1. Sociedad de la información
y el conocimiento.
• Historia de los términos: información y conocimiento.
• Información:
Como información denominamos al conjunto de datos, ya procesados y
ordenados para su comprensión, que aportan nuevos conocimientos a un
individuo o sistema sobre un asunto, materia, fenómeno o ente determinado. La
palabra, como tal, proviene del latín informatĭo, informatiōnis, que significa
‘acción y efecto de informar’.
La importancia de la información radica en que, con base en esta, podemos
solucionar problemas, tomar decisiones o determinar cuál alternativa, de un
conjunto de ellas, es la que mejor se adapta a nuestras necesidades. El
aprovechamiento que hagamos de la información, en este sentido, es la base
racional del conocimiento.
2. • Conocimiento:
El conocimiento es la acción y efecto de conocer, es decir, de
adquirir información valiosa para comprender la realidad por
medio de la razón, el entendimiento y la inteligencia. Se
refiere, pues, a lo que resulta de un proceso de aprendizaje.
La palabra conocimiento proviene del latín cognoscere,
formada por el prefijo con, que significa 'todo' o 'junto', y la
palabra gnoscere.
Se puede hacer referencia al conocimiento en varios sentidos.
En su sentido más general, la palabra conocimiento alude a la
información acumulada sobre un determinado tema o
asunto. En un sentido más específico, el conocimiento es
definido como el conjunto de habilidades, destrezas, procesos
mentales e información adquiridos por el individuo, cuya
función es ayudarle a interpretar la realidad, resolver
problemas y dirigir su comportamiento.
Como fenómeno, el conocimiento se estudia desde la
Antigüedad Clásica, y es un área importante dentro de los
estudios filosóficos, psicológicos y científicos en general.
3. • El papel de la educación en la sociedad del conocimiento.
• La educación es el eje vertebral y director que nos permitirá
avanzar desde la llamada sociedad de la información hacia una
sociedad del conocimiento más justa y democrática; de ahí que
la formación permanente y el logro de la independencia
cognoscitiva debieran estar entre sus objetivos centrales.
• La sociedad exige profesionales competentes y para ello se
requiere fomentar en el estudiante su disposición y capacidad
para adquirir nuevos conocimientos, habilidades y hábitos a
partir de distintas fuentes y emplearlos para la auto superación
ulterior o en la resolución de un problema real, permitiendo
desarrollar una actividad intelectual independiente, reflexiva y
crítica, en contraposición con la imitación o la copia.
• El profesor, en este escenario, adquiere un rol de tutor,
moderador y guía del estudiante en el proceso, siendo su
responsabilidad el filtro y selección de los contenidos en
correspondencia con los objetivos pedagógicos perseguidos, así
como también promover el desarrollo de actitudes favorables
hacia el conocimiento, haciendo notar la diferencia de calidad
entre diferentes informaciones y aproximando la enseñanza a
la investigación y a la actividad productiva y social, para brindar
una mayor solidez a los conocimientos adquiridos.
4. Ante el maremágnum que caracteriza la sociedad de la
información, las instituciones educativas trataron de incorporar
las TICs de alguna manera. En un primer momento las
instituciones compraron equipos y se impartían clases de
computación, olvidando la integración de la tecnología con los
contenidos de las diferentes materias, utilizando la tecnología
como un fin y no como un medio, careciendo de una política
educativa que integre el uso de las TICs en una forma
sistematizada y con objetivos claros.
Al no partir de una planificación institucional que marcara un
rumbo, los docentes adoptaron alguna de las siguientes
actitudes:
• Ignorar el cambio y continuar con la metodología tradicional.
• Utilizar y aceptar las nuevas tecnologías sin cuestionarlas.
• Aceptar las nuevas tecnologías con criterio, analizando la
conveniencia o no de su uso en cada circunstancia.
Actualmente hay mayor conciencia del impacto de las TICs en
la educación y de la necesidad de replantearla para formar el
egresado que la sociedad demanda. Aunque hay mucha
diferencia en la manera que lo plantea cada centro educativo,
las principales manifestaciones de este cambio son:
• Se revisan y añaden nuevos contenidos al currículum de todos
los niveles educativos, que ahora integra las nuevas
competencias tecnológicas y culturales necesarias para todos
los ciudadanos. Los currículums no pueden seguir enseñando
las mismas cosas de la misma manera.
5. Declaraciones de la UNESCO sobre la sociedad del conocimiento o “sociedad del saber”
El Informe Mundial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura
(UNESCO) del año 2005, titulado “Hacia las sociedades del conocimiento” señala que las nuevas
tecnologías de la información y la comunicación han creado las condiciones para la aparición de
sociedades del conocimiento, ya que éstas se han convertido en un medio al servicio de un n más
elevado y deseable, que consiste en la posibilidad de alcanzar el desarrollo para todos, y sobre todo
para los países subdesarrollados (ONU, 2005). Desde la perspectiva de la UNESCO, se considera que el
acceso a la educación, la información y la libertad de expresión, son los pilares de la sociedad del
conocimiento.
Asimismo, la sociedad del conocimiento es un concepto importante no sólo para el crecimiento
económico, sino también para desarrollar todos los sectores de la sociedad desde un punto de vista
humano. En este sentido, la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información, realizada en
Ginebra en el año 2005, declaró que “la sociedad del conocimiento debe comprenderse no sólo como
una sociedad que se quiere comunicar de otra manera, sino que busca compartir un saber. Desde esta
perspectiva, se trata entonces de una sociedad del saber compartido y del conocimiento, que tiene en
cuenta la pluralidad, la heterogeneidad y la diversidad cultural de las sociedades”. La sociedad del
conocimiento se caracteriza por la importancia que adquiere la educación y el acceso a las redes
informacionales. Estos dos factores se constituyen en el principal recurso para formar ciudadanos
competentes en un mundo globalizado. Ahora bien, si bien es cierto que el conocimiento ha estado
siempre presente en los procesos económicos, sólo hasta ahora se ha constituido en el centro de la
producción de riqueza.
En este tipo de sociedad, el conocimiento se convierte en un elemento fundamental de la vida
humana, pues todas las actividades económicas, laborales, educativas, culturales y comunicativas
requieren de ciertas competencias cognitivas y mentales.