Propuesta programática Andrés Felipe Betancourth López-candidato Rectoría Universidad de Caldas
1. DE LA SUMA DE UNIVERSIDADES A LA UNIVERSIDAD TOTAL
Propuesta de Gestión Rectoral
2014 – 2017
Andrés Felipe Betancourth López
Presentación
Nos viene desde Aristóteles la sentencia “El total es más que la suma de las partes”, y
desde allí infinidad de desarrollos que el holismo como postura metodológica y
epistemológica y los “sistemas” como teorías o como escuelas han acogido para proponer
modelos y estrategias de entendimiento, explicación y abordaje de los problemas de la
humanidad y sus entornos, vistos estos a diversas escalas.
Si una escala de esos análisis fuese la Universidad, y particularmente la Universidad de
Caldas, podremos abrir un escenario riquísimo de discusión sobre los progresos, logros,
frustraciones y, en fin, características propias de cada una de las partes de las que nuestra
Universidad está compuesta, pero así mismo podremos discutir ampliamente sobre los
factores que determinan que nuestra Universidad de Caldas hoy no constituya aún la
totalidad que la sociedad y el territorio demandan.
Es imposible desconocer la dimensión y dotaciones (aún en medio de restricciones) de la
Universidad como edificios puestos al servicio de la misión académica. Es innegable el
progreso de la Universidad que investiga, como lo es el de la Universidad formadora de
recurso humano local, nacional e internacional. No puede ocultarse el avance de la
Universidad que se proyecta al medio favorablemente, como tampoco se puede negar
que existe una Universidad de Caldas que goza de una estabilidad financiera envidiable
para el sector.
Así mismo, se puede afirmar que existe una Universidad de los estudiantes, de quienes
ven en ella su plataforma de lanzamiento, como existe una Universidad de los profesores,
de quienes encontraron el escenario de la realización de su vocación y el camino para sus
particulares búsquedas. Pero también existe una Universidad de los Egresados, otra de los
administrativos y otra de los ciudadanos, como quizá quepa pensar que existe una
Universidad de las autoridades nacionales, probablemente distinta de las anteriores.
La propuesta que se presenta a consideración de la comunidad universitaria, los
estamentos y los órganos de gobierno universitarios, parte de la hipótesis que nos falta
construir la Universidad de Caldas Total, la que reconoce, valora y respeta la diversidad al
interior, la que privilegia las libertades, la que admite (y promueve) múltiples miradas,
pero al tiempo la que es unidad a la hora de reflexionar sobre su identidad propia, su rol y
las finalidades para las cuales la Universidad es medio. Reconoce también la propuesta
que esa construcción comenzó hace 70 años, y que probablemente nos tome al menos 10
años más para consolidarla. En virtud de ello, la propuesta que presenta no pretende
2. afirmar que la ejecución de la misma en el ejercicio de una Rectoría sea la responsable de
consolidar esa totalidad, lo que sería irrespetuoso frente a la historia institucional, y al
tiempo pretencioso frente a las competencias y alcances del ejercicio de un período como
Rector.
El eje fundamental de la presente propuesta es la disposición al servicio desde la
Rectoría, para ayudar a sumar desde las valiosas particularidades que la Universidad
contiene, reconociendo como premisas que: No se empieza a construir sobre baldíos; No
se transforma una realidad en cuatro años; No se logra la totalidad desde la Rectoría sino
desde la Institucionalidad en su conjunto.
Antecedentes
En los capítulos iniciales del libro “EVOLUCION HISTÓRICA DE LA UNIVERSIDAD DE
CALDAS” (1994), los profesores Albeiro Valencia Llano y Alberto Gómez Giraldo narran
cómo en los años veinte, en el marco del gobierno de Pedro Nel Ospina, y en medio de las
pugnas bipartidistas, un grupo de destacados intelectuales de los dos partidos enfrentó el
debate sobre la crisis del país, concluyendo al final que para salir de ella el único remedio
era la educación. Valiosa nota por cuanto parece mantener su vigencia un siglo después.
En el mismo libro, en el marco de un rico recuento de hechos históricos del contexto, se
formulan los hechos que ambientaron la fundación de la Universidad Popular, y la
evolución de lo que hoy es la Universidad de Caldas, como respuesta a demandas que,
salvando los matices, podrían ilustrar las discusiones de hoy: Las crisis económicas y
sociales asociadas a los ciclos de la economía cafetera, los retos de la ubicación geográfica
de Manizales y su conexión con los grandes canales del intercambio comercial nacional e
internacional, la necesidad de formar recurso humano integralmente, el análisis de las
causas de la violencia y los posibles escenarios de resolución de conflictos, entre otras
características de nuestra historia, al fin y al cabo relativamente breve para nuestra
república, nuestro departamento, y más aún nuestra Universidad.
Llama la atención, eso si, que los “reclamos” desde el entorno mantengan vigencia: El
pedido por una mejor relación entre la enseñanza teórica y las realidades locales y
nacionales; las preguntas que planteaba Alberto Lleras Camargo sobre la efectividad de la
educación frente a tales niveles y formas de degradación de los conflictos y su
degeneración en violencias; las advertencias de Louis Joseph Lebret sobre la inequidad en
el acceso a la educación y la perpetuación de las brechas sociales; el llamado a la
integración con los departamentos vecinos desde la formación y la producción de
conocimiento. Así mismo, documentan los profesores Valencia y Gómez que a finales de
los 60 se presentaron en la Universidad de Caldas signos de politización interna, pugnas
contra los Consejos Superiores y desarticulación con el medio regional y nacional,
circunstancias que se denuncian en las Asambleas y movilizaciones más recientes.
3. Por otro lado, en el libro “La educación superior en Colombia. Análisis y estrategias para
su desarrollo” (2004), el profesor Gabriel Misas Arango expresa que “existe consenso en
que la actual formación universitaria no responde, ni cualitativamente ni
cuantitativamente, a las necesidades de la sociedad colombiana”. Dicha afirmación debe
considerarse cuidadosamente y advertir que requiere contexto, pero guarda relación con
el sentir de muchas voces que desde la Academia señalan que la política pública ha
optado por referir la gestión institucional universitaria a indicadores y “ranking”,
descuidando en alguna medida la contribución y la responsabilidad de la Universidad en el
desarrollo de una sociedad democrática. La Universidad colombiana en su generalidad, y
la Universidad de Caldas en particular está obligada a propiciar la deliberación pública, a
promover el diálogo entre divergentes, a motivar la búsqueda de las libertades y la
construcción de las identidades individuales y colectivas.
Las demandas históricas en términos de lo cuantitativo y lo tangible pueden darse por
cumplidas, sin que ello signifique detenerse en el progreso institucional. Pero las
demandas en lo cualitativo e intangible permanecen, y constituyen a la luz de esta
propuesta, los elementos de aditividad e identidad de los individuos de la Universidad de
Caldas y de ella en su totalidad. La Universidad de Caldas de hoy cuenta con enormes
dotaciones inmateriales en sus estamentos, en su personal administrativo y en sus
órganos colegiados, pero estos no son objeto de comparación, no califican en los
“ranking”, no se reflejan en los informes de gestión institucionales ni en los sectoriales. De
ahí la necesidad de promover la reflexión sobre los resultados, pero desde lo cualitativo,
desde la conciencia que los logros en los diversos frentes de gestión no son fines en si
mismos, sino medios para la sublimación de los seres humanos, la solidaridad entre
estamentos, la consolidación institucional para la búsqueda de la justicia y la contribución
efectiva a los problemas del territorio.
Sobre el estado actual de la Universidad de Caldas
De acuerdo con algunas de las cifras presentadas por el Dr. Ricardo Gómez Giraldo al
cierre de su gestión rectoral, la Universidad de Caldas consolidó importantes logros, que
no pueden ser menos que cimientos para el próximo período rectoral, entre los cuales
merecen ser resaltados:
- La estabilidad financiera y la ampliación presupuestal institucional, especialmente
en recursos para investigación
- El incremento de número de docentes con formación doctoral
- La gestión de infraestructura física
- La creación de nuevos programas académicos en distintos niveles
- El fortalecimiento de las relaciones internacionales.
En contraste, la Universidad de Caldas cerró el año 2013 en medio de profundas
tensiones, divisiones al interior de los órganos colegiados y los estamentos, debilitamiento
4. y dispersión de las bases para la deliberación y polarización respecto de adeptos u
opositores de la administración saliente. Tales situaciones no permitieron hacer un justo
balance de los progresos institucionales de los últimos períodos, pero tampoco
permitieron una discusión objetiva sobre los temas pendientes y la necesidad de la
Universidad de reflexionar sobre su armonía institucional al interior y la responsabilidad
con su entorno territorial.
El impacto territorial de la Universidad de Caldas ha dejado espacios vacíos y ha reducido
la relación de la institucionalidad universitaria y sus unidades académicas con los actores
del desarrollo territorial, públicos y privados. No se desconocen los esfuerzos de
articulación en diversas plataformas vigentes, pero el hecho que los entes territoriales
contraten en la consultoría privada la asesoría para la formulación de sus instrumentos de
planificación, así como el sector privado contrata por fuera o compra las innovaciones que
requiere para optimizar sus procesos productivos, demuestra que hay un escaso
reconocimiento de los avances que la Universidad ha conseguido en materia de
producción de conocimiento y capacidad para analizar y enfrentar los problemas
territoriales.
En materia de acceso equitativo a la educación superior, es necesario profundizar en el
análisis de las estrategias actuales y los logros que significan para los individuos y los
territorios, pues como refiere Juan Carlos Tedesco en su libro “Educación y sociedad en la
Argentina” (1986), en materia de acceso a educación superior hay que diferenciar entre el
acceso formal a la institucionalidad y el acceso real al conocimiento. La Universidad de
Caldas conoce desde hace varios años que el sistema de asignación de cupos por mérito
académico privilegia a quienes han tenido mejores oportunidades desde los niveles
previos, y que el acceso diferencial para los “menos privilegiados” se refleja
posteriormente en menor rendimiento, largos años de permanencia en la Universidad y
en muchos casos deserción, sin mencionar la frustración para los individuos.
Otro aspecto relevante es la pertinencia de la investigación realizada, sobre lo cual no se
tiene certeza de la relación entre profusión y demanda interna y externa para el uso de
sus resultados. Como invita la misión investigativa, vale la pena hacerse preguntas sobre el
impacto de nuestra investigación y la relación que tiene con la dinámica de los sectores de
la producción, la gestión de los recursos naturales y las condiciones de inequidad social
que son evidentes en nuestro territorio. Que los sectores primario y secundario de la
economía decrezcan, que el deterioro ambiental incremente los factores de riesgo y que
tengamos altos valores en indicadores de inequidad hace pensar que le falta pertinencia
y/o aplicación a la investigación que hacemos. Se requiere abrir la discusión, antes que
apresurar señalamientos, pero en la misma vía y con un mismo propósito se debe discutir
el esquema de gestión de los Institutos, el rol de los docentes con título de Doctorado y la
categorización de los grupos de investigación y las revistas indexadas de la Universidad de
Caldas, que estando registradas 14, 8 se ubican en nivel C y ninguna alcanza el
reconocimiento como A1.
5. Finalmente, antes de profundizar en aspectos que están reflejados en el componente
programático de la propuesta, es importante señalar que la Universidad de Caldas ha
descuidado su obligación de contribuir en la formación y construcción de cultura
ciudadana. Al menos el proceder de los estamentos y su forma de expresión en las
movilizaciones recientes denotan dicha falencia. La Universidad debe recuperar su función
esencial de promotora de las conversaciones y los diálogos, debe ser un entorno para la
convivencia y debe mantenerse firme en los mandatos de respetar al otro, someterse a la
ley y defender lo público. Lamentablemente, se ha perdido de vista el concepto de cultura
y se le confunde con una de sus dimensiones, asociada a expresiones artísticas, o peor
aún, se centra en la propuesta de construcción de un espacio físico para dichas
expresiones. Así mismo, se ha olvidado la necesidad de formar ciudadanos, antes que
profesionales, pues si bien los segundos han de ser útiles al andamiaje productivo de la
sociedad, solo los primeros serán abanderados de las transformaciones sociales que el
territorio y el país demandan.
Elementos programáticos de la propuesta
La propuesta que se presenta aborda cuatro núcleos estratégicos de desarrollo, que
impactan tanto en la dimensión institucional interna como en la relación de la Universidad
con el entorno territorial, nacional e internacional, así:
6. I. Formación integral para la libertad
El núcleo de Formación, en la medida que atañe a uno de los mandatos misionales de la
Universidad y que como tal goza de fortalezas en la Universidad de Caldas, aborda
elementos de permanente gestión, como la cualificación docente, la estructura de
administración de la docencia y los análisis curriculares en cuanto a pertinencia,
flexibilidad, estructura e integración curricular. En materia de cualificación y desarrollo
docente de manera particular es importante estructurar con el estamento profesoral la
política de formación posgraduada en relación con la oferta académica en docencia,
investigación y proyección, así como el funcionamiento estructural de unidades
académicas acordes con los niveles del escalafón de la planta docente, para que la
ubicación no obedezca únicamente a méritos individuales y tiempo de permanencia en
niveles previos, sino que obedezca a una política intencionada de gestión de
conocimiento.
Otro aspecto para revisar es el tema de la Evaluación, tanto de individuos como de
procesos. En concordancia con la política de acreditación de calidad de los programas, la
evaluación debe ser un instrumento de permanente reflexión para el mejoramiento
continuo, más allá del cumplimiento de criterios que puedan ser valorados positivamente
por pares externos. Así mismo, la evaluación docente debe ser un instrumento para dotar
de objetividad los procesos de desarrollo humano del cuerpo profesoral, no un
instrumento de elogios o castigos. Y en el mismo sentido, la evaluación de los procesos
formativos con los estudiantes no deben dar cuenta solo de las competencias
instrumentales traducidas en el proceso instruccional, sino más allá de eso deben ayudar a
consolidar en el individuo la identidad particular de un profesional formado en la
Universidad de Caldas.
En cuanto a estrategias para favorecer el acceso real al conocimiento, por encima del
acceso formal a la institución, hace falta atreverse a explorar formas más audaces de
provisión de dicho conocimiento, no necesariamente mediadas por los encuentros
presenciales como hoy están concebidos en la Universidad de Caldas, pues la calidad en el
proceso formativo no le corresponde de manera exclusiva a este tipo de encuentros.
Reconociendo los progresos en materia de infraestructura física es necesario reflexionar
sobre la eficiencia en el uso de los espacios disponibles, pero dichos análisis deben
contrastarse con las condiciones de los estudiantes y los aspirantes a los procesos
formativos de la Universidad, que demandan mayor flexibilidad para ajustarse a las
condiciones socio-económicas familiares de las cuales no pueden sustraerse.
En este sentido, la oferta de cursos nocturnos y en fines de semana debe ser una
exploración concreta en programas de todos los niveles, no solo técnicos y tecnológicos,
de la misma manera que debe avanzarse de manera mucho más decidida en la
virtualización de contenidos que permitan minimizar los costos de operación de las
unidades académicas y al tiempo reducir los costos transmitidos a la matrícula de las
personas que menor disponibilidad tienen para pagar por los servicios académicos.
7. Enorme desarrollo ha mostrado la virtualidad, no solo en países de “Economías
Emergentes”, sino también en países que han logrado vincular de manera exitosa la
flexibilidad con la calidad, que no está asociada al momento o a los mediadores
pedagógicos de manera exclusiva.
En la misma línea, y correspondiendo con las dificultades reconocidas por la Universidad
respecto de las posibilidades de desempeño de los estudiantes provenientes de provincia,
de zonas rurales o de zonas urbanas de menor estrato, se propone establecer un curso
preparatorio virtual gratuito, que contribuya a mejorar en alguna medida las
competencias de los estudiantes para sus pruebas SABER 11, o para mejorar su
desempeño en los semestres iniciales, donde son mayores los riesgos de deserción.
Finalmente, este núcleo de la propuesta considera la estructuración y desarrollo de un
componente de Formación en Cultura Ciudadana, reconociendo que la Universidad no es
solo un centro de aprovisionamiento de conocimientos y competencias técnicas, sino
además es un espacio para la socialización, el despertar a la política y la ampliación de la
base cultural. La amplitud del concepto de cultura ciudadana se mencionó anteriormente
y debe cimentar la oferta de la Universidad en este aspecto, para contribuir de manera
cierta a Formar para la Libertad, no como un anhelo utópico, sino como un fin en si
mismo de acuerdo a la lógica propuesta por Amartya Sen, expuesto aquí como la
necesidad de consolidar un entorno en el que Profesores y Estudiantes construyan
espacios para la libertad, que los aspirantes a los programas académicos tengan menos
obstáculos para estudiar lo que libremente eligen, para que los egresados cuiden de la
libertad como un valor que construye sociedad y para que la sociedad en su conjunto
ponga en valor la libertad plena de los individuos, con el conocimiento como base.
II. Investigación y creación para transformar realidades
Así como el núcleo anterior, hay elementos en este núcleo que están estructurados en la
gestión institucional y deben permanecer por obvias razones: el apoyo a semilleros y
grupos de investigación, la política de investigación asociada a los programas de posgrado,
el estímulo a la producción y divulgación del conocimiento, el fortalecimiento de las
publicaciones institucionales y el fortalecimiento de los institutos, previas reflexiones
sobre los retos de los elementos anteriores y las contribuciones cualitativas que no
alcanzan a expresar las valoraciones cuantitativas de hoy.
Es importante también revisar las estrategias para la dotación de recursos para la
investigación, en la que si bien los Institutos han mostrado ser una herramienta
importante, no deben desplazar el rol de la Universidad como un todo, para que no se
ponga en riesgo el carácter institucional de la actividad investigativa y se desdibujen
fronteras de propiedad sobre espacios, recursos y productos de investigación.
8. La discusión sobre la pertinencia y la demanda de la investigación se planteó en párrafos
anteriores, pero se refuerza la idea que dicha pertinencia debe ser contrastada con la
demanda que hagan los sectores y actores del territorio, sin que ello signifique la
vulneración de la libertad del docente-investigador ni la mercantilización o
instrumentalización de la misión investigativa, pero si una reflexión sobre la
responsabilidad de la investigación desde la institucionalidad pública.
El momento de oportunidad es privilegiado, pues tanto se han abierto espacios para la
construcción desde lo territorial, como se han establecido criterios de asignación de
recursos del nivel nacional contando con la participación de las Universidades.
Finalmente, en la lógica de la inclusión y el reconocimiento de la diversidad al interior de
la Universidad, se hace necesario abrir un espacio para la discusión acerca de la
innovación y la creación desde las Artes y las Humanidades, que no encajan
suficientemente en el esquema de valoración convencional de la investigación, y en el
mejor de los casos, obligan a profesores y estudiantes de dichas disciplinas a encajar de
manera forzada en arbitrios que no se corresponden con la expresión artística como
sublimación de las subjetividades. En este sentido, las Artes y las Humanidades y su
creación deben dotarse del marco de libertad (que no abandona la responsabilidad) para
refrescar la producción académica institucional.
III. Gestión del conocimiento para impactar el entorno
Tradicionalmente la Proyección Universitaria ha sido enmarcada en la realización de
actividades independientes de difusión, divulgación y práctica académica, y a la gestión
del conocimiento se le asignan niveles de incidencia superiores, que casi le abstraen de la
articulación con la realidad del entorno.
En la presente propuesta, como Gestión de Conocimiento se asume el firme propósito de
llevar el conocimiento generado desde la Universidad hacia los sujetos que toman
decisiones, que tampoco se limitan a quienes las toman en virtud de sus posiciones de
gobierno institucional o territorial, sino a toda la ciudadanía, que permanentemente toma
decisiones respecto del uso de los recursos de los que dispone, la planificación de su
escenario de desempeño, las actividades económicas que se desarrollan, los tipos de
relaciones que se establecen, en fin, circunstancias que son materia de análisis tanto en lo
individual como en lo institucional, y que pueden y deben ser dotadas de mejores criterios
de análisis desde el conocimiento del que la Universidad dispone.
En la misma línea de un aspecto reiterado en dos pasajes anteriores, la Universidad de
Caldas tiene la responsabilidad de discutir con los sectores de la producción acerca de los
factores que han limitado su crecimiento en las últimas décadas en el departamento de
Caldas, debe entablar diálogos con la institucionalidad estatal para identificar alternativas
que favorezcan la movilidad social de los grupos poblacionales en desventaja, debe
9. fortalecer las capacidades institucionales para la reglamentación del uso de los recursos
naturales y debe proveer de capacidades a los entes territoriales para competir de mejor
manera por los recursos que las bolsas nacionales ponen hoy a disposición. Que la
Universidad goce de mejores indicadores en cuanto a gestión de recursos concursables del
presupuesto de la Nación y en contraste los municipios de Caldas no cuenten con
capacidades para hacer gestión de recursos de las mismas fuentes, debería marcar una
preocupación sobre el rol que está llamada a jugar la Universidad y los motivos que
generaron su fundación y su permanencia como establecimiento público.
Ahora bien, la Universidad de Caldas cuenta con el conocimiento y la legitimidad
institucional para participar de las discusiones que hoy el país aborda en materia de
construcción de una paz estable y duradera, la necesidad de llevar el tema de la resolución
de conflictos a múltiples escenarios por fuera de la confrontación Estado – Subversión, la
conceptualización de los modelos de desarrollo rural con enfoque territorial que el país
demanda en su diversidad y la necesidad de fortalecer la gestión territorial haciendo uso
de los instrumentos institucionales y normativos que el país ha consolidado en los últimos
40 años.
Desde la misión institucional de la proyección se le debe dar la fuerza a los productos de
formación y generación de conocimiento para que verdaderamente impacten en el
entorno, porque para que haya verdadero impacto se necesita fuerza. Ya decía San
Antonio María Claret: “Si un hombre tirara una bala con los dedos, bien poca mella haría;
pero, si esta misma bala la tira empujada con el fuego de la pólvora, mata”.
IV. Desarrollo humano para una gestión integral
Es indudable, como se ha referido previamente, la consolidación de la Universidad de
Caldas en aspectos de la Gestión Administrativa y Financiera. La situación presupuestal de
la Universidad de Caldas para los años próximos permite proponer un momento para la
reflexión sobre los logros cualitativos de la gestión universitaria, la necesidad de sumar
para integrar la gestión y aportar a la Universidad Total y la oportunidad para discutir
aspectos del bienestar universitario, que no debe cobijar exclusivamente a los
estudiantes, y que debe propiciar una Universidad que no se identifique solo por sus
indicadores, sino por personas íntegras, libres y tolerantes, que construyan la
institucionalidad en la solidaridad, el respeto y la búsqueda de la justicia.
El fortalecimiento de la Universidad pasa también por el fortalecimiento de espacios
establecidos para la democracia, la representatividad y la incidencia. Necesitamos
Federaciones y Sindicatos fortalecidos en la representatividad, la interlocución y la
incidencia política. El fortalecimiento de dichos espacios mejorará el empoderamiento de
los estamentos desde la corresponsabilidad y propiciará espacios para mejorar en
indicadores de transparencia, gobernabilidad e incidencia democrática en decisiones
institucionales.
10. Desde allí se puede y debe mejorar necesariamente la interlocución, competencia y
legitimidad de los cuerpos colegiados, y el disenso, natural y provechoso en el entorno
universitario, podrá contribuir en la construcción de una identidad Universitaria total,
que aproveche la inteligencia pero busque la sabiduría, que asegure el éxito pero
favorezca la felicidad, que genere progreso pero que cuide el bienestar. Una Universidad
Total, es decir, una Universidad de Todos.