La corrosión es una reacción de oxidación que involucra tres elementos: el material, el ambiente y el agua. Para que ocurra la corrosión electroquímica se requiere de un ánodo, un cátodo y un electrolito conductor que conecte los dos. La corrosión causa problemas económicos, de conservación de recursos y de seguridad humana.
2. La corrosión puede describirse en primer
término como una reacción de oxidación,
semejante por tanto a cualquier oxidación
química. Por esto mismo, debe y puede ser
regida por las leyes establecidas por la física
y la química. Un metal sólo podrá corroerse,
o sea, pasar a un estado más oxidado,
cuando sea inestable con respecto a los
productos formados por su corrosión. Esta
inestabilidad puede preverse en términos
energéticos.
3. En presencia de un medio acuoso, la corrosión es
de naturaleza electroquímica. Tal corrosión es un
proceso espontaneo que denota la existencia de
una zona anódica (que sufre la corrosión), una
zona catódica y un electrolito, siendo
imprescindible la presencia de estos tres
elementos para que este tipo de corrosión pueda
existir (se requiere asimismo de contacto
eléctrico entre la zona anódica y la catódica).
El término ánodo se emplea para describir
aquella porción de una superficie metálica en la
que tiene lugar la corrosión (disolución) y en la
cual se liberan electrones como consecuencia del
paso del metal en forma de iones, al electrolito.
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5. 1. Debe haber un ánodo y un cátodo.
2. Debe existir un potencial eléctrico entre los
dos electrodos (ánodo y cátodo).
3. Debe haber un conductor metálico que
conecte eléctricamente el ánodo y el cátodo.
4. Tanto el ánodo como el cátodo deben estar
sumergidos en un electrolito conductor de la
electricidad, el cual está ionizado.
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8. Los problemas derivados de la corrosión se
dejan sentir en tres vertientes:
1) económica (pérdidas directas e indirectas);
2) conservación de recursos (agotamiento de
las reservas naturales);
3) seguridad humana (fallos fatales en
medios de transporte, corrosión de bidones
que contienen residuos radioactivos, escapes
en tuberías de refrigeración de plantas
nucleares, etc.)
9. La corrosión se define como el deterioro de un
material a consecuencia de un ataque
electroquímico por su entorno. De manera más
general, puede entenderse como la tendencia
general que tienen los materiales a buscar su
forma más estable o de menor energía interna.
Siempre que la corrosión esté originada por una
reacción electroquímica (oxidación), la velocidad
a la que tiene lugar dependerá en alguna medida
de la temperatura, de la salinidad del fluido en
contacto con el metal y de las propiedades de los
metales en cuestión.
10. La corrosión es una reacción química (oxido
reducción) en la que intervienen tres factores:
la pieza manufacturada, el ambiente y el
agua, o por medio de una reacción
electroquímica.
Los factores más conocidos son las
alteraciones químicas de los metales a causa
del aire, como la herrumbre del hierro y el
acero o la formación de pátina verde en el
cobre y sus aleaciones (bronce, latón).
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12. La presencia de la herrumbre es una
manifestación clara de la existencia de corrosión
para el caso del hierro y sus aleaciones (aceros).
Para la mayoría de los metales, las
manifestaciones de la corrosión pueden
estudiarse en función de la forma o tipo de
corrosión. En soluciones acuosas o en atmósferas
húmedas, el mecanismo de ataque envuelve
algunos aspectos electroquímicos. Debe de
existir un flujo de electricidad desde unas ciertas
áreas a otras en la superficie metálica, a través
de una solución (electrolito) capaz de conducir la
electricidad, tal como el agua de mar o el agua
dura (agua con un alto contenido de sales).