Power Point presentado por Ildefonso Camacho, sj, en el Aula de Formación Permanente de Cáritas Granada el 15 de Febrero de 2012, sobre Doctrina Social de la Iglesia y trabajo de Cáritas
6° SEM30 WORD PLANEACIÓN PROYECTOS DARUKEL 23-24.docx
Formacion doctrina socialdelaiglesia-ildefonsocamacho
1. La Doctrina Social de la Iglesia y el trabajo de Cáritas Ildefonso Camacho SJ 15 febrero 2012
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3. PARTE 1ª El marco de nuestro trabajo: la Doctrina Social de la Iglesia
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11. PARTE 2ª Un instrumento de la Doctrina Social de la Iglesia
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25. PARTE 3ª La caridad, núcleo de la vida cristiana y de la misión de la Iglesia
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28. Un dato esencial (n. 25) La naturaleza íntima de la Iglesia se expresa en una triple tarea: anuncio de la Palabra de Dios ( kerygma-martyria ), celebración de los Sacramentos ( leiturgia ) y servicio de la caridad ( diakonia ). Son tareas que se implican mutuamente y no pueden separarse una de otra. Para la Iglesia, la caridad no es una especie de actividad de asistencia social que también se podría dejar a otros, sino que pertenece a su naturaleza y es manifestación irrenunciable de su propia esencia.
29. Un segundo dato esencial (n. 25) La Iglesia es la familia de Dios en el mundo. En esta familia no debe haber nadie que sufra por falta de lo necesario. Pero, al mismo tiempo, la caritas-agapé supera los confines de la Iglesia; la parábola del buen Samaritano sigue siendo el criterio de comportamiento y muestra la universalidad del amor que se dirige hacia el necesitado encontrado “casualmente” (cf. Lc 10, 31), quienquiera que sea.
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31. Una cita de la encíclica (n.28) El amor —caritas— siempre será necesario, incluso en la sociedad más justa. No hay orden estatal, por justo que sea, que haga superfluo el servicio del amor. Quien intenta desentenderse del amor se dispone a desentenderse del hombre en cuanto hombre. Siempre habrá sufrimiento que necesite consuelo y ayuda. Siempre habrá soledad. Siempre se darán también situaciones de necesidad material en las que es indispensable una ayuda que muestre un amor concreto al prójimo (…).
32. Una cita de la encíclica (n.28) (…) El Estado que quiere proveer a todo, que absorbe todo en sí mismo, se convierte en definitiva en una instancia burocrática que no puede asegurar lo más esencial que el hombre afligido —cualquier ser humano— necesita: una entrañable atención personal. Lo que hace falta no es un Estado que regule y domine todo, sino que generosamente reconozca y apoye, de acuerdo con el principio de subsidiaridad, las iniciativas que surgen de las diversas fuerzas sociales y que unen la espontaneidad con la cercanía a los hombres necesitados de auxilio.