1. Suplemento Cultural del Centro
Río Cuarto . Río Tercero . San Francisco . Villa María Miércoles 11 de septiembre de 2019 . Año 19 N° 870
El Corredor Mediterráneo
humorsolini
POR HERALDO MUSSOLINI
PÁG. 8
Blade
Runner,
El futuro
es hoy
POR ELPIDIO BLAS
PÁG. 4-5
POR ANTONIO ÁLVAREZ
PÁG. 6-7
HISTORIAS
DEL CONSER
Río Cuarto
1932
Año
sinfónico
La apropiación de ciertos elementos culturales de un pueblo o cultura ha sido a lo largo de la historia
unfactordinamizadoryenriquecedordelacivilización.Sinembargo,elsaqueoylausurpacióndebie-
nesculturalesestánligadosalcarácterpredadordelcolonialismoydelcapitalismoqueactúacolectiva
eindividualmente.Enestemarco,lalegitimidaddelaluchacontraestatendenciasevedesvirtuadapor
el radicalismo de ciertos vigilantes de la corrección política.
PÁG. 2-3
Apropiación
cultural indebida
LA COLUMNA
¿CRISIS?
¿QUÉ CRISIS?
POR JORGE
RODRÍGUEZ HIDALGO
PÁG 8
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2. Elsaqueocolonialistahasidolaprincipalfuente
de fondos que ha nutrido los grandes museos
europeos,especialmentelosdeAlemania,Gran
Bretaña y Francia, donde se pueden ver piezas
procedentes de Medio Oriente, Asiria,
Babilonia,AntiguaGrecia,Egiptoydeotraspar-
tes del mundo, como la isla de Pascua. Un
saqueo que nadie cuestionó hasta que algunas
personas de los países damnificados empeza-
ronareclamarloquelespertenecía,comoesel
casodeMelinaMercouri,lainolvidableactrizde
“Nunca en domingo”, cuando fue designada
ministra de cultura de Grecia (1981-1989).
n 1983, la actriz griega se dirigió de este modo
al Parlamento británico: “Ustedes deben
entenderloquelosmármolesdelPartenónsig-
nifican para nosotros. Son nuestro orgullo. Son
nuestros sacrificios. Ellos son el más noble sím-
bolo de nuestra excelencia. Son el tributo a la
filosofía de la democracia. Son nuestras aspira-
ciones y nuestro nombre. Ellos son la esencia
de lo griego […] Le decimos al Gobierno britá-
nico que ellos han guardado esas esculturas
por dos siglos y las han cuidado tan bien como
han podido, por lo cual les damos las gracias,
pero, en nombre de la equidad y la moralidad,
porfavor,devuélvanlas”.Peroelencendidodis-
cursodeMercouriapenassisurtióefectoenlos
británicos y no fue hasta 2008 que el Reino
Unido devolvió sólo un fragmento de un friso
del Partenón.
Recientemente,en2017,laCorteConstitucional
de Colombia instó a su Gobierno a iniciar ante
España las gestiones para la devolución del lla-
mado Tesoro de los Quimbaya, 122 piezas de
oro precolombinas, que en 1893, el entonces
presidente colombiano, Carlos Holguín, donó
imprudentemente al Gobierno español sin
tener en cuenta ni su valor cultural y artístico ni
sus límites para disponer de un bien emblemá-
tico de la cultura colombiana. Este ejemplo
ponedemanifiestoquenosiemprelasapropia-
cionessonfrutodelroboexplícitosinotambién
de la falta de sensibilidad o de respeto de las
autoridades locales con su propio patrimonio
cultural.
Lanocióndeapropiaciónculturalenunsentido
amplio alude a la adopción de elementos pro-
pios de una cultura por parte de otros ajenos a
ellaobienalaviolacióndelosderechosdepro-
piedad intelectual. Tanto los elementos como
loslímitesdelapropiedadsepresentandifusos,
sobre todo cuando no están focalizados en
obrasocreacionesartísticassinoenproduccio-
nes simbólicas, ya sean folclóricas, religiosas,
etc.,yestodapábuloalosexcesosconquecier-
tos defensores desvirtúan la justicia de una
causa. De hecho, la apropiación cultural puede
ser considerada como un movimiento genuino
del proceso civilizatorio. No hay ninguna cultu-
ra en la historia de la humanidad que no haya
progresado sin establecer vías de donaciones y
apropiaciones con otras. En todo caso, los
robos y usurpaciones se verifican en el orden
patrimonial o cuando los elementos propios
son enajenados por una cultura impidiendo
quelaafectadapuedaseguirusándolosobene-
ficiándose de ellos.
Picasso tomó de la pintura egipcia antigua y de
las máscaras africanas los principios plásticos
básicos que dieron lugar al cubismo; George
Lucas se inspiró en “La fortaleza escondida”,
deAkiraKurosawayéstetomóelementosocci-
dentales de Shakespeare, Dostoievsky y
Hammet, entre otros, y, entre infinidad de
otros ejemplos, ahí tenemos nuestro alfabeto,
fruto de un largo proceso de adopción y modi-
ficación de grafías y fonéticas que tienen su
cuna en las lenguas y escrituras semíticas, egip-
cias y griegas, o la “apropiación” occidental de
los números arábigos y del número cero y del
sistema decimal indio para las matemáticas.
Esto significa que así considerada la apropia-
ción cultural es un modo de adoptar, transfor-
mar y crear un nuevo elemento resignificado a
partir de una comunicación entre lo propio y lo
ajeno cuyos límites se difuminan en beneficio
del progreso humano.
Desdeestepuntodevistanodebeconfundirse
este tipo de apropiación con aquella cuyo pro-
pósito es el uso y disfrute egoísta de un bien
culturalgeneradoporunindividuoounacomu-
nidad.Setrataenestecasodeunaapropiación
cultural indebida que daña los intereses de un
grupo o comunidad u ofende las creencias de
sus creadores. Es eneste apartadoenel que se
encuadran las usurpaciones de autoría, sobre
todo en música y literatura, o los plagios litera-
rios.
El rey león y otras historias de despojos
Así como los países colonialistas se apropiaron
indebidamente de miles de piezas arqueológi-
casdeantiguasculturas,lahistoriadelamúsica
y la literatura está plagada de casos de flagran-
tesquehancausadogravesdañoseconómicos
y morales a los autores originales de las obras.
Un caso interesante que si bien ya había salido
a la luz algunas décadas atrás, volvió a la actua-
lidad tras el éxito mundial de la película anima-
da “El rey león”, estrenada en 1994 y reestre-
nada en 3D en 2014, cuando en 2004 los here-
deros del autor de la canción “Mbube” o “The
Lion Sleep Tonight” (“El león duerme esta
noche”) antepusieron una demanda a la com-
pañía Walt Disney reclamando las correspon-
dientes regalías.
Pero esta historia venía de lejos, allá por 1939,
en Johannesburgo (Sudáfrica), cuando un
obrero zulú de nombre Salomon Linda y los
amigos con los que formaba el grupo vocal
Evening Bird, entraron en el estudio de graba-
cióndeunblancollamadoEricGalloygrabaron
con un rudimentario acompañamiento instru-
mentallarítmica“Mbube”(Elleón).Apesarde
que la canción se convirtió en un éxito y por
años la música de los coros zulúes fue llamada
mbube, Linda y sus amigos recibieron a modo
de compensación media libra esterlina y conti-
nuóbarriendoyacomodandobultosenlosgal-
pones de “Gallo Records”.
Pero, doce años más tarde “Mbube” había
traspasadolasfronterasdelpaísydelcontinen-
te y llegó a oídos de Pete Seeger, quien no
dudó en incorporarla a su repertorio llamándo-
la “Wimoveh”. Pero no sólo cambió el título de
la canción sino también el nombre de su autor,
quienpasóaserPaulCampbell,seudónimouti-
lizadoparacobrarlasregalíascuandosegraba-
ban piezas folklóricas. Pero Seeger no disfrutó
muchodeléxitoyaquefueperseguidoycensu-
rado por el macarthismo, de modo que
“Wimoveh”quedóenelairehastaqueen1961,
laRCAencargóaGeorgeWeissquelaadaptara
para el grupo The Token. Weiss hizo los perti-
nentes arreglos para una canción de cuna pop
llamada “The Lion Sleep Tonight”, cuyos auto-
res pasaron a ser el arreglista y los productores
Luigi Creatore y Hugo Peretti. El 8 de octubre
del año siguiente, en un suburbio de
JohannesburgomoríaSalomonLindaenlamás
extrema pobreza, tanta que su familia no tenía
El Corredor Mediterráneo / Página 2
Apropiación
cultural
indebida
Por Antonio Tello
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3. ni para pagarle una lápida. El poco dinero que
Seeger había dispuesto pasarle al autor de
“Mbube” recién llegó a su familia en los años
ochenta.
En1990,cuatroañosantesdequeDisneyestre-
nara “El rey león”, la editorial Wimoveh llevó a
los tribunales a los autores de “The Lion Sleeps
Tonight” y en el curso del juicio salió a la luz el
nombre de su autor original y el juez dispuso
que parte de los derechos de autor fuesen a
parar a la familia de Salomon Linda. En 2000, el
periodista sudafricano Rian Malan, como cuen-
ta el español Diego a Manrique en una nota
publicada por el diario El País, relató el largo y
tortuosocaminodelmayoréxitomusicalsalido
de África. Disney, demandada en 2004, acabó
pactando el pago de regalías por el uso de la
canción en su exitosa película. Si bien las canti-
dades no han sido reveladas parecen asegurar
una vida digna a los herederos de Salomon
Linda.
El saqueo muchas veces sigue caminos distin-
tos y se encarnan en saqueadores seriales,
como ha sucedido con Jimmy Page, el carismá-
tico guitarrista de Led Zeppelin, una de las ban-
das de rock más famosas de la historia de la
músicapop.Pagenotuvoningúntipodeescrú-
pulo a la hora de atribuirse la autoría de dece-
nas de canciones procedentes del folk y del
blues a cuyos creadores originales despojó de
miles de dólares. Algunos de los éxitos más
grandes de Led Zeppelin como “Whole Lotta
Love” o “Dazed and Confused”, resultaron ser
de Willie Dixon (“You Need Love”) y de Jak
Holmes. Tampoco está clara la situación de la
icónica “Starwaiy to Heaven”, que al parecer
tiene partes de “Taurus”, una pieza del grupo
californiano Spirit.
En el campo de la literatura también son fre-
cuentes los robos, tanto por parte de los auto-
res como de las editoriales. Estas últimas no
sólo meten la mano en las regalías de los auto-
res sisándoles cantidades sino que hasta se
apropian de sus creaciones. La piratería de los
grandes grupos editoriales suele aprovechar
resquicios que dejan las leyes de propiedad
intelectual. Hay que partir de la idea de que la
industria editorial funciona sobre la base de
este saqueo y de la apropiación indebida de los
derechos de autor, especialmente de las llama-
das “obras de encargo”, las cuales dan lugar a
la expoliación de cantidades millonarias que
anonimizan a los autores mediante seudóni-
mos, diluyendo su autoría con el añadido de
seudoautores (diseñadores, ilustradores, pro-
ductores, editores, etc.) o lisa y llanamente qui-
tando sus nombres de las tapas u ocultándolos
en el interior.
El plagio es un recurso que no sólo afecta a
autoresmediocressinotambiénaalgunoscon-
sagrados por la industria y en algunos casos
dotados de cierto talento intelectual. En 1994,
elespañolCamiloJoséCela,quienhabíaobteni-
doen1989elpremioNobeldeLiteratura,obtu-
vo el premio Planeta con la novela “La cruz de
San Andrés”, que resultó ser “Carmen,
Carmela, Carmiña (Fluorescencia)”, una obra
creadaporMaríadelCarmenFormososegúnla
Justicia le dio la razón diez años más tarde.
En 2006, el premio La Nación-Sudamericana a
lanovela“BoliviaConstrucciones”,deSergioDi
Nucci, fue revocado una vez que se constató
queeraunplagiode“Nada”,noveladelaespa-
ñola Carmen Laforet con la que en 1945 había
obtenido el premio Nada y en 1948 el
Fantesrath de la Real Academia Española. Ese
mismo año, el premio Planeta a la novela “El
conqusitador”,delargentinoAndrésAndahazi,
también fue cuestionado al revelarse un plagio
de “Los indios estaban cabreros”, de Agustín
Cuzzani. Asimismo, en 2015, el periodista
Leonardo Haberkon descubrió que “Plata que-
mada” de Ricardo Piglia contenía párrafos
enteros copiados de una crónica publicada por
eldiariouruguayo“Acción”en1965,cuandose
produjeron los hechos relatados en la novela.
CaberecordarqueelpremioPlanetaconcedido
a “Plata quemada” también se vio envuelto en
una polémica a raíz de una denuncia presenta-
da por el escritor Gustavo Nielsen, quien consi-
deróquehabíasidoperjudicado,hechoquefue
estimado por la Justicia que estimó que el pre-
mio había sido “redireccionado”.
La estupidez desvirtúa la causa
Del mismo modo que la ignorancia o la superfi-
cialidadquesostienelajergainclusivadesvirtúa
la causa por la igualdad social de la mujer, los
excesos y delirios de quienes dicen luchar con-
tralaapropiaciónculturalamenazancondesvir-
tuar su sentido positivo.
Ya en 1986, el cantante Paul Simon había sido
acusado de apropiación cultural por usar músi-
caafricanaensudisco“Graceland”,locual,con
este criterio, cabía suponer que ningún negro
podía cantar ópera o jugar al fútbol. Pero los
vigilantes de la corrección política no reparan
en la estupidez de sus posiciones y también
cuestionaron a The Beatles por el uso del sitar,
instrumento propio de la India, en la canción
“Whitin Whitout You”. Más recientemente las
cantantes Iggy Azalea, Rihanna y Rosalía han
sidovíctimasdeairadasreacciones,porseruna
australiana blanca que canta hip-hop, una
negra de Barbados por vestir un traje tradicio-
nal chino en la portada de una revista o una
española que “usurpa” la designación latina,
término, según los puristas radicales privativo
de la población americana de raíz hispana.
Pero quienes piensen que este es el límite de la
necedad social se equivocan. Allí están para
demostrarlo el escritor jamaicano Marlon
James y la actriz estadounidense Scarlett
Johansson también acusados de apropiación
cultural.Alprimeroselocondenaporescribirla
novela“Leopardonegro,loborojo”,ambienta-
da en África, lo cual llevaría a condenar por lo
mismo a Isak Dinessen, y a Sidney Pollack por
dirigir la versión cinematográfica de esta nove-
la, o a Shakespeare por escribir “Romeo y
Julieta”, una historia de tradición véneta, o a
Emilio Salgari por escribir la saga de
“Sandokan”, cuyas aventuras transcurren en
Malasia, en fin.
El caso de Scarlett Johansson raya con la idio-
tez, considerando que ésta (idiocia) es el grado
másprofundodelretrasomental.Laactriz,que
ya había sido acusada de apropiación cultural
porencarnaraunaasiáticaenlapelícula“Ghost
in the Shell”, volvió a ser atacada y obligada a
renunciar a interpretar el papel de un hombre
transexualen“Rub&Tub”.Enunaentrevistaa
la revista “As If”, Johansson declaró: “como
actriz debería ser capaz de representar a cual-
quier persona o a cualquier animal, o cualquier
árbol, porque ese es mi trabajo y esos son los
requisitos de mi trabajo”.
Ante tanta ignorancia y estupidez generaliza-
das, que llevan hasta a una drag-queen a
denunciar a la cantante Ariana Grande por pla-
giodesuestilismo,cabepreguntarsesilaactriz
Tilda Swinton encarnará a David Bowie en la
película biográfica del músico o si Halle Baley
renunciará a su papel protagónico en “La
Sirenita”, siendo ella negra y la historia escrita
por el blanco danés Hans Christian Andersen o
si la lengua original de difusión de “El rey león”
será la kikuyu o la kiswahili en lugar del inglés.
Cabepreguntarseasimismosiestosgrupostan
políticamente correctos realmente están preo-
cupados por la apropiación cultural realmente
indebida que afecta a los derechos de los pue-
blosydelosindividuososonignorantesfuncio-
nalesalastendenciasdisgregadorasydeslegiti-
madoras que impulsa el sistema.
El Corredor Mediterráneo / Página 3
Laapropiacióndebienesculturales–tangibleseintangibles-estáliga-
dadesdeantiguoalcolonialismoyalcapitalismo,yconsideradanega-
tivamente desde mediados de la década de los 70 del siglo XX. Una
definición precisa de la noción favorecería dilucidar lo positivo y lo
indebidodelaapropiaciónevitandoelceloradicaldelosvigilantesde
la corrección política que daña, confunde y desvirtúa un sano y enri-
quecedor factor de progreso.
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4. El Corredor Mediterráneo / Página 4
Nuestra sociedad tecnológica y sus efectos
sobre el hombre y la vida humana han sido
anticipados en numerosos relatos, cuentos y
novelas de ciencia ficción. También, en una
importante cantidad y variedad de películas
del género, algunas de ellas consideradas clá-
sicos del cine por sus valores y permanencia
en el tiempo. En esta categoría incluimos
como referencia “Metrópolis” (1926), de Fritz
Lang; “2001 Odisea del Espacio” (1968), de
Stanley Kubrick y “Blade Runner” (1982), de
Ridley Scott.
Transitamos junto al cine y la ciencia-ficción el
sglo XX, para encontrarnos ahora en el
umbral de un nuevo mundo, signado por la
ciencia y la tecnología como reaseguro de la
continuidad de la vida humana sobre el plane-
ta Tierra. La ciencia ficción fue interpretando,
a lo largo de su recorrido, la relación entre los
hombres y las tecnologías, iniciando ese vín-
culo con el advenimiento de la revolución
industrial y el desarrollo consecuente de la
ciencia moderna. Desarrollo que sucedió
paralelamente al del capitalismo como siste-
ma de producción, para desembocar en la
creación de un complejo tecno-científico y su
correspondencia con el capitalismo industrial
yposindustrial,enunperíodoqueabarcaalgo
más de cien años, aproximadamente desde
pasada la segunda mitad del siglo XIX hasta
finales del siglo XX.
Los relatos de ciencia ficción se inspiraron en
parte en el desarrollo científico-tecnológico,
así como también tomaron lo propio de la
representación simbólica y de anticipación
que aquellas narraciones fueron concibiendo
a lo largo del tiempo, en una retroalimenta-
ción entre ambos, en una influencia mutua,
que ha permitido el avance tanto de uno
como del otro.
¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?
Blade Runner, versión cinematográfica del
relato “¿Sueñan los androides con ovejas
eléctricas?” (Philips K. Dick, 1968) nos propo-
ne una cara oscura del futuro. La ciudad de
Los Angeles que nos hace ver Ridley Scott, el
director, es caótica, deshumanizada. Brillante
en las alturas, donde residen los ricos y pode-
rosos, sucia y agobiante en las zonas bajas,
donde vive (sobrevive), como puede, la
“gente común”. Con este film, su director
alcanzó la consagración. Promovió un cambio
rotundoenelgéneroymarcóelcaminodeun
estilovisualdiferente,atractivo,provocadore
hipnótico. Película precursora del posmoder-
nismo cinematográfico, devenida en objeto
de culto por su estética, su atmósfera de
megalópolis perturbadora, los enigmáticos y
sorprendentes personajes que conviven en
esa ciudad del futuro de dimensiones colosa-
les y ambiente perturbador. Y la lluvia, siem-
pre la lluvia.
Labandasonorafuecreadaporelcompositor
griego Vangelis. Una combinación melódica
de la composición clásica y la música de sinte-
tizadorfuturistaquelograreflejarfielmenteel
clima del film. Se agrega el saxo tenor del
músico de jazz británico Dick Morrisey, cola-
borador habitual de Vangelis.
Breve síntesis argumental
A principios del siglo XXI en la Tierra se habían
agotado los recursos naturales y era necesa-
rio encontrar nuevos en otros sitios. La pode-
rosa Tyrrel Corporation fue la responsable del
desarrollo de un nuevo tipo de robot llamado
Nexus, un ser virtualmente idéntico al hom-
bre y conocido como “Replicante”. Los
Replicantes Nexus 6 eran superiores en fuer-
za y agilidad y al menos iguales en inteligencia
a los ingenieros de genética que los habían
creado. En el espacio exterior eran utilizados
como trabajadores esclavos en la arriesgada
exploración, explotación y colonización de
otros planetas. Después de la sangrienta
rebelión de un equipo de combate de Nexus-
6 en una colonia sideral, los Replicantes fue-
ron declarados proscriptos en la Tierra, bajo
pena de muerte. Brigadas de policías especia-
les, con el nombre de Unidades de Blade
Runners, tenían órdenes de tirar a matar al
ver a cualquier Replicante invasor. A esto no
se le llamaba “ejecución”, se le llamaba “reti-
ro”. Rick Decker, el más eficiente cazador de
replicantes, ya retirado, es convocado nueva-
menteparaperseguiryeliminaraungrupode
estos androides rebeldes, quienes pretenden
matar a su creador, ocultos en la ciudad,
mimetizados con sus habitantes cotidianos.
Estepapellediolaoportunidaddeunespecial
lucimiento al actor Harrison Ford.
¿Qué nos hace humanos?
Blade Runner está cruzada por el tema del
tiempo y refiere a que lo que está artificial-
mente producido, es precisamente nuestro
vínculo más directo e irremediable con lo
natural:laconcienciadelapropiafinitud…“el
miedo a la muerte es el filo más estrecho por
el que camina la condición humana” dice
GuillermoCabreraInfante.Ningunacitamejor
para posicionarnos en el momento culminan-
te de este notable film que la del emotivo,
vibrante, conmovedor monólogo final que
pronuncia el replicante Roy Batty consiguien-
do transmitir la desesperación que sentía…
”Yo he visto cosas que ustedes no creerían.
He visto atacar naves en llamas más allá de
Orión. He visto rayos C brillar en la oscuridad,
cerca de la puerta de Tanhauser. Todos esos
momentos se perderán en el tiempo como
lágrimas en la lluvia. Es hora de morir…”
Estas fueron las últimas palabras de un robot
que quería volverse humano, que aún sabien-
doqueelfinerainminente,senegabaamorir.
Suprema actuación del holandés Rutger
Hauer, dándole vida a uno de los personajes
míticos de la historia del cine. Hauer murió
hace unas semanas, como una sorprendente
coincidencia no prevista por el guión o sí
acaso por el destino: 2019 es el año en que
transcurrelaacciónficticiadelfilmquelotuvo
como célebre intérprete.
Blade Runner nos sumerge como espectado-
res en una experiencia fascinante, nos hace
sentir que la magia del cine existe realmente.
Mix de acción, aventura, film noir y ciencia fic-
ción, nos deja la profunda e inquietante pre-
gunta: ¿qué nos hace humanos?
Por Elpidio Blas
Blade
Runner,
El futuro
es hoy
LECTURA
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5. El Corredor Mediterráneo / Página 5
BLADE RUNNER (EE.UU., 1982)
Director: Ridley Scott
Guión: David Peoples, Hanpton Fancher
(basado libremente en el relato de Philips K.
Dick ¿Sueñanlosandroidesconovejaseléctri-
cas?)
Música: Vangelis
Fotografía: Jordan Cronenweth
Director de Arte: David Snyder
Productora: Warner Bros
Duración: 117’
Personajes
Rick Deckard (Harrison Ford
Roy Batty (Rutger Hauer)
Rachael (Sean Young)
Pris (Daryl Hanna)
Eldon Tyrrell (Joel Tucker)
Gaf (Edward James Olmos)
Zora (Joanna Cassidy)
León Kowalsky (Brion James)
Blade Runner inspiró también diferentes
puntos de vista, desde distintas perspectivas
y disciplinas, entre otras, la poesía
Porlosocultosojosdelsueñodescubro
lalluviapersistiendosobreelespejismofuturo,
lanieblahacinadadesombras
yellaberintodelenguasindecibles,
dondeseconfundeelentendimiento
Lavidadeloshombres
-yladeaquellosqueselesasemejan-
sucumbeinexorablementeenlaciudadentrevista.
alguien,huérfanodepasado,
enlainfinitareiteracióndesudestino,
enalgúninstantedelaeternidad,
mataalcreadoryconviertelalluvia
enelolvidodetodaslasvisiones,
enelsilenciodetodaslasrespuestasque
-noobstante-
jamásfueronniseránpronunciadas
A.T. (Blade Runner, AA.VV., colección Fábula,
TusquetsEditores,Barcelona,1988)
Los Ángeles, 2019. Una ciudad y un año de un futuro lejano donde
transcurrían las circunstancias de una película ya mítica, donde
humanoides con fecha de caducidad eran “retirados” por cazadores
especializados. Ese año ya es presente.
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Río Cuarto 1932
Año sinfónico
Por Antonio Álvarez
Vasco Zacaria
HISTORIAS DEL CONSER
Usamos el sustantivo sinfonía en su
primera acepción: conjunto de voces,
de instrumentos o de ambos que sue-
nan juntos. 1932 fue el año en que se
gestaron dos elencos musicales que
aun hoy perduran en la ciudad. El Coro
Polifónico Delfino Quírici, cuya trayec-
toria huelga comentar, próximo a
cumplir ochenta y siete años; y la
Orquesta Filarmónica dirigida por
Vasco Zacaría, cuya proyección se
materializa hoy en dos elencos: la
Académica del Conservatorio
Provincial y la Municipal de Cuerdas,
dirigidas consecutivamente por los
maestros Herbert Dhiel, Pablo
Cánepa, Jorge Lhez y en la actualidad
Eduardo Lhez. En su continuidad,
músicos como René Armando
Miserendino, Donato Di Renzo,
Santiago Caniparoli y Mario Reynoso,
fueron dirigidos tanto por Vasco,
Herbert y Pablo, como por Jorge y
Eduardo.
Pese que para entonces más de diez
conservatorios impartían clases de
música, los esfuerzos para conformar
una orquesta versátil, preparada para
afrontar compromisos de envergadu-
ra y severa dificultad interpretativa,
habían sido esporádicos. Se sabía de
compañías foráneas imposibilitadas
de actuar en la ciudad dada la falta de
un elenco orquestal estable y de cate-
goría. No obstante profesores y alum-
nos de esas escuelas de música cola-
boraban, ad-honorem o profesional-
mente, en festividades públicas o pri-
vadas. Valga mencionar a la orquesta
dirigida por el Profesor Fernando Elías
de Quirós, que en la década del veinte
hizo las delicias de los riocuartenses.
O bien el Orfeón (coro) dependiente
de la Sociedad Española dirigido por el
maestro Acacio Gutiérrez.
Con la oficialización del Conservatorio
Provincial en 1927 y la posibilidad de
que niños y jóvenes tomaran clases
gratuitamente, la música cobró inusi-
tado impulso, convirtiéndose nuestra
institución en generadora de la mayo-
ría de los recitales organizados con
músicos locales. En La Calle del 11 de
noviembre de 1966, Sigfrido
Blauzwirn, partícipe del grupo que en
1932 consolidó las bases del movi-
miento en gestación, dice que hasta
1935 se habían realizado algunos con-
ciertos esporádicos de “elementos
emanados del Conservatorio
Provincial”. Cita a Alessio Iannaccone,
Vasco Zacaría, Acacia Valera, Armando
Gagliano, Lorenzo Scadutto, Helvecia
de Venzano, Rosa Pécile, Delfino
Quiírici, junto a alumnos avanzados.
Fue la época en que se realizan las pri-
meras presentaciones del Coro
Polifónico fundado por el maestro
Delfino Quirici y de la Orquesta
Filarmónica formada por el maestro
Vasco Zaccaría. Sin embargo, no solo
el Conservatorio Provincial desarrolla-
ba actividades musicales en el medio.
Como hemos dicho en entregas ante-
riores, durante largos veinte años más
de diez conservatorios privados for-
maron instrumentistas y cantantes, lo
que permitió que en el segundo
semestre de 1932 se organizaran cua-
tro audiciones consecutivas dignas de
una destacada temporada musical.
La edición bodas de plata del diario El
Pueblo, año 1937, hace referencia a la
Asociación Sinfónica Coral fundada en
diciembre de 1932. Que es obra exclu-
siva de los directores del
Conservatorio Beethoven, señorita
Rosa Pécile y señor Delfino Quírici.
Este conjunto comenzó siendo sola-
mente una orquesta a la que en el año
1934 se le agregó un coro mixto.
Susana Elstein de Posadaz (¡A la batu-
ta …! – Corredor Mediterráneao –
Diciembre de 1998) atribuye a Delfino
Quirici la creación de la Asociación
Sinfónica Coral en el año 1934, la que
hacia 1948 toma la denominación de
Coro Polifónico de Río Cuarto. Y, atri-
buye al maestro Vasco Zacaría, la cre-
ación, preparación y dirección de la
Orquesta Filarmónica de Río Cuarto,
también en 1934.
La página web del Coro Polifónico
Delfino Quirici, refiriéndose a su fun-
dador dice: “En 1932 forma la
Asociación de Conciertos, una orques-
ta de 28 músicos y 4 vocalistas. El 21
de noviembre de 1932 se realiza la pri-
mera actuación en el Cine Plaza de
nuestra ciudad. Esta fueron las bases
de lo que se constituiría en la
Asociación Sinfónico Coral”.
Durante el segundo semestre de
aquél año, repetimos, como nunca
ante ocurriera, la ciudad tuvo oportu-
nidad de asistir a sendos recitales
musicales durante cuatro meses con-
secutivos.
El miércoles 7 de septiembre de 1932
en el Teatro Municipal a beneficio de
la Pía Unión de San Antonio, abrió la
temporada la “Academia de
Córdoba”, sucursal del conservatorio
del mismo nombre de la capital pro-
vincial, dirigida en esta por Emma R.L.
de Revol. La velada artística contó de
dos partes cuyos comienzos estuvie-
ron a cargo de la orquesta dirigida por
Vasco Zacaría que ejecutó, respectiva-
mente, dos oberturas de Offenbach:
Orfeo en los Infiernos y La Bella Elena.
Se anunciaba también la participación
del dúo nacional Avaca-Molayoli,
acompañado de sus guitarristas
Palacios, Velázquez, Zárate, Pereyra y
Báez, conjunto de música popular
cuyo repertorio contenía una miscelá-
nea de títulos tales como: Ayer y Hoy,
Haway’s Dream, American Girls, La
Tierra de Lupe, Boda Hungharaise,
Chispazos de tradición al calor de
nuestra tierra, e In The Islan’s Cuba.
Participaron también dos guitarristas
locales. En Variaciones de Malagueños
y Vidalita de Sinópolis, Domingo
Galetto, radicado en esta en la segun-
da década del siglo XX como profesor
del Conservatorio Buenos Aires, acti-
vo hasta la década del cincuenta en su
faz artística y docente. En Una
Lágrima de Tárrega, Dora Díaz, a la
postre directora del Conservatorio
Provincial en la década del sesenta.
Completaban la grilla la soprano
Elvecia de Venzano y el tenor
Humberto Rodríguez en un duetto de
La Traviatta con acompañamiento
orquestal.
El jueves 27 de octubre de 1932 trajo la
segunda velada organizada por el
Club Atenas en el Teatro Municipal a
beneficio de la Maternidad Hortensia
Gardey de Kowalk. Abrió la primera
parte “The Wonderful Review”, con
suntuosos decorados, en base a músi-
ca interpretada por coros y orquestas.
Eran cuadros variados y atrayentes,
dignos de una compañía de primer
orden. Se destacaba la acción artística
desarrollada por el Profesor Vasco
Zaccaría al frente de una orquesta de
quince ejecutantes en condiciones de
acompañar grupos foráneos de músi-
ca lírica de ópera o zarzuela. Actuó
también la “jazz band” presentada
por el Profesor Cerrutti.
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El Conservatorio Provincial organizó la
tercera audición. Fue un concierto en
el Cine Teatro Plaza el día sábado 19 de
noviembre de 1932 a beneficio del
futuro cuerpo de Bomberos
Voluntarios. Las primeras cuatro obras
estuvieron a cargo de alumnos de vio-
lín y piano ejecutando obras de Marie,
Mozart, Raff y Fritz. Le siguió el trío en
Do menor de Schubert por los profe-
sores Vasco Zacaría en violín, Lorenzo
Scadutto en cello y Acacio Gutiérrez
en piano. Este último ejecutó también
obras de Albéniz y Chopin. Se abrió la
segunda parte con L’Arlessiana de
Bizet por el grupo orquestal con piano
y armónium, integrado por los profe-
sores Zacaría, Quirici, Scadutto,
Iannaccone, Alonso, Aruza, Trabuci,
Hoyo y Di Pascuale. A continuación,
Capricho español Óp. 37 de
Moskovsky por la Prof. Emma R.L. De
Revol al piano. Romanza del Fausto de
Gounod por Humberto Rodríguez en
canto; al piano el Prof. A. Iannaccone.
Posteriormente 4to. Tiempo de la
Sonata para violín de Cesar Frank por
los profesores Zacaría y Iannaccone.
Rosa Pécile en canto con acompaña-
miento del Profesor Alessio
Iannaccone ejecutaron obras de
Denza y Bizet. Agradable sorpresa
para el público fue el último número
de la noche. Ejecutado por la orquesta,
en escena el Pericón Nacional bailado
por jóvenes dirigidos por el señor Oliva
Peralta.
El cuarto concierto fue programado el
día miércoles 21 de diciembre de 1932
en la sala del Cine Plaza con motivo de
la presentación de la Orquesta
Sinfónica Río Cuarto, primera en su
género en la Ciudad. Su debut, todo un
acontecimiento, reunía a un selecto
grupo de músicos organizados por los
maestros Delfino Quirici y P. Alonso,
ambos profesores del Conservatorio
Provincial, bajo la dirección orquestal
del maestro de bandas del ejército
Antonio Scadutto.
Abrió la primera parte la señorita Lira
Álvarez recitando el poema Caso, de
Rubén Darío. A continuación Allegro
Apassionatto de Saint Saens para vio-
loncello por Carlos Di Pascuale; al
piano el maestro P. Alonso. Rosa
Pécile en canto, acompañada por la
orquesta dirigida por Delfino Quírici,
interpretó Ideale de Tosti y Rimpianto
de Toselli. El Sr. Manuel de la Cruz, con
el mismo acompañamiento, cantó de
Chappi La Tempestad y La Jota de la
Bruja. El cuarteto de cuerdas integra-
do por Delfino Quírici, Abraham
Lisowsky, N. Ponce y Carlos Di
Pascuale, entregó la obertura de El
Califa de Bagdad de Boieldieu.
Posteriormente el maestro Quírici en
violín y el maestro Sigfrido Blauzwirn
al piano en Danza Tziganne de T.
Naches. Cerró la Sra. Helvecia de
Venzano en canto y acompañamiento
de orquesta, en D’amor sull’alli rosee
del Trovattore de Verdi, y de
Tagliaferri, Madolinatta a Nápole. La
segunda parte contó con la diserta-
ción del Dr. Martín Moyano López
quien presentó a la Orquesta Sinfónica
Río Cuarto bajo la dirección del maes-
tro Antonio Scadutto, que ejecutó de
Offenbach, Los Cuentos de Offman;
de Giordano, Siberia (fantasía); de
Delfino Quírici, El Canto del Mar, dedi-
cado al director del Conservatorio
Provincial Profesor Alesio Iannaccone.
Por último Sinfonía Semiramis de
Rossini.
Hemos considerado oportuno dete-
nernos en aquella temporada musical
lejana pero significativa. Tanto por el
aporte del Conservatorio Provincial
cuanto por la participación de otros
conservatorios. Satisfacción causa
comprobar que Vasco Zacaría y
Delfino Quírici, junto a músicos inte-
grantes de sus orquestas, unieron
esfuerzos tendientes a mostrar al
público lo mejor de su formación. En
diversas agrupaciones convergieron
en escena para compartir el milagro de
la música sin imaginar que desde sus
instrumentos proyectaban el futuro
sinfónico de la ciudad.
Fuente: Diarios El Pueblo, Justicia, La
Calle, Archivo Histórico Municipal, con
especial agradecimiento a Omar
Isaguirre.
Elvecia de Venzano Delfino Quirici Rosa Pecile
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La Columna
humorsolini
Por Heraldo Mussolini
15 DE ORILLAA ORILLA (XV)
¿CRISIS?
¿QUÉ CRISIS?
Por Jorge Rodríguez Hidalgo
En 1975, el grupo británico de rock “Supertramp” publicaba, pre-
sionado por la discográfica A&M Records, el álbum titulado Crisis?
What Crisis? Se trataba del cuarto disco de estudio de la banda y
el primero que grababa en Estados Unidos. El éxito del anterior
trabajo, Crime of the Century, había espoleado las ansias econó-
micas de los productores, quienes no querían esperar a que finali-
zase la gira en que se hallaban inmersos por la patria del Tío Sam.
La adversidad obligó a cancelar los conciertos programados y la
obra se realizó en Los Ángeles. Crisis? What Crisis? tardó en obte-
ner el reconocimiento que se perseguía, pero se consolidó como
uno de los títulos emblemáticos del grupo. La urgencia del encar-
go y la improvisación con que se debió de trabajar acabaron por
determinar la naturaleza de la obra. De una situación de crisis sur-
gió una musical “crisis” salvadora.
El sustantivo “crisis” nos ha llegado intacto del latín en
cuanto al continente, pero no así en lo tocante al contenido, cuya
polisemia no obsta para que se siga usando el término con nuevos
y erróneos sentidos, o cuando menos discutibles. Pese a ello, las
diferentes acepciones coinciden en subrayar el aspecto negativo
de la palabra, hasta el punto que puede considerarse en muchas
ocasiones que es ésta, su sola enunciación, el verdadero proble-
ma. Aunque se trata de un sinsentido, es fácil constatar que el mal
uso del término acaba por afectar a aquellos a los que acompaña,
de suerte que tergiversa los conceptos o los desvía o aleja de su
significado originario. La primera acepción que ofrece el dicciona-
rio de la Real Academia Española afirma que es un “cambio pro-
fundo y consecuencias importantes en un proceso o una situa-
ción, o en la manera en que estos son apreciados”. Es decir, una
crisis es una transformación, sin que importen sus propiedades.
En consonancia con los tiempos de precariedad, injusti-
cias, dolor e infortunios sinnúmero, tendemos a identificarlo todo
con la crisis, que se convierte en la referencia absoluta del devenir
histórico. El periodismo, además, con sus prisas, acaba etiquetan-
do cada movimiento y redefiniendo la palabra. Es el caso, por
ejemplo, de la expresión “crisis humanitaria”. Se trata inequívoca-
mente de una contradicción: mientras el sentido con que se utiliza
es el de hecho o conjunto de sucesos desgraciados, el análisis de
los dos elementos de la locución nos muestran su completa opo-
sición. Siguiendo con el Diccionario de la Real Academia Española,
el adjetivo “humanitario” significa benigno, benéfico o aliviador
de los “efectos que causan la guerra u otras calamidades en las
personas que las padecen”. Cuando los medios de comunicación
nos sirven imágenes de refugiados de tantas guerras o de emi-
grantes “sin papeles” que huyendo del hambre que asola sus paí-
ses se juegan la vida por llegar a otros lugares y aseguran que nos
encontramos ante una “crisis humanitaria”, no se acaba de enten-
der la profundidad del oxímoron. No hemos logrado, por tanto,
desentrañar el mensaje cuando nos avisan de que cierta situación
alarmante ha obligado a convocar un “gabinete de crisis”, o que
la política rectora de tal país la proyectan sus característicos
“gobiernos de crisis” (eso se decía, por ejemplo, de Bélgica a fina-
les del siglo pasado). Pero si no es ni lo uno ni lo otro, sino que se
va a producir una mera sustitución de algunos miembros del
gobierno, nos encontramos ante una “crisis de gobierno”.
En otros ámbitos de la vida social y, sobre todo económi-
ca, la palabra crisis condiciona o contamina los diferentes lengua-
jes. La “crisis de resultados” es aplicable al sector de la economía
tanto como a actividades de carácter deportivo, pongamos por
caso. En definitiva, observamos una vez más cómo el lenguaje se
convierte en el primer emisario de la superestructura, que lo
impone bajo diferentes aspectos y con cambiante contenido,
siempre a tenor de las necesidades, no de los necesitados, sino de
los que siempre quieren sacar provecho de las carencias ajenas.
Ni que decir tiene que el ámbito artístico tampoco se
escapa a los efectos de la alienación lingüística. Las nuevas ideas,
las creaciones que rompen con la tradición y proponen sus puntos
de vista nuevos; la discusión, en una palabra, de los cánones artís-
ticos también se halla en el origen de lo que no se duda en calificar
como crisis de la creación artística. Es decir, crisis como sinónimo
de falta de ideas o de ideas erráticas. Cualquier tiempo pasado fue
mejor, repite incansable el statu quo.
Pensemos en el heracliteano río de la vida y preguntemos
con la música del silencio: ¿Crisis? ¿Qué crisis?
SUPLEMENTO CULTURAL DEL CENTRO
DECLARADO DE INTERÉS CULTURAL POR EL
CONCEJO DELIBERANTE DE RÍO CUARTO
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