2. Las quemaduras son una de las principales causas de
morbimortalidad en la población pediátrica
La mayoría de los pacientes recibe su primera atención
por parte de médicos pediatras o cirujanos generales y,
cuando las circunstancias lo requieren, son derivados
hacia centros especializados de mayor o menor
complejidad.
El retraso promedio hasta dicha derivación en los casos
graves suele ser de 3 a 4 días, por lo cual es de vital
importancia que las medidas adoptadas durante ese
lapso sean las adecuadas para optimizar el pronóstico
de este tipo de pacientes.
3. Los cuatro tipos de lesiones por quemadura son:
térmicas
químicas
eléctricas
radiación.
4. La evaluación inicial adecuada del niño con una
quemadura es de vital importancia para poder decidir
entre el tratamiento ambulatorio y su internación en el
centro adecuado, según criterio de gravedad. La misma
se estima según la extensión y profundidad de la lesión,
su localización y la presencia o no de factores
agravantes.
5. Para determinar la extensión puede usarse la Regla de
los 9 de Pulasky y Tennison, a partir de los 15 años; y en
los niños menores debe adecuarse el cálculo de la
superficie corporal quema- da (SCQ) según las
proporciones corporales de Lund y Browder
6. Para estimar la profundidad, debemos conocer algunas
características macroscópicas propias de cada tipo de
quemadura
7. En caso de lesión térmica, es fundamental limitar el
tiempo de exposición y neutralizar el calor, por lo cual
deben retirarse las ropas afectadas por la noxa (líquidos
calientes o fuego) y aplicar inmediatamente agua fría.
Debe evitarse forzar el arrancamiento de prendas
cuando éstas están adheridas a la piel y el enfriamiento
excesivo en caso de quemaduras extensas, en las que
se deberá secar y cubrir al niño con sábanas limpias
antes de ser llevado al centro asistencial más cercano.
8. Ante una quemadura química, se debe proceder a retirar
totalmente las ropas e irrigar profusamente la lesión,
intentando eliminar el agente por arrastre y evitando la
inmersión que podría provocar su diseminación
9. En caso de quemadura eléctrica debe separarse
inmediatamente del contacto por medio de algún
elemento aislante y desconectar la fuente de suministro
eléctrico.
Al llegar al centro asistencial, y luego de una adecuada
analgesia y sedación, se deberá realizar un lavado de
las lesiones con yodopovidona jabonosa u otro
antiséptico, buscando eliminar restos de piel quemada,
tratamientos caseros (den- tífrico, pomadas, grasa o
aceite, etc.) o sustancias contaminantes. Se realizará
entonces una cura oclusiva con apósito graso (gasa con
nitrofurazona) y vendaje adecuado que, además,
controlará la pérdida de calor y evitará la contaminación
10. Puede intentarse la hidratación oral en niños con
quemaduras menores al 10% de SCQ, sensorio
conservado, buena tolerancia oral y ausencia de
deshidratación o complicaciones que la contraindiquen.
Todo niño con lesión mayor al 10% de SCQ o fracaso de
la rehidratación oral tiene indicación de hidratación
intravenosa. Si la SCQ excede el 20% debe hidratarse a
través de una vía venosa central para permitir un
adecuado monitoreo hemodinámico (medición de PVC).
SCQ(SUPERFICIE CORPORAL QUEMADA)
11. Los objetivos del tratamiento de los grandes quemados
son, por orden de importancia: preservar la vida,
conservar la función, reducir la deformidad estética,
limitar las secuelas psicológicas y conseguir una
reintegración social plena.
Los pacientes con una superficie quemada > 10% o si
se afectan cara, manos o genitales requieren ingreso.
Inicialmente el niño quemado necesita las medidas
generales propias de la reanimación del accidentado
con algunas peculiaridades:
12. 1. Garantizar una vía aérea permeable. Seguimiento con
pulsioximetría y presión arterial.
2. Procurar un acceso venoso adecuado para la
reposición hidroelectrolítica. Las vías de elección son:
vena periférica en tejido no quemado, vena central en
tejido no quemado, vía periférica en tejido quemado y
vía central en tejido quemado, por este orden de
preferencia. Considerar la vía intraósea en el lactante
con dificultad de acceso.
3. Administración de analgesia. El analgésico utilizado
dependerá de la edad del niño y del tipo de quemadura
o procedimiento.
13. 4. Colocación de una sonda nasogástrica o nasoyeyunal para inicio
temprano de la nutrición enteral. En quemaduras faciales y/o
superficie corporal quemada (SCQ) superior al 50% se realiza una
gastrostomía endoscópica percutánea.
5. Protección gástrica mediante la administración de ranitidina 1,5
mg/kg/i.v. o 4 mg/kg/día por vía oral repartida en 1 o 2 dosis.
6. Control de la diuresis mediante sondaje vesical. La diuresis
deberá mantenerse entre 0,5-2 µl/kg/h.
7. Evaluación de las lesiones, incluido el examen del cuerpo en su
totalidad para buscar quemaduras que pudieran haber pasado
desapercibidas inicialmente. Las quemaduras bilaterales y
simétricas, con topografía en guante o calcetín, que acuden a
urgencias varias horas después del accidente y/o con versiones
diferentes por parte de los acompañantes, son altamente indicativas
de abuso.
14. Cuando sea posible, es preferible que los niños
pequeños estén fuera de la cocina mientras se prepara
la comida.
Mientras cocinamos, dirigir los mangos de las sartenes o
cazos hacia la pared para evitar que los alcancen.
Hemos de comprobar la temperatura de las comidas y
bebidas calientes que les damos a los pequeños para
darnos cuenta si se han sobrecalentado y evitar que se
quemen al probarlas o tragar.
Fijar los muebles de cocina al suelo o la pared para que
no se muevan. Así no podrán colocarlos para subirse a
ellos en lugares donde no queramos que lleguen.
15. Colocar los humidificadores en caliente o los vaporizadores
siempre en el suelo y fuera del alcance de los niños, ni al
aparato, ni al chorro de vapor.
No tener bombillas o lámparas que puedan tocar mientras
están encendidas: evitar los muebles bajos para colocarlas,
especialmente si la bombilla está al descubierto o la pantalla
se calienta demasiado.
Para prevenir quemaduras por electricidad, poner tapas sobre
cualquier enchufe eléctrico que esté al alcance de los niños.
Desechar todos los cables o extensiones eléctricas que estén
desgastados o dañados, ya que pueden resultar muy
peligrosos.
16. Mantener los productos químicos como los utilizados para la
limpieza a una altura inaccesible a los niños, o bien en un
armario cerrado con llave. Especial atención merecen las
quemaduras por caústicos como salfumán, lejía u otros
ácidos fuertes y abrasivos.
No utilizar envases de otros productos para guardar estos
productos químicos.
Mantener mecheros y cerillas igualmente fuera de su alcance
y, en la medida de lo posible, no utilizarlos delante de ellos.
No dejar velas encendidas donde los pequeños puedan
tocarlas o en lugares que puedan mover con el peligro de que
se caigan y prendan. Apagarlas siempre que no estemos
nosotros en la misma estancia.
17. Para evitar quemaduras en el baño es recomendable, si no
se tiene termostato regulador, primero poner el agua fría.
Comprobar la temperatura del agua con el codo o con un
termómetro antes de poner a los niños en la bañera o bajo el
agua de la ducha.
Tampoco hay que dejar a los niños que toquen las manijas de
las llaves de agua durante el baño.
Proteger la chimenea para que no se puedan acercar
demasiado a ella y para que no salten chispas o fragmentos
en combustión desde su interior hacia fuera. También
limpiarla con regularidad.
Colocar estufas y braseros en lugares donde no puedan
llegar a tocarlos y comprobar su buen funcionamiento.
18. También es aconsejable revisar periódicamente, en su
caso, el funcionamiento del calentador a gas y de las
botellas de butano que suministran fuego a la cocina.
Comprobar el buen funcionamiento de los radiadores
fijándonos en que no sobrepasen la temperatura
adecuada.
Aunque pensemos que no nos va a pasar nunca a
nosotros, puede darse el caso extremo y fatal de que se
produzca un incendio en casa. Por desgracia,
escuchamos trágicas noticias al respecto
frecuentemente. Muchos de los consejos anteriores
ayudarán a evitarlos, así como la revisión profesional de
todas las instalaciones eléctricas del hogar cada cierto
tiempo.
19. La atención inicial de un niño quemado es fundamental
pues signa su pronóstico. Así, el adecuado conocimiento
de una normativa terapéutica considerando los criterios
de gravedad, permite comenzar la recuperación clínica
del paciente y asegurar las correctas condiciones de
traslado al sitio indicado para proseguir el tratamiento.
Por desgracia, los accidentes caseros son muy
frecuentes y graves, incluso se cuentan como la primera
causa de mortalidad infantil en algunos lugares. Por ello
es tan importante tomar las precauciones que estén a
nuestro alcance para minimizar los riesgos. Las
quemaduras son uno de los accidentes más habituales,
y en la infancia, en niños menores de 4 años.