El desempleo provoca no solo problemas económicos, sino también de salud. Un estudio muestra que trabajadores sanos tienen un 83% más de probabilidad de reportar problemas de salud al quedar desempleados, debido al estrés y la pérdida de ingresos y seguro médico. El desempleo a largo plazo incluso incrementa el riesgo de mortalidad y enfermedades mentales. Los casos de depresión han aumentado un 30% por factores económicos como el desempleo.
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Las enfermedades que trae el desempleo
En México la falta de trabajos genera problemas de vicios, angustia o insomnio, indica un
estudio; convertir los problemas emocionales en físicos es más común de lo que se cree
en los desempleados.
El desempleo puede propiciar estrés, depresión, trastornos psicosomáticos, etc.
El desempleo en México genera entre los profesionistas problemas emocionales, como
estrés, angustia y desesperanza, asegura el director de Mercadotecnia y Relaciones
Públicas de OCCMundial, Fernando Calderón.
La última encuesta de esta firma sobre los efectos del desempleo en los mexicanos reveló
que el 84% de 3,200 profesionistas lleva menos de un año sin trabajo. El 59.7% de los
entrevistados está desempleado actualmente, 25% es empleado de tiempo completo,
6.6% es empleado temporal y 4.7% freelance.
El 34% identifica como principales secuelas de estar inactivo al insomnio (34%), aumento
de peso (16%) o pérdida del mismo (10%). Sólo el 5% refirió haber estado enfermo, y 1%
recurrió al alcohol a causa del desempleo.
Aunque a estos males no se les considera como padecimientos delicados, carecer de un
empleo impacta al bolsillo y a la salud. A la lista de trastornos referidos por la encuesta se
añaden otros como problemas de dermatitis, malestares gastrointestinales, ansiedad que
desemboca en sobrepeso e incluso palpitaciones, indica el médico general por la
Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, Fernando Noriega.
La vida laboral tiene „gran peso' en la salud emocional, afecta la falta dinero para liquidar
cuentas, pero también eres percibido como alguien „inferior, agrega Noriega. Esa
situación genera el incremento de consultas por depresión, incluso muchos ex fumadores
recaen en este vicio a causa del desempleo.
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La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce que a partir de la recesión
económica del 2008, las redes de protección social empezaron a tener problemas. Los
fondos de pensiones y el gasto en salud disminuyen, mientras que la ansiedad en la
población y las enfermedades mentales aumentan.
"Algo de lo que no se habla con frecuencia es que la gente somatiza (transforma o
convierte problemas emocionales en físicos) sus problemas en enfermedades. Es muy
común que un estudiante tenga nauseas o dolor estomacal antes de un examen; algo
similar sucede con un desempleado cuando se le cae el pelo, no duerme o tiene
cansancio excesivo", expone Fernando Noriega.
El 69% de los entrevistados por OCCMundial afirma que la reducción de sus ingresos ha
sido la principal consecuencia del desempleo, sólo un 20% asegura haber perdido sus
entradas económicas por completo.
Otros impactos que le preocupan son la pérdida de seguro médico (29%); la restricción de
relaciones interpersonales (20%); la pérdida de posición y estatus social (13%) y el
cambio de lugar de residencia (6%).
Ante la pregunta de cómo ha afectado el desempleo su desarrollo profesional, cinco de
cada 10 de los encuestados señala que vive "incertidumbre" sobre el futuro. Para otros ha
tenido como consecuencia la reducción de metas y actividades (40%), redefinición de su
carrera profesional (17%) y disminución de participación en la toma de decisiones (14%).
Brenda Morales Corona perdió su trabajo en un despacho de contabilidad hace tres
meses y las ofertas que ha visto no son nada favorecedoras, dice. "Primero tuve
insomnio, combinando con una sensación de no poder respirar adecuadamente", platica.
Brenda no tenía nada ahorrado y aunque su marido trabaja, se necesita del ingreso de
ambos para sacar adelante los gastos en familia. Ella ha somatizado su falta de empleo
en episodios de ansiedad.
Alejandra Apiquian Guitart, coordinadora del Área Organizacional de la Facultad de
Psicología, de la Universidad Anáhuac México Norte, explica que cuando una persona es
despedida, suele sentirse como que no "vale la pena", condición que afecta en mayor
medida a quienes depositan todo su éxito en la vida laboral. Por ello, una tendencia
frecuente en los despedidos es mentir, no saben cómo reconocer el hecho ante su familia
y, en algunos casos, no saben cuánto durará este periodo.
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la tasa
de desempleo en México durante el mes de agosto fue de 5% de la fuerza laboral, cifra
que se ubica por debajo de la tasa de desempleo de 7.9% del conjunto de países de la
OCDE, y 11.4% de la eurozona.
La misma OCDE refirió en abril de este año que la tasa de desempleo de jóvenes en
México (de 15 a 24 años) aumentó al 9.9%, desde el 9.5% en marzo.
José María López Landiribar, director de la Facultad de Psicología de la Universidad
Anáhuac México Norte, explica que la noticia del despido debe darse de inmediato, para
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que la pareja y/o familia planee cómo se organizarán financieramente mientras se
encuentra otra oferta laboral.
El desempleo no sólo provoca menos ingresos,
también problemas de salud
Un estudio muestra que las personas que pierden su empleo son más propensas a tener
problemas de salud y a tener hábitos poco saludables.
quedan desempleados (GettyImages).
Los trabajadores saludables son un 83% más propensos a reportar problemas de salud si
Lo más importante
Trabajadores saludables son más propensos a reportar problemas de salud si
pierden sus empleos
La tasa de mortalidad de los que perdieron un empleo es elevada comparada con
la de aquellos que no lo perdieron
El estrés asociado a la pérdida del empleo también puede afectar a las funciones
inmunes
Al desempleo se suma la pérdida del seguro médico, que impide atender
enfermedades preexistentes
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Las diferentes investigaciones demuestran altas cifras de enfermedad física
(Morris et al. 1994, Bartley et al. 1996, Nylén et al. 2001) y enfermedad
psicológica (Warr y Jackson 1987, Montgomery et al. 1999) entre hombres y
mujeres desempleados.
Entre los efectos físicos, Bartley et al. (1999) comentan que a la edad de 33
años, los hombres que han experimentado más desempleo tienen menor
peso, eran más propensos a fumar y tenían más probabilidades de tener
problemas relacionados con el alcoholismo. Nylén et al. (2001) comentan
que la mortalidad es más elevada entre aquellos que han estados
desempleados.
Los efectos psicológicos del desempleo han sido identificados como baja
autoestima, más ansiedad, depresión y altos índices de autolesión y suicidio
(Moser et al. 1984, Bartley 1994). Montgomery et al. (1999) comentan que el
desempleo a largo plazo daña la salud mental de aquellos individuos que
estaban sanos antes de quedarse desempleados.
A partir de estas investigaciones, ¿qué modelos explican la relación entre
salud y desempleo?
1. El desempleo es una causa directa de enfermedad, a través del estrés,
dificultades materiales y cambio de comportamiento;
2. el desempleo es un indicador de una inseguridad y riesgos laborales. Las
habilidades de los individuos y sus historias laborales conllevan dificultades
en ganar un empleo seguro;
3. “Selección directa”: la enfermedad puede ser una causa de desempleo;
4. “Selección indirecta”: variables como bajos niveles de nivel educativo o
circunstancias sociales que limitan las oportunidades laborales podrían
establecer el vínculo entre alto riesgo de desempleo y factores individuales;
Marie Jahoda (1982) comenta que el empleo provee una estructura del día;
provee contactos sociales; participación en intereses colectivos; provee
estatus y identidad; y provee una actividad regular. Desde un punto de vista
sociológico se cuestionan estos supuestos psicológicos del individuo y se
argumenta que el desempleo tiene diferentes consecuencias para los
diferentes individuos, dependiendo de hasta qué punto el paso al desempleo
disrumpe o sustenta estrategias para mantener una autoimagen positiva
(Nordenmark y Strandh, 1999). Estos autores comentan que el empleo sirve
de recurso para satisfacer las necesidades económicas y psicosociales para
la identidad del individuo, en una sociedad donde el empleo es la norma.
Estos autores comentan que aquellos individuos que han demostrado que
tienen, o desarrollan, una baja necesidad económica y psicológica con el
empleo, retienen o mantienen un bienestar mental relativamente bueno.
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El estrés del desempleo y de la pérdida de seguro médico que con frecuencia lo
acompaña puede incrementar el riesgo de padecer graves problemas de salud, según
recientes investigaciones.
Los trabajadores saludables son un 83% más propensos a reportar problemas de salud si
quedan desempleados, según un estudio de la doctora Kate Strully, profesora de la
Universidad Estatal de Nueva York, en Albany.
Strully y otros médicos discutieron los efectos del desempleo en la salud en un un foro
celebrado el pasado viernes en el Instituto de Política Económica, un centro de estudios
sin fines de lucro que busca aplicar políticas económicas pensadas para trabajadores
de bajos y medianos ingresos.
Algunas de las principales razones por las que la pérdida de empleo "está metiéndose
bajo la piel y causando enfermedad", dijo Strully, son la pérdida de la principal fuente de
ingreso y de seguro médico patrocinado por el empleador, y la reducción de ganancias
que pueden durar de 15 a 20 años incluso si al empleado se le vuelve a contratar".
"Todas esas cosas pueden afectar de forma negativa los hábitos de salud de las
personas, como el ejercicio y la dieta", dijo Strully. "Es más difícil prevenir las condiciones
médicas y manejar las preexistentes sin seguro médico. Conocemos mucha evidencia de
que los malos empleos son malos para uno, o al menos están asociados con una mala
salud".
El estrés asociado con perder un empleo puede afectar las funciones inmunes y la
capacidad de combatir infecciones, aumentar de respuestas inflamatorias asociadas con
enfermedades cardiovasculares, y hacer más lento el metabolismo y generar riesgos
asociados como la diabetes, explicó Strully.
"Como todos sabemos, es mucho más difícil cuidarse uno mismo cuando está estresado.
Es mucho más difícil ir al gimnasio y comer una buena dieta", dijo.
Pero el resultado no sólo es una mala salud, como sugiere un estudio sobre trabajadores
despedidos en Pennsylvania durante la recesión de la década del ochenta.
Los hombres pueden perder en promedio un año y medio de vida cuando pierden su
empleo, según el estudio del doctor Till von Wachter, profesor de economía de la
Universidad de Columbia.
"Incluso de 15 a 20 años después de perder el empleo, la tasa de mortalidad de los que
perdieron un empleo es elevada en comparación a un grupo de personas que no perdió
su empleo", dijo. Pero esa estadística, dijo, no aplica para las mujeres.
Las personas que perdieron trabajo en Estados Unidos desde la recesión que empezó en
diciembre de 2008 fueron un 13% más propensas a reportar pensamientos de herirse a sí
mismos y cuatro veces más propensos a mostrar señales de enfermedad mental, dijo el
doctor Neal Walker, un psicólogo clínico de la Dirección de Servicios de Abuso de
Sustancias y Salud Mental de ese país.
Los datos de Walker fueron tomados de la Línea Nacional de Prevención del Suicidio, una
línea de llamadas para suicidas financiada por dicha dirección y por la Asociación
Nacional de Enfermedades Mentales de Estados Unidos.
Walker dijo que otros comportamientos poco saludables asociados con la pérdida de
empleo incluyen falta de sueño, irritabilidad, abuso de alcohol y de sustancias, comer en
exceso o pérdida del apetito".
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"Y por supuesto, algo muy grave, el aislamiento y los sentimientos de desesperanza",
dijo Walker, particularmente comunes en hombres de 50 años o mayores que consideran
su capacidad de ingreso una parte importante de su identidad.
"¿Qué concluir de esto? El gran resultado…", dijo von Wachter, "es que el costo de las
recesiones es probablemente mayor de lo que pensábamos. Típicamente la recesión es
medida en pérdida de ingresos a corto plazo. Resulta ser que la pérdida de ingresos
dura más de 20 años, y hay un costo significativo en términos de peor salud, y ese costo
también dura 20 años".
El foro fue realizado el mismo día en que el Departamento de Trabajo de Estados Unidos
emitiera su informe de empleos de octubre, que registró un incremento de 151,000 en
octubre, después de una pérdida de 41,000 empleos en septiembre.
El crecimiento de empleos se observó en el sector privado, donde se sumaron 159,000
puestos, mientras que el gobierno recortó 8,000. El desempleo permaneció sin cambios
en el 9.6%.
Por desempleo aumentan un 30% los casos de
depresión
Más de 17 currículos en distintas empresas entregan quienes buscan trabajo. En el
hospital Mario Rivas, 8 de cada 10 pacientes sufren crisis emocionales por factores
económicos.
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Hasta 17 currículos en distintas empresas llegan a entregar personas que buscan un
trabajo con la esperanza de ser contratadas, pero cuando no reciben una respuesta
afirmativa se vuelven presas de la desesperación y del pesimismo, que desencadenan
problemas emocionales y físicos.
Cada día es más elevada la cifra de personas que sufre algún tipo de trastorno emocional
por no encontrar trabajo, aunado a los problemas económicos por deudas.
Un 40% de los aspirantes que acude a la Secretaría de Trabajo para ser ingresados en la
plataforma web de la institución en busca de una vacante presentan cuadros de depresión
o crisis nerviosa.
“Las personas desempleadas se ven obligadas a ir a muchas entrevistas, ya que por cada
plaza vacante hay un mínimo de seis candidatos y esa situación genera desánimo.
Muchos vienen aquí tristes, diciendo que están desesperados porque han ido a diversas
entrevistas y no han sido contratados. La ansiedad se vuelve una barrera al estar en una
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entrevista porque van predispuestos a que les digan que no”, dijo Lorena Nolasco,
psicóloga del Ministerio de Trabajo.
La especialista declaró que el departamento de Psicología trabaja en mejorar la
autoestima de estas personas.
“Buscamos que recuperen la confianza en ellos mismos, les hacemos pruebas de aptitud
para saber si tienen habilidades en otras áreas e incluirlos en puestos que no habían
considerado, pero todo dependerá de cómo se sientan emocionalmente”.
Nolasco dijo que la mayoría de las personas que acude a la Secretaría de Trabajo son
mujeres, pero los más contratados son hombres.
“Muchos han venido llorando a decirme que ya no quieren vivir, que están desesperados
porque tienen una familia que mantener y no andan un centavo en la bolsa”.
María Pozo, oficial de colocación de la secretaría, dijo que el desánimo hace que muchas
personas se sientan incapaces de hacer tareas que sí manejan. Pozo agregó que esto se
da más en personas de 26 años en adelante, pues ya tienen una familia y otras
obligaciones.
El llamado de las autoridades es tener paciencia. “Les decimos que hay muchas
oportunidades, pero deben tener paciencia”.
El doctor Bismark Espinoza, psiquiatra del hospital Mario Rivas, explicó que los casos de
depresión y trastornos mentales a causa del desempleo y los problemas económicos han
aumentado cerca del 30% en los últimos tres años.
“Los que vienen aquí son en su mayoría jóvenes que se han graduado del colegio o de la
universidad. Se sienten frustrados por no encontrar empleo, ya que son años de sacrificio
para tener buenos trabajos y ayudar a sus seres queridos. En estos casos siempre existe
presión personal y familiar”.
Según Espinoza, las frustraciones pueden desencadenar problemas de salud como
arritmias, dolores musculares, gastritis, pérdida de apetito y sueño, asma e hipertensión.
El paciente presenta cambio de conducta, se puede volver agresivo o aislarse.
“Los problemas emocionales afectan a todo el núcleo familiar”, afirmó.
Agregó que las personas que padecen depresión pueden llegar al suicidio, por lo que les
pidió a los familiares que apoyen a sus seres queridos que pasen por esta situación.
“En los últimos cuatro años solo he trabajado seis meses”
“Me gradué del colegio como perito mercantil a los 22 años y desde entonces pasé tres años buscando
trabajo y cuando al fin hallé en un restaurante solo estuve seis meses porque nos despidieron a todos los que
estábamos como temporales”, relató Dilcia Vanessa Vega Mendoza (25), quien vive en San Pedro Sula y ya
está desesperada por no tener empleo.
Es madre de un pequeño de tres años, del que se encarga sola. “Del restaurante donde trabajé nos
despidieron a los temporales antes de que llegara diciembre para no pagarnos aguinaldo”, recordó con
tristeza.
Ahora tiene siete meses de estar buscando trabajo.
“He metido papeles en empresas que salen en los periódicos, hasta en agencias de colocación, he ido a las
maquilas, a tiendas, pero no hay trabajo, no me han contratado”, declaró la madre soltera, quien reveló que un
tío es quien le ayuda a sobrellevar la crisis.
“Vivo con mi tío, mi madre y mis dos abuelos. Mi tío es el único que trabaja; él lo paga todo. Cuando trabajé
podía ayudar en la casa, pero ya no y eso es desesperante”.
Dilcia Vega manifestó que incluso dormir se le hace difícil. “Es horrible estar sin empleo, tener a mi hijo y no
hallar de dónde sacar dinero para él.
Hasta me cuesta dormir porque me acuesto pensando „¿hasta cuándo hallaré trabajo, Señor?‟”. Con la
esperanza de tener una oportunidad de empleo nos dio su número de celular.
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¿Es el desempleo una enfermedad?
Serán muchos los que después de leer el título de este artículo se lleven las manos a la
cabeza entre sorprendidos, irritados, agraviados, u ofendidos.
Y no es para menos, pues como mínimo afirmar que el desempleo puede ser una
enfermedad resulta polémico.
Sin embargo si atendemos a las definiciones oficiales de salud, por ejemplo la que da la
OMS; “La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social; y no solo la
ausencia de enfermedad o dolencia”, entonces veremos que es una cuestión que como
mínimo se presta a la reflexión.
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¿Tiene un desempleado un completo estado de bienestar físico, mental y social?
Ya os digo yo que no. Lo que veo cada día no se asemeja a bienestar, sino a dolencias y
padecimientos.
Muy recientemente he pasado una pulmonía (o la pulmonía me ha pasado por encima),
que me ha inhabilitado por completo por una semana, y me ha dejado a medio gas las
dos siguientes.
En este periodo me ha dado tiempo más que suficiente para pensar sobre las conexiones
entre enfermedad y desempleo, y creo que son tantas las similitudes, que creo nos
resultaría útil ver qué sucede y cómo procedemos durante una enfermedad para sacar
conclusiones válidas sobre la búsqueda de empleo.
Menciono algunas similitudes entre enfermedad y desempleo:
-Normalmente ambos aparecen de manera repentina: una mañana nos enteramos que
en nuestra empresa piensan despedir a gente, y que las posibilidades de que nosotros
estemos entre ellos son grandes. Aquí comienzan los síntomas de “nuestra enfermedad”.
-Cuando aparece le damos menos importancia de la que tiene: “es tan sólo un
constipado”, “no será para tanto, todo tiene arreglo”, hasta que nos demos cuenta de que
tenemos un serio problema.
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-Tendemos a automedicarnos: como minusvaloramos la situación recurrimos a cuatro
remedios caseros (hacemos un currículo sin ton ni son, preguntamos a cuatro amigos a
ver si saben de algún trabajo, y sobretodo navegamos por Infojobs (el “Ibuprofeno” de la
búsqueda de empleo).
-Atacará nuestra salud física y mental, y acabará con nuestra moral: cuando nos
demos cuenta que los remedios caseros no funcionan, estaremos de lleno en la
enfermedad. Pero ya es demasiado tarde, el desempleo y la enfermedad nos atacan
nuestra vitalidad, energía, optimismo, y nos deja reducidos a una pobre versión de
nosotros mismos.
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-Tenemos que ponernos en manos de profesionales para salir de ellas: las
enfermedades, como el desempleo, requieren que vayas a parar a manos de
profesionales que te orienten sobre cuál es la mejor manera de pasarlas y de salir de
ellas.
-El profesional usará técnicas y métodos probados que resulten eficaces
(medicamentos, al igual que currículos profesionales, técnicas de entrevista depuradas,
análisis personales rigurosos y exhaustivos…)
-Cuando te recuperas te das cuenta de lo importante en esta vida es la salud y el
trabajo, y sobre todo te das cuenta de lo poco que te has preocupado de ambos
cuanto disponías de ellos.
Por si alguno todavía no está convencido, me reafirmo en lo dicho: “el desempleo es una
cuasi-enfermedad, y como tal tenemos que tratarla”.
El siguiente enlace puede ayudarte a salir de la crisis por ausencia o pérdida de
algo… Pínchale a lo mejor te llevas una sorpresa con su contenido.
http://www.youtube.com/watch?v=IevKxMKA2FI
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“La vida es “simple” se necesita la ausencia de luz para saber que la
luz existe. Se necesita perder un trabajo para saber lo que es tener un
trabajo. Nadie sabe lo que tiene hasta que no lo pierde”.