Movilizaciones en Colombia y América Latina: análisis de las protestas en la región
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Movilizaciones en Colombia. ¿Quiénes conduce, y hacia dónde?
Como son las cosas, cuando son del alma (del registro poético, casi sin nombre. Pero,
enhebrando ideas y palabras; no paso de largo). Ante sucesivas movilizaciones y su referente,
pensado y asociado a un paro. Previa convocatoria de comité de paro heterogéneo. Algo así
como sumatoria de posiciones de difícil entendimiento. Por lo mismo que se expresan
diferentes vocerías. Cada una con mirada absolutamente diferente al entendido de unidad de
mando.
Ahora bien, los referentes cercanos podrían ser Chile, Nicaragua y Bolivia y Venezuela
Obviamente con motivaciones diferentes. También con términos relacionales un tanto
circunstanciales. Pero, al mismo tiempo, con expresiones tan complejas, que podríamos decir
que ameritan análisis especializado.
Nicaragua
En Nicaragua es un conflicto originado en la condición de crisis de lo que fuera el Frente
Sandinista de Liberación. Como añoro, de mi parte, aquellos tiempos en que tejimos la
solidaridad con su lucha (la del Frente Sandinista de Liberación); por el derrocamiento de
Anastasio Somoza Debayle. En ese escenario un tanto parecido al cuerpo político y de
revolucionarizaciòn en Cuba. Allí (en Cuba) con unidad de mando nítido en política y en
ideología. En puro combate a las hueste imperiales emparentadas con el cuerpo doctrinario de
Fulgencio Batista.
No era, entonces, la diversidad en el mando político y militar. El icono de Sierra Maestra y de
sus combatientes. Con horizonte perfectamente comparado con el imaginario, a manera de
ejemplo, no ampuloso, ni simplemente mediático, aunque con fisuras no decantadas en su
momento. En pasado reciente escribí un artículo, a propósito de la convocatoria realizada por
parte de un grupo político revolucionario en Venezuela. Una especie de expresión ortodoxa.
Diría yo, parecido a lo que significó el Movimiento Amplia Socialista (MAS). La motivación
circunstancial tuvo que ver con el recuerdo de la figura de Fidel Castros, en un aniversario de
su muerte. Decía yo, en ese entonces.
(…) No en vano se dice de él que nació para la revolución. Para orientar la transformación.
Habida cuenta de su talante, incluido el don de la palabra. Y de lo gestual, como lenguaje
ameno y sólido. Siendo así, entonces, su vida fue recorriendo el universo. En busca de la
libertad. En ese proceso, del paso a paso, niño miraba el universo. La suya, metida en el
arrebato, sólida y en vuelo absoluto.
Y empezó, así, una gesta. Desde ese proceder de familia sin afugias. Pero, él mismo, pensando
que lo que se ve puede ser destruido y reconstruido. En esos afanes. Retomando la holgura
intelectual de José Martí. En un volver atrás, bebiendo en las fuentes. Tal vez conociendo lo
Marx y Lenin, por la vía de su tozudez. De aquel sujeto empeñado en viví viviendo lo habido.
Tanto en su patria, como en el contexto político internacional. Una apuesta un tanto breve y
liviana, en su primer vuelo libertario.
Empezó a no saber claudicar. A empoderarse de esa personalidad avasalladora. Con esa
palabra intrépida e herética. Sin confundir roles. De aquí y de allá. Con mirada insaciada.
Hurgándolo todo, como quien, en premonición primaria, sabía que los textos, en su lectura,
ilustran; pero también deben ser entendidos y aplicados. Un horizonte no benévolo. Por lo que
era expresión del dominio y el poder bastardo. Unas ínfulas, las de Batista, unidas a las
perspectivas del imperio. Y, en la expresión moderna, una definición de cuño.
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Como, se fue tejiendo su pulso bravo. Y cómo encontró eco en sus pares; es algo no dilucidado.
Por lo mismo que en el ir yendo de cada sujeto, prima y es fundamental, lo que cada uno o
cada una tenemos de autonomía en la visión y en la acción. O, sino que lo encontremos en la
palabra y la acción de Aideé Santamaría. O, sino que lo vemos en Camilo Cienfuegos. O, en
Ernesto Guevara (Cano G., Luis Parmenio-2016).
Ahora bien, El Frente Sandinista de Liberación, fue decantando su ejercicio político y, en
principio, también, ejercicio militar. Su referente estaba asociado a lo que fuera César Augusto
Sandino, enarboló banderas, en preciso, aupado por el pueblo nicaragüense. En todo lo que
esto supondría como , en ese entonces, mandato político revolucionario. Desde mi
interpretación, hoy por hoy, la decantación política y militar, iría permitiendo la aparición de
profundas fisuras no inmediatistas. Algo así como cuando se iría prefigurando una conmoción
en su centro político de dirección. Lejos estaba ya su origen en 1961, cuando Carlos Fonseca,
Francisco Buitrago, Jorge Navarro, Silvio Mayorga, Germán Pomares y Tomas Borge, fueron
construyendo el Frente Sandinista de Liberación Nacional. Cuando, en 1969de produjo la
primera acción político militar. Cuando, se produjeron el asalto al Cuartel Waslala (como
rememorando el asalto al Cuartel Moncada en Cuba). Y, entonces vino lo de Jinotega y
Matagalpa. Siempre con la mira puesta en el cobate al Imperio Norteamericano y su nexo con
Anastasio Somoza y su régimen.
Todo fue pasando en un contexto político en América Latina. Sucesivas acciones fueron
consolidando la revolución. Inclusive con la posición de la OEA, como siempre de lado de
Estados Unidos. Así como sucedió con Cuba.
El punto de quiebre se produjo en 1990, cuando Violeta Chamorro ganó las elecciones
presidenciales. Queda constancia del proceso posterior la voz en el camino de Gioconda Belli,
en su poema “no me arrepiento de nada”.
Lo cierto es que el cuerpo de dirección del Frente Sandinista de Liberación Nacional empezó a
declinar de lo que antes fuera su potente dirección política. Recomiendo el texto “La
Revolución Abortada”, escrito por Orson Mojica, quien analiza y contextualiza el periodo 1979-
1990.
Retomando el hilo conductor, el proceso de declinación del Frente Sandinista de Liberación
Nacional. Daniel Ortega Saavedra, asume el mando político; después de la crisis de 1990. Y
aparece como cualquier caudillo tradicional. En el hoy presente se erige como opción política
totalitaria. Por los vericuetos propios de un ejercicio que traiciona el fundamento revolucionario
de la organización política que soportó todo el proceso de liberación. Ese es el escenario en el
cual se produce las acciones populares en contra de su gobierno. Una organización ambivalente
y fisurada.
Bolivia
La situación producida en Bolivia, una que vez que. Evo Morales, cometió el absoluto error de
aspirar a otro mandato. Pero más aún, cuando pretendió alzarse con las elecciones del 10 de
noviembre de 2019; a costa de un tejido burdo para alterar los resultados, pretendiendo con
esto desvirtuar el resultado real que no le permitía ser ganador en primera vuelta; ya que el
porcentaje obtenido por èl y por Carlos mesa, obligarían a segunda vuelta.
Evo Morales, presidente de la República de Bolivia desde 2006, extendió su mandato hasta
2019, por medio de procesos no propiamente democráticos. Llegó a las misma mismo
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soportado en diferentes fuerzas políticas heterodoxas, agrupadas en el MAS (Movimiento al
Socialismo) pero con mayoría de respaldo indígena, dirigió al país configurando una política
económica muy diferente a la política económica, por ejemplo, de Noclas Maduro Moro, en la
República Bolivariana de Venezuela. Aplicando medidas que perimieran el equilibrio entre el
modelo económico anterior a su gobierno y decisiones nacionalistas. Luis Alberto Arce Catecora,
ejerciendo como ministro de economía y hacienda, desarrolló una política que le permitiría a
Bolivia bajar índices0 de inflación y la estabilidad monetaria.
Ahora bien, el ejercicio gubernamental de Evo Morales, fue traduciendo en fortaleza, su opción
que pudiera ser tipificada como populismo, el respaldo de la mayoría indígena del país; así
como también con el respaldo de los militares. Es de aclarar que precisamente Bolivia, ha sido
uno de los países de América Latina, que ha soportado más gobiernos en cabeza de militares.
El caso de 1979, cuando se produjo la crisis política y de gobierno; teniendo como
protagonistas a los militares Luis García Meza y Julio Alberto Natuch Buch. En un interregno
definido como vacío de poder; la Confederación Obrera Boliviana (COB) fue incapaz de asumir
el poder y, en su defecto, Lidia Gueiler asumió como presidenta. Algo parecido con lo que
sucedió el 10 de noviembre de 2019, con la asunción a la presidencia de Janine Añez, luego de
la “renuncia” de Evo Morales. Las fuerzas militares que hasta el día de las elecciones en octubre
de 2019, apoyaban a Evo Morales; el 10 de noviembre le retiraron su respaldo.
En Bolivia, entonces, se configuró otro vacío de gobierno. Todo a pesar de que las mayorías
indígenas han mantenido su respaldo a Evo Morales. En consecuencia, hoy por hoy, Bolivia vive
un estado de conflicto que enfrenta a los indígenas y quienes hacen parte de la denomida
oposición democrática respaldada por las fuerzas militares y alentada por Carlos Mesa en
nombre de su partido político “Alianza Ciudadana”
Chile
En Chile, se ha exacerbado el conflicto e todo el presente y pasado reciente. Las movilizaciones,
han tomado fuerza; a partir de la incitación proveniente de grupos sociales y políticos.
Cuestionan la política del actual presidente Sebastián Piñera. De paso, señalo que éste (Piñera)
se ha destacado internacionalmente por participar de la coreografía perversa en contra de la
República Bolivariana de Venezuela. Ha pretendido liderazgo, por la vía de inmiscuir a Chile en
el Grupo de Lima. Creado en agosto 8 de 2017.Y participan, además, Perú. Colombia, Paraguay,
Panamá, Canadá, Argentina, Brasil, Guatemala, Méjico, Costa Rica. También algunos países
caribeños.
Decía, entonces, que el escenario en Chile, ha venido decantando algunos aspectos relacionado
con lo que es, hoy por hoy, la política económica y social. Considero pertinente, contextualizar.
Por la vía de entender un poco la dinámica que ha prevalecido.
Diría, en ese sentido, que en la historia política chilena, siempre ha habido movimientos en
contra de sucesivos gobiernos. En particular, en la década de los sesenta, surgió el MIR
(Movimiento de Izquierda Revolucionaria (1965), liderado por Miguel Enríquez. Una
organización política armada. Asumiendo como horizonte fundamental el combate a la
burguesía y al estado. Incluyendo a los grupos campesinos, la clase obrera y, en general, como
lo diría su manifiesto “Una patria libre y digna para todos” El soporte ideológico reivindicaba la
validez del marxismo-leninismo. El punto más alto del MIR, fue el año de 1970. Con gran
despliegue en las barriadas de Santiago. Y, de una u otra manera, se constituyó en firme aliado
del Partido Socialista liderado por Salvador Guillermo Allende
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Chile vivió una violenta represión. Tal vez la más ignominiosa y brutal en América Latina.
Después de septiembre de 1973, cuando la Junta militar, liderada por Augusto Pinochet.
Instauró, a sangre y fuego la dictadura. Solo comparable con la represión desatada por parte
de la Junta Militar en Argentina.
Una vez derrotada la dictadura militar (1990) el contexto pasaría ser la restauración de la
democracia. Al menos en lo que esta tuvo de la realización de procesos eleccionarios
Entonces, se configura un proceso, en la intención de consolidar las condiciones políticas
alcanzadas. Sucesivos gobiernos, se produjeron. Ricardo Lagos (2000-2005), Michelle Bachelet
(2005-2010,2015-2018), Sebastián Piñera (2010-2015,2018…), Patricio Ayhin (1990-1995)
Hay que recordar que el modelo económico chileno, empezaría a implementarse, reivindicando
el grupo denominado Escuela de Chicago, a partir de 1990. Un tipo de economía anclada en la
economía de mercado. Precisamente, este modelo lo copiaron muchos gobiernos en América
Latina. Un caso que tocó a nuestro país. Tiene que ver con el mandato de César Gaviria.
Además, el entonces Senador Álvaro Uribe Vélez, participó y fue líder en su pro en la
presentación de la Le 100; y la Reforma Laboral..
Cuando ese modelo (el chileno) demuestra que el correlato aumenta el desempleo. La situación
de las masas obreras, campesinas y estudiantes. Se fueron enhebrando acciones.
Cuestionando el régimen y proponiendo una reforma constitucional. El pueblo chileno siempre
ha sido guerrero.. Entonces, las expresiones han sido generalizadas. Pero, en pleno
reconocimiento, la construcción del proceso, tal parece que es sumatoria de fuerzas hetedoxas
. Comoquiera que el pliego de peticiones no ha sido coherente Una especie de vacío-
mandatario se ha constituido en referente de las movilizaciones.
Chile, también tiene conflictos no resueltos. Ni durante los dos periodos presidenciales de
Michell Bachelet. Uno tiene que ver con Bolivia, Ni más ni menos que el despojo territorial del
Departamento del Litoral. Ese despojo fue la conclusión de la Guerra del Pacífico desde 1879 a
1884, Perú, también fue despojado de parte de su territorio Departamento de Tarapacá y
otros).
El origen de conflicto, tuvo que ver con las aspiraciones chilenas, en términos del guano, el
salitre y la plata..
El otro conflicto no resuelto tiene como como protagonista al Pueblo Mapuche. Indígenas que
han peleado con los gobiernos centrales- Por su cultura; su territorio y su territorio. Han sido
arrinconados en el desierto Atacama.
Douglas Bravo Mora (marzo 1932) destacó por proponer y realizar acciones que podrían
tipificarse como guerrilleras. Dirigió la FALN y fue militante del Partido Comunista Venezolano.
Ahora bien, no se puede olvidar que, antes de Hugo Chávez, en Venezuela ejercieron
poder político (entre otros), presidentes como Rafael Caldera (Democracia Cristiana,
1969-1974 y 1994-1999) y Jaime Ramón Lusinchi (1984-1993, Acción Democrática).
Todos ellos usufructuaron la bonanza económica venezolana, derivada de grandes
reservas petroleras, inclusive Rafael Caldera, en su momento, ejerció como mentor
politico de Hugo Chávez Frías.
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Venezuela
Un análisis de la situación que vive la República Bolivariana de Venezuela. Particularmente
en el caso patético del liderazgo de Hugo Chávez hasta 2013 y de Nicolás Maduro, hasta
hoy. Requiere una contextualización. Fundamentalmente en lo que significa la posición del
presidente de Colombia; de los gobiernos corifeos de Donald Trump amparados en la
razón social denominada el Grupo de Lima.
Por lo mismo, entonces, me parece pertinente copiar un artículo que escribí en abril de
2019.
(….) El día martes 30 de abril de 2019, Juan Guaidò, quien se ha autoproclamado (con la
ayudantía del gobierno de Estados Unidos de Norteamérica, de los gobiernos que integran el
denominado Grupo de Lima y de algunos países de la Unión Europea) presidente interino de la
República Bolivariana de Venezuela; realizó burda maniobra de “liberación” de Leopoldo López,
apoyado por un exiguo número de militares venezolanos en la base “La Carlota en Caracas. Por
esta misma vía, convocó a alzamiento general de la población y de la cúpula militar para
derrocar a Nicolás Maduro.
En elemental análisis del hecho, queda claro que la opción propuesta por Juan Guaidò, no
es otra cosa que delito asimilado a lo que en Colombia se denomina rebelión. Es
decir, la convocatoria, debe ser entendida como posición en contravía del mandato
constitucional en Venezuela. Nicolás Maduro Moro, es el presidente. Por lo tanto, entonces,
cualquier acción que pretenda deponerlo tiene que ser entendida por fuera de la normatividad
vigente. En Venezuela y en cualquier país del mundo, constituye delito. Quien o quienes la
promuevan son sujetos inmersos en el mismo y deben ser procesados en el contexto del poder
judicial y sus instrumentos jurídicos válidos y vigentes
Ahora bien, existe un agravante: Juan Guiadò actúa con el respaldo de gobiernos extranjeros.
De por sí, esto, constituye otro delito asimilado a traición a la patria. Por lo mismo que
se configura una confabulación con esos gobiernos extranjeros para actuar en contra del
gobierno legítimo, en este caso, de la República Bolivariana de Venezuela.
Desde mi opción conceptual y política precisa, escriba un artículo “Nicolasito, a propósito
de una revolución socialista espuria”. En el mismo tipifico al gobierno de Nicolás
Maduro y,, en general, el denominado movimiento politico chavista; como una
opción política, económica e ideológica en contravía de los postulados del marxismo
ortodoxo, teoría absolutamente necesaria, tratándose de cualquier revolución
socialista cierta, creíble.
Quiere decir lo anterior que no postulo una defensa del gobierno actual en Venezuela. De lo
que se trata, al menos de mi parte, es de señalar que el presidente de la República de
Colombia, ha venido ejerciendo como idiota útil en el proceso liderado por el presidente
de Estados Unidos de Norteamérica, de los integrantes del Grupo de Lima y de algunos países
de la Unión Europea. Ha auspiciado el éxodo hacia nuestro país de venezolanos y venezolanas;
por la vìa impropia del populismo aberrante; aprovechándose de las necesidades de un
amplio sector del pueblo venezolano. Inclusive, modificando la estructura
económica de nuestro país (ver mi artículo “Flexibilización de la regla fiscal”). Es
absolutamente claro que Colombia no tiene la capacidad económica ni de
infraestructura para soportar el impacto causado por el ingreso masivo de población
venezolana. Ni siquiera en nuestro propio país, sucesivos gobiernos, han logrado
superar las inmensas desigualdades. Como prueba de ello està la situación en todo
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el pacífico chocoano, en los departamentos de Nariño, Cauca y Valle del Cauca (ver
mi escrito sobre Buenaventura). Santa Marta no tiene servicio de acueducto;
Cartagena sigue partida en dos: la de mostrar a turistas y aquella en donde no
existe ni acueducto, ni alcantarillado. La Guajira sigue sin agua. A líderes y lideresas
sociales los siguen matando de manera general y selectiva. Los y las indígenas
siguen siendo tratados como si fuesen quistes que es necesario extirpar (ver mi
artículo “Dónde está el presidente”).
Además, el gobierno de Iván Duque Márquez, no ha honrado el compromiso inherente a
relaciones exteriores entre los países. Al respeto de la inmunidad diplomática. Prueba de ello,
tiene que ver con su actitud permisiva ante la violentación de la sede del Consulado
de Venezuela en Bogotá D.C., promovida por manifestantes venezolanos el día 30 de
abril de 2019.El hecho de la ruptura oficial de relaciones de Colombia con la República
Bolivariana de Venezuela, no constituye justificación. Tanto la sede de la embajada y de los
consulados, siguen teniendo el estatus que le confiere la normatividad internacional.
Corresponde al pueblo venezolano, de manera soberana, luchar por superar la
honda crisis política, económica y social hoy vigente en la República Bolivariana de
Venezuela. Nosotros, como colombianos, no podemos validar la opción propuesta por el
presidente Iván Duque Márquez. Por lo mismo que, esa opción, es constitutiva de
injerencia ilegítima en los asuntos internos de Venezuela. Esa opción no está
centrada en reivindicar el derecho internacional humanitario. Es, màs bien, la
participación irresponsable en la orquestación muy propia de lo que ha sido la politica de
sucesivos gobiernos de Estados Unidos de Norteamérica. Con respecto a Amèrica Latina y, en
general, en contra de los países que no han alcanzado un nivel de desarrollo que se pueda
equiparar con el pleno desarrollo en el contexto del capitalismo. Con el agravante, inclusive,
que el gobierno de Donald Trump ha venido promoviendo una intervención militar en
Venezuela. (Cano G., Luis Parmenio. “El gobierno colombiano Vs. gobierno
Venezolano).
Colombia
En Colombia, a partir de noviembre 21 de 2019, se han producido sucesivas movilizaciones con
participación de amplios grupos de personas. Una convocatoria por parte del “Comité de paro”,
exhibiendo como propósito fundamental un listado de reivindicaciones. No ha sido,
propiamente, un programa definido. En la ortodoxia revolucionaria, entiendo convocatoria y
movilización con un eje programático bien definido. Con propósitos coherentes. De mediano y
largo plazo. Un apuntalamiento centrado en la clase obrera. Que permita un ejercicio sin fisuras
inconvenientes.
Ahora bien, como he planteado arriba. En lo que está sucediendo con las movilizaciones en
Colombia, aparece hilo conductor diverso. Con participación de lo que en la teoría amorfa se
define como “amplias capas de la sociedad”. Si se quiere en el universo teórico de la psicología
conductista. Estaríamos ante una locomoción de masas parecido a lo que plantea Manuel
Castell en “Comunicación y poder”. Ese entramado propio de lo que se entiende como “el
Mayo Francés. Pero también en la denominada pulsión de las masas estudiantiles bajo la
conducción Daniel Cohon Bendit. Jacques Lacan, produjo soberbios escritos con mensajes
precisos respecto al significado del lenguaje y el rol de los individuos en el proceso de
construcción de alternativas en contra del poder, En Hong Kong, las movilizaciones se convocan
por diferentes sectores sociales. En la intención de no dejar pasar la decisión política tomada
por el gobierno chino y relacionada con las extradiciones.
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La Plaza de Tlatelolco fue testigo de la matanza de estudiantes y , en general de sectores de la
población, en octubre de 1968 en Méjico. La Plaza de Tiananmen en China, también fue testigo
de las movilizaciones de jóvenes estudiantes y otros sectores de masas en China 1989.
Ahora bien, de lo que se trata es de advertir que, no necesariamente los movimientos de masas
sean sinónimo de canto a la libertad y de revolución No hay que olvidar, por ejemplo, las
movilizaciones de los camisas negras en Italia reivindicando la política de Duche (Benito
Mussolini O de la movilización de jóvenes en apoyo a Adolfo Hitler.
Lo cierto es, entonces, que en América Latina se viven tiempos de expresiones masivas. Trataré
de contextualizar los casos de Nicaragua, Chile y Bolivia en una opción de interpretación que
pretende dilucidar el sentido y diferenciación entre política, ideología y movimientos de masas
espontáneos.
Yo diría, en consecuencia, que en el caso colombiano hace presencia la movilización
espontánea, con derroteros difusos. Las reivindicaciones no son otra cosa que sumatoria de
peticiones. Incoherentes; sin una conducción política. Las Centrales obreras, en su
participación, dan cuenta de simples acompañamientos puntuales. Ya que éstas (las Centrales
Obreras) nunca han tenido don de mando. Hace mucho tiempo los sindicatos en Colombia, no
son otra cosa que figuras de organizacionales del día a día. Las huelgas no son, propiamente,
jalones de combate clasista. Es más, los sindicatos obreros no tienen inserción importante en
los movimientos populares. La mayoría de sindicatos importantes agrupan trabajadores y
trabajadoras de entidades estatales. Con énfasis, a manera de acotación, en los sindicatos de
trabajadores y trabajadoras de la educación. A los sucesivos gobiernos burgueses nu7nca los
lastimarán los paros en estos sectores. Quiero decir, enfatizando, que el movimiento obrero
dejó de ser referente claro en la lucha de masas en Colombia.
Los sindicatos son, para mí, ese tipo de organización que permite juntar voces y acciones,
y proyectos, y luchas colectivas. No solo lo entendido así; sino que mi participación con
ellos siempre fue en esa perspectiva. Recuerdo como, desde mi opción política, mi historia
supuso tratar de acceder a una tipificación. Como en ese encontrarse con pares. En el
proceso de dilucidación de lo que éramos como individualidad, contada a partir de enhebrar
lo individual y lo colectivo. Un registro memorístico que me permite, en el presente,
una recordación. Un hilo conductor lógico, en lo que esto tiene de conciliar organización y
teoría. Siendo así, entonces, miro hacia atrás. En aquellas discusiones y acciones de
convocación plena. Es decir, cosiendo la huelga a uno o varios momentos históricos.
Aceptar la teoría del socialismo potente, tratando de encontrar el camino preciso.
Una posición, la mía, desarrollando la teoría de la organizaciones obreras. Con una
aplicación creativa de la teoría leninista y trotskista. Todo, en un universo de
posibilidades y la combinación de estas. Lejanos están, por cierto, los periodos
dinámicos en que, paso a paso, acumulaba perfiles, al momento de enfrentar un
proceso determinado. Para mí, sigue siendo claro que el fracaso no es de la teoría
marxista, leninistas trotskistas. El fracaso fue y será de las teorías y acciones
estalinistas
En eso de ir yendo en luchas concretas; fui asimilando la noción básica del movimiento
obrero. Con claridad absoluta. No reniego, ni tengo porque hacerlo, del soporte válido del ser
en sí para sí. Asumiendo, de verdad, el vuelo teórico y práctico de la dirección de la clase
obrera en el proceso revolucionario. Anti capitalista. Y es que lo fundamental esta está
dado. La burguesía sigue siendo la usufructuaria del proceso de acumulación
capitalista, sobre los hombros de las obreras y los obreros. Otra cosa es que, en esa
dialéctica necesaria, este poder ha derivado en la configuración de lo que yo he
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llamado siempre “bloque de clases en el poder”. Entenderlo así, supone el manejo de
vertebración de un dominio. Transitando por los momentos y períodos en que, la
burguesía, se adapta a procesos como los de la globalización.
Entonces, la burguesía industrial, comercial, financiera y agraria; se erigen comobeneficiarias directas.
Inclusive, por la vía más virulenta, el capital financiero ejerce como punta de lanza de esos sectores
burgueses en el poder.
A pesar de esto, nunca he caído en la simpleza y torcida teorización que permite
“desplazamientos” proclives a subsumir el concepto de lucha de clases anclado, en
hegemonías de los y las trabajadores (a) al servicio del Estado y/o de las entidades de
bienes y servicios. Haciendo soporte en las entidades y empresas financieras. En lo que
Marx definió como empresas capitalistas que no producen ningún tipo de plusvalía. De eso
dan cuenta los Grundises (Elementos Fundamentales para la Crítica de la Economía
Política 1857-858). Marx propone una interpretación en la cual, la plusvalía se origina en el
costo no pagado a los obreros y obreras que trabajan en las fábricas y centros de
producción de mercancías que, en su base, tienen el soporte plusválico concretos. Así,
entonces, hace expresión en la cual, los otros sectores de la burguesía solo hacen
construcción del capital ocioso. Por una vía, en la cual, la burguesía financiera y comercial se
entronizan como soporte fundamental del bloque de clases en el poder. Caso aparte, es la
participación de la burguesía agraria.
En esto de buscar verdades en torno a los decrépitos (no necesariamente en alusión a sus
edades) dirigentes sindicales en nuestro país, tengo que señalar lo que ha sido mi
recorrido. La más expresiva, tiene que con la confrontación a mis pares. Tanto como
proponer un entendido en el cual se pueda valorar la significación que adquiere un paro por
parte de los trabajadores (como lo hice arriba) de las empresas de bienes y servicios y los
trabajadores y trabajadoras estatales. Si los comparamos con las huelgas obreras, resulta
que estas últimas son las que se pueden exhibir como la exacta confrontación y nervio de la
burguesía industrial. Los obreros y obreras, en la historia de los las luchas anticapitalistas.
Nada que ver entre una cosa y la otra. Por ejemplo, mi visión y perspectiva, sigue
colocando la huelga obrera como centro.