2. A partir de la segunda mitad del siglo XIX se
conformaron los Estados nacionales y fueron
responsables casi como único actor social de la
tarea de enseñar. Esta centralidad permitió
definir a la comunidad educativa como un
espacio cerrado, siendo sus únicos miembros
docentes, padres y alumnos.
En una gestión cerrada está distante de la
comunidad, la cultura es un elemento externo
de la comunidad y la función de la institución
escolar es sociabilizar según los valores de la
sociedad y de una única cultura legítima.
3. Desde hace más de veinte años, con el retorno de la
democracia se impulso en términos políticos y
educativos la generación de espacio mayor de
participación comunitaria y mejor convivencia entre sus
actores.
La escuela abierta no restringe el escenario a padres,
docentes y alumnos sino que se abre al espacio público
local, incluyendo como agentes de enseñanza
aprendizaje a las familias, iglesias, clubes,
organizaciones de vecinos, bibliotecas, organizaciones
productivas, con el objetivo de construir un proyecto
educativo y cultural que parta de las necesidades y
posibilidades de la comunidad.