2. • La ausencia de alumbramiento de la placenta tras un tiempo de 15-30
minutos puede deberse a:
• Incarceración de la placenta desprendida que permanece en cavidad
uterina o parcialmente en vagina por espasmo uterino.
• Retención placentaria por debilidad de las contracciones uterinas o
adherencia patológica de la placenta (acretismo placentario). En esta
última situación patológica, la placenta se adhiere directamente al
miometrio sin una capa de decidua basal interpuesta.
3. Se diferencian tres grados según la
profundidad alcanzada por las
vellosidades:
• Ácreta: llegan al miometrio.
• Íncreta: invaden el miometrio.
• Pércreta: perforan la pared uterina.
La más frecuente es la primera
forma, y sus factores predisponentes:
• La multiparidad.
• Los legrados puerperales previos.
• La placenta previa.
• El aumento de la cirugía
uterina (cesáreas, miomectomías)
4. • La placenta retenida es una afección
potencialmente mortal por el riesgo asociado de
hemorragia, choque e infección así como
complicaciones relacionadas con su extracción. Esta
afección sigue siendo responsable de una gran
cantidad de muertes maternas en todo el mundo.
5. Los restos placentarios retenidos tras la salida de la mayor parte de la
placenta son otra causa de sangrado, ya que impiden la correcta
contracción del útero. La retención de restos placentarios puede ocurrir
en cualquier parto, por lo que es obligatoria la revisión sistemática de
la placenta por parte del personal sanitario tras el alumbramiento para
comprobar la total integridad de éstas y sus membranas.
6. TRATAMIENTO
En caso de no conseguir la expulsión de la placenta, debe realizarse un
alumbramiento manual bajo anestesia. Si en esta maniobra no se
consigue extraer completamente puede tratarse de un acretismo, que
precisará de un legrado uterino posterior cuando es parcial o de una
histerectomía (extirpación del útero) cuando es completo.