Vision panoramica del di en sead bajo diferentes enfoques teóricos
Perfil estudiante EaD vs bachiller
1. Ser estudiante a distancia y
no morir en el intento
Rincón, Lola. cefalola@gmail.com
Resumen. El perfil del estudiante a distancia contempla otras competencias,
además de las netamente académicas, que condicionan un buen desenvolvimiento
en el ambiente de estudios bajo esta modalidad. Éste en algunas ocasiones, puede
generar soledad, desapego y hasta deserción; y es sobre todo inhóspito, para los
recién egresados del nivel de educación media, que no han desarrollado el perfil
esperado. Ante esto, las instituciones universitarias deben desarrollar estrategias
que permitan nivelar a los bachilleres y asegurarles el perfil de ingreso, dado que
la educación a distancia es potencialmente la solución para la creciente demanda
de estudios superiores.
Palabras clave: estudiante a distancia, perfil de ingreso, egresados de educación
media, estrategias de aseguramiento.
1 El perfil del estudiante a distancia
La Modalidad de Educación a Distancia (EaD) es una estrategia educativa basada en la
aplicación de las TIC, sin limitación del lugar, tiempo, ocupación o edad de los estudiantes. Ha
sido pensada principalmente como una opción para personas que no hayan tenido la posibilidad,
por muchos y variados motivos, de ir a las instituciones tradicionales. Uno de los principales
ataques a esta modalidad de estudio ha sido la escasa interacción entre los docentes y
estudiantes, como producto de la distancia física que los separa; esta debilidad en la interacción
afecta fundamentalmente la construcción social del conocimiento. (Benemérita Universidad
Autónoma de Puebla –BUAP-, 2011). A tales ataques, los creyentes de la modalidad abierta
han respondido alegando que no todos los estudiantes están preparados para ser exitosos en este
sistema educativo. De allí derivó la necesidad de crear un perfil de ingreso del estudiante a
distancia, donde se plantea que debe tener una serie de competencias adicionales a las
netamente académicas, como son: que sea organizado, autónomo, autorregulado, con
habilidades de lectura y escritura consolidadas, tecnológicamente hábil y, sobre todo,
automotivado a aprender.
Esta última característica se ha encontrado especialmente en adultos trabajadores, quienes han
predominado en esta modalidad precisamente porque tienen genuinos deseos de superación en
lo profesional y en lo laboral (Ramírez, 2011). García (2001) por su parte, se refiere a este tipo
de estudiante como una persona “con una historia vivencial llena de experiencias,
conocimientos, capacidades, hábitos, actitudes, conductas e interés en su propio proceso de
formación, características éstas que condicionan, filtran y, previsiblemente, mejoran los futuros
aprendizajes” (p. 151). Esto obviamente va mucho más allá de tener un 15 o un 18 de promedio
de calificaciones, como suelen creer condición suficiente de ingreso, los bachilleres recién
egresados del nivel medio, para quienes parece que no está pensada esta modalidad de estudios.
No obstante, el citado autor expone que la educación a distancia ya está siendo considerada por
los jóvenes bachilleres y las universidades están impartiendo algunas cátedras a distancia o
mixtas (b-learning), aprovechando las bondades de las TIC. Otros jóvenes se acercan a las
universidades abiertas bien sea por problemas económicos, residenciales o laborales (ob. cit).
Aunado a esto, la capacidad instalada de las universidades tradicionales para atender la
creciente demanda no es suficiente. Blanco (2009) en el Reporte Venescopio N° 28, revela que
la matrícula en educación superior ha manifestado un repunte en su tasa de crecimiento
promedio, del 11.9 en el año 2004 contra el 1.9 del año 1999 (últimas cifras disponibles de la
OPSU). Esto habla a favor de un crecimiento importante del número de egresados del nivel
medio que intentan proseguir su formación académica, no estando las universidades
tradicionales preparadas para recibir tal cantidad de matrícula, por razones presupuestarias
2. principalmente. Es por tanto la educación a distancia, la modalidad que está llamada a solventar
este problema de capacidad física instalada, lo que constituye una genuina oportunidad para
darle el impulso que necesita, para convertirse en una opción viable de prosecución académica.
Suena lógico pensar que el estudiante egresado del bachillerato esté preparado física, mental y
emocionalmente para acceder al nivel universitario en presencial; pero ¿estará igualmente
preparado para enfrentarse al cambio brusco que representa el ambiente académico a distancia?;
¿cuenta el bachiller recién egresado con las competencias que se requieren como perfil de
ingreso en las instituciones a distancia?; ¿están las instituciones de educación a distancia
conscientes de las necesidades especiales de sus estudiantes?; ¿habrá maneras de ofrecer ayuda
al estudiante en las instituciones de educación a distancia, que le permitan superar las
exigencias particulares de la modalidad y lograr su adaptación, para obtener el éxito académico
que aspira?
2 El ambiente de estudios que se vivencia en la modalidad a distancia
Los estudios a distancia implican de parte del estudiante, un cierto grado de individualidad que
viene dado por la distancia que lo separa físicamente de los otros participantes del proceso
educativo. Esta separación física se podría vivir a tal intensidad, que podría generar en ellos la
vivencia de la soledad dentro del sistema. Un aspecto de la vivencia del estudiante a distancia,
tomado del estudio fenomenológico que realizara Leal (2004) sobre la soledad del estudiante a
distancia de la Universidad Nacional Abierta, son las causas que originan tal vivencia. A su vez,
el estudio parte de cuatro presupuestos considerados como situaciones que se cumplen de
alguna manera en la modalidad a distancia: a) la forma en la que se plantean las relaciones entre
estudiantes a distancia genera vivencias de soledad; b) esta soledad es más intensa en los
estudiantes a distancia de los primeros semestres; c) esta soledad afecta de alguna manera la
vida del estudiante a distancia y d) los estudiantes a distancia desarrollan mecanismos y
soluciones para superar la soledad. (ob. cit)
Hay que tomar en consideración también cuestiones inherentes al ambiente académico a
distancia, en el que definitivamente el estudiante siente un vuelco con respecto al ambiente
tradicional en el que previamente ha estado (la escuela y el liceo). Si bien en éstos el estudiante
tiene a mano al docente y a sus condiscípulos, en la modalidad a distancia son pocas las tutorías
síncronas (estudiante-tutor en el mismo momento). En algunos casos, resulta muy difícil
conectar con los tutores a distancia y lo mismo ocurre con los otros compañeros de curso
(García, 2001). Todos estos factores y otros no menos importantes que se mencionan en
estudios sobre el tema, hacen que la modalidad a distancia no sea de elección para estudiantes
jóvenes recién egresados del nivel medio.
En el estudio de Leal (2004), ya citado, se identificaron entre las causas exopercibidas que
generan la vivencia de la soledad en el estudiante a distancia, la deficiencia en los servicios de
apoyo al estudiante de las instituciones a distancia, -asesoría académica y orientación-, que
funcionan de manera poco efectiva en el caso de la universidad en la que se focalizó dicha
investigación. Estas fallas institucionales podrían incluso hacer que el estudiante deserte en los
primeros semestres de su carrera, período en el que mayormente se manifiesta la vivencia de la
soledad y el desapego.
3. Otras razones de contexto
En otro orden de ideas, otros estudios plantean problemáticas que trascienden a la modalidad de
la educación a distancia, que reflejan la falta de preparación de los estudiantes egresados del
nivel medio que pretenden ingresar a la educación superior. Esta falta de preparación no sólo es
académica, lo que puede notarse en los resultados cada vez más preocupantes de la prueba de
aptitud académica de la OPSU (Rodríguez, 2000) sino que se mezcla con una especie de apatía
que siente el estudiante ante la poca pertinencia o significación de los contenidos que ofrece la
educación media general (ob. cit), amén de la escasa vinculación de las TIC en ese nivel. La
citada autora, planteaba para el año 2000 un conjunto de propuestas tendentes a minimizar las
enormes carencias del nivel básico y medio de la educación venezolana, entre las que
reclamaba: “Dotar en el corto plazo (2 años) a todas las escuelas medias del sector oficial con
salas de computación suficientes para garantizar que todo egresado de este nivel cuente con
conocimientos básicos de informática”. (p. inicial)
3. En un documento de trabajo elaborado por Galvis (2008), la autora se refiere a la fragmentación
del nivel de educación media y su escasa pertinencia. Para superarla se requiere de “la
incorporación de un nuevo tipo de contenido curricular, particularmente referido al desarrollo
de competencias y valores que reclaman el desempeño productivo y el desempeño ciudadano.
Las nuevas competencias… no se enseñan necesariamente a través de contenidos de una
disciplina sino a través de modalidades transversales que exigen también una modificación
profunda…” (p. 9)
Vinculando las ideas anteriores, estamos en presencia de una situación muy compleja. Por un
lado, los bachilleres recién egresados no tienen competencias para alcanzar el perfil de ingreso
que requiere la educación a distancia, entre otras cosas porque el nivel de educación media ha
dejado de responder a las necesidades de los estudiantes para el desarrollo de sus competencias
personales, académicas y tecnológicas. De hecho, los que ingresan, van con escasa o nula
preparación para enfrentar las particulares exigencias de la modalidad, que les permita
adaptarse con cierta facilidad al ambiente universitario a distancia, por lo que parecieran
condenados a padecer la vivencia de la soledad, que al no ser atendida, podría hacerlos salir del
sistema. ¿Qué tenemos entonces?... Estudiantes acostumbrados a la presencialidad, que se
quejan por la falta de apoyo y orientación de parte de las instituciones que los reciben;
Estudiantes con deficiencias académicas y personales; Y para coronar la situación, estudiantes
con pocas competencias tecnológicas. Del otro lado, universidades tradicionales saturadas que
buscan una solución a la inclusión en la educación a distancia y universidades abiertas que
intentan ofrecerse como alternativa para la prosecución académica, sin lograrlo seriamente.
4 Propuestas para superar los obstáculos del estudiante a distancia
En la investigación de Leal (2004), los estudiantes entrevistados se refirieron a factores
extrapersonales que podrían contribuir a minimizar o erradicar la vivencia de la soledad del
estudiante a distancia. Señalan esencialmente a la Orientación y a la Asesoría Académica que
debería ofrecer el centro de estudios, para ayudar al estudiante a superar los obstáculos que
pudiesen surgir en la modalidad.
Padilla (s/f), plantea que la calidad y eficacia de la educación a distancia, estaría asegurada si al
menos se ofrecen las mismas condiciones y servicios que en la educación presencial. Esta
autora, citando Potashnik y Capper, se refiere a que las fallas en la educación a distancia
“suelen atribuirse a… que se le presta más atención a los aspectos técnicos que a cuestiones de
mayor importancia tales como el contenido y el apoyo al estudiante” (p.3). En su estudio, trae a
colación a dos organizaciones –The Commission on Higher Education (1997) y el Institute for
Higher Education Policy (2000)-, que han diseñado guías con estándares de calidad para las
instituciones abiertas, en las que se definen entre otras cuestiones los sistemas de apoyo al
estudiante, enfatizando en la orientación como factor determinante para culminar sus estudios
exitosamente.
La BUAP (2011) ha diseñado un sistema de ingreso especial para los estudiantes que optan por
la modalidad a distancia o semi-escolarizada. Éste contempla por una parte un curso de
admisión, en donde se da a los aspirantes toda la información relacionada con las características
y exigencias de la modalidad, así como el perfil de ingreso esperado, haciendo hincapié en las
competencias tecnológicas. Para demostrar esas habilidades, los aspirantes presentan una
prueba y de aprobarla, se les otorga un certificado que posteriormente consignan para su
preinscripción en un curso propedéutico. El segundo paso es aprobar el curso propedéutico que
incluye 3 fases: a) Inducción al Programa Educativo; b) Uso de la Plataforma Instruccional; y c)
Taller de estudio independiente. A través de estas acciones, la BUAP pretende complementar el
perfil de ingreso de los estudiantes de las modalidades semiescolarizada y/o a distancia.
Adicionalmente, la BUAP ha diseñado un programa de seguimiento al proceso de aprendizaje
del estudiante regular, a cargo de docentes facilitadores que acompañan al docente titular
(experto en el contenido). Este programa de acompañamiento incluye asesorías constantes,
verificación de la realización de las actividades de aprendizaje y retroalimentación oportuna
(motivación y evaluación), acciones que aseguran ese contacto cercano que demanda el
estudiante a distancia y que le permiten contrarrestar la soledad y el desapego. Estrategias que
finalmente le permiten al estudiante a distancia ser exitoso y no morir en el intento.
4. Referencias
1. Blanco, F. (2009). La educación superior en Venezuela. En Reporte Venescopio Nº 28. [Documento en línea].
Disponible en: http://www.venescopio.org.ve/web/wp-content/uploads/Reporte-Venescopio-28.pdf
2. Benemérita Universidad Autónoma de Puebla –BUAP-. (2011). Modalidad a Distancia en el Modelo
Universitario Minerva. Vicerrectoría de Docencia. Dirección General de Innovación Educativa. [Documento en
línea]. Disponible en:
http://www.dgie.buap.mx/buapvirtual/buapvirtual/recursos/convocatoriafacilitadores/modelo_pedagogico.pdf
3. Galvis, R. (2008). Propuesta del Programa Nacional del Educación Media en relación con la formación del
docente, para Educación Media, Diversificada y Profesional (Primera versión). Documento de trabajo
presentado en el Proyecto de Transformación y Modernización del Currículo de Pregrado en la UPEL.
[Documento en línea]. Disponible en: http://150.187.142.20/info-
general/eventos/Pregrado/Archivos/PropDoceMed.pdf
4. García Aretio, L. (2001). La educación a distancia: de la teoría a la práctica. España: Ariel Educación.
Capítulo 6. Los Estudiantes. [Compilación para fines académicos]. Disponible en:
5. Leal, N. (2004) La soledad del estudiante a distancia de la Universidad Nacional Abierta. [Artículo en línea].
Disponible en: http://dip.una.edu.ve/mead/fundamentos2007/paginas/leal2004.pdf
6. Padilla, I. (s/f). Educción a distancia: Ofrecimientos con calidad y eficacia. Universidad de Puerto Rico-
Mayagüez. [Documento en línea]. Disponible en: http://www.uprm.edu/ideal/hermes2005/calidad.pdf
7. Ramirez, G. (2011). Los estudiantes virtuales exitosos. [Artículo en línea]. Disponible en:
http://www.profevirtual.com/index.php?option=com_content&task=view&id=18&Itemid=1#.UT0RP9Y02Sr
8. Rodríguez, N. (2000). Problemas y propuestas para la educación venezolana. En Revista Candidus. Año 1, N°
9. Abril-Mayo. Disponible en:
http://www.quadernsdigitals.net/datos_web/hemeroteca/r_38/nr_392/a_5303/5303.htm