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Mercado de trabajo y discapacidad. Inclusión laboral.
Tu elijes
1.
Tu elijes: El estrés como oportunidad o como obstáculo
El estrés generalmente se ha asociado a dificultades de diversa índole en diferentes
momentos de la vida. ¿Pero será que el estrés en sí es un problema? ¿O será una
reacción dependiendo de nuestra percepción de las situaciones?
Realmente el estrés es una respuesta natural del organismo, que nos ayuda a sortear las
diferentes situaciones en las cuales como seres humanos nos vemos enfrentados para
sobrevivir en cualquier medio; sin embargo la connotación negativa que se le dá dificulta
que realmente nos ayude a vivir de manera saludable, retadora, y adaptativa.
En este orden de ideas el tema es de actitud, ya que el estrés puede llevarnos a lograr lo
que no creíamos, nos puede impulsar a conseguir nuestras metas y retos, orientarnos al
logro y potencializar nuestra capacidad de resiliencia, es decir, es necesaria cierta dosis
de estrés en la vida, para movilizarnos a la acción.
No obstante cuando se presenta en exceso puede debilitar nuestra salud, mente,
corazón, y expresarse por medio de sintomatología fisiológica, emocional o psíquica, de
ahí la importancia de saber identificar nuestras tendencias hacia el estrés, sus
manifestaciones y desencadenantes puede ayudarnos a comprender si lo
estamos convirtiendo en un enemigo o en un aliado.
2. Los matices del estrés en el campo empresarial son múltiples y complejos, con
consecuencias que pueden traspasar los límites de lo laboral, e incidir en los espacios
personales, familiares y en el organismo del afectado.
Normalmente el estrés ocupacional es una respuesta en el individuo que intenta
adaptarse a presiones internas y/o externas, y que se presenta cuando hay un desajuste
entre la persona, el puesto de trabajo y la propia organización. Dicho desajuste por lo
general proviene de cuatro fuentes básicas: entorno, cuerpo, pensamiento, y
motivaciones; esta última asociada a la forma en que percibimos lo que sucede y la que
generalmente le da peso a una dificultad para que se convierta en un problema sin
solución o por el contrario en un reto.
De esta manera el estrés es un excelente aliado si se administra como un recurso para
responder ante situaciones de peligro de manera eficaz. Este estrés funcional y
adaptativo es conocido como eustrés. Pero cuando el estrés se convierte en la única
respuesta conocida, se convierte en uno de los peores enemigos de la salud física y
mental. Este tipo de estrés “negativo”, es conocido como distrés. Pero en definitiva en la
mayoría de ocasiones se nos presentará la oportunidad de elegir uno u otro, todo
dependerá de la valoración que hagamos de la situación, de los recursos emocionales
que tengamos para superarla y de las estrategias de afrontamiento que poseamos.
Por lo tanto, ser gestores del estrés positivo es nuestra responsabilidad y para esto
algunas sugerencias pueden ser:
– Ver todo cambio que se avecine cómo un desafío a enfrentar de manera positiva, que
va a permitir crecer y desarrollar destrezas, en vez de verlo como una amenaza.
– Tener objetivos realistas y enfocarse en ellos.
-Si hay cosas que sencillamente siente que no puede solucionar trate de resolverlas en
equipo, con otras personas de confianza.
– En vez de Pre-ocuparse, hay que OCUPARSE sólo de las cosas que verdaderamente
están bajo su control.
– Adoptar hábitos de vida saludables que incluyan el deporte, para dejar de lado las
cosas de la rutina.
– No llegar al extremo de aguantarse las cosas, es mejor buscar en quien apoyarse,
preferiblemente en familiares directos o en alguien que considere un verdadero amigo.
– Cuando sepa que va a tener que enfrentar alguna situación difícil o compleja, en vez de
dar paso a la emocionalidad, acuda a la racionalidad tomando sus recursos internos,
que le permitirán preparase positivamente para asumir el reto de la mejor manera.
3. – Clarifique su mente antes de tomar decisiones, reuniendo toda la información posible
que le permita análisis objetivos desde diferentes puntos de vista y perspectivas.
– Aprenda a conocerse, comprenda sus emociones, hable de lo que le pasa
– Investigue las causas, a veces el problema no es la situación en sí, sino la forma en que
lo percibimos y en lo que nos predisponemos.
– Aprenda a relativizar
– Cuidar y controlar la respiración, hacer relajación
– Aprenda a delegar responsabilidades
– Aprenda a decir no, hay momentos donde se deben poner límites de manera asertiva,
para n exceder nuestra capacidad
– Cada cosa en su debido momento, evite precipitarse. No se anticipe ansiosamente a lo
que aún no ha ocurrido, no permita volverse un rumiante de pensamientos negativos.
– Busque terapias alternativas, aumente su creatividad y estrategias de afrontamiento
– Revise otras situaciones que haya resuelto con éxito y que le permitan aumentar la
confianza en sí mismo y en sus capacidades.
– Fomente el amor propio, y no se olvide que si bien no es dueño de su rostro sí lo es, de
las expresiones que hace decide dejar ver en él, frente a los retos del día a día.
ACERCA DEL AUTOR
Lina Arboleda Vásquez
Psicóloga / comercial@rhpositivo.net