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Memoria yaquilina, a 50 años de la Reforma Agraria.
1. Memoria Yaquilina, a 50 años de la Reforma
Agraria.
Amanda Zavalla Sánchez.
Licenciada en Historia, mención Gestión y Administración Sociocultural.
Diplomado en Patrimonio Cultural, Ciudadanía y Desarrollo Local.
Isla de Yáquil, Santa Cruz. Julio de 2017
Es conocido que hoy la agricultura pasa por una significativa crisis en términos productivos, ya sea
por las vicisitudes del clima o las condiciones comerciales que define la agroindustria, cuyas
consecuencias finalmente recaen sobre el campesino. Sin embargo hubo un tiempo en el que la
tierra era un anhelo que mejoraría las condiciones de vida de los llamados inquilinos y sus familias,
quienes se partían el lomo trabajando de sol a sol las tierras de un patrón que a cambio de ello, les
entregaba una casa, algunas raciones de alimentos y otras regalías, pero que a pesar de ello
mantenían al campesino en precarias condiciones laborales y de subsistencia.
El anhelo por la tierra propia, se concretó con Ley de Reforma Agraria, promulgada en 1967
durante el gobierno del presidente Eduardo Frei Montalva, la que vino a expropiar parte de esas
grandes haciendas y propiedades fiscales que concentraban la tierra en un excesivo porcentaje y
que además no eran explotadas productivamente en un cien por ciento.
¿Pero cómo es que este proceso
histórico en el país, influyó en nuestra
pequeña localidad de Isla de Yáquil?
En la década de 1960, existía la
recordada Hacienda de Yáquil cuya casa
patronal se ubicaba en lo que hoy es
conocido como Las Palmeras en el sector
del Asentamiento. Esta hacienda no era
propiedad ni de un patrón de fundo ni del
Parte de la Casa Patronal de la Hacienda Yáquil. Fotografía: Manuel
Donoso, publicada en el perfil de facebook Comunidad Yáquil el 25 de
Octubre de 2013.
2. Estado, sino de la Iglesia Católica representada en nuestra localidad por la Parroquia Sagrado
Corazón de Jesús, la cual estaba bajo la jurisdicción de la Diócesis de Talca.
A la cabeza de este arzobispado estaba el Obispo Manuel Larraín Errázuriz, un hombre
clave en lo que sucedería luego con los campos que por tantos años concentró esta institución
eclesiástica. Manuel Larraín fue considerado un cristiano visionario para la época, considerando que
pertenecía a una iglesia tan conservadora y ligada a la oligarquía terrateniente. Sin embargo su
condición no lo limitó para promover cambios respecto al rol con el cual la Iglesia debía
comprometerse en los temas relaciones a la cuestión social. Es así como en la época afirmaba:
“(…) El campo se encuentra moral y
espiritualmente postrado. (…)Hay que ir a una
reforma agraria honda, justa, sin demagogias,
sin atropellos, pero hay que hacer dicha
reforma”1.
Es así como ya en 1962 y demostrando su
profunda preocupación por el problema agrario
y la vida rural, años antes de la promulgación
de la Reforma Agraria, convierte una de las
propiedades de la diócesis en una cooperativa agrícola.
Misma transformación sucedería tiempo después cuando esta hacienda pasa a la
administración de la CORA (Corporación de Reforma Agraria). En este momento nuestros padres y
abuelos se transformaron en miembros de una forma de trabajo colectivo que se llamaron
Asentamientos y en el caso de nuestra localidad, fue el Asentamiento Yáquil. De ahí el nombre que
hoy conserva este sector de Yáquil. Si bien aun no eran dueños de las tierras, era una cooperativa
en la que todos trabajan de forma mancomunada, los beneficios se repartían de forma equitativa y
los presidentes eran escogidos entre los campesinos asentados y por los campesinos.
1
Larraín, Manuel en Berrios, Fernando. “Manuel Larraín y la conciencia eclesial latinoamericana.
Visión y legado de un precursor”. Revista Teología y Vida, Vol. L (2009), 13 – 40. Pontificia
Universidad Católica de Chile. P. 24.
Monseñor Manuel Larraín Errázuriz. Fotografía: Centro de
Documentación Patrimonial. Universidad de Talca.
3. Y la Reforma Agraria fue avanzando e implantándose con los propósitos planteados desde
su formulación. Vino el proceso de Parcelación y los asentados se convierten en parceleros, es decir
dueños absolutos de las tierras por las que tantos años se sacrificaron.
Hoy en Isla de Yáquil, quedan algunos propietarios de tierras agrícolas que las han
heredado de padres o abuelos que fueron beneficiados por esta importante reforma, tanto para ellos
como para nuestras familias. Es por ello que es fundamental hacer memoria y conocer nuestro
pasado. Un pasado que configuró lo que hoy somos.
Archivo Personal.