nunca plenamente en el comportamiento de sus miembros"18. A
partir de ese universo de la prescripción, los individuos y los gru-
pos desarrollarán una organización informal, es decir, un conjun-
to de comportamientos no previstos por la organización formal.
UNTREF VIRTUAL | 6
Psicosociología de
las Organizaciones
François Petit
17. C. Georges Lapassade, Groupes, organisations et institutions, Gauthier-
Villars, Paris 1970, p. 6-7, en cursiva en el texto (trad. cast.: Grupos, organi-
zaciones e instituciones, Gedisa, Barcelona 1977). NB. Lapassade usa aquí
la definición que la sociología clásica da de las instituciones, poniendo, sin
embargo, el acento en el Estado. Veremos, a principios del capítulo cuarto,
(I, A y B) de la segunda parte de esta obra, que dicho autor y la corriente
institucionalista se refieren, con una finalidad de análisis institucional, a un
concepto nuevo de institución, esencialmente dialéctico.
18. Arnold S. Tannenbaum, Psychologie sociale de l'organisation industrielle
(trad. fr.), éd. Hotnmes et techniques, Paris 1967. p. 1.
Numerosas controversias se han suscitado en torno a las nocio-
nes de formal y de informal y sobre la oportunidad de tal distin-
ción; sin duda se las ha opuesto en exceso con el fin de privile-
giar una u otra en el análisis de los hechos. Históricamente, es
la organización formal la que fue destacada por Taylor y la Orga-
nización científica del trabajo; luego, Mayo y Roethlisberger des-
cubrieron la existencia y la importancia de la organización infor-
mal, con motivo de la famosa encuesta Hawthorne19. Se dio en-
tonces en las organizaciones, en particular en las industriales, la
moda de los psicosociólogos, especialistas en relaciones huma-
nas, centrados en la organización informal. Después, desde el
punto de vista práctico se dieron cuenta de que la organización
real sólo puede ser captada considerando la organización formal
en relación con la organización informal, y a la inversa.
Así, Peter Blau y Richard W. Scott insisten en el hecho de que
"en todas las organizaciones formales aparecen organizaciones
informales", y que "las raíces de estos sistemas informales se
implantan en la organización formal, y se alimentan del aspecto
formal de su distribución"20. Ello significa que si la organización
informal puede responder a necesidades psicológicas de los
individuos y los grupos, no puede analizarse sólo en términos
psicológicos: la organización informal es siempre tributaria de
las condiciones formales de la organización.
2. El sistema formal21
Intenta alcanzar el objetivo de la organización -producción de un
bien o de un servicio- utilizando de modo racional los medios
disponibles. En esta perspectiva, el sistema formal termina por
controlar los comportamientos de los individuos y de los grupos
para hacerlos previsibles.
El sistema formal de una organización se caracteriza por cierto
número de constantes que pueden servir de puntos de referen-
cia para análisis concretos: el objetivo de la organización, la es-
pecialización de las tareas, la coordinación de las funciones, el
orden, la autoridad, la uniformidad de los comportamientos, el
carácter intercambiable de los miembros de la organización, la
remuneración, la tecnología, las insignias y los símbolos22.
Para ser teóricamente eficaz, un sistema formal tiene que dosi-
ficar y articular dos tipos de responsabilidad y de lógica:
a) el del line, de la jerarquía que se refiere a las decisiones y a la
ejecución de las órdenes por medio de delegaciones sucesivas;
b) el del staff, de los servicios llamados "funcionales", que se re-
fieren a la pericia técnica, a la consulta y al tratamiento de las in-
formaciones, y a los que el line recurre para tomar sus decisiones.
Concretamente, el sistema formal puede detectarse en los textos
jurídicos, en los reglamentos interiores, las cartas de organiza-
ción, las descripciones de funciones y de puestos, los protocolos
de comunicación, las notas de servicio, los boletines oficiales de
información, los folletos de acogida, los informes de actividad, sin
olvidar los organigramas. Podemos definirlos como las represen-
taciones gráficas del sistema formal de las responsabilidades
jerárquicas y/o funcionales (cf. fig. 2).
UNTREF VIRTUAL | 7
Psicosociología de
las Organizaciones
François Petit
19. Sobre los trabajos de Elton Mayo y su equipo, cf. Pierre Badin, Problè-
mes de la vie en groupe, Privat, Toulouse 1965, p. 23-65.
20. Citados por Chris Argyris, o.c., p. 22.
21. Para ser más precisos, deberíamos hablar de subsistema. El subsistema
formal y el subsistema informal forman parte del proceso de transformación
de la organización analizada como un sistema abierto.
22. Cf. Arnold S. Tannenbaum, o.c., p. 2-6.
El psicólogo o el psicosociólogo, como otros profesionales en el
interior de las organizaciones, tienden a veces a aborrecer el es-
tudio de los documentos formales: creen que no son de la compe-
tencia de su disciplina; los consideran no psicológicos o como una
materia muerta, sin contacto con las relaciones interpersonales tal
como ellos las observan. Es verdad que los comportamientos de
los individuos y los grupos sólo raras veces se inspiran, con total
exactitud, en los documentos fornales; sin embargo, éstos -respe-
tados, adaptados, tergiversados o ignorados-, por el solo hecho de
existir, constituyen unos elementos de la situación organizativa
que pueden ayudar a interpretar los comportamientos observados.
3. El sistema informal
Por el hecho de existir en toda organización un sistema formal,
ésta produce presiones de mayor o menor fuerza de las que el
individuo tiene más o menos conciencia. Consciente o incons-
cientemente, el individuo responde a dichas presiones por me-
dio de comportamientos, relaciones y estrategias no previstos
por la organización.
a. Los comportamientos no previstos o las adaptaciones secun-
darias
En su obra Internados, Erving Goffman distingue, entre otros,
dos modos de adaptarse a la organización:
1) Las adaptaciones primarias que corresponden a los compor-
tamientos que obedecen las demandas oficiales de la organi-
zación;
2) Las adaptaciones secundarias que consisten para el indivi-
duo en buscar "fines ilícitos" o utilizar "medios prohibidos" para
"tergiversar así las pretensiones de la organización relativas a lo
que él tendría que hacer o recibir, y, por tanto, a lo que tendría
que ser. Las adaptaciones secundarias representan para el indi-
viduo el medio de apartarse del rol y del personaje que la insti-
tución le asigna de modo natural"23.
Erving Goffman describe diversas adaptaciones secundarias de
los enfermos al hospital psiquiátrico: conservar objetos no regla-
mentarios, esconder y beber alcohol o café, etc. Existe también
lo que Goffman llama "derivativos" o "hobbies"; son "actuaciones
a las que el individuo se lanza y se pierde con el fin de borrar en
él, por algún tiempo, toda conciencia del medio en que vive y su-
fre"24. Por ejemplo, hay enfermos que se entregan totalmente al
deporte, al teatro, al juego, a la religión, a la lectura, a una tarea
en favor del hospital, etc. Estas actividades no son ilícitas en sí
mismas, puesto que están propuestas por el hospital. Pero, a
partir del momento en que el enfermo se entrega a las mismas
con exceso, de modo casi exclusivo, se trata de una adaptación
secundaria: el individuo intenta escapar de la organización por
medio de una especie de superadaptación.
Detenerse en las adaptaciones secundarias de los enfermos po-
dría hacer creer que se trata de comportamientos más o menos
anormales; pero no es así. Goffman cita también adaptaciones
secundarias que se daban entre el personal del hospital psiquiá-
trico al que estudió durante un año: emplear a enfermos como
vigilantes de niños, jardineros, factótums o mensajeros; el he-
cho de servirse del taller de reparación del hospital para un uso
personal o de llevarse víveres de las cocinas.
Saliendo del marco hospitalario, Goffman evoca el freno del ren-
dimiento y el fenómeno de "diversión" que hallamos en las orga-
nizaciones industriales (y en otras partes); por "diversión" hay
que entender los trabajos efectuados a escondidas, en los lu-
gares de trabajo, por los obreros, a partir de las materias primas
y de las herramientas que tienen a su disposición.
Este fenómeno merece ser examinado, pues permite explicar un
aspecto importante del sistema informal. Podemos descubrir la
significación psicosociológica de la "diversión", gracias al testi-
UNTREF VIRTUAL | 8
Psicosociología de
las Organizaciones
François Petit
23. Erving Goffman, Asiles, études sur la condition sociale des malades
mentaux (trad. fr.), Minuit, Paris 1968, p. 246; trad. cast., Internados. Ensa-
yos sobre la situación social de los enfermos mentales, Amorrortu, Buenos
Aires 1970.
24. Ibid., p. 362.
monio y análisis del trabajo industrial en Hungría, de Miklós Ha-
raszti, en su libro Salario a destajo.
Haraszti, en efecto, describe una situación que puede parecer pa-
radójica: incluso obreros que trabajan a destajo caen en la "diver-
sión". Pierden tiempo y dinero para producir, con sus útiles y a par-
tir de desechos, objetos como llaveros, ceniceros, saleros, pendi-
entes, etc. Dichos objetos tienen un valor utilitario, pero raras ve-
ces son necesarios; otros tienen únicamente un valor estético.
De todos modos poco importa, pues la finalidad no es el objeto
realizado sino "divertirse". Se trata, como indica Miklós Haraszti,
de un trabajo libre creador y desinteresado: "Intenta procurarnos
una alegría intensa capaz de hacernos olvidar la precipitación
cotidiana: la alegría de una actividad autónoma y no controlada,
la alegría de un trabajo sin cronómetros, sin controles, sin capa-
taces. (...) Por medio de la "diversión" recuperamos nuestro
poder sobre la máquina, nuestra libertad en relación a la máqui-
na: Ia competencia profesional queda aquí subordinada al sen-
tido de la belleza, entiéndase como se entienda. Por insignifi-
cante que sea el objeto, ha sido hecho de manera artística"25.
Por tanto, este modo de actuar puede interpretarse como un
comportamiento informal -no previsto- que responde a las con-
diciones de trabajo impuestas por el sistema formal, hecho de
presiones al rendimiento y al respecto de las normas de produc-
ción y de los reglamentos.
Este fenómeno no es exclusivo de las fábricas de los países del
Este; se encuentra también en los países occidentales, así co-
mo otras adaptaciones secundarias de la producción, la pausa
del café o del bocadillo durante las horas de trabajo, etc. Estos
comportamientos que hallamos en organizaciones de todo tipo,
bajo formas diversas, expresan un rechazo o por lo menos una
respuesta al sistema formal, y un modo de recuperar el tiempo, la
fuerza del trabajo y la existencia que confisca a los asalariados26.
b) Las relaciones informales
Pueden establecerse, como advierte Haraszti, con ocasión de la
"diversión": para realizar un objeto, un obrero necesitará la má-
quina de un compañero. En este caso, se trata de relaciones
recíprocas de intercambio basadas en una necesidad práctica y
una convivencia. Ésta esconde una negociación implícita entre
iguales, y a veces entre superior jerárquico y subordinados, cu-
yos términos son éstos: "Cierro los ojos o, incluso, os ayudo a rea-
lizar ciertos actos informales a cambio de vuestro silencio, cuan-
do yo mismo me tome libertades respecto del sistema formal."
Las relaciones informales pueden nacer también de afinidades:
los primeros psicosociólogos, en particular los que se inspiraron
en los trabajos de Moreno sobre la sociometría, insistieron mu-
cho en este aspecto. Sin negar la importancia de la afectividad
en las situaciones laborales, debemos reconocer que no puede
explicar por sí sola la mayor o menor densidad del tejido de rela-
ciones no previstas por el organigrama en una organización.
Recordemos que incluso las relaciones informales más afectivas
están condicionadas por datos del sistema formal: naturaleza de
las tareas que hay que cumplir, distancia entre los lugares de tra-
bajo, existencia o no de una sala de recreo para el personal,
autorización o prohibición de deambular y de hablar durante las
horas de trabajo, etc.
Finalmente, las relaciones informales, más allá de su aspecto
afectivo, tienen un sentido en relación con la organización; dicho
de otro modo, tienen, en cuanto tales relaciones, un objetivo: se
inscriben en unas estrategias en que esta en juego el poder.
c) Las estrategias informales
Abordaremos el análisis estratégico de manera más detallada
en el capítulo tercero27. Sin embargo, un pequeño ejemplo pue-
de darnos una idea de las estrategias informales; el norteame-
ricano Richard H. McCleery analizó desde el interior, en su con-
UNTREF VIRTUAL | 9
Psicosociología de
las Organizaciones
François Petit
25. Miklós Haraszti, Salaire aux pièces, ouvrier dans un pays de l'Est (trad.
fr.), Le Seuil, Paris 1976, p. 140-141.
26. Cf. Renaud Sainsaulieu, L'identité..., o.c., p. 30-39.
27. Infra, cap. tercero, IV C.
dición de detenido, una prisión de los Estados Unidos. Explicó
en un célebre estudio28 cómo los presos habían elaborado un
sistema social informal jerarquizado, con unos cabecillas que
controlaban las comunicaciones con los guardianes, la circu-
lación de los víveres, el reparto del trabajo y la reglamentación
de los conflictos entre detenidos. Este sistema informal forma-
ba parte de una estrategia de protección contra las sanciones
oficiales y de mantenimiento de cierta independencia respecto
de los guardianes.
Hay que advertir que esa estrategia era a menudo más coacti-
va (violencias físicas, por ejemplo) que el mismo sistema formal,
y que, al fin y al cabo, era conveniente para la administración
penitenciaria: los guardianes tenían asegurada la tranquilidad,
aunque la rehabilitación de los presos se viese comprometida.
B. La organización y el tiempo
El tiempo es una variable que no se puede olvidar cuando so-
metemos a análisis los fenómenos organizativos, sea cual fuere
su naturaleza.
Desde un punto de vista cualitativo, la variable temporal influye en
cada comportamiento; pues éste se inscribe en un momento pre-
ciso y tiene una duración determinada en el proceso de transfor-
mación de la organización. Desde un punto de vista cuantitativo y
económico, el tiempo debe tenerse en cuenta en los cálculos de
la rentabilidad.
Concretamente, el tiempo ejerce una presión sobre los miembros
de la organización, que deben respetar una sucesión racional,
una velocidad y un ritmo en los actos que ejecutan. Es evidente
en el seno de las organizaciones industriales; la imagen de Char-
lot en Tiempos modernos nos lo recuerda de modo caricatures-
co. Pero, la presión temporal se manifiesta también en las orga-
nizaciones de servicio. El hospital proporciona un ejemplo intere-
sante y complejo: hay carrera de velocidad entre el tratamiento y
el progreso de la enfermedad; ciertos actos médicos tienen que
durar un tiempo mínimo para evitar consecuencias desagrada-
bles; el sector hospitalario carece a menudo de personal.
Por tanto, como advierte Elisabeth Barnes en el informe de una
investigación que llevó a cabo en centros hospitalarios de nueve
países distintos, el tiempo se considera como el bien más pre-
cioso que, ante todo, hay que reservar para la acción29. Esto no
deja de tener consecuencias en la realidad de las relaciones del
personal con el enfermo: "Las enfermeras no escapan a la preo-
cupación general por el tiempo y la acción, quizá menos que
cualquier otro grupo del personal, pues también se espera de
ellas que encuentren tiempo para escuchar a los enfermos. Las
enfermeras, dicen los enfermos, siempre dan la sensación de
andar demasiado apresuradas. Pero las enfermeras están siem-
pre obsesionadas por esta idea: "No vamos a terminar nunca""30
Por contrario, el enfermo el paciente está considerado como al-
guien que tiene tiempo; puede estar en observación en el hospi-
tal durante una semana para someterse a exámenes que po-
drían realizarse, con una coordinación y unos medios suficien-
tes, en dos días. Como atestigua el psicólogo industrial Maurice
de Montmollin después de una hospitalización, la vida en el hos-
pital se caracteriza por un "perpetuo estado de espera": espera
de los exámenes, de las visitas del jefe o del especialista, de
una operación "o quizá simplemente de que alguien tome la ini-
ciativa de una decisión de dar de alta"31.
Por lo demás, la variable temporal ejerce otras presiones en el
conjunto de la organización, a la que se plantea el problema de
la adaptación al presente y de la prospectiva, sin olvidar por ello
las lecciones del pasado. Si no quiere sufrir esclerosis y desa-
parecer, la organización tiene que seguir, e incluso anticipar, los
UNTREF VIRTUAL | 10
Psicosociología de
las Organizaciones
François Petit
28. Richard H. McCleery, Changement de politique dans l'administration
d'une prison (trad. fr.), en André Lévy, Psychologie sociale, textes fondamen-
taux anglais et américains, Dunod, Paris 1965, t. 2, p. 520-545.
29. Cf. Elisabeth Barnes, Les relations humaines à l'hôpital (trad. fr.), Privat,
Toulouse 1968, p. 24-25.
30. Ibid., p. 52-53.
31. Maurice de Montmollin, Témoignage: Être malade à l'hôpital, ?Le
Monde", n.° 10320, 5 de abril de 1978, p. 16.
cambios que se producen en su entorno tecnológico, económi-
co, social, cultural y político.
Finalmente, para subrayar más, si es necesario, la importancia
de la variable oral recordaremos que se halla en el corazón de
las negociaciones entre patronos y asalariados: reducción del
tiempo de trabajo, disminución de la edad de jubilación, pagas
mensuales, reducción de las cadencias, horarios flexibles, etc.
Por tanto, si toda negociación de este tipo se inscribe en el tiem-
po, el dominio del tiempo forma parte de lo que entra en juego.
Además, como subraya Renaud Sainsaulieu, el tiempo puede
ser una buena carta, entre otras, para los que, por su competen-
cia técnica o su puesto elevado en la jerarquía, pueden fácil-
mente desarrollar una estrategia, mientras que para los peones,
simples ejecutores, el tiempo sólo es sinónimo de desgaste,
antigüedad y monotonía32.
C. La organización percibida y vivida: el inconsciente y la ima-
ginación como mediadores
La organización desarrolla un sistema formal-informal cuyas ra-
mificaciones se entrelazan con una complejidad creciente, a
medida que el tiempo transcurre. Este sistema se traduce en los
comportamientos de los miembros de la organización que lo
perciben y lo viven.
El individuo capta su situación en la organización por medio de
mecanismos sensoriales y cognoscitivos que son limitados:
1) Sólo ve, escucha y vive lo que la organización -esencialmen-
te la dirección y sus compañeros- pone a su alcance;
2) Ve, escucha y vive lo que la organización pone a su alcance,
según sus motivaciones y a través de de las representaciones
en que el inconsciente y la imaginación intervienen como media-
dores entre sus mecanismos perceptivos y cognoscitivos, y la
organización.
En efecto, los modos operativos o relacionales, surgidos del sis-
tema formal- informal, tienen una función inconsciente que se
añade a su función manifiesta. Con ocasión de una investiga-
ción- acción que marcó época en la breve historia de la psicoso-
ciología, Elliot Jaques demostró que los individuos pueden utili-
zar los sistemas de roles y normas institucionalizados en la
organización para reforzar sus mecanismos de defensa contra
la ansiedad33.
¿Cuáles son las fuentes de esa ansiedad?
La organización y el grupo son lugares en que están en tensión
la unidad indispensable para el logro de los objetivos y la com-
plejidad resultante de la división del trabajo y del sistema infor-
mal34. Esta tensión se realiza en detrimento del individuo que ve
que no se toma en consideración ni su propia complejidad. De
ahí deriva una angustia de parcelación y una pérdida de identi-
dad, cuyo mecanismo podemos intentar desentrañar, de modo
muy esquemático.
Lo que esencialmente interesa a la organización en el individuo
son sus capacidades cognoscitivas y operativas, necesarias pa-
ra el cumplimiento de la función asignada; las "zonas" afectivas
de su personalidad, así como sus demás conocimientos y aptitu-
des, solo se toman en consideración a titulo de mantenimiento,
como el aceite que evita los rechinamientos y los roces. Aqui apa-
rece la angustia de parcelación que hallará causas de refuerzo en
a parcelación del trabajo y la de las imágenes relacionales, por
adoptar los términos de un artículo de Eugène Enríquez35.
La parcelación de las imágenes relacionales reside en el hecho
de que la organización y sus múltiples actores sólo pueden en-
UNTREF VIRTUAL | 11
Psicosociología de
las Organizaciones
François Petit
32. Cf. L'identité..., o.c., p. 361-364.
33. Cf. Elliott Jaques, Des systèmes sociaux comme défenses contre l'an-
xiété dépressive et l'anxiété de persécution (trad. fr.), en André Lévy. o.c., t.
2, p. 546-565, e Intervention et changement dans l'entreprise (trad. fr.),
Dunod, Paris 1972; cf. infra, parte segunda, cap. 3, 1.
34. Cf. supra, I, A, 1 y II, A.
35. Cf. Eugène Enriquez, Imaginaire social, refoulement et répressions dans
les organisations, "Connexions" 3 (1972) 74-75.
viar al individuo imágenes parciales y tendenciosas de sí mismo,
imágenes fragmentadas en que no puede reconocer su unidad y
complejidad; de ahí el sentimiento, a menudo experimentado por
el individuo en las organizaciones, de perder su identidad.
Para defenderse contra la angustia de parcelación y la pérdida
de identidad, el individuo utiliza lo que le es familiar, lo que vive
cotidianamente y que es, paradójicamente, la fuente misma de
sus angustias: la organización. En efecto, como advierte Jean-
Claude Rouchy, el individuo puede asignar dos imágenes incon-
scientes distintas a la organización: "una imagen material ar-
caica (…)": "un útero en donde alojarse o, al contrario, una ima-
gen destructora que da consistencia a sus propias angustias y
facilita la proyección de sus pulsiones agresivas".
La organización adquiere una dimensión fantasmática. Así, En-
ríquez analiza la organización como una instancia inhibidora y
represiva cuya función consiste en canalizar los deseos y, en los
casos más extremos, censurarlos y aniquilarlos37.
La organización, como lugar de lo imaginario, puede suscitar
análisis de carácter más psicosociológico, los cuales no exclu-
yen los aspectos psicoanalíticos que acabamos de evocar. En
efecto, los miembros de las organizaciones se enfrentan con
una vida cotidiana anxiógena ante todo porque les es difícil cap-
tar todos sus intríngulis. La organización supera siempre al in-
dviduo , incluso al que está situado en la cumbre de la jerarquía.
Una manera de dominar, explicándola, esa vida cotidiana y de
defenderse contra la ansiedad consiste en segregar unos mitos
que aporten una explicación coherente a la situación tal como
es vivida, y que tienen también una facultad movilizadora.
Así, en una tesis de psicología social, Henri Déroche, ex alum-
no de la E.N.A., estudió los mitos administrativos. Según dicho
autor, los administrados, así como los funcionarios, tienen difi-
cultad en comprender el Estado y su enorme máquina adminis-
trativa, lo cual les lleva a desarrollar unos comportamientos de
tipo mágico-religioso.
Ejemplo: entre los funcionarios, Déroche observa la presencia
del mito del "lío" (pépin), acontecimiento fortuito de consecuen-
cias desgraciadas, señal de un destino ciego; a título de ilustra-
ción, el autor cita la omisión de una formalidad por inadverten-
cia o ignorancia. Las consecuencias eventuales son magnifica-
das por la imaginación de los funcionarios, con una exageración
desproporcionada a los riesgos -teóricamente- afrontados: se
sabe que, salvo en ocasiones de una gravedad excepcional, el
funcionario no arriesga jamás su empleo. Ello hace pensar en el
mito del lobo que justifica las angustias infantiles. Del mismo
modo, el mito del lío permite a los funcionarios explicarse sus
angustias ante la enorme máquina administrativa, y con ello dar
una base racional a todo un conjunto de precauciones y ritos de
protección: multiplicación de los formularios, de los duplicados,
los visto bueno y firmas de los superiores jerárquicos, las refe-
rencias a la reglamentación, etc.; prácticas que Henri Déroche
vincula, sin juego de palabras37b, a un mito del "paraguas"38.
Se trata de dos ejemplos de mitos entre otros. En las organiza-
ciones industriales, hay mitos que tienen un gran poder movili-
zador; es el caso, sobre todo, de los mitos de la unidad, de la anar-
quía y de la meritocracia estudiados por Renaud Sainsaulieu39.
A lo largo del presente capítulo hemos intentado descubrir, más
allá de su necesaria unidad, la complejidad de la organización,
por el estudio de sus diferentes niveles y de algunas claves ge-
nerales de análisis.
A partir de ahora nos parece indispensable dar cuenta de dicha
complejidad, adoptando un enfoque sistemático, sobre todo cuan-
UNTREF VIRTUAL | 12
Psicosociología de
las Organizaciones
François Petit
36. Jean-Claude Rouchy, Phénomènes inconscients dans les groupes et les
organisations, "Connexions" 1-2 (1972) 96.
37. Eugène Enriquez, art. cit.
37b. Téngase en cuenta que la palabra francesa pépin tiene en argot dos
sentidos: No y paraguas. (N. M T.).
38. Henri Déroche, Les mythes administrat(fs, P.U.F., París 1966, p. 86-94.
39. L'identité..., o.c., p. 51-54.
do nos veamos obligados a analizar un elemento o un aspecto de
la organización. Dicho de otro modo, sea cual fuere el fenómeno
observado, conviene superar su estudio intrínseco para abordar
el de sus relaciones de interdependencia con otros fenómenos.
Ello vale para el individuo, al que hay que considerar en sus re-
laciones con otros individuos, con los grupos a que pertenece y
se refiere, con la organización de la que tiene una representa-
ción global.
Ello vale para el estudio del grupo, que se debe analizar en su
interdependencia con los demás grupos y la organización en su
conjunto.
Ello vale para la organización que hay estudiar en sus rela-
ciones con los actores individuos o grupos que la componen y
con el entorno tal como lo hemos definido.
Del mismo modo, un enfoque sistemático conduce a la psicoso-
ciología a contemplar las relaciones entre la organización pre-
vista y prescrita y la organización vivida y percibida, y entre lo
que se dice en la organización y lo que no se dice, mantenien-
do siempre una perspectiva temporal.
UNTREF VIRTUAL | 13
Psicosociología de
las Organizaciones
François Petit

Más contenido relacionado

Similar a petit_cap1.pdf

Como Construir su Propio Sociograma
Como Construir su Propio SociogramaComo Construir su Propio Sociograma
Como Construir su Propio Sociograma
guest856e10
 
Escala clima-organizacional
Escala clima-organizacionalEscala clima-organizacional
Escala clima-organizacional
Danitamd2707
 
Actividad 4 - Planteando conceptos sistémicos diana lozada (1).docx
Actividad 4 - Planteando conceptos sistémicos diana lozada (1).docxActividad 4 - Planteando conceptos sistémicos diana lozada (1).docx
Actividad 4 - Planteando conceptos sistémicos diana lozada (1).docx
dianarubio43
 

Similar a petit_cap1.pdf (20)

Como Construir su Propio Sociograma
Como Construir su Propio SociogramaComo Construir su Propio Sociograma
Como Construir su Propio Sociograma
 
Administracion de recursos humanos
Administracion de recursos humanosAdministracion de recursos humanos
Administracion de recursos humanos
 
Sociología de las organizaciones-ACT 2.docx
Sociología de las organizaciones-ACT 2.docxSociología de las organizaciones-ACT 2.docx
Sociología de las organizaciones-ACT 2.docx
 
Estructuras organizacionales y tipos de organigramas
Estructuras organizacionales y tipos de organigramasEstructuras organizacionales y tipos de organigramas
Estructuras organizacionales y tipos de organigramas
 
ORGANIZACIONES SOCIALES FORMALES Y NO FORMALES Y SU INFLUENCIA EN EL CONTROL ...
ORGANIZACIONES SOCIALES FORMALES Y NO FORMALES Y SU INFLUENCIA EN EL CONTROL ...ORGANIZACIONES SOCIALES FORMALES Y NO FORMALES Y SU INFLUENCIA EN EL CONTROL ...
ORGANIZACIONES SOCIALES FORMALES Y NO FORMALES Y SU INFLUENCIA EN EL CONTROL ...
 
79379507 contexto-organizacional
79379507 contexto-organizacional79379507 contexto-organizacional
79379507 contexto-organizacional
 
Clima organizacional
Clima organizacionalClima organizacional
Clima organizacional
 
Qué es una organización
Qué es una organizaciónQué es una organización
Qué es una organización
 
Escala clima-organizacional
Escala clima-organizacionalEscala clima-organizacional
Escala clima-organizacional
 
4
44
4
 
Fundamentos de administración.
Fundamentos de administración.Fundamentos de administración.
Fundamentos de administración.
 
Centros educativos como organizaciones
Centros educativos como organizacionesCentros educativos como organizaciones
Centros educativos como organizaciones
 
Modulo intervencion psicosocial
Modulo intervencion psicosocialModulo intervencion psicosocial
Modulo intervencion psicosocial
 
Modelo tavistock
Modelo tavistockModelo tavistock
Modelo tavistock
 
Sistema social
Sistema socialSistema social
Sistema social
 
Lectura mód 1 esp
Lectura mód 1 espLectura mód 1 esp
Lectura mód 1 esp
 
Grupo de referencia
Grupo de referenciaGrupo de referencia
Grupo de referencia
 
Actividad 4 - Planteando conceptos sistémicos diana lozada (1).docx
Actividad 4 - Planteando conceptos sistémicos diana lozada (1).docxActividad 4 - Planteando conceptos sistémicos diana lozada (1).docx
Actividad 4 - Planteando conceptos sistémicos diana lozada (1).docx
 
SUB-SISITEMAS GRUPALES
SUB-SISITEMAS GRUPALESSUB-SISITEMAS GRUPALES
SUB-SISITEMAS GRUPALES
 
El modelo de sistema viable
El modelo de sistema viableEl modelo de sistema viable
El modelo de sistema viable
 

Último

Catalogo de tazas para la tienda nube de dostorosmg
Catalogo de tazas para la tienda nube de dostorosmgCatalogo de tazas para la tienda nube de dostorosmg
Catalogo de tazas para la tienda nube de dostorosmg
dostorosmg
 
PPT Reforma Pensional.pptx...............
PPT Reforma Pensional.pptx...............PPT Reforma Pensional.pptx...............
PPT Reforma Pensional.pptx...............
bercueseb98
 
Sensor de Temperatura Automotriz y Vehicularte
Sensor de Temperatura Automotriz y VehicularteSensor de Temperatura Automotriz y Vehicularte
Sensor de Temperatura Automotriz y Vehicularte
Condor Tuyuyo
 
Examen Tribu_removednnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnn
Examen Tribu_removednnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnExamen Tribu_removednnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnn
Examen Tribu_removednnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnn
YadiraMarquez8
 
Nivel-de-Endeudamiento.financiero para las empresas
Nivel-de-Endeudamiento.financiero para las empresasNivel-de-Endeudamiento.financiero para las empresas
Nivel-de-Endeudamiento.financiero para las empresas
POOLQUIMICOSSUMINIST
 
Tema 8 LA DICTADURA FRANQUISTA (1939-1975).pdf
Tema 8     LA DICTADURA FRANQUISTA (1939-1975).pdfTema 8     LA DICTADURA FRANQUISTA (1939-1975).pdf
Tema 8 LA DICTADURA FRANQUISTA (1939-1975).pdf
anagc806
 
DOCUMENTO PROVIDENCIA 003 DEL INSTITUTO VZLANO DEL SEGURO SOCIAL.pptx
DOCUMENTO PROVIDENCIA 003 DEL INSTITUTO VZLANO DEL SEGURO SOCIAL.pptxDOCUMENTO PROVIDENCIA 003 DEL INSTITUTO VZLANO DEL SEGURO SOCIAL.pptx
DOCUMENTO PROVIDENCIA 003 DEL INSTITUTO VZLANO DEL SEGURO SOCIAL.pptx
JOSE VILLARROEL
 

Último (20)

ANÁLISIS DE TERRENOS (2).pdfiydguqdvgjhd
ANÁLISIS DE TERRENOS (2).pdfiydguqdvgjhdANÁLISIS DE TERRENOS (2).pdfiydguqdvgjhd
ANÁLISIS DE TERRENOS (2).pdfiydguqdvgjhd
 
DISEÑO DE ESTRATEGIAS EN MOMENTOS DE INCERTIDUMBRE
DISEÑO DE ESTRATEGIAS EN MOMENTOS DE  INCERTIDUMBREDISEÑO DE ESTRATEGIAS EN MOMENTOS DE  INCERTIDUMBRE
DISEÑO DE ESTRATEGIAS EN MOMENTOS DE INCERTIDUMBRE
 
CONTRATACIONES CON EL ESTADO PERUANO.pptx
CONTRATACIONES CON EL ESTADO PERUANO.pptxCONTRATACIONES CON EL ESTADO PERUANO.pptx
CONTRATACIONES CON EL ESTADO PERUANO.pptx
 
Operación y Apilador electrico en el trabajo
Operación y Apilador electrico en el trabajoOperación y Apilador electrico en el trabajo
Operación y Apilador electrico en el trabajo
 
Contabilidad Gubernamental guia contable
Contabilidad Gubernamental guia contableContabilidad Gubernamental guia contable
Contabilidad Gubernamental guia contable
 
Catalogo de tazas para la tienda nube de dostorosmg
Catalogo de tazas para la tienda nube de dostorosmgCatalogo de tazas para la tienda nube de dostorosmg
Catalogo de tazas para la tienda nube de dostorosmg
 
Control estadístico de la calidad en la industria
Control estadístico de la calidad en la industriaControl estadístico de la calidad en la industria
Control estadístico de la calidad en la industria
 
PPT Reforma Pensional.pptx...............
PPT Reforma Pensional.pptx...............PPT Reforma Pensional.pptx...............
PPT Reforma Pensional.pptx...............
 
Presentación Gestión Corporativa Azul_20240511_200743_0000.pdf
Presentación Gestión Corporativa Azul_20240511_200743_0000.pdfPresentación Gestión Corporativa Azul_20240511_200743_0000.pdf
Presentación Gestión Corporativa Azul_20240511_200743_0000.pdf
 
Sensor de Temperatura Automotriz y Vehicularte
Sensor de Temperatura Automotriz y VehicularteSensor de Temperatura Automotriz y Vehicularte
Sensor de Temperatura Automotriz y Vehicularte
 
Examen Tribu_removednnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnn
Examen Tribu_removednnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnExamen Tribu_removednnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnn
Examen Tribu_removednnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnn
 
Nivel-de-Endeudamiento.financiero para las empresas
Nivel-de-Endeudamiento.financiero para las empresasNivel-de-Endeudamiento.financiero para las empresas
Nivel-de-Endeudamiento.financiero para las empresas
 
DISEÑO DE ESTRATEGIAS EN MOMENTOS DE INCERTIDUMBRE
DISEÑO DE ESTRATEGIAS EN MOMENTOS DE INCERTIDUMBREDISEÑO DE ESTRATEGIAS EN MOMENTOS DE INCERTIDUMBRE
DISEÑO DE ESTRATEGIAS EN MOMENTOS DE INCERTIDUMBRE
 
Tema 8 LA DICTADURA FRANQUISTA (1939-1975).pdf
Tema 8     LA DICTADURA FRANQUISTA (1939-1975).pdfTema 8     LA DICTADURA FRANQUISTA (1939-1975).pdf
Tema 8 LA DICTADURA FRANQUISTA (1939-1975).pdf
 
CAMBIO DE USO DE SUELO LO BARNECHEA - VITACURA - HUECHURABA
CAMBIO DE USO DE SUELO LO BARNECHEA - VITACURA - HUECHURABACAMBIO DE USO DE SUELO LO BARNECHEA - VITACURA - HUECHURABA
CAMBIO DE USO DE SUELO LO BARNECHEA - VITACURA - HUECHURABA
 
Macro y micro ambiente en administración
Macro y micro ambiente en administraciónMacro y micro ambiente en administración
Macro y micro ambiente en administración
 
DOCUMENTO PROVIDENCIA 003 DEL INSTITUTO VZLANO DEL SEGURO SOCIAL.pptx
DOCUMENTO PROVIDENCIA 003 DEL INSTITUTO VZLANO DEL SEGURO SOCIAL.pptxDOCUMENTO PROVIDENCIA 003 DEL INSTITUTO VZLANO DEL SEGURO SOCIAL.pptx
DOCUMENTO PROVIDENCIA 003 DEL INSTITUTO VZLANO DEL SEGURO SOCIAL.pptx
 
Correcion del libro al medio hay sitio.pptx
Correcion del libro al medio hay sitio.pptxCorrecion del libro al medio hay sitio.pptx
Correcion del libro al medio hay sitio.pptx
 
Prestaciones sociales y servicios sociales
Prestaciones sociales y servicios socialesPrestaciones sociales y servicios sociales
Prestaciones sociales y servicios sociales
 
DOC-20240503-WA0003. cadena de valor.pdf
DOC-20240503-WA0003. cadena de valor.pdfDOC-20240503-WA0003. cadena de valor.pdf
DOC-20240503-WA0003. cadena de valor.pdf
 

petit_cap1.pdf

  • 1. Toda organización comprende unos grupos que, a su vez, están constituidos por individuos: tres puntos de apoyo para la obser- vación y análisis psicosociológicos que vamos a presentar con sus características, antes de precisar las relaciones entre orga- nización e institución. Una segunda parte nos llevará a dar in- mediatamente algunas claves generales de análisis, útiles sea cual fuere el nivel en que nos situemos o la perspectiva desde la que abordemos los fenómenos de comunicación o los de poder. I. Presentación General A. La organización, sistema abierto 1. ¿En qué sentido la organización es un sistema? Una organización no puede resumirse en una suma de individ- uos, de grupos, de talleres, de oficinas de servicios. Por el con- trario, dicho elementos se hallan en estado de interacción nece- saria, es decir, de interdependencia para la realización de un objetivo oficialmente común: ofrecer un bien o un servicio. La in- terdependencia fundamenta la unidad de la organización; de ahí que cualquier modificación de un elemento lleve consigo la mo- dificación de todos los demás, y por lo tanto, del conjunto. Tomemos el ejemplo de una organización que ha decidido supri- mir alguno de sus servicios -el servicio Z- porque se ha dado cuenta de que ya no era útil en el proceso de producción del bien o del servicio. ¿Qué consecuencias puede tener tal supresión? a) No habrá sobrecarga de trabajo para los demás servicios, puesto que, por hipótesis, el servicio Z ya no tenía función. b) Puede considerarse una solución redistribuir al personal en los demás servicios; de ahí derivan modificaciones en los otros servicios y, por tanto, en el conjunto de la organización. c) Por el contrario, podría no darse redistribución del personal sino, pura y llanamente, un despido colectivo. Entonces podrían producirse huelgas o movimientos reivindicativos que paraliza- rían o entorpecerían la marcha de los demás servicios. Y aun- que no se produjeran, la supresión del servicio Z y el despido colectivo de su personal tendrían un impacto en los demás ser- vicios. Podrían establecerse unas estrategias de protección y de concurrencia entre los servicios: cada servicio intentaría de- mostrar su utilidad, incluso en detrimento de los demás, con el fin de evitar que un día le tocara la misma suerte del servicio Z. Así, la interdependencia enunciada en el interior de la organiza- ción es no sólo de orden operativo sino también, y sobre todo, de naturaleza social. Ello significa que se inscribe en la psicolo- gía de los individuos y los grupos, así como en sus relaciones. En los capítulos siguientes veremos que la interdependencia so- cial utiliza como instrumento la comunicación y que se traduce en la realidad organizativa por medio de las relaciones de poder. 2. La organización y su entorno: un sistema abierto a) Un entorno multidimensional pero específico La organización, como cualquier sistema social, se sumerge en un entorno de varias dimensiones: física, tecnológica, económi- ca, política, cultural, etc. Sin embargo, el entorno de cada orga- nización, por más amplio que sea, no es ilimitado. Siempre que evoquemos el entorno de una organización, daremos por enten- dido que nos fijamos en su entorno específico, es decir, los ele- mentos del entorno general que están efectivamente en relación con la organización. b) Las relaciones organización-entorno Podemos abordarlas desde el ángulo de las funciones de la organización. El autor norteamericano Edgar H. Schein clasifica dichas funcio- nes en dos categorías, primaria y secundaria. Es primaria, por ejemplo, la función de producción de tal bien o de tal servicio UNTREF VIRTUAL | 1 Psicosociología de las Organizaciones François Petit Capítulo Primero La Organización Y Sus Niveles
  • 2. con el mínimo coste. Es secundaria, para la organización, la fun- ción de proporcionar empleo a la población de una región deter- minada. "Las normas socioculturales que le imponen esta función secundaria forman parte del entorno tanto como los imperativos económicos que exigen un buen producto con el mínimo coste"1, o los imperativos de eficacia administrativa que deben afrontar, por ejemplo, las oficinas de un gobierno civil, cuyo funcionamien- to está financiado, en último término, por los contribuyentes2. c) El modelo del sistema abierto Para analizar la organización y sus relaciones con el entorno, la psicología3 y la psicosociologia de las organizaciones -en par- ticular, los investigadores del Tavistock Institute de Londres- han tomado de la cibernética y del análisis de sistemas la noción de sistema abierto4. Aplicada a la organización, constituye un mo- delo explicativo que podemos ilustrar con el esquema de la pá- gina anterior. Fig. 1. La organización, sistema abierto La organización recibe de su entorno unos inputs o aportacio- nes de diversas naturalezas. Algunos son relativamente previsibles y controlables: los capita- les necesarios, los equipamientos, las materias primas, la ener- gía, etc. Otros, por el contrario, son más difíciles de discernir; es el caso, por ejemplo, de las demandas de bienes o de servicios expre- sadas en el entorno. Menos previsibles y controlables son los individuos que van a realizar el proceso de transformación (¡felizmente para ellos!). Cuando, por la mañana, traspasan el umbral de la organización, ven cómo se les asignan funciones y puestos de trabajo, que se caracterizan por su tono impersonal, en el proceso de transfor- mación. Pero no por ello dejan en el guardarropas sus ideas y sus sentimientos vinculados a su "equipamiento cultural"5: mo- delos, valores, normas, mitos, prejuicios, estereotipos, etc. Ese equipamiento se ha constituido sobre la marcha, a lo largo de los días, pues la organización es un lugar de aprendizaje cultu- ral como demuestran los trabajos de Renaud Sainsaulieu6. Pero también se inspira en otros sistemas sociales: el individuo situa- do en la organización es, además, hijo o hija, esposo o esposa, padre o madre, consumidor, ciudadano, contribuyente; puede también estar afiliado a asociaciones recreativas, a un sindica- to, a un partido político, a una asociación ecológica, etc. Por tan- to, los miembros de una organización son, en su propio seno, los representantes de otros sistemas sociales presentes en el entorno: "como tales, aportan consigo reivindicaciones, aspira- ciones y normas culturales"7. UNTREF VIRTUAL | 2 Psicosociología de las Organizaciones François Petit 1. Edgar H. Schein, Psychologie et organisations (trad. fr.), éd. Hommes et techniques, París 1971, p. 94; trad. cast.: Psicología de la organización, Castillo, Madrid 1978. 2. Cf. Los problemas planteados por el traslado de la prefectura del Var, de Draguignan a Toulon, en 1974. 3. CL Claude Lévy-Leboyer, L'apport de la psychologie des organisations á la psychologie du travail, "Psychologie française" 18 (1973) 1, p. 41-46, y su obra Psychologie des organisations, P.U.F., París 1974, p. 29-40 (trad. cast.: Psicología de las organizaciones, Planeta, Barcelona 1975. 4. Sobre et enfoque sistemático en general, cf. Joël de Rosnay, El macro- scopio, A.C., Barcelona 1977. 5. La expresión es de Ralph Union, Cultura y personalidad, F.C.E.. Madrid 1976. 6. Cf. Renaud Sainsaulieu, Les relations de travail à l'usine, éd. d'Organisa- tion, Paris 1973, y L'identité au travail, Presses de la Fondation nationale des sciences politiques, Paris 1977. 7. Edgar H. Schein, o.c., p. 94.
  • 3. Esos inputs se transforman en outputs (resultados) que se pro- yectan en el entorno. Son, a la vez, los servicios prestados, los productos acabados, los desechos y la polución, los salarios pa- gados, la satisfacción o la insatisfacción producida a lo largo del proceso de transformación, etc. Ciertos resultados -como la sa- tisfacción o la insatisfacción- pueden volver al sistema en feed- back (cf. fig. 1). A propósito del proceso de transformación, podemos distinguir, con Chris Argyris, tres tipos generales de actividades esenciales que hallamos en toda organización, fábrica, escuela, hospital...8: 1) Actividades que se refieren al logro de los objetivos de la or- ganización, es decir, la producción de bienes o servicios. 2) Actividades centradas en el mantenimiento del sistema inter- no, es decir, todo cuanto concurre a la coordinación y desarro- llo de relaciones satisfactorias entre los elementos -individuos o grupos- de la organización; estas actividades tienen una función de facilitación y regulación en relación con las actividades orien- tadas hacia los objetivos9. 3) Finalmente, actividades orientadas a la adaptación al entorno que es una condición sine qua non tanto del desarrollo de la or- ganización como de su supervivencia. Pero, en nuestras socie- dades técnicas y científicas, el entorno está en constante evolu- ción. La organización debe seguir, e incluso anticipar cuando es posible, los cambios l entorno. Esta adaptación "se realiza no por homeostasis, como haría un organismo vivo, sino como res- puesta a las decisiones tomadas en la cumbre de la jerarquía por los responsables de la organización"10; tales decisiones pueden ser iluminadas por estudios y encuestas realizadas en el entorno. d) Esbozo de aplicación del modelo a la prisión Puede parecer chocante, a primera vista, hablar de sistema abier- to en el caso de una prisión. Hemos escogido este modelo adre- de, pues es particularmente revelador de la bondad del modelo. 1) Una prisión, en cualquier país, recibe unos inputs, presos, guardianes, personal diverso, etc., cada uno de los cuales tiene sus valores, sus normas, sus prejuicios, etc. 2) El proceso de transformación comprende: a) Actividades que se refieren al logro de los objetivos de la pri- sión; por ejemplo, la separación del resto de la sociedad, la rehabilitación, la reeducación de los presos, etc. b) Actividades que se refieren al mantenimiento del sistema in- terno: comunicaciones entre guardianes y presos, coordinación entre los guardianes, los diversos tipos de personal, etc. c) Actividades que se refieren a la adaptación al entorno externo, que a veces podrían confundirse con las actividades del primer tipo. Citemos el ejemplo tan significativo del régimen de permisos de salidas que, en Francia, primero se liberalizó, pero luego se redujo en función de las normas y valores dominantes de la so- ciedad francesa, en dos momentos históricos distintos. 3) Luego la prisión proyecta en el entorno unos outputs: presos que han satisfecho la pena, más o menos rehabilitados, más o menos capaces de reintegrarse en la sociedad, pero también salarios ganados por el personal y los presos (?), la satisfacción UNTREF VIRTUAL | 3 Psicosociología de las Organizaciones François Petit 8. Cf. Chris Argyris, El individuo dentro de la organización, Herder, Barce- lona 1979, p. 457. 9. En el lenguaje de la dinámica de grupos, se diria que el logro de los obje- tivos está subtendido por una energía de producción y el mantenimiento del sistema interno, por una energía de conservación. Cf. Didier Anzieu y Jac- ques-Yves Martin, La dynamique des groupes restreints, P.U.F., París 1973, p. 125ss. 10. Claude Lévy-Leboyer, L'apport..., o.c., p. 42. N.B. Esta cita no significa que la adaptación a los cambios tenga que hacerse siempre en un sentido descendente, como consecuencia de decisiones tomadas en la cumbre de la jerarquía. Se trata más bien de una comprobación: todas las organizacio- nes estudiadas por las ciencias sociales -con algunas excepciones, sobre las que se podría discutir- viven, en diversos grados, según el modelo jerár- quico piramidal. Ello significa que un cambio en la organización, surgido de la base, tiene que ser ratificado por la cumbre de la jerarquía para tener oportunidad de duración. Sin embargo, nada permite afirmar que el modelo piramidal continúe siendo, en el futuro, el único modelo de organización.
  • 4. o la insatisfacción de éstos, de los guardianes, del personal en general, que pueden revertir en feedback en el sistema, etc. B. Grupos y fenómenos de grupo La división del trabajo fracciona el sistema organizativo en sub- sistemas. Para lograr sus objetivos, una empresa se divide, por ejemplo, en grandes sectores que cubren grandes funciones: producción, venta, administración, investigación, etc. Estos sub- sistemas, a medida que descendemos en la estructura piramidal, incluyen unos subsistemas más numerosos pero de dimensio- nes más reducidas, hasta el subsistema elemental que constitu- yen un taller o un equipo de trabajo en una fábrica, una oficina en una administración, un equipo de cuidados en un hospital, una clase en una escuela, un seminario en una universidad, etc. El punto común de todas esas entidades psicosociales es que son grupos, compuestos de individuos que se van descubriendo a lo largo de los días, y, por tanto, que se conocen, reaccionan entre sí y están en estado de interdependencia no sólo funcional -por el trabajo- sino también psicológica. Al lado, y a menudo a partir de esos grupos queridos por la or-ga- nización -grupos formales- se crean, según afinidades y conver- gencias de interés, grupos informales. Trataremos de la distinción formal-informal en la segunda parte del presente capítulo. De momento recordaremos, a grandes rasgos, dos fenómenos importantes de grupo, puestos de manifiesto por más de cin- cuenta años de investigaciones psicosociológicas y sociológicas que han dado lugar a una abundante literatura. El grupo, tal como lo vivimos cotidianamente en diferentes orga- nizaciones, es creador de normas, es decir, de reglas que orien- tan nuestros comportamientos y opiniones. En el grupo, el indi- viduo es objeto de presiones hacia una conformidad: sus com- pañeros le impelen a adoptar opiniones y comportamientos de acuerdo con las normas del grupo. Citemos un ejemplo trivial: en un taller o en una clase de in t túto1 individuo que intenta su- perar la cuota de trabajo, fijada implícitamente por el grupo de compañeros, será objeto de sanciones (vejaciones, burlas, ame- nazas que pueden llegar incluso a la violencia física). Pero la conformidad no tiene siempre un carácter tan coactivo; puede basarse en la racionalidad de la pertenencia del individuo al gru- po: el individuo puede valorar su pertenencia al grupo y confor- marse a sus normas con el fin de lograr un objetivo personal. La presión a la conformidad puede también nacer de la relación afectiva que el individuo busca en el grupo; ello nos lleva a evo- car un segundo fenómeno, el de la solidaridad. En el grupo, el individuo halla un apoyo para afrontar un univer- so organizativo a menudo hostil, cargado de tensiones, de pre- siones de todo tipo y de ansiedad. Esquemáticamente, halla- mos en la literatura psicosológica y sociológica tres interpreta- ciones de la solidaridad que no se excluyen mutuamente. La primera es de orden operativo y estratégico: gracias a la solidari- dad, los miembros del grupo se defienden de modo más eficaz contra las presiones de la organización o contra los demás gru- pos. La segunda es de orden psicológico: la afiliación al grupo reconforta, aunque el grupo no proporcione auxilio alguno, des- de un punto de vista operativo y estratégico. La tercera es de or- den cultural: la solidaridad existe entre los miembros de un grupo, pues "viven juntos y simultáneamente el mismo proceso de acceso a la identidad"11, como dice Renaud Sainsaulieu. Sentirse solidario de un grupo es para el individuo, sometido a coacciones laborales frecuentemente intensas, recuperar algo de la existencia confiscada por la organización. Aunque para la psicosociología de las organizaciones, el nivel de análisis del grupo sea insuficiente, es verdad que la perte- nencia al grupo es un factor esencial de la relación que el indi- viduo mantiene con la organización. En resumen, el grupo pue- de considerarse como un soporte cultural, cognoscitivo, afectivo y estratégico12, esencial para "sobrevivir" en la organización; como tal y como elemento -subsistema- del sistema organizati- vo, el grupo merece siempre una atención particular. UNTREF VIRTUAL | 4 Psicosociología de las Organizaciones François Petit 11 . Renaud Sainsaulieu, L'identité..., o. c., p. 40-41. 12. Estratégico se refiere al hecho de que un individuo o un grupo movilice cierto número de medios, teniendo en cuenta la situación, para alcanzar una finalidad.
  • 5. C. El individuo y la organización El nivel del individuo, punto extremo de la división del trabajo, si es el campo de estudio privilegiado de la psicología de las orga- nizaciones13, no debe ser desestimado, como hacen demasia- do fácilmente ciertos análisis globalizadotes de tipo sociológico, económico o político. Por ejemplo, en una organización, un conflicto puede tener raí- ces sociológicas profundas; pero siempre se expresa a través de los individuos, considerados aisladamente o en grupo. Dichos individuos tienen una personalidad que no es neutral: reaccionan subjetivamente a la situación de la organización. La organización responde o no a las motivaciones de los individuos y les hace experimentar frustraciones y satisfacciones. Por tanto, es eviden- te que la personalidad de los individuos implicada en un conflicto constituye variables importantes. Esta rápida ilustración plantea, de forma subyacente, el proble- ma muy complejo de la adaptación recíproca entre el individuo y la organización. El norteamericano Chris Argyris ha aportado, si no una solución -sería presuntuoso- sí, al menos, una vía nueva de reflexión en su obra El individuo dentro de la organi- zación14. Argyris parte de la hipótesis siguiente: el individuo aspira al éxito psicológico y a la autoestimación. Pero, en toda organización, se halla ante un dilema: satisfacer sus aspiraciones o responder a las exigencias de la organización, con su división del trabajo, su pirámide jerárquica y su cortejo de sumisiones y dependen- cias que dificultan la autoestimación y el éxito psicológico. Argy- ris intenta mostrar que si se desarrollan las actividades esencia- les de la organización centradas en el logro de los objetivos, el mantenimiento del sistema interno y la adaptación al entorno ex- terior15, el individuo tendrá más oportunidades de expresar sus potencialidades y, por tanto, de experimentar la autoestimación y alcanzar el éxito psicológico. En esta perspectiva, Chris Argyris propone un modelo de diag- nóstico que integre a la vez el nivel del individuo y el de la orga- nización. Aunque en la práctica el empleo de este modelo sea delicado, no podemos dejar de subrayar la originalidad e interés de dicho enfoque, que toma en consideración al individuo sin por ello encerrarse en un psicologismo estrecho, como hacen muchos, para no tener que modificar el funcionamiento real de la organización, el contenido del, trabajo, etc. D. Organización e institución El lenguaje corriente identifica a menudo organización e institu- ción. ¿No se habla de una institución escolar para designar una escuela, o de una institución financiera para designar un banco? Pero, desde el punto de vista de los análisis sociológicos y psi- cosociológicos, estas nociones son distintas. De modo clásico, Henri Mendras define la institución como "un conjunto de normas que se aplican en un sistema social, y que definen lo que es legítimo y lo que no lo es en dicho sistema"16; éste puede ser tanto un grupo como una organización. Hallamos en Georges Lapassade unas indicaciones precisas sobre las relaciones de las instituciones con los grupos y las organizaciones; distingue así tres niveles. 1) Los grupos: las clases de una escuela, las oficinas de una ad- ministración, los talleres de una fábrica, etc. 2) Las organizaciones: escuelas, fábricas, universidades, hos- pitales, etc. 3) Las instituciones que "definen todo lo que está establecido (...). El tercer nivel, en realidad, es el del Estado, que hace la ley, UNTREF VIRTUAL | 5 Psicosociología de las Organizaciones François Petit 13. Cf. Claude Levy- Leboyer, Psichologye des organisations, o.c. 14. O.c., Herder, Barcelona 1979. 15. Cf. supra, A, 2c. 16. Henri Mendras, Éléments de sociologie, A. Colin, Paris 41 971, p. 109; trad. cast.: Elementos de sociología, Cultura popular, Barcelona 1968.
  • 6. que da a las instituciones fuerza de ley"17. . Las instituciones no constituyen sólo un nivel de la realidad social como otro cual- quiera; se manifiestan en los dos niveles precedentes -grupos y organizaciones- imponiéndoles horarios, normas de trabajo, pro- cedimientos de comunicación y de decisión, estatutos y roles, etc. Antes del nivel del grupo, Lapassade habría podido distinguir el nivel de la relación dual interpersonal y el del individuo. El matri- monio, por usar un ejemplo clásico, es una institución que rige un tipo de relación dual interpersonal e intersexual. En cuanto al individuo, sufre las instituciones; pero también participa en su creación y las conduce, sin tener necesariamente conciencia de ello; demasiados discursos críticos de las instituciones silencian esta realidad. Además, ¿no es arriesgado, incluso en nuestra sociedad, simi- lar pura y simplemente el conjunto de las instituciones, al Esta- do? Sin llevar a cabo una discusión amplia, podemos completar esta cuestión con otras dos: ¿La desaparición del Estado lleva- ría consigo la disolución de todas las instituciones? ¿Las socie- dades primitivas que no tienen un Estado tal como lo conoce- mos nosotros, no viven según unas instituciones? Pese a estas reservas, conviene reconocer a dicha presenta- ción articulada de los tres niveles institucionales de la realidad social el interés de poner en guardia a los técnicos de la organi- zación, y en particular a los psicólogos y psicosociólogos, con- tra la tentación de aislar los fenómenos organizativos de su con- texto sociológico. En efecto, algunos de ellos no son más que las expresiones in situ de otros fenómenos más complejos pro- pios de las instituciones de una sociedad. Para resumir la distinción entre organización e institución, pon- dremos un ejemplo. La educación es, por excelencia, una insti- tución, es decir, un conjunto de ideas, opiniones y normas de comportamiento propuestas y a menudo impuestas a los indivi- duos en una sociedad determinada. Pero, un grupo escolar pri- mario, un instituto, una universidad, un ministerio de educación o un rectorado son organizaciones que se alimentan de la insti- tución educación dándole al mismo tiempo una base concreta de existencia. Por tanto, desde un punto de vista metodológico, es imposible captar directamente la institución que mueve un sistema social. Volviendo a nuestro ejemplo, la institución educación sólo puede verse a través de la descripción y análisis de fenómenos que se refieren al niño, como individuo, en sus relaciones interperso- nales duales con adultos o compañeros; que se relacionan tam- bién con la familia como grupo, con la escuela primaria como or- ganización, con las asociaciones recreativas, etc. II. Algunas Claves Generales De Análisis A. Los caracteres formales e informales de la organización 1. Distinciones y vínculos Toda organización supone, al crearse, una resolución y una in- tervención del hombre que se traducen en documentos escritos a los que se añaden costumbres con valor normativo para los comportamientos de los individuos y los grupos. "La organiza- ción formal", según Arnold S. Tannenbaum, "es la que ha sido planificada y querida por sus creadores; una vez prescrita y re- glamentada, es el reflejo oficial de s su postulados sociales, psi- cológicos y administrativos. Pero tal organización no se realiza nunca plenamente en el comportamiento de sus miembros"18. A partir de ese universo de la prescripción, los individuos y los gru- pos desarrollarán una organización informal, es decir, un conjun- to de comportamientos no previstos por la organización formal. UNTREF VIRTUAL | 6 Psicosociología de las Organizaciones François Petit 17. C. Georges Lapassade, Groupes, organisations et institutions, Gauthier- Villars, Paris 1970, p. 6-7, en cursiva en el texto (trad. cast.: Grupos, organi- zaciones e instituciones, Gedisa, Barcelona 1977). NB. Lapassade usa aquí la definición que la sociología clásica da de las instituciones, poniendo, sin embargo, el acento en el Estado. Veremos, a principios del capítulo cuarto, (I, A y B) de la segunda parte de esta obra, que dicho autor y la corriente institucionalista se refieren, con una finalidad de análisis institucional, a un concepto nuevo de institución, esencialmente dialéctico. 18. Arnold S. Tannenbaum, Psychologie sociale de l'organisation industrielle (trad. fr.), éd. Hotnmes et techniques, Paris 1967. p. 1.
  • 7. Numerosas controversias se han suscitado en torno a las nocio- nes de formal y de informal y sobre la oportunidad de tal distin- ción; sin duda se las ha opuesto en exceso con el fin de privile- giar una u otra en el análisis de los hechos. Históricamente, es la organización formal la que fue destacada por Taylor y la Orga- nización científica del trabajo; luego, Mayo y Roethlisberger des- cubrieron la existencia y la importancia de la organización infor- mal, con motivo de la famosa encuesta Hawthorne19. Se dio en- tonces en las organizaciones, en particular en las industriales, la moda de los psicosociólogos, especialistas en relaciones huma- nas, centrados en la organización informal. Después, desde el punto de vista práctico se dieron cuenta de que la organización real sólo puede ser captada considerando la organización formal en relación con la organización informal, y a la inversa. Así, Peter Blau y Richard W. Scott insisten en el hecho de que "en todas las organizaciones formales aparecen organizaciones informales", y que "las raíces de estos sistemas informales se implantan en la organización formal, y se alimentan del aspecto formal de su distribución"20. Ello significa que si la organización informal puede responder a necesidades psicológicas de los individuos y los grupos, no puede analizarse sólo en términos psicológicos: la organización informal es siempre tributaria de las condiciones formales de la organización. 2. El sistema formal21 Intenta alcanzar el objetivo de la organización -producción de un bien o de un servicio- utilizando de modo racional los medios disponibles. En esta perspectiva, el sistema formal termina por controlar los comportamientos de los individuos y de los grupos para hacerlos previsibles. El sistema formal de una organización se caracteriza por cierto número de constantes que pueden servir de puntos de referen- cia para análisis concretos: el objetivo de la organización, la es- pecialización de las tareas, la coordinación de las funciones, el orden, la autoridad, la uniformidad de los comportamientos, el carácter intercambiable de los miembros de la organización, la remuneración, la tecnología, las insignias y los símbolos22. Para ser teóricamente eficaz, un sistema formal tiene que dosi- ficar y articular dos tipos de responsabilidad y de lógica: a) el del line, de la jerarquía que se refiere a las decisiones y a la ejecución de las órdenes por medio de delegaciones sucesivas; b) el del staff, de los servicios llamados "funcionales", que se re- fieren a la pericia técnica, a la consulta y al tratamiento de las in- formaciones, y a los que el line recurre para tomar sus decisiones. Concretamente, el sistema formal puede detectarse en los textos jurídicos, en los reglamentos interiores, las cartas de organiza- ción, las descripciones de funciones y de puestos, los protocolos de comunicación, las notas de servicio, los boletines oficiales de información, los folletos de acogida, los informes de actividad, sin olvidar los organigramas. Podemos definirlos como las represen- taciones gráficas del sistema formal de las responsabilidades jerárquicas y/o funcionales (cf. fig. 2). UNTREF VIRTUAL | 7 Psicosociología de las Organizaciones François Petit 19. Sobre los trabajos de Elton Mayo y su equipo, cf. Pierre Badin, Problè- mes de la vie en groupe, Privat, Toulouse 1965, p. 23-65. 20. Citados por Chris Argyris, o.c., p. 22. 21. Para ser más precisos, deberíamos hablar de subsistema. El subsistema formal y el subsistema informal forman parte del proceso de transformación de la organización analizada como un sistema abierto. 22. Cf. Arnold S. Tannenbaum, o.c., p. 2-6.
  • 8. El psicólogo o el psicosociólogo, como otros profesionales en el interior de las organizaciones, tienden a veces a aborrecer el es- tudio de los documentos formales: creen que no son de la compe- tencia de su disciplina; los consideran no psicológicos o como una materia muerta, sin contacto con las relaciones interpersonales tal como ellos las observan. Es verdad que los comportamientos de los individuos y los grupos sólo raras veces se inspiran, con total exactitud, en los documentos fornales; sin embargo, éstos -respe- tados, adaptados, tergiversados o ignorados-, por el solo hecho de existir, constituyen unos elementos de la situación organizativa que pueden ayudar a interpretar los comportamientos observados. 3. El sistema informal Por el hecho de existir en toda organización un sistema formal, ésta produce presiones de mayor o menor fuerza de las que el individuo tiene más o menos conciencia. Consciente o incons- cientemente, el individuo responde a dichas presiones por me- dio de comportamientos, relaciones y estrategias no previstos por la organización. a. Los comportamientos no previstos o las adaptaciones secun- darias En su obra Internados, Erving Goffman distingue, entre otros, dos modos de adaptarse a la organización: 1) Las adaptaciones primarias que corresponden a los compor- tamientos que obedecen las demandas oficiales de la organi- zación; 2) Las adaptaciones secundarias que consisten para el indivi- duo en buscar "fines ilícitos" o utilizar "medios prohibidos" para "tergiversar así las pretensiones de la organización relativas a lo que él tendría que hacer o recibir, y, por tanto, a lo que tendría que ser. Las adaptaciones secundarias representan para el indi- viduo el medio de apartarse del rol y del personaje que la insti- tución le asigna de modo natural"23. Erving Goffman describe diversas adaptaciones secundarias de los enfermos al hospital psiquiátrico: conservar objetos no regla- mentarios, esconder y beber alcohol o café, etc. Existe también lo que Goffman llama "derivativos" o "hobbies"; son "actuaciones a las que el individuo se lanza y se pierde con el fin de borrar en él, por algún tiempo, toda conciencia del medio en que vive y su- fre"24. Por ejemplo, hay enfermos que se entregan totalmente al deporte, al teatro, al juego, a la religión, a la lectura, a una tarea en favor del hospital, etc. Estas actividades no son ilícitas en sí mismas, puesto que están propuestas por el hospital. Pero, a partir del momento en que el enfermo se entrega a las mismas con exceso, de modo casi exclusivo, se trata de una adaptación secundaria: el individuo intenta escapar de la organización por medio de una especie de superadaptación. Detenerse en las adaptaciones secundarias de los enfermos po- dría hacer creer que se trata de comportamientos más o menos anormales; pero no es así. Goffman cita también adaptaciones secundarias que se daban entre el personal del hospital psiquiá- trico al que estudió durante un año: emplear a enfermos como vigilantes de niños, jardineros, factótums o mensajeros; el he- cho de servirse del taller de reparación del hospital para un uso personal o de llevarse víveres de las cocinas. Saliendo del marco hospitalario, Goffman evoca el freno del ren- dimiento y el fenómeno de "diversión" que hallamos en las orga- nizaciones industriales (y en otras partes); por "diversión" hay que entender los trabajos efectuados a escondidas, en los lu- gares de trabajo, por los obreros, a partir de las materias primas y de las herramientas que tienen a su disposición. Este fenómeno merece ser examinado, pues permite explicar un aspecto importante del sistema informal. Podemos descubrir la significación psicosociológica de la "diversión", gracias al testi- UNTREF VIRTUAL | 8 Psicosociología de las Organizaciones François Petit 23. Erving Goffman, Asiles, études sur la condition sociale des malades mentaux (trad. fr.), Minuit, Paris 1968, p. 246; trad. cast., Internados. Ensa- yos sobre la situación social de los enfermos mentales, Amorrortu, Buenos Aires 1970. 24. Ibid., p. 362.
  • 9. monio y análisis del trabajo industrial en Hungría, de Miklós Ha- raszti, en su libro Salario a destajo. Haraszti, en efecto, describe una situación que puede parecer pa- radójica: incluso obreros que trabajan a destajo caen en la "diver- sión". Pierden tiempo y dinero para producir, con sus útiles y a par- tir de desechos, objetos como llaveros, ceniceros, saleros, pendi- entes, etc. Dichos objetos tienen un valor utilitario, pero raras ve- ces son necesarios; otros tienen únicamente un valor estético. De todos modos poco importa, pues la finalidad no es el objeto realizado sino "divertirse". Se trata, como indica Miklós Haraszti, de un trabajo libre creador y desinteresado: "Intenta procurarnos una alegría intensa capaz de hacernos olvidar la precipitación cotidiana: la alegría de una actividad autónoma y no controlada, la alegría de un trabajo sin cronómetros, sin controles, sin capa- taces. (...) Por medio de la "diversión" recuperamos nuestro poder sobre la máquina, nuestra libertad en relación a la máqui- na: Ia competencia profesional queda aquí subordinada al sen- tido de la belleza, entiéndase como se entienda. Por insignifi- cante que sea el objeto, ha sido hecho de manera artística"25. Por tanto, este modo de actuar puede interpretarse como un comportamiento informal -no previsto- que responde a las con- diciones de trabajo impuestas por el sistema formal, hecho de presiones al rendimiento y al respecto de las normas de produc- ción y de los reglamentos. Este fenómeno no es exclusivo de las fábricas de los países del Este; se encuentra también en los países occidentales, así co- mo otras adaptaciones secundarias de la producción, la pausa del café o del bocadillo durante las horas de trabajo, etc. Estos comportamientos que hallamos en organizaciones de todo tipo, bajo formas diversas, expresan un rechazo o por lo menos una respuesta al sistema formal, y un modo de recuperar el tiempo, la fuerza del trabajo y la existencia que confisca a los asalariados26. b) Las relaciones informales Pueden establecerse, como advierte Haraszti, con ocasión de la "diversión": para realizar un objeto, un obrero necesitará la má- quina de un compañero. En este caso, se trata de relaciones recíprocas de intercambio basadas en una necesidad práctica y una convivencia. Ésta esconde una negociación implícita entre iguales, y a veces entre superior jerárquico y subordinados, cu- yos términos son éstos: "Cierro los ojos o, incluso, os ayudo a rea- lizar ciertos actos informales a cambio de vuestro silencio, cuan- do yo mismo me tome libertades respecto del sistema formal." Las relaciones informales pueden nacer también de afinidades: los primeros psicosociólogos, en particular los que se inspiraron en los trabajos de Moreno sobre la sociometría, insistieron mu- cho en este aspecto. Sin negar la importancia de la afectividad en las situaciones laborales, debemos reconocer que no puede explicar por sí sola la mayor o menor densidad del tejido de rela- ciones no previstas por el organigrama en una organización. Recordemos que incluso las relaciones informales más afectivas están condicionadas por datos del sistema formal: naturaleza de las tareas que hay que cumplir, distancia entre los lugares de tra- bajo, existencia o no de una sala de recreo para el personal, autorización o prohibición de deambular y de hablar durante las horas de trabajo, etc. Finalmente, las relaciones informales, más allá de su aspecto afectivo, tienen un sentido en relación con la organización; dicho de otro modo, tienen, en cuanto tales relaciones, un objetivo: se inscriben en unas estrategias en que esta en juego el poder. c) Las estrategias informales Abordaremos el análisis estratégico de manera más detallada en el capítulo tercero27. Sin embargo, un pequeño ejemplo pue- de darnos una idea de las estrategias informales; el norteame- ricano Richard H. McCleery analizó desde el interior, en su con- UNTREF VIRTUAL | 9 Psicosociología de las Organizaciones François Petit 25. Miklós Haraszti, Salaire aux pièces, ouvrier dans un pays de l'Est (trad. fr.), Le Seuil, Paris 1976, p. 140-141. 26. Cf. Renaud Sainsaulieu, L'identité..., o.c., p. 30-39. 27. Infra, cap. tercero, IV C.
  • 10. dición de detenido, una prisión de los Estados Unidos. Explicó en un célebre estudio28 cómo los presos habían elaborado un sistema social informal jerarquizado, con unos cabecillas que controlaban las comunicaciones con los guardianes, la circu- lación de los víveres, el reparto del trabajo y la reglamentación de los conflictos entre detenidos. Este sistema informal forma- ba parte de una estrategia de protección contra las sanciones oficiales y de mantenimiento de cierta independencia respecto de los guardianes. Hay que advertir que esa estrategia era a menudo más coacti- va (violencias físicas, por ejemplo) que el mismo sistema formal, y que, al fin y al cabo, era conveniente para la administración penitenciaria: los guardianes tenían asegurada la tranquilidad, aunque la rehabilitación de los presos se viese comprometida. B. La organización y el tiempo El tiempo es una variable que no se puede olvidar cuando so- metemos a análisis los fenómenos organizativos, sea cual fuere su naturaleza. Desde un punto de vista cualitativo, la variable temporal influye en cada comportamiento; pues éste se inscribe en un momento pre- ciso y tiene una duración determinada en el proceso de transfor- mación de la organización. Desde un punto de vista cuantitativo y económico, el tiempo debe tenerse en cuenta en los cálculos de la rentabilidad. Concretamente, el tiempo ejerce una presión sobre los miembros de la organización, que deben respetar una sucesión racional, una velocidad y un ritmo en los actos que ejecutan. Es evidente en el seno de las organizaciones industriales; la imagen de Char- lot en Tiempos modernos nos lo recuerda de modo caricatures- co. Pero, la presión temporal se manifiesta también en las orga- nizaciones de servicio. El hospital proporciona un ejemplo intere- sante y complejo: hay carrera de velocidad entre el tratamiento y el progreso de la enfermedad; ciertos actos médicos tienen que durar un tiempo mínimo para evitar consecuencias desagrada- bles; el sector hospitalario carece a menudo de personal. Por tanto, como advierte Elisabeth Barnes en el informe de una investigación que llevó a cabo en centros hospitalarios de nueve países distintos, el tiempo se considera como el bien más pre- cioso que, ante todo, hay que reservar para la acción29. Esto no deja de tener consecuencias en la realidad de las relaciones del personal con el enfermo: "Las enfermeras no escapan a la preo- cupación general por el tiempo y la acción, quizá menos que cualquier otro grupo del personal, pues también se espera de ellas que encuentren tiempo para escuchar a los enfermos. Las enfermeras, dicen los enfermos, siempre dan la sensación de andar demasiado apresuradas. Pero las enfermeras están siem- pre obsesionadas por esta idea: "No vamos a terminar nunca""30 Por contrario, el enfermo el paciente está considerado como al- guien que tiene tiempo; puede estar en observación en el hospi- tal durante una semana para someterse a exámenes que po- drían realizarse, con una coordinación y unos medios suficien- tes, en dos días. Como atestigua el psicólogo industrial Maurice de Montmollin después de una hospitalización, la vida en el hos- pital se caracteriza por un "perpetuo estado de espera": espera de los exámenes, de las visitas del jefe o del especialista, de una operación "o quizá simplemente de que alguien tome la ini- ciativa de una decisión de dar de alta"31. Por lo demás, la variable temporal ejerce otras presiones en el conjunto de la organización, a la que se plantea el problema de la adaptación al presente y de la prospectiva, sin olvidar por ello las lecciones del pasado. Si no quiere sufrir esclerosis y desa- parecer, la organización tiene que seguir, e incluso anticipar, los UNTREF VIRTUAL | 10 Psicosociología de las Organizaciones François Petit 28. Richard H. McCleery, Changement de politique dans l'administration d'une prison (trad. fr.), en André Lévy, Psychologie sociale, textes fondamen- taux anglais et américains, Dunod, Paris 1965, t. 2, p. 520-545. 29. Cf. Elisabeth Barnes, Les relations humaines à l'hôpital (trad. fr.), Privat, Toulouse 1968, p. 24-25. 30. Ibid., p. 52-53. 31. Maurice de Montmollin, Témoignage: Être malade à l'hôpital, ?Le Monde", n.° 10320, 5 de abril de 1978, p. 16.
  • 11. cambios que se producen en su entorno tecnológico, económi- co, social, cultural y político. Finalmente, para subrayar más, si es necesario, la importancia de la variable oral recordaremos que se halla en el corazón de las negociaciones entre patronos y asalariados: reducción del tiempo de trabajo, disminución de la edad de jubilación, pagas mensuales, reducción de las cadencias, horarios flexibles, etc. Por tanto, si toda negociación de este tipo se inscribe en el tiem- po, el dominio del tiempo forma parte de lo que entra en juego. Además, como subraya Renaud Sainsaulieu, el tiempo puede ser una buena carta, entre otras, para los que, por su competen- cia técnica o su puesto elevado en la jerarquía, pueden fácil- mente desarrollar una estrategia, mientras que para los peones, simples ejecutores, el tiempo sólo es sinónimo de desgaste, antigüedad y monotonía32. C. La organización percibida y vivida: el inconsciente y la ima- ginación como mediadores La organización desarrolla un sistema formal-informal cuyas ra- mificaciones se entrelazan con una complejidad creciente, a medida que el tiempo transcurre. Este sistema se traduce en los comportamientos de los miembros de la organización que lo perciben y lo viven. El individuo capta su situación en la organización por medio de mecanismos sensoriales y cognoscitivos que son limitados: 1) Sólo ve, escucha y vive lo que la organización -esencialmen- te la dirección y sus compañeros- pone a su alcance; 2) Ve, escucha y vive lo que la organización pone a su alcance, según sus motivaciones y a través de de las representaciones en que el inconsciente y la imaginación intervienen como media- dores entre sus mecanismos perceptivos y cognoscitivos, y la organización. En efecto, los modos operativos o relacionales, surgidos del sis- tema formal- informal, tienen una función inconsciente que se añade a su función manifiesta. Con ocasión de una investiga- ción- acción que marcó época en la breve historia de la psicoso- ciología, Elliot Jaques demostró que los individuos pueden utili- zar los sistemas de roles y normas institucionalizados en la organización para reforzar sus mecanismos de defensa contra la ansiedad33. ¿Cuáles son las fuentes de esa ansiedad? La organización y el grupo son lugares en que están en tensión la unidad indispensable para el logro de los objetivos y la com- plejidad resultante de la división del trabajo y del sistema infor- mal34. Esta tensión se realiza en detrimento del individuo que ve que no se toma en consideración ni su propia complejidad. De ahí deriva una angustia de parcelación y una pérdida de identi- dad, cuyo mecanismo podemos intentar desentrañar, de modo muy esquemático. Lo que esencialmente interesa a la organización en el individuo son sus capacidades cognoscitivas y operativas, necesarias pa- ra el cumplimiento de la función asignada; las "zonas" afectivas de su personalidad, así como sus demás conocimientos y aptitu- des, solo se toman en consideración a titulo de mantenimiento, como el aceite que evita los rechinamientos y los roces. Aqui apa- rece la angustia de parcelación que hallará causas de refuerzo en a parcelación del trabajo y la de las imágenes relacionales, por adoptar los términos de un artículo de Eugène Enríquez35. La parcelación de las imágenes relacionales reside en el hecho de que la organización y sus múltiples actores sólo pueden en- UNTREF VIRTUAL | 11 Psicosociología de las Organizaciones François Petit 32. Cf. L'identité..., o.c., p. 361-364. 33. Cf. Elliott Jaques, Des systèmes sociaux comme défenses contre l'an- xiété dépressive et l'anxiété de persécution (trad. fr.), en André Lévy. o.c., t. 2, p. 546-565, e Intervention et changement dans l'entreprise (trad. fr.), Dunod, Paris 1972; cf. infra, parte segunda, cap. 3, 1. 34. Cf. supra, I, A, 1 y II, A. 35. Cf. Eugène Enriquez, Imaginaire social, refoulement et répressions dans les organisations, "Connexions" 3 (1972) 74-75.
  • 12. viar al individuo imágenes parciales y tendenciosas de sí mismo, imágenes fragmentadas en que no puede reconocer su unidad y complejidad; de ahí el sentimiento, a menudo experimentado por el individuo en las organizaciones, de perder su identidad. Para defenderse contra la angustia de parcelación y la pérdida de identidad, el individuo utiliza lo que le es familiar, lo que vive cotidianamente y que es, paradójicamente, la fuente misma de sus angustias: la organización. En efecto, como advierte Jean- Claude Rouchy, el individuo puede asignar dos imágenes incon- scientes distintas a la organización: "una imagen material ar- caica (…)": "un útero en donde alojarse o, al contrario, una ima- gen destructora que da consistencia a sus propias angustias y facilita la proyección de sus pulsiones agresivas". La organización adquiere una dimensión fantasmática. Así, En- ríquez analiza la organización como una instancia inhibidora y represiva cuya función consiste en canalizar los deseos y, en los casos más extremos, censurarlos y aniquilarlos37. La organización, como lugar de lo imaginario, puede suscitar análisis de carácter más psicosociológico, los cuales no exclu- yen los aspectos psicoanalíticos que acabamos de evocar. En efecto, los miembros de las organizaciones se enfrentan con una vida cotidiana anxiógena ante todo porque les es difícil cap- tar todos sus intríngulis. La organización supera siempre al in- dviduo , incluso al que está situado en la cumbre de la jerarquía. Una manera de dominar, explicándola, esa vida cotidiana y de defenderse contra la ansiedad consiste en segregar unos mitos que aporten una explicación coherente a la situación tal como es vivida, y que tienen también una facultad movilizadora. Así, en una tesis de psicología social, Henri Déroche, ex alum- no de la E.N.A., estudió los mitos administrativos. Según dicho autor, los administrados, así como los funcionarios, tienen difi- cultad en comprender el Estado y su enorme máquina adminis- trativa, lo cual les lleva a desarrollar unos comportamientos de tipo mágico-religioso. Ejemplo: entre los funcionarios, Déroche observa la presencia del mito del "lío" (pépin), acontecimiento fortuito de consecuen- cias desgraciadas, señal de un destino ciego; a título de ilustra- ción, el autor cita la omisión de una formalidad por inadverten- cia o ignorancia. Las consecuencias eventuales son magnifica- das por la imaginación de los funcionarios, con una exageración desproporcionada a los riesgos -teóricamente- afrontados: se sabe que, salvo en ocasiones de una gravedad excepcional, el funcionario no arriesga jamás su empleo. Ello hace pensar en el mito del lobo que justifica las angustias infantiles. Del mismo modo, el mito del lío permite a los funcionarios explicarse sus angustias ante la enorme máquina administrativa, y con ello dar una base racional a todo un conjunto de precauciones y ritos de protección: multiplicación de los formularios, de los duplicados, los visto bueno y firmas de los superiores jerárquicos, las refe- rencias a la reglamentación, etc.; prácticas que Henri Déroche vincula, sin juego de palabras37b, a un mito del "paraguas"38. Se trata de dos ejemplos de mitos entre otros. En las organiza- ciones industriales, hay mitos que tienen un gran poder movili- zador; es el caso, sobre todo, de los mitos de la unidad, de la anar- quía y de la meritocracia estudiados por Renaud Sainsaulieu39. A lo largo del presente capítulo hemos intentado descubrir, más allá de su necesaria unidad, la complejidad de la organización, por el estudio de sus diferentes niveles y de algunas claves ge- nerales de análisis. A partir de ahora nos parece indispensable dar cuenta de dicha complejidad, adoptando un enfoque sistemático, sobre todo cuan- UNTREF VIRTUAL | 12 Psicosociología de las Organizaciones François Petit 36. Jean-Claude Rouchy, Phénomènes inconscients dans les groupes et les organisations, "Connexions" 1-2 (1972) 96. 37. Eugène Enriquez, art. cit. 37b. Téngase en cuenta que la palabra francesa pépin tiene en argot dos sentidos: No y paraguas. (N. M T.). 38. Henri Déroche, Les mythes administrat(fs, P.U.F., París 1966, p. 86-94. 39. L'identité..., o.c., p. 51-54.
  • 13. do nos veamos obligados a analizar un elemento o un aspecto de la organización. Dicho de otro modo, sea cual fuere el fenómeno observado, conviene superar su estudio intrínseco para abordar el de sus relaciones de interdependencia con otros fenómenos. Ello vale para el individuo, al que hay que considerar en sus re- laciones con otros individuos, con los grupos a que pertenece y se refiere, con la organización de la que tiene una representa- ción global. Ello vale para el estudio del grupo, que se debe analizar en su interdependencia con los demás grupos y la organización en su conjunto. Ello vale para la organización que hay estudiar en sus rela- ciones con los actores individuos o grupos que la componen y con el entorno tal como lo hemos definido. Del mismo modo, un enfoque sistemático conduce a la psicoso- ciología a contemplar las relaciones entre la organización pre- vista y prescrita y la organización vivida y percibida, y entre lo que se dice en la organización y lo que no se dice, mantenien- do siempre una perspectiva temporal. UNTREF VIRTUAL | 13 Psicosociología de las Organizaciones François Petit