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Terapia Gestalt
Recopilación de artículos y demás
Por Bruno Bassán
1
Contiene:
1. Liberación. Declaración Universal. Alejandro Spangenberg. 3
2. La terapia Gestalt. 6
3. ¿Qué es la Terapia Gestalt? Carmela Ruíz de la Rosa. 12
4. Gestalt y Clínica 19
5. Terapia Gestalt: Salud, Enfermedad y... ¿Santidad? Albert Rams.
6. Apuntes sobre Terapia Gestalt. Carmen Vázquez Badín. 25
7. La Deflexión como una Retroflexión “metafórica”. Carmen Vázquez
Badín. 33
8. La depresión: Comparación entre la Gestalt y otros puntos de vista.
Gary Michael Tyson y Lillian Miller Range. 41
9. Ideas para el vivir. Contribución para una actitud “gestáltica”.
Myriam Sas de Guiter. 51
10.Las raíces filosóficas de la terapia Gestalt. 62
11.Friedrich Salomon Perls (1893-1970) Fundador de la Terapia Gestalt.
Sandra Isella, Mª Eugenia Grau y Carlos Rodríguez. 65
12. Joyitas de Perls. Aporte hecho por Gastón Gandolfi y Jaime Marchant. 72
13.Un homenaje a Laura Perls. (El apoyo terapéutico en Terapia Gestalt)
Carmen Vázquez Badín . 75
14.Bibliografía. 88
2
Liberación - Declaración Universal
En acto unilateral e inconsulto
declaro hoy la independencia total de mi ser
De aquí en adelante
habitaré en el territorio libre de mi espíritu
y sentaré las bases para la construcción
de la República Separatista de la Existencia Digna
Libre al fin de toda opresión
no importa donde esté ni que nombre lleve
mi lucha y el sentido de mi vida
estarán en la liberación de los niños
la defensa implacable e inflexible de la naturaleza
y todo lo que existe en este mundo maravilloso
Anarquista y amante me declaro
por tanto no obedeceré a nadie
y no pediré ser obedecido
Mi cabeza inclino sólo ante la muerte
y el misterio infinito de la vida
Mi humildad será la del guerrero
nacida del respeto y el asombro ante la creación
ni más ni menos que todo lo que existe
No habrá poder humano que doblegue mis convicciones
y en mi vida no habrá espacio para las concesiones
salvo para aquellas dictadas por el corazón
y escritas con la mano de la ternura
A mis hijos acunaré con mis propios brazos
y cuando estén listos los dejaré partir
libres como pájaros
3
volando hacia su destino
Sólo ante Dios decreto y reivindico
mi derecho a ocupar un lugar entre los misterios del Universo
y mientras las fuerzas incomprensibles que rigen mi destino
no determinen lo contrario
declaro que viviré mi vida con total intensidad
sin sujetarme al pensamiento ajeno
ni a las condicionantes de la sociedad
y el tiempo en que me haya tocado vivir
Asumiré mi destino cualquiera que éste sea
sin quejas ni renunciamientos
y aunque nunca lo logre
lucharé con todas mis fuerzas
por merecer y no desperdiciar
esta única e irrepetible oportunidad de estar vivo
Como sé que he de morir
cualquiera sea la forma de vida que elija
hoy con plena conciencia
decido vivir una vida con significado
sólo por placer
no porque espere recompensa alguna
Desde hoy en adelante
sólo creeré en los actos de los hombres
y no en sus palabras
Mis enemigos son y serán
los que luchan por la muerte
aprisionan la imaginación
persiguen la belleza
acumulan riqueza
castigan a los niños
humillan a los desposeídos
y pisotean la verdad
Sepan todos ellos que hoy
Ha comenzado la Revolución
Declaro que desde ahora
no me importará estar solo
y que únicamente aceptaré la compañía
de quienes amen la canción y el vino
vivan sin pedir permiso
4
y estén dispuestos a vivir por sus convicciones.
Por último decreto y asumo
mi derecho irrenunciable a existir
y elegir ser quien soy
libre al fin de las identidades heredadas
digo que mi hogar es el mundo
mi hermana la libertad
y que todas las noches
sin el más mínimo pudor hago el Amor
Así termino esta multitudinaria asamblea unipersonal
porque cada hombre que se libera redime a toda la humanidad
donde con absoluta irrespetuosidad
he decidido desobedecer a todos los poderes y autoridades
para convertirme en el único conductor de mi vida
Con toda la autoridad que emana de este acto
ante mí sello y firmo este compromiso
Alejandro Spangenberg
14 Agosto 1989 Año de la Serpiente
5
La Terapia Gestalt
Es de orientación humanista y está dirigida, sobre todo, al desarrollo personal.
Aquí se muestra una breve descripción de esta forma de trabajo.
La Terapia Gestalt, más que una teoría de la psiquis, es un eficaz abordaje
terapéutico y una filosofía de vida que prima la conciencia (awareness, darse
cuenta), la propia responsabilidad de los procesos en curso y la fe en la
sabiduría intrínseca del organismo (la persona total que somos) para auto-
regularse de forma adecuada con un medio cambiante.
Antepone la espontaneidad al control; la vivencia, a la evitación de lo molesto
y doloroso; el sentir, a la racionalización; la comprensión global de los
procesos, a la dicotomía de los aparentes opuestos...y requiere del terapeuta un
uso de sí como instrumento (emocional, corporal, intelectual) que transmita una
determinada actitud vital en vez de practicar únicamente una técnica útil contra
la neurosis.
Hay tres premisas que fundamentan la Gestalt como una terapia con sus
aplicaciones en el campo de la Psicología Clínica.
1ª. El darse cuenta: sólo cuando el individuo se da cuenta de lo que hace y de
cómo lo hace podrá cambiar su conducta.
2ª. La homeostasis: proceso mediante el cual el organismo interactúa con el
ambiente para mantener el equilibrio.
3ª. El contacto: es imprescindible para el crecimiento y el desarrollo del ser
humano.
1. Darse cuenta
El darse cuenta es la capacidad que tiene cada ser humano para percibir lo que
está sucediendo, aquí y ahora, dentro de sí mismo y del mundo que le rodea.
Dentro de esta experiencia en el aquí y el ahora, se pueden distinguir tres tipos
de darse cuenta, que se denominan como "áreas del darse cuenta" o "zonas de
contacto".
a) El darse cuenta del mundo o zona externa
6
Se relaciona con el contacto sensorial. Nos permite ponernos en contacto con los
objetos y acontecimientos del mundo que nos rodea, de todo aquello que está
fuera y de lo que ocurre más allá de nuestra piel.
Fórmulas: "Yo veo, toco, oigo, huelo,..."; "yo percibo, aquí y ahora,...";...
b) El darse cuenta de sí mismo o zona interna
Comprende todas aquellas sensaciones y sentimientos que ocurren dentro de
nosotros. Nos permite ponernos en contacto con nosotros mismos.
Fórmulas: "Yo siento, me siento..."; "yo siento, aquí y ahora,...";...
Para ponerse en contacto con uno mismo es conveniente hacerse las siguientes
preguntas: ¿qué estoy sintiendo?, ¿dónde lo estoy sintiendo?, ¿cómo lo estoy
sintiendo?.
c) El darse cuenta de la fantasía o zona intermedia
Incluye toda la actividad mental (pensar, imaginar, recordar, planificar,...). Nos
permite ponernos en contacto con nuestras fantasías.
Fórmulas: "Yo pienso, imagino, recuerdo, deseo,..."; "yo pienso, aquí y
ahora,...";...
2. Homeostasis
Ningún organismo es autosuficiente, sino que en todo momento forma parte de
un campo que lo incluye tanto a él como a su ambiente.
Este equilibrio homeostático (o proceso de autorregulación) es sinónimo de
salud, puesto que si el organismo permanece en estado de desequilibrio con su
entorno durante mucho tiempo enferma, al no poder satisfacer sus necesidades.
3. Contacto
Cada persona tiene su espacio vital dentro del cual, y dependiendo del
momento, puede recibir o abrirse a determinadas personas, pero nadie puede
invadir su espacio. Si esto ocurre, nos sentimos amenazados en nuestra
integridad e individualidad.
Cuando hacemos demasiado hincapié en sostener rígidamente ese espacio
vital, corremos el riesgo de reducir el contacto con los demás. Esta reducción
del contacto conduce al hombre a la soledad que, sin embargo, elige como
opción más segura y menos generadora de angustia. La mayoría de las veces
esta reducción del contacto se realiza por temor o miedo y, aunque el deseo
de contactar con los demás sea grande, ese temor que sentimos cuando
alguien se acerca nos impide retirar nuestros límites y abrirnos.
7
Cuando sucede lo contrario, es decir, cuando nuestro yo está en continuo
contacto con el mundo, mostrando una extraversión compulsiva, se pierde esa
intimidad creativa y de concentración, diluyéndose los límites del yo,
haciéndose a veces difícil distinguir entre el ambiente y el yo.
El trabajo guestáltico
El objetivo de un encuentro guestáltico es descubrir e incrementar el darse
cuenta; no está diseñado para lograr una catarsis, aunque si la expresión es
honesta no se interfiere con ella.
El terapeuta se centra en el "qué" y "cómo". Qué y cómo proceden de la
observación exacta, por qué conduce a la especulación.
Pasos por los que atraviesa un experimento o
trabajo guestáltico:
1º) Preparación del campo de trabajo.
a) Tener la voluntad de explorar la perspectiva de la otra persona.
b) No interrumpir a la persona, sino permitirle que desarrolle los sentimientos e
ideas que espontáneamente surjan en él, en ese momento, con el propósito de
entender más plenamente que está sucediendo con el paciente.
2º) Negociación o consenso entre el terapeuta y el paciente.
a) Hacer saber al paciente que la terapia guestáltica implica experimentación.
b) Que el paciente acceda a llevar a cabo la experimentación.
c) Hacer notar al paciente que no está solo en este proceso, sino que el terapeuta
lo acompaña en su aventura.
3º) Generación de autoapoyo tanto para el paciente como para el terapeuta.
El terapeuta debe establecer las condiciones tanto en su cuerpo como en el
ambiente, que den un apoyo óptimo para él y para el paciente (cuidar su
posición, su respiración, así como los distractores potenciales; de tal manera que
8
todo lo que de él emane esté bien fundamentado y plenamente basado en su
organismo total).
4º) Exploración del nivel del darse cuenta.
Sólo cuando el terapeuta puede atender a la conducta no verbal del paciente y,
casi en forma simultánea, a sus propias sensaciones, será capaz de tener una
figura clara de lo que está sucediendo con él y con el paciente.
5º) Graduación y selección del experimento.
a) Focalización (da el proceso y la dirección de la sesión terapéutica) y Tema
(da el contenido de la misma). Un tema traerá a colación otro y otro, de entre los
que el terapeuta escogerá el que considere más importante.
b) Graduar el nivel de dificultad del experimento, para alcanzar el nivel óptimo
de ejecución para el paciente en ese momento.
6º) Localizar y movilizar la energía congelada en el paciente.
Encontrar dónde está activada la energía del paciente o dónde está estancada
(por lo general, una persona va a tener la necesidad de sacar a flote áreas de su
vida en las que ha invertido grandes cantidades de energía o donde, por el
contrario, siente una carencia de esta).
7º) Focalización.
Para poder desarrollar un experimento o trabajo terapéutico se necesita
encontrar un suceso que necesite seguimiento o ser trabajado. La focalización
será la que defina el proceso a llevar a cabo y la dirección que este tendrá
durante la sesión terapéutica.
8º) Actuación.
Actuar la situación inconclusa que está emergiendo en la conciencia
generalmente conlleva un alto grado de ansiedad, que tiene la posibilidad de
expresarse libremente dentro de la actuación, lo que favorece que la energía
antes bloqueada pueda al fin expresarse.
9º) Relajación.
9
a) En posición cómoda, respirar profunda y lentamente hasta lograr un estado
de serenidad interior.
b) Enfocar la atención en cada una de las partes del cuerpo.
10º) Asimilación de lo sucedido.
a) Preguntarle al paciente cuál fue su experiencia.
b) Facilitar que integre esa vivencia en su vida diaria.
Trabajo con las polaridades
Todo evento se relaciona con un punto cero a partir del cual se realiza una
diferenciación de opuestos. Estos opuestos manifiestan, en su concepto
específico, una gran afinidad entre sí. Al permanecer atentos al centro, podemos
adquirir una capacidad creativa para ver ambas partes de un suceso y
completar una mitad incompleta. Al evitar una visión unilateral logramos una
comprensión mucho más profunda de la estructura y función del organismo.
En términos de polaridades, los sentimientos negativos suelen coincidir con
el opuesto que no logra emerger como figura y desequilibra la percepción de
su otra polaridad (la aceptada y aceptable). Las emociones negativas son
ciertamente esenciales para la dicotomía de la personalidad. No sólo tenemos el
deber de exponerlas, sino también el de transformarlas en energías
cooperadoras. Durante este proceso encontramos una fase transitoria: el
disgusto, vía la codicia, se transforma en discriminación; la ansiedad, vía la
excitación, en un interés específico como la hostilidad, excitación sexual,
entusiasmo, iniciativa, etc.; el miedo, vía la sospecha, se transforma en
experimentación, esto es, en una ampliación de las órbitas de la propia vida; y
la vergüenza, vía el exhibicionismo, en autoexpresión.
La filosofía básica de la terapia gestalt es la diferenciación e integración de la
naturaleza. La diferenciación conduce por sí misma a polaridades. Como
dualidades, estas polaridades se pelearán fácilmente y se paralizarán
mutuamente. Al integrar rasgos opuestos, completamos nuevamente a la
persona. Por ejemplo: debilidad y bravuconería se integran como una
silenciosa firmeza. Tal persona tendrá la posibilidad de ver la situación total
(una gestalt) sin perder los detalles. De este modo, obtiene una mejor
perspectiva que le permite enfrentar la situación mediante la movilización de
sus propios recursos.
10
Trabajo con los sueños.
Los sueños ocupan un lugar especial en la terapia gestalt por la inmediatez con
que pueden ser vividos y experimentados por el soñante.
La técnica que se utiliza para trabajar los sueños y llegar a darse cuenta de su
significado para la persona que sueña, consiste en (1º) pedirle primeramente al
soñante que relate el sueño en primera persona y en presente; es decir, que lo
relate como si estuviera pasando en este mismo momento. Mediante este
sencillo mecanismo, la persona se compenetra más íntimamente con su sueño
que si habla simplemente de él. (2º)A continuación, se trata de localizar el
sueño en el espacio, distribuyendo las distintas partes de que se compone como
si se estuviera representando en un escenario. Así, el sueño se convierte en una
experiencia nueva y viva que hace que la persona adquiera un mayor
compromiso con lo que está sucediendo en su sueño.
Se trata de que la persona se dé cuenta de aquellas partes suyas que están
proyectadas, ya sea en personas, en objetos o conceptos. La alienación se
produce cuando la persona niega la existencia en ella de partes que le
pertenecen. "Ese no soy yo" decimos cuando algunos aspectos de nosotros no
nos gustan. Esto empobrece al individuo y sus intercambios con el mundo se
hacen más reducidos y deformes. Pero los sueños no son simples proyecciones,
sino que también podrá verse a través de él, el tipo de contacto que está
estableciendo el paciente con los demás, la activación de sus angustias, temores
y todas las características que puede asumir el contacto en cada persona y en
cada momento.
11
¿Qué es la terapia Gestalt?
Carmela Ruiz de la Rosa
INTRODUCCIÓN
La Palabra Gestalt se traduce como “forma” o “configuración”. La gestalt
se refiere a los fenómenos de percepción, estudiados por investigadores
alemanes que demostraron el carácter global de la percepción, como una
totalidad que integra figura y fondo.
La figura es aquello que se percibe como sobresaliente en el campo
perceptual, y que tiene una forma definida; mientras que el fondo es algo
indefinido, cuya función es servir de base envolvente a la figura. (Por
ejemplo una charla de un bar y logotipo I.P.G.).
Esta relación figura-fondo es dinámica. Si la figura capta la atención del
observador, la gestalt será definida, y el fondo tendrá escasa presencia. Por
ejemplo, cuando quiero echar una carta, y busco un buzón en la calle. El
buzón es una figura emergente del fondo indiferenciado del paisaje urbano.
Luego, cuando el objeto pierda interés para el observador, se confundirá de
nuevo con el fondo, del cual podrá emerger otra figura distinta, y así
crearse una nueva gestalt, una nueva entidad perceptiva.
Esta noción de organización de lo perceptivo se extendió posteriormente a
lo mental. Se descubrió que los pensamientos, sentimientos y recuerdos se
organizan también en gestalts, con una figura dominante sobre el fondo.
Esta organización dependerá de las motivaciones o necesidades de la
persona.
Así, por ejemplo, cuando me enfado, mi ira es la figura relevante que
destaca del fondo constituido por mis sentimientos, pensamientos,..
Igualmente el color de la cara, las mandíbulas apretadas, los puños
cerrados...son la figura que ocupa totalmente el campo de percepción
corporal.
Cuando se me pasa el enfado, cuando ha encontrado su forma de
expresión o de reconocimiento, entonces emerge de mi campo de
conciencia otra gestalt, que podría ser un sentimiento de cariño por la
persona con quien antes me enfadé o una mayor serenidad y comprensión
de la situación.
Pero si mi enfado, por la razón que sea no pudo expresarse, o ni tan
siquiera reconocerse, se quedará enquistado, como un resentimiento
pendiente, tanto en lo físico como en lo emocional. A menudo
12
experimentamos reacciones ante personas o situaciones cuyo origen
desconocemos y probablemente tengan que ver con situaciones pendientes
o sentimientos no expresados.
Cuando ocurre que una experiencia no se completa, queda una gestalt
inconclusa, y la persona no puede estar disponible para otra experiencia, o
sólo tendrá una disponibilidad parcial hasta que complete dicha
experiencia. En tanto que la gestalt no esté concluida, la persona tenderá a
repetirla en un intento de resolución.
Por ejemplo, en todos los trabajos realizados termino siempre peleándome
con el jefe. Es probable que esté repitiendo un esquema antiguo de
comportamiento infantil.
Otra manera de explicar las pautas repetitivas de comportamiento es que
en su momento las aprendimos para sobrevivir y adaptarnos a una
situación. Y aunque en el presente no sean adecuadas seguimos
repitiéndolas por lo que la necesidad seguirá insatisfecha. Por ejemplo, “el
refrán del pobre: reventar antes que sobre”.
Frente a esta manera de repetirse, la terapia Gestalt enseña a la persona
que puede cambiar y ampliar sus recursos, eligiendo el más conveniente
para ella.
PRINCIPIOS DE LA PSICOTERAPIA GESTALT
La psicoterapia Gestalt es una corriente dentro de la psicología humanista y
se caracteriza porque considera que la persona cuenta con los recursos
necesarios y suficientes para vivir feliz. Y desde esta perspectiva, el
terapeuta no es sino el que acompaña a la persona en el proceso de
descubrimiento personal. No da consejos ni consignas, sino herramientas
para explorar nuestra vida y encontrar las propias soluciones.
Se valora el aquí y ahora, es decir, la actualidad, el presente, lo que a la
persona le está ocurriendo en este momento de su vida.
Es obvio que muchas veces hablamos de acontecimientos del pasado o
expectativas hacia el futuro, sin embargo en Gestalt estos recuerdos o
expectativas se traen al presente, para darnos cuenta de cómo está
repercutiendo en el momento actual.
Por ejemplo, un duelo no resuelto por una muerte o una separación
amorosa, observamos cómo está influyendo y cómo continua vivo en el
presente aunque pertenezca al pasado. A veces una película nos trae a la
memoria asuntos del pasado.
De igual modo el miedo al futuro nos puede incapacitar y es conveniente
darse cuenta de qué tiene que ver con los miedos u otras emociones del
13
presente. Por ejemplo, los hijos que nunca terminan la carrera o que no
encuentran trabajo por miedo a enfrentarse a las responsabilidades de la
vida adulta.
En la terapia Gestalt se valora, también, el darse cuenta, es decir, la
capacidad que tiene cada ser humano para percatarse de lo que está
sucediendo dentro de sí mismo y en el mundo que lo rodea.
El ponerse en contacto con uno mismo y darse cuenta de lo que realmente
uno siente y desea, es el primer paso para conseguir lo que queremos.
Podemos distinguir 3 aspectos en el darse cuenta:
· Darse cuenta de sí mismo, es decir de la zona interna, que comprende
todos aquellos acontecimientos que ocurren dentro de uno mismo:
sensaciones, sentimientos, emociones...
· Darse cuenta del mundo exterior o zona externa que incluye todo lo que
está fuera, más allá de mi piel. Se relaciona con los sentidos: lo que oigo,
veo, toco, huelo....
· Darse cuenta de la zona intermedia o zona de la fantasía, que abarca
todas las actividades mentales: pensar, adivinar, imaginar, planificar,
recordar, anticipar.
Por último, se fomenta la integridad y responsabilidad de las personas. La
gestalt invita a tomar conciencia de lo que nos está sucediendo en cada
momento, sin pretender cambiarlo, detenerlo o evitar algo que hay en mí
y que no me gusta.
Cuando nos ponemos en contacto auténtico con lo que sentimos, el
proceso de cambio se produce por sí solo. El frustrarse con exigencias de
ser distinto de lo que se es, sólo nos lleva a sensaciones de malestar. Por
ejemplo, a veces estamos enfadadas con el marido por algo que hizo que
nos molestó. Si me exijo estar amable sin sentirlo mi resentimiento va a ir
creciendo y cada vez me sentiré más alejada. Si por el contrario me doy
cuenta de lo que me está pasando y lo expreso es posible que el
resentimiento desaparezca y el cariño vuelva sin forzarlo.
Una manera de asumir la responsabilidad es dejar de culpar
sistemáticamente a los demás por lo que nos impiden hacer y asumir que,
más a menudo de lo que creemos, “Si quiero, puedo”.
EL CICLO DE LAS NECESIDADES
Para satisfacer sus necesidades la persona sigue un ciclo llamado de
autorregulación, que se recorre en siete etapas:
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1. Sensación: La persona experimenta un déficit del organismo, por
ejemplo, sequedad de boca.
2. Toma de conciencia: La persona pone nombre a la necesidad. En el caso
del ejemplo, tengo sed.
3. Energetización: La persona se prepara para la acción, en nuestro caso,
decidir qué es lo que quiero y dónde voy a conseguirlo.
4. Acción: Dirigirse al objeto que satisface la necesidad.
5. Contacto: Es el encuentro, la unión, es decir, beber el vaso de agua.
6. Consumación: Supone conducir el proceso hasta su plena realización.
No quedarse a medias.
7. Retirada: La plena satisfacción de la necesidad emergente lleva a un
periodo de repliegue hacia uno mismo hasta que surge otra nueva
necesidad.
Sólo se está disponible para las necesidades emergentes cuando se
completaron las anteriores. Por ejemplo, si me voy a la cama con sed
hasta que no bebo no puedo dormir.
Este ciclo se repite, no sólo en lo fisiológico sino también en lo psicológico,
una y otra vez de manera espontánea y podemos interrumpirlo
inconscientemente por muchos factores. Por ejemplo, a menudo nos
encontramos con normas sociales o familiares que interfieren en la
satisfacción de nuestras necesidades. ¡Cuántas veces hemos ido de visita, o
a un cumpleaños, incluso a un velatorio, sin que nos apetezca y hemos
dejado de hacer lo que realmente queríamos!.
Nuestra necesidad se ve, a menudo, interferida por mensajes familiares.
Por ejemplo, si nuestra madre nos dijo que una mujer debe ser siempre
sumisa, complaciente y servicial con su marido, aunque estemos cansadas
o en desacuerdo o enfadadas, seguiremos actuando tal como ella nos dijo,
aunque sea perjudicial para nosotras.
LAS POLARIDADES
Otro modo de interferir en la satisfacción de nuestros deseos y
necesidades es pensar que no somos capaces de realizar determinadas
tareas o actividades, porque nos sentimos inútiles o inadecuados por
nuestra cultura o nuestra edad, o cualquier otra característica personal.
Nos identificamos con una forma de ser concreta y rechazamos todo lo que
no cuadre con esa imagen. Por ejemplo, si me considero una persona torpe
no me meto a aprender nuevas cosas aunque me apetezca. Si me considero
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una persona “fuerte” no puedo apoyarme en otras personas y compartir mis
penas.
En Gestalt entendemos que la persona es un todo indivisible y que en la
medida en que somos capaces de asumir esos aspectos negados, nuestro
funcionamiento será más sano. Todos somos al mismo tiempo listos y
torpes, fuertes y débiles, buenos y malos, cariñosos y agresivos y la salud
consiste en poder emplear una u otra característica en función de la
situación ante la que se está. Por ejemplo, si alguien me está amenazando
responder cariñosamente no es lo más adecuado a la situación.
Todas las emociones son valiosas para el ser humano porque nos dan
información acerca de lo que nos está ocurriendo a nosotros y a nuestro
alrededor, de ahí que sea tan importante recuperar las emociones que
consideramos negativas: alegría, tristeza, agresividad, deseo sexual,...
Estos aspectos rechazados nos cuesta sacarlos porque nos disgustan, o nos
dan vergüenza o miedo o ansiedad. La terapia invita a vivir plenamente
cada aspecto de lo que llamamos una polaridad: ser flexible-ser firme, ser
alegre-ser triste, interesarse por lo de dentro del hogar y por lo de fuera.
La polaridad no aceptada se sepulta o bloquea por temor a lo que podría
desencadenar, como ocurre por ejemplo en el temor bastante generalizado a
hacerse cargo de la propia agresividad y a manifestarla.
Una de las polaridades básicas a descubrir es la llamada: perro de arriba y
perro de abajo. El perro de arriba representa las normas dadas por padres,
maestros, y personas importantes de nuestra vida, mientras que el perro de
abajo se rebela ante dichas exigencias. Por ejemplo, las exigencias sobre las
tareas de la casa y las constantes excusas para no hacerlo que ponen los
hijos. Este mecanismo aprendido en la relación con las figuras de autoridad
se produce constantemente en nuestro interior. (Ejemplo: debería llamar a
la cuñada-no quiero porque es una pesada).
SALUD Y PATOLOGÍA
Como se desprende de todo lo dicho hasta ahora, la salud tiene que ver con
la capacidad de contactar, con lo interno y con lo externo para así conocer
la realidad.
La salud también es aceptación e integración de lo que somos, de nuestros
sentimientos, pensamientos y conductas, aunque a veces nos resulten
contradictorios.
Y, por último, la salud supone la posibilidad de ampliar nuestros recursos
en lugar de repetir siempre lo mismo que aprendimos y que en su momento
nos sirvió, pero que ahora es excesivamente rígido.
16
La enfermedad, por contra, aparece cuando no hay un bueno contacto ya
sea con el mundo interno o externo, cuando negamos características o
aspectos personales que nos pertenecen y cuando nuestro comportamiento
es excesivamente rígido o repetitivo frente al comportamiento saludable
que tiene mayor flexibilidad y creatividad.
LOS RECURSOS TÉCNICOS
La gestalt emplea diversas técnicas para ayudar a la persona. La más
conocida es la llamada “silla caliente”. Se trata de situar frente a la persona
una silla vacía donde se coloca imaginariamente a la persona con la que
tenga el conflicto o bien un aspecto de si misma rechazado, estableciendo
un diálogo que le lleve a la resolución del conflicto o a la integración del
aspecto rechazado.
Otro de los recursos con los que cuenta el terapeuta gestáltico son las
fantasías dirigidas que nos sirven para explorar temores, darnos cuenta de
lo que nos pasa y, a menudo, a encontrar soluciones a situaciones
aparentemente sin salida.
Trabajamos los sueños no interpretándolos según un significado fijo sino
facilitando que la persona descubra el mensaje que tiene para ella lo que ha
soñado.
Utilizamos también herramientas artísticas, como el dibujo, la poesía, o el
baile y para nosotros la atención al cuerpo supone una referencia básica
para comprender que le está pasando a la persona.
En el trabajo terapéutico, ya sea individual o en grupos de crecimiento
personal, no atendemos sólo a lo verbal, a las palabras que se dicen, sino
también a lo corporal, a todo lo que se expresa mediante gestos, actitudes,
movimientos, etc. que completan el sentido de lo que las personas
comunican.
PARA QUE SIRVE LA TERAPIA GESTALT
No es preciso sentirse enfermo para solicitar ayuda psicológica;
simplemente hay periodos de crisis en la vida en los que la persona hace
balance de lo vivido y se replantea nuevos valores o formas de vida. Puede
ocurrir que este sea un proceso gradual de maduración o que se deba a un
suceso más externo o repentino como puede ser la muerte de un ser
querido, un divorcio o la pérdida de un trabajo.
En estos momentos, la ayuda que te prestan las personas cercanas puede no
ser suficient0e y no por la falta de interés o de cariño, sino porque la propia
cercanía impide una visión más objetiva o imparcial de las situaciones.
17
Las personas acuden a terapia por malestar o insatisfacción en sus vidas. A
menudo refieren que tienen ansiedad sin saber porqué o que no duermen,
que lloran por cualquier cosa, que no tienen ilusión por nada como ocurre
en las depresiones. Muchas personas asisten a terapia coincidiendo con una
crisis con su pareja o en su familia. Los jóvenes se presentan por problemas
en los estudios o en las relaciones con los demás, porque no saben qué
hacer con sus vidas, falta de alicientes, etc.
A la terapia gestalt acuden no solamente personas en crisis sino también
personas que desean mejorar su calidad de vida que, a través del trabajo en
grupos de crecimiento personal incrementan la satisfacción que
experimentan en su vida cotidiana. En este tipo de trabajo se exploran las
relaciones interpersonales, descubriendo qué limites nos impiden
disfrutar del contacto con los demás o con nosotros mismos, abriéndonos
a experiencias e intereses hasta ahora desconocidos.
En definitiva, la terapia gestalt persigue la felicidad de los seres
humanos, pretende aceptar a la persona sin excusas, sin juicios, sin
valoraciones, respetando el ritmo y el proceso de cada uno. No se trata de
empujar a la persona sino de acompañarla.
18
Gestalt y clínica
La psicología de la gestalt se transforma en Psicoterapia cuando F. Perls
introduce el concepto de motivación.
Hay tres premisas que fundamentan la Gestalt como una terapia con sus
aplicaciones en el campo de la Psicología Clínica.
1) La primera premisa es el darse cuenta, que tiene que ver con el "qué" y el
"cómo" de la conducta y no con el "porqué". Sólo cuando el individuo se da
cuenta de lo que hace y de cómo lo hace podrá cambiar su conducta. Esto
introduce un cambio sustancial en el modo de concebir al paciente, el cual pasa
de echar la culpa de lo que le sucede a algo o alguien externo a hacerse
responsable de sus conductas y de sus consecuencias.
2) La segunda es la homeostasis, que Perls identificó con autorregulación
organísmica y lo definió como el proceso mediante el cual el organismo
interactúa con el ambiente para mantener el equilibrio.
3) La tercera es el contacto, que ya va implícito en la anterior premisa de
homeostasis. El contacto es imprescindible para el crecimiento y el desarrollo
del ser humano.
Salud y enfermedad
La salud y la enfermedad vendrán determinadas, pues, por una alteración en
cualquiera de estas tres expresiones del ser humano. A partir de esa
concepción, la persona que asiste a terapia ya no es un enfermo irrecuperable y
la enfermedad no es una fijación en una etapa infantil –como lo era para el
Psicoanálisis– o una mera conducta observable –como lo era para las terapias
conductuales–, sino un desajuste en el intercambio con el ambiente.
Los objetivos de la Terapia Gestalt son:
- Pasar del apoyo externo al autoapoyo.
- Aprender a darse cuenta de lo que hace y cómo lo hace (auto-
responsabilidad).
19
- Lograr la mayor integración posible, ya que esto facilita el crecimiento y
desarrollo del individuo.
- Fomentar en el paciente una actitud activa y responsable que le permita
aprender a observar sus conductas y a experimentar otras nuevas.
Lo novedoso de la terapia Gestalt
Hay mucho de novedoso en la Terapia Gestalt y en su abordaje desde la
práctica clínica. A saber:
1. Concepto de "paciente" como persona que viene a terapia en contraposición
con el "enfermo incurable".
2. La cualidad del terapeuta como el que "enseña a aprender".
3. El proceso terapéutico como experiencia de contacto esencialmente
fenomenológico.
En cuanto al primer punto, la persona es tratada como una totalidad y es co-
responsable del proceso terapéutico; es por eso que ha de ser particularmente
activo y capaz de descubrir y lograr sus objetivos a través de sus propios
esfuerzos.
un terapeuta gestáltico:
No interpreta, no condiciona ni descondiciona: acompaña. Atiende a la
conducta, no a los mentalismos. Atiende al darse cuenta y no a preguntas
especulativas; al aquí y ahora en lugar del allá y entonces.
Tiene un estilo directo y activo en el trabajo terapéutico y una preocupación
por crear una relación horizontal. Paciente y terapeuta son dos personas
embarcadas en una tarea en la que el foco de atención es el paciente; no se
fomenta la dualidad de que el sano es el terapeuta y el enfermo el paciente.
El uso del terapeuta como herramienta de cambio, el que apoya lo genuino y
confronta lo neurótico del paciente. Sus devoluciones oscilan entre el apoyo y la
frustración.
Por último, un terapeuta gestáltico no le dice al paciente lo que ha descubierto
acerca de él, sino que le enseña a aprender acerca de sí mismo.
20
En lo que se refiere al proceso terapéutico, éste no es un producto terminado
sino que ha generado una persona que ha aprendido a desarrollar el "darse
cuenta" que necesita para solucionar sus propios problemas. El criterio de
éxito no es la aceptación social, sino el incremento de la capacidad de darse
cuenta del paciente, que se ve reflejado en un aumento y recuperación de su
vitalidad y en una conducta más integrada de acuerdo a sus necesidades
esenciales y a sus posibilidades.
La última aportación a la que quiero referirme está contenida en una frase de
Perls: "La Terapia Gestalt es algo demasiado bueno como para acotarlo
exclusivamente a los neuróticos”.
21
Terapia Gestalt:
Salud, Enfermedad y ... ¿Santidad?
Por Albert Rams
En toda filosofía terapéutica subyace una idea de salud, y es hacia ese
lugar adonde el terapeuta orienta o hace encaminar, de uno u otro modo,
a su paciente. Asimismo, subyace una idea de enfermedad que, además
de utilidades diagnósticas y pronosticas, implica a toda la estructura o
pautamiento del proceso terapéutico. Entonces: ¿ qué es estar sano y qué
es estar enfermo...?.
El punto de vista del enfoque gestáltico se caracteriza en mi opinión
por incidir en tres aspectos fundamentales : la capacidad de “ser
sustantivamente” en lugar de “ser adjetivamente”; un ritmo de
contacto-retirada pleno, fluido y adecuado a la necesidad dominante
del individuo; y el tránsito del heteroapoyo al autoapoyo, del apoyo
ambiental al autosoporte.
Fritz Perls (1893-1970), el fundador de la Terapia Gestalt, entiende la
neurosis –y por extensión la enfermedad psicosomática– como una
estrategia de evitación del dolor psíquico que lo transforma,
paradójicamente, en sufrimiento crónico. Y el dolor más grande fue
seguramente el dolor de no ser, la temprana experiencia de separación de
Aquello que fue nuestro origen y será nuestro destino.
1) Es decir que la salud pasa en primer lugar por la consciencia de ser,
más allá de cómo uno sea a cada momento. La enfermedad empieza
cuando uno decide “...Esto no lo pensaré, esto no lo sentiré y esto no lo
haré… porque produce dolor, desagrado o disforia… y esto, o así, no soy
yo...”. Y “…Esto sí lo pensaré, esto sí lo sentiré, o esto sí lo haré… porque
produce placer, agrado o euforia… y esto, o así, soy yo”. Aunque también
puede ser justo al revés. De tal suerte que se produce, en todo caso, una
escisión fundamental entre el ser en sí y el ser de una u otra manera
específica (poco importa cuál), con toda la carga y el esfuerzo al que uno
se condena para mantener la barrera que garantiza la escisión.
Así pues, el estado saludable requiere de la no identificación del ser o
22
del no-ser con ningún aspecto de uno mismo en particular. Fritz utiliza
un hermoso concepto para explicar esto, el de “nothingness”, palabra
compuesta por “nothing”, nada o ninguna cosa, y el sufijo “ness”, que lo
sustantiva. Su traducción literal sería “nadidad”, “cualidad de la nada”, o
“capacidad de ser nada”.
El camino hacia la salud pasará entonces por volver a poseer las partes
desposeídas o alienadas de la personalidad, sobre todo aquéllas que
uno colocó en el cajón de “esto no soy yo”. Ese proceso conduce a una
autoactualización, lo cual faculta , tal como señala Fritz, para vivir cada
nueva situación del presente como nueva que es, yendo más allá de los
automatismos y condicionamientos con los que uno vivió hasta ese
momento, y que hacen reaccionar frente a una nueva situación con un
patrón viejo y crónico, como si fuera “aquella otra”.
2) El segundo criterio de salud para Perls es la adquisición de un ritmo
de contacto-retirada con el entorno pleno, fluido y adecuado a la
necesidad dominante del individuo. Pleno, puesto que el neurótico se
caracteriza por no hacer ni un verdadero contacto ni una verdadera
retirada. Fluido y adecuado porque la interacción individuo/entorno es
siempre cambiante, y no valen programas prefijados ni actitudes
rígidas . El precio de querer ahorrarse la atención constante, de querer
economizar pilas de la linterna del estar presente en el aquí y ahora de lo
que uno experimenta –de ser consciente de lo uno vive, piensa o hace; y
de responsabilizarse de todo ello–, suele ser la interrupción del contacto,
el ausentarse; la consiguiente victoria del automatismo egoico sobre el
verdadero estar, y su consecuente carga de malestar o enfermedad.
3) El tercer criterio, ligado íntimamente con lo que acabo de comentar,
es el tránsito del heteroapoyo al autoapoyo, del apoyo ambiental al
autosoporte. Dirigirse hacia la salud es pues, desde este tercer aspecto, el
proceso por el cual el individuo aprende a caminar sobre sus propios
pies, solicitando del entorno lo verdaderamente necesario en una
perspectiva de interdependencia, pero no lo innecesario y
manipulativo. Así que podemos entender el carácter –la estructura fija,
repetitiva y crónica con la que nos identificamos cuando éramos niños–
como el conjunto organizado de los medios de manipulación
aprendidos para obtener apoyo actualmente innecesario. Y el
autosoporte o maduración, como compuesto de “...disminución del
apoyo ambiental, aumento de la tolerancia a la frustración, y
desmoronamiento de roles infantiles y adultos…”.
23
Me parece que los tres criterios citados se reúnen, en realidad, entorno a algo que los
engloba y que podríamos entender como una disolución del ego, o personalidad
adquirida. Claro, si constato que sigo viviendo sin aquello que se suponía que era
imprescindible y que, en parte, constituía mi identidad (el apoyo ambiental realmente
innecesario, conseguido fundamentalmente a base de manipulaciones); si sobrevivo a
aquello tan terrible (que me digan que no, que no haya aquello... y en general a la
disforia); si experimento que yo soy algo más que mis máscaras… entonces no tengo
más remedio que concluir que yo soy algo más o algo menos, en todo caso algo
diferente, de lo que creía ser. Transitar estos momentos con consciencia nos permite
cambiar el punto de vista subjetivo, preñado de automatismos distorsionadores de
nuestra realidad interna y externa, por un punto de vista más próximo a lo que
Friedlander definía como el punto cero o punto de “indiferencia creativa”, en el
que, a través de la atención al vacío interpolar, muchas más opciones de una
determinada situación o de una determinada respuesta son posibles y aceptables
como propias.
Recordando por último que “sano” y “santo” comparten el mismo campo semántico –y
que ambos vienen a significar “íntegro”– ¿no será ésta de Perls una hermosa manera de
entender la santidad…?.
24
Apuntes sobre Terapia Gestalt
Carmen Vázquez Bandín
La Terapia Gestalt estudia las relaciones que se dan en la frontera
entre el organismo y su entorno, esta relación es el contacto. La relación
es sociocultural, animal y física.
Si estudiamos solo el organismo y sus aspectos, estaremos haciendo
psicología, fisiología, anatomía, etc. o cualquier otra disciplina que se
refiera solo al organismo.
Si estudiamos solamente al entorno, estaremos haciendo sociología,
antropología, historia, etnología, etc. o cualquier otra disciplina si se
refiere a los seres humanos en su conjunto, o zoología, botánica,
meteorología, etc. si se refiere a cualquier otro aspecto del entorno en sí
mismo.
El proceso de hacer y retirarse del contacto en la frontera-contacto
es la experiencia. Y "todo contacto es el ajuste creativo entre el organismo y el
entorno". La creatividad y el ajuste, son dos polos. Si solamente hubiera
creatividad no tendríamos en cuenta el entorno. Solamente con el ajuste
estaríamos excluyendo al organismo. Por lo tanto, se necesitan el uno al
otro. La espontaneidad es la capacidad de captar, de entusiasmarse y de
crecer con lo que es interesante y nutritivo en el entorno. Solo la novedad
es nutritiva. Pero sin asimilación no se sobrevive. El resultado de
sobrevivir, su consecuencia, es el crecimiento.
"El contacto es la realidad más simple e inmediata". Es la consciencia
inmediata y el comportamiento motor hacia la novedad asimilable y
también el rechazo de la novedad no asimilable. Ya que solamente la
novedad es nutritiva. Y cuando estamos hablando de consciencia
inmediata y respuesta motora, estamos incluyendo "el deseo y el rechazo, el
acercarse y el evitar, la sensación, el sentimiento, la manipulación, la
comunicación, … y todo tipo de relación viva que tiene lugar en la frontera, en la
interacción del organismo con el entorno".
El proceso de un ajuste creativo a un nuevo material o a nuevas
circunstancias incluye siempre una fase de agresión y de destrucción, ya
que es mediante el acercamiento, la apropiación de y la alteración de las
estructuras antiguas como lo desigual se convierte en igual.
Un organismo vive fundamentalmente en su entorno manteniendo
su diferencia y asimilando el entorno para nutrir su diferencia y es en la
frontera donde realiza sus intercambios.
"El contacto, la actividad que tiene como resultado la asimilación y el
crecimiento, consiste en la formación de una figura de interés que se destaca
contra un fondo o contexto del campo organismo/entorno".
25
La terapia consiste, por lo tanto, en analizar la estructura de la
experiencia real, en el aquí y ahora de la situación presente, "sea cuál sea el
grado de contacto que se tenga"; no tanto lo que se está experimentando,
recordando, haciendo, diciendo, etc. sino cómo es recordado lo que se
recuerda, ó cómo se ha dicho lo que se ha dicho, con qué expresión facial,
con qué tono de voz, qué sintaxis, qué postura, qué sentimiento, qué
omisiones, qué atención o falta de atención se tiene hacia la otra persona.
Esto acrecienta el contacto, amplía la consciencia inmediata o awareness de
la vivencia de la relación organismo/entorno en el aquí y ahora de la
situación real y energetiza el comportamiento, dando lugar a una gestalt
fuerte, que es, por sí misma, curativa ya que es "la integración creativa del
problema".
Ninguna realidad es indiferente o neutra.
El Self
Hablamos de ajuste creativo como la función esencial del self, o
mejor dicho, "el self es el sistema de ajustes creativos". Ya que el self solo se
descubre y se realiza a sí mismo en el entorno. "Y vamos a considerar al self
como la función de contactar el presente real efímero", teniendo en cuenta que
el self es el contacto.
"Al complejo sistema de contactos necesarios en el campo, lo llamamos
‘self’. […] Se sitúa en la frontera del organismo y del entorno; […] y pertenece a
ambos, al entorno y al organismo. […] no es una institución fija, sino que existe
en donde y cuando existe una interacción en la frontera". El self como proceso
de hacer y retirarse del contacto es siempre temporal, dinámico y
cambiante.
La inhibición del self, en la neurosis, es la incapacidad de concebir
una situación como cambiante o, al revés, la neurosis es la fijación sobre
un pasado incambiable e inmutable. "Ya que la función del self es algo más
que aceptar las posibilidades, es también identificarlas y rechazarlas, llegar
creativamente a una nueva figura, es distinguir entre las ‘respuestas obsoletas’ y
el comportamiento único y nuevo, que requiere cada situación".
Como ya hemos dicho antes, la terapia supone concentrarse en la
estructura de la figura/fondo proporcionándole al self múltiples
oportunidades de integrarse progresivamente. Ya que "la finalidad del
tratamiento no es resolver la mayoría de los complejos [del paciente] sino llegar
a un punto tal en la técnica de la consciencia inmediata de sí mismo que el
paciente pueda continuar sin ayuda". La curación solamente puede venir de
uno mismo (mediante la flexibilidad de la regulación organísmica), en el
entorno.
26
En Terapia Gestalt no atacamos las "defensas" o "resistencias", "en
lugar de tratar de eliminarlas, se acepta su lado positivo, son tenidas en cuenta"
y se las apoya, abordándolas en la sesión terapéutica, de persona a
persona.
Tampoco le pedimos al paciente que no se censure, sino que se
concentre en la manera en cómo se censura, se retira, se encierra en el
silencio, qué músculos, imágenes o bloqueos emplea para esto. "De esta
manera, construimos un puente para que empiece a sentir que se reprime de
manera activa y pueda, entonces, empezar a relajar por sí mismo su represión".
Apoyar las resistencias o interrupciones, sacar el conflicto de la
represión y aumentar la consciencia inmediata produce ansiedad. La
ansiedad es la excitación frenada en la frontera-contacto. Pero el
sufrimiento y el conflicto no son ni innecesarios, ni carentes de sentido:
son el índice de la destrucción (des-estructuración) que se produce en
toda formación figura/fondo, para que una nueva figura pueda emerger.
Tratar de proteger al paciente de esto supone "que el terapeuta, desde lo alto
de su superioridad, juzga tal o cual material humano como no merecedor de
recuperar una existencia plena". Si el terapeuta deja su actitud de
superioridad, el paciente se convierte, entonces, en un aprendiz de
terapia y por lo tanto en un elemento activo de su proceso.
Y puesto que es un elemento activo de su propio proceso y puesto
que es él quien ha acudido a terapia y ha continuado en terapia, debe ser
él quien decida cuándo dejarla.
Si ampliamos la idea de apoyar las "resistencias" o "defensas",
necesariamente debemos hacer un esbozo de tres conceptos
fundamentales, a los que ya hemos aludido: el proceso de hacer y
retirarse del contacto y sus fases, el self y sus funciones, y las
interrupciones del proceso de hacer y retirarse del contacto.
El proceso de hacer y retirarse del contacto es, en general, una
secuencia continua de figuras y fondos. Todo el proceso es una excitación
creciente consciente y proviene de los dos polos del campo: el organismo
y el entorno.
El proceso de hacer y retirarse del contacto es una totalidad única,
pero se puede distinguir, por comodidad, la siguiente secuencia de
figuras y fondos:
Precontacto: el cuerpo es el fondo; el apetito, las sensaciones o el estímulo
ambiental es la figura. Es lo dado o "ello" de la situación. Es de lo que se
es consciente.
Toma de contacto: la excitación del apetito se convierte en fondo, y algún
"objeto" o conjunto de posibilidades es la figura. El cuerpo disminuye.
27
Hay elección y rechazo de las posibilidades, agresión para acercarse y
superar los obstáculos; orientación y manipulación deliberadas. Estas son
las identificaciones (aceptaciones) y alienaciones (rechazos) del "yo".
Contacto final (ó Contacto pleno): sobre un fondo que comprende el
entorno y el cuerpo indiferentes, un objetivo vivo se destaca como figura
y se contacta con él. Se relaja cualquier actitud deliberada.
Postcontacto: hay una interacción flotante entre el organismo y el entorno
que no es una relación figura/fondo; el self disminuye. Se da la
asimilación y por lo tanto el crecimiento, modificando la "personalidad".
De las fases o etapas del proceso de hacer y retirarse del contacto
podemos deducir las tres principales funciones del self, según la Terapia
Gestalt, y cómo pasa el self, temporalmente, de una función a otra.
La función "ello", correspondería a la fase de Precontacto. "Es el segundo
plano dado, que se disuelve en posibilidades" incluyendo las excitaciones
orgánicas, las sensaciones, las situaciones inacabadas del pasado que se
vuelven conscientes, el entorno vagamente percibido y los incipientes
sentimientos que conectan al organismo con el entorno.
La función "yo", en la fase de Toma de Contacto, "es la identificación con y
la alienación de las posibilidades, la limitación o el acrecentamiento del contacto
en curso". Es la aceptación o el rechazo de las posibilidades de la situación
presente y real. Incluye el comportamiento motor, la agresión, la
orientación y la manipulación.
La función personalidad, activa en las fases de Contacto Final y
Postcontacto, "es el sistema de actitudes asumido en las relaciones
interpersonales, es la asunción de lo que uno es". Cuando el
comportamiento interpersonal es neurótico, la personalidad consiste en
un cierto número de conceptos equivocados sobre uno mismo,
introyecciones, ideales del yo, máscaras, etc. Pero cuando se ha terminado
la terapia, la personalidad es una especie de entramado de actitudes con
el que se comprende uno a sí mismo y que se puede utilizar para
cualquier tipo de comportamiento interpersonal ya que, la personalidad
es "una réplica verbal del self". La personalidad se forma con la lealtad,
la moralidad y las actitudes retóricas, siendo estas últimas "la propia
manera que tiene uno de manipular las relaciones interpersonales".
Cuando las "situaciones inacabadas del pasado" hacen su aparición,
interrumpen la secuencia del proceso de hacer y retirarse del contacto.
Esto tiene lugar mediante procesos que, en principio, son sanos cuando se
emplean en su momento oportuno. Dicho de otra manera, "los
comportamientos neuróticos son los ajustes creativos de un campo en el que hay
represiones".
28
Esta creatividad va a actuar y a aparecer espontáneamente en
cualquier situación presente, por eso, el terapeuta no tiene que ir a buscar
nada por debajo del comportamiento "ordinario", ni hurgar en él para
poner de manifiesto el mecanismo. Su trabajo consiste sencillamente en
plantear una relación basada en el contacto, dando por sentado que el
paciente no va a poder mantenerla de manera adecuada y por cuyo
fracaso, se siente insatisfecho. Debido a esta insatisfacción, le va a surgir
el interés y la excitación, que generalmente va a vivirlos como ansiedad.
Entonces, esta necesidad, real y presente, del paciente, con ayuda del
terapeuta, va a destruir y asimilar los obstáculos y va a crear formas más
viables, "como ocurre en cualquier otro aprendizaje".
No olvidemos que la ansiedad es la interrupción de la excitación
creativa en curso. Y que la neurosis es, a la vez, una situación de miedo
crónico y de frustración crónica. Puesto que la frustración es crónica, el
deseo no aprende a activar las funciones prácticas importantes; y puesto
que el miedo es crónico, el individuo se controla, se inhibe y se frustra.
El terapeuta necesita su propio criterio para mantener sus
referencias, para saber en qué dirección mirar. Y no debe olvidar que la
situación real y presente, representa siempre un ejemplo de toda la
realidad que ha sido o será.
Por eso, el terapeuta necesita, además de sus propias referencias,
estar atento a la estructura del comportamiento del cliente: ¿cómo atiende
a su propio organismo? ¿Cómo satisface una necesidad?
Si basamos nuestro modo de hacer terapia a partir de los momentos
de un proceso presente y en curso, y en concreto, en sus interrupciones,
"podemos esperar que, con la consciencia inmediata, estas interrupciones, se van
a convertir en otras interrupciones, y la continuidad del proceso no se habrá
perdido". Así, el paciente, en un entorno seguro, como es su relación con el
terapeuta, podrá resolver satisfactoriamente el "experimento" de hacer
contacto.
Como terapeutas, solo necesitamos ayudar al paciente a desarrollar
su identidad creativa a través de ese "pasaje ordenado" de una interrupción
a otra. Ya que el comportamiento del paciente en terapia, o en cualquier
otra cosa, es un ajuste creativo que continúa resolviendo un problema de
frustración y de miedo crónicos, la terapia consiste en "proporcionarle unas
circunstancias concretas en donde estas soluciones habituales (inacabadas) ya no
sean las posibilidades de solución más adecuadas".
Para localizar las interrupciones en la secuencia del proceso de
hacer y retirarse del contacto, lo que llamamos pérdidas de la función yo,
la pregunta es la siguiente: ¿cuál es el momento en el que el paciente
empieza a no mantener el contacto en la sesión terapéutica? ¿Cómo,
concretamente, se lo impide?
29
Y una vez identificada la interrupción, apoyarla hasta la siguiente y
así sucesivamente hasta el final de la secuencia del proceso de hacer y
retirarse del contacto.
"La diferencia entre los diversos tipos [de personalidad] está
relacionada con el momento en el que se produce la interrupción:
Antes de la nueva excitación primaria: confluencia.
Durante la excitación: introyección.
Al enfrentarse al entorno: proyección.
Durante el conflicto y la destrucción: retroflexión.
En el contacto final: egotismo."
No debemos olvidar que una interrupción de la secuencia de hacer y
retirarse del contacto es debida a un estado del self, empleado de manera
inadecuada. Esto es, la confluencia, la introyección, la proyección, la
retroflexión y el egotismo son estados temporales adecuados y necesarios
en determinas fases de la secuencia de hacer y retirarse del contacto. Solo
cuando han perdido su función espontánea y se convierten en estructuras
rígidas que interrumpen el proceso de hacer y retirarse del contacto es
cuando se convierten en disfuncionales.
La confluencia es el estado de no contacto, no hay frontera del self. Todos
los hábitos y los conocimientos son confluyentes. La distinción entre las
confluencias sanas y las confluencias neuróticas consiste en que las
primeras están potencialmente sujetas a contacto, mientras que las
segundas no se pueden contactar, debido a la represión.
"En el plano neurótico, la actitud presente –no reconocer del todo la nueva
tarea- consiste en agarrarse a la no consciencia, como si se aferrara a un
comportamiento acabado para encontrar en él alguna satisfacción, y como si la
nueva excitación fuera a arrebatársela. […] El objetivo es conseguir que el otro
haga todos los esfuerzos".
La interrupción se puede producir durante la excitación, el self,
entonces, introyecta: desplaza su propio deseo potencial por el de algún
otro. Esto sirve para evitar la sensación de "no pertenencia". La actitud
hacia el entorno es resignada y, por lo tanto, infantil y sumisa (o la
contraria, rebelde y agresiva pero sin sentido). La satisfacción conseguida
es la frustración.
La introyección sana es el paso previo a la asimilación, necesaria en
cualquier situación de aprendizaje. Está caracterizada por el interés, la
motivación y la consciencia inmediata.
En la (¿intro?)proyección patológica, el individuo siente la emoción
pero flotando a la deriva, "en el aire" y ya que no siente que surge de él, la
atribuye a la otra realidad posible: el entorno; dirigida contra él por el
30
otro. Produce rigidez muscular e inhibe los poderes motores para dejarse
llevar libremente por las emociones libres.
En el ajuste creativo, es un factor alucinatorio necesario en los
primeros acercamientos. Esto es la intuición o el presentimiento, y es así
"como nos ponemos en guardia o nos sentimos invitados por medio de un
significado que todavía no es manifiesto".
Cuando las energías de la orientación y la manipulación están
plenamente comprometidas en el entorno pero el individuo no puede
hacerles frente porque tiene miedo a herir o a ser herido, "necesariamente,
se va a sentir frustrado" y, entonces, las energías comprometidas se van a
volver contra los únicos objetos disponibles y seguros en el campo: su
personalidad y su propio cuerpo. Esto son las retroflexiones. Podemos
incluir aquí los remordimientos, los arrepentimientos, las
reconsideraciones, las enfermedades psicosomáticas, los dolores
musculares sin "causa", el pensamiento obsesivo, la rumia, etc. El
retroflectador trata de evitar quedar comprometido con el entorno.
Cualquier acto de autocontrol deliberado durante un compromiso
difícil es una retroflexión, generalmente sana.
El entorno tangible del retroflectador está formado únicamente por
sí mismo. Y su satisfacción directa es la sensación de control activo.
Cuando, en las fases de contacto final y de postcontacto debería haber
una relajación del control o de la vigilancia, cuando se trataría de
abandonarse al comportamiento que llevaría a la asimilación y al
crecimiento, "hay un esfuerzo por controlar lo incontrolable y lo sorprendente",
esto es el egotismo disfuncional. La preocupación del egotista no es
contactar con el entorno, asimilar y crecer holísticamente sino
"multiplicar sus conocimientos científicos y técnicos para poner cada
vez más cosas del entorno a su alcance y en su poder para ser
irrefutable". La satisfacción del egotista disfuncional es el aburrimiento y
la soledad; es vanidoso y creído, sabe de todo y lo va diciendo. Desconfía
de la humanidad y siempre tiene "enfrentamientos".
No obstante, normalmente, el egotismo es sano e indispensable en
la elaboración de cualquier proceso de maduración largo, difícil y
complejo; dicho de otra manera, se sienten las ganas de comprometerse y
se aplaza esto, desanimándolo, ya que, en ese proceso concreto, no es
adecuada ni la espontaneidad ni la capacidad de correr riesgos.
Los tipos de interrupciones pueden multiplicarse hasta el infinito
combinando cada clase con otra, como "confluencia de introyectos",
"proyección de retroflexiones", etc. Por ejemplo, "la confluencia con los
introyectos es la culpabilidad; […] la retroflexión de los introyectos es la
rebeldía…".
31
Hay que tener en cuenta que, en Terapia Gestalt, no trabajamos con
el contenido, sino con el proceso, con la secuencia de hacer y retirarse del
contacto y sus interrupciones en el aquí y ahora de la situación real en
curso, en la sesión de terapia, entre el paciente y el terapeuta. El
significado creativo de la situación, no es lo que se piensa por anticipado,
"lo que se trae a terapia", sino lo que surge al traer al primer plano las
situaciones inacabadas, cualesquiera que sean y al descubrir-e-inventar su
pertinencia en la situación presente, que se muestra interrumpida y por lo
tanto desprovista de excitación, energía e interés. El neurótico, en la
sesión y en su vida, empieza a perder el contacto con la realidad, se da
cuenta, pero no tiene las técnicas que le permitirían continuar el contacto
y persiste en un proceso que le lleva, cada vez, más lejos de la realidad, y
entonces, se pierde. Es necesario que, en la sesión de terapia, ayudado por
el terapeuta, aprenda a reconocer con precisión, en qué momento y cómo
deja de estar en contacto y dónde y cuál es la realidad, de tal manera que
pueda seguir contactándola.
La teoría de la Terapia Gestalt es la teoría del self y por lo tanto, la
práctica de la Terapia Gestalt es la teoría del self aplicada.
Bibliografía
BLOOM, Daniel: Estructura y funcionamiento del self, Documento del CTP,
Centro de Terapia y Psicología, Madrid, España.
BLOOM, Daniel: La canción del self, Documento del CTP, Centro de
Terapia y Psicología, Madrid, España.
HODGES, Carl: Teoría del campo, Documento del CTP, Centro de Terapia
y Psicología, Madrid, España.
KLEPNER, Perry: Interrupciones del contacto, Documento del CTP, Centro
de Terapia y Psicología, Madrid, España.
MEYER, Kenneth: Self & Egotismo, Documento del CTP, Centro de
Terapia y Psicología, Madrid, España.
PERLS, F., HEFFERLINE, R. y GOODMAN, P.: Terapia Gestalt:
Excitación y crecimiento de la personalidad humana; Ed. Sociedad de
Cultura Valle-Inclán, Ferrol, 2002.
SPAGNUOLO LOBB, Margherita: La teoría del self en Terapia Gestalt,
Documento del CTP, Centro de Terapia y Psicología de Madrid, España.
ZEVY, Lee: Resumen del Proceso de Contacto, Documento del CTP, Centro
de Terapia y Psicología, Madrid, España.
Este artículo ha sido publicado en la revista "Figura-fondo", número 13,
primavera del año 2003, pág. 69-76, del Instituto de Psicoterapia Gestalt
A.C. de México.
32
La Deflexión como una Retroflexión
"metafórica"
Carmen VÁZQUEZ BANDÍN
Abstract: This paper redefines the Polster term "Deflection" as a
Retroflection in the process of contact according to Perls, Hefferline and
Goodman, in an individual therapy session. The author considers that
when the patient undergoing therapy changes the topics of conversation
during the session; speaks about the weather and so on, ... he/she
abandons the course of the contact of here and now in the therapeutic
relationship; thereby avoiding saying anything important to the therapist.
The author proposes that this be considered a Retroflection and can be
undone using the content of this Retroflection as a "metaphoric" message
aimed at the therapist.
Erving y Myriam Polster (1973) en su libro Terapia guestáltica (Gestalt
Therapy Integrated) (1) definen la Deflexión como "una maniobra tendente
a soslayar el contacto directo con otra persona, un medio de enfriar el
contacto real. Se quita calor al diálogo mediante el circunloquio y la
verborrea; tomando a risa lo que se dice; evitando mirar al interlocutor;
hablando abstractamente en lugar de especificar; yéndose por las ramas;
saliendo con ejemplos que no vienen al caso, o prescindiendo de ejemplos;
prefiriendo la cortesía a la franqueza; las emociones débiles a las intensas;
hablando de cosas pasadas cuando el presente es más importante… Todas
las deflexiones destiñen la vida".
No dicen los Polster si este "desvío" del contacto se hace de una manera
consciente o no pero, sea como fuere, el sujeto no es consciente, no está
aware de que el contacto le resulta imposible, por no decir intolerable.
Más adelante, en el mismo párrafo, los Polster añaden: "Si se puede
conseguir que la energía deflexionada dé de nuevo en el blanco, el sentido
de contacto aumenta considerablemente". Tampoco dicen cómo podemos
hacer para que "de nuevo dé en el blanco".
Si tratamos de llevar este mecanismo de evitación al modelo propuesto por
Perls, Hefferline y Goodman en su obra fundacional Gestalt Therapy
(1951), (2) veremos que no está citado ni una sola vez. Los autores de
Gestalt Therapy hablan de cinco mecanismos que interrumpen, de un modo
33
u otro, el contacto, a saber, la confluencia, la introyección, la proyección, la
retroflexión y el egotismo.
Leyendo atentamente el Capítulo XV del PHG veremos que la Deflexión
de la que hablan los Polster puede entenderse como una Retroflexión.
Dicen Perls y Goodman: "Supongamos ahora que la energía de la
orientación y la manipulación está plenamente comprometida con la
situación ambiental, ya sea el amor, la rabia, la piedad, la pena, etc. El
individuo debe intervenir pero tiene miedo de herir o ser herido (destruir y
ser destruido)… Normalmente la retroflexión es un proceso de reforma, de
corrección del acercamiento impracticable o la reconsideración de las
posibilidades de la emoción, el reajuste con vistas a otra acción". (3)
De este modo podemos considerar que cuando el paciente, en el transcurso
de una sesión cambia de conversación, habla del tiempo, desvía el contacto
en el aquí y ahora de la relación terapéutica, es que en otro momento de su
vida, cuando aprendió a relacionarse, la excitación para la acción no
encontró el apoyo necesario en el entorno y no pudiendo ya esa excitación
dar marcha atrás, no pudiendo ya romper el compromiso con el entorno,
"reformó" la orientación y la manipulación hacia una retroflexión. O
efectivamente, completó la acción y el entorno no le dio apoyo sino
frustración.
Si podemos definir el objetivo de la Terapia Gestalt como establecer
contacto ya que "el contacto es la realidad más simple y primera"(4) y
"recordemos que no importa cómo se teorice acerca de los impulsos,
emociones, etc., ya que siempre nos estaremos refiriendo a un campo de
interacción –el campo organismo-entorno- y no a un animal aislado",(5) la
sesión terapéutica –el campo organismo-entorno en el aquí y ahora- tiene
que estar encaminada al contacto entre terapeuta y paciente. Hablar de otra
cosa ajena a la sesión, a la relación entre el paciente y el terapeuta sería, en
palabras de Isadore From, "una comunicación perturbada o
retroflectada"(6) y por "perturbada" entiende "que el contacto entre el
paciente y el terapeuta, de alguna manera, está perturbado", ya que "no
existe ninguna función ni animal ni humana que se complete a sí misma sin
objetos y entorno".(7)
En tanto que terapeutas gestálticos, lo que nos interesa es lo siguiente,: por
un lado, la información contenida en la deflexión. Y esta información
estaría dada de una manera metafórica, metafórica. Pero por otra parte –y a
mi entender resulta más importante-, el hecho es que la deflexión está
teniendo lugar en el aquí y ahora del espacio terapéutico. Mi pregunta
interna sería: ¿qué es lo que le hace en este momento decir lo que está
diciendo, contarme a mí lo que está contando o hacer lo que está haciendo
(por ejemplo, mirar hacia otro lado, no mirarme)? Me hago esta pregunta
basándome de nuevo en Perls y Goodman que dicen sobre la Retroflexión:
"la energía de la orientación y de la manipulación está plenamente
34
comprometida con la situación ambiental", pero "entonces se vuelve hacia
el único objeto inofensivo", uno mismo, "quedándose con la frustración del
no contacto... Entonces, sentimos remordimientos y arrepentimiento;
damos vueltas a lo pasado, lo reconsideramos, etc... Se arrepiente de no
haber invadido el entorno".(8) Y mi conclusión es que, de alguna manera,
lo que me está contando o haciendo, y que aparentemente no tiene que ver
con nuestra relación, es algo que quiere decirme acerca de su relación
conmigo en el momento presente.
Este no decir algo referente a la relación no es porque sea inconsciente;
simplemente es algo no consciente, algo de lo que no se da cuenta. ¿Qué es
lo que ocurre para que le resulte difícil a mi paciente vivirme directamente?
¿Es un ajuste conservador que repite en otros momentos de su vida? ¿Qué
ocurre cuando se deshace la retroflexión y se retoma el contacto?
Lo que le ocurre al paciente para que le resulte difícil vivirme directamente
es que está repitiendo un ajuste conservador. Al no encontrar suficiente
apoyo emocional en el entorno durante su infancia, resolvió creativamente
evitar la mirada, no expresar lo que sentía, pero con la repetición de este
esquema lo convirtió en un ajuste conservador. De esta forma aprendió a
cambiar la frustración por satisfacción ya que "la satisfacción directa de la
retroflexión es la sensación de autocontrol".(9)
¿Cómo hacer para que mi paciente retome el contacto con el entorno, el
contacto conmigo? Deshacer la Retroflexión. ¿Y cómo deshacer la
retroflexión? Dicen Perls y Goodman "la reforma (en la orientación) no
puede ser asimilada ni cambiada, a menos que se le incluya un nuevo
material ambiental".(10) Y este "nuevo material ambiental" solo podemos
aportarlo en forma de apoyo emocional y redirigiendo la energía de la
retroflexión del paciente hacia el entorno, hacia mí como terapeuta,
mediante la pregunta: "Si eso que estás diciendo o haciendo me lo dijeras o
me lo hicieras a mí, ¿qué me estás diciendo o me haces?". De esta manera
deshacemos la retroflexión y volvemos al contacto puesto que el paciente al
verbalizar o hacer lo que estaba evitando realiza "un ajuste creativo entre el
organismo y el entorno",(11) siendo ésta otra de las definiciones de Perls y
Goodman para el contacto.
En el título del artículo he denominado a la deflexión "retroflexión
metafórica" porque, como es obvio, el contenido de lo verbalizado nunca se
refiere directamente a la relación terapéutica sino que es un contenido
metafórico: hablan de "un tiempo estupendo", "un encuentro casual con
alguien cercano en el pasado", "una cucaracha asquerosa en la escalera"…,
y es este contenido el que debe de "adaptarse" a la relación terapéutica o a
mí como terapeuta.
¿Qué ocurre cuando se deshace la retroflexión y se retoma el contacto? Al
deshacer la retroflexión, y como respuesta a mi sugerencia, el paciente
retoma los sentimientos de la infancia que al no poder asimilarlos había
35
anulado por el ajuste conservador mediante la retroflexión. "Es
completamente desconcertante ver cómo se paran bruscamente por culpa de
la inseguridad y la timidez"(12) dicen Perls y Goodman. Mi experiencia es
que el paciente efectivamente se vuelve "tímido" y contacta con la
vergüenza ya que, como dice Kaufman,(13) la vergüenza "supone un
fracaso interpersonal significativo".
Esta vergüenza es " sobre todo, una ruptura en el campo de la experiencia
de sí mismo; pero esta ruptura, aunque enraizada en la historia, se vive en
el presente y está necesariamente presente, si quiere uno tomarse la
molestia de verla, en la relación terapéutica misma", "y debe de
concedérsela prioridad ya que es una fisura o una brecha en el campo de la
experiencia presente del paciente",(14) de su experiencia en la relación
terapéutica.
Una vez que el paciente vive sus sentimientos y me los expresa, los
comparte conmigo, es obvio que hay un abundante material en el aquí y
ahora para poder reparar esa "brecha o fisura" de la que habla Wheeler,
posibilitando así al paciente el que cada vez le resulte más fácil hacer
contactos en la sesión terapéutica y que como resultado de la asimilación
de estas experiencias, pueda generalizar este funcionamiento a otros
aspectos de su vida.
Un ejemplo práctico
Josefina es una mujer de 40 años, casada, madre de dos hijos, en formación
en Terapia Gestalt.
Lleva 60 horas de formación conmigo, ha solicitado ella empezar una
terapia individual. Esta es su primera sesión de terapia individual.
Yo vivo a Josefina como una mujer silenciosa, cordial, que trata de no
llamar mucho la atención en el grupo, que se esfuerza por participar, por
aprender, "por aprovechar el tiempo", "por ser sincera consigo misma".
Josefina es alta y larga, sus formas de mujer está diluidas, anda sin hacer
ruido, como sin querer "molestar". Me llaman la atención sus ojos; son
profundos pero cuando los miro siento una profunda sensación de tristeza.
Es la mayor de tres hermanas. Sus padres trabajaban los dos cuando ella era
pequeña.
Volviendo a aquella primera sesión, Josefina está contándome sus
dificultades para intervenir en el grupo, para relacionarse espontáneamente
con los otros participantes. La dejo hablar. Unos momentos después le
pregunto qué puede querer de la terapia, qué quiere de mí.
Josefina desvía la mirada, se queda mirando fijamente mi estantería con la
cabeza totalmente girada a la izquierda de donde yo estoy sentada y, sin
venir a cuento, me dice llena de melancolía:
36
"Mi abuela se ocupaba muchas veces de mí. Venía del pueblo y pasaba
temporadas con nosotros. Era fantástico. Yo la quería mucho. Me cuidaba,
me mimaba, me enseñaba cosas… De joven había sido maestra. Debía de
valer mucho porque para ser maestra en aquella época es que tenía las
cosas muy claras…".
Aprovecho el silencio de Josefina para decirle:
"Josefina, ¿querrías decirme a mí lo que estás diciendo y mirarme al
decírmelo? A ver si te resuena…".
Me mira desconcertada. Me dice: "¿A ti?". Y súbitamente enrojece.
"Pues… -empieza a decir y vuelve a desviar la mirada- … Tú te ocupas de
mí…". Le pido que trate de mirarme mientras me habla. Me dice que le
resulta muy difícil, por no decir imposible, "es como si se me fuera sola la
cabeza".
"Pues… Tú te ocupas de mí… Nos vemos un fin de semana al mes y me
gusta venir, me gusta mucho… Me gustan tus explicaciones… Tu forma de
trabajar… Me da apuro decirte que te quiero…". Mientras me ha ido
diciendo esto su cara ha ido enrojeciendo y sus ojos se han ido llenando de
lágrimas y al llegar aquí, rompe a llorar. Baja la cabeza y se tapa la cara
con las manos.
"Me cuesta mucho decirte estas cosas…". Y levanta la vista, con la cabeza
todavía medio bajada y me mira con unos ojos diferentes. Yo siento en
ellos una mezcla de ilusión, expectativa, alivio y le brillan, le brillan mucho
mientras me sonríe con una mezcla de miedo y alivio.
"¿Qué sientes ahora, Josefina?"
"No sé. Primero vergüenza, mucha vergüenza … y miedo a que te rieras de
mí, a que te enfadaras por mi atrevimiento… Ahora me siento mejor…".
Otro ejemplo
Carlos es un hombre de 37 años. En la actualidad está divorciado desde
hace 12 años. Su matrimonio fue forzado ya que dejó embarazada a la
chica con la que salía y el padre de esta les obligó con amenazas a casarse.
Duró dos años de peleas constantes e intimidaciones por parte de su mujer.
Tiene una hija a la que casi no ve y a la que no tiene especial cariño, según
él.
Es el hijo mayor de un matrimonio en el que los padres eran algo mayores
cuando nació él. El dice que el padre trabajaba y la madre "no tenía nada
mejor que hacer que dedicarse a malcriarme". Tiene una hermana diez años
menor que él. El padre murió hace unos años. Carlos vive solo pero va con
regularidad a ver a la madre.
Ha mantenido esporádicamente relaciones con otras mujeres, pero no acaba
de comprometerse con ninguna. "Las mujeres son tremendas –dice–
empezando por mi madre. En cuanto te descuidas quieren controlarte la
37
vida". (Cuando me cuenta esto, decido no darme por aludida, estamos en la
fase de establecer nuestro acuerdo terapéutico).
El motivo de consulta es una hipersensibilidad a los ruidos, al jaleo.
Últimamente todo le irrita, la música alta, las voces de los vecinos, las
bocinas de los coches, …
Carlos es un hombre con buena planta. Algunas canas por las sienes hacen
que me resulte atractivo. La boca es demasiado grande y la tiene siempre
contraída en una mueca. Los ojos me parecen saltones y hundidos al mismo
tiempo. Todos sus rasgos faciales están contraídos, crispados. Siento que
está a la defensiva de forma constante. Se lo comento y me dice que
conmigo está cómodo, que es su forma habitual de estar. Yo siento
ambivalencia: es como si quisiera y no quisiera. El se define, a su pesar,
como sensible, demasiado emotivo, "blando".
Después de unos seis meses de terapia, Carlos se siente más suelto. Ha
descubierto muchas cosas de su vida y de cómo reacciona, de su
desconfianza.
Llega a su sesión puntual, como siempre. Empieza hablando de sus planes
de vacaciones. Es el mes de Junio y en Agosto quiere ir a "una playa
tranquila".
"Me gustan las playas tranquilas, en donde no haya mucha gente. Tener el
mayor espacio posible. El sol y el agua solo para mí" –dice- "Me hace
sentirme en paz conmigo y soy capaz de pensar bien de mí. Porque la
naturaleza no te pide nada, no te exige nada, puedes estar a tu aire sin tener
que fingir constantemente una forma de ser que no es la tuya". Cuenta todo
esto con la mirada perdida, sin mirarme.
Me planteo interiormente: ¿qué le hace decirme esto de sus vacaciones en
este momento?; ¿por qué, entre todos los acontecimientos de esta semana,
entre todas sus vivencias, entre todos sus pensamientos…, me cuenta
precisamente esto? Voy a considerarlo como una retroflexión, a ver qué
pasa. Y le digo:
"Carlos, si lo que estás diciendo de la playa me lo dices a mí, a nuestra
relación terapéutica, ¿puede encajar? Y, si no te importa, mírame al
decírmelo".
Me mira, se pone colorado, se ríe abiertamente y me dice… "Venir aquí…
digo mejor venir aquí, porque si te digo que tú eres como una playa
tranquila… (enrojece más) es de lo más cursi… Sí, me gusta venir aquí, me
siento cómodo…".
Le interrumpo "¿qué te pasa, qué sientes si eres cursi conmigo…?"
"Te vas a reír y eso me va a enfurecer…, y se va a acabar el estar relajado y
a gusto contigo…" Tiene los ojos humedecidos y le resbalan unas lágrimas
que trata de contener. ¿Ajuste conservador?. Ajuste conservador. Ha
descubierto qué pasaba cuando de pequeño era tierno y cariñoso con su
madre…
38
Conclusión
Así tendría para ofrecer cientos de situaciones en las que, al tomar la
deflexión como una retroflexión con un contenido simbólico y al sugerir al
paciente la posibilidad de deshacerla, este retoma, en el aquí y ahora, el
contacto y recupera el proceso emocional que interrumpió cuando el
entorno no le dio el apoyo emocional suficiente como para aprender a
manejar sus emociones.
NOTAS
1
.- POLSTER, E. Y M.: Terapia guestáltica, Ed. Amorrortu, Buenos Aires,
1976; pág. 95.
2
.- PERLS, F., HEFFERLINE, R.F. y GOODMAN, P. (1951): Gestalt
Therapy: Excitement and Growth in the Human Personality, The Julian
Press, 1994. En adelante PHG.
3
.- PHG, Volumen I, Capítulo XV, apartado 7, pág 235 (a partir de este
momento, todos los textos citados de PHG son traducción mía)
4
.- PHG, I, I, 1
5
.- PHG, I, I, 2
6
.- Entrevista a Isadore From por Mark Stern y Don Lathrop, publicada en
"Voices", The Art and Science of Psychotherapy, Journal of the American
Academy of Psychotherapists, 1978, Vol. 14, nº 1. (Traducción mía).
7
.- PHG, I, I, 2
8
.- PHG, I, XV, 7.
9
.- Ibid.
10
.- Ibid.
11
.- PHG, I, 1, 5
12
.- PHG, I, 15, 7
13
.- G. KAUFMAN: Psicología de la vergüenza, Ed. Herder, Barcelona,
1985.
14
.- G. WHEELER, The Voice of Shame, Jossey-Bass Publishers, San
Francisco, 1996, pág. 51
Bibliografía
KAUFMAN, G.(1978): Psicología de la vergüenza, Ed. Herder, Barcelona,
1985.
PERLS, F., HEFFERLINE, R.F. y GOODMAN, P.(1951): Gestalt
Therapy: Excitement and Growth in the Human Personality, The Gestalt
Journal Press, Highland, 1994.
POLSTER, E. y M.(1973): Terapia guestáltica, Ed. Amorrortu, Buenos
Aires, 1976.
39
STERN, M. y LATHROP.: Interview with Isadore From, en "Voices", The
Art and Science of Psychotherapy, Journal of the American Academy of
Psychotherapists, 1978, Vol. 14, nº 1.
WHEELER, G. y LEE, R. (comp.)(1996): The Voice of Shame, Jossey-
Bass Publisher, San Francisco, 1996.
40
LA DEPRESION: COMPARACIÓN
ENTRE LA GESTALT Y OTROS
PUNTOS DE VISTA
Gary Michael Tyson & Lillian Miller Range
Artículo publicado en The Gestalt Journal, Vol. IV, No. 1
Traducción de Manuel Sorando Martínez, psicólogo psicoterapeuta.
Durante los últimos años ha habido un creciente interés por las teorías
y el tratamiento de la depresión. Este interés es el resultado de la incidencia
de la depresión clínica que, de acuerdo con un informe especial sobre la
depresión llevado a cabo por el NIMH1
(1973), ha empezado a rivalizar con
la esquizofrenia, en todo el país, como el problema mental más importante
y de más incidencia. El propósito de este artículo es establecer las
similitudes y diferencias entre la teoría de la Gestalt y el tratamiento que
ésta aplica y otras formas de teoría y tratamiento de la depresión.
Existen diferentes teorías acerca de la depresión. La teoría del
psicoanálisis tradicionalmente ha contemplado la depresión como la agresión
hacia un objeto interiorizado con un significado ambivalente (Freud, 1917).
Recientemente, otras teorías más avanzadas ven la depresión como el reflejo
de: (a) un problema cognitivo (Beck, 1974); (b) desamparo aprendido o de
no contingencia (Abramson, Seligman & Teasdale, 1978; Seligman, 1974);
(c) paradigmas de la extinción (Ferster, 1974; Lazarus, 1968; Lewinshon,
1974); (d) un fracaso en la autorregulación (Mathews, 1977); (e) relaciones
interpersonales ineficaces (Coyne, 1976; Salzman, 1974); o (f) una
protección contra los efectos normales del desamparo o la desesperanza
(Benton, 1972).
En la teoría de la Gestalt, la neurosis (de la que la depresión podría
constituir un aspecto) puede ser conceptualizada en términos de lo que Perls
llamó “el perro de arriba y el perro de abajo”, escisión de la personalidad
en la que el individuo fracasa en la resolución, o no es totalmente consciente,
del conflicto planteado entre dos componentes diametralmente opuestos de
1
National Institute of Mental Health. Organo oficial de la Administración norteamericana para las
enfermedades mentales. (N. del T.)
41
su personalidad. Estos componentes representan actitudes introyectadas y
creencias que le fueron impuestas al individuo durante su primera infancia y
que fueron aceptadas sin crítica por él. En una persona deprimida
neuróticamente, uno de los componentes de la personalidad estaría
representado por una conciencia o superego muy severo (el perro de arriba),
que sería el resultado de un entorno que originalmente impuso sus preceptos
al individuo bajo las amenazas del castigo, retirada de afecto, etc. Por tanto,
el individuo interioriza estos preceptos (ambientales) en
la forma de una conciencia que asume la función de
vigilar que la persona piense y se comporte como
“debe”. La agresión desplazada es proyectada hacia la
conciencia del individuo, y la propia persona, en
esencia, es la creadora de su propio “dictador” interno.
(Ward & Rouzer, 1974, p. 25)
Sin embargo, en contraste con la naturaleza autoritaria del “perro de
arriba”, el segundo componente de la personalidad (el perro de abajo)
representa actitudes y creencias que hacen referencia al supuesto
desamparo, incompetencia y falta de adecuación del individuo. Así, sin la
plena conciencia de este conflicto, el neurótico fracciona su personalidad
entre lo que debería hacer y lo que hace, entre el amo y el esclavo, entre el
agresor y la víctima. El neurótico se manipula a sí mismo y a los demás, a
través de la expresión alternada y la proyección de estas polaridades. Sin
embargo, debido a que ninguna de estas partes es expresada o
experimentada completamente, el conflicto queda sin resolver y, por tanto,
se prolonga como algo inacabado. En consecuencia, el individuo neurótico
continua siendo el objetivo de su propia agresión.
El mismo Perls (1976) reconoció la similitud del punto de vista de la
Gestalt respecto a la depresión, con el del psicoanálisis. Los autores
psicoanalíticos (como Chadoff, 1974), al observar la dependencia de la
persona depresiva respecto de otros para el mantenimiento de la
autoestima, anotaron que
[las personas depresivas] emplean varias técnicas -la
sumisión, la manipulación, la coerción, la lástima, la
súplica, la conciliación- para mantener estas relaciones,
que necesitan desesperadamente y son esencialmente
ambivalentes, con los objetos externos o interiorizados
de sus requerimientos (p. 94).
42
Estas observaciones son sorprendentemente parecidas al contenido y
estilo de la lucha entre las polaridades de ”el perro de arriba” y el “perro de
abajo”, y son consistentes con las aserciones de la teoría de la Gestalt en
cuanto a que la persona neurótica manipula, tanto a sí mismo como a su
entorno y a los demás, más que experimentar y reconocer sus necesidades
de una manera directa. Un autor psicoanalista (Dorpat, 1977) observó que
la aparente contradicción en el individuo enfermo por
depresión entre la omnipotencia y actitudes de
desamparo y desesperanza, queda parcialmente
explicada por el fraccionamiento del ego. La
organización del ego respecto a sentimientos y actitudes
de desamparo y desesperanza es mantenida rígidamente
por separado de aquella otra organización referida a las
ideas de omnipotencia que tiene el sujeto, de la
importancia que le da a los objetos o de ambas al mismo
tiempo (pp. 23-24).
Mientras que las teorías de la Gestalt y el psicoanálisis referidas a los
orígenes de la depresión son bastante parecidas, sin embargo las estrategias
para su tratamiento son muy diferentes. El psicoanálisis es un enfoque
esencialmente del “allí y entonces” acentuando la exploración en la
memoria precoz como inductora de la ansiedad. En el otro lado, la Terapia
Gestalt es un enfoque del “aquí y ahora”, que hace hincapié en la toma de
conciencia de la forma en que el individuo evita su propia y plena
experiencia del momento (Naranjo, 1970). Este enfoque subraya la
confianza en la sabiduría inherente del propio organismo y en su capacidad
de autorregulación. (Polster & Polster, 1973). Por el contrario, el enfoque
psicoanalítico enfatiza la naturaleza inconstante, tanto del id como del
superego, y la habitual debilidad del superego para controlarlos. Ambos
enfoques poseen en común la tendencia a indagar en busca de los
sentimientos de agresión que subyacen en la exteriorización de la
depresión.
También existen paralelismos entre la visión de la depresión
por parte de la Gestalt y las observaciones de autores de otras
convicciones filosóficas. Por ejemplo, la teoría cognitiva de Beck
(1974) establece que la depresión es la evidencia de los problemas
cognitivos que tiene el sujeto en la evaluación de si mismo, de su
mundo y de su futuro (tríada cognitiva). La naturaleza de los
43
problemas de la persona depresiva en esta tríada, según Beck, está
relacionada con un pensamiento extremo y de términos absolutos,
con el establecimiento de objetivos rígidos y perfeccionistas.
Además, cuando fracasa en alcanzar esos objetivos, “la tendencia
depresiva del individuo tiende a culpar de la causa del hecho
adverso a alguna deficiencia presente en sí mismo” (p. 9),
tendiendo a contemplar este presunta deficiencia en términos
exagerados, y empleándose en una excesiva autocrítica acerca de
las causas de estas deficiencias asumidas. La teoría de Beck
establece que la depresión no es un desorden afectivo, como podría
parecer a primera vista, sino un problema cognitivo. El tratamiento,
por tanto ha de llevarse a cabo a ese nivel, a través de una
reestructuración del pensamiento erróneo del individuo.
La teoría de la depresión de Beck, al igual que lo expresado por la
Gestalt, propone el auto apoyo en lugar del apoyo ambiental. En términos
de la Gestalt, la persona neurótica deprimida necesita apoyo de su entorno,
y con tal de obtener este indispensable soporte, utiliza toda suerte de
manipulaciones neuróticas incluyendo (a) negación de aspectos del sí
mismo (Carmer & Rouzer, 1974), (b) dependencia de otros (Thorne, 1974),
(c) rigidez (Ward & Rouzer, 1974), y (d) la creencia de que le ocurrirán las
cosas más terribles si no consigue apoyo del exterior (Hartman & Narboe,
1974). La estrategia de tratamiento que se desarrolla a partir de este punto
de vista, pasa por la “frustración creativa” de estos esfuerzos neuróticos,
con el fin de llegar al auto apoyo (Levin & Sephard, 1974; Smith, 1978).
Los diferentes puntos de vista tienen en común su aspiración hacia una
actitud más realista y de aceptación del self, junto con el enfoque de Beck,
de estilo más autoritario.
Posteriormente, Beck establece que una razón por la que el individuo
tendente a la depresión desarrolla estas cogniciones erróneas, en primer
lugar, está causada por la experiencia de una gran pérdida, en el momento
en que ésta resulta abrumadora para la persona. Esta formulación es muy
parecida al concepto de asunto inacabado que preconiza la Gestalt. Los
modelos, no obstante, discrepan en este punto en lo referente al
tratamiento. El trabajo desde la Gestalt implica “trabajar con” la plena
44
expresión de las emociones de la situación inacabada, con el fin de facilitar
una resolución más integradora del asunto (Dublin, 1978). El acercamiento
cognitivo de Beck, deja de lado la expresión de los aspectos emocionales
del tratamiento y se centra en el intelecto o sistema de creencias del
individuo, tratando de reestructurar el pensamiento del sujeto de forma más
adecuada.
Otro popular modelo de depresión mantiene que la esencia de la
depresión reside en que
el paciente depresivo ha aprendido o cree que no puede
controlar aquellos elementos de su vida que le
previenen del sufrimiento o que son gratificantes para
él. Resumidamente, cree que es ineficaz (Seligman,
1974, p. 98)
Así pues, en su forma original, el modelo de Seligman se centra casi
exclusivamente en el componente de la personalidad llamado “perro de
abajo”. Una revisión posterior (Abramson, Seligman & Teasdale, 1978)
añade un aspecto importante de la teoría de la atribución, diciendo que la
persona depresiva debe atribuir su ineficacia a algún aspecto de sí mismo.
Debe creer que la culpa de su incompetencia la tiene él mismo. El
tratamiento, en la teoría de Seligman, se centra esencialmente en el
comportamiento,(a) enseñando al individuo a discriminar entre aquella
situación en la que fue incompetente y aquellas otras en las que no lo fue, y
(b) haciendo que la persona experimente su propia eficacia.
El concepto de la Gestalt sobre la aptitud personal está directamente
relacionado con el modelo de Seligman. En la teoría de la Gestalt, el
individuo neurótico no puede entrar en contacto o es incapaz de utilizar su
propia energía. Por tanto el tratamiento consistirá en ayudar al paciente a
volver a entrar en contacto, o controlar, sus capacidades personales
La persona puede experimentar, bien tener el control de su
potencialidad (ser apto), o no poseer ese control (depresivo). El tratamiento
en ambos acercamientos está basado en la experiencia personal de la
situación y no en la realidad externa de la misma.
Las teorías del comportamiento sobre la depresión señalan que ésta es
el resultado de (a) una reducción en el refuerzo de determinadas conductas
(Ferster, 1974), (b) la escasa disponibilidad de refuerzos apropiados
45
(Lewinsohn, 1974), o (c) la perdida de efectividad de los refuerzos
disponibles (Lazarus, 1968). El concepto de la Gestalt de asuntos
inconclusos se hace aquí imprescindible. Estos asuntos inconclusos hacen
uso de las reservas de energía del organismo, por lo que el individuo (a)
dispone de menos energía para conseguir refuerzos apropiados por su
conducta, (b) no tiene la capacidad suficiente para seleccionar de forma
efectiva y eficiente un entorno favorable a su conducta, o (c) no puede
experimentar apropiadamente los refuerzos del entorno que si se
encuentran presentes (por lo que estos refuerzos parecerán poco eficientes o
inadecuados).
El tratamiento del comportamiento depresivo, consiste típicamente en
restablecer en la persona la elaboración de conductas que proporcionen
refuerzo adecuado. El tratamiento desde la Gestalt consiste en intensificar la
toma de conciencia del presente de la persona depresiva (Polster, 1966), y su
flexibilidad para manejar este presente (Knopp, 1974). Por tanto, el enfoque
de la Gestalt adjudica más responsabilidad al individuo y más confianza en
su inherente capacidad para ayudarse.
La teoría de la Gestalt comparte con el modelo de autorregulación de
la depresión la hipótesis de que los humanos funcionamos de acuerdo al
principio de homeoestaticidad. El modelo de la autorregulación mantiene
que cuando una cadena comportamental no se completa convenientemente,
todos los organismos pasan por las fases de autorevisión, autoevaluación, y
autorrefuerzo. Para el individuo depresivo, sin embargo, las
autoevaluaciones tienden a ser excesivamente inflexibles y los
autorrefuerzos claramente inadecuados. Por tanto, la natural
autorregulación del organismo queda obstruida. El punto de vista de la
Gestalt es que el neurótico no permite que pueda tener lugar el proceso
natural de contacto y retirada, por lo que mantiene el contacto cuando
necesita retirarse, o se retira cuando necesita el contacto (Perls, 1978). El
tratamiento desde la Gestalt anima al paciente a escuchar su propio proceso
natural.
Salzman (1974) y Coyne (1976) hacen hincapié en los aspectos
interpersonales de la depresión. Salzman (1974) afirmó que la depresión
tiene lugar cuando el individuo siente que “ha perdido la estima y la buena
disposición de los demás porque ha fracasado en vivir de acuerdo con sus
ideales y objetivos perfeccionistas” (p.50). El contenido de la depresión,
sugiere, “consiste en una variedad de dispositivos de coacción, exigencia,
suplica, y extorsión, que procuran obligar a retornar al objeto o valor
perdido” (P. 50). Ya se ha comentado antes que los individuos neuróticos
depresivos, de acuerdo con la teoría de la Gestalt, manipulan a los demás
46
como a sí mismos, y tratan de comprometer a amigos, familiares, o al
terapeuta para que interpreten unos u otros aspectos de si mismos (más a
menudo con las peculiaridades del “perro de arriba”), a través de la
manipulación y/o proyectando características de esos componentes (Perls,
1973). Como indicaba Coyne (1976), la persona depresiva “es capaz de
comprometer a los demás en su entorno de tal manera que se pierde
cualquier apoyo y se elicitan los mensajes depresivos” (p. 29). En términos
de la Gestalt, la persona depresiva ha aprendido con eficacia cómo emplear
los aspectos del “perro de arriba” del entorno, para poder adoptar la
polaridad del “perro de abajo”. Esta práctica justifica el apoyo en el entorno
mientras que obstaculiza el desarrollo de la propia autoayuda y, como
consecuencia, impide que pueda ocurrir un cambio.
Salzman y Coyne no argumentan sobre el proceso. La Terapia Gestalt
se basa en el procedimiento, subrayando la importancia, paradójicamente,
de alentar a la persona a ser lo que realmente es (Beisser, 1970). Por tanto,
mientras que el cambio no es el objetivo inmediato, esta orientación
permite al individuo atenderse y hacerse cargo de si mismo, una actitud
que, a menudo, es la causa de notables cambios.
Finalmente, también existen paralelismos entre la formulación de la
Gestalt y la postura adoptada por Benton (1962), quien sugirió que la
depresión podría representar un intento por parte del individuo de
defenderse de la experiencia o de reexperimentar la perdida y la aflicción.
El “juego de la depresión” , decía Perls (1970), tiene lugar en la capa del
“como si” de la neurosis, donde nuestro miedo al dolor y a la desesperanza
nos disuade de tener la experiencia y de expresar emociones más sinceras y
genuinas. Estas posturas parecen bastante afines. El tratamiento en ambos
casos conlleva facilitar en el paciente la plena experiencia de estos
sentimientos.
La revisión en la búsqueda de tratamientos nos hace concluir que,
mientras varias de las aproximaciones han tenido éxito reduciendo la
depresión, aquellas que han obtenido un mayor triunfo, incluyen (a) la
corrección de las distorsiones cognitivas, (b) la modificación de patrones de
interacción social, o (c) la experiencia y/o expresión de la emoción. Los
terapeutas Gestalt pueden afirmar que la plena integración de la
personalidad, que es el objetivo de la Terapia Gestalt, incluye todos
estos componentes.
47
Referencias bibliográficas:
Abramson, L. Y., Seligman, E. P. & Teasdale, J. D. Learned helplessness
in humans: Critique and reformulation. Journal of Abnormal
Psychology, 1978, 87, 49-74.
Beck, A. T. The development of depression: A cognitive model. In R. J.
Friedman & M. M. Katz (Eds.) The psychology of depression:
Contemporary theory and research. Washington, D. C.: Winston &
Sons, 1974.
Beisser, A. The paradoxical theory of change. En J. Fagan and I. Shepherd
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Ferster, C. B. Behavioural approaches to depression. In R. J. Friedman and
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Theory and Research. Washington, D. C.: Winston & Sons, 1974.
Freud, S. Papers on metapsychology. Mourning and melancholia, 1917.
Standard Edition of the complete psychological works of Sigmund
Freud.
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  • 1. Terapia Gestalt Recopilación de artículos y demás Por Bruno Bassán 1
  • 2. Contiene: 1. Liberación. Declaración Universal. Alejandro Spangenberg. 3 2. La terapia Gestalt. 6 3. ¿Qué es la Terapia Gestalt? Carmela Ruíz de la Rosa. 12 4. Gestalt y Clínica 19 5. Terapia Gestalt: Salud, Enfermedad y... ¿Santidad? Albert Rams. 6. Apuntes sobre Terapia Gestalt. Carmen Vázquez Badín. 25 7. La Deflexión como una Retroflexión “metafórica”. Carmen Vázquez Badín. 33 8. La depresión: Comparación entre la Gestalt y otros puntos de vista. Gary Michael Tyson y Lillian Miller Range. 41 9. Ideas para el vivir. Contribución para una actitud “gestáltica”. Myriam Sas de Guiter. 51 10.Las raíces filosóficas de la terapia Gestalt. 62 11.Friedrich Salomon Perls (1893-1970) Fundador de la Terapia Gestalt. Sandra Isella, Mª Eugenia Grau y Carlos Rodríguez. 65 12. Joyitas de Perls. Aporte hecho por Gastón Gandolfi y Jaime Marchant. 72 13.Un homenaje a Laura Perls. (El apoyo terapéutico en Terapia Gestalt) Carmen Vázquez Badín . 75 14.Bibliografía. 88 2
  • 3. Liberación - Declaración Universal En acto unilateral e inconsulto declaro hoy la independencia total de mi ser De aquí en adelante habitaré en el territorio libre de mi espíritu y sentaré las bases para la construcción de la República Separatista de la Existencia Digna Libre al fin de toda opresión no importa donde esté ni que nombre lleve mi lucha y el sentido de mi vida estarán en la liberación de los niños la defensa implacable e inflexible de la naturaleza y todo lo que existe en este mundo maravilloso Anarquista y amante me declaro por tanto no obedeceré a nadie y no pediré ser obedecido Mi cabeza inclino sólo ante la muerte y el misterio infinito de la vida Mi humildad será la del guerrero nacida del respeto y el asombro ante la creación ni más ni menos que todo lo que existe No habrá poder humano que doblegue mis convicciones y en mi vida no habrá espacio para las concesiones salvo para aquellas dictadas por el corazón y escritas con la mano de la ternura A mis hijos acunaré con mis propios brazos y cuando estén listos los dejaré partir libres como pájaros 3
  • 4. volando hacia su destino Sólo ante Dios decreto y reivindico mi derecho a ocupar un lugar entre los misterios del Universo y mientras las fuerzas incomprensibles que rigen mi destino no determinen lo contrario declaro que viviré mi vida con total intensidad sin sujetarme al pensamiento ajeno ni a las condicionantes de la sociedad y el tiempo en que me haya tocado vivir Asumiré mi destino cualquiera que éste sea sin quejas ni renunciamientos y aunque nunca lo logre lucharé con todas mis fuerzas por merecer y no desperdiciar esta única e irrepetible oportunidad de estar vivo Como sé que he de morir cualquiera sea la forma de vida que elija hoy con plena conciencia decido vivir una vida con significado sólo por placer no porque espere recompensa alguna Desde hoy en adelante sólo creeré en los actos de los hombres y no en sus palabras Mis enemigos son y serán los que luchan por la muerte aprisionan la imaginación persiguen la belleza acumulan riqueza castigan a los niños humillan a los desposeídos y pisotean la verdad Sepan todos ellos que hoy Ha comenzado la Revolución Declaro que desde ahora no me importará estar solo y que únicamente aceptaré la compañía de quienes amen la canción y el vino vivan sin pedir permiso 4
  • 5. y estén dispuestos a vivir por sus convicciones. Por último decreto y asumo mi derecho irrenunciable a existir y elegir ser quien soy libre al fin de las identidades heredadas digo que mi hogar es el mundo mi hermana la libertad y que todas las noches sin el más mínimo pudor hago el Amor Así termino esta multitudinaria asamblea unipersonal porque cada hombre que se libera redime a toda la humanidad donde con absoluta irrespetuosidad he decidido desobedecer a todos los poderes y autoridades para convertirme en el único conductor de mi vida Con toda la autoridad que emana de este acto ante mí sello y firmo este compromiso Alejandro Spangenberg 14 Agosto 1989 Año de la Serpiente 5
  • 6. La Terapia Gestalt Es de orientación humanista y está dirigida, sobre todo, al desarrollo personal. Aquí se muestra una breve descripción de esta forma de trabajo. La Terapia Gestalt, más que una teoría de la psiquis, es un eficaz abordaje terapéutico y una filosofía de vida que prima la conciencia (awareness, darse cuenta), la propia responsabilidad de los procesos en curso y la fe en la sabiduría intrínseca del organismo (la persona total que somos) para auto- regularse de forma adecuada con un medio cambiante. Antepone la espontaneidad al control; la vivencia, a la evitación de lo molesto y doloroso; el sentir, a la racionalización; la comprensión global de los procesos, a la dicotomía de los aparentes opuestos...y requiere del terapeuta un uso de sí como instrumento (emocional, corporal, intelectual) que transmita una determinada actitud vital en vez de practicar únicamente una técnica útil contra la neurosis. Hay tres premisas que fundamentan la Gestalt como una terapia con sus aplicaciones en el campo de la Psicología Clínica. 1ª. El darse cuenta: sólo cuando el individuo se da cuenta de lo que hace y de cómo lo hace podrá cambiar su conducta. 2ª. La homeostasis: proceso mediante el cual el organismo interactúa con el ambiente para mantener el equilibrio. 3ª. El contacto: es imprescindible para el crecimiento y el desarrollo del ser humano. 1. Darse cuenta El darse cuenta es la capacidad que tiene cada ser humano para percibir lo que está sucediendo, aquí y ahora, dentro de sí mismo y del mundo que le rodea. Dentro de esta experiencia en el aquí y el ahora, se pueden distinguir tres tipos de darse cuenta, que se denominan como "áreas del darse cuenta" o "zonas de contacto". a) El darse cuenta del mundo o zona externa 6
  • 7. Se relaciona con el contacto sensorial. Nos permite ponernos en contacto con los objetos y acontecimientos del mundo que nos rodea, de todo aquello que está fuera y de lo que ocurre más allá de nuestra piel. Fórmulas: "Yo veo, toco, oigo, huelo,..."; "yo percibo, aquí y ahora,...";... b) El darse cuenta de sí mismo o zona interna Comprende todas aquellas sensaciones y sentimientos que ocurren dentro de nosotros. Nos permite ponernos en contacto con nosotros mismos. Fórmulas: "Yo siento, me siento..."; "yo siento, aquí y ahora,...";... Para ponerse en contacto con uno mismo es conveniente hacerse las siguientes preguntas: ¿qué estoy sintiendo?, ¿dónde lo estoy sintiendo?, ¿cómo lo estoy sintiendo?. c) El darse cuenta de la fantasía o zona intermedia Incluye toda la actividad mental (pensar, imaginar, recordar, planificar,...). Nos permite ponernos en contacto con nuestras fantasías. Fórmulas: "Yo pienso, imagino, recuerdo, deseo,..."; "yo pienso, aquí y ahora,...";... 2. Homeostasis Ningún organismo es autosuficiente, sino que en todo momento forma parte de un campo que lo incluye tanto a él como a su ambiente. Este equilibrio homeostático (o proceso de autorregulación) es sinónimo de salud, puesto que si el organismo permanece en estado de desequilibrio con su entorno durante mucho tiempo enferma, al no poder satisfacer sus necesidades. 3. Contacto Cada persona tiene su espacio vital dentro del cual, y dependiendo del momento, puede recibir o abrirse a determinadas personas, pero nadie puede invadir su espacio. Si esto ocurre, nos sentimos amenazados en nuestra integridad e individualidad. Cuando hacemos demasiado hincapié en sostener rígidamente ese espacio vital, corremos el riesgo de reducir el contacto con los demás. Esta reducción del contacto conduce al hombre a la soledad que, sin embargo, elige como opción más segura y menos generadora de angustia. La mayoría de las veces esta reducción del contacto se realiza por temor o miedo y, aunque el deseo de contactar con los demás sea grande, ese temor que sentimos cuando alguien se acerca nos impide retirar nuestros límites y abrirnos. 7
  • 8. Cuando sucede lo contrario, es decir, cuando nuestro yo está en continuo contacto con el mundo, mostrando una extraversión compulsiva, se pierde esa intimidad creativa y de concentración, diluyéndose los límites del yo, haciéndose a veces difícil distinguir entre el ambiente y el yo. El trabajo guestáltico El objetivo de un encuentro guestáltico es descubrir e incrementar el darse cuenta; no está diseñado para lograr una catarsis, aunque si la expresión es honesta no se interfiere con ella. El terapeuta se centra en el "qué" y "cómo". Qué y cómo proceden de la observación exacta, por qué conduce a la especulación. Pasos por los que atraviesa un experimento o trabajo guestáltico: 1º) Preparación del campo de trabajo. a) Tener la voluntad de explorar la perspectiva de la otra persona. b) No interrumpir a la persona, sino permitirle que desarrolle los sentimientos e ideas que espontáneamente surjan en él, en ese momento, con el propósito de entender más plenamente que está sucediendo con el paciente. 2º) Negociación o consenso entre el terapeuta y el paciente. a) Hacer saber al paciente que la terapia guestáltica implica experimentación. b) Que el paciente acceda a llevar a cabo la experimentación. c) Hacer notar al paciente que no está solo en este proceso, sino que el terapeuta lo acompaña en su aventura. 3º) Generación de autoapoyo tanto para el paciente como para el terapeuta. El terapeuta debe establecer las condiciones tanto en su cuerpo como en el ambiente, que den un apoyo óptimo para él y para el paciente (cuidar su posición, su respiración, así como los distractores potenciales; de tal manera que 8
  • 9. todo lo que de él emane esté bien fundamentado y plenamente basado en su organismo total). 4º) Exploración del nivel del darse cuenta. Sólo cuando el terapeuta puede atender a la conducta no verbal del paciente y, casi en forma simultánea, a sus propias sensaciones, será capaz de tener una figura clara de lo que está sucediendo con él y con el paciente. 5º) Graduación y selección del experimento. a) Focalización (da el proceso y la dirección de la sesión terapéutica) y Tema (da el contenido de la misma). Un tema traerá a colación otro y otro, de entre los que el terapeuta escogerá el que considere más importante. b) Graduar el nivel de dificultad del experimento, para alcanzar el nivel óptimo de ejecución para el paciente en ese momento. 6º) Localizar y movilizar la energía congelada en el paciente. Encontrar dónde está activada la energía del paciente o dónde está estancada (por lo general, una persona va a tener la necesidad de sacar a flote áreas de su vida en las que ha invertido grandes cantidades de energía o donde, por el contrario, siente una carencia de esta). 7º) Focalización. Para poder desarrollar un experimento o trabajo terapéutico se necesita encontrar un suceso que necesite seguimiento o ser trabajado. La focalización será la que defina el proceso a llevar a cabo y la dirección que este tendrá durante la sesión terapéutica. 8º) Actuación. Actuar la situación inconclusa que está emergiendo en la conciencia generalmente conlleva un alto grado de ansiedad, que tiene la posibilidad de expresarse libremente dentro de la actuación, lo que favorece que la energía antes bloqueada pueda al fin expresarse. 9º) Relajación. 9
  • 10. a) En posición cómoda, respirar profunda y lentamente hasta lograr un estado de serenidad interior. b) Enfocar la atención en cada una de las partes del cuerpo. 10º) Asimilación de lo sucedido. a) Preguntarle al paciente cuál fue su experiencia. b) Facilitar que integre esa vivencia en su vida diaria. Trabajo con las polaridades Todo evento se relaciona con un punto cero a partir del cual se realiza una diferenciación de opuestos. Estos opuestos manifiestan, en su concepto específico, una gran afinidad entre sí. Al permanecer atentos al centro, podemos adquirir una capacidad creativa para ver ambas partes de un suceso y completar una mitad incompleta. Al evitar una visión unilateral logramos una comprensión mucho más profunda de la estructura y función del organismo. En términos de polaridades, los sentimientos negativos suelen coincidir con el opuesto que no logra emerger como figura y desequilibra la percepción de su otra polaridad (la aceptada y aceptable). Las emociones negativas son ciertamente esenciales para la dicotomía de la personalidad. No sólo tenemos el deber de exponerlas, sino también el de transformarlas en energías cooperadoras. Durante este proceso encontramos una fase transitoria: el disgusto, vía la codicia, se transforma en discriminación; la ansiedad, vía la excitación, en un interés específico como la hostilidad, excitación sexual, entusiasmo, iniciativa, etc.; el miedo, vía la sospecha, se transforma en experimentación, esto es, en una ampliación de las órbitas de la propia vida; y la vergüenza, vía el exhibicionismo, en autoexpresión. La filosofía básica de la terapia gestalt es la diferenciación e integración de la naturaleza. La diferenciación conduce por sí misma a polaridades. Como dualidades, estas polaridades se pelearán fácilmente y se paralizarán mutuamente. Al integrar rasgos opuestos, completamos nuevamente a la persona. Por ejemplo: debilidad y bravuconería se integran como una silenciosa firmeza. Tal persona tendrá la posibilidad de ver la situación total (una gestalt) sin perder los detalles. De este modo, obtiene una mejor perspectiva que le permite enfrentar la situación mediante la movilización de sus propios recursos. 10
  • 11. Trabajo con los sueños. Los sueños ocupan un lugar especial en la terapia gestalt por la inmediatez con que pueden ser vividos y experimentados por el soñante. La técnica que se utiliza para trabajar los sueños y llegar a darse cuenta de su significado para la persona que sueña, consiste en (1º) pedirle primeramente al soñante que relate el sueño en primera persona y en presente; es decir, que lo relate como si estuviera pasando en este mismo momento. Mediante este sencillo mecanismo, la persona se compenetra más íntimamente con su sueño que si habla simplemente de él. (2º)A continuación, se trata de localizar el sueño en el espacio, distribuyendo las distintas partes de que se compone como si se estuviera representando en un escenario. Así, el sueño se convierte en una experiencia nueva y viva que hace que la persona adquiera un mayor compromiso con lo que está sucediendo en su sueño. Se trata de que la persona se dé cuenta de aquellas partes suyas que están proyectadas, ya sea en personas, en objetos o conceptos. La alienación se produce cuando la persona niega la existencia en ella de partes que le pertenecen. "Ese no soy yo" decimos cuando algunos aspectos de nosotros no nos gustan. Esto empobrece al individuo y sus intercambios con el mundo se hacen más reducidos y deformes. Pero los sueños no son simples proyecciones, sino que también podrá verse a través de él, el tipo de contacto que está estableciendo el paciente con los demás, la activación de sus angustias, temores y todas las características que puede asumir el contacto en cada persona y en cada momento. 11
  • 12. ¿Qué es la terapia Gestalt? Carmela Ruiz de la Rosa INTRODUCCIÓN La Palabra Gestalt se traduce como “forma” o “configuración”. La gestalt se refiere a los fenómenos de percepción, estudiados por investigadores alemanes que demostraron el carácter global de la percepción, como una totalidad que integra figura y fondo. La figura es aquello que se percibe como sobresaliente en el campo perceptual, y que tiene una forma definida; mientras que el fondo es algo indefinido, cuya función es servir de base envolvente a la figura. (Por ejemplo una charla de un bar y logotipo I.P.G.). Esta relación figura-fondo es dinámica. Si la figura capta la atención del observador, la gestalt será definida, y el fondo tendrá escasa presencia. Por ejemplo, cuando quiero echar una carta, y busco un buzón en la calle. El buzón es una figura emergente del fondo indiferenciado del paisaje urbano. Luego, cuando el objeto pierda interés para el observador, se confundirá de nuevo con el fondo, del cual podrá emerger otra figura distinta, y así crearse una nueva gestalt, una nueva entidad perceptiva. Esta noción de organización de lo perceptivo se extendió posteriormente a lo mental. Se descubrió que los pensamientos, sentimientos y recuerdos se organizan también en gestalts, con una figura dominante sobre el fondo. Esta organización dependerá de las motivaciones o necesidades de la persona. Así, por ejemplo, cuando me enfado, mi ira es la figura relevante que destaca del fondo constituido por mis sentimientos, pensamientos,.. Igualmente el color de la cara, las mandíbulas apretadas, los puños cerrados...son la figura que ocupa totalmente el campo de percepción corporal. Cuando se me pasa el enfado, cuando ha encontrado su forma de expresión o de reconocimiento, entonces emerge de mi campo de conciencia otra gestalt, que podría ser un sentimiento de cariño por la persona con quien antes me enfadé o una mayor serenidad y comprensión de la situación. Pero si mi enfado, por la razón que sea no pudo expresarse, o ni tan siquiera reconocerse, se quedará enquistado, como un resentimiento pendiente, tanto en lo físico como en lo emocional. A menudo 12
  • 13. experimentamos reacciones ante personas o situaciones cuyo origen desconocemos y probablemente tengan que ver con situaciones pendientes o sentimientos no expresados. Cuando ocurre que una experiencia no se completa, queda una gestalt inconclusa, y la persona no puede estar disponible para otra experiencia, o sólo tendrá una disponibilidad parcial hasta que complete dicha experiencia. En tanto que la gestalt no esté concluida, la persona tenderá a repetirla en un intento de resolución. Por ejemplo, en todos los trabajos realizados termino siempre peleándome con el jefe. Es probable que esté repitiendo un esquema antiguo de comportamiento infantil. Otra manera de explicar las pautas repetitivas de comportamiento es que en su momento las aprendimos para sobrevivir y adaptarnos a una situación. Y aunque en el presente no sean adecuadas seguimos repitiéndolas por lo que la necesidad seguirá insatisfecha. Por ejemplo, “el refrán del pobre: reventar antes que sobre”. Frente a esta manera de repetirse, la terapia Gestalt enseña a la persona que puede cambiar y ampliar sus recursos, eligiendo el más conveniente para ella. PRINCIPIOS DE LA PSICOTERAPIA GESTALT La psicoterapia Gestalt es una corriente dentro de la psicología humanista y se caracteriza porque considera que la persona cuenta con los recursos necesarios y suficientes para vivir feliz. Y desde esta perspectiva, el terapeuta no es sino el que acompaña a la persona en el proceso de descubrimiento personal. No da consejos ni consignas, sino herramientas para explorar nuestra vida y encontrar las propias soluciones. Se valora el aquí y ahora, es decir, la actualidad, el presente, lo que a la persona le está ocurriendo en este momento de su vida. Es obvio que muchas veces hablamos de acontecimientos del pasado o expectativas hacia el futuro, sin embargo en Gestalt estos recuerdos o expectativas se traen al presente, para darnos cuenta de cómo está repercutiendo en el momento actual. Por ejemplo, un duelo no resuelto por una muerte o una separación amorosa, observamos cómo está influyendo y cómo continua vivo en el presente aunque pertenezca al pasado. A veces una película nos trae a la memoria asuntos del pasado. De igual modo el miedo al futuro nos puede incapacitar y es conveniente darse cuenta de qué tiene que ver con los miedos u otras emociones del 13
  • 14. presente. Por ejemplo, los hijos que nunca terminan la carrera o que no encuentran trabajo por miedo a enfrentarse a las responsabilidades de la vida adulta. En la terapia Gestalt se valora, también, el darse cuenta, es decir, la capacidad que tiene cada ser humano para percatarse de lo que está sucediendo dentro de sí mismo y en el mundo que lo rodea. El ponerse en contacto con uno mismo y darse cuenta de lo que realmente uno siente y desea, es el primer paso para conseguir lo que queremos. Podemos distinguir 3 aspectos en el darse cuenta: · Darse cuenta de sí mismo, es decir de la zona interna, que comprende todos aquellos acontecimientos que ocurren dentro de uno mismo: sensaciones, sentimientos, emociones... · Darse cuenta del mundo exterior o zona externa que incluye todo lo que está fuera, más allá de mi piel. Se relaciona con los sentidos: lo que oigo, veo, toco, huelo.... · Darse cuenta de la zona intermedia o zona de la fantasía, que abarca todas las actividades mentales: pensar, adivinar, imaginar, planificar, recordar, anticipar. Por último, se fomenta la integridad y responsabilidad de las personas. La gestalt invita a tomar conciencia de lo que nos está sucediendo en cada momento, sin pretender cambiarlo, detenerlo o evitar algo que hay en mí y que no me gusta. Cuando nos ponemos en contacto auténtico con lo que sentimos, el proceso de cambio se produce por sí solo. El frustrarse con exigencias de ser distinto de lo que se es, sólo nos lleva a sensaciones de malestar. Por ejemplo, a veces estamos enfadadas con el marido por algo que hizo que nos molestó. Si me exijo estar amable sin sentirlo mi resentimiento va a ir creciendo y cada vez me sentiré más alejada. Si por el contrario me doy cuenta de lo que me está pasando y lo expreso es posible que el resentimiento desaparezca y el cariño vuelva sin forzarlo. Una manera de asumir la responsabilidad es dejar de culpar sistemáticamente a los demás por lo que nos impiden hacer y asumir que, más a menudo de lo que creemos, “Si quiero, puedo”. EL CICLO DE LAS NECESIDADES Para satisfacer sus necesidades la persona sigue un ciclo llamado de autorregulación, que se recorre en siete etapas: 14
  • 15. 1. Sensación: La persona experimenta un déficit del organismo, por ejemplo, sequedad de boca. 2. Toma de conciencia: La persona pone nombre a la necesidad. En el caso del ejemplo, tengo sed. 3. Energetización: La persona se prepara para la acción, en nuestro caso, decidir qué es lo que quiero y dónde voy a conseguirlo. 4. Acción: Dirigirse al objeto que satisface la necesidad. 5. Contacto: Es el encuentro, la unión, es decir, beber el vaso de agua. 6. Consumación: Supone conducir el proceso hasta su plena realización. No quedarse a medias. 7. Retirada: La plena satisfacción de la necesidad emergente lleva a un periodo de repliegue hacia uno mismo hasta que surge otra nueva necesidad. Sólo se está disponible para las necesidades emergentes cuando se completaron las anteriores. Por ejemplo, si me voy a la cama con sed hasta que no bebo no puedo dormir. Este ciclo se repite, no sólo en lo fisiológico sino también en lo psicológico, una y otra vez de manera espontánea y podemos interrumpirlo inconscientemente por muchos factores. Por ejemplo, a menudo nos encontramos con normas sociales o familiares que interfieren en la satisfacción de nuestras necesidades. ¡Cuántas veces hemos ido de visita, o a un cumpleaños, incluso a un velatorio, sin que nos apetezca y hemos dejado de hacer lo que realmente queríamos!. Nuestra necesidad se ve, a menudo, interferida por mensajes familiares. Por ejemplo, si nuestra madre nos dijo que una mujer debe ser siempre sumisa, complaciente y servicial con su marido, aunque estemos cansadas o en desacuerdo o enfadadas, seguiremos actuando tal como ella nos dijo, aunque sea perjudicial para nosotras. LAS POLARIDADES Otro modo de interferir en la satisfacción de nuestros deseos y necesidades es pensar que no somos capaces de realizar determinadas tareas o actividades, porque nos sentimos inútiles o inadecuados por nuestra cultura o nuestra edad, o cualquier otra característica personal. Nos identificamos con una forma de ser concreta y rechazamos todo lo que no cuadre con esa imagen. Por ejemplo, si me considero una persona torpe no me meto a aprender nuevas cosas aunque me apetezca. Si me considero 15
  • 16. una persona “fuerte” no puedo apoyarme en otras personas y compartir mis penas. En Gestalt entendemos que la persona es un todo indivisible y que en la medida en que somos capaces de asumir esos aspectos negados, nuestro funcionamiento será más sano. Todos somos al mismo tiempo listos y torpes, fuertes y débiles, buenos y malos, cariñosos y agresivos y la salud consiste en poder emplear una u otra característica en función de la situación ante la que se está. Por ejemplo, si alguien me está amenazando responder cariñosamente no es lo más adecuado a la situación. Todas las emociones son valiosas para el ser humano porque nos dan información acerca de lo que nos está ocurriendo a nosotros y a nuestro alrededor, de ahí que sea tan importante recuperar las emociones que consideramos negativas: alegría, tristeza, agresividad, deseo sexual,... Estos aspectos rechazados nos cuesta sacarlos porque nos disgustan, o nos dan vergüenza o miedo o ansiedad. La terapia invita a vivir plenamente cada aspecto de lo que llamamos una polaridad: ser flexible-ser firme, ser alegre-ser triste, interesarse por lo de dentro del hogar y por lo de fuera. La polaridad no aceptada se sepulta o bloquea por temor a lo que podría desencadenar, como ocurre por ejemplo en el temor bastante generalizado a hacerse cargo de la propia agresividad y a manifestarla. Una de las polaridades básicas a descubrir es la llamada: perro de arriba y perro de abajo. El perro de arriba representa las normas dadas por padres, maestros, y personas importantes de nuestra vida, mientras que el perro de abajo se rebela ante dichas exigencias. Por ejemplo, las exigencias sobre las tareas de la casa y las constantes excusas para no hacerlo que ponen los hijos. Este mecanismo aprendido en la relación con las figuras de autoridad se produce constantemente en nuestro interior. (Ejemplo: debería llamar a la cuñada-no quiero porque es una pesada). SALUD Y PATOLOGÍA Como se desprende de todo lo dicho hasta ahora, la salud tiene que ver con la capacidad de contactar, con lo interno y con lo externo para así conocer la realidad. La salud también es aceptación e integración de lo que somos, de nuestros sentimientos, pensamientos y conductas, aunque a veces nos resulten contradictorios. Y, por último, la salud supone la posibilidad de ampliar nuestros recursos en lugar de repetir siempre lo mismo que aprendimos y que en su momento nos sirvió, pero que ahora es excesivamente rígido. 16
  • 17. La enfermedad, por contra, aparece cuando no hay un bueno contacto ya sea con el mundo interno o externo, cuando negamos características o aspectos personales que nos pertenecen y cuando nuestro comportamiento es excesivamente rígido o repetitivo frente al comportamiento saludable que tiene mayor flexibilidad y creatividad. LOS RECURSOS TÉCNICOS La gestalt emplea diversas técnicas para ayudar a la persona. La más conocida es la llamada “silla caliente”. Se trata de situar frente a la persona una silla vacía donde se coloca imaginariamente a la persona con la que tenga el conflicto o bien un aspecto de si misma rechazado, estableciendo un diálogo que le lleve a la resolución del conflicto o a la integración del aspecto rechazado. Otro de los recursos con los que cuenta el terapeuta gestáltico son las fantasías dirigidas que nos sirven para explorar temores, darnos cuenta de lo que nos pasa y, a menudo, a encontrar soluciones a situaciones aparentemente sin salida. Trabajamos los sueños no interpretándolos según un significado fijo sino facilitando que la persona descubra el mensaje que tiene para ella lo que ha soñado. Utilizamos también herramientas artísticas, como el dibujo, la poesía, o el baile y para nosotros la atención al cuerpo supone una referencia básica para comprender que le está pasando a la persona. En el trabajo terapéutico, ya sea individual o en grupos de crecimiento personal, no atendemos sólo a lo verbal, a las palabras que se dicen, sino también a lo corporal, a todo lo que se expresa mediante gestos, actitudes, movimientos, etc. que completan el sentido de lo que las personas comunican. PARA QUE SIRVE LA TERAPIA GESTALT No es preciso sentirse enfermo para solicitar ayuda psicológica; simplemente hay periodos de crisis en la vida en los que la persona hace balance de lo vivido y se replantea nuevos valores o formas de vida. Puede ocurrir que este sea un proceso gradual de maduración o que se deba a un suceso más externo o repentino como puede ser la muerte de un ser querido, un divorcio o la pérdida de un trabajo. En estos momentos, la ayuda que te prestan las personas cercanas puede no ser suficient0e y no por la falta de interés o de cariño, sino porque la propia cercanía impide una visión más objetiva o imparcial de las situaciones. 17
  • 18. Las personas acuden a terapia por malestar o insatisfacción en sus vidas. A menudo refieren que tienen ansiedad sin saber porqué o que no duermen, que lloran por cualquier cosa, que no tienen ilusión por nada como ocurre en las depresiones. Muchas personas asisten a terapia coincidiendo con una crisis con su pareja o en su familia. Los jóvenes se presentan por problemas en los estudios o en las relaciones con los demás, porque no saben qué hacer con sus vidas, falta de alicientes, etc. A la terapia gestalt acuden no solamente personas en crisis sino también personas que desean mejorar su calidad de vida que, a través del trabajo en grupos de crecimiento personal incrementan la satisfacción que experimentan en su vida cotidiana. En este tipo de trabajo se exploran las relaciones interpersonales, descubriendo qué limites nos impiden disfrutar del contacto con los demás o con nosotros mismos, abriéndonos a experiencias e intereses hasta ahora desconocidos. En definitiva, la terapia gestalt persigue la felicidad de los seres humanos, pretende aceptar a la persona sin excusas, sin juicios, sin valoraciones, respetando el ritmo y el proceso de cada uno. No se trata de empujar a la persona sino de acompañarla. 18
  • 19. Gestalt y clínica La psicología de la gestalt se transforma en Psicoterapia cuando F. Perls introduce el concepto de motivación. Hay tres premisas que fundamentan la Gestalt como una terapia con sus aplicaciones en el campo de la Psicología Clínica. 1) La primera premisa es el darse cuenta, que tiene que ver con el "qué" y el "cómo" de la conducta y no con el "porqué". Sólo cuando el individuo se da cuenta de lo que hace y de cómo lo hace podrá cambiar su conducta. Esto introduce un cambio sustancial en el modo de concebir al paciente, el cual pasa de echar la culpa de lo que le sucede a algo o alguien externo a hacerse responsable de sus conductas y de sus consecuencias. 2) La segunda es la homeostasis, que Perls identificó con autorregulación organísmica y lo definió como el proceso mediante el cual el organismo interactúa con el ambiente para mantener el equilibrio. 3) La tercera es el contacto, que ya va implícito en la anterior premisa de homeostasis. El contacto es imprescindible para el crecimiento y el desarrollo del ser humano. Salud y enfermedad La salud y la enfermedad vendrán determinadas, pues, por una alteración en cualquiera de estas tres expresiones del ser humano. A partir de esa concepción, la persona que asiste a terapia ya no es un enfermo irrecuperable y la enfermedad no es una fijación en una etapa infantil –como lo era para el Psicoanálisis– o una mera conducta observable –como lo era para las terapias conductuales–, sino un desajuste en el intercambio con el ambiente. Los objetivos de la Terapia Gestalt son: - Pasar del apoyo externo al autoapoyo. - Aprender a darse cuenta de lo que hace y cómo lo hace (auto- responsabilidad). 19
  • 20. - Lograr la mayor integración posible, ya que esto facilita el crecimiento y desarrollo del individuo. - Fomentar en el paciente una actitud activa y responsable que le permita aprender a observar sus conductas y a experimentar otras nuevas. Lo novedoso de la terapia Gestalt Hay mucho de novedoso en la Terapia Gestalt y en su abordaje desde la práctica clínica. A saber: 1. Concepto de "paciente" como persona que viene a terapia en contraposición con el "enfermo incurable". 2. La cualidad del terapeuta como el que "enseña a aprender". 3. El proceso terapéutico como experiencia de contacto esencialmente fenomenológico. En cuanto al primer punto, la persona es tratada como una totalidad y es co- responsable del proceso terapéutico; es por eso que ha de ser particularmente activo y capaz de descubrir y lograr sus objetivos a través de sus propios esfuerzos. un terapeuta gestáltico: No interpreta, no condiciona ni descondiciona: acompaña. Atiende a la conducta, no a los mentalismos. Atiende al darse cuenta y no a preguntas especulativas; al aquí y ahora en lugar del allá y entonces. Tiene un estilo directo y activo en el trabajo terapéutico y una preocupación por crear una relación horizontal. Paciente y terapeuta son dos personas embarcadas en una tarea en la que el foco de atención es el paciente; no se fomenta la dualidad de que el sano es el terapeuta y el enfermo el paciente. El uso del terapeuta como herramienta de cambio, el que apoya lo genuino y confronta lo neurótico del paciente. Sus devoluciones oscilan entre el apoyo y la frustración. Por último, un terapeuta gestáltico no le dice al paciente lo que ha descubierto acerca de él, sino que le enseña a aprender acerca de sí mismo. 20
  • 21. En lo que se refiere al proceso terapéutico, éste no es un producto terminado sino que ha generado una persona que ha aprendido a desarrollar el "darse cuenta" que necesita para solucionar sus propios problemas. El criterio de éxito no es la aceptación social, sino el incremento de la capacidad de darse cuenta del paciente, que se ve reflejado en un aumento y recuperación de su vitalidad y en una conducta más integrada de acuerdo a sus necesidades esenciales y a sus posibilidades. La última aportación a la que quiero referirme está contenida en una frase de Perls: "La Terapia Gestalt es algo demasiado bueno como para acotarlo exclusivamente a los neuróticos”. 21
  • 22. Terapia Gestalt: Salud, Enfermedad y ... ¿Santidad? Por Albert Rams En toda filosofía terapéutica subyace una idea de salud, y es hacia ese lugar adonde el terapeuta orienta o hace encaminar, de uno u otro modo, a su paciente. Asimismo, subyace una idea de enfermedad que, además de utilidades diagnósticas y pronosticas, implica a toda la estructura o pautamiento del proceso terapéutico. Entonces: ¿ qué es estar sano y qué es estar enfermo...?. El punto de vista del enfoque gestáltico se caracteriza en mi opinión por incidir en tres aspectos fundamentales : la capacidad de “ser sustantivamente” en lugar de “ser adjetivamente”; un ritmo de contacto-retirada pleno, fluido y adecuado a la necesidad dominante del individuo; y el tránsito del heteroapoyo al autoapoyo, del apoyo ambiental al autosoporte. Fritz Perls (1893-1970), el fundador de la Terapia Gestalt, entiende la neurosis –y por extensión la enfermedad psicosomática– como una estrategia de evitación del dolor psíquico que lo transforma, paradójicamente, en sufrimiento crónico. Y el dolor más grande fue seguramente el dolor de no ser, la temprana experiencia de separación de Aquello que fue nuestro origen y será nuestro destino. 1) Es decir que la salud pasa en primer lugar por la consciencia de ser, más allá de cómo uno sea a cada momento. La enfermedad empieza cuando uno decide “...Esto no lo pensaré, esto no lo sentiré y esto no lo haré… porque produce dolor, desagrado o disforia… y esto, o así, no soy yo...”. Y “…Esto sí lo pensaré, esto sí lo sentiré, o esto sí lo haré… porque produce placer, agrado o euforia… y esto, o así, soy yo”. Aunque también puede ser justo al revés. De tal suerte que se produce, en todo caso, una escisión fundamental entre el ser en sí y el ser de una u otra manera específica (poco importa cuál), con toda la carga y el esfuerzo al que uno se condena para mantener la barrera que garantiza la escisión. Así pues, el estado saludable requiere de la no identificación del ser o 22
  • 23. del no-ser con ningún aspecto de uno mismo en particular. Fritz utiliza un hermoso concepto para explicar esto, el de “nothingness”, palabra compuesta por “nothing”, nada o ninguna cosa, y el sufijo “ness”, que lo sustantiva. Su traducción literal sería “nadidad”, “cualidad de la nada”, o “capacidad de ser nada”. El camino hacia la salud pasará entonces por volver a poseer las partes desposeídas o alienadas de la personalidad, sobre todo aquéllas que uno colocó en el cajón de “esto no soy yo”. Ese proceso conduce a una autoactualización, lo cual faculta , tal como señala Fritz, para vivir cada nueva situación del presente como nueva que es, yendo más allá de los automatismos y condicionamientos con los que uno vivió hasta ese momento, y que hacen reaccionar frente a una nueva situación con un patrón viejo y crónico, como si fuera “aquella otra”. 2) El segundo criterio de salud para Perls es la adquisición de un ritmo de contacto-retirada con el entorno pleno, fluido y adecuado a la necesidad dominante del individuo. Pleno, puesto que el neurótico se caracteriza por no hacer ni un verdadero contacto ni una verdadera retirada. Fluido y adecuado porque la interacción individuo/entorno es siempre cambiante, y no valen programas prefijados ni actitudes rígidas . El precio de querer ahorrarse la atención constante, de querer economizar pilas de la linterna del estar presente en el aquí y ahora de lo que uno experimenta –de ser consciente de lo uno vive, piensa o hace; y de responsabilizarse de todo ello–, suele ser la interrupción del contacto, el ausentarse; la consiguiente victoria del automatismo egoico sobre el verdadero estar, y su consecuente carga de malestar o enfermedad. 3) El tercer criterio, ligado íntimamente con lo que acabo de comentar, es el tránsito del heteroapoyo al autoapoyo, del apoyo ambiental al autosoporte. Dirigirse hacia la salud es pues, desde este tercer aspecto, el proceso por el cual el individuo aprende a caminar sobre sus propios pies, solicitando del entorno lo verdaderamente necesario en una perspectiva de interdependencia, pero no lo innecesario y manipulativo. Así que podemos entender el carácter –la estructura fija, repetitiva y crónica con la que nos identificamos cuando éramos niños– como el conjunto organizado de los medios de manipulación aprendidos para obtener apoyo actualmente innecesario. Y el autosoporte o maduración, como compuesto de “...disminución del apoyo ambiental, aumento de la tolerancia a la frustración, y desmoronamiento de roles infantiles y adultos…”. 23
  • 24. Me parece que los tres criterios citados se reúnen, en realidad, entorno a algo que los engloba y que podríamos entender como una disolución del ego, o personalidad adquirida. Claro, si constato que sigo viviendo sin aquello que se suponía que era imprescindible y que, en parte, constituía mi identidad (el apoyo ambiental realmente innecesario, conseguido fundamentalmente a base de manipulaciones); si sobrevivo a aquello tan terrible (que me digan que no, que no haya aquello... y en general a la disforia); si experimento que yo soy algo más que mis máscaras… entonces no tengo más remedio que concluir que yo soy algo más o algo menos, en todo caso algo diferente, de lo que creía ser. Transitar estos momentos con consciencia nos permite cambiar el punto de vista subjetivo, preñado de automatismos distorsionadores de nuestra realidad interna y externa, por un punto de vista más próximo a lo que Friedlander definía como el punto cero o punto de “indiferencia creativa”, en el que, a través de la atención al vacío interpolar, muchas más opciones de una determinada situación o de una determinada respuesta son posibles y aceptables como propias. Recordando por último que “sano” y “santo” comparten el mismo campo semántico –y que ambos vienen a significar “íntegro”– ¿no será ésta de Perls una hermosa manera de entender la santidad…?. 24
  • 25. Apuntes sobre Terapia Gestalt Carmen Vázquez Bandín La Terapia Gestalt estudia las relaciones que se dan en la frontera entre el organismo y su entorno, esta relación es el contacto. La relación es sociocultural, animal y física. Si estudiamos solo el organismo y sus aspectos, estaremos haciendo psicología, fisiología, anatomía, etc. o cualquier otra disciplina que se refiera solo al organismo. Si estudiamos solamente al entorno, estaremos haciendo sociología, antropología, historia, etnología, etc. o cualquier otra disciplina si se refiere a los seres humanos en su conjunto, o zoología, botánica, meteorología, etc. si se refiere a cualquier otro aspecto del entorno en sí mismo. El proceso de hacer y retirarse del contacto en la frontera-contacto es la experiencia. Y "todo contacto es el ajuste creativo entre el organismo y el entorno". La creatividad y el ajuste, son dos polos. Si solamente hubiera creatividad no tendríamos en cuenta el entorno. Solamente con el ajuste estaríamos excluyendo al organismo. Por lo tanto, se necesitan el uno al otro. La espontaneidad es la capacidad de captar, de entusiasmarse y de crecer con lo que es interesante y nutritivo en el entorno. Solo la novedad es nutritiva. Pero sin asimilación no se sobrevive. El resultado de sobrevivir, su consecuencia, es el crecimiento. "El contacto es la realidad más simple e inmediata". Es la consciencia inmediata y el comportamiento motor hacia la novedad asimilable y también el rechazo de la novedad no asimilable. Ya que solamente la novedad es nutritiva. Y cuando estamos hablando de consciencia inmediata y respuesta motora, estamos incluyendo "el deseo y el rechazo, el acercarse y el evitar, la sensación, el sentimiento, la manipulación, la comunicación, … y todo tipo de relación viva que tiene lugar en la frontera, en la interacción del organismo con el entorno". El proceso de un ajuste creativo a un nuevo material o a nuevas circunstancias incluye siempre una fase de agresión y de destrucción, ya que es mediante el acercamiento, la apropiación de y la alteración de las estructuras antiguas como lo desigual se convierte en igual. Un organismo vive fundamentalmente en su entorno manteniendo su diferencia y asimilando el entorno para nutrir su diferencia y es en la frontera donde realiza sus intercambios. "El contacto, la actividad que tiene como resultado la asimilación y el crecimiento, consiste en la formación de una figura de interés que se destaca contra un fondo o contexto del campo organismo/entorno". 25
  • 26. La terapia consiste, por lo tanto, en analizar la estructura de la experiencia real, en el aquí y ahora de la situación presente, "sea cuál sea el grado de contacto que se tenga"; no tanto lo que se está experimentando, recordando, haciendo, diciendo, etc. sino cómo es recordado lo que se recuerda, ó cómo se ha dicho lo que se ha dicho, con qué expresión facial, con qué tono de voz, qué sintaxis, qué postura, qué sentimiento, qué omisiones, qué atención o falta de atención se tiene hacia la otra persona. Esto acrecienta el contacto, amplía la consciencia inmediata o awareness de la vivencia de la relación organismo/entorno en el aquí y ahora de la situación real y energetiza el comportamiento, dando lugar a una gestalt fuerte, que es, por sí misma, curativa ya que es "la integración creativa del problema". Ninguna realidad es indiferente o neutra. El Self Hablamos de ajuste creativo como la función esencial del self, o mejor dicho, "el self es el sistema de ajustes creativos". Ya que el self solo se descubre y se realiza a sí mismo en el entorno. "Y vamos a considerar al self como la función de contactar el presente real efímero", teniendo en cuenta que el self es el contacto. "Al complejo sistema de contactos necesarios en el campo, lo llamamos ‘self’. […] Se sitúa en la frontera del organismo y del entorno; […] y pertenece a ambos, al entorno y al organismo. […] no es una institución fija, sino que existe en donde y cuando existe una interacción en la frontera". El self como proceso de hacer y retirarse del contacto es siempre temporal, dinámico y cambiante. La inhibición del self, en la neurosis, es la incapacidad de concebir una situación como cambiante o, al revés, la neurosis es la fijación sobre un pasado incambiable e inmutable. "Ya que la función del self es algo más que aceptar las posibilidades, es también identificarlas y rechazarlas, llegar creativamente a una nueva figura, es distinguir entre las ‘respuestas obsoletas’ y el comportamiento único y nuevo, que requiere cada situación". Como ya hemos dicho antes, la terapia supone concentrarse en la estructura de la figura/fondo proporcionándole al self múltiples oportunidades de integrarse progresivamente. Ya que "la finalidad del tratamiento no es resolver la mayoría de los complejos [del paciente] sino llegar a un punto tal en la técnica de la consciencia inmediata de sí mismo que el paciente pueda continuar sin ayuda". La curación solamente puede venir de uno mismo (mediante la flexibilidad de la regulación organísmica), en el entorno. 26
  • 27. En Terapia Gestalt no atacamos las "defensas" o "resistencias", "en lugar de tratar de eliminarlas, se acepta su lado positivo, son tenidas en cuenta" y se las apoya, abordándolas en la sesión terapéutica, de persona a persona. Tampoco le pedimos al paciente que no se censure, sino que se concentre en la manera en cómo se censura, se retira, se encierra en el silencio, qué músculos, imágenes o bloqueos emplea para esto. "De esta manera, construimos un puente para que empiece a sentir que se reprime de manera activa y pueda, entonces, empezar a relajar por sí mismo su represión". Apoyar las resistencias o interrupciones, sacar el conflicto de la represión y aumentar la consciencia inmediata produce ansiedad. La ansiedad es la excitación frenada en la frontera-contacto. Pero el sufrimiento y el conflicto no son ni innecesarios, ni carentes de sentido: son el índice de la destrucción (des-estructuración) que se produce en toda formación figura/fondo, para que una nueva figura pueda emerger. Tratar de proteger al paciente de esto supone "que el terapeuta, desde lo alto de su superioridad, juzga tal o cual material humano como no merecedor de recuperar una existencia plena". Si el terapeuta deja su actitud de superioridad, el paciente se convierte, entonces, en un aprendiz de terapia y por lo tanto en un elemento activo de su proceso. Y puesto que es un elemento activo de su propio proceso y puesto que es él quien ha acudido a terapia y ha continuado en terapia, debe ser él quien decida cuándo dejarla. Si ampliamos la idea de apoyar las "resistencias" o "defensas", necesariamente debemos hacer un esbozo de tres conceptos fundamentales, a los que ya hemos aludido: el proceso de hacer y retirarse del contacto y sus fases, el self y sus funciones, y las interrupciones del proceso de hacer y retirarse del contacto. El proceso de hacer y retirarse del contacto es, en general, una secuencia continua de figuras y fondos. Todo el proceso es una excitación creciente consciente y proviene de los dos polos del campo: el organismo y el entorno. El proceso de hacer y retirarse del contacto es una totalidad única, pero se puede distinguir, por comodidad, la siguiente secuencia de figuras y fondos: Precontacto: el cuerpo es el fondo; el apetito, las sensaciones o el estímulo ambiental es la figura. Es lo dado o "ello" de la situación. Es de lo que se es consciente. Toma de contacto: la excitación del apetito se convierte en fondo, y algún "objeto" o conjunto de posibilidades es la figura. El cuerpo disminuye. 27
  • 28. Hay elección y rechazo de las posibilidades, agresión para acercarse y superar los obstáculos; orientación y manipulación deliberadas. Estas son las identificaciones (aceptaciones) y alienaciones (rechazos) del "yo". Contacto final (ó Contacto pleno): sobre un fondo que comprende el entorno y el cuerpo indiferentes, un objetivo vivo se destaca como figura y se contacta con él. Se relaja cualquier actitud deliberada. Postcontacto: hay una interacción flotante entre el organismo y el entorno que no es una relación figura/fondo; el self disminuye. Se da la asimilación y por lo tanto el crecimiento, modificando la "personalidad". De las fases o etapas del proceso de hacer y retirarse del contacto podemos deducir las tres principales funciones del self, según la Terapia Gestalt, y cómo pasa el self, temporalmente, de una función a otra. La función "ello", correspondería a la fase de Precontacto. "Es el segundo plano dado, que se disuelve en posibilidades" incluyendo las excitaciones orgánicas, las sensaciones, las situaciones inacabadas del pasado que se vuelven conscientes, el entorno vagamente percibido y los incipientes sentimientos que conectan al organismo con el entorno. La función "yo", en la fase de Toma de Contacto, "es la identificación con y la alienación de las posibilidades, la limitación o el acrecentamiento del contacto en curso". Es la aceptación o el rechazo de las posibilidades de la situación presente y real. Incluye el comportamiento motor, la agresión, la orientación y la manipulación. La función personalidad, activa en las fases de Contacto Final y Postcontacto, "es el sistema de actitudes asumido en las relaciones interpersonales, es la asunción de lo que uno es". Cuando el comportamiento interpersonal es neurótico, la personalidad consiste en un cierto número de conceptos equivocados sobre uno mismo, introyecciones, ideales del yo, máscaras, etc. Pero cuando se ha terminado la terapia, la personalidad es una especie de entramado de actitudes con el que se comprende uno a sí mismo y que se puede utilizar para cualquier tipo de comportamiento interpersonal ya que, la personalidad es "una réplica verbal del self". La personalidad se forma con la lealtad, la moralidad y las actitudes retóricas, siendo estas últimas "la propia manera que tiene uno de manipular las relaciones interpersonales". Cuando las "situaciones inacabadas del pasado" hacen su aparición, interrumpen la secuencia del proceso de hacer y retirarse del contacto. Esto tiene lugar mediante procesos que, en principio, son sanos cuando se emplean en su momento oportuno. Dicho de otra manera, "los comportamientos neuróticos son los ajustes creativos de un campo en el que hay represiones". 28
  • 29. Esta creatividad va a actuar y a aparecer espontáneamente en cualquier situación presente, por eso, el terapeuta no tiene que ir a buscar nada por debajo del comportamiento "ordinario", ni hurgar en él para poner de manifiesto el mecanismo. Su trabajo consiste sencillamente en plantear una relación basada en el contacto, dando por sentado que el paciente no va a poder mantenerla de manera adecuada y por cuyo fracaso, se siente insatisfecho. Debido a esta insatisfacción, le va a surgir el interés y la excitación, que generalmente va a vivirlos como ansiedad. Entonces, esta necesidad, real y presente, del paciente, con ayuda del terapeuta, va a destruir y asimilar los obstáculos y va a crear formas más viables, "como ocurre en cualquier otro aprendizaje". No olvidemos que la ansiedad es la interrupción de la excitación creativa en curso. Y que la neurosis es, a la vez, una situación de miedo crónico y de frustración crónica. Puesto que la frustración es crónica, el deseo no aprende a activar las funciones prácticas importantes; y puesto que el miedo es crónico, el individuo se controla, se inhibe y se frustra. El terapeuta necesita su propio criterio para mantener sus referencias, para saber en qué dirección mirar. Y no debe olvidar que la situación real y presente, representa siempre un ejemplo de toda la realidad que ha sido o será. Por eso, el terapeuta necesita, además de sus propias referencias, estar atento a la estructura del comportamiento del cliente: ¿cómo atiende a su propio organismo? ¿Cómo satisface una necesidad? Si basamos nuestro modo de hacer terapia a partir de los momentos de un proceso presente y en curso, y en concreto, en sus interrupciones, "podemos esperar que, con la consciencia inmediata, estas interrupciones, se van a convertir en otras interrupciones, y la continuidad del proceso no se habrá perdido". Así, el paciente, en un entorno seguro, como es su relación con el terapeuta, podrá resolver satisfactoriamente el "experimento" de hacer contacto. Como terapeutas, solo necesitamos ayudar al paciente a desarrollar su identidad creativa a través de ese "pasaje ordenado" de una interrupción a otra. Ya que el comportamiento del paciente en terapia, o en cualquier otra cosa, es un ajuste creativo que continúa resolviendo un problema de frustración y de miedo crónicos, la terapia consiste en "proporcionarle unas circunstancias concretas en donde estas soluciones habituales (inacabadas) ya no sean las posibilidades de solución más adecuadas". Para localizar las interrupciones en la secuencia del proceso de hacer y retirarse del contacto, lo que llamamos pérdidas de la función yo, la pregunta es la siguiente: ¿cuál es el momento en el que el paciente empieza a no mantener el contacto en la sesión terapéutica? ¿Cómo, concretamente, se lo impide? 29
  • 30. Y una vez identificada la interrupción, apoyarla hasta la siguiente y así sucesivamente hasta el final de la secuencia del proceso de hacer y retirarse del contacto. "La diferencia entre los diversos tipos [de personalidad] está relacionada con el momento en el que se produce la interrupción: Antes de la nueva excitación primaria: confluencia. Durante la excitación: introyección. Al enfrentarse al entorno: proyección. Durante el conflicto y la destrucción: retroflexión. En el contacto final: egotismo." No debemos olvidar que una interrupción de la secuencia de hacer y retirarse del contacto es debida a un estado del self, empleado de manera inadecuada. Esto es, la confluencia, la introyección, la proyección, la retroflexión y el egotismo son estados temporales adecuados y necesarios en determinas fases de la secuencia de hacer y retirarse del contacto. Solo cuando han perdido su función espontánea y se convierten en estructuras rígidas que interrumpen el proceso de hacer y retirarse del contacto es cuando se convierten en disfuncionales. La confluencia es el estado de no contacto, no hay frontera del self. Todos los hábitos y los conocimientos son confluyentes. La distinción entre las confluencias sanas y las confluencias neuróticas consiste en que las primeras están potencialmente sujetas a contacto, mientras que las segundas no se pueden contactar, debido a la represión. "En el plano neurótico, la actitud presente –no reconocer del todo la nueva tarea- consiste en agarrarse a la no consciencia, como si se aferrara a un comportamiento acabado para encontrar en él alguna satisfacción, y como si la nueva excitación fuera a arrebatársela. […] El objetivo es conseguir que el otro haga todos los esfuerzos". La interrupción se puede producir durante la excitación, el self, entonces, introyecta: desplaza su propio deseo potencial por el de algún otro. Esto sirve para evitar la sensación de "no pertenencia". La actitud hacia el entorno es resignada y, por lo tanto, infantil y sumisa (o la contraria, rebelde y agresiva pero sin sentido). La satisfacción conseguida es la frustración. La introyección sana es el paso previo a la asimilación, necesaria en cualquier situación de aprendizaje. Está caracterizada por el interés, la motivación y la consciencia inmediata. En la (¿intro?)proyección patológica, el individuo siente la emoción pero flotando a la deriva, "en el aire" y ya que no siente que surge de él, la atribuye a la otra realidad posible: el entorno; dirigida contra él por el 30
  • 31. otro. Produce rigidez muscular e inhibe los poderes motores para dejarse llevar libremente por las emociones libres. En el ajuste creativo, es un factor alucinatorio necesario en los primeros acercamientos. Esto es la intuición o el presentimiento, y es así "como nos ponemos en guardia o nos sentimos invitados por medio de un significado que todavía no es manifiesto". Cuando las energías de la orientación y la manipulación están plenamente comprometidas en el entorno pero el individuo no puede hacerles frente porque tiene miedo a herir o a ser herido, "necesariamente, se va a sentir frustrado" y, entonces, las energías comprometidas se van a volver contra los únicos objetos disponibles y seguros en el campo: su personalidad y su propio cuerpo. Esto son las retroflexiones. Podemos incluir aquí los remordimientos, los arrepentimientos, las reconsideraciones, las enfermedades psicosomáticas, los dolores musculares sin "causa", el pensamiento obsesivo, la rumia, etc. El retroflectador trata de evitar quedar comprometido con el entorno. Cualquier acto de autocontrol deliberado durante un compromiso difícil es una retroflexión, generalmente sana. El entorno tangible del retroflectador está formado únicamente por sí mismo. Y su satisfacción directa es la sensación de control activo. Cuando, en las fases de contacto final y de postcontacto debería haber una relajación del control o de la vigilancia, cuando se trataría de abandonarse al comportamiento que llevaría a la asimilación y al crecimiento, "hay un esfuerzo por controlar lo incontrolable y lo sorprendente", esto es el egotismo disfuncional. La preocupación del egotista no es contactar con el entorno, asimilar y crecer holísticamente sino "multiplicar sus conocimientos científicos y técnicos para poner cada vez más cosas del entorno a su alcance y en su poder para ser irrefutable". La satisfacción del egotista disfuncional es el aburrimiento y la soledad; es vanidoso y creído, sabe de todo y lo va diciendo. Desconfía de la humanidad y siempre tiene "enfrentamientos". No obstante, normalmente, el egotismo es sano e indispensable en la elaboración de cualquier proceso de maduración largo, difícil y complejo; dicho de otra manera, se sienten las ganas de comprometerse y se aplaza esto, desanimándolo, ya que, en ese proceso concreto, no es adecuada ni la espontaneidad ni la capacidad de correr riesgos. Los tipos de interrupciones pueden multiplicarse hasta el infinito combinando cada clase con otra, como "confluencia de introyectos", "proyección de retroflexiones", etc. Por ejemplo, "la confluencia con los introyectos es la culpabilidad; […] la retroflexión de los introyectos es la rebeldía…". 31
  • 32. Hay que tener en cuenta que, en Terapia Gestalt, no trabajamos con el contenido, sino con el proceso, con la secuencia de hacer y retirarse del contacto y sus interrupciones en el aquí y ahora de la situación real en curso, en la sesión de terapia, entre el paciente y el terapeuta. El significado creativo de la situación, no es lo que se piensa por anticipado, "lo que se trae a terapia", sino lo que surge al traer al primer plano las situaciones inacabadas, cualesquiera que sean y al descubrir-e-inventar su pertinencia en la situación presente, que se muestra interrumpida y por lo tanto desprovista de excitación, energía e interés. El neurótico, en la sesión y en su vida, empieza a perder el contacto con la realidad, se da cuenta, pero no tiene las técnicas que le permitirían continuar el contacto y persiste en un proceso que le lleva, cada vez, más lejos de la realidad, y entonces, se pierde. Es necesario que, en la sesión de terapia, ayudado por el terapeuta, aprenda a reconocer con precisión, en qué momento y cómo deja de estar en contacto y dónde y cuál es la realidad, de tal manera que pueda seguir contactándola. La teoría de la Terapia Gestalt es la teoría del self y por lo tanto, la práctica de la Terapia Gestalt es la teoría del self aplicada. Bibliografía BLOOM, Daniel: Estructura y funcionamiento del self, Documento del CTP, Centro de Terapia y Psicología, Madrid, España. BLOOM, Daniel: La canción del self, Documento del CTP, Centro de Terapia y Psicología, Madrid, España. HODGES, Carl: Teoría del campo, Documento del CTP, Centro de Terapia y Psicología, Madrid, España. KLEPNER, Perry: Interrupciones del contacto, Documento del CTP, Centro de Terapia y Psicología, Madrid, España. MEYER, Kenneth: Self & Egotismo, Documento del CTP, Centro de Terapia y Psicología, Madrid, España. PERLS, F., HEFFERLINE, R. y GOODMAN, P.: Terapia Gestalt: Excitación y crecimiento de la personalidad humana; Ed. Sociedad de Cultura Valle-Inclán, Ferrol, 2002. SPAGNUOLO LOBB, Margherita: La teoría del self en Terapia Gestalt, Documento del CTP, Centro de Terapia y Psicología de Madrid, España. ZEVY, Lee: Resumen del Proceso de Contacto, Documento del CTP, Centro de Terapia y Psicología, Madrid, España. Este artículo ha sido publicado en la revista "Figura-fondo", número 13, primavera del año 2003, pág. 69-76, del Instituto de Psicoterapia Gestalt A.C. de México. 32
  • 33. La Deflexión como una Retroflexión "metafórica" Carmen VÁZQUEZ BANDÍN Abstract: This paper redefines the Polster term "Deflection" as a Retroflection in the process of contact according to Perls, Hefferline and Goodman, in an individual therapy session. The author considers that when the patient undergoing therapy changes the topics of conversation during the session; speaks about the weather and so on, ... he/she abandons the course of the contact of here and now in the therapeutic relationship; thereby avoiding saying anything important to the therapist. The author proposes that this be considered a Retroflection and can be undone using the content of this Retroflection as a "metaphoric" message aimed at the therapist. Erving y Myriam Polster (1973) en su libro Terapia guestáltica (Gestalt Therapy Integrated) (1) definen la Deflexión como "una maniobra tendente a soslayar el contacto directo con otra persona, un medio de enfriar el contacto real. Se quita calor al diálogo mediante el circunloquio y la verborrea; tomando a risa lo que se dice; evitando mirar al interlocutor; hablando abstractamente en lugar de especificar; yéndose por las ramas; saliendo con ejemplos que no vienen al caso, o prescindiendo de ejemplos; prefiriendo la cortesía a la franqueza; las emociones débiles a las intensas; hablando de cosas pasadas cuando el presente es más importante… Todas las deflexiones destiñen la vida". No dicen los Polster si este "desvío" del contacto se hace de una manera consciente o no pero, sea como fuere, el sujeto no es consciente, no está aware de que el contacto le resulta imposible, por no decir intolerable. Más adelante, en el mismo párrafo, los Polster añaden: "Si se puede conseguir que la energía deflexionada dé de nuevo en el blanco, el sentido de contacto aumenta considerablemente". Tampoco dicen cómo podemos hacer para que "de nuevo dé en el blanco". Si tratamos de llevar este mecanismo de evitación al modelo propuesto por Perls, Hefferline y Goodman en su obra fundacional Gestalt Therapy (1951), (2) veremos que no está citado ni una sola vez. Los autores de Gestalt Therapy hablan de cinco mecanismos que interrumpen, de un modo 33
  • 34. u otro, el contacto, a saber, la confluencia, la introyección, la proyección, la retroflexión y el egotismo. Leyendo atentamente el Capítulo XV del PHG veremos que la Deflexión de la que hablan los Polster puede entenderse como una Retroflexión. Dicen Perls y Goodman: "Supongamos ahora que la energía de la orientación y la manipulación está plenamente comprometida con la situación ambiental, ya sea el amor, la rabia, la piedad, la pena, etc. El individuo debe intervenir pero tiene miedo de herir o ser herido (destruir y ser destruido)… Normalmente la retroflexión es un proceso de reforma, de corrección del acercamiento impracticable o la reconsideración de las posibilidades de la emoción, el reajuste con vistas a otra acción". (3) De este modo podemos considerar que cuando el paciente, en el transcurso de una sesión cambia de conversación, habla del tiempo, desvía el contacto en el aquí y ahora de la relación terapéutica, es que en otro momento de su vida, cuando aprendió a relacionarse, la excitación para la acción no encontró el apoyo necesario en el entorno y no pudiendo ya esa excitación dar marcha atrás, no pudiendo ya romper el compromiso con el entorno, "reformó" la orientación y la manipulación hacia una retroflexión. O efectivamente, completó la acción y el entorno no le dio apoyo sino frustración. Si podemos definir el objetivo de la Terapia Gestalt como establecer contacto ya que "el contacto es la realidad más simple y primera"(4) y "recordemos que no importa cómo se teorice acerca de los impulsos, emociones, etc., ya que siempre nos estaremos refiriendo a un campo de interacción –el campo organismo-entorno- y no a un animal aislado",(5) la sesión terapéutica –el campo organismo-entorno en el aquí y ahora- tiene que estar encaminada al contacto entre terapeuta y paciente. Hablar de otra cosa ajena a la sesión, a la relación entre el paciente y el terapeuta sería, en palabras de Isadore From, "una comunicación perturbada o retroflectada"(6) y por "perturbada" entiende "que el contacto entre el paciente y el terapeuta, de alguna manera, está perturbado", ya que "no existe ninguna función ni animal ni humana que se complete a sí misma sin objetos y entorno".(7) En tanto que terapeutas gestálticos, lo que nos interesa es lo siguiente,: por un lado, la información contenida en la deflexión. Y esta información estaría dada de una manera metafórica, metafórica. Pero por otra parte –y a mi entender resulta más importante-, el hecho es que la deflexión está teniendo lugar en el aquí y ahora del espacio terapéutico. Mi pregunta interna sería: ¿qué es lo que le hace en este momento decir lo que está diciendo, contarme a mí lo que está contando o hacer lo que está haciendo (por ejemplo, mirar hacia otro lado, no mirarme)? Me hago esta pregunta basándome de nuevo en Perls y Goodman que dicen sobre la Retroflexión: "la energía de la orientación y de la manipulación está plenamente 34
  • 35. comprometida con la situación ambiental", pero "entonces se vuelve hacia el único objeto inofensivo", uno mismo, "quedándose con la frustración del no contacto... Entonces, sentimos remordimientos y arrepentimiento; damos vueltas a lo pasado, lo reconsideramos, etc... Se arrepiente de no haber invadido el entorno".(8) Y mi conclusión es que, de alguna manera, lo que me está contando o haciendo, y que aparentemente no tiene que ver con nuestra relación, es algo que quiere decirme acerca de su relación conmigo en el momento presente. Este no decir algo referente a la relación no es porque sea inconsciente; simplemente es algo no consciente, algo de lo que no se da cuenta. ¿Qué es lo que ocurre para que le resulte difícil a mi paciente vivirme directamente? ¿Es un ajuste conservador que repite en otros momentos de su vida? ¿Qué ocurre cuando se deshace la retroflexión y se retoma el contacto? Lo que le ocurre al paciente para que le resulte difícil vivirme directamente es que está repitiendo un ajuste conservador. Al no encontrar suficiente apoyo emocional en el entorno durante su infancia, resolvió creativamente evitar la mirada, no expresar lo que sentía, pero con la repetición de este esquema lo convirtió en un ajuste conservador. De esta forma aprendió a cambiar la frustración por satisfacción ya que "la satisfacción directa de la retroflexión es la sensación de autocontrol".(9) ¿Cómo hacer para que mi paciente retome el contacto con el entorno, el contacto conmigo? Deshacer la Retroflexión. ¿Y cómo deshacer la retroflexión? Dicen Perls y Goodman "la reforma (en la orientación) no puede ser asimilada ni cambiada, a menos que se le incluya un nuevo material ambiental".(10) Y este "nuevo material ambiental" solo podemos aportarlo en forma de apoyo emocional y redirigiendo la energía de la retroflexión del paciente hacia el entorno, hacia mí como terapeuta, mediante la pregunta: "Si eso que estás diciendo o haciendo me lo dijeras o me lo hicieras a mí, ¿qué me estás diciendo o me haces?". De esta manera deshacemos la retroflexión y volvemos al contacto puesto que el paciente al verbalizar o hacer lo que estaba evitando realiza "un ajuste creativo entre el organismo y el entorno",(11) siendo ésta otra de las definiciones de Perls y Goodman para el contacto. En el título del artículo he denominado a la deflexión "retroflexión metafórica" porque, como es obvio, el contenido de lo verbalizado nunca se refiere directamente a la relación terapéutica sino que es un contenido metafórico: hablan de "un tiempo estupendo", "un encuentro casual con alguien cercano en el pasado", "una cucaracha asquerosa en la escalera"…, y es este contenido el que debe de "adaptarse" a la relación terapéutica o a mí como terapeuta. ¿Qué ocurre cuando se deshace la retroflexión y se retoma el contacto? Al deshacer la retroflexión, y como respuesta a mi sugerencia, el paciente retoma los sentimientos de la infancia que al no poder asimilarlos había 35
  • 36. anulado por el ajuste conservador mediante la retroflexión. "Es completamente desconcertante ver cómo se paran bruscamente por culpa de la inseguridad y la timidez"(12) dicen Perls y Goodman. Mi experiencia es que el paciente efectivamente se vuelve "tímido" y contacta con la vergüenza ya que, como dice Kaufman,(13) la vergüenza "supone un fracaso interpersonal significativo". Esta vergüenza es " sobre todo, una ruptura en el campo de la experiencia de sí mismo; pero esta ruptura, aunque enraizada en la historia, se vive en el presente y está necesariamente presente, si quiere uno tomarse la molestia de verla, en la relación terapéutica misma", "y debe de concedérsela prioridad ya que es una fisura o una brecha en el campo de la experiencia presente del paciente",(14) de su experiencia en la relación terapéutica. Una vez que el paciente vive sus sentimientos y me los expresa, los comparte conmigo, es obvio que hay un abundante material en el aquí y ahora para poder reparar esa "brecha o fisura" de la que habla Wheeler, posibilitando así al paciente el que cada vez le resulte más fácil hacer contactos en la sesión terapéutica y que como resultado de la asimilación de estas experiencias, pueda generalizar este funcionamiento a otros aspectos de su vida. Un ejemplo práctico Josefina es una mujer de 40 años, casada, madre de dos hijos, en formación en Terapia Gestalt. Lleva 60 horas de formación conmigo, ha solicitado ella empezar una terapia individual. Esta es su primera sesión de terapia individual. Yo vivo a Josefina como una mujer silenciosa, cordial, que trata de no llamar mucho la atención en el grupo, que se esfuerza por participar, por aprender, "por aprovechar el tiempo", "por ser sincera consigo misma". Josefina es alta y larga, sus formas de mujer está diluidas, anda sin hacer ruido, como sin querer "molestar". Me llaman la atención sus ojos; son profundos pero cuando los miro siento una profunda sensación de tristeza. Es la mayor de tres hermanas. Sus padres trabajaban los dos cuando ella era pequeña. Volviendo a aquella primera sesión, Josefina está contándome sus dificultades para intervenir en el grupo, para relacionarse espontáneamente con los otros participantes. La dejo hablar. Unos momentos después le pregunto qué puede querer de la terapia, qué quiere de mí. Josefina desvía la mirada, se queda mirando fijamente mi estantería con la cabeza totalmente girada a la izquierda de donde yo estoy sentada y, sin venir a cuento, me dice llena de melancolía: 36
  • 37. "Mi abuela se ocupaba muchas veces de mí. Venía del pueblo y pasaba temporadas con nosotros. Era fantástico. Yo la quería mucho. Me cuidaba, me mimaba, me enseñaba cosas… De joven había sido maestra. Debía de valer mucho porque para ser maestra en aquella época es que tenía las cosas muy claras…". Aprovecho el silencio de Josefina para decirle: "Josefina, ¿querrías decirme a mí lo que estás diciendo y mirarme al decírmelo? A ver si te resuena…". Me mira desconcertada. Me dice: "¿A ti?". Y súbitamente enrojece. "Pues… -empieza a decir y vuelve a desviar la mirada- … Tú te ocupas de mí…". Le pido que trate de mirarme mientras me habla. Me dice que le resulta muy difícil, por no decir imposible, "es como si se me fuera sola la cabeza". "Pues… Tú te ocupas de mí… Nos vemos un fin de semana al mes y me gusta venir, me gusta mucho… Me gustan tus explicaciones… Tu forma de trabajar… Me da apuro decirte que te quiero…". Mientras me ha ido diciendo esto su cara ha ido enrojeciendo y sus ojos se han ido llenando de lágrimas y al llegar aquí, rompe a llorar. Baja la cabeza y se tapa la cara con las manos. "Me cuesta mucho decirte estas cosas…". Y levanta la vista, con la cabeza todavía medio bajada y me mira con unos ojos diferentes. Yo siento en ellos una mezcla de ilusión, expectativa, alivio y le brillan, le brillan mucho mientras me sonríe con una mezcla de miedo y alivio. "¿Qué sientes ahora, Josefina?" "No sé. Primero vergüenza, mucha vergüenza … y miedo a que te rieras de mí, a que te enfadaras por mi atrevimiento… Ahora me siento mejor…". Otro ejemplo Carlos es un hombre de 37 años. En la actualidad está divorciado desde hace 12 años. Su matrimonio fue forzado ya que dejó embarazada a la chica con la que salía y el padre de esta les obligó con amenazas a casarse. Duró dos años de peleas constantes e intimidaciones por parte de su mujer. Tiene una hija a la que casi no ve y a la que no tiene especial cariño, según él. Es el hijo mayor de un matrimonio en el que los padres eran algo mayores cuando nació él. El dice que el padre trabajaba y la madre "no tenía nada mejor que hacer que dedicarse a malcriarme". Tiene una hermana diez años menor que él. El padre murió hace unos años. Carlos vive solo pero va con regularidad a ver a la madre. Ha mantenido esporádicamente relaciones con otras mujeres, pero no acaba de comprometerse con ninguna. "Las mujeres son tremendas –dice– empezando por mi madre. En cuanto te descuidas quieren controlarte la 37
  • 38. vida". (Cuando me cuenta esto, decido no darme por aludida, estamos en la fase de establecer nuestro acuerdo terapéutico). El motivo de consulta es una hipersensibilidad a los ruidos, al jaleo. Últimamente todo le irrita, la música alta, las voces de los vecinos, las bocinas de los coches, … Carlos es un hombre con buena planta. Algunas canas por las sienes hacen que me resulte atractivo. La boca es demasiado grande y la tiene siempre contraída en una mueca. Los ojos me parecen saltones y hundidos al mismo tiempo. Todos sus rasgos faciales están contraídos, crispados. Siento que está a la defensiva de forma constante. Se lo comento y me dice que conmigo está cómodo, que es su forma habitual de estar. Yo siento ambivalencia: es como si quisiera y no quisiera. El se define, a su pesar, como sensible, demasiado emotivo, "blando". Después de unos seis meses de terapia, Carlos se siente más suelto. Ha descubierto muchas cosas de su vida y de cómo reacciona, de su desconfianza. Llega a su sesión puntual, como siempre. Empieza hablando de sus planes de vacaciones. Es el mes de Junio y en Agosto quiere ir a "una playa tranquila". "Me gustan las playas tranquilas, en donde no haya mucha gente. Tener el mayor espacio posible. El sol y el agua solo para mí" –dice- "Me hace sentirme en paz conmigo y soy capaz de pensar bien de mí. Porque la naturaleza no te pide nada, no te exige nada, puedes estar a tu aire sin tener que fingir constantemente una forma de ser que no es la tuya". Cuenta todo esto con la mirada perdida, sin mirarme. Me planteo interiormente: ¿qué le hace decirme esto de sus vacaciones en este momento?; ¿por qué, entre todos los acontecimientos de esta semana, entre todas sus vivencias, entre todos sus pensamientos…, me cuenta precisamente esto? Voy a considerarlo como una retroflexión, a ver qué pasa. Y le digo: "Carlos, si lo que estás diciendo de la playa me lo dices a mí, a nuestra relación terapéutica, ¿puede encajar? Y, si no te importa, mírame al decírmelo". Me mira, se pone colorado, se ríe abiertamente y me dice… "Venir aquí… digo mejor venir aquí, porque si te digo que tú eres como una playa tranquila… (enrojece más) es de lo más cursi… Sí, me gusta venir aquí, me siento cómodo…". Le interrumpo "¿qué te pasa, qué sientes si eres cursi conmigo…?" "Te vas a reír y eso me va a enfurecer…, y se va a acabar el estar relajado y a gusto contigo…" Tiene los ojos humedecidos y le resbalan unas lágrimas que trata de contener. ¿Ajuste conservador?. Ajuste conservador. Ha descubierto qué pasaba cuando de pequeño era tierno y cariñoso con su madre… 38
  • 39. Conclusión Así tendría para ofrecer cientos de situaciones en las que, al tomar la deflexión como una retroflexión con un contenido simbólico y al sugerir al paciente la posibilidad de deshacerla, este retoma, en el aquí y ahora, el contacto y recupera el proceso emocional que interrumpió cuando el entorno no le dio el apoyo emocional suficiente como para aprender a manejar sus emociones. NOTAS 1 .- POLSTER, E. Y M.: Terapia guestáltica, Ed. Amorrortu, Buenos Aires, 1976; pág. 95. 2 .- PERLS, F., HEFFERLINE, R.F. y GOODMAN, P. (1951): Gestalt Therapy: Excitement and Growth in the Human Personality, The Julian Press, 1994. En adelante PHG. 3 .- PHG, Volumen I, Capítulo XV, apartado 7, pág 235 (a partir de este momento, todos los textos citados de PHG son traducción mía) 4 .- PHG, I, I, 1 5 .- PHG, I, I, 2 6 .- Entrevista a Isadore From por Mark Stern y Don Lathrop, publicada en "Voices", The Art and Science of Psychotherapy, Journal of the American Academy of Psychotherapists, 1978, Vol. 14, nº 1. (Traducción mía). 7 .- PHG, I, I, 2 8 .- PHG, I, XV, 7. 9 .- Ibid. 10 .- Ibid. 11 .- PHG, I, 1, 5 12 .- PHG, I, 15, 7 13 .- G. KAUFMAN: Psicología de la vergüenza, Ed. Herder, Barcelona, 1985. 14 .- G. WHEELER, The Voice of Shame, Jossey-Bass Publishers, San Francisco, 1996, pág. 51 Bibliografía KAUFMAN, G.(1978): Psicología de la vergüenza, Ed. Herder, Barcelona, 1985. PERLS, F., HEFFERLINE, R.F. y GOODMAN, P.(1951): Gestalt Therapy: Excitement and Growth in the Human Personality, The Gestalt Journal Press, Highland, 1994. POLSTER, E. y M.(1973): Terapia guestáltica, Ed. Amorrortu, Buenos Aires, 1976. 39
  • 40. STERN, M. y LATHROP.: Interview with Isadore From, en "Voices", The Art and Science of Psychotherapy, Journal of the American Academy of Psychotherapists, 1978, Vol. 14, nº 1. WHEELER, G. y LEE, R. (comp.)(1996): The Voice of Shame, Jossey- Bass Publisher, San Francisco, 1996. 40
  • 41. LA DEPRESION: COMPARACIÓN ENTRE LA GESTALT Y OTROS PUNTOS DE VISTA Gary Michael Tyson & Lillian Miller Range Artículo publicado en The Gestalt Journal, Vol. IV, No. 1 Traducción de Manuel Sorando Martínez, psicólogo psicoterapeuta. Durante los últimos años ha habido un creciente interés por las teorías y el tratamiento de la depresión. Este interés es el resultado de la incidencia de la depresión clínica que, de acuerdo con un informe especial sobre la depresión llevado a cabo por el NIMH1 (1973), ha empezado a rivalizar con la esquizofrenia, en todo el país, como el problema mental más importante y de más incidencia. El propósito de este artículo es establecer las similitudes y diferencias entre la teoría de la Gestalt y el tratamiento que ésta aplica y otras formas de teoría y tratamiento de la depresión. Existen diferentes teorías acerca de la depresión. La teoría del psicoanálisis tradicionalmente ha contemplado la depresión como la agresión hacia un objeto interiorizado con un significado ambivalente (Freud, 1917). Recientemente, otras teorías más avanzadas ven la depresión como el reflejo de: (a) un problema cognitivo (Beck, 1974); (b) desamparo aprendido o de no contingencia (Abramson, Seligman & Teasdale, 1978; Seligman, 1974); (c) paradigmas de la extinción (Ferster, 1974; Lazarus, 1968; Lewinshon, 1974); (d) un fracaso en la autorregulación (Mathews, 1977); (e) relaciones interpersonales ineficaces (Coyne, 1976; Salzman, 1974); o (f) una protección contra los efectos normales del desamparo o la desesperanza (Benton, 1972). En la teoría de la Gestalt, la neurosis (de la que la depresión podría constituir un aspecto) puede ser conceptualizada en términos de lo que Perls llamó “el perro de arriba y el perro de abajo”, escisión de la personalidad en la que el individuo fracasa en la resolución, o no es totalmente consciente, del conflicto planteado entre dos componentes diametralmente opuestos de 1 National Institute of Mental Health. Organo oficial de la Administración norteamericana para las enfermedades mentales. (N. del T.) 41
  • 42. su personalidad. Estos componentes representan actitudes introyectadas y creencias que le fueron impuestas al individuo durante su primera infancia y que fueron aceptadas sin crítica por él. En una persona deprimida neuróticamente, uno de los componentes de la personalidad estaría representado por una conciencia o superego muy severo (el perro de arriba), que sería el resultado de un entorno que originalmente impuso sus preceptos al individuo bajo las amenazas del castigo, retirada de afecto, etc. Por tanto, el individuo interioriza estos preceptos (ambientales) en la forma de una conciencia que asume la función de vigilar que la persona piense y se comporte como “debe”. La agresión desplazada es proyectada hacia la conciencia del individuo, y la propia persona, en esencia, es la creadora de su propio “dictador” interno. (Ward & Rouzer, 1974, p. 25) Sin embargo, en contraste con la naturaleza autoritaria del “perro de arriba”, el segundo componente de la personalidad (el perro de abajo) representa actitudes y creencias que hacen referencia al supuesto desamparo, incompetencia y falta de adecuación del individuo. Así, sin la plena conciencia de este conflicto, el neurótico fracciona su personalidad entre lo que debería hacer y lo que hace, entre el amo y el esclavo, entre el agresor y la víctima. El neurótico se manipula a sí mismo y a los demás, a través de la expresión alternada y la proyección de estas polaridades. Sin embargo, debido a que ninguna de estas partes es expresada o experimentada completamente, el conflicto queda sin resolver y, por tanto, se prolonga como algo inacabado. En consecuencia, el individuo neurótico continua siendo el objetivo de su propia agresión. El mismo Perls (1976) reconoció la similitud del punto de vista de la Gestalt respecto a la depresión, con el del psicoanálisis. Los autores psicoanalíticos (como Chadoff, 1974), al observar la dependencia de la persona depresiva respecto de otros para el mantenimiento de la autoestima, anotaron que [las personas depresivas] emplean varias técnicas -la sumisión, la manipulación, la coerción, la lástima, la súplica, la conciliación- para mantener estas relaciones, que necesitan desesperadamente y son esencialmente ambivalentes, con los objetos externos o interiorizados de sus requerimientos (p. 94). 42
  • 43. Estas observaciones son sorprendentemente parecidas al contenido y estilo de la lucha entre las polaridades de ”el perro de arriba” y el “perro de abajo”, y son consistentes con las aserciones de la teoría de la Gestalt en cuanto a que la persona neurótica manipula, tanto a sí mismo como a su entorno y a los demás, más que experimentar y reconocer sus necesidades de una manera directa. Un autor psicoanalista (Dorpat, 1977) observó que la aparente contradicción en el individuo enfermo por depresión entre la omnipotencia y actitudes de desamparo y desesperanza, queda parcialmente explicada por el fraccionamiento del ego. La organización del ego respecto a sentimientos y actitudes de desamparo y desesperanza es mantenida rígidamente por separado de aquella otra organización referida a las ideas de omnipotencia que tiene el sujeto, de la importancia que le da a los objetos o de ambas al mismo tiempo (pp. 23-24). Mientras que las teorías de la Gestalt y el psicoanálisis referidas a los orígenes de la depresión son bastante parecidas, sin embargo las estrategias para su tratamiento son muy diferentes. El psicoanálisis es un enfoque esencialmente del “allí y entonces” acentuando la exploración en la memoria precoz como inductora de la ansiedad. En el otro lado, la Terapia Gestalt es un enfoque del “aquí y ahora”, que hace hincapié en la toma de conciencia de la forma en que el individuo evita su propia y plena experiencia del momento (Naranjo, 1970). Este enfoque subraya la confianza en la sabiduría inherente del propio organismo y en su capacidad de autorregulación. (Polster & Polster, 1973). Por el contrario, el enfoque psicoanalítico enfatiza la naturaleza inconstante, tanto del id como del superego, y la habitual debilidad del superego para controlarlos. Ambos enfoques poseen en común la tendencia a indagar en busca de los sentimientos de agresión que subyacen en la exteriorización de la depresión. También existen paralelismos entre la visión de la depresión por parte de la Gestalt y las observaciones de autores de otras convicciones filosóficas. Por ejemplo, la teoría cognitiva de Beck (1974) establece que la depresión es la evidencia de los problemas cognitivos que tiene el sujeto en la evaluación de si mismo, de su mundo y de su futuro (tríada cognitiva). La naturaleza de los 43
  • 44. problemas de la persona depresiva en esta tríada, según Beck, está relacionada con un pensamiento extremo y de términos absolutos, con el establecimiento de objetivos rígidos y perfeccionistas. Además, cuando fracasa en alcanzar esos objetivos, “la tendencia depresiva del individuo tiende a culpar de la causa del hecho adverso a alguna deficiencia presente en sí mismo” (p. 9), tendiendo a contemplar este presunta deficiencia en términos exagerados, y empleándose en una excesiva autocrítica acerca de las causas de estas deficiencias asumidas. La teoría de Beck establece que la depresión no es un desorden afectivo, como podría parecer a primera vista, sino un problema cognitivo. El tratamiento, por tanto ha de llevarse a cabo a ese nivel, a través de una reestructuración del pensamiento erróneo del individuo. La teoría de la depresión de Beck, al igual que lo expresado por la Gestalt, propone el auto apoyo en lugar del apoyo ambiental. En términos de la Gestalt, la persona neurótica deprimida necesita apoyo de su entorno, y con tal de obtener este indispensable soporte, utiliza toda suerte de manipulaciones neuróticas incluyendo (a) negación de aspectos del sí mismo (Carmer & Rouzer, 1974), (b) dependencia de otros (Thorne, 1974), (c) rigidez (Ward & Rouzer, 1974), y (d) la creencia de que le ocurrirán las cosas más terribles si no consigue apoyo del exterior (Hartman & Narboe, 1974). La estrategia de tratamiento que se desarrolla a partir de este punto de vista, pasa por la “frustración creativa” de estos esfuerzos neuróticos, con el fin de llegar al auto apoyo (Levin & Sephard, 1974; Smith, 1978). Los diferentes puntos de vista tienen en común su aspiración hacia una actitud más realista y de aceptación del self, junto con el enfoque de Beck, de estilo más autoritario. Posteriormente, Beck establece que una razón por la que el individuo tendente a la depresión desarrolla estas cogniciones erróneas, en primer lugar, está causada por la experiencia de una gran pérdida, en el momento en que ésta resulta abrumadora para la persona. Esta formulación es muy parecida al concepto de asunto inacabado que preconiza la Gestalt. Los modelos, no obstante, discrepan en este punto en lo referente al tratamiento. El trabajo desde la Gestalt implica “trabajar con” la plena 44
  • 45. expresión de las emociones de la situación inacabada, con el fin de facilitar una resolución más integradora del asunto (Dublin, 1978). El acercamiento cognitivo de Beck, deja de lado la expresión de los aspectos emocionales del tratamiento y se centra en el intelecto o sistema de creencias del individuo, tratando de reestructurar el pensamiento del sujeto de forma más adecuada. Otro popular modelo de depresión mantiene que la esencia de la depresión reside en que el paciente depresivo ha aprendido o cree que no puede controlar aquellos elementos de su vida que le previenen del sufrimiento o que son gratificantes para él. Resumidamente, cree que es ineficaz (Seligman, 1974, p. 98) Así pues, en su forma original, el modelo de Seligman se centra casi exclusivamente en el componente de la personalidad llamado “perro de abajo”. Una revisión posterior (Abramson, Seligman & Teasdale, 1978) añade un aspecto importante de la teoría de la atribución, diciendo que la persona depresiva debe atribuir su ineficacia a algún aspecto de sí mismo. Debe creer que la culpa de su incompetencia la tiene él mismo. El tratamiento, en la teoría de Seligman, se centra esencialmente en el comportamiento,(a) enseñando al individuo a discriminar entre aquella situación en la que fue incompetente y aquellas otras en las que no lo fue, y (b) haciendo que la persona experimente su propia eficacia. El concepto de la Gestalt sobre la aptitud personal está directamente relacionado con el modelo de Seligman. En la teoría de la Gestalt, el individuo neurótico no puede entrar en contacto o es incapaz de utilizar su propia energía. Por tanto el tratamiento consistirá en ayudar al paciente a volver a entrar en contacto, o controlar, sus capacidades personales La persona puede experimentar, bien tener el control de su potencialidad (ser apto), o no poseer ese control (depresivo). El tratamiento en ambos acercamientos está basado en la experiencia personal de la situación y no en la realidad externa de la misma. Las teorías del comportamiento sobre la depresión señalan que ésta es el resultado de (a) una reducción en el refuerzo de determinadas conductas (Ferster, 1974), (b) la escasa disponibilidad de refuerzos apropiados 45
  • 46. (Lewinsohn, 1974), o (c) la perdida de efectividad de los refuerzos disponibles (Lazarus, 1968). El concepto de la Gestalt de asuntos inconclusos se hace aquí imprescindible. Estos asuntos inconclusos hacen uso de las reservas de energía del organismo, por lo que el individuo (a) dispone de menos energía para conseguir refuerzos apropiados por su conducta, (b) no tiene la capacidad suficiente para seleccionar de forma efectiva y eficiente un entorno favorable a su conducta, o (c) no puede experimentar apropiadamente los refuerzos del entorno que si se encuentran presentes (por lo que estos refuerzos parecerán poco eficientes o inadecuados). El tratamiento del comportamiento depresivo, consiste típicamente en restablecer en la persona la elaboración de conductas que proporcionen refuerzo adecuado. El tratamiento desde la Gestalt consiste en intensificar la toma de conciencia del presente de la persona depresiva (Polster, 1966), y su flexibilidad para manejar este presente (Knopp, 1974). Por tanto, el enfoque de la Gestalt adjudica más responsabilidad al individuo y más confianza en su inherente capacidad para ayudarse. La teoría de la Gestalt comparte con el modelo de autorregulación de la depresión la hipótesis de que los humanos funcionamos de acuerdo al principio de homeoestaticidad. El modelo de la autorregulación mantiene que cuando una cadena comportamental no se completa convenientemente, todos los organismos pasan por las fases de autorevisión, autoevaluación, y autorrefuerzo. Para el individuo depresivo, sin embargo, las autoevaluaciones tienden a ser excesivamente inflexibles y los autorrefuerzos claramente inadecuados. Por tanto, la natural autorregulación del organismo queda obstruida. El punto de vista de la Gestalt es que el neurótico no permite que pueda tener lugar el proceso natural de contacto y retirada, por lo que mantiene el contacto cuando necesita retirarse, o se retira cuando necesita el contacto (Perls, 1978). El tratamiento desde la Gestalt anima al paciente a escuchar su propio proceso natural. Salzman (1974) y Coyne (1976) hacen hincapié en los aspectos interpersonales de la depresión. Salzman (1974) afirmó que la depresión tiene lugar cuando el individuo siente que “ha perdido la estima y la buena disposición de los demás porque ha fracasado en vivir de acuerdo con sus ideales y objetivos perfeccionistas” (p.50). El contenido de la depresión, sugiere, “consiste en una variedad de dispositivos de coacción, exigencia, suplica, y extorsión, que procuran obligar a retornar al objeto o valor perdido” (P. 50). Ya se ha comentado antes que los individuos neuróticos depresivos, de acuerdo con la teoría de la Gestalt, manipulan a los demás 46
  • 47. como a sí mismos, y tratan de comprometer a amigos, familiares, o al terapeuta para que interpreten unos u otros aspectos de si mismos (más a menudo con las peculiaridades del “perro de arriba”), a través de la manipulación y/o proyectando características de esos componentes (Perls, 1973). Como indicaba Coyne (1976), la persona depresiva “es capaz de comprometer a los demás en su entorno de tal manera que se pierde cualquier apoyo y se elicitan los mensajes depresivos” (p. 29). En términos de la Gestalt, la persona depresiva ha aprendido con eficacia cómo emplear los aspectos del “perro de arriba” del entorno, para poder adoptar la polaridad del “perro de abajo”. Esta práctica justifica el apoyo en el entorno mientras que obstaculiza el desarrollo de la propia autoayuda y, como consecuencia, impide que pueda ocurrir un cambio. Salzman y Coyne no argumentan sobre el proceso. La Terapia Gestalt se basa en el procedimiento, subrayando la importancia, paradójicamente, de alentar a la persona a ser lo que realmente es (Beisser, 1970). Por tanto, mientras que el cambio no es el objetivo inmediato, esta orientación permite al individuo atenderse y hacerse cargo de si mismo, una actitud que, a menudo, es la causa de notables cambios. Finalmente, también existen paralelismos entre la formulación de la Gestalt y la postura adoptada por Benton (1962), quien sugirió que la depresión podría representar un intento por parte del individuo de defenderse de la experiencia o de reexperimentar la perdida y la aflicción. El “juego de la depresión” , decía Perls (1970), tiene lugar en la capa del “como si” de la neurosis, donde nuestro miedo al dolor y a la desesperanza nos disuade de tener la experiencia y de expresar emociones más sinceras y genuinas. Estas posturas parecen bastante afines. El tratamiento en ambos casos conlleva facilitar en el paciente la plena experiencia de estos sentimientos. La revisión en la búsqueda de tratamientos nos hace concluir que, mientras varias de las aproximaciones han tenido éxito reduciendo la depresión, aquellas que han obtenido un mayor triunfo, incluyen (a) la corrección de las distorsiones cognitivas, (b) la modificación de patrones de interacción social, o (c) la experiencia y/o expresión de la emoción. Los terapeutas Gestalt pueden afirmar que la plena integración de la personalidad, que es el objetivo de la Terapia Gestalt, incluye todos estos componentes. 47
  • 48. Referencias bibliográficas: Abramson, L. Y., Seligman, E. P. & Teasdale, J. D. Learned helplessness in humans: Critique and reformulation. Journal of Abnormal Psychology, 1978, 87, 49-74. Beck, A. T. The development of depression: A cognitive model. In R. J. Friedman & M. M. Katz (Eds.) The psychology of depression: Contemporary theory and research. Washington, D. C.: Winston & Sons, 1974. Beisser, A. The paradoxical theory of change. En J. Fagan and I. Shepherd (Eds.), Gestalt Therapy now. Palo Alto, Calif.: Science and Behaviour books, 1970. Benton, R. F. The structure of the depressive response to stress. American Journal of Psychiatry, 1972, 128, 10. Carmer, J., & Rouzer, D. L. Healthy functioning from the Gestalt perspective. Counseling Psychologist, 1974, 4(4), 20-23. Chadoff, P. The depressive personality: A critical review. In R. J. Friedman & M.M. Katz (Eds.), The psychology of depression: Contemporary theory and research. Washington, D. C.: Winston & Sons, 1974. Coyne, J. C. Toward an interactional description of depression. Psychiatry, 1976, 39, 28-40. Dorpat, T. L. Depressive affect. Psychoanalityc Study of the Child, 1977, 32, 3-27. Dublin, J. E. The power of the Gestalt dialog in dreamwork: Integrating of a “multiple personality”. Voices, 1978, 14(1), 58-62. Ferster, C. B. Behavioural approaches to depression. In R. J. Friedman and M. M. Katz (Eds.), The psychology of depression: Contemporary Theory and Research. Washington, D. C.: Winston & Sons, 1974. Freud, S. Papers on metapsychology. Mourning and melancholia, 1917. Standard Edition of the complete psychological works of Sigmund Freud. 48