1. DISEÑO ACADÉMICO Y APRENDIZAJE COLABORATIVO
Para lograr un aprendizaje colaborativo efectivo, es necesario alejarnos de la posibilidad
que nos quedemos ingenuamente en buenas intenciones. Para ello, no basta decir que
promovemos el aprendizaje colaborativo porque dejamos a los estudiantes en libertad
de decidir de manera democrática su manera de construir sus conocimientos. Sobre
todo, porque no podemos pensar que espontáneamente lograrán desprenderse de
hábitos individualistas.
La construcción coordinada de conocimientos, mediante la aceptación de diversos
puntos de vista requiere que se desarrollen competencias apropiadas para tal fin, por lo
que es necesario que los docentes les enseñemos a trabajar en el entorno colaborativo.
Tal como refiere Roselli (2016), el aprendizaje colaborativo requiere una participación
importante del docente, ya que no es una aplicación elemental de trabajo grupal. Es
necesario lograr un intercambio y participación de todos los estudiantes para compartir
la construcción del aprendizaje.
Dentro del proceso, el conflicto cognitivo tal como lo conocemos, se genera socialmente
en la interacción de los estudiantes. Al conocer los diversos puntos de vista, es posible
que cada uno reflexione sobre el propio y pueda cambiar su posición. De esta manera,
se puede llegar a los consensos necesarios para arribar a conclusiones, en una valiosa
experiencia en la cual la ayuda mutua y el complemento de roles amplían y refuerzan el
aprendizaje.
Y esto implica trabajar en estrategias y en la planificación del diseño instruccional
cuidadosamente elaboradas, para ser aplicadas en cada momento del proceso. Se
requiere interacción efectiva, negociar y establecer consensos, trabajar
organizadamente, obtener información, analizar y elaborar conclusiones, y elaborar
algún entregable.
Posiblemente se debe comenzar de manera gradual, con pautas establecidas por el
docente, acorde con el modelo cooperativo, para que los estudiantes se vayan
adaptando progresivamente. La observación y el monitoreo de la manera como van
trabajando, debe conducir a una retroalimentación formativa que les ayude a mejorar su
interacción conducente al entorno colaborativo de manera más autónoma.
Una actividad conducente al modelo colaborativo, es mediante el Aprendizaje basado
en Proyectos, en el cual los estudiantes se involucran en una problemática extraída o
relacionada a situaciones de la realidad, cuya solución requiere desarrollar nuevas
capacidades, habilidades, actitudes y se encuentran con diversas vías de solución,
2. algunas posiblemente contradictorias, lo cual estimula grandemente al desarrollo de
prácticas colaborativas, motivándolos a investigar, discutir, proponer alternativas y
comprobar hipótesis.
El ABP tal como el aprendizaje colaborativo, funciona adecuadamente cuando los
equipos se conforman con personas de diverso perfil y características. Y para lograr los
objetivos, es importante un diseño instruccional adecuado (Maldonado, 2008). El diseño
instruccional establece claramente los objetivos, se les facilita orientación sobre fuentes
de información apropiadas, y se define el instrumento a elaborar, y la manera cómo este
instrumento será evaluado, generalmente mediante una rúbrica apropiada.
Gráfico: Elaboración propia
Referencias:
Maldonado Pérez, Marisabel (2008). Aprendizaje basado en proyectos colaborativos.
Una experiencia en educación superior. Laurus, 14(28),158-180. ISSN: 1315-883X.
Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=761/76111716009
Roselli, N. (2016). El aprendizaje colaborativo: Bases teóricas y estrategias aplicables
en la enseñanza universitaria. Propósitos y Representaciones, 4(1), 219-280. doi:
http://dx.doi.org/10.20511/pyr2016.v4n1.90