El documento analiza cómo la cultura escolar se ha visto afectada por la sociedad neoliberal desde la perspectiva del concepto de experiencia de John Dewey. Señala que la escuela promueve aprendizajes abstractos y descontextualizados que no permiten un pensamiento crítico. Propone recuperar la noción de Dewey de experiencia educativa como continuidad e interacción para generar aprendizajes significativos vinculados a la vida cotidiana.
Reseña descriptiva goria bernal- guia de escritura
La escuela y el concepto de experiencia en Dewey
1. LA CULTURA ESCOLAR EN LA SOCIEDAD NEOLIBERAL UNA LECTURA
DESDE EL CONCEPTO DE EXPERIENCIA DE JOHN DEWEY
El mundo está enfermo de incredulidad y
correlativamente de feroces dogmatismos. La educación
no puede ser ajena a esos padecimientos, pues, en
desdichada dialéctica es su raíz y su consecuencia
porque no solo se manifiesta en las universidades sino
también en las calle, en las fabricas, en los estadios y
dentro de cada hogar, a través de una televisión que
fascina y trastorna el alma de los niños. Así la educación
no puede ser ajena al drama total de esta civilización,
no pude participar de las fallas esenciales que agitan el
universo espiritual de nuestro tiempo y amenazan con
su derrumbe.
Ernesto Sábato1
Rafael Hernández C
El presente escrito pretende elaborar una reflexión a la base del concepto de
experiencia en John Dewey y las implicaciones del discurso neoliberal en la
institución escolar; desde una perspectiva neoliberal, la escuela aparece como
una entidad alejada de la vida, para provocar un tipo de aprendizaje abstracto
que no se alcanza en los intercambios de la vida cotidiana, impidiendo una
visión crítica del proceso educativo, esto se evidencia en la selección de
contenidos, al mismo tiempo que delimita el conjunto de significados y
comportamientos que imparte en las nuevas generaciones a través de la
institución escolar. Esta selección de contenidos obedece a la lógica del orden
social bajo los preceptos de la cultura de consumo, en consecuencia el
proceso de aprendizaje aparece descontextualizado, los saberes disciplinares
y sus herramientas conceptuales no resultan aplicadas a problemas reales,
por lo tanto no dan cuenta de los contextos donde se da el proceso educativo
promoviendo experiencias anti educativas.
Desde esta perspectiva resulta pertinente recuperar el concepto de
experiencia en John Dewey en la medida que lo relevante no es ¿cómo
aprenden los estudiantes? Ideas como la de continuidad de la experiencia e
interacción nos permiten plantear caminos diferentes sobre la función social
que cumple la escuela, en un intento de dimensionar el alcance que como
institución tiene dentro de un contexto social.
De acuerdo con Gimeno y Pérez (2002) Más que transmitir información, la
función educativa de la escuela contemporánea debe orientarse a provocar la
1
Ernesto Sábato, Educación y crisis del hombre, Fragmento del texto publicado en la
biblioteca virtual clacso: www.bibliotecacirtual.clacso.org.ar
2. organización racional de la información fragmentaria recibida y la
reconstrucción de las preconcepciones acríticas, formadas por la presión
reproductora del contexto social, a través de mecanismos y medios de
comunicación cada día más poderosos y de influencia más sutil. Ahora bien, la
reconstrucción de los conocimientos, actitudes y modos de actuación de los
alumnos/as no se consigue ni exclusiva ni prioritariamente mediante la
transmisión o intercambio de ideas, por ricas y fecundas que sean, sino
mediante la vivencia de un tipo de relaciones sociales en el aula y en el centro
y de experiencias de aprendizaje, intercambio y actuación que justifiquen y
requieran esos nuevos modos de pensar y hacer. (pág.15) John Dewey ve
necesario la complementariedad entre teoría y práctica, encaminada a la
reconstrucción de la experiencia educativa, por ello resulta pertinente su
concepto de experiencia en un acercamiento a la escuela en la sociedad
neoliberal. Este autor señala que la reconstrucción de la experiencia no puede
limitarse a la reproducción de los conocimientos llevados a cabo mediante su
transmisión, sino que es mediante la reivindicación del mundo de la vida en
las experiencias de aprendizaje, donde puede generarse los intercambios
necesarios para producir experiencias educativas .
Este autor menciona dos elementos que resultan claves para la comprensión
del concepto de experiencia, por un lado está la continuidad de la experiencia y
por otro la interacción, conceptos que no pueden comprenderse por separado,
sino que adquieren sentido es en la relación que uno guarda con el otro; es
importante señalar a que concierne cada uno de estos conceptos, con la
intención de situar y esclarecer por lo menos en principio algunos puntos que
son base para una reflexión de la educación en el modelo neoliberal.
Dewey ( 2004) indica que pueden presentarse diversos tipos de experiencia
por ello establece el concepto de continuidad de la experiencia como un
criterio de diferenciación que lo relaciona al hábito, este autor define el habito
como aquel que comprende la formación de actitudes, actitudes que son
emocionales e intelectuales; comprende nuestras sensibilidades y modos
básicos de satisfacer y responderá todas las condiciones que encontramos al
vivir. Para Dewey el proceso educativo es identificado con el crecimiento, que
equivale a desarrollarse en todas las dimensiones filosófica, intelectual y moral
considerando estos elementos como principios de continuidad de la
experiencia.
Una de las problemáticas mas comunes que se presenta en la escuela es la
ruptura que se genera entre conocimiento y contexto social y el tipo de
experiencias que promueve; desde las apreciaciones hechas por Dewey
podemos aproximarnos a un concepto amplio de la experiencia que puede
incidir de manera positiva en la promoción de una cultura que vincule a los
alumnos mediante el aprendizaje a experiencias que acercan a la escuela a
la vida cotidiana. Desde esta concepción de experiencia se puede responder
tanto a las necesidades de los estudiantes y las problemáticas más sentidas
de la escuela bajo los preceptos de la sociedad neoliberal.
3. Al referirse al concepto de experiencia distingue también el tipo de
experiencias, que beben representar crecimiento en el proceso de formación
del estudiante, por ello llama la atención del maestro y la importancia que este
tiene en el proceso, de acuerdo con Dewey(2004) “una responsabilidad
primaria de los educadores consiste en que solo no deben conocer el principio
general de la formación de la experiencia por las condiciones del ambiente,
sino también en que deben saber en concreto que ambientes conducen a
experiencias que faciliten el crecimiento; sobre todo, deben saber cómo utilizar
los ambientes físicos y sociales que existen, para extraer de ellos todo lo que
poseen para contribuir a fortalecer las experiencias que sean valiosas”. (pág.
83)
La experiencia que promueve la escuela en la actualidad está determinada
por una ética del todo vale y de ausencia de compromiso y orientación, que va
desde la falta de interés de los estudiantes en el proceso y la permisividad de
los docentes, el individualismo egocéntrico junto al conformismo social, el
reinado de las apariencias de las modas, como un problema que se hace
evidente en la dinámica de la escuela, pero que se escapa de esta en el
sentido que se ha naturalizado en la cultura y los contextos sociales donde se
encuentra esta, según Bauman (1999) “la formación que brinda la sociedad
contemporánea a sus miembros está dictada, ante todo, por el deber de
cumplir la función de consumidor. La norma que les presenta es la de ser
capaces de y hacerlo de buen grado” (pág. 4).
De estos aspectos se derivan las consecuencias lógicas de una forma de
concebir las relaciones económicas que condicionan la vida de los seres
humanos influyendo sobre el tipo de experiencias que buscan los estudiantes
y las que promueven los docentes en las instituciones educativas; de acuerdo
con Pérez (2000) en los procesos de socialización, se impone la cultura
social dominante, las contradicciones que encontramos en la cultura social
caracterizan también las dinámicas y las relaciones humanas dentro de la
escuela. De esta manera los procesos de socialización están determinados por
el entorno social y como la escuela se adapta y especializa a partir de las
transformaciones sociales, resulta a su vez otro aspecto polémico que
desarrollara con su concepto de interacción.
Para Dewey las condiciones sociales resultan importantes pero no
determinantes para el individuo en el proceso educativo, sino que interactúan,
a ello obedece el concepto que introduce de interacción estableciendo otras
relaciones, en esta vía apoyándonos en Giroux (1983)”Los teóricos de la
reproducción han sobre enfatizado en sus análisis la idea de la dominación y
fallaron en proveer mayores explicaciones de cómo maestros, estudiantes y
otros agentes humanos actúan dentro de contextos históricos y sociales
específicos para hacer y reproducir las condiciones de su existencia”(pág. 3) .
Por ello un acercamiento a esta problemática requiere un enfoque diferente
que dé cuenta de la interacción de las condiciones objetivas y las internas
Dewey parte de la afirmación de que los individuos viven en un mundo que
viven situaciones determinadas por la interacción entre un individuo, objetos,
personas y el ambiente en el cual se desenvuelve.
4. Cabe aclarar que cuando Dewey se refiere a condiciones objetivas hace
referencia a lo que hace el educador y el modo como lo hace, su capacidad
de influir sobre la experiencia de los demás, teniendo en cuenta aspectos
como: los materiales de los que se vale para llevar a cabo su proceso y la
estructuración social de las situaciones en las que se encuentra inmerso el
estudiante, de ahí la importancia de recobrar el sentido que el educador da al
proceso formativo y las posibles experiencias que puede provocar en sus
estudiantes; es un argumento que resulta valioso en las actuales condiciones
de la escuela y la posición que asumen los maestros. Por ello siguiendo a
Dewey (2004) “cuando se dice que las condiciones objetivas son las que
puede regular el educador se entiende, naturalmente, que su capacidad para
influir directamente en la experiencia de los demás, y por tanto en la educación
que estos reciben, le imponen de determinar aquel ambiente que interactuara
con las capacidades y necesidades existentes de los enseñados para crear
una experiencia valiosa” (pág. 87). Esta responsabilidad sobre las condiciones
objetivas trae consigo la comprensión de las necesidades y capacidades de
los individuos que aprenden en un momento dado, en un tiempo que posee de
por si unas características que lo diferencian de otros tiempos; en estos
tiempos marcados por las lógicas del modelo neoliberal , el maestro debe
generar experiencias de cualidad educativa, y porque no decir bajo la reflexión
y la convicción de que nos encontramos en una época marcada por la
ausencia de experiencias educativas en el sentido que describe Dewey.
La interacción y la continuidad son dos conceptos que aparecen ligados y nos
dan cuenta del valor que pueden tener las experiencias educativas; por un
lado el concepto de interacción evidencia el fracaso de la escuela, la
descontextualización de los conocimientos genera experiencias anti educativas,
por otra parte el concepto de continuidad, nos suscita como maestros la
necesidad de reflexionar sobre las condiciones objetivas al mismo tiempo que
nos invita a proyectar el proceso educativo, toda experiencia debe preparar a
una persona para futuras experiencias que lo enriquezcan como individuo y
puedan articularse con nuevas experiencias, siguiendo a Dewey( 2004) “es un
error suponer que la mera adquisición de cierta cantidad de aritmética,
geografía, historia, etc., que se enseña y estudia porque puede ser útil alguna
vez en el futuro, produce su efecto, y es un error suponer que la mera
adquisición de destreza en la lectura y la aritmética constituye
automáticamente una preparación para su acertado y efectivo uso en
condiciones muy diferentes de las que se adquirieron”. (p, 89) de esto se
puede deducir que el verdadero sentido de la continuidad, sea la posibilidad de
reconstruir la experiencia en relación al crecimiento del individuo. En una época
marcada por la individualidad y la competencia, el aprender actitudes y
valores, será siempre más importante que los conocimientos de matemáticas,
e historia, estas actitudes serán con las que cuente el individuo para
enfrentarse a los retos que le impone la vida.
De acuerdo con Pérez (2000) “el énfasis no debe situarse ni en la asimilación
de la cultura privilegiada, sus conocimientos y métodos, ni en la preparación de
la cultura privilegiada, sus conocimientos y sus métodos, ni en la preparación
para las exigencias del mundo del trabajo o para el encaje en el proyecto
5. histórico colectivo, sino en el enriquecimiento del individuo, constituido como
sujeto de experiencias, deseos y afectos” (pag.259).
De esta manera la escuela debe incentivar mediante experiencias educativas
los significados, sentimientos y comportamientos emergentes de las nuevas
generaciones, que permita a los estudiantes adquirir un sentido crítico sobre
su realidad. La escuela debe ser cuestionada, pero no solo desde las
contradicciones estructurales e ideológicas, sino también por los movimientos
de resistencia que pueden generan los maestros y alumnos a la base de las
reflexiones hechas por Dewey. Estas podrían traducirse en la actualidad por
propuestas curriculares abiertas, estrategias didácticas o por procesos que
acerquen a la escuela al mundo de la vida; la escuela debe recuperar su
autonomía, y para ello debe hacerse disfuncional a los intereses materiales e
ideológicos de la sociedad dominante.
REFERENCIAS
Bauman, Zygmunt. La globalización consecuencias humanas, Ediciones
Fondo de la cultura Argentina, S.A
Dewey John, Experiencia y Educación, Ediciones Biblioteca Nueva,
Traducción del Ingles por Lorenzo Luzuriaga, Madrid 2004
Giroux, Henry, A. Publicado originalmente en Harvard Education Review No.
3, 1983. Traducción de Graciela Morzade. Buenos Aires.
.
J.Gimeno Sacristán, A. I. Pérez Gómez, Comprender y transformar la
enseñanza. Décima Edición Ediciones Morata, Madrid. 2002
Pérez Gómez, Ángel . La cultura escolar en la sociedad Neoliberal, Ediciones
Morata, Madrid 2000.