El documento describe los cuatro pilares fundamentales de la educación bolivariana en Venezuela: aprender a crear, aprender a convivir y participar, aprender a valorar y aprender a reflexionar. Estos pilares se aplican a la gerontología para promover un envejecimiento saludable mediante la municipalización de los servicios gerontológicos y el empoderamiento de las personas mayores.
1. LA ATENCIÓN EN LOS SERVICIOS GERONTOLÓGICOS
El entorno conceptual de la atención en servicios gerontológicos.
En relación al entorno conceptual en la atención de los servicios gerontológicos debemos
iniciar resaltando El Plan de Acción Internacional de Madrid sobre el envejecimiento 2.002, el cual
enfatiza la conveniencia de desarrollar políticas que permitan a las personas mayores mantenerse
integradas en su comunidad, y de manera independiente y autónoma deben seguir participando en
el desarrollo de la vida familiar y comunitaria. Respecto a esto, se insta a los Gobiernos que tomen
medidas para desarrollar una atención en los servicios gerontológicos más local y descentralizada,
que enfatice la atención en la propia comunidad y municipio donde habitan y trabajan las personas
mayores. Por otra parte se señalan medidas en la línea de que la atención profesional sea de la
mayor calidad, por lo que se recomienda la capacitación adecuada de los profesionales.
Sin duda alguna la atención de los servicios gerontológicos constituye la piedra angular de
la atención comunitaria. Pero la cuestión, sin embargo, se debe alcanzar una cobertura suficiente,
de manera que pueda ir a la par de las necesidades demográficas, sociales y políticas de un país
en crecimiento. Para ello, es necesario realizar una correcta organización en la atención de los
servicios gerontológicos, lo cual implica la gestión local y que existan profesionales con
conocimientos específicos para realizar una programación adecuada.
La atención gerontológica debe ser contemplada desde una perspectiva amplia de apoyos
y servicios comunitarios y de proximidad que se ofrecen a las personas mayores, la familia y todas
aquellas personas e instituciones que están comprometidas y vinculadas con el proceso de
envejecimiento poblacional: alcaldías, ONGs, grupos organizados, instituciones educativas, etc.
La palabra atención esta en contraposición directa a la pura asistencia. Esta última seria
aquella acción de ayuda al necesitado, en lo que por simple transmisión de bienes se intenta cubrir
cualquier carencia del sujeto. Supone en grandes líneas la pasividad del asistido, una visión
estrictamente individual del necesitado, por parte del asistente y la ausencia de una conciencia de
los derechos del asistido como persona mayor integral. Frente a esta asistencia aparece la
atención gerontológica, cuyo objeto es siempre la mejora integrada de la persona humana, el mirar
más alla de sus necesidades y potencialidades para ponerlas en prácticas.
La palabra servicio esta en relación a la organización y personal destinados a cuidar
intereses o satisfacer necesidades de las adultas y los adultos mayores. El servicio esta en relación
a la función o prestación desempeñada por estas organizaciones y su personal. Un servicio es
cooperar, ser útil, es estar al servicio de otro.
De acuerdo a los nuevos paradigmas del envejecimiento, los servicios gerontológicos
deben priorizar y colocar a los adultos y adultas mayores en una posición de valimiento por sí
mismo: una forma de acción social encaminada a poner a hombres y mujeres mayores en una
situación personal y social, nueva y más elevada en relación con su situación pasada y a partir de
una actualización de las potencialidades de cada individuo, de manera personal y de cada grupo
que integra la comunidad. El servicio en gerontología debe ir encaminado a mantener a las
personas de mayor edad, viviendo en su medio social, en la promoción de su desarrollo integral y
sociocultural.
La atención de servicios gerontológicos debe ser un modelo operativo descentralizado y
municipalizado y atañe dos aspectos clave: la organización del servicio en el municipio y la
formación de sus agentes, en nuestro caso de los profesionales de la gerontología y su equipo de
primera línea. Sin duda alguna, la atención de los servicios gerontológicos constituye la piedra
angular de la atención comunitaria. Para situarnos en la actualidad el Estado ha venido
promoviendo los programas de municipalización. El país vive momentos transcendentales de su
2. historia, signados por una transformación en todas las estructuras de la sociedad, transformación
que exige la formación de un ciudadano que asuma y responda a los derechos y deberes
ineludibles como actor consciente de todo el proceso revolucionario.
La República Bolivariana de Venezuela, en su política social actual, vive momentos de
profundas transformaciones, orientadas a la consolidación de una sociedad humanista,
democrática, protagónica, participativa, multiétnica, pluricultural, e intercultural; en un Estado
democrático de derecho y de justicia cuyos principios están definidos en la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela (CRBV) de 1.999.
En efecto, la CRBV orienta el proceso de refundación de la República como fin supremo
del Estado y plantea la formación de un ciudadano y ciudadana con principios, virtudes y valores
de libertad, cooperación, solidaridad, convivencia, unidad e integración, que garanticen la dignidad
y el bienestar individual y colectivo.
A este respecto el Estado ha venido promoviendo y encaminando a impulsar la
construcción de saberes, con la participación permanente de los actores sociales comprometidos
con el desarrollo de la comunidad y el proceso educativo, para establecer una fuente principal de
aprendizaje que ayude a reconocer los problemas y necesidades, superar las dificultades, asumir
responsabilidades, confrontar el cambio y valorar las diferencias; planteamiento que se
corresponde con los aportes teóricos referidos al aprendizaje que garantiza en el individuo la
apropiación activa y creadora de la cultura, propiciando el desarrollo de su auto-perfeccionamiento
constante, de su autonomía y autodeterminación, en intima conexión con los necesarios procesos
de socialización, compromiso y responsabilidad social.
La política social venezolana actual, entre otros, viene promoviendo con énfasis darle el
poder al pueblo, en las cuales los adultos y adultas mayores no escapan para asumir su poder. Así
mismo, se viene enfatizando y fortaleciendo los programas municipalizados.
La gerontología moderna debe ir a la par de los nuevos escenarios y políticas que van
emergiendo en la realidad social venezolana. La atención en servicios gerontológicos, no escapa
de la atención e intervención social con personas mayores y su comunidad, el cual produce un
estimulo en la vida de los adultos mayores, los grupos y sus comunidades. La gerontología
venezolana, debe actualizarse hacia un contexto social municipalizado, buscando la atención en
las personas mayores a descubrir su propio potencial en relación a los cuatro pilares entes
señalados, para analizar con sus propios medios sus necesidades, buscando métodos locales,
municipales que permitan un fin claro en este milenio: la mejora de las condiciones y de la calidad
de vida.
La atención de servicios gerontológicos municipalizados busca, ante todo, permitir a las
personas mayores promover su independencia y autononomia, mediante el empoderamiento,
explotando sus capacidades personales, resolviendo los problemas propios a su manera y no
guiarlos para que recreen la sociedad siguiendo los puntos de vista de un tercero, que en su
mayoría pueden ser profesionales de la gerontología, trabajo social o todos aquellos que atiendan
a este sector.
En la atención de servicios gerontológicos municipalizado, es necesaria una revolución en
el sentido que las personas mayores se sientan provocadas a participar para exponer sus
potencialidades y carencias humanas y se le incite a la búsqueda de soluciones y respuesta. Lo
cual sólo puede conseguirse si existe un profesional de la gerontología que dedique su trabajo y su
miramiento hacia el envejecimiento sano, libre de discapacidad, además esta atención lenta y
duradera debe motivar a estas personas en su propia movilización.
3. La municipalización busca alternativas a las necesidades y cuya intervención con servicios
adecuados debe implicar crecimiento, transformación y bienestar al desarrollo comunitario y local.
La municipalización ya sea de la salud, la educación u otra área desarrollo debe tener
concatenación con la realidad social y ubicación geográfica específica, para promover y generar
los desarrollos endógenos y sustentables que beneficien a toda la comunidad. En este particular la
municipalización de la gerontología no escapa de los programas y proyectos que están en relación
con la atención de los servicios gerontológicos.
La municipalización de la gerontología debería suponer una atención de sus servicios
orientado hacia lo local, tomando en consideración como punto de referencia la cultura específica
de las poblaciones, las cuales están en proceso de envejecimiento; con sus problemáticas, valores,
acervos, sabidurías, experiencias, exigencias y potencialidades. Se trata de propiciar esta ciencia
con sentido social, comprometidos con el impulso y la promoción del desarrollo de un
envejecimiento saludable, en el mismo local donde viven y trabajan las personas mayores, su
familia y la comunidad.
Llevar en concreto la municipalización de la gerontología en nuestro país es conocer
nuestro propio envejecimiento local y particular, estando inmerso en el macrocosmo del universo y
para cuyo logro, cada gerontólogo y gerontóloga, así como los adultos mayores y la comunidad
deben estar comprometidos con la transformación social del envejecimiento poblacional y sus
implicaciones biopsicosociales. El desarrollo de un envejecimiento sano depende de la localidad,
sus habitantes, las personas envejecientes y en particular de los adultos y adultas mayores.
Igualmente, sobre la base de la concepción de Simón Rodríguez acerca de la educación,
vista como un proceso colectivo e integrador y, a la sociedad, como una gran escuela formadora
de ciudadanos y ciudadanas; la Educación Bolivariana se define como un proceso político y
socializador que se genera de las relaciones entre escuela, familia y comunidad; la
interculturalidad, la práctica del trabajo liberador y el contexto histórico social. En consecuencia, la
sociedad en su proceso dinámico de aprender-desaprender-aprender hace de la educación un
proceso en permanente construcción, donde los niños, niñas, adolescentes, adultos y adultas son
asumidos en su integralidad y complejidad; donde se consideren las experiencias educativas que
conllevan al desarrollo de conocimientos, valores, actitudes, virtudes, habilidades y destrezas en
cada una de estas(Tomado del Diseño Curricular del Sistema Educativo Bolivariano, Septiembre
2.007)
A partir de las consideraciones anteriores, de los aportes realizados por distintas
organizaciones vinculadas con la educación a nivel nacional e internacional y los postulados del
pensamiento Robinsoniano Bolivariano y Zamorano, se establecen cuatro pilares fundamentales
para el desarrollo integral del nuevo ser social, humanista y ambientalista: Aprender a Crear,
Aprender a Convivir y Participar, Aprender a Valorar y Aprender a Reflexionar.
De la frase inventamos o erramos, pronunciada por Simón Rodríguez, en 1.828, surge el
primer pilar de la educación Aprender a Crear, lo cual supone fortalecer y desarrollar cualidades
creativas. Busca preparar a los nuevos republicanos y republicanas "para afrontar exitosamente las
exigencias sociales y personales de cada etapa de la vida, (niñez, adolescencia, adultez y vejez).
Desde esta perspectiva, el fomento de la creatividad debe desarrollarse desde un aprendizaje
práctico creador, en ambientes sociales que permitan que permitan el fomento del cerebro creador
derecho; así como de un trabajo cooperativo, , experiencias y vivencias con la naturaleza. La
intención con este pilar es promover una actitud emprendedora para poner en práctica nuevas y
originales soluciones en la transformación endógena del contexto social –comunitario.
El segundo, sustentado también en Simón Rodríguez, Aprender a Convivir y Participar.
Este encuentra su sustento filosófico, inicialmente, en el planteamiento: “…el hombre no podrá
ejercer su derecho a la participación a menos que haya salido de la calamitosa situación en
que las desigualdades del subdesarrollo le ha sometido” (Freire:2.002) señala la necesidad de
4. formar una ciudadanía, sin dejar de tomar en cuenta en concatenación a la gerontología, a las
personas envejecientes y las personas envejecidas o de mayor edad), con conciencia social,
comprometida con el desarrollo de las políticas sociales.
Con base en el ideal de Bolívar, el tercer pilar Aprender a Valorar, busca transformar la
escala de valores centrada en el ser humano y sentir solidaridad ante los valores de la vida, la
salud, la autorrealización, ante la vulnerabilidad de las necesidades, los sufrimientos, dolores y
carencias, las cuales no escapan a los adultos mayores y al envejecimiento poblacional. Aprender
a valorar significa tomar conciencia de la importancia de las acciones colectivas y desarrollar
habilidades para caracterizar, razonar, discernir, dialogar y mediar, desde una ética social. El
desafío es transformar la escala de valores centrada en el ser humano, así como la capacidad de
reconocerse en sus congéneres y de sentir solidaridad. Esta vinculada a los valores de las
relaciones afectivas signadas por la cooperación y solidaridad.
El cuarto pilar Aprender a Reflexionar implica preparar al ciudadano para apropiarse
independientemente de los avances de la ciencia, técnica y tecnología, de los elementos de su
cultura local, lo municipal, regional, nacional e internacional, en forma reflexiva, con criterio
enriquecedor y transformador. Para ello, es necesario promover espacios y proveer experiencias
para que los y las estudiantes –y ciudadanos- aprendan a reflexionar sobre las acciones,
situaciones o realidades en las cuales interactúan, desde una óptica ajustada al contexto socio
histórico-comunitario donde se dan las acciones.
Estos pilares, se asumen como elementos flexibles facilitando las experiencias de
aprendizaje inter y Transdisciplinarias, permitiendo el desarrollo de procesos de aprendizajes en
colectivo, en el mismo lugar donde conviven y se relacionan los ciudadanos y ciudadanas. El
educando en gerontología necesita formarse con una visión ideal actualizada y basada en estos
cuatro pilares humanísticos en relación a la Educación Bolivariana y debe promover encuentros
gerontológicos con los actores involucrados en el mismo con la meda de fomentar un
envejecimiento saludable, libre de discapacidad, proporcionando autonomía e independencia a las
personas envejecientes y en particular a las personas mayores. Se pretende fomentar a un
ciudadano de mayor edad creativo e integral, que sepa valorar y convivir, que tenga interés por
aprender y compartir con otras generaciones y su propia generación, con su experiencia y
sabiduría acumulada por los años, promoviendo su proyecto de vida individual, pero siempre en
consonancia con el colectivo.