Similar a La democratización de la educación en américa latina y el rol de la gerencia pública asociada a la utilización de las tecnologías de la comunicación
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La democratización de la educación en américa latina y el rol de la gerencia pública asociada a la utilización de las tecnologías de la comunicación
1. La democratización de la educación en América Latina y el rol de la gerencia pública
asociada a la utilización de las tecnologías de la comunicación
1. Marco referencial.
El concepto de gerencia pública supone la existencia de un concepto de Estado. Algo así como
entender que no puede darse la existencia de la sociedad, sin un una organización política, social,
económica y cultural. Algo así como entender que los colectivos humanos existen, en la medida en
que se produce una figura asociada a la delegación. Esto no es otra cosa que la absorción de la
individualidad, por parte de una organización que la trasciende.
Visto así, en el transcurrir del tiempo se ha producido un proceso, en el cual lo individual existe,
cohesionado. No es cada quien en función de si mismo o si misma. Es más bien el posicionamiento
de la representación, entendida como soporte de la condición de sujeto colectivo que, a su vez, es
expresado como sumatoria de individualidades.
El ejercicio de gobierno trasciende lo inmediato y lo circunstancial. Se transforma de manera
constante. Por esta vía surge, en consecuencia, lo que se ha dado en llamar la acción de conducción
de lo público. Como especialización y como categoría necesaria, al momento de orientar las acciones
colectivas e individuales.
Surge, entonces, el concepto de gerencia pública. No solo como acumulado histórico, sino también
como ejercicio coherente que deviene en la organización de los asuntos estatales y de gobierno.
Como posición que conlleva a reivindicar lo concreto, paso a paso. Y esto es así en todos los ámbitos
de la gestión como universo de aplicaciones que se entrelazan y dan lugar a unas opciones precisas.
2. Lo público como expresión y como actividad. La comunicación y su desarrollo.
En América Latina se ha venido desenvolviendo lo que los especialistas han dado en llamar “la
revolución de lo cotidiano, en términos de interacción”. Esto traduce lo siguiente: los acontecimientos
políticos, sociales, económicos y culturales, están mediados por las transformaciones inherentes a la
manera en que se transfieren los hechos y las acciones. Ya no es solo la acción simple, como reflejo,
que se transmite. Es, fundamentalmente, un proceso por medio del cual lo que se comunica, está
centrado en los medios a través de los cuales se produce esa transmisión. Y, aquí viene lo esencial,
la comunicación se transforma de manera constante. Desde la simpleza del diálo0go voz a voz, hasta
la existencia de mecanismos que universalizan lo que se quiere decir. Ya no es, entonces, lo coloquial
inmediato y lo parroquial.
Los avances, en términos de la comunicación, han situado a los colectivos sociales y a la
individualidad, en una posición en la cual ya nada es simple y local. Todo esto ha sido trascendido;
como quiera que la palabra y, en general, el lenguaje se surte de medios antes insospechados. Es
algo así como la “magia” de los medios. Ya no son solo las ondas hertzianas, ni lo impreso a manera
de publicaciones diarias o periódicas. Es, simplemente, que cobran fuerza y aplicación, aquellos
insumos e instrumentos que nos hacen estar acá y, de manera simultánea, estar allá; en todas partes.
Por esta vía, en consecuencia, lo público como organización y como requerimiento, ha tenido que ser
transformado. Ya se tiene que hablar de medios universales. De procedimientos que colocan a los
ejercicios gubernamentales en posición de organizar y aplicar esos nuevos conceptos y esos nuevos
procedimientos, anclados en el desarrollo tecnológico de la información. Lo que antes era un ejercicio
ministerial enclaustrado; ahora se ha transformado en una interacción que amplía el espectro de la
2. información y de sus repercusiones. Ya estamos, en consecuencia, en una condición de sujetos
colectivos que se concretan, precisamente, a partir del intercambio tecnológico y global.
3. La educación como proceso. La democratización de la educación.
América Latina, se ha transformado. Ya no asistimos a ese tipo de gobiernos soportados en acciones
individuales autoritarias. Ya no estamos en aquellas condiciones en las cuales el conocimiento era
solo una réplica del entendido gubernamental anquilosado. O, simplemente, asumido como repetición
de lo ya aprendido; de lo ya sabido y posicionado como modelo oficial. Ya las situaciones que se
vivieron entre 1950 y 1980, para solo hablar del pasado más o menos inmediato, han sido
trascendidas y superadas. Porque, los acontecimientos y las realizaciones inherentes a los nuevos
conceptos de democracia y de participación colectiva; nos han situado en una posición heterodoxa.
Porque, los seres humanos somos eso, precisamente porque entendemos los procesos de
transformación. Ya no es, entonces, una ideología retrógrada la que nos orienta. Por el contrario, se
han producido transformaciones que han exigido modificaciones en eso de gobernar y de orientar.
Y, en ese escenario de transformaciones, la educación como asunto estatal, ha tenido que ser
modernizada. Hemos pasado, de un concepto simple de enseñar y aprender; a un concepto complejo
que involucra ya no una sumatoria de saberes. Es más bien, ahora, algo que deriva en la interacción
científica. La pedagogía ya no es un asunto de retahílas asociadas al mantenimientos del estatus
gubernamental que se reproduce, por la vía de la conservación de principios derivados de la opción
autoritaria. Ahora de lo que se trata es de la relevancia que adquiere el conocimiento universal. Y,
en esto, está implicada la manera en que se transmite. Veamos esto, contextualizado, en la siguiente
nota:
“..Los documentos oficiales en lo que se muestran los acuerdos de una comunidad académica en torno a, por
ejemplo, aquello que ha de constituir el enfoque conceptual de una determinada área de estudio (las ciencias
naturales, las matemáticas, el lenguaje y la literatura...) son referentes orientadores para la actualización de los
docentes, por parte de las entidades formadoras; tales documentos han de constituir el material fundamental
para la discusión y la apropiación de aquellas categorías nucleares y básicas, consideradas como las más
pertinentes según sean los grados y los ciclos escolares. El reto de todo programa de formación o actualización
de docentes debe ser entonces el de propiciar formas de acercamiento a la construcción de dichas categorías,
que no son más que las unidades conceptuales constitutivas de las gramáticas básicas de cada una de las
disciplinas de estudio...”1
Es, en este contexto, en el cual se entiende la dinámica que ha adquirido la noción de gerencia
pública, en el caso concreto de la educación y su desarrollo. Porque, a decir verdad, las realizaciones
alcanzadas hasta ahora, han adquirido una connotación que invita a la reflexión en lo que hace
referencia a la elaboración de planes específicos, en el contexto de los planes de desarrollo.
América Latina ha trascendido, en esa dirección. Ya no se puede hablar de simples elaboraciones
asociadas a los modelos europeos y norteamericanos. Lo que se ha hecho, a partir de las experiencias
acumuladas, es otra manera de vivir la pedagogía y su colateral la enseñanza. Hemos enfatizado en
la originalidad y la especificidad de nuestra condición económica, social y cultural. Pero, al mismo
tiempo, la posibilidad real de asumir los recursos que ejercen como patrimonio del quehacer científico
y tecnológico de la humanidad.
Ahora bien, en lo que concierne a la noción y entendido de acción gubernamental, nuestra América
Latina, ha exhibido y exhibe logros importantes. El solo hecho de reclamar, en el contexto global,
1 Varios autores,“Culturas y Escolaridad. Lenguaje y Matemáticas. Competencias y Proyectos de Aula.
Publicada por Plaza y Janes Editores, 1999; página 32.
3. una política propia para la protección dl medio ambiente y de la responsabilidad social de los actores
vinculados con las opciones de crecimiento y desarrollo económicos privados, ha tenido como
referente básico el establecimiento de normativas precisas y asociadas al proceso educativo.
En este sentido, las acciones gubernamentales, han tenido como soporte ciertos procesos de
integración regional. Y por lo mismo la escuela, como generalización conceptual de lo público en la
educación, ha sido intervenida. De tal manera que las aplicaciones conlleven a unos escenarios de
intervención constante. El espectro se ha ampliado. Ya, en casos como los de Méjico, Brasil, Argentina
y Ecuador, se ha reivindicado un tipo de ejercicio vinculante. Educación y desarrollo, creativo. A partir
de las particularidades. En donde se ha tratado de hacer prevalecer una noción de intercambio
tecnológico, sin que ello implique subsumir las posibilidades regionales.
Lo anterior se ha traducido en la implementación de marcos referenciales. Los estudios acerca de las
perspectivas regionales, han estado dirigidos a posicionar a las universidades públicas y privadas, en
condiciones de actuar de manera autónoma.
Lo público, entonces, ha derivado en una intervención planeada; de tal manera que los proyectos de
corto, mediano y largo plazo; han tenido como soporte un ejercicio a la vez de soberanía y, al mismo
tiempo, de inserción en el quehacer global.
En esto, lo que se ha dado en llamar “las tecnologías de la información y comunicación”, se han
aplicado y desarrollado. Involucrando a los diferentes niveles de la escuela. En un proceso que va,
desde la simulación de eventos a futuro, hasta la implementación de acciones concretas tendientes
a motivar a los niños, las niñas, los y las adolescentes. Y, en general, a quienes de una u otra manera
puedan activar su rol, como partícipes de la construcción de opciones de transformación.
El hecho mismo de modificaciones constitucionales y normativos particulares, ha conllevado a un tipo
de participación constante. Insumos como el computador, internet, telefonía celular, software y
hardware, adaptados a las condiciones propias de nuestro desarrollo económico, político y cultural,
han tenido como repercusión inmediata y tendencial, la construcción de escenarios de participación
democrática.
Es apenas obvio que, en un universo tan complejo y en unas condiciones políticas y sociales en las
cuales todavía se observan secuelas de esas visiones retrógradas que nos antecedieron; todavía
existan expresiones que dan cuenta de niveles de deficiencias. Tanto en términos de cobertura, como
también en términos de regiones en las cuales la inclusión es deficiente o nula. Inclusive, podríamos
hablar de la existencia de posiciones gubernamentales que segregan y que aplican acciones en
contravía del progreso generalizado.
De lo que se trata, en mi opinión, es de tratar de contribuir a la superación de esas deficiencias.