1. DEBATE
Para el concepto de debate científico, véase consenso científico.
Para el concepto en filosofía, véase método socrático.
Un debate (Del lat. debattuĕre 'discutir,, disputar sobre algo') es una técnica,
tradicionalmente de comunicación oral, que consiste en la discusión de opiniones
antagónicas sobre un tema o problema. El debate es una discusión ordenada oral por la cual
la dirige un moderador. Por extensión, también se denomina así a cualquier tema de
interacción comunicativa en la que esté presente dicha técnica; en una reunión de amigos,
en un confronta miento político, o en un grupo de discusión en el cual hay integrantes, un
moderador, un secretario y un público que participa. No aportan soluciones, sólo exponen
argumentos, según estén a favor o en contra del tema que se trata.
Condición de un debate
Este artículo trata sobre el debate. Para el concepto de debate científico y para el concepto
en filosofía, véanse consenso científico y método socrático.
La condición de un 'debate' se da en el distinto punto de vista que guardan dos o más
posiciones antagónicas en torno a un tema o problema.
Elegir un tema de interés satisfactorio para que sea controvertido y preparar los
contenidos teóricos.
Moderar el esquema de trabajo determinado sobre la propuesta que en algunos casos
suele ser un cuestionario con preguntas elaboradas de tal manera que susciten el
debate.
Conformar partes (parte y contraparte) o grupos que defiendan o ataquen con
argumentos en pro y en contra respectivamente.
Se exponen argumentos no personales.
Normas para su realización
Quienes van a debatir deberán conocer plenamente el tema a debatir. Durante el debate el
moderador debe:
Poner en consideración el objetivo del tema.
Anunciar el tema y ubicarlo dentro del proceso.
Describir la actividad.
Formular la primera pregunta y dar la palabra en orden a los participantes.
Desempeñar durante la discusión el papel de moderador.
Al terminar el debate, el secretario tratará de llegar al consenso sobre las
conclusiones.
Dar a conocer el objetivo de la realización del debate.
Poseer buena información.
2. Recomendaciones para participar en un debate popular
Para desarrollar y llevar a buen término los ejercicios de Debate, resulta muy importante
que tanto el emisor como el receptor, consideren los siguientes puntos:
No se trata de imponer el punto de vista personal, sino de convencer usando la
exposición, la argumentación y la contra-argumentación.
Escuchar al otro antes de responder.
Ponerse en el lugar del otro.
Ser breve y concreto al hablar.
Ser tolerante respecto a las diferencias.
No subestimar al otro.
No hablar en exceso para así dejar intervenir a los demás, evitando la tendencia al
monólogo y la monotonía.
No burlarse de la intervención de nadie.
Evitar los gritos para acallar al interlocutor.
Hablar con seguridad y libertad, sin temor a la crítica.
Acompañar las críticas con propuestas.
Oír atentamente al interlocutor para responder de forma adecuada.
Articular correctamente los sonidos, empleando un tono de voz adecuado a la
situación concreta de entonación y al contenido del mensaje (interrogación,
exclamación, sonidos indicativos de fin de enunciación, pausas, etc).
Adecuar el vocabulario que se posee a la situación comunicativa del momento y
ampliarlo para conseguir precisión léxico-semántica.
Evitar las palabras y giros idiomáticos desgastados y los propios del registro
lingüístico informal, pues en la sala de clases o en la situación comunicativa de un
debate se impone el registro lingüístico formal.
Conviene arribar a conclusiones al final del debate.
Argumentos
Los argumentos a favor se llaman pruebas y los que están en contra se llaman
objeciones.
Por los primeros, se intenta demostrar la validez de las afirmaciones o argumentos
de la parte.
Por los segundos, se intentará mostrar los errores de la contraparte.
Argumentos lógico racionales
Sintomáticos o por signo: Las razones se presentan en forma de indicios, signos o
síntomas que conducen a una breve conclusión. Por ejemplo: No sería extraño que
Juan tuviese un infarto. Come, bebe , fuma en exceso, además trabaja demasiado.
Nexos causales: Las razones se presentan como la causa que provoca la conclusión:
uno es causa de otro. Por ejemplo: Correr 5 kilómetros diarios produce un bienestar
general del sistema cardiovascular. Corra por su vida.
3.
Analógicos: Razonamiento basado en la existencia de atributos semejantes en seres
o cosas diferentes. Por ejemplo: Debe haber una preocupación permanente por el
medio ambiente, igual que por un auto. Éste se debe mantener limpio, repararlo
cuando se requiera y usar de un modo racional sus beneficios.
Por generalización: A partir de varios casos similares, se puede generalizar una tesis
común a todos ellos, comprobándola mediante solución.
Falacias
Artículo principal: Falacia.
Un buen argumento debe aportar apoyo suficiente para aceptar la conclusión, y las premisas
deben estar relacionadas con la conclusión. Una argumentación insuficiente es considerada
una falacia.
Ejemplos
“Mi primera novia me traicionó, por lo que todas las mujeres son traidoras” (la cantidad de
casos no es suficiente para concluir, por lo que se denomina conclusión apresurada); “Estoy
en desacuerdo con las prácticas educacionales de la profesora" (las razones que plantea no
tienen relación con la conclusión: razón irrelevante); “Sostengo que los extraterrestres
existen. El otro día entrevistaron a Pepito Pérez en la tele, y contó cómo fue secuestrado por
ellos” (la razón que plantea para concluir no puede ser aceptada universalmente: premisa
problemática).
Funciones y virtudes de un debate
Al debatir se ejercitan una serie de habilidades útiles para cualquier aspecto de nuestras
vidas, además de que es una herramienta para conocer mejor a las personas y un modo de
entretenimiento.
Como ejercicio para el intelecto ya que sirve para desarrollar múltiples habilidades.
Para reforzar y mejorar la personalidad, en aspectos como la autoestima, seguridad,
confianza, expresión verbal y corporal.
Eleva el criterio para tomar una decisión ya que enseña a exponer las ventajas y
desventajas de un punto de vista.
Como medio para alcanzar la pluralización en cuanto a ideas se refiere.
Como medio informativo/expositivo ya que como espectador de un debate se puede
llegar a clarificar mucho acerca del tema tratado o a debatir.
Así mismo se ejercitan habilidades específicas como:
Escucha crítica.
Razonamiento y pensamiento crítico.
Estructuración de ideas.
Respuesta rápida y adecuada.
4. MESA REDONDA
En la leyenda del rey Arturo, la Mesa Redonda o Tabla Redonda era una mesa mística de
Camelot alrededor de la cual el rey y sus caballeros se sentaban para discutir asuntos
cruciales para la seguridad del reino. En algunas versiones, el mago Merlín también tenía
un asiento.
La Mesa Redonda apareció por primera vez en el Román de Brut de Robert Wace, si bien la
idea de Arturo rodeándose con los mejores guerreros del mundo data de la Historia Regum
Britanniæ de Godofredo de Monmouth y en los textos medievales galeses como Culhwch y
Olwen y Trioedd Ynys Prydein. La historia más popular sobre el origen de la mesa aparece
por primera vez en el Merlin de Robert de Boron, que fue adoptada por romances en prosa
posteriores. En ella, la mesa fue creada por Merlín como imitación de la mesa del Grial de
José de Arimatea, a su vez una imitación de la mesa de la Última Cena. En obras como el
ciclo de Lanzarote en prosa, el ciclo post vulgata y La muerte de Arturo de Thomas
Malory, la Mesa Redonda fue creada por el rey de Inglaterra, Uther Pendragon, que fue a
parar a manos de su vasallo Leodegrance tras su muerte. Cuando Arturo sube al trono,
recibe la mesa como un regalo cuando se casa con la hija de Leodegrance, Ginebra.
No hay ningún lugar privilegiado en una mesa redonda, por lo que ninguna persona
sobresale del resto. Así, los caballeros que se reunían a su alrededor eran todos iguales y no
había ningún «líder» como los de tantas otras mesas medievales. Hay indicios de otras
disposiciones de asientos en círculo para evitar conflictos entre los antiguos grupos celtas.
Sin embargo, podía inferirse la importancia de cada sitio en función del número de asientos
que lo separaba del rey. Quizá en cada reunión el rey Arturo dejaba que sus caballeros se
sentaran aleatoriamente sin saber dónde se sentaría él cada vez. El asiento peligroso estaba
reservado a caballeros de corazón puro.
Hay muchas estimaciones diferentes del número total de caballeros de la Mesa Redonda. Si
hubieran sido 25 caballeros, entonces el diámetro de la mesa tendría que haber sido de unos
8 m, que es una separación bastante grande para poder mantener una conversación educada.
Si hubieran sido 100 caballeros, el diámetro habría subido a unos 30 m. Algunos estudiosos
de este antiguo tema dicen que la mesa estaba construida en segmentos y tenía un centro
hueco. De esta forma se habría ahorrado mucho material en su fabricación y se habría
5. facilitado el servir comida a los caballeros. Dado que no se conserva ningún retrato de la
Mesa Redonda de la época en la que se dice que Arturo reinó, todo el asunto es pura
especulación.
Imitación de la Mesa Redonda artúrica
También inspirada en esta leyenda, «una combinación de justa, fiesta y baile» llamada una
Mesa Redonda se celebraba como actividad organizada en imitación consciente del rey
Arturo y su corte durante la alta Edad Media. Los participantes vestían los atuendos de
famosos caballeros como Lanzarote, Tristán y Palamedes. La primera ocurrencia
documentada de esta celebración fue en 1223, cuando el señor cruzado de Beirut organizó
una en Chipre en honor de la investidura como caballeros de sus hijos mayores.
Las Mesa Redonda fue una actividad aristocrática en toda Europa del siglo XIII al XV. Se
tiene constancia de celebraciones en Francia entre 1235 y 1332. En Aragón se celebraron
desde en 1269 en Valencia hasta en 1291 en Calatayud. Según R. S. Loomis «los papas y
prelados clamaron contra estas frivolidades caras, peligrosas y a veces licenciosas, y
negaron entierro cristiano a los que participaban.» Incluso las clases medias se vieron
envueltas en este espectáculo. En 1281, un burgués de Magdeburgo anunció una Mesa
Redonda en la ciudad. Otra fue organizada por los burgueses de Tournai en 1330.
Inglaterra llegó tarde a esta moda. Eduardo I celebró una en 1284 para celebrar su conquista
de Gales y está registrado que organizó varias hasta tan tarde como 1304. Un artefacto que
ha sobrevivido de esta fiebre en Inglaterra es la «Mesa Redonda de Winchester» en el Gran
Salón del castillo de Winchester. Esta mesa ha sido datada mediante dendrocronología a
árboles cortados sobre 1275, época del reinado de Eduardo I, si bien no se ha demostrado
aún un origen real. La actual «Mesa Redonda de Winchester» fue pintada en 1522 por
orden del rey Enrique VIII. Los lugares a la mesa fueron divididos con paneles verdes y
blancos alternados que llevan escritos en oro el nombre de cada caballero. Sin embargo, se
pintó el retrato de Enrique VIII en el lugar del rey Arturo y la rosa roja de los Tudor adorna
el centro de la mesa. En 1345, una Mesa Redonda en Inglaterra llevó a la fundación de una
orden de 300 caballeros, que más tarde se convertiría en la Orden de la Jarretera.