PARÁBOLA DEL HIJO PRÓDIGO: CLAVES PARA LA REFLEXIÓN.pdf
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1. Primer Misterio de gozo
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L Anunciación
El Arcángel Gabriel es enviado por Dios a una Virgen de la tribu de Judá,
llamada María, de la Casa de David, desposada con José, para anunciarle
que será la Madre del Mesías por obra y gracia del Espíritu Santo.
Cristo, para hacernos partícipes de la vida de Dios, vino a este mundo Adán, en cambio, es un ser espiritual que da la Vida» (Efe 1:10). En
«cuando llegó la plenitud de los tiempos» (Gál 4:4). Esta expresión quiere efecto, para crear a Adán, Dios sopló su Espíritu en el barro; en cambio,
decir que se había completado ya la preparación de Israel y de los al formar a Jesús, el Padre lo ungió con la plenitud de su Espíritu: «por
demás pueblos para su venida y, además, que su venida cumplía con eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios» (Lc 1:35).
las promseas hechas a nuestros padres a lo largo de la historia de la
salvación. Ya que la desobediencia de la primera mujer había contribuído a la
muerte de todos, «el Padre de las misericordias y Dios de todo consuelo»
En este misterio de gozo nos alegramos del encuentro con Aquel que es (2 Cor 1:3) quiso que la encarnación del Redentor tuviera lugar por la
«Dios con nosotros» y nos trae a esta tierra, de forma visible e histórica, obediencia en la fe de María (LG 56, 61), que es la nueva Eva. María
el esplendor de la Gloria de Yahvé. Ya el saludo del Ángel a María es, en verdad, «Eva», palabra que significa en hebreo «madre de los
anuncia este gozo: «¡Alégrate, María!» (Lc 1:28). Esta es una alegría vivientes» –pero no de los que nacen «de la sangre, ni del deseo de la
que nos llega a todos, pues el Padre «envió a su Hijo, nacido de una carne, ni del deseo del hombre, sino de Dios» (Jn 1:13).
mujer… para hacernos hijos adoptivos» (Gál 4:4) y «renovar todas las
cosas en Cristo» (Efe 1:10). El «sí» confiado de María a Dios, su obediencia en la fe, nos
compromete también a todos los que queremos ser sus hijos, de modo
El cuerpo de Jesús fue concebido de la carne de la Virgen María por que aceptemos, como ella, que se cumpla en nosotros la Palabra del
el poder del Espíritu Santo: «El Espíritu Santo descenderá sobre ti y Padre, su santa voluntad –que no es otra cosa que lo que el amor
el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra» (Lc 1:35). Por eso Jesús infinito de Dios quiere para nosotros.
es llamado «el Ungido» del Espíritu –que en griego se dice «Cristo» y,
en hebreo, «Mesías». San Pablo nos hace esta comparación: «El primer (cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 144, 484-512; Juan Pablo II,
hombre, Adán, fue creado de la tierra como un ser con vida; el nuevo Rosarium Virginis Mariæ, §20; Homilía, 1-I-1988)
2. Fruto que pedimos en este misterio:
LA OBEDIENCIA EN LA FE
Jesucristo, aunque era Dios, se anonadó a sí mismo tomando la condición Dios pondrá enemistad entre la serpiente y la mujer,
de esclavo y haciéndose semejante a los hombres. Por obediencia, se y entre sus descendientes y el descendiente de ella.
humilló a sí mismo hasta aceptar la muerte, y muerte de cruz. Por eso, (Génesis 3:15)
Dios lo exaltó y le dio el Nombre que está sobre todo nombre, para que Dios te salve, María…
todos proclamen para gloria de Dios Padre: «¡Jesucristo es el Señor!»
(Filipenses 2:6-11) El niño será llamado Hijo del Altísimo;
Padre nuestro… y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre.
(Lucas 1:32)
El Ángel Gabriel fue enviado por Dios a la ciudad de Nazaret: Dios te salve, María…
a la virgen María, desposada con José, de la casa de David.
(Lucas 1:26-27) Dios ha jurado por su santidad al rey David:
Dios te salve, María… tu descendiente permanecerá para siempre en el trono.
(Salmo 89:35-37)
No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios: Dios te salve, María…
pues Él resiste a los soberbios, pero da su gracia a los humildes.
(Lucas 1:30; Santiago 4:6) Al entrar en el mundo, Cristo, el descendiente de David, dijo a su Padre:
Dios te salve, María… «¡Yo he venido para hacer tu voluntad, oh mi Dios!»
(Hebreos 10:5, 7; Salmo 40:7-8)
¡Escucha, hija mía, y alégrate! El Rey de reyes se ha enamorado de tu belleza: Dios te salve, María…
concebirás y darás a luz un hijo, Jesus, que significa «Dios salva».
(Salmo 45:10-11; Lucas 1:31) Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros,
Dios te salve, María… y hemos visto su gloria, gloria del Hijo único del Padre.
(Juan 1:14)
sYo soy la esclava del Señor, mi Dios: Dios te salve, María… Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo…
hágase en mí según tu palabra.
(Lucas 1:38)
Dios te salve, María…
Mirad, la virgen está embarazada y dará a luz un hijo,
y le pondrán por nombre Emmanuel, que significa, «Dios con nosotros».
(Isaías 7:14; Mateo 1:23)
Dios te salve, María…