1. Editorial
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Fisioterapia 2003;25(2):57-89
¿Investigar? ¿Para qué?
Hemos expresado en diversas ocasiones y en diferentes foros que, en el pro-
ceso de adquisición y elaboración del conocimiento, el ser humano se vale de muy
diversas posibilidades, todas ellas de cierta validez; no obstante, para sustentar una
ciencia, como afirmamos es la Fisioterapia, el único conocimiento útil es aquel
que se ha adquirido de manera objetiva y fiable, es decir, que el camino realizado
hacia la construcción de los saberes se ha recorrido mediante un procedimiento de
Investigación Científica.
En el ámbito de las Ciencias de la Salud (y de las profesiones sanitarias) se
acepta tradicionalmente que el conocimiento científico ha de ser elaborado,
principalmente, por aquellos profesionales a los que clásicamente se les ha reco-
nocido que tienen la capacidad de investigar: médicos, biólogos, químicos, etc.
Sin embargo, no se ha considerado que otros profesionales, como los fisiotera-
peutas, deban asumir, entre sus cometidos, las tareas de investigación, por lo que,
implícitamente, sus actividades han quedado relegadas a consumir y emplear el
conocimiento científico que construyen esos otros profesionales.
El resultado de esta situación es que, tanto en el desarrollo disciplinar como
en el profesional de la fisioterapia, se han producido y aún se producen impor-
tantes distorsiones y lagunas, pues, ciertamente, los enfoques médico, químico,
biológico, etc. de la investigación en Ciencias de la Salud proporcionan un cono-
cimiento científico válido y proponen líneas de actuación útiles, pero no llegan a
satisfacer plenamente las necesidades de conocimiento de los profesionales de la
fisioterapia, que a menudo nos encontramos ante la exigencia de tomar decisiones
y de intervenir en situaciones de las cuales se conoce muy poco, y en las que nos
tenemos que orientar de forma tentativa. ¿Qué profesional de la Fisioterapia no se
ha encontrado con situaciones de la práctica profesional donde no han existido
orientaciones ni fundamentos en los cuales basar su intervención?
Podemos decir que en el ámbito universitario se ha producido ya un cam-
bio institucional, en el sentido de que todo profesor tiene que asumir entre sus ta-
reas la de investigar, si bien para aquellos que no poseen el grado de doctor la si-
tuación es más compleja. Sin embargo, en el ámbito asistencial dicho cambio está
lejos de producirse, lo que conlleva a que, todavía hoy, desde la institución sani-
taria se contemple la figura del fisioterapeuta como la de un ayudante, estando le-
jos, salvo honrosas excepciones, el reconocimiento de la figura profesional inde-
pendiente del fisioterapeuta como experto en su propia disciplina.
Para que se produzca ese reconocimiento, es necesario que todos los fisiote-
rapeutas asumamos como propia la función investigadora, pues investigar no so-
lamente es una dimensión consubstancial a los aspectos epistemológicos y, con-
secuentemente, de fundamentación de la fisioterapia como ciencia, sino que está
también íntimamente relacionada con la práctica profesional, por lo que debe
2. ocupar un papel destacado en la conducta profesional asistencial, a fin de que pro-
fundicemos día a día en los fundamentos que sustentan esa praxis profesional.
Resulta imperiosa la necesidad de que se construya conocimiento científico des-
de la fisioterapia, que redunde en un progresivo desarrollo de la disciplina y, pa-
ralelamente, del profesional fisioterapeuta.
Ciertamente, los profesionales de la fisioterapia no tenemos una trayectoria
de formación en procesos de investigación científica. No vamos a entrar aquí en
el análisis de los motivos sociohistóricos y culturales que han motivado que la for-
mación del fisioterapeuta no incluya una capacitación investigadora, situación
que limita sus posibilidades profesionales actuales y futuras. Es evidente que el fi-
sioterapeuta no es el primordial causante de esta carencia formativa, pero en el
momento actual sí que es el principal responsable de cubrirla, y, por tanto, como
colectivo, debe reclamar una formación específica que le capacite para aplicar los
métodos y técnicas propios del saber científico, al objeto de poder desarrollar pro-
cesos propios de construcción de este tipo de conocimientos, tanto a nivel teórico
como a nivel práctico. Elemento básico para un colectivo profesional en proceso
de desarrollo como profesión independiente y autónoma.
Los fisioterapeutas hoy debemos sentir la responsabilidad de desarrollar una
“ciencia fisioterapéutica”, porque ¿quiénes son los agentes científicos responsables
de construir el conocimiento científico en fisioterapia?. ¿Quiénes están mas ca-
pacitados, por su presencia en el campo de actuación, por su interés, su dedica-
ción, su conocimiento de los problemas propios de la practica profesional, para
desarrollar y sistematizar los citados conocimientos?
La respuesta no admite alternativa, está en nosotros mismos.
Desde estas líneas deseamos hacer un llamamiento a la responsabilidad de
todos los fisioterapeutas, para que, juntos, nos convirtamos en agentes potencia-
dores de ese cambio institucional que necesariamente debe producirse en el ám-
bito asistencial. El profesional de la fisioterapia debe destacar por ser capaz de con-
jugar los conocimientos existentes sobre la actuación fisioterapéutica, por saber
cómo se construyen esos conocimientos y cómo se aplican, pero sobre todo, por
ser capaz de desarrollar conocimientos profesionales propios, sobre la base del
entendimiento de los problemas que se plantean desde la fisioterapia, y que sola-
mente los profesionales de esta parcela del saber conocen plenamente.
Jesús Rebollo Roldán
Profesor Titular de Fisioterapia de la Universidad de Sevilla
J. Rebollo Roldán Editorial
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