2. Tanto como madres o como padres, a
menudo sentís agotamiento e impotencia
ante ciertas conductas de vuestras hijas e
hijos. Y esto en muchas ocasiones
desencadena una sensación de que
siempre terminan saliéndose con la
suya y esto produce una gran
frustración
“¿será verdad que no pueden evitarlo?...”
3. Pensad que no nacen con un manual
debajo del brazo.
4. Los comportamientos de rebeldía ante
la autoridad son normales en
determinadas etapas del desarrollo
evolutivo e incluso necesarios, ya que
cumplen su función en su proceso de
socialización.
5. Para que llegue a ser una persona adulta
autónoma, debe ir adquiriendo una
serie de normas de conducta. La
familia, como primer espacio de
socialización, es donde aprenderá a
distinguir entre lo que está bien y lo que
no, es el desarrollo moral. Como familia
deberéis estar con la suficiente preparación
para afrontar estos momentos del desarrollo
marcados por la oposición a las reglas, y
para establecer los límites.
6.
7. A partir de los 2 o 3 años de edad se
produce un marcado carácter de
oposición a las reglas, es una conducta
propia de su edad y no es una actitud
meramente caprichosa. No lo hace para
fastidiar, en realidad, está
explorando, quiere descubrir qué pasa
cuando desobedece, tantear los límites
para organizar el mundo a través de sus
normas.
8. A partir de los 7 años ya es capaz de juzgar
las normas en función de su bondad o su
maldad, a esta edad les gusta parecerse a las
personas adultas y las imitan; quieren
asumir responsabilidades propia de
mayores, ahora se siguen produciendo
conductas de oposición a la autoridad, pero
menos, y lo más importante, cuando se
produzcan ya se puede razonar.
9. Es normal que en la adolescencia se
vuelva a una cierta transgresión de las
reglas, ya que en esta etapa es importante
la autoafirmación personal y puede que
recurra a la indisciplina o a la rebeldía
como formas de demostrar su
autonomía. Pero siguen esperando que
quienes eduquen, aporten guía y dirección
siempre desde una actitud de
paciencia, escucha y empatía.
10.
11. Durante mucho tiempo la disciplina y el
castigo se han considerado palabras
sinónimas y no es así. Disciplina es
enseñar y el castigo es sólo uno de los
recursos que tenemos en nuestra mano
para hacerlo.
12. Un concepto clave de cara a ejercer
disciplina es el concepto de autoridad el
cual debe hacerse desde un clima
afectivo, nunca hay que provocarles
sentimientos de temor (ya no te
quiero, eres un desastre…)
13.
14.
15. Para hacer cumplir nuestra autoridad es
muy importante dejar claras las
normas, porque en muchas ocasiones los
problemas de disciplina tienen su origen en
normas confusas, y para evitarlo, hay que
tener en cuenta lo siguiente:
16. La pareja debe de estar de acuerdo en
las normas, porque si no crearemos
confusión.
No debemos desautorizar a ninguna
figura que eduque (incluido al
profesorado).
17. Además éstas deben ser realistas, es
decir, que se puedan cumplir.
18. Siempre que establezcamos una
norma, es importante tener claros los
motivos que justifican las normas que se
imponen, y explicárselos, así como las
consecuencias de incumplirlas.
19. No vale con establecer normas y
olvidarse, hay que hacer un seguimiento e
insistir, insistir… Pero distinguiendo entre
las normas fundamentales de
cumplimiento obligatorio e
innegociable, y las accesorias, que
pueden ser negociables.
Las fundamentales hay que exigir
siempre que se cumplan.
20. Relacionar “responsabilidad” con
“libertad”, al pactar las normas.
Es muy importante fomentarles
autonomía esto les ayuda a ser más
responsables.
21. Acentuar lo positivo, es mejor decirle lo
que debe hacer (“habla bajo”) antes de
lo que no debe hacer (“no grites”).
22. Debemos elogiar cualquier
comportamiento cercano a la conducta
deseada.
23. Las discusiones son inevitables de vez en
cuando. Enfadarse es a menudo la primera
respuesta cuando se portan mal o rehúsan a
hacer algo. Pero si una de las partes se
enfada la otra también (conflicto en
escalada)
Recordemos que nuestro objetivo no es
ganar la confrontación, sino que
aprendan. Para ello, es muy importante la
persona adulta controle su primer impulso
(autocontrol)
24. Ejercer la autoridad no siempre es
fácil, pero si necesario. Para hacerlo
bien, sabemos que lo más importante es
hacerlo desde el cariño, ser coherentes
con las normas marcadas y
siempre, intentando mantener la
calma. Recordad que no todas las normas
son igual de importantes y nunca olvidéis
lo que os hace enfadar es su
comportamiento, no su persona
(etiquetar).