El cómic es algo serio: investigación sobre la realidad latinoamericana de la...
Argumento lúdico
1. Argumentación Lúdica
La Disciplina de la Imaginación
Se dice que un pueblo ignorante es un pueblo sometido.
Quizá por ello, me atrevería a decir; que si la educación es
pobre, la cultura es totalmente abyecta. Por tal razón la
cultura y la educación son una contraposición causada por
los poderes facticos, al no elaborar programas que
promuevan la enseñanza para adquirir los conocimientos
necesarios para el desarrollo personal de los individuos,
desde su infancia.
ccuevas
20/11/2014
2. Se nos educa para disciplinarnos en nuestros deberes, pero no en nuestros placeres., por eso nos
cuesta tanto trabajo ser felices.
Si la educación es el desarrollo integral de las facultades físicas, intelectuales y morales de una
persona y que le ayudan a integrarse en el medio en que debe vivir, y la cultura, es el conjunto de
conocimientos, creencias, actitudes y hábitos según el cual el hombre ordinariamente vive, piensa
y actúa; entonces la literatura, se debiere de encontrar contenida, como base primordial de la
cultura del hombre. Sin embargo, estos preceptos, no forman parte de la experiencia humana en
su conjunto. Para entender esta discrepancia, en necesario examinar el discurso de Antonio
Muñoz Molina, pronunciado en España, el 22 de Septiembre de 1998.
Según Muñoz Molina, ¨no cree que pueda avanzarse mucho en la reflexión sobre el lugar de la
literatura y de la palabra escrita en la enseñanza, si antes no se revisa la absurda y rígida distancia
que ha venido estableciéndose en España entre lo que se llama educación y lo que se llama
cultura¨, quizá haya una razón de por medio para darle credibilidad a su punto de vista, de lo que
en su tiempo sucedía en España. Pero esta divergencia, no es meramente de tiempo, espacio y
lugar específico, es una degeneración, que siempre tiene que ver con las formas de gobierno de
los países en desarrollo. Cuando debieren de ser consecuencia una de la otra, resulta que son
contraparte. Mientras la cultura es el campo del prestigio, la educación apenas ocupa unas páginas
de verdadera relevancia, ésta, cada vez más se ve sometida a una degradación y a un descredito
sin precedentes, en la mayoría de las veces se utiliza como moneda de cambio en alguna disputa
electoral, convirtiéndose así, en solo letra muerta de los discursos electoreros.
Se dice que un pueblo ignorante es un pueblo sometido. Quizá por ello, me atrevería a decir; que
si la educación es pobre, la cultura es totalmente abyecta. Por tal razón la cultura y la educación
son una contraposición causada por los poderes facticos, al no elaborar programas que
promuevan la enseñanza para adquirir los conocimientos necesarios para el desarrollo personal de
los individuos, desde su infancia. Porque si bien es cierto, es en esta etapa de la vida que se
encuentra uno por primera vez con la enseñanza, también es cierto que esta, solo cumple con
lineamientos básicos de instrucción, para la educación y no para la adquisición de conocimientos
para realizar el aprendizaje de fondo. Por ello, las actuales generaciones, no desarrollaron el
hábito de la lectura y tal percepción puede tener varias aristas. Partiendo de la premisa que nos
ocupa, nos conduce invariablemente a esbozar un gran pretexto, la falta de escritores que nos
inviten a encontrar una buena razón, para beber las letras de un buen libro; pero la excusa, sin
embargo iría también en sentido contrario; quizá haya buenos autores pero ausencia de lectores, y
esto se traduce, en la mediocridad como fuente que alimenta la idiosincrasia de los individuos ,
como entes solos y como sociedad en su conjunto.
Ahora bien, si estamos de acuerdo en que la literatura es la base principal de la cultura, entonces;
a nadie le interesa aprender cosas inútiles. Por eso quiero entender, que la cultura es una forma
de vida, la literatura es esencial en nuestra existencia y la educación; exponencial conforme a
ambas. ¨Por eso solo amaremos los libros si nos damos cuenta de que nos son útiles y que
pertenecen al reino de nuestra propia vida¨. ¨Un libro verdadero es algo tan material y necesario,
como una barra de pan o un vaso de agua¨ El libro es necesario para alimentar la imaginación, la
literatura, su médula, es una consecuencia del instinto de la imaginación, que opera con plenitud
en la infancia y que poco a poco suele ir atrofiándose, como todo órgano que se de ja de usar.
Luego entonces. La imaginación coexiste y le da forma a las cosas que subyacen en la literatura, y
que solo descubrimos cuando alimentamos el pensamiento con las letras. Dice nuestro autor que,
3. ¨ a medida que crecemos y se nos empieza a adiestrar para el trabajo, para la mansedumbre y la
desdicha, el hábito de la imaginación se vuelve incomodo o peligroso, y desde luego inútil, y sin
darnos cuenta lo vamos perdiendo, no porque este sea un proceso tan natural como el cambio de
voz, sino porque hay una determinada presión social para que nos convirtamos no en individuos
sanos, felices y autónomos, sino en súbditos dóciles, en empleados productivos, en lo que antes se
llamaba hombres de provecho¨.
En este aspecto, considero que la imaginación no se pierde, más bien creo que sufre una mutación
natural. Antes existían cuentos de hadas, hoy imaginas un mundo mejor, sin perder la perspectiva.
Y los libros ocupan un lugar preponderante, si nos hemos educado para acercarnos a ellos. Porque
no puede estar disociada la escritura con la imaginación. El que escribe, escribe lo que imagina, y
el que lee, imagina en razón de lo que entiende.
Ahondando en lo anterior, yo creo que la imaginación no se pierde, más bien creo que sufre una
verdadera metamorfosis. Cuando se es pequeño y te leen un cuento, la imaginación vuela por los
confines del universo. En la medida que creces, no se deja de imaginar; es más, hasta te atreves a
soñar, porque tu realidad te hace imaginar un mundo mejor, sin perder la perspectiva. Yo soy muy
proclive a darle vuelo a mi imaginación; de lo que veo, de lo que escucho, de lo que leo, pero
sobre todo; de lo que siento y sueño. Así nacen las cosas más increíbles y sublimes, y que solo se
conciben en la imaginación, y si cuando eras pequeño tu imaginación te hacia volar por los
confines del universo, en tu etapa adulta te proyectaras por los confines del alma.
De tal manera que; parafraseando a Muñoz, la verdadera literatura es como el agua y el pan y su
lectura nos contagia el vigor tan necesario de la lucidez y el vitalismo. La literatura nos enseña a
mirar dentro de nosotros y mucho más lejos del alcance de nuestra mirada y de nuestra
experiencia. Entonces cada cabeza es un mundo y existen muchos mundos paralelos en igualdad
de circunstancias. Solo separados por el tiempo y el espacio. ¿Ficción o realidad?
Concluyendo:
Se nos educa para disciplinarnos en nuestros deberes, pero no en nuestros placeres., por eso nos
cuesta tanto trabajo ser felices. Todo principio tuvo una razón entre el ser y el estar; y entre ellos
un desarrollo. Nada es ajeno a nada, ni la educación a la cultura, ni viceversa, ni la literatura a
ambas, ni viceversa, y ni la imaginación puede ser ajena a todas ellas, porque la imaginación es
potestativa de quien se atreve a ejercerla, es libertad de pensamiento, de ideas y de principios
naturales. De tal modo que; la literatura como inspiración, la educación como medio y la cultura
como consecuencia. Y la imaginación, la carretera por donde pueda transitar el hombre
libremente con todos esos preceptos como bandera de identidad.
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