La música, clave para el desarrollo prenatal y posnatal
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2. ““La musicalización de los niños y jóvenes comienza nueveLa musicalización de los niños y jóvenes comienza nueve
meses antes del nacimiento de la madre”meses antes del nacimiento de la madre” (Zoltan Kodaly(Zoltan Kodaly))
La mayoría de los niños pequeños cuentan con
el oído absoluto desde el nacimiento.
Canciones, poemas y guías para la realización
de los ejercicios de relajación.
Cantar las canciones y recitar los poemas
fomentan el reconocimiento del idioma
materno.
… favorecen con ello la disposición fundamental
para procesos de aprendizaje posteriores.
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3. Las personas necesitamos la música para vivir.Las personas necesitamos la música para vivir.
Sinapsis para la felicidad y la satisfacción.
Hormonas de la felicidad
(endorfina/serotonina/dopamina)
Hormonas de stress (adrenalina/cortisol)
Las impresiones prenatales son muy profundas
y nos acompañan el resto de nuestra vida.
El niño intrauterino tiene la capacidad de
escuchar, saborear, ver, sentir y moverse.
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4. MovimientoMovimiento
Mano a la cabeza, mano a la cara y mano a la boca.
Flexiones independientes y estiramientos de brazos y
piernas.
Movimiento de rotación sobre el eje longitudinal.
Tragar, abrir y cerrar la boca.
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5. AudiciónAudición
El feto percibe los primeros sonidos en el cuarto o quinto mes
antes del nacimiento
El oído interno alcanza su tamaño, función y forma adultos uno
o dos meses antes del nacimiento.
Canto prenatal
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6. SonidosSonidos
• Sonidos del corazón y del sistema circulatorio, especialmente
de los vasos sanguíneos en las paredes del útero.
• Sonidos producidos por movimientos corporales, sobre todo
mediante el andar.
• Voz y respiración.
• Sonidos producidos por el beber, el comer y la digestión.
Los bebés desarrollan su propio gusto musical ya en el útero.
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7. AprendizajeAprendizaje
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Los bebés recuerdan impresiones musicales
prenatales.
Los recién nacidos pueden distinguir la voz de su
madre de la de otras mujeres.
Asociación de idioma, canto o música a ciertas
experiencias corporales.
Los niños intrauterinos reaccionan calmando el latido
de su corazón...
El aprendizaje prenatal de melodías, historias y voces
queda demostrado inmediatamente tras el nacimiento
mediante diferentes comportamientos.
8. La música conmueveLa música conmueve
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En el cerebro existen estructuras innatas para la
elaboración de música. Estímulos acústicos, sonidos,
idioma y música son importantes para el desarrollo del
cerebro y del oído.
Ejercicios respiratorios unidos a tonos o sonidos son
especialmente buenos para la madre y el niño.
Es importante hablar con el niño intrauterino,
comunicarse con él.
Un niño intrauteruino de cuatro meses reacciona con
claros movimientos corporales motrices a música
hecha por uno mismo (tararear o cantar).
Notas del editor
ANTES DEL NACIMIENTO
La afirmación “la musicalización de niños y jóvenes comienza nueve meses antes del nacimiento” se atribuye al gran pedagogo musical húngaro Zoltan Kodály, que destaca la importancia del entorno para el desarrollo del niño.
Desde hace algún tiempo numerosos estudios en el área de la investigación del cerebro y del aprendizaje demuestran que, en el periodo prenatal y especialmente a partir del nacimiento y hasta el sexto año de vida, se pueden transmitir una serie de capacidades musicales y lingüísticas que posteriormente ya no son alcanzables. El inicio del aprendizaje musical tiene lugar en el estadio prenatal, en el útero materno. La mayoría de los niños pequeños disponen desde su nacimiento del oído absoluto, el cual posibilita el reconocimiento diferenciado del idioma materno en los primeros siete meses de vida y fomenta la posterior adquisición de habilidades lingüísticas. Sin una formación musical temprana, la mayoría de las personas acaba perdiendo esta facultad.
En este programa encontraremos canciones, poemas y guías para la realización de ejercicios de relajación, con los que las embarazadas y sus hijos, a partir de la semana 24 de gestación, podrán prepararse para las diferentes situaciones del día a día y conectarse musicalmente.
El bebé registrará atentamente, qué canciones le canta su mamá y qué piezas musicales escuchan juntos. Las canciones y los poemas que les cantamos fomentan el reconocimiento del idioma materno. Este tipo de afecto transmite al niño en el útero un sentimiento de bienvenida. Tras el nacimiento usted comprobará que el bebé ya estará familiarizado, a su manera, con algunas canciones y poemas. La repetición periódica de melodías y textos estimula la interconexión de las neuronas en el cerebro del niño y fomenta la disposición básica para los posteriores procesos de aprendizaje.
LOS SERES HUMANOS NECESITAMOS LA MÚSICA PARA VIVIR
Un bebé que llora se calma con la canción de cuna de su madre; las víctimas de un accidente y los enfermos graves son capaces de percibir música aún cuando el resto de sus sentidos han fallado.
Las bases para la percepción sensorial, la capacidad lingüística, el desarrollo motor, la conciencia corporal, la inteligencia emocional y expresiva, el comportamiento social y la fuerza de resistencia psíquica se empiezan a formar ya en el periodo prenatal, manteniendo esa predisposición única de formación hasta los seis años de vida.
En el embarazo no sólo se desarrolla el cuerpo del niño, también se graban los modelos básicos emocionales del comportamiento y del sentir. El cerebro se forma de acuerdo con las condiciones de vida de la madre. Si el niño se siente querido y la madre responde positivamente a su embarazo, se refuerza la formación de las sinapsis para la felicidad y la satisfacción. Miedo, intranquilidad y estrés provocan los efectos contrarios. Si la madre está nerviosa, el organismo distribuye más hormonas estresantes (adrenalina/cortisol), el aporte de oxígeno se transforma, el latido del corazón se acelera, la pared abdominal se tensa limitando la libertad de movimiento al bebé. Al mismo tiempo, la voz de la madre quizás se vuelva más aguda, más alta o más estridente. El niño experimentará y asociará este cambio de registro con una situación de carga o amenaza. Si por el contrario la madre se siente relajada y en equilibrio, el niño experimentará una sensación armónica y una relajación que igualmente asociará con la experiencia de la voz materna tranquila y equilibrada. Muchos expertos están de acuerdo en que un buen clima emocional es el mejor estímulo para el aprendizaje.
Las sensaciones prenatales son muy profundas y nos acompañan durante toda nuestra vida. Nuestro sentir, pensar y actuar están estrechamente unidos a nuestras percepciones prenatales. El niño ya es capaz de percibir afecto en el útero materno, lo que beneficia su posterior desarrollo mental e intelectual.
La experiencia del alma no comienza con el nacimiento, sino mucho antes. Hace miles de años ya se atribuía al feto la búsqueda de sensaciones, el despertar del espíritu y el intelecto. En China se fundaron clínicas donde se creaba una atmósfera adecuada para el bienestar de la madre logrando así el mejor desarrollo para el niño.
En los manuales de psicología del desarrollo se encuentran muy pocas referencias al desarrollo de la vida prenatal. Anteriormente se partía de la base de que el desarrollo prenatal no incluía la dimensión cognitiva y afectiva, de que el comportamiento humano significante no aparecía hasta meses después del nacimiento y que el incompleto cerebro antes y después del nacimiento no estaba capacitado para percibir, sentir, aprender, memorizar o pensar. Las investigaciones actuales muestran, por el contrario, que el feto nacer tiene la capacidad de oír, saborear, ver, sentir y moverse. Y que ya antes del nacimiento existe la capacidad de experimentar dolor, preferencias, intereses, aprendizaje, memoria, comportamiento agresivo, miedo, llanto, sonrisa y cariño.
Las ecografías muestran que el feto comienza a moverse ya en la sexta semana de embarazo. Los movimientos aumentan cada semana hasta que, entre las semanas ocho y diez, se completa la mayor parte del repertorio de movimientos. Con diez semanas el feto lleva a cabo los siguientes movimientos:
Mano a la cabeza, mano a la cara y mano a la boca
Flexiones independientes y estiramiento de brazos y piernas
Movimientos de rotación alrededor del eje longitudinal
Tragar, abrir y cerrar la boca.
Antes de la décima semana, el feto absorbe líquidos a través de la boca. La acción de tragar y los movimientos de la lengua comienzan antes de la decimocuarta semana, en la que se han constatado la madurez de las papilas gustativas. La succión se observa ya en la novena semana, desarrollándose en un significante entrenamiento del que forman parte manos, pies y dedos. Algunos fetos se chupan tanto el pulgar que se puede reconocer un callo cuando nacen. En el útero las manos son muy activas, no solo agarran los pies y los dedos, sino también el cordón umbilical.
AUDICIÓN
El oído es el primer sentido que se desarrolla en el vientre materno.
Por ningún otro canal sensorial se desencadenan sensaciones más fuertes. Ninguna otra influencia consigue una restructuración más completa del cerebro.
El feto ya percibe los primeros sonidos cuatro o cinco meses antes de nacer. El oído interno, al que pertenece la cóclea (lat. cochlea) y el órgano del equilibrio (sistema vestibular), alcanza el tamaño, la forma y la función plenos uno o dos meses antes del nacimiento. Por lo menos tres o cuatro meses antes del nacimiento el feto reacciona de forma motora (por ejemplo dando patadas) a los ruidos.
Durante ese periodo, los sonidos conducen también a cambios en el latido del corazón y en reacciones neuronales del cerebro.
En muchas tradiciones culturales, es costumbre cantar a los bebés. Yehudi Menuhim animaba a las madres a cantar a sus futuros bebés como en las sociedades primitivas
En algunas tribus es frecuente que cada madre cante la canción de su hijo desde el embarazo, canción que acompañará a ese ser humano toda su vida. Este fenómeno que se ha investigado también entre las ballenas.
El bebé antes de nacer depende para su desarrollo saludable de relaciones interpersonales. Cuando la madre habla con él, le canta y le cuenta historias se relaciona con su hijo fomentando una estrecha relación.
SONIDOS
El feto está expuesto a una paleta completa de sonidos audibles (a menudo incluso muy altos) producidos por el cuerpo de la madre, que se reparten en cuatro categorías:
Sonidos producidos por el sistema circulatorio y del corazón, especialmente el de los vasos sanguíneos de las paredes del útero.
Sonidos producidos por los movimientos corporales, sobre todo el caminar.
Voz y respiración.
Sonidos producidos al beber, comer y durante la digestión.
Ya en el seno materno el bebé desarrolla su propio gusto musical. Normalmente los bebés reaccionan a la música rock o a ritmos fuertes con intranquilidad y dando patadas. Prefieren, habitualmente, sonidos armónicos, especialmente composiciones de Mozart y Vivaldi; su corazón se tranquiliza y los movimientos se hacen menos agitados.
APRENDIZAJE
Los bebés recuerdan impresiones musicales prenatales. En un estudio realizado en EEUU unas madres vieron, de manera regular durante su embarazo, la serie televisiva “Neighbours”, ligada a una melodía muy específica. Cuando se reprodujo a los recién nacidos la melodía de la serie, éstos la reconocieron claramente: se relajaban y dejaban de llorar. Se pudo probar, por tanto, que los niños en el seno materno no solo aprendieron la melodía, si no que también dicha melodía se asociaba a un estado de relajación.
El director canadiense Boris Brott dijo. “La música ha formado parte de mí desde antes de nacer. De joven le sorprendió cómo era capaz de tocar algunas piezas sin haberlas visto antes. En una ocasión, dirigiendo una partitura por primera vez, supo cómo continuaba la parte del violonchelo antes de pasar la página. Le mencionó esto a su madre convencido de que se sorprendería igual que él y ella, violonchelista de profesión, le dijo que esa era la música que le hablé estando cuando estaba embarazada.
Los sonidos escuchados antes del nacimiento influyen en el comportamiento posterior al nacimiento. Los sonidos percibidos durante el embarazo como el latido del corazón, la voz de la madre, las historias contadas repetidas veces y las piezas musicales escuchadas con frecuencia, influyen después del nacimiento en el latido del corazón y la respiración. Los recién nacidos pueden distinguir la voz de la madre de la de otras mujeres.
La escucha prenatal, como por ejemplo la voz de la madre, se relaciona con diferentes percepciones sensoriales y se consolida como una experiencia total en el cerebro. Fácilmente demostrables son las asociaciones del lenguaje, el canto o la música con ciertas experiencias corporales simultáneas: en casos positivos, acunar, mecer, acariciar y mover satisfacen y complacen las necesidades básicas. Cuantas más percepciones sensoriales diferentes se asocien a una vivencia, la consolidación en el cerebro de esa experiencia total será más variada y compleja.
Variadas investigaciones demuestran la capacidad del feto de diferenciación y hábito. En casos en los que se condició a los futuros bebés con unos sonidos y vibraciones concretas, tras el nacimiento se tranquilizaban y dejaban de llorar al oír esa pieza.
En un experimento sobre el aprendizaje en el seno materno se reprodujo la misma historia, dos veces al día, a fetos entre las semanas 33 y 37. Los bebés reaccionaban ralentizando los latidos del corazón a medida que la historia se les hacía más familiar.
Si la misma voz les contaba una historia diferente, el efecto tranquilizador no se producía. Al parecer, el feto percibe la historia uniéndola a la melodía del lenguaje, por lo que puede diferenciarla de otras historias. El aprendizaje prenatal de melodías, historias y sonidos lingüísticos queda demostrado después del nacimiento a través del comportamiento. Así lo demostraban los niños recién nacidos a los que se les reproducía la historia conocida y la desconocida, que ante la conocida reaccionaban intensificando el reflejo de succión.
LA MÚSICA CONMUEVE
Todas las personas están por naturaleza abiertas a la música. Tenemos párpados para los ojos pero no para los oídos. No son pocas las veces que nos sentimos muy incómodos cuando nos hacen escuchar música en contra de nuestra voluntad. Está demostrado que nuestro cerebro reacciona a la música de manera refleja. Esto sugiere la suposición de que en el cerebro existen estructuras innatas para la elaboración de la música.
El placer de escuchar música está unido a una serie de emociones, baña los nervios con endorfinas, sustancias muy parecidas a los opiáceos que producen bienestar. La relación directa entre el oído y el sistema límbico, centro de las sensaciones del cerebro, es lo que consigue que la música desencadene emociones tan fuertes.
Los estímulos exteriores son la condición necesaria para el crecimiento, antes y después del nacimiento. Los estímulos acústicos, los sonidos, el lenguaje y la música son importantes para el desarrollo del cerebro y de la audición.
La música que hace sentir bien a la madre, hace sentir bien al niño. La madre debería escuchar a menudo su música preferida, pues su disposición psíquica y emocional se transmite a su hijo. Los ejercicios de respiración unidos a sonidos son especialmente buenos para la madre y el niño.
También los elementos musicales del timbre de voz, como el ritmo, la dinámica, el tono y la melodía producen efectos sobre el feto. Aunque no pueda entender el significado de las palabras, puede sentir lo que nos conmueve. Por eso es importante hablar con el bebé, comunicarse con él.
Un feto de cuatro meses reacciona con movimientos a la música producida por nosotros, por ejemplo, al tarareo o el canto de la madre, del padre, de los hermanos o de los abuelos. El canto y el tarareo de los padres son los mejores sonidos para el bebé.