Este documento discute la importancia de la formación continua de los profesores de inglés. Señala que los profesores deben actualizarse constantemente para enseñar de manera efectiva en un mundo globalizado. Sin embargo, en el estado de Táchira en Venezuela hay pocas oportunidades para que los profesores mejoren sus habilidades. El documento concluye argumentando que los profesores deben comprometerse con la investigación de su práctica docente y con la innovación educativa.
PPT GESTIÓN ESCOLAR 2024 Comités y Compromisos.pptx
Formación permanente, deber de todos
1. Universidad de Los Andes
Facultad de Humanidades y Educación
Maestría en Enseñanza/Aprendizaje de las Lenguas Extranjeras
Métodos para la Enseñanza/Aprendizaje de las Lenguas
Extranjeras
Mérida - Venezuela
Participante: Yzamar Martínez.
Cohorte: VII.
Profesora: Ingrid Contreras.
Junio - 2015
Formación permanente, deber de todos.
Creencias sobre la naturaleza de la enseñanza de las lenguas extranjeras.
Transcurrido cierto tiempo de desarrollo, todo proceso organizado requiere de
la necesaria evaluación del mismo, a fin de poder aplicar acciones necesarias y
oportunas para corregir las deficiencias presentadas, siempre teniendo como norte
que podemos ser mejores docentes y que en nuestra decisión de enseñar, lo más
importante es poder lograr aprendizajes significativos en nuestra labor diaria como
formadores del porvenir futuro.
Conocer el rendimiento de nuestra acción docente, así como la forma en que
nuestros estudiantes nos perciben, permitirá generar una serie de ajustes que
conllevarán a la mejora constante y progresiva en la búsqueda de la excelencia, tal
como lo afirman Sherman, Armistead, Fowler, Barksdale y Reif (1987) destacan, las
siguientes dimensiones para lograr la excelencia docente: el entusiasmo, la claridad,
la preparación/ organización, la capacidad del profesor para despertar el interés y el
pensamiento sobre la asignatura, y la pasión por el conocimiento (Sherman,
Armistead, Fowler, Barksdale y Reif citado en Prieto Navarro, 2007).
El auge de la sociedad del conocimiento y de la globalización como fenómeno socio-
económico ha generado un conjunto de necesidades formativas, entre ellas, la de
adoptar una lengua como medio de comunicación internacional, y esta función le ha
sido históricamente asignada a la lengua inglesa por diversas razones de tipo
cultural, económico y político.
Circunstancias contextuales y socio-políticas que han incidido en asumir este idioma
como un requerimiento cultural y profesional conveniente para una participación
2. más efectiva y amplia en las comunidades. Estamos de acuerdo con Lam Kam-Mei
y Halliday (2002:11) en el que el conocimiento del inglés supone una condición casi
indispensable para el éxito profesional. Especialmente, es muy demandado en las
comunidades científicas y en el mercado laboral, en función de la cooperación
técnica, tecnológica y comercial.
Dentro de nuestro amplio desarrollo como facilitadores de una lengua extranjera
debemos poseer actitudes y aptitudes lingüísticas particulares que muestren la
competencia hacia dicha lengua, pero en ciertas ocasiones, en cuanto a actitudes
personales se denota la presencia de que algunos facilitadores no poseen el
adecuado perfil pedagógico que se requiere para dicha labor, lo que conlleva a que
en muchas oportunidades nuestros estudiantes hagan comentarios o reclamos
despectivos relacionados con nuestro desempeño docente.
En este sentido, debemos revisar, desde nuestro punto más intrínseco aspectos
relacionados con el desempeño docente y la actitud hacia el logro como facilitadores
de una lengua extranjera. Al reflexionar sobre este tema, surgen de inmediato un
conjunto de interrogantes: ¿Es comparable el desempeño y compromiso de un
facilitador académico preocupado por su mejoría al de un facilitador sin el requerido
componente pedagógico? ¿Existe una actualización permanente en los facilitadores
que tiene por finalidad promover innovación, reflexión y competencia para hablar y
enseñar inglés?
En consecuencia, enseñar inglés se ha transformado en una profesión destacada.
Por tales referentes culturales y académicos, la formación inicial y permanente de
los docentes de inglés ha pasado a ser una responsabilidad inevitable de las
personas comprometidas con las respuestas a las necesidades emergentes de la
sociedad del conocimiento y de la información.
Por ejemplo desde mi contexto más palpable y fácil de reconocer, En el Estado
Táchira, tierra de la que provengo, en la Universidad de Los Andes (ULA), el Núcleo
Dr. “Pedro Rincón Gutiérrez” forma Licenciados en Educación Mención Inglés
desde 1979, con más de 1.100 egresados. Sin embargo, según investigaciones
realizadas por Chacón (2003, 2005 y 2006) la gran mayoría de esos egresados no
han logrado estudios de 4to. Nivel para la debida profundización o actualización y
3. quienes han alcanzado ese nivel, se han visto obligados a cursar estudios en áreas
curriculares distintas, y sólo una minoría se ha especializado en el área, incluso en
países de habla inglesa.
Aunado a ello, hay que destacar que las instituciones de Educación Superior en este
Estado no ofrecen cursos de actualización en esa área, ni tampoco oportunidades
para que estos docentes incrementen sus competencias didácticas. Solamente en la
Universidad Nacional Experimental del Táchira (UNET) ofrecen un programa
llamado “Actualización Académica en el Idioma Inglés” con una duración de 200
horas académicas, comprendido por cuatro módulos como son: Comprensión
Lectora, Expresión Oral I, Expresión Oral II y Expresión Escrita, pero es un
programa dirigido a personas (público en general) con alta competencia del idioma
inglés, no es algo exclusivo para docentes. Esa carencia de oportunidades de
mejoramiento profesional afecta directamente nuestra carrera académica y limita el
desempeño. Más aún, pudiese estar incidiendo en las pocas innovaciones e
investigaciones sobre la enseñanza del idioma y en los escasos escenarios para
intercambiar y debatir tópicos propios de esta profesión. Situaciones que también
pudiesen estar afectando la enseñanza y los aprendizajes de esta lengua en los
distintos niveles y modalidades educativas de la región.
Ahora bien, para llevar a cabo tan encomiable labor, el Sistema Educativo
venezolano debe considerar, de manera muy especial, la formación y luego, la
constante actualización de los docentes desde el nivel preescolar hasta la
universidad. Gimeno Sacristán y Pérez Gómez (1999) expresan que: “... el docente
tiene un papel determinante en la calidad de la enseñanza y en la Educación en
general, por su condición de modelo, cuya incidencia se evidencia más que nunca.”
(p. 350). De acuerdo con estos autores, la responsabilidad en el mejoramiento de la
enseñanza no debe depender únicamente del docente; pero consideran estos
autores que “...Justo es admitir que no puede hacerse ningún cambio en la
enseñanza sin la participación y transformación del docente”. (p. 350).
Hoy en día, la enseñanza y aprendizaje del inglés como segunda lengua de
adquisición por parte de la sociedad venezolana ha incrementado de manera
desmedida debido a factores de índole social y laboral que conllevan a la necesidad
de ser competentes a la hora de buscar oportunidades en mejora de la calidad de
4. vida. En virtud de esto, somos pocos los docentes los que nos avocamos a ingresar
a programas que nos permitan recibir de manera formal y consecutiva las
herramientas necesarias para brindar el proceso de enseñanza/ aprendizaje del
inglés. La búsqueda de mejoras en los facilitadores del área de idiomas, al momento
de dictar las clases, nos incentivara a ser proactivos, creativos e innovadores para
que de esta manera logremos sentirnos capacitados en este mundo globalizado, no
sólo en aspectos académicos sino también a comunicarnos y ampliar nuestros
horizontes culturales.
En esta época de cambios en las áreas del conocimiento y en los campos
profesionales, la educación superior amplía sus estrategias formativas y sus
compromisos, desde nuevos paradigmas y enfoques para responder a los nuevos
escenarios y desafíos. Entre ellos, atender el desarrollo socio-afectivo y socio-
cognitivo en correspondencia con las exigencias del contexto profesional y la calidad
de vida. Además, desarrollar el potencial de inteligencia, la creatividad y las
interacciones sociales.
Particularmente, enseñar una lengua extranjera demanda docentes capacitados y
responsables de un proceso didáctico complejo, dinámico y efectivo. En ese
proceso intervienen diversos factores sociales y culturales y psicológicos e involucra
a la lingüística, la sociología, el análisis del discurso, el análisis conversacional,
entre otros. Producto de esas concepciones, la docencia del Inglés es reconocido
como un campo de la formación de carácter interdisciplinario, por cuanto requiere
conocer la naturaleza de la adquisición del lenguaje desde múltiples perspectivas,
los diferentes tipos y estilos de aprendizaje, las metodologías y estrategias de
enseñanza y las particularidades de cada contexto.
Por ello, conviene apoyar la idea de que nosotros los docentes logremos ser
altamente competentes y comprometidos con los contextos, capaces de articular los
nuevos paradigmas y los conocimientos teóricos y prácticos. Además, para que
asuman otras competencias didácticas emergentes, explicadas por Zabala, A.;
Arnau, L. (2007) como son las de investigar su propia práctica, reflexionar sobre sus
impactos, mediar e innovar, signos de la transformación de la enseñanza.
5. Finalmente, el docente contemporáneo le corresponde articular la enseñanza con
los contextos inmediatos mediante diversidad de actividades para garantizar
interacción con los aspectos laborales, de tal manera que su trabajo resulte
propiamente pedagógico y didáctico, más efectivo, agradable y pertinente. Por ello a
mi sentido personal la filosofía propia de la enseñanza de las lenguas extranjeras
corresponde a nuestras competencias, que a la necesidad de estar
permanentemente en actualización tenemos que ser formadores, para aplicar
novedosas estrategias de enseñanza acorde con los nuevos enfoques socio-
lingüísticos y didácticos; mediadores, para atender el proceso de enseñanza a favor
de los aprendizajes del idioma inglés como lengua extranjera y del dominio de las
competencias comunicativas; investigadores, para observar y reflexionar sobre
nuestra práctica educativa y el impacto de ésta en los entornos de aprendizaje
mediante diversos procesos e instrumentos metodológicos para el mejoramiento
permanente de su enseñanza; y por último innovadores, para realizar cambios
pertinentes en los ambientes de aprendizaje mediante el diseño de innovaciones
educativas.
6. REFERENCIAS
- Prieto, L. (2007). Autoeficacia del profesor universitario, eficacia percibida y
práctica docente. Narcea, S.A. De Ediciones. Madrid - España (pág. 23).
- Lam Kam-Mei, J y Halliday, M.A.K. (2002). What is international language? English
Today, Vol 69, Nº8 (1) (11-16).
- Chacón, C.T. (2006). Las creencias de auto eficacia: un aporte para la formación
del docente de Inglés. Acción Pedagógica, Número 15, 2006.
- Gimeno Sacristán J. y Pérez Gómez A.I (1999). Comprender y Transformar la
enseñanza, 8va. Edición Madrid: Morata. (pág. 114).
- Zabala, A.; Arnau, L. (2007). 11 ideas claves para aprender y enseñar
competencias. Barcelona: Graó.
7. REFERENCIAS
- Prieto, L. (2007). Autoeficacia del profesor universitario, eficacia percibida y
práctica docente. Narcea, S.A. De Ediciones. Madrid - España (pág. 23).
- Lam Kam-Mei, J y Halliday, M.A.K. (2002). What is international language? English
Today, Vol 69, Nº8 (1) (11-16).
- Chacón, C.T. (2006). Las creencias de auto eficacia: un aporte para la formación
del docente de Inglés. Acción Pedagógica, Número 15, 2006.
- Gimeno Sacristán J. y Pérez Gómez A.I (1999). Comprender y Transformar la
enseñanza, 8va. Edición Madrid: Morata. (pág. 114).
- Zabala, A.; Arnau, L. (2007). 11 ideas claves para aprender y enseñar
competencias. Barcelona: Graó.