1. AÑOIV·Número34
Mayo/Junio2010
5,5euros
MAREA NEGRA EN EL GOLFO DE MÉXICO: BP Y SU RELACIÓN CON LOS REGULADORES
CHARLAMOS con EL FILÓSOFO JOSÉ ANTONIO MARINA
CORRUPCIÓN Y CLIENTELISMO EN LAS ADMINISTRACIONES PÚBLICAS
ANÁLISIS SOBRE LA CAÍDA DE REPUTACIÓN DE ZAPATERO. POR MAS CONSULTING
ENTREVISTA CON SEBASTIÁN ESCARRER,VICEPRESIDENTE DE SOL MELIÁ
2. OPINIÓN
26 ser responsable
En el año 2004, durante la
campaña que debía decidir quién sería
el presidente del Gobierno de España,
nació una marca que se consideró más
atractiva para los electores que las siglas
del PSOE. La marca ZP se convirtió en la
piedra angular de la campaña, y durante
seis años ha gozado de una reputación
superior a la de su propio partido.
Sin embargo, una crisis económica
mundial sin precedentes está erosionan-
do la reputación del presidente Zapatero
y la de un gran número de líderes mun-
diales, aunque con agravantes en el caso
español. Existe una preocupación inter-
nacional por España que ha obligado a
Zapatero a dar un giro de 180 grados en
su política. Algunos grupos de interés del
presidente han demostrado su fuerza y
su influencia por encima de otros grupos
de interés con los que había mantenido
una mejor sintonía durante los últimos
seis años de su gobierno.
La reputación se construye a base de
percepciones de los distintos grupos de
interés con los que nos relacionamos.
Esta definición, que denota el carácter
intangible que tiene la reputación, que
parece tan empresarial, tiene un encaje
perfecto en el ámbito político. Sólo cam-
bian los códigos. En las últimas semanas
todos los españoles han comprobado que
la economía y la política son indisolu-
bles. La cifra de negocio de las empresas
se resiente a la vez que la calificación de
la deuda de los países y su volumen de
inversión extranjera. Todo está sumido a
un vaivén de percepciones que se refleja
en indicadores como el Ibex35 o el CIS.
La buena reputación tarda años en al-
canzarse pero la mala reputación se pue-
de ganar en un par de semanas. Y en po-
lítica esto es mucho más palpable que en
el mundo empresarial porque el juicio de
la opinión pública siempre es mucho más
severo y los grupos de interés pueden ha-
cer que un proyecto y un mandato duren,
como mucho, cuatro años. Esto empuja a
muchos políticos a vivir en la inmediatez
y a descuidar a los grupos de interés que
miran más a largo plazo, como es el caso
del mundo empresarial. Zapatero ha sido
víctima de este modo de entender la po-
lítica y ahora intenta corregir el rumbo.
En política también se puede tener
una visión más a largo plazo. Aunque se
corra el riesgo de tener desgaste ante la
opinión pública. Si Zapatero quiere re-
cuperar la reputación perdida ante sus
electores debe iniciar un proceso de for-
mación de la opinión nuevo y resistir a la
amenaza del aislamiento que esto le va a
Zapatero:
Una reputación en horas bajas
El autor analiza la caída de la reputación del presidente de Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, como
consecuencia de la gestión de la crisis y de las medidas que el Gobierno ha tomado tras las exigencias de la UE
26 ser responsable
suponer. Esto es lo que caracteriza a los
líderes que miran más a largo plazo.
El problema para el presidente reside en
que todos los atributos que alimentan su
reputación pierden fuelle en el contexto
actual. Y en política siempre mides tu repu-
tación y tus capacidades en función de las
de tu adversario. Actualmente, los atribu-
tos que alimentan desde hace años la mar-
ca del Partido Popular, percibidos siempre
como mejores gestores de la economía, su-
ponen una oportunidad para Rajoy.
La erosión de la reputación del presi-
dente Zapatero, sumado al desempleo y
a los recortes sociales, va a afectar nota-
blemente en las elecciones municipales
y autonómicas de 2011. Estas elecciones
serán clave para dirimir el futuro tanto
de Zapatero como de Rajoy y marcarán
las fuerzas con las que llegará cada uno
a la contienda de las elecciones genera-
les. Todo ello en un escenario de incer-
tidumbre internacional permanente, lo
que hace aún más difícil vislumbrar el
resultado final. ●
Por Santos Ortega, director de Asuntos Públicos de MAS Consulting España