Este documento presenta orientaciones para el diseño curricular de la Educación Inicial. Señala que el diseño curricular no debe abordar asignaturas de forma separada sino facilitar enfoques de enseñanza orientados a desarrollar las capacidades fundamentales de los niños de manera integrada. También destaca la importancia de la planificación flexible centrada en los intereses y necesidades de los niños y la colaboración entre docentes.
2. Debe resultar muy claro que un diseño curricular para Educación Inicial
no instala asignaturas que deban desarrollarse en forma separada. Por
el contrario, la presentación de campos pretende facilitar al docente la
identificación de enfoques de enseñanza, objetivos de aprendizaje y
contenidos, como así también la posibilidad de contar con sugerencias
que orienten la elaboración de estructuras didácticas más relevantes y
pertinentes para que el grupo de niños de su Centro Infantil adquiera y
desarrolle las capacidades fundamentales tendientes al logro de los
aprendizajes prioritarios.
3. Los aprendizajes y contenidos que se proponen en el un diseño
no deben ser abordados de modo fragmentado, sino que se
debe procurar la interrelación e integración, lo que podrá
lograrse en el diseño y puesta en práctica de las diversas
estructuras didácticas –unidades, proyectos, secuencias–, que
contemplen las posibilidades del juego centralizador, el juego
trabajo y el juego en sectores (dramático, de construcciones,
de laboratorio, de biblioteca, de artes plásticas, entre otros).
5. Así como se señalara al hablar del juego en la Educación
Inicial, la intervención del docente para el desarrollo de
las capacidades de los niños es indispensable en todo
momento: antes del desarrollo de la propuesta, durante
la misma y tras ella. De los modos de esta intervención
depende, en gran medida, la posibilidad de que se
haga efectiva la convicción de que todos los niños
pertenecen a la sala y pueden aprender en ella.
6. La planificación de la propuesta supone para el docente: definir objetivos,
contenidos y estrategias de enseñanza y evaluación, seleccionar formas de
organización de los niños y la intensidad de la intervención docente,
además de contemplar los recursos necesarios y disponibles –entre ellos,
espacios y tiempos–. Pero una planificación, orientada a la adquisición,
desarrollo y fortalecimiento de capacidades debe caracterizarse por su
flexibilidad, por su posibilidad de reajuste, ya que son innumerables las
situaciones que pueden surgir al trabajar con niños y diversos modos de
respuesta a lo que el docente propone. Por ello, a la par de resaltar la
necesidad de planificar las acciones, también se sostiene sobre las
actividades que realizan, sucesos locales, fenómenos naturales, noticias
presentes en los medios de comunicación, seguramente reclamen un
espacio para su tratamiento en el Centro Infantil. Como la finalidad
formativa es prioritaria en el Nivel, es importante dar respuesta a las
necesidades de aprendizaje de los niños.
7. Así, la planificación resulta más eficaz y operativa,
cuando los planes de clase son variados y la
organización de la sala se va adaptando como
respuesta a las “claves” que proporcionan los
estudiantes durante la clase. Por otra parte, si la
planificación contempla la diversidad, la propuesta se
fortalece y todos los sujetos obtienen mayores y
mejores oportunidades de aprendizaje.
8. Al respecto, es necesario aclarar que el respeto a los intereses de los niños no
es el único criterio ni el excluyente para realizar la propuesta. Puede que lo
que para algunos niños es interesante, para otros no lo sea. Si bien el
docente debe procurar despertar interés y disposición hacia el aprendizaje,
al mismo tiempo deberá intentar canalizar los intereses de los niños hacia lo
más formativo.
Por otra parte, es importante tener presente que no necesariamente las
propuestas deben organizarse de manera tal que todos los niños estén
haciendo lo mismo a la vez. De acuerdo con el contenido y con el tipo de
actividad que se ha propuesto, a veces se trabaja con pequeños grupos
mientras el resto juega con otra cosa; también es posible dar “opciones”
para que los niños elijan. Del mismo modo, puede alternarse y/o combinarse
el trabajo con el grupo total, con consignas para pequeños grupos (2 a 4
niños). Así, se favorece la participación y se alienta el compromiso de cada
uno en los desafíos cognitivos.
9. Si bien no es posible señalar un listado de estrategias
que aseguren el éxito escolar, existen tres principios
básicos que facilitan la tarea docente hacia el logro
de ese objetivo:
• El dominio del Diseño (el Currículo),
• El conocimiento de los niños destinatarios de las acciones
(el Quiénes) y
• El trabajo cooperativo con docentes y directivos.
10. La organización de la jornada diaria será entonces una
decisión institucional, ya que es el docente quien, conociendo
a los niños, puede realizar la mejor distribución de los tiempos y
decidir qué actividades se realizarán, con qué frecuencia y en
qué momento. Es necesario, entonces, reflexionar sobre el
sentido de las actividades que se han convertido en rutina en
el Jardín, para decidir si es necesario sostenerlas, pues se
fundamentan en un criterio formativo, o es necesario
modificarlas, por no tener sentido.
11. Para poder conocer a los
niños es indispensable realizar
a comienzo de año una serie
de actividades –que se
reiterarán durante el ciclo, con
otros propósitos–: por ejemplo,
la entrevista a algún miembro
de su grupo familiar y al mismo
niño y la observación directa a
partir de la convivencia en el
Centro Infantil, además de
otra documentación que las
familias completan y entregan
a la institución.
13. El afianzamiento de los valores democráticos, la superación de
toda forma de discriminación, el desarrollo de conductas y
hábitos de responsabilidad y cuidado en relación con la
circulación, el consumo, la salud y la sexualidad, así como el
conocimiento, valoración, protección y conservación del medio
ambiente, entre otros, constituyen prioridades que han de ser
tenidas en cuenta para su abordaje en la escuela en general y en
la Educación Inicial en particular. No se trata de contenidos
aleatorios, que aparecen casualmente, sino de temas cuyo
tratamiento resulta fundamental en el amplio marco de la
formación ciudadana, en vistas a la creación de un nuevo tipo de
cultura cívico-ético; es decir, de un nuevo tejido social.
14. La formación ciudadana en la Educación Inicial estará orientada a
que los niños construyan conocimientos, desarrollen valores y se
formen para la manifestación de actitudes respetuosas. Al igual que
en los demás niveles del sistema –y en acuerdo con las
capacidades de los estudiantes– se aspira a que, a través de estos
temas, se posibilite la adopción de posiciones personales y
colectivas frente a los problemas del contexto y se promueva el
diseño de acciones que colaboren con su prevención y/o
superación. La propuesta educativa, entonces, ha de tender al
desarrollo de un conjunto de valores que ordenan la convivencia
ciudadana, para lograr mayores niveles de calidad de vida para
todos.
15. En este marco, contenidos vinculados a Educación Sexual, Derechos
Humanos e Interculturalidad, Educación Cooperativa y Mutual,
Educación Vial, Educación Ambiental y Tecnologías de la Información y
la Comunicación, han sido incorporado a los diferentes campos de la
propuesta. Las características de las estructuras didácticas en el Nivel
harán más sencilla su planificación por parte de los docentes y facilitarán
la comprensión y apropiación por parte del niño.
Su tratamiento, como el del resto de las temáticas, reclama, además del
aporte de los campos de conocimiento y el reconocimiento de los
intereses, saberes e inquietudes de los niños y sus familias, acuerdos
institucionales, modos de organización y prácticas que involucren a todos
los actores de la escuela. En este sentido, lo fundamental es la
coherencia entre los contenidos desarrollados y las acciones ejercidas
frente a los niños y con ellos.
16. Bibliografía:
Ministerio de Educación de la Provincia de Córdova.
Diseño Curricular de la Educación Inicial 2011–2015.
Córdoba, Argentina. MEPC, 2010