La obra "La Mujer de la cabra" de 1929 es un óleo sobre tela que muestra a una mujer decidida caminando con una cabra, mientras otra mujer asoma desde una casa. Representa la nueva mujer liberada frente a la tradicional, dividiendo el espacio pictórico entre el interior opresivo y el exterior de libertad. Maruja Mallo, perteneciente a la generación del 27, reivindicaba así una mujer no supeditada al hombre y con espacio propio tanto en público como en privado.