1. BIOGRAFÍA
Ángeles Santos Torroella.
Además de María Blanchard podemos citar a otras artístas que aparecen vinculadas a
los diversos movimientos de vanguardia: entre ellas Maruja Mallo (1902-1995) y
Ángeles Santos (1911).
Nace en Portbou en 1911. Hija de un castellano funcionario de Hacienda, inspector de
Aduanas, y de una catalana. Por el trabajo de su padre recorrió toda la península y
permaneció un tiempo en Valladolid. Allí tuvo éxito en la exposición de Jóvenes
artistas vallisoletanos de 1928 y se le propuso hacerlo en el Ateneo en 1929.
Francisco de Cossío opina sobre la joven pintora, de su buen hacer, de su prolífica
producción, de su paleta, muy personal:
“Todos los cuadros de Angelita Santos son como soñados y para ella la luz aparece
siempre proyectada igual que en un cinematógrafo, de un modo arbitrario, olvidándose
a cada paso de las leyes del sol. La realidad para ella no es sino un punto de apoyo
para lanzarse a la invención” (El Norte de Castilla, Valladolid, 13 de abril de 1929).
Poco después pinta en muy poco tiempo sus obras maestras: Tertulia y Un mundo.
También se presenta su obra en el Lyceum Club sociedad fundada por María de Maeztu,
Zenobia Camprubí, Victoria Kent... y foro de la intelectualidad femenina madrileña.
Concha Méndez le dedica un poema “Canciones de mar y tierra”.
Poco después fascinado por las obras de la pintora Gómez de la Serna escribe:
“Ángeles Santos es la anunciadora de una superación y toca el cielo con las manos (...)
Se es una pintora como se es santa o una vidente. Ángeles pone los colores en sus
cuadros como si sustituyese la realidad por otra realidad más precisa, una realidad
biselada, en que hay transparencias y morbideces que no llega a tener la materia.
Miraculiza lo que pinta y lo surrealiza sin estar enterada de las martingalas del arte
moderno, metiendo en el cuadro esa luz central que no viene de ninguna parte y que lo
esclarece todo”.
En 1930 expone de nuevo en Madrid en el Círculo de Bellas Artes con Plá, Piñone,…
Presenta tres obras y no todo son halagos porque hay un debate entre críticos modernos
y conservadores.
En su pintura surgen varias tendencias, la de sus naturalezas muertas y la expresionista,
que a su vez, se puede dividir en la realista y la mística.
Mantiene correspondencia con Gómez de la Serna, se decía que estaba locamente
enamorado de Angelita.
En 1930 se la interna por un tiempo en una casa de reposo, porque según parecía, hacía
cosas extrañas para una familia de un alto funcionario de Hacienda.

2. En el X Salón de Otoño su obra arrasa y se rinden ante ella críticos y pintores. Aunque
en este momento ya no pinta pero se produce su consagración como no de los talentos
artísticos del panorama español. Se le dedica una sala en exclusiva y se exhiben treinta y
tres cuadros, toda una antológica desde 1928 hasta las de primeros de 1930. No
participan ni su Autorretrato ni Un mundo.
La familia se traslada a San Sebastián (1931-32) y sigue sin pintar a pesar de que su
padre le organiza una exposición en Paris. Pese a que sigue sin pintar su obra se expone
a nivel internacional, ya que viaja a Dinamarca, a Berlín, a Estados Unidos. En 1933 se
vuelven a trasladar de nuevo, esta vez a Barcelona. Por decisión familiar se le manda a
casa de sus tíos maternos a Portbou, para apartarla de las amistades vanguardistas.
Hacia finales de 1934 vuelve a pintar, aunque no se conoce obra de ese momento.
Expone en 1935 en la Galería Syra y se encuentra con el pintor Emili Grau Sala, queda
fascinada por sus cuadros alegres y transforma su manera de pintar. Dice la autora
“Grau Sala me cambió. Cambió mi vida en todo”. Se casaron en enero de 1936.
La pintura que presenta en la Bienal de Venecia de 1936 refleja este nuevo período de
su vida. La guerra divide a la familia, Angelita da a luz a su único hijo en Canfranc en
1937 y permanece con sus padres y hermanos en Huesca mientras Grau Sala se integra
en el núcleo de exilados catalanes en ParÍs.
Aunque reemprende la actividad su aureola ha desaparecido. Realiza algún retrato,
ilustraciones de libros, pinta cajas de bombones y dibuja postales de navidad...
Se marcha a Madrid, pero su obra no tiene éxito y regresa junto a su familia en Huesca.
Deja prácticamente de pintar hasta su reencuentro en Paris con Emili Grau en 1963, a
partir de este momento se volcará a pintar.
En 1986 la pintora Rosa Ajenjo termina su tesis doctoral sobre la obra de Santos antes
de la Guerra Civil.
Sus exposiciones se suceden y son un éxito hasta el día de hoy. Continúa pintando a
diario, pese a ser nonagenaria.