El Corredor Mediterraneo

Río Cuarto / Río Tercero / San Francisco / Villa María Miércoles 1 de agosto de 2018 - Año 18 N° 814
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El Corredor Mediterráneo
Primera Feria del Libro Infantil y Juvenil:
hacia una política cultural de la infancia
El arte como identidad de los pueblos
El Instituto de Artes Folklóricas Hnos. Ábalos, bajo la firme dirección
de Ariel Barreda está próximo a celebrar la Semana de la Cultura
como todos los años. Esta vez será a partir del 24 de agosto. Soraya
Clop trae a ECM una referencia de la señera institución y de su direc-
tor, promotor inclaudicable de todas las manifestaciones folklóricas y
artísticas de la ciudad, región y país. En esta oportunidad la entidad
ha organizado la realización de dos concursos, uno sobre música y
otro sobre pintura, para todos los interesados en esas disciplinas.
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HUmORSOLINI
Heraldo Mussolini
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LA COLUmNA
Cartas de la palabra río
Música
POR CLAUDIO ASAAD
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¿ARDE TROYA O
VILLA mARÍA?
8º ENCUENTRO
“CIUDAD EN LLAMAS”
VILLA MARÍA
-GRUPO PACO URONDO-
Mario Trecek
TEmPO
Isabel Rezmo
POÉTICA DE LA LUZ
Hernán Genero
Hnos. Ábalos:
Víctor Manuel (Vitillo) Ábalos
Entre las muchas maneras de proponer la integración de los niños al espectro cultural de la comunidad, la
más importante sin duda es la que respeta sus miradas sobre lo que los rodea, la que los sitúa muy cerca de
cualquier manifestación artística, la que los invita a compartir un espacio de creatividad y pensamiento.
A grandes rasgos ésta fue la idea que dio a luz el Proyecto de la Primera Feria del Libro Infantil y Juvenil en
nuestra ciudad y de eso trata esta muy interesante nota de Ana López para ECM, como integrante del Colectivo
Cultural Glauce Baldovin.

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La infancia, o lo que hemos puesto allí
Las múltiples maneras de habitar la
infancia comparten al menos dos rasgos
que pueden servir de punto de partida
para este recorrido. El primero es su
carácter subalterno. Y es que desde
siempre el lugar que ocupan los niños en
la cultura es inferior: aprenden lo que
otro les enseña, responden sin derecho a
réplica, obedecen. Esperamos de ellos
que comprendan, no que pregunten.
Que no toquen, que no hablen, que no
nos incomoden: pronto los adultos defi-
nimos las reglas de juego de un universo
en el que la infancia no produce cultura,
la reproduce.
Existe, no obstante, otro rasgo común
que sitúa a las infancias muy cerca de
cualquier manifestación artística: la mira-
da de los niños sobre lo que los rodea es
inaugural, sensible, desprejuiciada. Su
pensamiento integra la intuición y la ima-
ginación de maneras inaccesibles para
quienes con el paso el tiempo nos acos-
tumbramos a la seguridad de nuestras
verdades construidas.
Toda propuesta cultural que convoca la
participación de los niños asume una
posición desde alguno de los rasgos
expuestos. O se los atrae para reproducir
(una creencia, un estereotipo, una fór-
mula), o se los invita a compartir un espa-
cio que abra sus posibilidades de pensar,
de decir, de crear. Desde esta disyuntiva
y en un intento por intervenir en el entra-
mado simbólico que sostiene las pro-
puestas para niños y jóvenes en nuestra
ciudad, nació el proyecto de la Primera
Feria del libro infantil y juvenil (FLIJ).
Una feria del libro infantil y juvenil,
todos invitados
Así fue. Los días 14 y 15 de julio de 2018 se
realizó en nuestra ciudad la Primera Feria
del Libro Infantil y Juvenil ( FLIJ) organi-
zada conjuntamente por la Subsecretaría
de Cultura de la Municipalidad de Río
Cuarto y el Colectivo Cultural Glauce
Baldovin. El proyecto tuvo un anteceden-
te: el espacio abierto el año anterior por
las librerías locales, que durante algunos
días trasladaron stands a la Galería
Artistas Argentinos del Centro Cultural
Andino. Esta iniciativa fue recogida por el
Colectivo Cultural Glauce Baldovin, en el
marco de una propuesta integral que
posibilitase compartir, pensar y habitar
nuevos sentidos en torno al encuentro
de niños y jóvenes con la literatura. En un
mercado copado por libros que sugieren
edades de lectores, con propuestas esté-
ticas estereotipadas y temáticas que
atienden a demandas escolares - espe-
cialmente la formación en valores- la
Feria se propuso convocar a un público
sin edad, reunido en torno a la literatura
y el arte en sus distintas manifestacio-
nes. La novedad consistió también en
visibilizar y difundir los aportes de escri-
tores, narradores, ilustradores y editores
de Córdoba y la región. Para ello, la Feria
se proyectó en dos dimensiones que con-
vivieron en toda su riqueza.
La primera se concentró en torno a los
stands. Los feriantes, aunque en un
número modesto, expresaron en su
diversidad el complejo entramado cultu-
ral que gira en torno a los libros para
niños. Así, miembros de la Sociedad de
Escritores Riocuartenses, la revista
Ranquelitos y Comunicarte convivieron
con proyectos editoriales nacientes
como la cordobesa Prebanda o la rio-
cuartense La mancha estratégica.
También se hicieron presentes proyectos
editoriales de mayor trayectoria, como
La Sofía Cartonera (U.N.C.) y Buen Gusto
Ediciones. Pequeñas librerías como la de
Fede Iosi y Arjé (Río Cuarto) y En un lugar
de la mancha (Córdoba), aportaron las
propuestas estéticas de sellos nacionales
e internacionales de cuidado catálogo,
como Kalandraka, Muchas Nueces,
Iamiqué, Limonero, AH Pípala, De la
Terraza, entre otras. Ambas compartie-
ron el espacio con Letras con Café, que
Primera Feria del Libro Infantil y Juvenil:
hacia una política cultural de la infancia
La otredad de lo que nace sólo puede hacerse
presente como tal cuando, en el encuentro con ella,
encontramos verdaderamente al otro
y no simplemente lo que nosotros hemos puesto allí.
Jorge Larrosa

aportó editoriales como Quipu, Colihue,
V&R y Distal. Los ilustradores Josefina
Calvo (Los Hornillos) y Nicolás Lepka
(Córdoba) y Magalú (Río Cuarto) ofrecie-
ron sus propuestas artísticas a lectores
de todas las edades.
En suma, una composición heterogénea
que posibilitó que los lectores encontra-
ran los libros que les eran familiares,
pero también que conocieran nuevas
propuestas en diferentes formatos,
materiales o circuitos de producción y
venta, en su mayoría de difícil acceso
debido a su limitada tirada o circulación.
La variedad de lógicas y de lenguajes que
prevé toda feria se fue organizando en
torno a la versátil geografía de la Galería
Artistas Argentinos, a lo largo de la cual
se armaron y desarmaron mesas para
ilustrar, muestras de juegos, un pequeño
teatro en cajita, un auditorio para charlas
y un rincón para mirar kamishibai.
Por otra parte, una segunda dimensión
estuvo compuesta por las actividades en
torno a la feria, propuestas en torno a las
cuales el colectivo organizador se jugó la
mayor apuesta. En ellas, ilustradores,
narradores, editores, escritores, docen-
tes y especialistas abrieron espacios
desde el desafío de generar propuestas
“sin edad” en las que los asistentes fue-
ran activos protagonistas.
Así, durante la primera tarde, los ilustra-
dores de La Mancha Estratégica dispusie-
ron materiales para la creación de extra-
ños personajes; el prof. Joaquín Vazquez
partió de un cuento de Jack London y
abrió el espacio a los presentes para pre-
guntarse (y responderse) por el origen
del universo. Otros cuentos vinieron en
boca de Katia Ysaacson (Las Hijas de
Susú) y de las editoras de Prebanda, que
presentaron “Los chicos solos”, de Elisa
Oliva y Sol Deheza.
La segunda tarde de feria se abrió con la
voz de los chicos del taller de filosofía y
cine de Romina Sosa y Flor Porporato.
Allí expusieron cortos guionados, actua-
dos y dirigidos por ellos mismos, en los
que mostraban su singular apuesta esté-
tica para conturbar a los espectadores.
Al mismo tiempo, en otro salón, el ilus-
trador Nicolás Lepka ofrecía un taller
para construir libros troquelados, con la
asistencia de un público de distintas eda-
des. Familias enteras se convocaron a
compartir el filme “La tortuga roja”, de
Michaël Dudok de Wit (E. Ghibli, 2017),
elegido y presentado por el escritor y
editor Pablo Dema. En dicho filme los
personajes no hablan, por lo que Dema
invitó a los asistentes a invertir el camino
que recorre la imaginación al leer: si
durante la lectura la palabras nos sugie-
ren escenarios y personajes, la observa-
ción de una película sin palabras nos lleva
a narrar internamente lo que vamos vien-
do. Este recorrido abrió la exploración
individual de territorios internos, que se
expresaron en un lenguaje singular.
Un taller de lectura a cargo de la prof.
Cristina Giacobone permitió a los asisten-
tes vincularse con poesía de distintos
autores y experimentar la creación a par-
tir de esos versos. Esta experiencia fue
valiosa en tanto los poetas leídos no se
publican para niños, lo que posibilitó
poner en tensión los límites de ese
“para”. Posteriormente, Iris María llegó
con telas de colores que transformó en
el escenario de numerosos cuentos.
Al caer la tarde, la prof. Adriana Canseco,
editora especializada en literatura infan-
til, ofreció una charla para docentes en la
que recorrió la historia de los libros para
niños. El énfasis estuvo puesto en los
libros ilustrados que con distintas técni-
cas y formatos buscaron desafiar los lími-
tes de la producción literaria para niños
en las distintas épocas. El recorrido la
llevó a narrar su experiencia como edito-
ra de La Sofía Cartonera, proyecto que
abre la lógica del libro álbum a textos
que, no habiendo sido producidos inicial-
mente para niños, pueden resultarles
interesantes.
Así, frente al aturdimiento que suelen
proponer los espacios destinados a la
infancia, estas propuestas se abrieron al
silencio, a la búsqueda, los enigmas, las
rupturas. En todas ellas, los niños y jóve-
nes tuvieron el protagonismo y la voz
frente a una literatura sin edad.
Lo que la Primera Feria infantil y juvenil
(FLIJ) nos deja es la posibilidad de pro-
blematizar la sustancia del espacio de
encuentro entre los libros, los niños y los
jóvenes. Preguntarnos por los actores
convocados, los vínculos propuestos, los
usos de la palabra, los objetos que les
posibilita. Desde sus orígenes, el campo
de los libros para niños ha sido objeto de
instrumentalización. Pasaron siglos
desde los antiguos alfabetos, libros para
enseñar catecismo o cuentos con mora-
leja; sin embargo, una constante se man-
tiene: la mayoría de las publicaciones
pensadas para la infancia están hechas
por adultos que ejercen el poder de la
palabra autorizada. Quizás sea éste uno
de los ámbitos en los que más se expresa
el colonialismo hacia los niños: libros que
vedan ciertos temas, vacían de compleji-
dad, reproducen estereotipos y niegan
con soberbia un genuino encuentro del
lenguaje artístico.
En este sentido, desde el Colectivo no
sostuvimos la preocupación por “fomen-
tar la lectura”, preocupación central de
quienes dictaminan que “los chicos ya no
leen”, porque entonces no importaría
darles lecturas evasivas o bajadas de
línea si lo importante es leer. Antes bien,
en la Feria buscamos generar un espacio
que permitiera una experiencia sensible,
un encuentro con la palabra poética
desde distintos lenguajes, donde niños y
jóvenes tuvieran la posibilidad de experi-
mentar, expresar, preguntar, tocar,
transformar.
Creemos que éste es un camino posible
para pensar políticas culturales de la
infancia que disputen los discursos hege-
mónicos referidos a ella, convencidos de
que “nadie está habilitado a pensar por
nadie. Todos pueden pensar por sí mis-
mos. En este punto, pensar no es cues-
tión de edad ni de capacidad, sino de
condición y de sentido.” (Kohan, 2004: 279)
ANA LÓPEZ
Fotografías: Eugenio Agostini

El Instituto de Artes Folclóricas
Hermanos Ábalos fue creado hace 9
años al amparo y apoyo de la eminente y
reconocida agrupación folklórica santia-
gueña, con el objetivo de difundir el arte
popular argentino y americano en sus
diversas manifestaciones y a través de la
integración generacional.
En el instituto se brindan diversos talle-
res: de canto, danza, arte textil, literatu-
ra folclórica, etc. En los talleres partici-
pan niños desde los 4 años hasta abue-
los de 90 años. Los niños se inician en la
danza folclórica desde lo lúdico, descu-
briendo el movimiento a través del
juego
Ariel Barreda, director del instituto tuvo
su primer acercamiento con el folklore y
la música de Los Hermanos Ábalos cuan-
do era muy pequeño, aproximadamente
a los 5 años. Escuchando a Margarito
Tereré, por una confusión entre discos
oyó por primera vez la música de los
Hermanos Ábalos, aquella música lo
atrapó y desde allí no dejó de escuchar-
los. Cuando tenía cerca de 9 años, los oía
por Radio Nacional, el locutor promocio-
naba que los Hermanos Ábalos celebra-
ban los 50 años de actuación en el
Teatro Colón. Ariel le insiste a su familia
ir a esa presentación en el teatro mayor
del país. Finalmente, cuando va a verlos,
a la salida del teatro se encuentra con
Roberto Ábalos, el hermano del medio y
le comenta que era de Río Cuarto y que
no tenía más que un solo disco de ellos;
Roberto Ábalos le da anotado su núme-
ro de teléfono para que lo llame, Ariel se
comunica con Roberto a escondidas de
su familia y el cantante promete grabar-
le en cassette los discos. A
partir de allí comenzó su
amistad.
En el instituto no sólo se reali-
zan diferentes actividades
relacionadas al arte, si no
también que se encuentra la
primera biblioteca folklórica
del centro del país con más
de 900 títulos, este nuevo
espacio dentro de la institu-
ción pretende acercar y abrir
a la comunidad un material
valioso sobre el folklore
regional, nacional y america-
no. Contando esta biblioteca
con autores fundamentales,
de diversas épocas y estilos,
trabajos de recopilación, nue-
vos enfoques, coreografías,
partituras, iconografías, lite-
ratura gauchesca. Algunos de
ellos son: Carlos Vega, Bruno
Jacobela, Isabel Aretz, Leda Valladares,
Juan Alfonso Carrizo, Manuel Gomez
Carrillo, Ricardo Rojas, Pedro Inchauspe,
Leopoldo Lugones y muchos más.
Material bibliográfico específico para los
amantes de nuestras raíces culturales.
La “semana de la cultura” es una de las
actividades más importantes que se lle-
van a cabo en la ciudad de Rio Cuarto y
es organizada por el instituto, teniendo
como objetivo mostrar la diversidad cul-
tural del país, donde se presentan dife-
rentes actividades relacionadas a la
danza, la música, el cine a través de artis-
tas locales, nacionales e internacionales.
Se le acercan a la población de Río
Cuarto y zona durante una semana, dife-
rentes espectáculos sobre arte relacio-
nado a nuestro país y América Latina.
Innumerables son las presentaciones
que el instituto realiza a nivel nacional e
internacional dando a conocer la cultura
argentina, dentro de los festivales más
importantes a nivel nacional, en enero
de 2018 se presentaron en la peña oficial
del Festival de Tras La Sierra, también el
instituto en el año 2016 fue convocado
por la organización del pre Cosquín para
realizar la apertura del festival. Para
dicha presentación formaron parte de la
puesta en escena 60 personas, partici-
pando tanto niños como adultos. La
puesta se conformó de danza tradicional
estilizada, danzas sureñas que son el
triunfo y la media caña, arreglos musica-
les y de danza realizados por el mismo
instituto.
SORAYA CLOP
El arte como identidad
de los pueblos
Ariel Barreda

Es inminente la realización del Encuentro
Nacional de poetas de Villa María “Ciudad
en Llamas” organizado por el Grupo
Literario Paco Urondo, constituido por
Susana Giraudo, Susana Zazzetti y Fabiana
León. Esta edición será dedicada al poeta,
quién también fuera miembro del grupo,
Eduardo Cichy, recientemente fallecido.
Grupo con pocos miembros, pero de una
efectividad asombrosa, no sólo porque
genera este encuentro sino también por-
que convocan a un concurso literario cuyo
premio es su publicación gratuita con 100
ejemplares y que se entrega en ocasión
del Encuentro. El grupo de poetas Paco
Urondo llevará a cabo su encuentro anual
denominado “Ciudad en Llamas” los días 5
y 6 de agosto en las instalaciones del Sport
Social Club (Elpidio González 543), donde
se congregarán más de 80 poetas inscrip-
tos, y se enmarcará dentro de los 150 años
del aniversario de la fundación de la ciu-
dad de Villa María.
Al mismo se inscriben todos los autores
que deseen, pero en cada edición tienen
de invitados a poetas “estrella” , que son
referentesanivelnacionaleinternacional.
Por ejemplo este año se contará con la
presencia de Antonio Requeni, Alfonso
Nassif y Raquel Fernández.
Antonio Requeni. Autor que reconocemos
desde siempre por las publicaciones de
Plus Ultra, con personajes adorados por
los que éramos o son niños en la actuali-
dad, La Gallina Cocorita, por el chinito Chin
Lin, y su ave del paraíso. Por su poemas,
claro, pero también por su narrativa, por
sus crónicas porteñas. Porque desde que
nació no ha dejado de mirar su ciudad y
habitantes, y como periodista de La
Prensa regaló textos inolvidables. Es
miembro de la Academia Argentina de
Letras, de la RAE, y de la Academia
Nacional de Periodismo. Fue Premio
Nacional de Poesía, el gran Premio de
Honor de la SADE, Konex en dos oportuni-
dades, y más y más, pero antes de recalar
en el Foro 23º del Chaco, que coordina
Mempo Giardinelli, pasará por Villa María.
Alfonso Nassif. Santiagueño de pura cepa,
escritor, poeta, ensayista, integrante de la
Asociación Literaria “María Adela Agudo”,
miembro fundador del Cebil (Centro
Bandeño de Investigaciones y Letras)
Presidente de la SADE filial capital, coordi-
nador de talleres literarios, y responsable
junto a otro referente, como Ricardo
Diego Taralli, del suplemento literario del
diario El Liberal. Fue declarado Ciudadano
Distinguido, medalla de oro, por la SADE,
por los 30 años de su tarea como difusor y
promotor de las letras santiagueñas. Un
astronauta, un hombre de una galaxia
donde habitan seres poéticos, parafrase-
ando uno de sus últimos libros, es una
estrategia “para el amor y la complicidad
terrestre”.
Raquel Graciela Fernández, que nació en
Avellaneda, publicó los poemarios: “Ojos
que miran el cielo”, “Revelaciones”,
“Todos los hombres que me amaron”,
“Hermano”, “La antigua enfermedad del
otoño”, “Cierta condición nocturna”),
“Once upon a time” (bilingüe
castellano/italiano), “Interrumpidas”,
“Pretty in Pink” entre una decena de títu-
los. Coordina el ciclo literario: La palabra
que sana. Uno de sus últimos proyectos: el
poemario “Interrumpidas”. Se trata de un
conjunto de poemas, cada uno de los cua-
les está dedicado a niñas y mujeres que
han fallecido a causa de la violencia de
género.
Pero también, y no de menor cuantía,
viene un grupo de poetas que hace total-
mente apetecible ir a escucharlos, muchos
de ellos miembros de la “Fundación
Argentina para la Poesía” por ejemplo
vendrá la destacada poeta y editora Lidia
Vinciguerra que como directora de
Napenay, revista de artes y ciencias, recibe
el reconocimiento Alicia Moreau de Justo,
como una de las mujeres más representa-
tivas del país. Es autora de numerosos
libros y actualmente dirige un programa
de divulgación cultura en la televisión.
También se contará con la presencia de
Jorge Paolantonio, nacido en el Valle de
San Fernando de Catamarca, pero luego
de pasar por Córdoba donde se recibió de
profesor de Lengua Anglosajona en la
UNC, recaló en Bs As donde reside, y es
centro de sus variadas tareas literarias y
docentes. Ha publicado más de 16 libros
de poesía, y 6 novelas, e incursionó en la
dramaturgia. Su novela “Los vientos de
Agosto” premio Luis de Tejeda, acaba de
ser reeditado, y su último libro de poesía,
Tigre-Tigre, edición bilingüe se presentó
en Quebec-Canadá, en su Festival
Internacional de Poesía. Entre infinidad de
premios nacionales e internacionales
hacemos referencia al último, el Leopoldo
Lugones por su aporte a la Cultura.
Norberto Barleand, nacido en Bs As,
poeta, narrador y ensayista, hombre de
radio, con “Los trabajos y los días” por
Radio Cultura, es coautor de “Raíz y funda-
mento” bases de un proyecto para la
defensa del patrimonio cultural. Es miem-
bro de la Asociación Proyecto Tango y
miembro de staf de la revista “Protango”,
autor de “Presagios de utopías” hasta
“Candiles y penumbras” del 2012.
Carina Paz, uruguaya , que luego de pasar
por Chile, se radica en nuestro país, y con
epicentro en Bs As genera una ardua tarea
de publicación y de promoción de la poe-
sía, su último libro “Sueño y Memoria” del
2009, la ratifica, como una autora relevan-
te en el panorama literario nacional, con
premios por ejemplo entre muchos del pri-
mer premio, de la Fundación Avon para la
mujer y mención de honor de la SADE en el
2010.En 2001, publicó “Agua Inmóvil”
(Ultimo Reino) y en 2004, “Noche hacia
Adentro” (Grupo Editor Latinoamericano).
Actualmente coordina, junto a las poetas
Ana Guillot y Silvia Montenegro, el ciclo
literario “Tohu Bohu”, y junto al poeta
Rubén Balseiro, El Café Literario de la
Sociedad Argentina de Escritores sede
central.
Álvaro Olmedo, sanjuanino que viene a la
ciudad del Tercer Río, Villa María como
autor, aunque también es Lic. en Ciencias
Políticas, y es investigador de la UNSJ,
también es artista plástico. Ganador del
Premio Provincial para la Colección San
Juan Poesía (2008), es miembro del grupo
Literario “”Los ángulos de la locura”, y
entre tantas actividades, además coordina
talleres literarios “Artenpie” dependiente
de la Secretaría de Cultura de su provincia,
y guionistas para la puesta de la apertura,
de una de las fiestas populares más desta-
cadas del interior del país, como es la
Fiesta Nacional del Sol.
Beatriz Schaefer Peña, porteñísima, su pri-
mer libro, tiene prólogo del gran Vicente
Barbieri, y desde entonces no se ha deteni-
do tanto en publicaciones como en pro-
mover la poesía, no solo en Bs As, sino en
todo el país. Sus libros como “De ángeles y
designios” cuenta con prólogo de León
Benarós, de la editorial Botella al mar, o de
la editorial CIEN, del 2000 “El fuego y los
vestigios” con prólogo de Federico
Peltzer, por solo citar algunos títulos. Ha
integrado la comisión directiva de SADE
Nacional, miembro de la Comisión de
Cultura de la Fundación “El libro” que
organiza la Feria Internacional, integró la
comisión de la Fundación Argentina para
la Poesía, para el período 2001/3.
Piero de Vicari, un nicoleño, que además
de ser profesor de Historia, y hombre de la
Justicia en su foro local, fue presidente de
la Sade, y Director de la Escuela Municipal
de Lengua y Literatura “Andrés Pozo”,
pero sobre todo hoy se le reconoce como
destacado escritor, y promotor de lecto-
res, en su caso, como co-director del Sello
Editorial Yaguarón Ediciones. Ha publica-
do numerosos libros.
En la entrega de premios estarán los gana-
dores de esta edición 2018. Alicia Márquez,
de Vicente López -Buenos Aires- resultó el
primer premio por su obra “Palabras al
viento”. El segundo puesto fue destinado
a Ernesto Rojas de Tucumán por su obra
“Tierra anochecida” y el tercer puesto
para Ana María Oddo de Castelar -Buenos
Aires-.
Asimismo se designaron las siguientes
menciones de honor en el correspondien-
te orden Silvina Anguinetti de Córdoba,
Diego Bennet de la ciudad de Buenos
Aires, Cristina Ramb de Córdoba y Pablo
Montanaro de Río Cuarto. Vale señalar
que tanto las obras del segundo y tercer
premio como de las menciones integrarán
la antología-plaqueta titulada “Todas las
voces II”, cuyos 100 ejemplares a editar
serán distribuidos entre los seis autores
mencionados.
mARIO TRECEK
¿Arde Troya o Villa María?
8º Encuentro “Ciudad en Llamas” Villa María -Grupo Paco Urondo-
Grupo Paco Urondo

Tempo
ISABEL REZmO
Editorial Nazarí.
Granada (España),
Los poemas escritos en Tempo están crea-
dos con una sensibilidad suma, sin límites,
entendiendo por sensibilidad del poeta la
pulcritud o afinamiento de su gusto por la
belleza. Una belleza que engloba, en este
poemario, la fe, la meditación, las creencias,
las dudas, el camino a seguir y el horizonte
como meta que hemos de llegar… Este per-
feccionamiento siempre es cultivado por
Isabel, pero resalta o sobresale aún más en
su orbe interno, es decir, se hace más selec-
tivo, cuando se dedica, desde sus conviccio-
nes y valores, sentimientos y vivencias…, a
la creación de sus poemas. Este esmero
extremado conlleva, al fundirse con la sen-
cillez de su proceder creativo, el poder de
atraer y sorprender y complacer la sensibili-
dad de sus lectores.
La sensibilidad del poeta, calificada de inte-
ligente y recreadora, y frutecida gracias a la
reflexión madura, es la que le hace sentir
tan vivazmente las ideas y los pensamien-
tos, los recuerdos y las imágenes… que
revolotean por su mente hasta que esco-
gen una palabra, una oración… y se posan.
La sensibilidad, pues, humedece la semilla;
elabora miel para el intelecto; busca señue-
los en la palabra; atrapa ideas y sentimien-
tos; aprende a nadar en lo profundo… Ella
es la cultivadora y a la vez catadora del vino
de la vida. La misma que no quiere ser ola y
llegar a una orilla cualquiera, donde la inspi-
ración desaparece. En Tempo, Isabel Rezmo
nos ofrece una poesía de gran sensibilidad,
donde el contacto con le espíritu, con la
espiritualidad y con la humildad son la
materia prima de una poética madura y
reflexiva.
Ciertamente, es la expresión poética en sí
quien define la carga poética, quien avala,
como lo más puro en la poesía, la íntima
musicalidad y la trascendencia expresiva
del lexema más allá de su habitual sentido
semántico. La poesía de Isabel es, pues,
vehículo de un mundo interior. Por ello,
como cada obra poética es fruto de una
experiencia intuitiva y personal no se puede
heredar ni transmitir Esta representa el
pulso de la sensibilidad de una persona (la
poeta) y de una sociedad en crisis de princi-
pios, de valores, de amor a los demás her-
manos que caminan con nosotros hacia el
futuro, reflejando, en gran medida, la pervi-
vencia del espíritu de la raza humana.
Con este libro, editado por la prestigiosa y
reconocida Editorial Nazarí en su colección
“Daraxa”, Isabel está consiguiendo el éxito
más radiante y frutecido. Si profundizamos
en el contenido poético de Tempo, presto
averiguaremos lo que trata la poeta en el
“corpus libri” de esta sublime obra poética.
Ya el título nos pone al principio del camino
que recorrió Isabel para crear este poema-
rio sumamente purista.
La palabra de la que se sirve la poeta ube-
tense en su obra no es aquella tipificada
como definitoria o explicativa, ni como
manifestadora de lo comunicable, sino
aquella otra que al trabajarla tan sabia,
enigmática y prodigiosamente consigue,
gracias a su labor sobre ella, exponer aque-
llo que es ciertamente inexpresable o difícil
de revelar. Esta palabra sólo fluye de los
manantiales del don poético, y no todos
aquellos seres humanos, a los que la socie-
dad llama poetas, han sido elegidos por los
hados para hacerles entrega de este singu-
lar regalo. Tempo es una obra de arte viva.
Un poemario que, mientras lo leemos, va
esparciendo por nuestra psique esa fragan-
cia de generosidad y comprensión, de
entrega e ilusiones que caracterizan a la flor
de la vida y del amor y todo cuanto estos
conllevan. He llegado a esta conclusión,
porque Tempo fue creado desde el amor y
con amor. “Toda obra de arte, refiere André
Malraux, está muerta cuando se le priva del
amor”. Y Tempo en sus entrañas amor,
mucho amor, el más noble e inmaculado de
todos los sentimientos positivos, porque su
esencia, su soplo de vida es amor, firmeza y
templanza.
Comienza su andadura este poemario con
un exordio titulado Tempo del poeta ojene-
to Francisco Espada Villarrubia. En él, el pro-
loguista nos dice, entre otras muchas ideas,
reflexiones y razonamientos…: “Como
buena composición poética, está vinculada
a la música, no solo por el título, sino tam-
bién por la estructura y todo cuanto se con-
cita en cada uno de sus poemas, en cada
uno de sus versos”.
Los 74 poemas que componen este extraor-
dinario libro, 68 son versales y 6 fueron
escritos con una frondosa y bella prosa poé-
tica. Todos los poemas son monoestróficos
y sus únicas estrofas son heterométricas:
“Dibujar caminos de oración, / vergel de
madreselva, / suspiros. / Elevarse hasta el
silencio, / caminar al paso litúrgico / de las
mareas, con suavidad, / proteger el manto”.
// (Del poema “Tránsito”). Este tipo de poe-
mas, sin rima ni métrica, es una constante
en esta obra de Isabel. La riqueza léxica, el
ritmo y la musicalidad, la connotación de las
palabras, la polisemia, el empleo de figuras
literarias, la búsqueda de asombro o extra-
ñeza…, todo enriquece a los poemas y, en
definitiva, al lector.
Nuestra poeta ubetense dividió su poema-
rio en 5 secciones o capítulos: 1) ¿Dónde?
(20 poemas). 2) Crujir una rama como el
viento dormido y sopesar el “Tempo” como
crisálidas (21 poemas). 3) La virtud es un
desierto, una balanza que escurre entre los
dedos (28 poemas). 4) Trance (5 poemas sin
título). 5) Epílogo.
En el Epílogo nos refiere Isabel Rezmo:
“Situarse (el lector) en un espacio físico
concreto, para intentar entender una visión
más cercana sobre la muerte, sobre Dios,
sobre el alma, sobre el mundo. Tempo es el
resultado de la rutina diaria dentro de un
monasterio. Poner en tela de juicio durante
días nuestras creencias y nuestra visión de
la sociedad, a través de la observación y la
reflexión de una comunidad de monjes a
través de sus ejercicios, rezos y devenir dia-
rio”. Según lo manifestado por la poeta, en
el siguiente poema, tenemos una de las
varias claves que dispuso Isabel para engen-
drar esta creación literaria: “Un solo dedo
en los labios, / donde arrastrar los matices. /
Plegarias sin voz, / silencio en el verbo. /
Armas de esperanza, / destellos en las som-
bras”. // (Del poema “Rezos”). O en este
otro en el que nos refiere la creadora de
Tempo: “Mi religión, la pobreza, / mi saliva,
mi plegaria. / El mundo, mi ermita. /
Monasterio diurno, el Creador de la pacien-
cia. / Humilde… humilde traslación hacia mi
cueva. / Más allá, más allá. / En el segundo”.
// (Del poema “Más allá, más allá”).
Recibe, pues, Isabel mi enhorabuena más
cálida y afectuosa por esta obra lírica, tan
sublime como impactante, y mi gratitud
más entusiasta y luminosa por donarme
este libro, una joya poética con una hondu-
ra, exquisitez y calidad líricas que impresio-
nan. Oigo tu voz, admirada poeta, “No ha
reseña

POÉTICA DE LA LUZ
(*) Esta sección está abierta a fotógrafos profesionales y afi-
cionados que vean algo especial del lugar donde viven. La
única condición es que las fotos sean creativas y sin photos-
hop. ECm quiere conocer y sentir cada pueblo o ciudad a través
de sus habitantes. Enviar como máximo dos fotografías en alta
resolución a: myrnamedeot@hotmail.com
Departamento "La costa", localidad Mar de Ajó en noviembre 2013
La espera
HERNÁN GENERO
SUPLEMENTO
CULTURAL DEL CENTRO
DECLARADO DE INTERéS
CULTURAL POR EL
CONCEJO DELIBERANTE
DE RÍO CUARTO
llegado el día de convertir / lo blanco en una
sombra. /. Yo soy un porqué que no tiene
línea / descendiente, entre los imperativos /
legales a la levedad del ser”. // (Del poema
“Per se…”).
Poesía la tuya de ancho aliento, de verso
derramado, muy auténtica, muy sincera, bro-
tada del oleaje de la vida y por él bañada. Tus
poemas tienen una intensidad expresiva en
constante ascensión, una belleza que sor-
prende, que atrae, un sincronismo sinfónico
absolutamente cálido y penetrante y una ten-
sión poética que proporciona al lector los
estímulos vitales en sus esencias y matizacio-
nes para seguir caminando.
Tu poesía, amiga mía, dejará su impronta en
el lector de hoy y de mañana.
Es aconsejable la lectura de Tempo, ya que el
lector, además de descubrir en este libro una
poesía de una calidad sublime, sentirá, al leer-
lo, un deleite y una satisfacción y un encon-
trarse consigo mismo…, difícil de hallar en
cualquier otra obra poética actual.
CARLOS BENÍTEZ VILLODRES
Málaga (España)

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La Columna
humorsolini
Por Heraldo Mussolini
CARTAS DE LA PALABRA RÍO
Música POR CLAUDIO ASAAD
Por los dedos, por la yema de cada uno, desde los senderos apenas
visibles de las huellas que empujan teclas, que impulsan martillos,
que pegan contra vibrantes cuerdas; la música de la infancia tuvo el
tono de un piano. La señorita Lucrecia se inclinaba sin pesadumbre
sobre el teclado y sus rulos caían en la frente y se reacomodaban
cuando su cabeza seguía a las notas en vuelo circular, no, redondo,
gordo como un globo de transparencias jabonosas: así de frágil, así
de perfecto, que a veces se dejaba colorear por la luz de una melo-
día demorada ¿Ve una bruma antigua la música mientras es ella
misma en la linealidad de un tiempo sin recodo ni fin? Tienen poema
las letras.
Mamá canta “Vete de mí “como si fuera un canario, con vos de Niní
Marshall pero con un gorgogeo que pienso, le debe dar trabajo
lograr. “Tú, que llenas todo de alegria y juventd/ Y ves fantasmas en
las noches de trasluz./Y oyes el canto perfumado del azul/Vete de
mi...”
A mi mamá le importa el amor y le canta al dolor. Canta en árabe
una canción en la que los amantes se encuentran debajo de un limo-
nero, sólo supe de ellos hasta el momento en que se besan, creo
que una sola vez. El pudor es absoluto y la melodía se parece al de
las canciones infantiles, pero está lleno de sonidos envueltos en la
ternura de la pronunciación de ese idioma que nace así, rumiante y
susurrado de sus labios. Palabras amables y cuidadosas que juegan
a mirar a los que se adoran con el olor fragante de las flores del
limonero.
Nadie llora cuando canta mamá. Las letras son tristes, pero si hay
música es porque un sol grande iluminó su corazón, eso dice: un sol
grande ilumina mi corazón esta mañana. Mamá canta a la mañana
cuando el tiempo estrena el día, se da lustroso y limpio en el cielo.
Los ruidos de afuera llegan escasos y cansados en la casa. Los
domingos mi hermana Nelly pone en el tocadiscos canciones de
Sinatra, boleros de Los Panchos “Voy por la vereda tropical/ la
noche plena de quietud/ con su perfume de humedad.” Mi hermana
es la más hermosa y baila como si estuviera fuera de esa casa, lejos
del ruido de la púa, del sonido acatarrado de los viejos parlantes del
combinado. Papá pide que pongan el disco de Fairuz, Lo dice mien-
tras mira las fotos de la portada del disco: Baalbeck, el templo de
Jupiter. Los músicos pequeños como hormigas. Fairuz canta como
mamá con voz aguda, con notas largas, los violines y los chelos la
acompañan quejosos y sensuales a la vez. El coro impacta decidido
sobre las paredes de la casa.
Tengo mucha emoción en los ojos y un nudo con más nuditos que
se suman en la garganta. Mamá dice, este chico no puede sufrir así
y me alza con los ojos llorosos como los míos. Y no me deja de mirar.
Mamá no me da miedo, me da tristeza. Le pregunto por la tristeza,
ella dice que nunca se va, o ahora se fue pero que volverá a la noche
justo antes del sueño. Y quiere decir “Melancolía” pero en la mitad
la palabra se le mezcla con el árabe de la casa de la abuela en el
Líbano.
Quiero tener mi discos porque la música viene desde ese lugar tan
lejos y secreto. Cuando gira y la púa se apoya, todos los mensajes
mudos cantan. Por eso papá improvisó con un botón del batón de
mamá, una aguja y un papel, un megáfono para mí. “Elio, presta
atención y con cuidado lo giras así con la mano en el piso y apoyas
despacito la aguja. La aguja ya no es para coser tiene un cono de
papel en la punta, por eso apuradita y bajita, pero la música se escu-
cha.
Papá hizo un tocadiscos a mano para mí y yo no puedo dormir de la
ansiedad porque necesito de esa música para vivir, para que la vida
mía se sostenga sobre la fuerza de las notas.
La música árabe no se parece a la música que canta y toca como si
fuera propia, la Señorita Lucrecia; el apresuramiento del Darbuka,
trazando la coreografía erótica de un vientre dispuesto a demostrar
que se bate como las flores, que se esparce sobre las notas lángui-
das del laud, los coros que cantan desde atrás, los violines siguiendo la
melodía declamativa que persigue la voz y el cello como un invitado
profético, de voz honda y marcada envolviendo la estructura de esa
especie de ópera religiosa.
El cello, es un mundo, otro que persigo con el oído entre la confusión
de los otros instrumentos. El cello me llevó hasta la casa de la cúpula
del Boulevard para buscar respuestas en el Conservatorio Julián
Aguirre. El profe Welner me miró un rato. Tocó más de cinco minutos
su cello, yo temblaba. él dijo: tenés Cello? -No, -ah , respondió antici-
pando un silencio tenso. “Estás seguro de que querés aprender a tocar
este instrumento? Tendrías que venir y estar horas aquí practicando”
Me miró fijo y movió la cabeza, “son muchas horas”. Agregó con segu-
ridad y advirtiendo lo que me parece entendí como una entrega de la
vida que no sabía elegir.
Cuando regresé a casa olía a levadura y horno caliente, había escucha-
do por vez primera a un cello sonar en persona. La voz quejumbrosa,
el desgarro sin grito, la convicción poderosa de una cuerda asomada al
aire; dibujo de relieves imprecisos sobre el nervio de la emoción.
“Este chico no puede sufrir así” por eso lloré solo unos metros antes
de entrar a la casa. Miré mis manos y supe que nunca me animaría, que
no podría, que la música sería una deuda para mis manos, pero nunca,
nunca jamás para la vida. ¿Acaso hay un temblor posible, un estreme-
cimiento mayor, un sentido más físico de encuentro con lo pleno
mayor que escuchar música?
Con los años me animé a cantar, a revolver en la voz en busca de que
las cuerdas propias encontraran una música posible; con los años
intento el piano, con los años la música disipó la angustia, me regresó
en el tiempo, me juntó con los amigos, me devolvió la salud cuando me
enfermé de ganas de morir.
Con los años la música quebró la herida del corazón roto para fundirse
con su latido, con sosiego y espesura.
ELÍAS

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