Este documento describe varias complicaciones puerperales como infecciones, fiebre puerperal, metritis, infecciones de incisiones quirúrgicas, hemorragia postparto, y lesiones del canal de parto. Las infecciones puerperales más comunes son la endometritis y la fiebre puerperal, que a menudo se debe a una infección pélvica agresiva. La hemorragia postparto se debe principalmente a la atonía uterina, a la retención de restos de placenta, o a lesiones del canal
1. Grupo k: Allyson Sosa, María
Molina, Tishara Wesley
COMPLICACIONES
PUERPERALES
2. Infecciones puerperales
El termino infección puerperal se utiliza para describir cualquier infección bacteriana del
aparato genital despues del parto.
3. FIEBRE PUERPERAL
La mayoría de las fiebres persistentes después del parto se debe a infecciones del
aparato genital. Utilizando esta definición conservadora, sólo en cerca de 20% de
las mujeres con fiebre durante las primeras 24 h después del parto vaginal se
diagnosticaba una infección pélvica.
Es importante enfatizar que la fiebre con temperatura de 39°C, o más, que
aparece en las primeras 24 h después del parto es causada a menudo por una
infección pélvica agresiva por estreptococos del grupo A.
Otras causas de fiebre puerperal incluyen:
Congestión mamaria Infecciones del tracto urinario
Episiotomía
Incisiones abdominales
Laceraciones perineales
Complicaciones respiratorias después de la operación cesárea
4. INFECCION UTERINA
La infección uterina del puerperio ha recibido nombres diversos, como
endometritis, endomiometritis y endoparametritis. Puesto que la infección
no sólo abarca la decidua sino también al miometrio y a los tejidos
parametriales, los autores prefieren utilizar el término incluyente de
metritis con celulitis pélvica.
Factores Predisponentes
El tipo de parto (vaginal o por cesárea) constituye el factor de riesgo
principal para el desarrollo de una infección uterina. La tasa de
mortalidad relacionada con infecciones en mujeres sometidas a
cesárea es 25 veces mayor que en aquellas que paren por vía vaginal.
Las tasas de hospitalización recurrente por complicaciones de la
herida quirúrgica y endometritis fueron mucho mayores en mujeres
sometidas a cesárea primaria planeada, respecto de las que tuvieron
un parto vaginal programado.
5. Otros Factores de Riesgo
se acepta que las infecciones pélvicas son más
comunes en las mujeres de un nivel
socioeconómico inferior respecto de aquellas
personas que cuentan con mayores ventajas.
Excepto en casos extremos, que no suelen
registrarse en Estados Unidos, es poco probable
que la anemia o la desnutrición predispongan a
las infecciones. La colonización bacteriana de la
porción inferior del aparato genital por ciertos
microorganismos (p. ej., estreptococos del
grupo B, Chlamydia trachomatis, Mycoplasma
hominis, Ureaplasma urealyticum y
Gardnerella vaginalis) se ha vinculado con
mayor riesgo de infecciones puerperales. Otros
factores que incrementan el riesgo de infección
son anestesia general, cesárea por embarazo
múltiple, embarazo y nuliparidad en las
mujeres jóvenes, inducción prolongada del
trabajo de parto, obesidad y líquido amniótico
con meconio.
6. La patogenia
Las infecciones puerperales que se
presentan después de un parto vaginal
casi siempre se encuentran en el sitio
de implantación de la placenta, la
decidua, el miometrio adyacente o las
laceraciones del cuello uterino o la
vagina. La patogenia de las infecciones
uterinas posteriores a cesáreas
corresponde a la de una incisión
quirúrgica infectada.
Clínica
El criterio más importante para establecer el
diagnóstico de metritis puerperal es la fiebre.
De forma intuitiva, se cree que la intensidad de
la fiebre es directamente proporcional a la
magnitud de la infección y el síndrome de
septicemia. La temperatura es casi siempre de
38 a 39°C. El escalofrío que acompaña a la
fiebre sugiere bacteriemia. Las mujeres se
quejan además de dolor abdominal y tienen
hipersensibilidad parametrial durante la
exploración abdominal bimanual. La
leucocitosis varía de 15 000 a 30 000 células/μl,
pero no debe soslayarse que la cesárea misma
eleva la cifra de leucocitos.
7. Cuando aparece una metritis leve después
de un parto vaginal, casi siempre basta el
tratamiento ambulatorio con algún
antimicrobiano oral. Sin embargo, en el
caso de una infección moderada o grave
se indica un tratamiento intravenoso con
algún antibiótico de amplio espectro.
Tratamiento
Casi 90% de las mujeres que recibe este tipo de
tratamiento mejora en un lapso de 48 a 72 h. Si la
fiebre persiste después de este periodo, se deben
buscar causas de una infección pélvica refractaria.
Entre éstas se encuentran los flemones
parametriales (áreas de celulitis intensa), abscesos
pélvicos o de la incisión abdominal, hematomas
infectados y tromboflebitis pélvica séptica.
En las mujeres que recibieron clindamicina
y gentamicina, la tasa de resolución de la
infección fue de 95% y este esquema aún
se considera por la mayoría de los médicos
el estándar con el que se comparan las
demás opciones.
8. La infección de la herida quirúrgica es una causa
frecuente de fiebre persistente en mujeres que
sufren de metritis.
Otros factores de riesgo son: obesidad, diabetes,
inmunosupresión, anemia, hipertensión y
hemostasia deficiente con formación de
hematomas.
INFECCIONES DE LAS INCISIONES
ABDOMINALES
9. COMPLICACIONES
Factores de riesgo comunes en las embarazadas:
diabetes, hipertensión, y obesidad.
I. Dehiscencia de la herida: se refiere a la separación de la
fascia. La mayor parte de las dehiscencias ocurren al
quinto día después de la operación y se acompaña de
secreción serosa-sanguinolenta.
II. Fascitis necrosante: es una infección polimicrobiana
grave pero es poco común.
Esta infección puede abarcar la piel, tejido subcutáneo
superficial y profundo y cualquier capa de fascia
abdominopélvica. Si llega al musculo se le conoce como
miofascitis.
10. ABCESOS EN LOS
ANEXOS Y PERITONITIS
Los abscesos ováricos son raros durante el puerperio, estos son
causados por la invasión de bacterias a través de una fisura en la
capsula ovárica. Los abscesos ováricos son lesiones unilaterales.
Peritonitis
Usualmente la precede un evento de metritis sin embargo
también puede ser causado por necrosis de la incisión uterina y
deshicencia, rotura de un absceso de un órgano durante la
cesárea.
Rara vez se da después del parto vaginal
Los primeros síntomas de peritonitis suele ser íleo adinámico.
11. complicación frecuente en la época
anterior a los antibióticos.
La flebitis séptica se extiende por los
trayectos venosos y puede provocar
trombosis, a menudo acompañada de
linfagitis.
Tras una celulitis parametrial intensa se
forma una induración entre las láminas
del ligamento ancho. Se debe sospechar
cuando persiste la fiebre a pesar del
tratamiento antibiótico, especialmente
tras una cesárea. Si se forma un absceso
el útero se aprecia lateralizado.
Tromboflebitis pélvica séptica
FLEMON PARAMETRIAL
12. I. Las infecciones de episiotomía no son comunes.
Factores de riesgo: trastorno de la coagulación, tabaquismo e infección por
VPH
II. Síndrome de choque toxico: enfermedad febril aguda, cefalea, confusión
mental, eritema macular difuso, edema subcutáneo, nauseas, vomito,
diarrea y hemoconcentración.
En casi todos los casos se a aislado staphylococcus aureus.
Diagnostico y tratamiento tardío pueden ocasionar mortalidad materna y
fetal.
INFECCIONES PERINEALES Y TSS
13. MAMAS
I. Infecciones mamarias
La infección es casi siempre unilateral y la inflamación
por lo general va precedida de congestión pronunciada.
Los síntomas comprender escalofríos seguidos de fiebre
y taquicardia. Se acompaña de dolor intenso y la mama
se encuentra enrojecida y dura.
Etiología: s. aureus (mas común), estafilococo negativo a
la coagulasa y estreptococo viridans las cuales entran
por medio de fisuras en el pezón por medio de el RN.
II. Absceso mamario:
Se debe sospechar de AM cuando la fiebre no disminuye
después de 48-72 horas de tratamiento contra mastitis
o cuando se palpa una tumoración.
19. La causa más frecuente de
hemorragia obstétrica es la
incapacidad del útero para
contraerse lo suficiente después del
parto y para detener el sangrado
de los vasos en el sitio de
implantación de la placenta.
ATONÍA UTERINA
20.
21.
22. Con la hemorragia posparto inmediata, se realiza una
inspección cuidadosa para excluir la laceración del canal
del parto. Debido a que el sangrado puede ser causado
por la retención de fragmentos de la placenta, la
inspección de la placenta después del parto debe ser una
rutina. Si se observa un defecto, el útero debe explorarse
manualmente y se debe extraer el fragmento.
Ocasionalmente, la retención de un lóbulo puede causar
hemorragia posparto. Durante el examen para detectar
laceraciones y causas de atonía, el útero se masajea y se
administran agentes uterotónicos.
EVALUACIÓN Y GESTIÓN
OXITOCINA
23. SANGRADO QUE NO RESPONDE A LOS
AGENTES UTEROTÓNICOS
1. Comenzar la compresión uterina bimanual,.
2. Movilice de inmediato al equipo de obstetricia de emergencia a la sala de parto y solicite sangre entera o
glóbulos rojos concentrados.
3. Solicitar ayuda urgente del equipo de anestesia.
4. Asegure al menos dos catéteres intravenosos de gran calibre para que el cristaloide con oxitocina . Inserte
un catéter Foley permanente para un control continuo de la producción de orina.
5. Comience la reanimación por volumen con una infusión intravenosa rápida de cristaloides
6. Con la sedación, la analgesia o la anestesia establecidas y ahora con una exposición óptima, una vez más,
explore manualmente la cavidad uterina para detectar fragmentos de placenta retenidos y para detectar
anomalías uterinas, incluidas laceraciones o roturas
7. Inspeccione minuciosamente el cuello uterino y la vagina nuevamente para detectar laceraciones que
puedan haber escapado a la atención.
8. Si la mujer todavía está inestable o si hay hemorragia persistente, se administran transfusiones de sang
24. La inversión puerperal del útero es uno de los desastres
hemorrágicos clásicos que se encuentran en la
obstetricia. A menos que se reconozca y maneje de
manera adecuada, el sangrado asociado a menudo es
masivo.
Los factores de riesgo incluyen solo o en combinación:
1) implantación fúndica de la placenta.
2) atonía uterina.
3) tracción del cordón aplicada antes de la separación de
la placenta .
4) placenta adherida anormalmente, como en los
síndromes de acretismo
INVERSIÓN UTERINA