Este documento discute la importancia de los supuestos filosóficos de la ontología, axiología, teleología, gnoseología y epistemología en el contexto educativo. Explica que la ontología estudia el ser y sus propiedades, la axiología estudia los valores y juicios de valor, la teleología estudia los fines y propósitos, la gnoseología estudia la naturaleza del conocimiento y la epistemología estudia el conocimiento. Luego describe cómo cada supuesto influye en la educación y los roles de la fam
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2da hermeneusis filosofía
1. República Bolivariana de Venezuela
Universidad Nacional Experimental Rómulo Gallegos
Maestría en Educación
Mención Investigación Educativa
Hermeneusis Reflexiva
Profesor: Grupo Nº 5
Msc. José Alfredo Castillo Arquímedes Rangel C.I.: 6.698.594
Mariela Sánchez C.I.: 12.511.645
Karen Herrera C.I.: 18.066.392
Keila Herrera C.I.: 13.144.121
Neida Aguiar C.I.: 10.498.917
31 de Julio, 2015.
2. -Explique la importancia en el contexto educativo de los supuestos filosóficos.
Ontología, axiología, teleología, gnoseología y epistemología.
Antes de describir cada supuesto es importante explicar su significado:
Supuesto Filosófico Significado
Ontología Es una rama de la metafísica que estudia lo que hay.
Axiología Es la rama de la filosofía que estudia la naturaleza
de los valores y juicios valorativos
Teleología
Es la rama de la metafísica que se refiere al estudio
de los fines o propósitos de algún objeto o algún ser,
o bien literalmente, a la doctrina filosófica de las
causas finales.
Gnoseología Es una rama de la filosofía que estudia la naturaleza,
el origen y el alcance del conocimiento.
Epistemología Es la rama de la filosofía cuyo objeto de estudio es
el conocimiento.
De acuerdo a esto, su importancia en el contexto educativo son los
siguientes:
Ontología:
La ontología es parte de la metafísica que estudia el ser en general y sus
propiedades. La ontología considera que el problema del SER de la educación debe
ser estudiado en el proceso histórico para entender su movimiento y,
conceptualizarlo, fijar sus relaciones, analizar los sujetos, agentes y elementos
instrumentales e inmanentes del proceso educativo.
3. La educación tendría que ver sólo con la mente si y sólo si ésta es
comprendida como esa unidad corporoanímicoespiritual pensante y propia del ser
humano integro, pero no, de ninguna manera, si se le concibe apenas intelecto-
cerebralmente como tradicionalmente se ha creído.
Y así, en este sentido, educar es conducir al ser humano hacia sus auténticas
posibilidades, hacia esas posibilidades que, en propiedad, puede hacer efectivas desde
su ser, óntica, afectiva y espiritualmente, bajo una mentalidad sistémica articuladora
de los diferentes saberes. La educación se comprende, entonces, como un ejercicio de
posibilitación y de realización del ser humano. Conducirlo hacia sus posibilidades de
ser es competencia, en primera medida, de sus dos padres; son ellos los responsables
de la educación en esta etapa de la infancia en la cual se generan y fortalecen los
vínculos de la sociedad- familia. Esta primera educación socio-familiar va a incidir
poderosamente en el desarrollo de las posibilidades ónticas del ser humano y, por
ello, tal vez sea la que más cuidados exige: la responsabilidad de ambos padres es
grave y delicada puesto que los niños vivencian el saber estar en el mundo, con los
otros, al interior de la pequeña comunidad familiar. Saber vivir en sociedad se
aprende en la vivencia cotidiana, en el encuentro vital con los otros-cercanos y, sobre
todo, desde los primeros años de vida. Estos saberes sociales no se aprenden
teóricamente como datos de información, como normas disciplinarias, ni como
imperativos éticos: estos datos, normas e imperativos terminan siendo rechazados por
niños, jóvenes y aún adultos a quienes no se les ofreció el ambiente familiar adecuado
y vivencial para su aprehensión.
Luego, la educación escolar (básica, secundaria y universitaria), manteniendo
y reforzando estos saberes óntico-sociales, se va especializando en saberes
disciplinares, propios de las ciencias y las artes, en un esfuerzo, a veces poco sincero,
para desarrollar y fortalecer las posibilidades anímico-afectivas y narrativo-
espirituales. A decir verdad, de la educación escolar se espera demasiado, cuando ni
la familia ni la sociedad aportan lo necesario. Evidentemente, aquí nos encontramos
4. con una problemática bastante compleja puesto que, al fin y al cabo, todo educador es
miembro de una familia y participa en una sociedad. Sin embargo, el hecho de que la
evaluación (en sus diferentes modalidades y formatos) se aplique de manera
particular a los procesos educativos escolares y no a los familiares y sociales, no nos
ha permitido responsabilizar justamente a la familia y a la sociedad, en las que no se
observan compromisos serios y auténticos ya que las tendencias, las modas y los
intereses de nuestra época adolecen de los criterios correspondientes a dichos
compromisos.
Por su parte, la sociedad también es gestora de procesos educativos, en
particular por medio de sus instituciones (oficiales, privadas y eclesiásticas), los
medios masivos de información y por ciertas tradiciones comunitarias aunque lo
educativo, muchas de las veces, no es tan explícito en la misión, principios, objetivos
y políticas que se proponen. Sin embargo, nadie duda del gran influjo que tiene la
gestión de una alcaldía sobre sus ciudadanos, de una emisora en sus radioescuchas o
de ciertas costumbres tradicionales en un determinado grupo de personas.
Efectivamente, analizando a algunos gobernantes, leyendo ciertos periódicos,
escuchando tales emisoras, descansando algún rato frente al televisor o acercándonos
críticamente al sentido de ciertas costumbres sociales, los educadores quedamos
asombrados por la contracorriente social con que nos toca navegar. Lastimosamente,
también lo sabemos, quienes impulsan ese contraflujo fueron hijos en un núcleo
familiar y estudiantes en un sistema institucional escolar.
Algo muy valioso es que estas posibilidades cívico-sociales así como los
saberes disciplinares de las ciencias y las artes, más las posibilidades espirituales,
pueden desarrollarse por esfuerzo del propio ser humano. Naturalmente que estos
procesos tendrán mayor o menor dificultad dependiendo de cómo le hayan abonado el
ambiente sus familiares, amigos, profesores y compañeros en las primeras etapas de
su vida. La estructura ontológico-existencial le posibilita entusiasmarse por ideales y
5. esforzarse con paso firme hasta sentirse realizado como ser humano plenamente. De
manera complementaria, entonces, él también puede educarse a sí mismo.
La familia, la institución escolar, la sociedad y, en alguna medida, el mismo
ser humano, son quienes le conducen y le facilitan, en el mejor de los casos, el
desarrollo de sus propias posibilidades, es decir, a descubrir en su ser las capacidades
con que puede realizarse en ese su ser de ser humano, comprensión ésta que me ha
llevado a señalar la acción de educar como conducir al ser humano hacia sus
auténticas posibilidades, en lo que vienen a ayudar no someramente todos los saberes
(de entre los cuales el currículo escolar enfatiza aquellos de las ciencias y las artes).
Axiología:
La axiología es el sistema formal para identificar y medir los valores. Es la
estructura de los valores de una persona la que le brinda su personalidad, sus
percepciones y decisiones.
Con respecto a las personas son diferentes, todos piensan de manera distinta
el uno del otro. La axiología es la ciencia que estudia cómo se piensa en específico,
estudia cómo las personas determinan el valor de las cosas. El análisis axiológico
resulta sumamente edificante en la reflexión pedagógica y contribuye eficazmente a
la construcción de un programa educativo.
Dicho de otro modo, para educar en valores, el docente debe convertirse en un
sembrador de ejemplos éticos y morales a través del modelaje, para que los niños y
niñas puedan observar y reflexionar, sobre temas como los principios universales,
cumplimientos de normas, juicio moral y habilidades sociales. Estos son los
algunos de los innumerables temas en los que puede influir un docente modelador.
Esto sin duda etaria contribuyendo en la resolución del conflicto en valores y la
anomia de una sociedad que pareciera no entender las nuevas normas sociales de este
mundo cambiante.
6. Tanto en la pedagogía, como en la axiología, los valores constituyen el objeto
de su análisis, aunque cada una de estas ciencias proyecte diferentes enfoques y
aprecie distintos aspectos. Sin embargo, la educación tiene que referirse
permanentemente a los resultados investigativos de la axiología, especialmente a los
valores morales y humanos, se puede constituir una estructura con fundamentos
sólidos e indispensables para la educación y para poder responder adecuadamente a
una visión antropológica humanista.
Otro factor decisivo que se percibe en la justificación de la necesidad
constituyente de la axiología educativa se refiere a los contenidos, los valores deben
estar incluidos tanto en el proceso de la formación del hombre como en toda situación
educativa, su selección debe responder a la apertura del hombre a la realidad en que
vive para que de este modo se le pueda ayudar a afrontar los conflictos y dificultades
que tendrá que superar. El programa educativo, de esta manera, justifica la visión
óntica de los valores, las relaciones y las interactuaciones entre ellos y,
especialmente, la necesidad de su comprensión y su vivencia por cada persona como
el sujeto y el que realiza los valores.
Es por ello, que en la axiología educativa se concibe la presencia dinámica de
los conocimientos sobre la naturaleza del hombre, la substancia de los valores y la
esencia de la educación, que corresponden respectivamente a las tres disciplinas
científicas, la cuales son: la antropología, la axiología y la pedagogía.
El estrecho entrelazamiento entre las tres puede constituir un firme punto de
partida en la formación del hombre, y los resultados de su camino ya dependen de
cada persona y de los retos que ella asuma. El conocimiento puede orientarse hacia
estos últimos, pero sus exploraciones son realizables con la voluntad y el ejercicio de
la libertad de la persona.
El impacto de la axiología en la educación, en todas las labores educativas,
resulta muy conveniente la adecuada actitud axiológica que demuestre el aprecio al
hecho de que toda gestión humana, en su fin teleológico, es la realización de algún
7. valor o valores. En las circunstancias de crisis que atraviesa el mundo actualmente, no
sobra insistir en que el hombre siempre es el sujeto de todos los valores. Por esta
razón, reconociendo la complejidad de las múltiples dependencias que suceden entre
los valores, sus interactuaciones dentro de la red axiológica, hay que aceptar la
primacía de la persona. Para la pedagogía son legítimas las preguntas: ¿en qué
medida y de qué modo los valores corresponden al hombre? ¿Qué papel deben
desempeñar los valores en la formación?
En la educación, un puesto privilegiado está reservado a los valores morales
que, de forma decisiva, contribuyen a la formación de la personalidad. En la
interpretación axiológica, se observa que dentro de su unicidad el hombre es portador
de los valores, pero su identificación con ellos cambia, según su participación en el
comportamiento de la persona. En tal sentido viene el cuestionamiento: ¿Cuál valor
que se debe reconocer como el más significativo para la pedagogía? Captar la
jerarquía de los valores no es nada fácil, pero resulta sumamente decisivo, es cierto
que los valores humanos o personales descubiertos por el educador pueden ser de
gran eficacia para apoyar el desarrollo de la persona e incentivar la orientación hacia
su plenitud. La apropiada labor educativa siempre va a respetar la libertad del
educando, le aclarara las dimensiones de la libertad, le facilita su aprehensión y,
sobretodo, le garantizara el encontrarse a sí mismo, el conocerse. Su personalidad
podrá asumir los retos que tendrá que afrontar en sus diferentes etapas de la vida,
reconociendo su condición humana con todas sus limitaciones y cualidades.
La escuela es el lugar por excelencia donde se genera el conocimiento, y a su
vez es el agente transmisor en valores, es por ello que los docentes deben tener
presente que los valores no se enseñan, sino que se transmiten y por consiguiente son
aprendidos, a través de la observación del modelaje de la familia, el entorno social, y
la escuela.
8. El manual de Educación Océano, señala “los valores no se aprenden
memorizando sus conceptos, si no a través del ejemplo de otras personas que nos
rodean y de la puesta en práctica de la vida cotidiana” (p.857).
Los docentes deben ser modelos de ejemplos morales, dentro del ámbito
educativo, a través de sus acciones con sus compañeros de trabajo, para que los
alumnos perciban una coherencia entre lo predicado y las acciones de su maestro.
Además debe generar espacios de discusión en la escuela, sobre temas relacionados
con el juicio moral, la ética, el respeto, cumplimientos de normas, tomando en cuenta
que para una educación en valores, es necesario tener presente la diversidad social.
Teleología :
El fin educativo, se encumbra en la antigüedad, desde platón y Aristóteles
para quienes era un problema antológico pasando por tomas de Aquino, que relaciono
la finalidad educativa con la moral y la teología sin desprenderse de la metafísica
aristotélica, siguiendo con el naturismo teológico de Rosseau, hasta llegar a Herbart,
quien lo concibió como una antinomia: fin o medio educativo, en la que el fin era lo
primero y estaba ligado a la moral
Entre la actividad del conocimiento y la teleología existe relación, pero a su
vez diferencias, la diferencia más importante radica en que la primera tiene que ver
con la realidad presente, de la cual se pretende dar razón; la segunda se refiere a una
realidad futura y, por tanto inexistente aún. La actividad del conocimiento exige una
acción efectiva; mientras que la actividad teleológica lleva implícita una exigencia de
realización. No se conoce por conocer sino al servicio de un fin, por lo tanto la
elaboración de fines y producción de conocimientos están en íntima relación.
9. La teleología educativa, en consecuencia, es un capítulo fundamental de la
Filosofía de la Educación que se encarga de estudiar los fines que el hombre se
propone alcanzar mediante la educación.
El Paradigma teleológico, es un sistema jerarquizado de fines educativos
relativos al desarrollo personal de los educandos, a la configuración de la sociedad y a
la configuración de los centros educativos como comunidades de convivencia y de
aprendizaje.
Desde los sumerios hasta nuestros días, todo sistema educativo se configuró
para realizar un proyecto educativo condensado en un paradigma teleológico, los
sistemas educativos actuales, especialmente en los países de nuestro entorno cultural,
están atravesados por una contradicción fundamental: a lo largo del siglo XX se han
desarrollado en su interior dos paradigmas teleológicos antagónicos. Un paradigma
ético-crítico, personalista y democrático y un paradigma economicista-utilitarista,
mercantilista y tecnocrático, donde los educadores espontáneamente tienden a
identificarse con el primero, pero los currículos están diseñados para desarrollar el
segundo, como consecuencia de la presión que ejercen las fuerzas y las
organizaciones que estructuran los mercados mundiales.
Es importante señalar que los dos paradigmas actuaban dentro de los centros
educativos públicos, salvo algunas excepciones por razones especiales. Pero el
paradigma economicista se hizo hegemónico en todos los sistemas educativos de
nuestro entorno cultural, porque daba una respuesta positiva a todas las demandas del
sistema capitalista industrial.
Partiendo del concepto de paradigma teleológico definido más arriba: el
sistema jerarquizado de fines educativos relativos al desarrollo personal de los
educandos, a la configuración de la sociedad y a la configuración de los centros
10. educativos como comunidades de convivencia y de aprendizaje. El mismo paradigma
teleológico puede inspirar múltiples sistemas educativos diferentes entre sí. Los
paradigmas teleológicos se comportan como los genomas de las especies: el mismo
genoma puede originar multitud de individuos singulares e irrepetibles.
Los dos paradigmas teleológicos, están presentes en todos los sistemas
educativos de nuestro entorno cultural. Nacieron de un paradigma teleológico anterior
y han crecido juntos, pero dialécticamente enfrentados, y uno de ellos ha llegado a ser
hegemónico. Se manifiestan en las leyes educativas y en las múltiples normativas de
rango inferior, que configuran los sistemas educativos, especialmente en la
concepción y organización de los currículos y en las normativas que regulan la
evaluación de los alumnos y se manifiestan continuamente en los debates de los
claustros de profesores, de los sindicatos de enseñantes, de las asociaciones de padres
y de los medios de comunicación. Cada educador los lleva en su corazón y en su
cabeza. De ahí las dudas y las incertidumbres. Se manifiestan en las obras de los
teóricos de la educación y, especialmente, en las teorías didácticas.
La omnipresencia inevitable de esos dos paradigmas teleológicos antagónicos
es el origen de la mayoría de nuestras contradicciones individuales y colectivas como
educadores y de nuestros interminables debates educativos.
En las leyes orgánicas y autonómicas de educación se pueden identificar los
dos paradigmas teleológicos, analizando los preámbulos o exposición de motivos, los
títulos preliminares en los que suelen formularse los principios generales y los fines u
objetivos generales, los capítulos dedicados a cada una de las etapas educativas, los
capítulos dedicados a los derechos y deberes de los alumnos, a los currículos, a los
centros, a los profesores y a la evaluación.
Desde 1970 hasta nuestros días, se da un fenómeno curioso en nuestras leyes
educativas, en los artículos dedicados a los principios y fines generales aparecen
mezclados o yuxtapuestos los elementos más relevantes de los dos paradigmas
teleológicos expuestos
11. La explicación del fenómeno mencionado se puede encontrar en la tendencia
de la derecha y de la izquierda a apropiarse todos aquellos conceptos que tienen
prestigio social, aunque sean incompatibles con sus planteamientos de fondo.
Los dos paradigmas teleológicos expuestos definen la educación básica,
Infantil, Primaria y Secundaria Obligatoria, como un campo de batalla entre los
intereses de las clases sociales y un campo de lucha entre los intereses profesionales
de los educadores y los intereses de otros sectores sociales y políticos. Detrás de cada
uno están las ideologías y los intereses que los sustentan.
A comienzos de este siglo XXI, los procesos actuales de cambio han
recrudecido el debate sobre los paradigmas teleológicos, que deben inspirar la
educación del futuro. En la medida en que los procesos de cambio social exigen una
revisión de los fines de la educación actualmente vigentes y la introducción de
cambios sustantivos en el paradigma teleológico hegemónico, todos los componentes
esenciales de los currículos, que estaban configurados a su medida, quedan
cuestionados y sometidos a revisión. Este es el caso de la introducción de las
llamadas “competencias básicas”.
Gnoseología.
Unos de los grandes temas de la filosofía de todos los tiempos es aclarar, en qué
consiste el acto de conocer, cuál es la esencia del conocimiento y cuál es la relación
cognoscitiva entre el hombre y las cosas que lo rodean.
Históricamente la primer interrogante surgió ante el hecho de saber si es posible
tener algún conocimiento de la realidad, luego surge el problema, de dónde es que se
origina el conocimiento, sería en las facultades sensibles o propiamente en la razón y
por consiguiente otra inquietud cuando se trata de determinar la esencia y la forma
del conocimiento, esto se resume a la posibilidad, el origen, la naturaleza y la forma.
12. En tal sentido la gnoseología o teoría del conocimiento se considera como una de
las ramas clásicas de la filosofía que intenta explicar este fenómeno. A través de la
historia, los antiguos filósofos griegos trataron extensamente llegando a explorar
muchas de las sendas posibles por lo cual surgieron diferentes corrientes filosóficas
respecto del conocimiento tales como idealismo, realismo, empirismo y
escepticismo. Es por eso que se debe mencionar algunos filósofos como: Platón y
Descartes que representan el idealismo, Aristóteles el realismo, el criticismo de Kant
y el empirismo de Hume.
A través del estudio de las teorías se puede aspirar mediante el conocimiento a
disminuir el grado de incertidumbre y aumentar la confianza en lo que se conoce.
Ahora bien, con respecto a la importancia en el contexto educativo se debe resaltar
que la pedagogía ha sido centro de discusión en cuanto a si es una ciencia, una
disciplina, un arte o una técnica, según Gómez y Mora (2012), menciona que la
pedagogía es ante todo una socio-técnica o saber operativo que “ en lugar de
pretender la transformación de la naturaleza, pretende la transformación de las
relaciones sociales”, también se dice que la pedagogía implica una ética sobre una
mejor formas de enseñar una gnoseología.
En tal sentido, según, Foucault (2001), señala la pedagogía como una disciplina
que involucra “el conocimiento científico para fundar el proceso educativo” o
sistematizar la educación hacia buscar la mejor manera posible de enseñar y aprender
mediante de procesos de producción teóricos-prácticos e investigativos.
En ese contexto enseñar resulta complicado en cuanto a contenidos complejos de
diversas áreas, por lo cual implica conocimientos, valores, aptitudes necesarias para
desarrollar programas y procesos de enseñanza y aprendizaje en estudiantes.
En tal sentido, la gnoseología es un término griego y la palabra está compuesta
por las partículas “gnosis” (conocimiento) y “logos” (teoría), siendo esta una parte de
la filosofía que estudia los principios, fundamentos, extensión y métodos del
conocimiento humano. Aunque hay quienes utilizan la noción de la epistemología
13. como sinónimo de gnoseología, ambos conceptos no se refieren a lo mismo. Mientras
que la epistemología se centra en el conocimiento científico y es considerada como
una teoría acerca de la ciencia, la disciplina que se conoce como gnoseología,
pretende descubrir el origen y el alcance de dichos conocimientos.
Epistemología:
La epistemología en general es una rama filosófica que estudia el
conocimiento científico, en cuanto a los conceptos y métodos que usa, y las leyes que
formula. La palabra proviene del griego “episteme” que significa conocimiento
riguroso o sujeto a reflexión crítica, y de “logos” que es teoría.
La epistemología se ocupa de la definición del saber y de los conceptos
relacionados con las fuentes, los criterios, los tipos de conocimiento posible y el
grado con el que cada uno resulta cierto; así como la relación exacta entre el que
conoce y el objeto conocido. Cuando se habla de epistemología de la educación se
refiere al conocimiento que se produce en esta rama educativa, tratando sobre los
métodos, técnicas, procedimientos y teorías que han hecho posible mejorar las
condiciones de producción y validación de los conocimientos desde la educación.El
objetivo de la epistemología de la educación es estudiar críticamente la educación en
todos sus aspectos, con el fin de perfeccionarla.
La epistemología de la educación es la que trata sobre el conocimiento dentro
del proceso educativo, es pues, una rama especifica de la epistemología en general,
considerando que el termino aquella ciencia que versa sobre el análisis del
conocimiento, especialmente en lo que se refiere al conocimiento científico, aquel
que cuenta con un objeto de estudio definido, con métodos y recursos medibles, con
estructuras de análisis y de generación de hipótesis. La epistemología de la
educación, es un espacio que sirve para analizar el hecho de modo crítico y reflexivo
14. y para hacer un diagnóstico de avances y dificultades, en vistas a ahondar los
primeros y superar los segundos, buscando constantemente lo cierto o verdadero. Se
estudia todos los factores intra y extraescolares que influyen en el proceso, no con el
objetivo de un análisis infructuoso sino para aportar soluciones. Se evalúan desde la
epistemología las diferentes ciencias de la educación, en cuanto a su autonomía y su
aporte, y el fundamento científico de los métodos utilizados en la educación formal.
La epistemología en la educación, juega un papel esencial porque es la brújula
que guía el camino del proceso de enseñanza-aprendizaje. O, dicho con otras
palabras, el docente antes de iniciar su planeación didáctica debe estar preparado para
responder las preguntas siguientes: qué sujeto a de aprender, qué tipo de
conocimiento se ha de enseñar y ambas preguntas reenvían a los elementos esenciales
de todo conocimiento; además él ha de preguntarse si los contenidos escolares se
pueden enseñar, cómo los alumnos han de aprender a movilizarlos a otro contextos y
para qué les van a servir más adelante esos saberes.
Se ocupa la epistemología de la educación de la organización del currículum
escolar, de la conexión entre las disciplinas, de cómo se transmite el saber, de la
relación entre el sujeto cognoscente y el objeto a conocer, de la formación del
docente, del contexto escolar, del sentido social del hecho educativo, de la calidad
educativa, entre otras. Está en constante evolución, al ser su objeto de estudio un
fenómeno social, y por lo tanto, cambiante y susceptible de ser afectado por múltiples
factores individuales y comunitarios.
De acuerdo a todo lo mencionado, se puede considerar, que todos estos
supuestos filosóficos explicados son factores de gran importancia dentro del contexto
educativo. Puesto que cada uno se desenvuelve en un área específica que ayuda a
perfeccionar al ser humano a través de este complejo proceso educativo que nos
apasiona como participantes y protagonistas del mismo.