2. • Haz acopio de ideas.
• Establece las relaciones entre ellas con un esquema.
• Planifica el texto:
- ¿Para qué lo escribes? (Finalidad)
- ¿Para quién lo escribes? (Destinatario)
- ¿Qué tipo de texto vas a emplear? (Modalidad)
- ¿Cómo lo vas a enfocar? (Objetividad/Subjetividad)
- ¿Qué tono vas a utilizar? (Formal/Informal, coloquial)
3. A CONTINUACIÓN, y teniendo en cuenta el
esquema previo y el tipo de texto elegido, comienza
la redacción del escrito:
Organiza el texto en párrafos bien conectados.
Sigue un estilo coherente con el tono que has
decidido para tu escrito.
Busca la precisión y la propiedad semánticas.
Demuestra dominio de la ortografía.
4. REVISA tu escrito, es un paso
fundamental. Debes fijarte en las
siguientes cuestiones:
El objetivo del texto se ha logrado.
El tipo de texto elegido es adecuado.
El registro empleado es correcto.