El documento describe un incidente en una fiesta de bodas en la década de 1970 en México. El narrador y sus familiares se emborracharon y comenzaron a coquetear con otras personas en otra mesa, lo que provocó una confrontación. Para evitar una pelea, el narrador fingió ser un "guarura" (guardaespaldas) para asustar a los otros hombres y hacerlos huir de la fiesta. Aunque no hubo violencia, el engaño le permitió resolver la situación de manera pacífica.
1. Bluff
En los anos de Gloria del Lopezportillismo los “grandes señores” tenían a
sus hijos y a sus personas cuidados por pistoleros, a quien el argot popular
denominaba “guaruras”, cuenta la leyenda que el apelativo surgió en Chihuahua
durante una visita presidencial a la sierra tarahumara, que los indígenas al ver a
quienes escoltaban al presidente Díaz Ordaz exclamaron “guarura’, que el
termino quiere decir “hombre grande”, ya que eran altos y corpulentos. De
alguna manera el término se hizo conocido por todos y así se les continúa
llamando (en México) a los guardaespaldas.
Y estos guardaespaldas protegían y solapaban las trapacerías de los
“juniors”, golpeaban y baleaban a quienes los vástagos de su patrón les indicaran,
por ende eran más temidos que una suegra iracunda.
Era común que se colaran a fiestas y que estas terminaran en desastre
debido a los desmanes y prepotencia de los “juniors”, todos optaban por fingir
demencia o que la Virgen de Guadalupe les hablaba cuando ocurría un evento de
esta índole, el querer intervenir siempre terminaba con inocentes muertos,
herido, golpeados y encarcelados, no había manera de ganarles…
El hijo de un gran amigo y empleado de mi padre se caso, organizaron gran
fiesta, toda la familia (tíos, primos, etc.) fue invitada y asistimos, fue en un gran
salón en Polanco, bebida y comida a raudales, algo que muchos podían hacer en
aquellas épocas de un México casi primermundista (eso nos hacían creer los
políticos).
Para las personas realmente pudientes, el que hubiera “padrinos” de algo
(queriendo decir que patrocinaran ya fuere el vino, el salón, la música o cualquier
cosa que automáticamente les daba derecho a llevar “gorrones” a la fiesta era
inconcebible, en ese nivel no se acostumbra.
Como la novia no era de este nivel social hubo padrinazgos y “gorrones”,
todos ellos fueron de smoking, muy propios, ya a estas alturas ustedes se
2. preguntaran porque hago este apunte, ya lo verán mas adelante, por lo pronto , si
eran de este nivel podemos inferir que ninguno de ellos tenia “guaruras”…
Conforme transcurría la fiesta mi hermano, mi primo Raul y yo bebíamos
con entusiasmo y fe singulares, no llevábamos pareja, en una mesa contigua
había algún padrino con otras personas (sus “gorrones”) que iban con pareja,
algunas de no malos bigotes, mi hermano y mi primo las notaron y brindaban con
ellas y les mandaban besos, como ambos son mas altos que yo (mido 1.85 m) al
principio contuvo a los de la mesa contigua a cualquier reclamo.
Fui a otra mesa por un rato, a platicar con un amigo de la familia, de
repente este amigo llamo mi atención
-“Creo que tu primo y tu hermano se están metiendo en problemas”-y asi era, ya
los de la mesa contigua habían ido a llamar a otros padrinos y a su sequito de
gorrones, zas!, no eran machos, pero si muchos…
Me acerque a la mesa y de pie, increpándolos, estaba un padrino, le decía
que ellos eran los padrinos, mi hermano, ebrio y déspota me miro y me dijo a voz
en cuello;
-”Estos pobres no saben quiénes somos, díselos! (creyendo estúpidamente que
por ser hijos del patrón del novio y del papa del novio estos se iban a
impresionar).
Comence a ver que de reojo se dejaban venir los smokings contra nosotros,
en fracción de segundo supe que hacer, al primer padrino le dije amable prero
firme
-“Mi trabajo consiste en cuidar a los jóvenes, y pienso hacerlo”
Una de las parejas escucho esto y a su smoking, un gordazo enorme, le
grito desesperada;
-”Es guarura!, es guarura!”
El primer padrino, con pánico en los ojos , se disculpo, todos camibaban
hacia atrás viendo que movimientos hacia.
3. El smoking gordazo y su chica ya habían atropellado a gente en la pista de
baile en su intento por alejarse.
Me encogí de hombros y me senté con mi primo y mi hermano
-‘par de imbéciles, por su culpa por poco nos rompen la madre, a la siguiente los
dejo solos y a ver cómo se las averiguan…”
Mi primo me dijo:
-“Tomate otra para el coraje…”
Vi con tranquilidad como todos los smokings y sus respectivos sequitos ya
habían dejado la fiesta…
Ya ven como toda la explicación que precedió a la acción tenía que
decirse?,desde lo de “guaruras” a la costumbre de los “padrinos”.
En esa fracción de segundo en la que decidi hacerme pasar por “guarura”
por mi mente atravesaron los siguientes silogismos:
1. Son padrinos, por ende no son “ricototes”.
2. No son ricototes por ende no tienen guaruras.
3. No tienen guaruras por ende no tengo que enfrentarme a alguno de
estos.
4. No tienen guaruras no saben que preguntas hacer para saber si el
tipo es realmente uno o finge serlo (como el nombre de su
comandante para llamarlo y verificar).
5. Dios nos ampare porque si no funciona nos van a poner una madriza,
no son machos, pero si muchos…
Y claro que hubo otras que por mi culpa nos iban a romper la cara, y otras
más en las que salí muy “raspado”, pero esta ocasión fue divertida aunque no
hubiera acción tipo “Charles Bronson”, algo que recuerdo y sonrío.
4. Yo en aquellos anos
y otro de mis
primos, este nunca
ha causado
problemas